Saltos

2. Lo que es un misterio
10 de Julio del 2018

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— ¡Piedra, papel o ¡tijeras! — revisé esperanzado, pero Kihyun de nuevo me había ganado.

— Maldita sea... — Mi rostro mostró la verdadera molestia, mientras mi amigo saltaba entre estruendosas risas que lo único que hacían era ponerme de peor humor. —  Ya basta de celebraciones ¿qué tengo que hacer? — Primero me tiré contra el respaldo de la silla cruzandome de brazos, negaba con la cabeza el que alguien como Kihyun me hubiese vencido en tal juego, cuando en mi antigua escuela era el mejor de todos.

— Vas a tener que pagar por mi almuerzo y de paso ir por el, esclavo.

La risotada que soltó Kihyun no me vino en gracia, mirandolo fijamente imaginé dándole un puño en todo el ojo, pero se suponía que aquello no era para tanto; salvo que no quería mover ni un musculo. Bufando golpeé mi propio escritorio con ambas manos, rodé los ojos cuando él sonrió y lo apuré a que me dijera qué diablos quería comer.

Salí del salón dando zancadas bestiales.

Por todo el camino maldije el instante en que accedí a aceptar envolverme en un juego igual, más sin embargo debía de ser consciente que nunca esperé ser vencido por Kihyun tan fácilmente.

Dejando de estar tan tenso solté el aire por la boca y resguardé las manos en los bolillos del pantalón, continúe caminando de manera tranquila por los pasillos de la escuela teniendo en mente que debía comprar lo que Kihyun pedía o sino seguramente haría algún estúpido e inútil reclamo que no soportaría ni en mil vidas.

Sí, a pesar de no ser novios teníamos discusiones como si lo fuéramos de verdad. Era hasta gracioso y también molesto.

Atravesé media escuela con la atención casi en las nubes, de pronto, mi atenta mirada se dirigió hacia el otro lado del pasillo, ese que estaba separado por un patio bien cuidado. Algo en mi interior cambió en el instante en que lo vi, mis ojos no se apartaron de cada una de las partes que casi tenía memorizadas e igualé hasta su andar, incliné la cabeza para intentar ver un poco más que su rostro y un suspiro involuntario se escapó de mis labios cuando logré percibir en los suyos una sonrisa blanquecina y brillante.

Me contuve de aplaudir emocionado y continúe caminando hasta que todo se volvió negro.

Como un imbecil me estrellé contra una de las gruesas columnas del corredor, fue bastante doloroso, pero me sentí más ridículo una vez tuve bien presente las razones por las cuales esto comenzaba a sucederme más seguido de lo normal. Sólo bastó un instante para estar rodeado de personas que me preguntaban aterrados si algo había sucedido con mi rostro, cuando en realidad lo que perdí con heroica rapidez fue la dignidad y toda consciencia sobre mis acciones...

Todo debido a él.

◇◇◇


— Santos cielos, estos días los exámenes comienzan a hacerse un verdadero dolor de cabeza. Como me gustaría poder dormir un poco más de lo que estoy haciendo últimamente.

Abrí los ojos viendo el humo que expulsaba Kihyun, estábamos en la terraza del colegio descansando de la mierda diaria que nos tocaba vivir simplemente por pretender salir y hablando de una que otra cosa sin sentido; como la escuela y sus absurdos métodos espartanos de enseñanza.  Varias veces le dije que dejara ese maldito vicio de fumar, pero él disfrutaba de hacerlo mientras conversábamos de cosas que no eran demasiado complicadas, pero que a nuestra edad son casi montañas difíciles de afrontar.

Ese era mi parecer.

— Echa tu humo para allá. — Me giré mirando hacia el otro lado, escuché un chasquido de su parte y fruncí el ceño.

— ¿Tendremos una pelea de pareja? — lo evitaría cuánto más pudiera.

— No. — le respondí sencillo, sin más explicaciones que hicieran que quizá comenzarmos algo en serio justo ahí.

— Que bien, porque no estoy de humor. — Rodé los ojos porque eso era bastante cuestionable desde mi punto de vista; Kihyun nunca estaba de humor para nada, aunque eso no era lo importante.

— Mi vecino.

— ¿Uh? — él dio una nueva calada a  su cigarrillo mirándome, mientras que yo me senté fijando la vista en la rejilla metálica que rodeaba el lugar; el aire era una mierda.

— Me gusta mi vecino.

Luego de mi confesión hubo un silencio en el que sólo el cigarrillo de Kihyun se consumió con lenta proporción, la ceniza cayó al suelo en medio de sus piernas y una risita burlesca comenzó como una pausada y desinteresada, cobrando fuerza a medida todo se tornaba realmente gracioso para él... Menos para mi.

— Lo que quieres decir es que te enamoraste de un anciano de ochenta años ¿Que tienes problemas psicológicos o algo? ¿Te sientes reprimido? Eres un sucio, Hyungwon.

