Recuerdo sacado a flote

Subaru sonrió mientras se desplazaba por la tarima que habían dispuesto para su "meeting" de cumpleaños, aquel 22 de junio. Hacía ya unos pocos minutos que estaba allá, y el Akehoshi sonreía de pura felicidad.

—Bueno, ahora toca el turno de las preguntas de los fans—dijo el idol antes de tomar un sobre con las tarjetas en las que el día anterior había estado apuntando las preguntas que los fans habían estado colgando en el tablero de anuncios dispuesto para dejar preguntas para él—. Había un montón de preguntas muy buenas, pero he cogido las que más habéis pedido o más interesantes me parecían. Sin embargo, ya que hemos empezado un poco más temprano, tenemos un poquito más de tiempo para responder alguna que otra pregunta que no pudisteis colgar en el tablero. ¡Así que adelante, ahora es vuestro turno!

Algunos fans alzaron rápidamente la mano, y Subaru fue escogiendo las manos de dichos fans al azar.

—¿Cual es tu canción favorita y por qué?—fue la primera pregunta.

—¡Uhhh, interesante pregunta!—las mejillas de Subaru se colorearon un poco de un tono rojizo—. Diría que es "Romantic X-Day", puesto que esa canción tiene un significado y una historia detrás que están muy relacionados a mi persona y que, a pesar del tiempo que pasó de aquello que se relaciona con la canción, sigue haciendo que mi corazón palpite con fuerza, ¡doki-doki!—contestó el idol con una gran sonrisa—. Siguiente; venga, tú mismo.

—Ya que te gustan tanto los objetos brillantes, ¿cuál es tu objeto brillante favorito que conservas?

—¡Ha, ha, buena esa! Amo absolutamente todos los objetos brillantes que guardo, pero sin duda, las monedas de diez yenes pulidas que Hokke me da son mis favoritas. Como siempre se asegura que estén bien relucientes, son las que más brillan. Venga, una pregunta más y seguimos—Subaru escogió una tercera persona pero ésta no se fijó en que la escogía, así que musitaba algo en un tono muy bajo—. Eh, perdona. No oigo tu pregunta.

—¡Ah, lo siento! Es que tenía una pregunta para hacerte, pero luego he pensado que a lo mejor podía resultar demasiado dolorosa, y quería pensar en otra, pero...—contestó la fan a la que Subaru había hablado.

—Bueno, haz la pregunta que tenías, y si resulta tan dolorosa como dices, simplemente no la contestaré. ¡No tengas miedo!

La fan frunció los labios y entonces preguntó:

—¿Cómo eran tus cumpleaños con tu padre, Akehoshi, y cómo pasaron a ser a partir de aquel fatídico día?

Subaru abrió un poco los ojos como platos y quedó unos segundos en silencio, lo que asustó a la fan, que pensó que había hecho mal en decir la pregunta.

—¡Lo siento, no hace falta que...!—comenzó a decir.

—Bueno, mi padre y yo éramos como dos bolas de energía con patas, que decía mi madre, así que el ambiente en casa era animado, lleno de gritos de alegría y de risas—comenzó a decir Subaru mientras sonreía—. Debo decir, que sí, las cosas nunca volvieron a ser las mismas después de que mi padre ya no estuviera, pero en la casa nunca faltaron risas el día de mi cumpleaños y siempre fue un día muy alegre.

Dicho eso, Subaru anunció que pasarían ahora a las preguntas que ya habían sido seleccionadas anteriormente, así que abrió el sobre y comenzó a leerlas y responderlas. Sin embargo, algunos pudieron observar que el idol ya no presentaba la misma ilusión con la que había comenzado la velada.

Un par de horas después de que el evento de cumpleaños de Subaru finalizara, Hokuto se encontraba caminando por los pasillos de Ensemble Square, en busca del Akehoshi. Éste le había pedido que cuando terminara el evento, lo fuera a buscar a las oficinas del edificio, para poder volver juntos a los dormitorios.

Sin embargo, Hokuto se encontró con que Subaru no se encontraba en el sitio que habían acordado, y que allí sólo habí­a un par de serpentinas y un cartel en el que se leía en letras grandes y coloridas: "Feliz cumpleaños, Baru-Baru!".

«Obra de Hibiki, vamos, me juego un ojo de la cara», pensó el Hidaka.

El idol tomó su smartphone y marcó el número del Akehoshi, para después acercar la pantalla a su oreja y escuchar el pitido de llamada, esperando que Subaru le contestara. Sin embargo, pronto saltó el buzón de voz, por lo que Hokuto suspiró y dejó un breve mensaje:

—Akehoshi, soy Hokuto. Estoy ahora mismo en el sitio que acordamos, pero no estás aquí. Llámame, me ha sorprendido no encontrarte—acto seguido, colgó la llamada, se guardó el teléfono y emprendió de nuevo la marcha hacia los dormitorios; si Subaru no estaba en el sitio acordado, estaría en los Starmony Dorms. ¿Dónde más estaría si no?

