Teatro

7. El significado de una mentira y la actuación de dos cronopios disfrazados de famas.

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Entré al pasillo del edificio principal y subí las escaleras tan rápido como lo requería la situación, al final de ellas se encontraba la terraza de la escuela y ahí se suponía que me esperaba Kihyun. Miré hacia atrás ligeramente para asegurarme de que iba solo y maniobré en el último tramo de escaleras abriendo la puerta y mirando a un lado y otro, lo hice hasta que noté el humo de cigarrillo salir de detrás de la pared del lado izquierdo.

Muy típico.

Impidiendo que la puerta se cerrara por completo, me dirigí hasta allí y lo encontré leyendo algún libro nuevo, y  podría haberme alegrado la manera extraordinaria en la que el club — después de creado — cambió muchas cosas en todos, pero eso seguía siendo demasiado mínimo a lo todo el resto que todavía resultaba ser demasiado abrumador.

Estaba fuera de control.

Todo lo estaba.

— Dijiste que lograrías alejarlo de Hoseok.

— ¿ah? ¿Hyungwon? ¡Rayos, me asustaste! no aparezcas de la nada, idiota. Creí que era algún profesor, por poco pienso que estaba en problemas. ¿Cómo te va con tu amorío, Romeo? — su burla y la risa después de ello sólo hizo que mi mal estado aumentara, solté el aire sintiéndome realmente frustrado y el desespero comenzó a ganar mayor campo dentro de todo esto que habíamos armado hace meses.

— Ellos se encontraron, Kihyun.

— ¿ellos? ¿Quienes? — una pregunta irónica sin sentido, él mismo halló la respuesta rápidamente en su mente y abrió los ojos impactado al caer en cuenta de la forma rígida en la que estaba yo de pie intentando llamar a su lucidez. — No hay manera — comentó suavemente evadiendo la realidad y con una sutil rapidez se levantó del suelo acercándose a mi — ¿de verdad ellos...

— Ayer- ayer los encontré en la plaza que queda cerca de aquí, estaban hablando y los interrumpí para evitarlo... Pero... creo que es tarde.

— Es-es imposible — Kihyun comenzó a fumar su cigarrillo y algún temblor extraño se apoderó de su mano que lo sostenía — Es imposible ¿no? — Me moleste de tan sólo escuchar la pregunta ¿Cómo podría saberlo? Solamente tenía como base el diario del primer Hoseok, pero habían muchas cosas cambiando al mismo tiempo y comenzaba a sentir que perdía el control de la situación, ya ni siquiera era ordenado el tiempo que invertía en que todo fuera como quería, mi dedicación porque todo saliera a nuestro beneficio era mayor de lo que usaba para estar con la persona que amaba.

— Tú estabas a cargo de alejar a ese maldito imbecil ¿qué estabas haciendo mientras tanto? — Mi furia, y mayormente, mi frustración salió disparada hacia Kihyun; él por supuesto tomó mis palabras de la peor manera posible porque nunca tenía un buen humor para nada y mucho menos para la idea de Hyunwoo y Hoseok saliendo juntos. Tirando el cigarrillo a un costado se abalanzó sobre mi agarrandome del saco y sin temor me sacudió acusadome.

— ¿y qué hiciste tú para detener a esa zorra que está detrás de Hyunwoo? ¡Seguramente fue él quien se acercó!

— ¡Hoseok no es así!

— Hyunwoo nunca se fijaría en alguien como él ¿Por qué lo haría? ¡Yo he estado ahí para él todo este tiempo!

Hice que me soltara, con un rechinar de mis dientes caminé a paso pesado de donde estaba, hasta que estrelle las manos contra la reja y mire el paisaje desde ahí; todo se me hacía demasiado abrumador, asistir a la escuela se había vuelto abrumador y estar con él comenzaba a serlo también. Por alguna razón poco clara sentía que no podía seguirle el paso a Hoseok, era una horrible sensación de miedo y añoranza que no combinaban muy bien y me hacían daño; incluso cuando tomaba su mano y caminaba a su lado, no sentía que en realidad fuera así, en realidad era como estar alejándome cada vez más y la sensación de inferioridad e inseguridad se incrementó en el instante en que los vi hablar.

¿Cómo decirlo sin herir mis propios sentimientos?

Ellos...

