hago

deshago

me embarro en todo

me lleno de mi propia sangre

y embarro mi rostro.

un cuerpo frívolo

forjado del barro,

una amazona sin un amo,

un dios sin pecado.

nacer sin saber dónde... ni cuándo,

¿cuál es el maldito propósito de esta vida?

veo

espejos

y espejismos.

me veo yo

y me pierdo,

porque nunca pedí

estar aquí,

estar ahora

en este momento;

tan solo existo.

¿por qué existo?

¿cuál es el punto

si

he hecho las cosas bien?

no, no he hecho las cosas;

las acciones me han forjado a mí.

no existe el destino,

solo hay marea que me ata

y me condena

al naufragio

absoluto

de este cuerpo

obsoleto

en completa irrelevancia.

¿de qué me sirve el arte

si no puedo ganar dinero?

por más que se desangren mis palmas

escribiendo

una no ficción que me reclama.

sé que le pertenezco al mundo,

¿y qué?

¿se supone que debo agradecer?

se supone que me debo someter

a lo que me ata

los pies

a este mar.

soy una hoja en el río,

nunca el mar.

el mar es demasiado preciso

como para dialogar.

me voy,

vengo,

llego.

respiro.

no existe la calma,

solo sé qué existo

y pongo los peros

porque así es esto,

así es esto...