Subaru escuchó el mensaje que Hokuto había dejado en su buzón, pero en lugar de contestarle, activó una de sus playlist de canciones, comenzando a tararear sin darse cuenta la lenta e hipnótica melodía­ de la canción que escuchaba en ese momento con sus auriculares inalámbricos.

Daikichi, su Shiba Inu, se acercó a él, observando cómo su dueño actuaba raro. Por lo tanto, ladró dos veces, para después, colarse bajo el brazo derecho del Akehoshi y frotar su morro contra el pecho de su dueño.

Éste de forma casi instantánea procedió a acariciar el pelaje de su mascota; sus movimientos eran suaves y repetitivos, como si tuviera la intención de otorgarle un masaje a Daikichi.

El Shiba Inu alzó un poco la cabeza y observó el rostro de Subaru, que pronto estuvo mojado por unas lágrimas que caían a gran velocidad desde sus preciosos ojos azules por sus mejillas sonrojadas, hasta llegar a su mentón y descender como un río por su cuello.

El rostro del idol permanecía impasible, sin ningún gesto o mueca, ni tan siquiera un ceño fruncido. Tan sólo esas lágrimas daban a entender la tristeza que sentía el chico.

Daikichi ladró levemente una vez antes de frotar de nuevo su morro contra el cuerpo de su dueño, buscando consolarlo.

Al llegar al edificio de los dormitorios, Hokuto abrió la puerta de entrada, se quitó las zapatillas de exterior y las dejó en el umbral, procediendo a ponerse sus zapatillas de estar por casa.

Nada mas entrar, vio sentado en el sofá de la sala de estar a Tomoya, que hablaba con Hajime sobre cierto tema que no escuchó bien, pero que al parecer, tenía que ver con la próxima representación de "Dramática", pues le pareció escuchar aquella palabra.

—¡Ah, Hokuto!—Tomoya sonrió en cuanto vio a su compañero entrar en la sala de estar—. Qué bien que hayas venido.

—¿Ah, sí? ¿Qué ocurre?—preguntó el mencionado mientras se acercaba a los dos miembros de Ra*bits.

—Tomoya-kun me estaba hablando de que en "Dramática" vais a hacer una obra de teatro en relación a las Pléyades, y le he contado que Akehoshi-senpai sabe varias cosas sobre el tema, y que quizá podría ayudarle—contestó Hajime con una pequeña sonrisa.

—Sí­, así­ es. Ya que él y tú sois tan cercanos, tanto al ser mejores amigos desde hace varios años como por haber iniciado recientemente una relación amorosa, quizá podrías decirme donde está:hace una hora fui a buscarlo a su evento de cumpleaños, porque Hibiki me lo había pedido para nosequé cosa, pero había desaparecido—explicó Tomoya.

Hokuto suspiró y cruzó los brazos sobre el pecho.

—Esperaba que vosotros pudierais decirme dónde se encuentra. Acabo de volver de allí; en teoría habíamos quedado en vernos hace veinte minutos, pero no estaba—dijo el líder de Trickstar.

—Que raro que no haya acudido a tu encuentro—comentó Hajime, llevándose una mano al mentón—. Akehoshi-senpai disfruta tu compañía más que nada en el mundo, y no es de la clase de persona que dan plantón a otra. Es algo preocupante.

—Sí­ que es preocupante, sí—susurró el Hidaka—. Y tampoco he visto a Daikichi, que en teoría Akehoshi había dejado en la sala de al lado de la del meeting.

Hokuto suspiró de nuevo y frunció los labios, comenzando a jugar con el dije que colgaba del collar en su cuello. Temía varias cosas, y en todas las situaciones que su cabeza imaginaba, Subaru salía bastante perjudicado.

Tomoya observó la preocupación en el rostro de su compañero y ex interés amoroso. A pesar de haber dejado de ver a Hokuto como alguien a quien amar como pareja, seguía siendo alguien muy importante para él en cuanto a amor filial, por lo que se puso en pie y dijo:

—Hokuto, te ayudaremos a buscar a Subaru-senpai. Se está haciendo tarde, y quizá le ha ocurrido algo durante el evento de cumpleaños No sé, a lo mejor nada más terminar alguien le ha llevado a alguna parte, o quizá algún fan haya hecho algo indebido.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Hokuto al pensar en aquella posibilidad, y aún más cuando pensó en otra un poco más extraña. No creía que esa segunda posibilidad fuera la correcta, pero siempre podía resultar la acertada.

—Está bien. Yo me quedaré aquí y lo buscaré en los dormitorios; aprovecharé y lo mencionaré a otros compañeros para que nos ayuden. Vosotros id a buscarlo a los alrededores, e incluso a las oficinas de Star Pro:podría ser probable que se hubiera quedado charlando con alguien como Tenshouin o Morisawa—dijo el líder de Trickstar con un nudo en la garganta.