Eran uno para el otro

Sus palabras a lo lejos se acoplaban y se veía natural, no había nada erróneo o improvisado, como lo sería una nota equivocada dentro de una pieza clásica de piano, no, era algo extraordinario que hizo doler mi interior mil veces más que cuando me enteré de la verdad detrás del diario. Volví a ser consciente de que, con el pasar del tiempo, ese especial rencor y enojo iban aumentando por partes iguales, cada vez era más egoísta y con ello también llegaba mi pérdida de control y la paciencia.

Lo que le pedí a Hoseok en una acción desesperada no era lo que debí haber hecho, pedirle tal cosa solamente generaría resultados negativos dentro de lo que yo mismo estaba formando y no sabía si tendría el tiempo necesario para desviar cualquier tipo de variante más que se pudiera dar en el proceso; ahora más que nunca tenía que estar atento pero comenzaba a sentirme agotado y sin salida.

— Kihyun ¿tú crees que Hyunwoo termine estudiando en esta escuela?

— Es- es imposible, eso te lo aseguro. A menos que Hoseok haga algo para dañar su mente, él irá a una escuela de arte porque logré convencerlo de que lo hiciera, está tomando clases particulares para ello. Yo mismo lo hice, le dije que lo hiciera y él aceptó.

Al escucharlo tan seguro suspiré.

— Entiendo — Mi respuesta lánguida pareció llamar su atención, me separé de la reja metálica y regresé a sentarme contra la pared; estaba agotado, realmente agotado de todo. — Prepárate, Kihyun, nosotros... Quizá no logremos nada.

— Sé que todo va a cambiar, lo sé ¡estoy seguro!

Recuerdo bien que en ese instante deseé tanto tener esa seguridad y vitalidad, miré en su dirección y él mantuvo firme su idea de lograr nuestro plan de separar a Hoseok de Hyunwoo; una añoranza, un deseo inconmensurable y un inalcanzable, el rencor y el egoísmo que nacía en mi hicieron que tomara una vez más el camino equivocado... Uno que debí guardar con sumo cuidado, mucho más que cualquier otra cosa.

— Regresa conmigo esta noche, Kihyun... — Mis palabras se arrastraron, pero fueron claras; lo vi respirar irregular y de inmediato soltó un bufido, seguido de un risa insolente. Sacando un nuevo cigarrillo lo encendió y se sentó a mi lado.

— Lo haces porque estás frustrado...

— Lo estoy...

— Sólo quieres vengarte de algo que no sucede ¿no? Estás asustado.

— Sí, lo estoy...

Un lamento salió de sus labios, lo miré a mi costado ver hacia el horizonte y miré en su dirección, el cielo era precioso en esa época del año y el viento comenzaba a soplar con mayor frecuencia cada vez; pronto se acercaría el tiempo en que tendría que abrigarse más.

— Estoy cansado de fingir que lo tolero como amigo ... Cada vez que veo su rostro es como... — un chasquido provino de Kihyun; lo comprendía, realmente estaba actuando mucho mejor de lo que cualquiera en nuestra situación podría hacer y no lo culpaba ¿Cómo lo haría? Inclusive yo tenía esos pensamientos por Hyunwoo cuando solía de repente desear — inconscientemente — que no estuviera más entre nosotros, pero esos pensamientos sólo provenían de un sentimiento escombroso que no podía mantener a raya.

— Hoseok no tiene la culpa de nada. — Esas palabras que le decía a Kihyun eran las mimas que me decía constantemente y que por más que las repitiera no podían lograr convencerme, yo no era capaz de estar a corde con mis pensamientos y mis acciones, porque a veces también culpaba a Hoseok de cosas que no sucedían aún; sin importar qué tan incierto fuera, existía esa sombra que nublaba todo y lo hacía pesado e imposible de sobrellevar. — Sigamos haciendo lo mejor que podamos, Kihyun, tal vez aún tenemos una oportunidad.

— Lo haré — aseguró él — Verás que Hyunwoo no tendrá ojos para nadie más, estoy a un paso nada más de lograrlo.

Solté a reírme de manera momentánea porque de verdad estaba siendo serio.

— Entonces ¿Vienes conmigo? — le hice de nuevo la propuesta esperando su respuesta, él volteo a verme detenidamente y enseguida soltó a reírse.