Maldito idiota.

— Kihyun, mi vecino es un hombre joven y estudia aquí. — Su expresión fue una de alivio y yo negué con la cabeza cualquier disparate que por su cabeza hubiera pasado.

Ya llevaba un buen tiempo espiando a mi vecino desde la ventana de mi habitación, algo que pretendía no se hiciera demasiado enorme, comenzó a absorber cada parte de mi vida como una enorme burbuja de goma; me encontraba enganchado, totalmente pegado y por más que intentaba salir, no podía.

Lunes, Miércoles y viernes.

Hoseok sacaba la basura en horas de la tarde o noche y los diferentes suéteres que usaba me parecían geniales; aunque ciertamente yo los odiara y amara más usar camisetas negras. Él tenía el cabello castaño, las facciones de su rostro eran mucho más que atractivas, su cuerpo era espectacular y su sonrisa una maravillosa la cual tuve la oportunidad de ver tan sólo un par de veces en las que, en una, casi pierdo un diente.

Me tiré de nuevo en el suelo, llevé los brazos atrás de la cabeza mirando las nubes pasar y por millonésima vez recordé los pequeños momentos en que casi había llegado a hablarle; perdida total, me era imposible porque me temblaban las manos, se me secaba la garganta y las ideas en mi mente se volvían confusas, desordenadas, prácticamente todo era un completo desastre cuando se trataba de ese hombre.

— Sal con él. — El consejo de Kihyun era uno muy bueno, pero aquello me parecía problemático y un poco inconsciente por una explícita razón.

— A su lado siempre va una chica bastante bonita ¿qué si es su novia? Él no sería tonto de dejar a alguien que parece quererlo lo suficiente ¿o sí?

—  Que se joda. A ti te gusta ¿no? Acércate y mira qué sucede después. Vive sin ningún arrepiento, Hyungwon, porque en un futuro cuando piensen en ello va a ser frustrante no poder saber lo que hubiese sucedido si lo hubieras intentado; y entiende que vivir con arrepentimientos te mata lentamente, es tortuoso y es horrible. — sus palabras eran lo suficientemente razonables, la comprendía a la perfección... Pero aún seguía sin estar convencido de ello. — ¿Y cuál es su nombre?

— Lee Hoseok. — lo respondí casi de inmediato porque me gustaba incluso su nombre, a mi me gustaba hasta su nombre. — Lo supe porque se lo pregunté al presidente de nuestra clase; ambos asisten al consejo de la escuela.

— Vaya, has trabajado duro. — Asentí porque, sí, era la primera vez que intentaba algo igual, es decir, era la primera vez que me esforzaba de esa manera para acercarme a alguien al que no podía acercarme porque estaba siendo un cobarde, era ridícula la forma en que se me hacía complicado y casi imposible de alcanzar. — Piensas en no decirle nada ¿No? — Sonreí viendo una linda nube pasar. — ah, que sad...

— La historia de mi vida. — respondí reafirmando lo que Kihyun dedujo con tan grandiosa facilidad — ¿Sabes? A veces simplemente siento que la vida me puso en este mundo para ser una persona triste — levanté la mano, abriéndola miré el cielo azul brillante entre mis dedos e intenté alcanzar esa bella nube que captó mi atención a primera vista; pero la ilusión de tocarla más el impulso de hacerlo sólo hicieron de mi un tonto iluso más. — Papá tiene a su nueva familia y mamá ama su trabajo lo suficiente, ahora resulta que tengo un extraño enamoramiento con mi vecino que saca la basura frente a su casa. Es ridículo.

Me sentía más que nada vacío.

— A ti no te rechazaron porque sí, señor tristeza. — Kihyun apagó el cigarrillo contra el suelo, soltando un suspiro apoyó la espalda contra la pared y negó levemente con la cabeza. — Hyunwoo me dijo que sólo quería centrarse en su arte y cosas así. No lo sé... Ya no lo sé. Estoy comenzando a querer rendirme.

— El amor es algo triste, Kihyun. — mi preocupación no era diferente a la de él — No importa si es el amor más noble de todos, habrá siempre un grado de dolor impregnado en el ¿Cómo no? Es al fin y al cabo amor...

— ¿Es otro de tus poemas? — bajando la mano la llevé hasta acariciar su pierna por encima del uniforme, cerré los ojos y sentí la suave tela de pantalón pensando en todo y nada.

— Sólo es mi opinión.

— Muy profundo. — El silencio de Kihyun luego de eso fue significativo — bastante a decir verdad — porque me hacía creer que pensaba en lo que acababa de decirle, quizá en Hyunwoo o en ambas.

— Comienzas a pensar así cuando te enamoras de un inalcanzable; y ojalá fuera un simple encanto, pero mi corazón ya no lo ve así... Realmente es triste.