Hajime y Tomoya asintieron y se dirigieron a la puerta de salida, dispuestos a cumplir con la labor que Hokuto les había asignado.

—Espero esté bien—susurró el Shino mientras se quitaba las zapatillas de estar por casa y se calzaba las zapatillas de exterior—. Ya son casi las cinco de la tarde.

—Ya verás cómo no le pasa nada—Tomoya sonrió, tomó la mano de su compañero para reconfortarlo y después, ambos salieron de la sala una vez calzados.

Hokuto sonrió brevemente debido a aquella escena:le alegraba ver que Tomoya se había recuperado después de que el Hidaka lo hubiera tenido que rechazar cuando el Mashiro le confesó sus sentimientos.

El líder de Trickstar agitó la cabeza, alejando aquel momento amargo, y se puso en marcha para encontrar a Subaru.

Subaru no se había movido de la misma posición desde hacía dos horas, cosa que comenzó a preocupar a Daikichi, que movía la cola con impaciencia.

El Shiba Inu salió de debajo del brazo de su dueño para después posicionarse al lado de la cabeza del mismo, comenzando a dar pequeños empujoncitos en la zona de la coronilla.

El Akehoshi pareció reaccionar, por lo que dio media vuelta, quedando recostado sobre su lado izquierdo, cara al espejo que hacía de pared en aquella sala. Subaru parecía mirar su reflejo con detenimiento; sin embargo, su mirada estaba perdida en algún punto indefinido del cristal, por lo que no se podía saber a ciencia cierta hacia dónde estaba mirando.

De pronto, Daikichi escuchó un sollozo, y tan pronto ladeó la cabeza, se encontró con que su dueño era el que lloraba, lanzando sollozos al aire con toda la fuerza de sus pulmones. Acababa de situarse en posición fetal, con las rodillas al pecho. Su cuerpo temblaba de forma espasmódica, y las lágrimas volvían a caer rápidamente por sus mejillas.

—Ni risas ni alegría...—susurró Subaru antes de sorber la nariz y tomar aire para tratar de controlar su respiración irregular.

El pecho le dolía y su garganta comenzaba a escocerle por el llanto, que parecía no querer acabar hasta haberlo consumido en aquella espaciosa sala, pero que se le hacía cada vez más pequeña al idol.

La desesperación de Hokuto creció cuando pasó una hora y no consiguió encontrar ni a Subaru ni a nadie que supiera por dónde podía estar.

Hacía un par de minutos se había encontrado con Eichi y Chiaki, los dos con los que pensó que el Akehoshi podía estar, pero cuando les dijo lo que ocurría, ambos se sorprendieron de igual forma que el resto a los que había pedido ayuda, por lo que las esperanzas del Hidaka descendieron en picado. Sin embargo, le animó un poco que ambos se ofrecieron a ayudarle a buscarlo en las zonas de alrededor del edificio de los dormitorios y en el Sky Garden.

Al final, unos once idols —Hajime, Tomoya, Eichi, Chiaki, Sora, Natsume, Aira, Koga, Rei, Hiiro y Hokuto mismo— iban en busca de Subaru, aunque de momento, no habían logrado hacer progresos.

Hokuto pasó de nuevo por la zona del pasillo que llevaba a la zona donde se encontraban el gimnasio, las duchas y la sala de baile, sorprendiéndose al encontrar frente a la puerta de la última a los dos integrantes de Valkyrie, Mika y Shu, y a Arashi.

—¿Qué ocurre?—preguntó el Hidaka mientras se acercaba al pequeño grupito.

—Ah, que ellos querían practicar una coreografía de su próximo Live, pero la puerta no se abre:está como atrancada—respondió la Narukami.

El líder de Trickstar alzó una ceja y se acercó a la puerta, tratando de abrirla con el pomo, pero, efectivamente, estaba atrancada.

—A lo mejor se ha roto—musitó Mika—. ¿Llamamos a alguien?

Shu posó un dedo en sus labios, haciéndole callar y seguidamente, con su otra mano, indicó que el resto de personas callaran.

—¿Escucháis eso?—preguntó el Itsuki mientras bajaba ambas manos.

Todos prestaron atención a un posible ruido, frunciendo los labios al escucharlo.

—Alguien llora—susurró Arashi, frunciendo el ceño.

Mika alzo una ceja al escuchar otro sonido.

—¿Eso que acabo de oír ha sido un ladrido de perro?

El ladrido de perro se escuchó, pero un poco más alto, por lo que Hokuto unió cabos sueltos en su cabeza, abrió los ojos como platos al tener una idea en mente y tomó de nuevo el pomo de la puerta, tratando de abrirla con total desesperación.

—¡Akehoshi, abre la puerta!—exclamó mientras aporreaba la puerta—. ¡He escuchado a Daikichi, sé que estás ahí!