— Eres insistente. Pensé que amabas mucho a tu mono de circo. — dando una calada a su cigarrillo negó con la cabeza, mientras yo solté un suspiro lleno de frustración — Cuando te dio luz verde no dudaste ni un segundo en echarme de una patada, eeeww te has convertido en un mezquino y un mentiroso.

— Lo amo demasiado, pero no sé si lo que estoy haciendo es lo correcto. Haría lo que fuera por él, pero también es agotador e inútil estar enamorado de un imposible...

— ¿Y necesitas mi cuerpo para pensar?

Él soltó a reírse y un nuevo bufido se atasco en mi pecho; sin siquiera entender por qué buscaba algo igual, me levanté más cansado todavía y limpié mi uniforme.

— Perfecto, cuida de alejar a tu pintor de pacotilla de Hoseok y entragale tu cuerpo cuantas veces quieras, haz lo que quieras ¿me oyes? Váyanse al infierno, tú y ese idiota. — Mis puños estaban cerrados con una fuerza abismal, Kihyun se levantó y acercándose agitó su mano frente mío.

— Estás celoso y eso no es bueno para tu actuación.

— ¿Qué tiene de malo estarlo? ¡Él lo tiene todo! Te tiene a ti y lo tiene a él ¿Cómo demonios y con qué derecho me quita la oportunidad cada vez? Estoy harto de que todo gire en torno a ese estúpido que no entiende del valor de nada ¡él no los merece!

— Entiendo, entiendo. No te enfades tanto. — Kihyun lanzó el cigarrillo lejos y me tomó de los hombros intentando hacerme reaccionar, mis lágrimas amenazaban con salir y el dolor en el pecho era muchísimo más intenso y profundo cada vez. — Iré contigo hoy, Hyungwon, pero sólo por hoy. No quiero que estés así.

Y eso era más que suficiente para mi.

Con un efusivo beso cerré la brecha entre él y yo; Kihyun era completamente diferente de Hoseok, con él no sentía ese profundo vacío y a la vez llenura, ni mucho menos me mareaba el simple roce, con Kihyun solamente me sentía excitado y lo deseaba, pensaba solamente en que necesitaba desahogarme y que esa era forma en que lo quería, pero nada más vino a mi cabeza.

No pensé en nada más.

— Vamos a un hotel, eso es más seguro que mi casa. Hoseok es demasiado perceptivo con todo. — Kihyun soltó a reírse como su fuera una broma.

— Hombre, si que eres una persona horrible.

Kihyun no estaba equivocado, siempre lo dije y solamente yo intentaba convencerme de lo contrario usando acciones desinteresadas que lograban pasar por buenas; yo en realidad no era una buena persona, no era bondadoso, a duras penas era sensible... Mi verdadero, mezquino y rencoroso yo.

¿Cómo pretendía mi otro yo que lidiera con todo esto, si no podía ni siquiera conmigo mismo?

◇◇◇

No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas, por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones.
Ser fama o esperanza es simple, basta con dejarse ir y la vida hace el resto. Ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratodo, contrabajo, contrafagote, contra y recontra, cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tienen fuerza de ley...


Jooheon terminó de leer el fragmento del libro y se quedó en silencio observandolo sin decir nada al respecto, era la primera vez que se quedaba tan tranquilo durante una sesión del club de lectura.

— ¿Y bien? ¿Qué piensan? — Mi pregunta pareció captar su interés, él despegó la vista de libro que aún sostenía pero el primero en hablar, como era de esperarse, fue Hoseok. De inmediato sonreí.

— Definitivamente debería ser la descripción propia de su percepción del mundo, algo tangente y no metafísico como muchos dicen. O sino ¿qué más sería?

— quizá sí, quizá no. — Junté mis manos y lo miré aún sonriendo, sabía que se molestaría tarde que temprano porque odiaba que fuera así.

— ¿eehh? — Hoseok se preparaba para discutir mis respuesta, mientras que la risa de Dior sonó por toda el aula.

— ¡Yo! ¡Yo! — Señalé a Dior para que tomara la palabra y Hoseok volvió a tomar asiento, él en serio supo quejarse y levantarse de un golpe cuando se dio cuenta de que no tendría oportunidad de discernir. — Creo que los cronopios son bastante adorables, chiquitos y muy tímidos; son cositas que nadie comprende, pero que se esfuerzan cada día por encajar, aunque no puedan realmente. Es tan triste.

