虐 待

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Nagisa siendo maltratado.

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La pequeña esponja llena de maquillaje lograba que un gemido de dolor saliera de sus labios mientras observaba con atención su amoratado pómulo, en definitiva está vez no podía faltar a la universidad porque no tendría excusa válida que le creyeran.

¿Cómo había llegado a tanto?

Realmente ya no lo recordaba, solo está presente que el amor que sentía por aquel chico de hebras rojas lo había llevado a eso; tal vez si en algún momento hubiera aceptado la ayuda de cualquiera de sus amistades podría haber evitado pasar por todo.

Un ligero quejido fue emitido por sus preciosos labios, realmente el perderse en sus pensamientos solo lograrían que se lastimara aún más por no medir su poca fuerza.

Nuevamente aquellos iris zafiro se dirigida hacía el espejo, honestamente ya no se reconocía; ya no podía ver el ligero sonrojó que hacía ver su piel más bonita, ni podía emitir la misma sonrisa que lo caracterizaba y mucho menos podía ver el brillo de sus ojos que toda la gente nombraba como una cualidad.

Río fríamente, claro que todos extrañarían esas cualidades, porque era lo único que les importaba; Karma siempre lo decía, toda la gente solo vería lo que les convenía y por ello ahora que ya no tenía ninguna de esas peculiaridades todos se habían hecho a un lado.

Un suspiro de cansancio salió de sus labios al voltear a ver hacia la cama matrimonial que tenía en su departamento, observar como la única persona que lo amaba estaba dormido entre las blancas sábanas le traía un poco de paz; en definitiva lo único que no había cambiado a pesar de los años era ese gran amor que le tenía al demonio Akabane.

¿Pero cómo no iba a amarlo?

¡Por dios! Sería una locura no seguir enamorado del chico de ojos cobre a pesar de haber terminado su relación hace años, Akabane Karma era la única persona que lo quería por ser un hombre, también estaba seguro que su ex novio era el único que le era honesto en todo.

Aparte todo lo hacía por su bien, como esa vez que no se había dado cuenta de que estaba provocando a Asano Gakushuu por fijarse en la playera de Sonic Ninja que portaba; realmente agradecía que Karma se diera cuenta y se lo dijera.

O la vez que Kayano Kaede le acaricio la pequeña herida de su cabeza, ella solo lo hacía porque quería tener un acercamiento con él para alejarlo de su verdadero amor; en definitiva su error fue defenderla y por ello Karma no tuvo otra opción que lanzarle aquel refresco encima para hacerlo reaccionar.

También la vez que decidió irse a vivir con él, estaba muy seguro que fue lo correcto para dejar de escuchar aquella estupidez de "la luz falsa" que hablaba su profesor con su madre para que lo ayudaran a cortar lazos con el chico de hebras rojas; no podía creer que las dos personas en las que más confiaba intentarán deshacerse del gran amor que le tenía a Karma.

"– Nagisa. — Llamó con voz ronca el chico que se encontraba enredado en las sábanas— ¿Te sientes bien?

– No quería levantarte Karma. — Musito con tranquilidad al posar sus grandes ojos en él— Debo ir a la universidad.

– Está bien, deja me cambio y te llevo. — Soltó con seriedad al momento de pararse— Espero que la próxima vez me levantes Nagisa.

– Solo quería que descansaras más Karma. — Susurro con un dejé de nerviosismo en su dulce voz— Lo lamento."

El fuerte oleaje de sensaciones empezó a recorrer su cuerpo, sintiéndose mareado en el momento justo donde iris cobrizas lo veían con molestia.

Mierda.

Esa sensación de estar en peligro empezaba a acentuarse en su estomago, haciendo que las náuseas se presentarán y que un nudo en su garganta se formará; tenía miedo, su mente le pedía huir pero todo su ser lo hacía quedarse.

– ¿Con quién te vas a ver? ¿Iras como un  cualquiera por que aún no le doy nombre a esto?

"¡NO!" Gritaba internamente, rogando que las palabras salieran antes de que fuera demasiado tarde; la imponente figura de Karma lo estaba haciendo temblar justo en el momento que se acercaba a donde estaba; viéndolo, analizando su siguiente reacción y sin duda alguna leyendo su mente.

La fuerte mano – que era del doble del tamaño de la suya – acentuó un fuerte golpe en su mejilla, tirandolo del pequeño banco; haciéndolo reaccionar al instante que vio la ira desatada, cubriéndose con sus delgados brazos para evitar ser golpeado en el rostro una vez más.

Su mente se perdía, mientras cada uno de los puñetazos eran puestos en algún lugar al azar que no tardarían en marcarse con ese color morado que veía casi a diario.

"Dios, mamá, koro-sensei alguien por favor" rogaba en el momento que su ropa era arrancada, escuchando los jadeos de molestia que Karma emitía conforme intentaba dejar al descubierto su cuerpo.

Miedo.

Si, no había otra palabra que describiera lo que sentia; quería defenderse pero su cuerpo no reaccionaba, no lo ayudaba.

Las primeras lágrimas se agruparon, dejando los zafiros empañados debido al dolor de que su pequeño cuerpo fuera ultrajado, herido y lastimado al mismo tiempo mientras el pelirrojo lo disfrutaba.

El dolor lo mantenía consciente, el agarre de sus muñecas dolía y eso le daba a entender que aún estando perdido en su mente había tratado de pelear; había intentando por primera vez huir.

El sabor metálico inundó su boca en cuanto Akabane planto un beso, feroz, violento y agresivo mordiendo su labios inferior con tanta fuerza que sintió el momento exacto donde lo desgarro.

El ardor era insoportable pero sin duda alguna lo último que recuerda fue el puño del que nombraba amor de su vida estrellándose sobre su rostro.

Tenía miedo porque sin duda al despertar el infierno lo seguiría esperando...

Hola, hola personitas ¿como se encuentran el día de hoy?

Es un milagro verlos después de dos largos años, se que he estado muy desaparecida pero tengo la intención de volver.

Gracias por esperar y por tenerme mucha paciencia, no los merezco.

Nos vemos en la siguiente y última actualización de esta serie de OS.

Besos 🫶🏻🌟

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