—¿Piensas que tu compañero se ha encerrado ahí dentro?—cuestionó Shu.

—¡Déjame en paz, seas quien seas!—se escuchó desde el interior de la sala, confirmando las sospechas de Hokuto:Subaru se había encerrado en la sala de baile con Daikichi.

Arashi se situó al lado de Hokuto y comenzó a golpear la puerta con el hombro, tratando de hacer que se dejara de estar atrancada.

—Naru-chan, no creo que vayas a poder abrir la puerta a la fuerza si está el pestillo—dijo Mika.

—No está puesto—contestó Hokuto en lugar de la integrante de Knights—. Siempre que Akehoshi se ha encerrado, ha colocado algo para que la puerta no se abra, pero nunca para bloquearla:así, en el hipotético caso de que sucediera algo, tan sólo hay que conseguir que el objeto que impide el paso se mueva para abrir la puerta.

—Ah, en ese caso...—Mika hizo un gesto para que Hokuto y Arashi se apartaran, y cuando éstos lo hicieron, tomó carrerilla para después ladearse y golpear la puerta con el costado. La puerta no se abrió, pero se escuchó algo caerse—. ¿Y ese ruido? ¿Será que se ha caído lo que bloqueaba la puerta?

Hokuto avanzó y tomó el pomo de la puerta para abrirla, lográndolo con éxito. Al hacerlo, vio en el suelo una silla de madera y un par de cajas medio llenas:lo que Subaru había usado para impedir el paso.

Hablando del Akehoshi, éste daba la espalda a la puerta, con la cara mirando a una de las paredes con espejos. Sin embargo, los ojos del idol permanecían cerrados y un tanto apretados, y sus labios y ceño se encontraban fruncidos.

Daikichi notó la presencia del Hidaka en la sala, por lo que comenzó a ladrar para llamar su atención y se acercara hacia donde estaba su dueño.

—Akehoshi...—Hokuto se acercó a su compañero de unidad, posicionándose a su espalda.

—¡Te he dicho que me dejes en...!—comenzó a decir Subaru mientras abría los ojos, pero las palabras murieron en sus labios al ver en el reflejo al Hidaka. El Akehoshi se dio la vuelta, se sentó en el suelo y miró a Hokuto a los ojos mientras se pasaba las manos por las mejillas, limpiando todo rastro de lágrimas—. ¿Que haces aquí?

Hokuto frunció los labios, se arrodilló al lado de Subaru y lo estrechó contra su pecho, sorprendiendo al contrario.

—¿Lo han hecho, verdad? Han preguntado algo en relación a tu padre en el meeting de cumpleaños—susurró el Hidaka al oído del Akehoshi.

Éste último, al ver que el contrario ya sabía de su problema, frunció los labios y dejó escapar un amargo sollozo, para después abrazarse al pecho de Hokuto y llorar de nuevo.

Hokuto tan sólo llevó una de sus manos al cabello de Subaru, acariciándolo, mientras con la otra sujetaba el cuerpo contrario.

Tras lo ocurrido en la sala de baile, Hokuto había llevado a Subaru a su dormitorio, donde se encontraban ambos actualmente.

El Hidaka estaba recostado en la cama del Akehoshi, con la espalda apoyada en la pared. Sobre él, se encontraba éste último, durmiendo pacíficamente. Después de haber llorado de nuevo en la sala de baile, había caído rendido, por lo que Hokuto se lo había llevado en brazos de ahí, pidiendo primero disculpas por las molestias a los integrantes de Valkyrie.

Hokuto acariciaba de nuevo los cabellos de Subaru, cuidando que el Akehoshi no se despertara; se notaba que estaba cansado, quizá por el meeting de cumpleaños y por tanto llanto, así que velaba el sueño de su compañero.

De pronto, en el teléfono del líder de Trickstar comenzó a sonar una melodía de música clásica, señal de que lo estaban llamando. Hokuto vaciló un momento, pero al leer en la pantalla el nombre "Hajime" aceptó la llamada.

—Ah, Hidaka-senpai. ¿Estás bien? Habíamos quedado en vernos aquí­ a las seis y media si no encontrábamos a Akehoshi-senpai, pero no has venido—escuchó Hokuto desde la otra línea.

—Ah, sí­, lo siento. He encontrado a Akehoshi—contestó Hokuto en un tono bastante bajo, con tal de no despertar al nombrado—. Se había encerrado en la sala de baile de los dormitorios.

Un pequeño grito se escuchó desde la otra línea, y acto seguido, varios ruidos de pisadas.

—¿Se encuentra bien?—preguntó Aira.

—¿No le ha pasado nada?—preguntó esta vez Eichi.

—¿Qué narices hacía metido dentro de la sala de baile?—preguntó Koga.