— ¿Cómo diablos llegaste a esa conclusión tan tonta, Dior? — Hoseok se quejó y abrió su libro — Es claro que Cortázar se refiere a él mismo. Fue una persona esplendorosa e innovador, por supuesto debió pasar trabajo para que sus propuestas fueran vistas como piezas fundamentales; como las Gymnopédies de Satie, por ejemplo. ¿no es eso más normal que tu teoría de las cositas adorables? ¿De dónde sacaste tal boberia?

— ¿No? — Kihyun interrumpió con una pregunta curiosa, él señaló su propio libro y optó por una posición relajada en su silla. — El mismo Cortázar habló sobre los cronopios y los describió como unas bolas babosa verdes. No son adorables, pero vaya que sí son cosas.

— ¿Qué? Vamos, Kihyun no sigas su juego. — La queja de Hoseok hizo que Kihyun soltara a reírse, levantando ambas manos negó con la cabeza antes que nada.

— No, de verdad lo leí. Si quieres puedo mostrarte donde lo encontré.

— Esto... Mmm — todos giramos a ver a Changkyun, nuestro miembro más joven y quien no solía ser muy participativo. Me alegré tanto de oírlo hablar que dejé de prestarle atención a los demás. — Quizá haga alusión a nuestros pensamientos y opiniones en general, siento que es un tipo de percepción del mundo que tienen las personas que no encajan y tampoco tienen un lugar en el mundo.

— Como nosotros... — El comentario de Jooheon completó lo dicho por Changkyun, todos se quedaron en silencio y yo me mantuve analizando cada palabra.

— Es cierto. — remató Changkyun.

—Si es así tiene sentido — comenzó Jooheon — Hoseok odia hacer amigos y suele ser llamado loco por los pasillos.

— Oye.

— Dior es una idiota presidenta de escuela que vive soñando con que se casara pronto, sin saber siquiera cocinar.

— Claro que sé, Jooheon tonto.

— Changkyun hace poco comenzó a asistir a la escuela normalmente, pero mantiene en el consejo y no con sus compañeros de grado.

— bueno... Eso es porque me odian. — Changkyun se rascó la parte trasera de la cabeza y miró a otro lado sin poder explicar nada.

— Yo- ni siquiera me gusta la lectura y no comprendó por qué acepté estar aquí, cuando en realidad quiero entrar al club de fútbol; sin embargo, lo disfruto aunque no sea lo que quiera hacer en realidad.

— Con que es así. Sólo renuncia y vete. — Kihyun se cruzó de brazos y Jooheon lo miró, luego a mi.

— Ustedes dos...

— Famas. — La voz contundente de Hoseok llamó mí atención, él se inclinó sobre la mesa mirándome y luego a Kihyun quien levantó una ceja buscando entender por qué tan de repente su intervención. — es obvio que ellos son mucho más centrados y normales que nosotros ¿no? Ellos que encajan perfectamente porque son del mismo mundo.

— ¿Por qué piensas eso? — Se lo pregunté porque lo dicho por de Hoseok llamó mi atención, con su mirada me lo decía todo y nada a la vez; eso me hizo confundir en cierto grado.

El timbre sonó avisando el termino de la jornada, así que todos comenzaron a guardar sus cosas pretendiendo regresar a casa. Jooheon por supuesto tomó la mochila de Dior y ambos se fueron conversando con naturalidad, mientras que Changkyun les siguió junto a Kihyun, Kihyun quién se despidió rápidamente diciendo que me vería al día siguiente y yo asentí sabiendo a lo que se refería.

Quedándome en mi silla aguardé un momento, hasta que nuevo todo fue calma ahí.

— Me iré. — Abrí los ojos sorprendido.

— ¿A-a dónde? ¿No vendrás conmigo? — fue una pregunta tonta que estaba siendo respondida con la sola acción de Hoseok, así que me levanté y lo seguí hasta que lo alcancé en la puerta. — Espera, Hoseok ¿qué sucede contigo ahora?

— Nada — Sus labios hicieron un puchero y miró a otro sitio que no era mi rostro, era tan evidente que algo le sucedía.