Uno por uno, las personas que habían estado buscando a Subaru comenzaron a hacer preguntas, y Hokuto esuchó un pequeño ruido de agobio de Hajime, quien debería haber puesto su teléfono en manos libres y estaría rodeado de varias personas.

—A ver, las cosas una por una, que estáis agobiando al pobre Shino—dijo el Hidaka con voz tajante, haciendo que todos se silenciaran desde la otra línea—. Mirad, lo que ha pasado es que alguna fan le habrá dicho una pregunta relacionada con su padre a Akehoshi, y debe de haber sido algo que lo ha entristecido en gran medida si se ha encerrado en una sala con Daikichi—el Shiba Inu ladró a los pies de Hokuto al escuchar su nombre, lo que arrancó una pequeña sonrisa de los labios del Hidaka—. Ahora mismo, estamos los dos en su cuarto, pero él está durmiendo, así que por favor, no subáis a verle; estaba muy cansado. De todas formas, si Akehoshi quiere contarlo, preguntadle después:yo no soy quien para contar sus secretos.

—Para algo eres su novio, para mantenernos al día con todas estas movidas—dijo Rei con un tono de burla.

Hokuto permaneció unos segundos en silencio antes de decir:

—Adiós—y colgó la llamada.

En ese momento, escuchó a alguien llamar a la puerta, para después, ver cómo la cabeza de Wataru asomaba por el hueco de ésta.

—¿Se puede?—preguntó el Hibiki.

—Estás en tu dormitorio, vaya pregunta—le respondió Hokuto.

Wataru sonrió antes de entrar en el cuarto, sujetando en sus manos una bandeja con tapa.

—He traído algo para cuando despierte el cumpleañero—susurró el miembro de fine antes de dejar la bandeja al lado de la mesita de noche de Subaru y acuclillarse al lado de la cama, de manera que su cabeza estuviera a la misma altura que la de su compañero de habitación—. He estado observando el evento de cumpleaños desde una de las últimas filas de la sala; sé lo que ha pasado—Wataru llevó una mano a una de las mejillas de Subaru, acariciando ésta con el dorso de su dedo índice.

Hokuto entreabrió los labios, sorprendido por la afirmación de su compañero de "Dramática".

—¿Sabes que es lo que ha ocurrido?—preguntó el Hidaka—. Ha sido lo que yo me temía ¿verdad? Una pregunta.

—Sí. Pero ha sido extraño, porque la fan que la ha hecho ha intentado que Baru Baru no la contestara, porque pensaba que le haría daño, pero él la ha contestado igualmente—contestó el Hibiki—. No sé por qué lo habrá hecho.

El de cabellos celestes miró con pena a Subaru, y se alzó un poco para besar su sien, causando que el Akehoshi se removiera un poco debido al contacto.

—Vaya, vaya. Parece que mi beso lo va a despertar de su sueño—rió levemente mientras se ponía en pie—. Bueno, os dejo solos, parejita. Ah, Hokuto-kun:haz que Baru Baru tome lo que le he traído, y dile que es de parte de su uno y único Hibiki Wataru—el idol lanzó un beso al aire antes de dar una pirueta sobre sí mismo e irse de allá.

Nada más irse Wataru, Subaru entreabrió los ojos y alzó la cabeza, encontrando la mirada de Hokuto sobre él.

—Mhm...¿Hokke?—preguntó el Akehoshi con un tono somnoliento.

Subaru se separó de Hokuto, para después, sentarse sobre el colchón de su cama y frotarse los ojos.

—¿Has dormido bien?—Hokuto se sentó frente al contrario y lo miró a los ojos.

El Akehoshi asintió, pero no dijo nada.

—¿No te duele nada? Te había tumbado en tu cama, pero se ve que en sueños te has aferrado a mí—comentó el Hidaka.

—Estoy acostumbrado a dormir con el cuerpo contorsionado—respondió su compañero mientras agachaba la cabeza.

Hokuto frunció los labios y suspiró antes de preguntar con lentitud:

—¿Qué ha ocurrido en tu evento de cumpleaños?

Subaru alzó la cabeza para mirar a su compañero y decir a media voz:

—Creo que es sencillo adivinarlo, ¿no crees?

—Sí, pero estoy seguro de que tiene un trasfondo. Sé que el tema de tu padre es un poco tabú, pero no creo que una simple pregunta pudiera trastocarte tanto—se justificó el Hidaka.

El de cabellos anaranjados alzó las rodillas y las pegó a su pecho para poder apoyar su barbilla sobre sus articulaciones.

—Tienes razón—susurró Subaru antes de suspirar—. Antes, en el meeting, una fan estaba insegura sobre su pregunta, pero aún así, la he animado a que la hiciera. La pregunta era: «¿Cómo eran tus cumpleaños con tu padre, Akehoshi, y cómo pasaron a ser a partir de aquel fatídico día?». Me he callado y la fan me ha pedido que no la contestara, pero lo he hecho... Y he mentido en la segunda parte de la pregunta.

El cuerpo de Subaru comenzó a temblar de nuevo, señal de que no tardaría mucho en llorar.

—Le he dicho que aunque mi padre ya no estuviera, mis cumpleaños en mi casa siempre fueron llenos de risa y alegre... Pero no es cierto, no cuando todo ocurrió el día de mi cumpleaños. Desde ese año, casi ninguno de mis cumpleaños han sido verdaderamente alegres.

Hokuto alzó una ceja, confuso.

—¿A qué te refieres con "todo"?—preguntó.

—El día en el que todo salió a la luz, el dí­a que todo cambió... Todo ocurrió un 22 de junio, hace ya varios años—contestó el Akehoshi—. El día de mi cumpleaños, mi padre no volvió a casa, y cuando ya daban casi las doce, mi madre y yo nos enteramos del desastre que había ocurrido ese día:la muerte de una fan en el concierto de mi padre. La tragedia de "Ese Akehoshi" ocurrió el día de mi cumpleaños, Hokke.

Los hipidos pronto comenzaron a salir de los labios de Subaru, que empezaba a llorar de nuevo. Hokuto, que se sintió algo culpable por haber provocado de nuevo su llanto, se acercó al contrario y lo abrazó de nuevo contra su pecho, como había hecho en la sala de baile.

—Lo peor de todo, es, que mi padre quería haber pospuesto el concierto, pero no encontró ninguna excusa para justificarse sin decir que era el cumpleaños de su hijo—dijo el Akehoshi entre hipidos.

Daikichi ladró una vez y se subió a la cama para frotarse contra la pierna de su dueño, ofreciéndole una vez más su cariño.

Hokuto frunció los labios, puesto que, a pesar de conocer más o menos la fecha de la tragedia de "Ese Akehoshi", nunca se había parado a pensar que ocurrió el mismo día que el cumpleaños de Subaru.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—pidió el Hidaka. Cuando el contrario asintió, Hokuto preguntó—:Has dicho que casi ninguno de tus cumpleaños fue alegre...

—Hay dos que sí lo fueron—lo interrumpió Subaru—. Y los dos porque los pasé con vosotros—confesó—. Sabes mejor que nadie que nunca había tenido un verdadero amigo hasta que llegasteis vosotros. Por eso, mis cumpleaños en primer y segundo curso fueron alegres, porque estaba con Trickstar.

El Hidaka esbozó una breve sonrisa mientras posaba su mano sobre los cabellos del Akehoshi, dándole una pequeña caricia.

—Pero este año, entre la pregunta de la fan, que ha abierto viejas heridas, y que ninguno de Trickstar o el resto de mis amigos estaban disponibles, no he tenido un verdadero buen día de cumpleaños—finalizó Subaru antes de secarse las lágrimas y separarse de Hokuto.

Éste tomó las mejillas del contrario entre las suyas, y cuidadosamente, besó sus párpados con cariño.

—Siento no haber podido estar contigo esta mañana, Akehoshi—se disculpó el líder de Trickstar—. Te prometo que querí­a tomarme la mañana libre para pasarla contigo, pero me necesitaban en "Dramática", y luego eso se juntó con un trabajo de última hora. Y estoy seguro de que lo de Isara y Yūki no es muy diferente.

—No te disculpes:es normal que un idol esté siempre bastante ocupado, así que no debería molestarme—contestó el contrario.

Hokuto frunció los labios y besó la frente de Subaru para después decir:

—Pero ahora tenemos la tarde libre, así que si aún quieres, podemos pasarla juntos.

El Akehoshi miró al Hidaka, y esbozando una pequeña sonrisa, asintió.

—Ah, por cierto:Hibiki dice que te tomes lo que te ha dejado allí—Hokuto señaló la mesita de noche, donde seguía intacta la bandeja que Wataru había dejado.

Subaru ladeó la cabeza antes de acercarse a gatas desde el colchón y destapar la bandeja, de la que salió un cañón de confetti en cuanto no hubo nada sobre ésta.

En la bandeja, había un pequeño cupcake con glaseado que decía: "Feliz cumpleaños, Subaru" y al lado del dulce, un paquetito cuidadosamente envuelto.

El Akehoshi sonrió de nuevo y tomó el cupcake, al que pegó un mordisco, y el paquetito, agradeciendo internamente a Wataru.

Subaru entró en el salón común tomando de la mano a Hokuto; detrás de ellos, Daikichi daba pequeños saltitos y agitaba la cola mientras caminaba.

De pronto, el sonido de varios matasuegras y de cañones de confeti sobresaltaron al Akehoshi, que dio un pequeño salto en su sitio a la par que su mascota.

—¡Feliz cumpleaños, Akehoshi!—exclamaron ciertos idols de Ensemble Square.