— ¿Entonces no me lo dirás y decidirás guardartelo para ti?

— No será diferente de ti, traidor. — un pequeño tic se formó en mi ceja; Hoseok si que sabía ser directo y poco delicado; muy salvaje, por así decirlo.

— ¿Traidor? — Volví a repetir las palabras porque no sabía a qué se refería exactamente y disculparme por algo que quizá él no sabía aún era una opción poco viable.

— Te propuse algo la semana pasada y me rechazaste diciendo que tenías cosas urgentes por hacer — Inevitablemente me sonrojé. Ni siquiera era algo fuera de lo común, no era distinto a lo que ya sabía, pero aún me avergonzaba que hubiese sido él que lo dijera de la forma en que lo supo decir sin ningún tipo de vergüenza. — No quisiste ir a casa conmigo, pero ¿sabes lo que dicen todos en los pasillos? Que saliste con Kihyun esa tarde ¿por qué?

Todo se hacía siempre tan problemático...

— Era un trabajo en conjunto que debíamos preparar, Hoseok. — Solté un suspiro y lo miré a los ojos — ¿Y no estás tú alucinando un poco? ¿Cómo piensas que nadie se avergonzaría si le piden tener sexo con un poema de Cortázar? Soy una persona sensible ¿sabes? Pero esto... Dame un poco de tiempo para pensarlo.

— ¿Cómo dices? Pero si gasté bastante en pensar cómo recitarlo, también el momento debía ser el perfecto, además tú y yo estamos en plena etapa de la juventud, nuestros corazones son fuego nada más ¿qué está mal con eso? Vamos a hacerlo, llévame a casa hoy.

Por Dios....

— Mmmhh, Hoseok ¿por qué no hablamos esto con más calma después? Te aseguro que todo irá resultando bien si sólo dejamos que las cosas se den con... Mmm un poco más de naturalidad. — Podía sentir su urgencia surgir de todos sus poros, no quería juzgarlo porque realmente lo amaba con toda el alma, pero podía jurar que era virgen sin siquiera preguntarle directamente por ello.

En el momento en el que traté de salir de la pared en la que ya prácticamente me tenía arrinconado, lo vi acorralarme poniendo ambas manos a mis costados, mi corazón se agitó ferozmente y no tuve otra salida que desviar la mirada para no sentirme completamente poseído. Sus dedos tomaron mi barbilla haciendo que lo mirara, sus labios se conectaron con los míos enviando una fuerte onda electrizante por todo mi cuerpo, el vacío y a la vez la llenura de mi corazón en combinación con todo lo que sentía, hizo de mi un caos y correspondí con devoción a la firmeza de los besos de Hoseok; la humedad y mis manos temblorosas era algo demasiado nuevo para sentir, aunque en realidad no lo fuera.

— ¿Hasta cuándo más tendremos que esperar? Te deseo demasiado, quiero estar contigo. Hacerte sentir bien, mejor que cualquiera.

Esas fueron sus palabras y me sentí un poco decepcionado porque era tan diferente de aquellas últimas páginas del diario...

Solté un ruidoso suspiro y lo alejé un poco recuperando mi espacio personal, traté de componerme rápidamente y sonreí pretendiendo de nuevo que esto negrumeno y pintoresco, triste y cómico, no me estaba devorando vivo.

— ¿Y cómo aseguras que serás tú quien me haga sentir bien? También soy un hombre ¿sabes? Podría ser al contrario y tú solo aseguras cosas.

— ¿Qué? Pues... — Hoseok quedó desarmado, barrí hacia atrás mi cabello terminando de componerme y acomodé mi corbata orgulloso de mi postura. — No lo sé, quizá porque eres más delgado.

— ¿Crees que esto es una historia de adolescentes sin sentido, Hoseok? — Aún sin rendirse Hoseok conectó su dedo índice a su cabeza y comenzó a pensar; era tan singular, que las palabras de mi otro yo se quedaban cortas al describirlo. — ¿ah?

— Decidamos esto de una vez. Piedra, papel o tijera.

— ¿¡AAAAHH!?

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Hola, bellezas inigualables.

Este es un nuevo capitulo de 'Sad Club' espero que les haya gustado y también muchas gracias por apoyar la historia de esta manera, sus comentarios y votos son mi motivación ❤️✨

Gracias 💞

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