Junto a los que habían estado buscando al miembro de Trickstar, se habían unido Leo, Wataru, Madara y los dos miembros restantes de la unidad, Mao y Makoto. Éste último sujetaba un pequeño pastel de cumpleaños de color naranja, y sobre éste, habían dieciocho velas encendidas, puesto que el idol cumplía esa cantidad de años.

—Nos hemos enterado de que has pasado un mal día, así que hemos venido lo más rápido posible a los dormitorios y hemos reunido a tus amigos y personas cercanas para celebrar tu cumpleaños—explicó el Isara con una sonrisa en su rostro.

Subaru miró a sus compañeros idols y frunció los labios, sorprendiendo a todos al derramar de nuevo un par de lágrimas. Sin embargo, éstos se calmaron al ver cómo abrazaba a Mao de una forma un tanto cómica, descubriendo que no eran lágrimas de tristeza, sino de alegría.

—Gracias, gracias—susurró el Akehoshi.

Hokuto sonrió y se acercó a su pareja; sin embargo, fue tomado de la mano de Wataru y alejado un poco más lejos.

—¿Qué? ¿Te gusta lo que hemos organizado en tan poco tiempo?—preguntó el Hibiki.

—No es a mí a quien tiene que gustarle, sino a Akehoshi—respondió el Hidaka antes de mirar al mencionado, que se había acercado al resto de idols tras haber pedido un deseo y haber soplado las velas. Subaru se veía radiante, con una amplia sonrisa feliz en el rostro.

Wataru esbozó una sonrisa antes de decir:

—Te ha contado ya las razones de que sus últimos cumpleaños no fueran malos, ¿cierto?

—¿Tú lo sabías?—preguntó Hokuto, extrañado.

—Hombre, soy su compañero de habitación—el Hibiki miró a Subaru, que ahora abría algunos de los regalos que sus compañeros le habían conseguido—. Pero tenía la intuición de que sí lo ha hecho, que te ha contado la razón. Y no me extraña:esos dos años, preparaste de forma minuciosa los detalles para el cumpleaños de Baru Baru, para que todo saliera a la perfección y como a él le gustaba. Cuidaste que su sonrisa permaneciera en sus labios, para que no se desvaneciera, y sin embargo, nunca se lo dijiste. Preferiste que todo quedara en una interrogante, y si bien tus compañeros de Trickstar participaron en la realización, toda idea salió de ti.

Hokuto frunció los labios, se sonrojó y miró a otro lado, causando que Wataru riera levemente.

—¡No te enfades, Hokuto-kun! Lo que hiciste por él es muy bonito, lo digo en serio. "Cross my heart, and hope to die", que se dice en América—el idol se pasó el dedo en diagonal por la zona del corazón, repitiendo luego la acción en la dirección contraria—. Que te preocuparas por el cumpleaños de Baru Baru muestra lo mucho que significa el para ti.

Wataru miró con el rabillo del ojo cómo Hokuto sonreía y cómo sus ojos brillaban al ver a Subaru. El Hibiki rió levemente antes de empujar levemente al Hidaka y decirle:

—Venga, que seguro que el chico del cumple quiere pasar un ratillo con su noviete.

Hokuto bufó por aquel comentario, pero hizo caso a lo que Wataru decía y se acercó a Subaru.

Subaru salió al exterior, con su teléfono en la mano, puesto que estaba recibiendo una llamada.

—¿Mamá? ¿Qué ocurre, todo va bien?—preguntó el idol mientras se sentaba en el porche y Daikichi se acercaba a él, sentándose a su lado—. Ah, que querías felicitarme. Muchas gracias.

El Akehoshi sonrió mientras tomaba a Daikichi y lo sentaba en su regazo.

—¿Que cómo estoy? Ah, que has visto el vídeo de mi meeting de cumpleaños. No te preocupes por eso, mamá, todo va bien—el idol pausó un segundo al escuchar la voz de su progenitora—, Lo digo en serio, no sólo para que te quedes tranquila. Sí, es cierto que al principio me he entristecido cuando aquella fan me ha hecho la pregunta sobre papá, pero Hokke me ha animado y después algunos de mis compañeros y amigos me han preparado una fiesta.

Subaru giró la cabeza hacia el salón, donde algunos de los idols charlaban entre ellos, tomaban trozos del pastel o jugaban a algunos juegos que habían preparado para la fiesta. El chico sonrió y miró a su regazo, donde Daikichi dormitaba tranquilamente.

—Así que todo está en orden. Ah, siento no haber podido pasar un rato contigo; iría ahora, pero está oscureciendo—finalizó el Akehoshi. Hubo otra pausa, en la que estuvo escuchando lo que decía su madre—. Sí, sí­. Iré mañana tempranito contigo y...—su madre lo interrumpió—. ¿Que traiga a Hokke? ¿Por?—otro silencio—. ¿Ah, que el padre de Hokke quiere que las dos familias pasemos el día juntos? ¡Suena genial! Ah, sí, sí, me aseguraré de no decirle que irán sus padres. Me imagino que cuando se entere tratará de escapar, así que mantén todo cerrado a cal y canto, y cuando lleguemos, cierra la puerta con llave y guárdatela, ¿vale?

Subaru rió levemente por un comentario que había hecho su madre, para después, sonreír suavemente por otro comentario.

—Gracias, mamá. Oye, tengo que cortar; Gami-san le está gritando a Sakuma-senpai por haberle pintado la cara mientras estaba dormido. No quiero que haya un baño de sangre, así que mejor ya hablamos mañana, ¿sí?—el Akehoshi hizo otra pausa antes de terminar diciendo—: Yo también te quiero, mamá. Buenas noches.

El idol finalizó la llamada y se puso en pie tras guardar su teléfono y tomar a Daikichi en brazos. Subaru entró en la sala, se aclaró la garganta y dijo con un tono que pretendía ser serio:

—A ver, que no haya discordia el día de mi cumpleaños, ¿vale? Si queréis pelear por algo, os esperáis a que sea día veintitrés.

Koga y Rei callaron debido a la reprimenda, aunque el primero alzó un dedo, señaló a Rei y musitó:

—Ha empezado él.

Subaru rió levemente antes de decir:

—¿Esto no era una fiesta? ¡Pues que siga la marcha, que sólo exista la alegría!

Acto seguido, el idol dejó a Daikichi en una esquina y se dirigía al reproductor de CD que habí­a sobre una mesa, dando al botón del Play para que comenzara a escucharse una alegre canción.

—¡Bailad hasta que se os agoten los pies, venga!

Debido al entusiasmo contagioso del Akehoshi, el resto de idols sonrieron y dejaron lo que estaban haciendo para acatar la petición del cumpleañero.

Éste sonrió y se cruzó de brazos, feliz.

—No importa si eres tú el que debería ser animado, al final siempre encuentras una manera de animar a los demás—susurró Hokuto a su oído.

Subaru no se sorprendió, puesto que anteriormente el Hidaka lo había abrazado por la espalda, pasando sus brazos por su cintura y lo atraía hacia él.

—Está en mi naturaleza, Hokke. De todas formas, ya no necesito que me animen más por hoy:estoy feliz de que al menos he podido pasar una buena tarde de cumpleaños.

Hokuto apoyó su barbilla sobre el hombro de Subaru antes de meterse la mano en un bolsillo de su pantalón y tomar una cajita igual de grande que la palma de su mano. Acto seguido, extendió dicha cajita a su pareja.

—Feliz cumpleaños, Subaru—susurró el líder de Trickstar antes de hundir su rostro en el cuello de su compañero de unidad, muerto de la vergüenza.

Subaru se sonrojó levemente, tanto porque Hokuto lo hubiera llamado por su nombre de pila como por la acción que hizo después, y tomó el regalo con una de sus manos, para después, ayudarse con la otra para abrirlo.

—¿Qué es esto?—preguntó mientras sacaba el objeto, que resultaba ser un pequeño llavero con un calendario que marcaba los días veinte y veintidós. Sin embargo, en ese calendario no marcaba ningún mes específico, tan sólo esos dos días.

—Esos dos números corresponden a dos de las fechas más importantes para mí:un día veinte de diciembre, te conocí, y un día veintidós de junio nació mi persona favorita y más importante—contestó Hokuto en un susurro, avergonzado.

El Akehoshi sonrió con ternura y se metió la mano en el bolsillo, sacando un juego de llaves que tenía unidos con una sencilla arandela de metal. Después, quitó cuidadosamente esa arandela y juntó las llaves con la arandela del llavero que el Hidaka le había regalado.

—Gracias, Hokke—Subaru se separó de Hokuto y se puso cara a cara con su pareja—. Por todo.

Acto seguido, le dio un pequeño pico en los labios, sorprendiendo a su novio, y sonrió de nuevo. Hokuto tan sólo le sonrió de vuelta y lo abrazó, atrayéndolo hacia él una vez más.

📝;; Nota de autora

6.000 palabritas que tiene este one-shot que he creado (con dos meses de antelación) para el cumpleaños de Subaru, la razón por la que entré en el mundo de "Ensemble Stars". 

Cuando me instalé el juego, la primera carta que tuve fue la que podías escoger tú por tu cuenta, y yo escogí la de 4 estrellas de Subaru porque él fue el único al que conocía. Su ship con Hokuto fue el primero que tuve al iniciarme el anime (tanto como porque contenía a Baru como por la escena del primer capítulo), y a día de hoy sigue siendo uno de mis dos favoritos (Wataei y Subahokke compiten todos los días por ver quién tiene el puesto).

Bueno, dicho todo esto, feliz cumpleaños a Baru-Baru y a todo aquel que también cumpla años hoy. Espero os guste el shot ^^

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