— Supongo... — En silencio, así me quedé junto a mi mejor amigo luego de que respondiera con ese vago "supongo"

Acostado en la terraza de la escuela y mirando las nubes correr, entendí que no tendría nunca jamás un momento de real tranquilidad si no lograba olvidarme de Lee Hoseok lo más pronto posible; era un profundo temor y una alegría al mismo tiempo, sinceramente no tenía idea del por qué, pero dolía hasta los huesos...

◇◇◇


15 de enero 2019
......

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Hyungwon, feliz cumpleaños a ti! — los calurosos aplausos me hicieron sonreír de manera brillante. Kihyun estaba en frente de todos con la mirada de un hermano orgulloso y yo simplemente pude negar con la cabeza su tan alta terquedad.

— ¡Pide un deseo, Hyungwon! — Lo comentó apurandome; miré el lindo pastel que compró con la ayuda de los otros chicos y me perdí en la llama de la vela que se tambaleaba, se movía de un lado a otro en bellas olas danzantes y me centré en ella hasta que mis ojos no enfocaron nada en realidad. — Vamos, rápido pide tu deseo. — Escuché a Kihyun insistir.

Cerrando los ojos pensé en algo que quisiera con mucha fuerza, algo que realmente quisiera hacer realidad y que fuera posible de cumplir; pensé en mis padres, mis antiguos amigos, mi amistad con Kihyun y finalmente en él, en Lee Hoseok.

No era un sabio, tampoco era que creyera en esas cosas y menos me resultaba significante, aún así junté mis manos, cerré los ojos y un pensamiento muy fuerte cruzó por mi mente, fue tan fuerte y claro que incluso apreté las manos esperando que ese sueño imposible se hiciera realidad aunque fuera por un tiempo.

"Deseo poder tener una oportunidad de estar con Lee Hoseok, aunque sea por un poco"

Abriendo los ojos miré la llama danzante frente a mi, llené mis pulmones de aire y soplé fuerte apagando la única vela que decoraba el pastel; los aplausos retumbaron lejos en mi cabeza mientras veía el humo de la vela subir y desaparecer. Un abrazo por parte de Kihyun llegó sorpresivo, sonriente regresé el abrazo y di un corto beso en sus labios que todos celebraron como si fuera importante o algo así.

— Feliz cumpleaños, Hyungwon. Espero que te haya gustado la sorpresa. — el agradable abrazo por parte de Kihyun logró aliviarme, haciéndome sentir bien de estar ahí compartiendo ese momento junto a él que era mi mejor amigo.

— No debiste hacer nada de esto. — se lo comenté haciendo más fuerte el abrazo, él simplemente negó con la cabeza.

— Lo haré cada año sin falta, así que prepárate.

— Perdiste la cabeza.

Su risa dio incio a la dichosa fiesta.

Mentiría si dejara que no me sentí fuera de lugar entre las personas que estaban ahí, nos encontrábamos en casa de Kihyun, era invierno y supuse que siendo mi cumpleaños sería bueno hacer algo diferente, pero por alguna razón sólo quería salir de ahí e ir a mi habitación; quizá simplemente me hacían falta los momentos en que celebraba junto a mamá y papá, junto a mis amigos de Incheon o no entendía qué me sucedía...

Yo sólo me sentí así y ya.

Viendo a los chicos jugar busqué hacerme del ambiente hasta que dieron las diez de la noche, viendo la hora supe que debía regresar a casa antes de que se hiciera más tarde, así que  me levanté y busqué a Kihyun que hablaba con uno de nuestros compañeros.

— Debo regresar. — se lo comenté y sus ojos me miraron sin aceptar del todo mi intención de dejarlo.

— ¿Tan pronto? Deberías quedarte. — Podía ser, pero ya el sentimiento de querer irme estaba demasiado instalado, me había convencido a mi mismo y no iba a desistir de escapar del lugar.

— Mamá debe estar esperándome.

Lo comenté y Kihyun asintió aceptandolo. Luego de despedirme salí de la casa, caminé rápidamente hacia el auto debido a que mi chaqueta de cuero era cálida, pero no lo suficiente para resistir al frío de enero; entrando me quejé de casi tener congelado el trasero y conduje a casa pensando en lo aburrido que estaba siendo  últimamente.

Se sentía triste.

Era viernes en la noche, pero no lo sentía tan especial, más bien me encontraba nostálgico y aperezado; estaba seguro que de haber sabido lo que pretendía Kihyun, le habría dicho alguna excusa para no salir de casa, y no era propio de mi ser así, solamente que sentía los días pasar lentos y extraños desde mi parte.

De camino a casa me entretuve pensando en ello y en lo tonto que era el enfrascarme insistentemente en algo que se solucionaba siendo menos huraño y qujumbroso, quizá intentando algo nuevo o jugando algún videojuego; habían muchas cosas que podía intentar hacer y aún así seguía ensañado en no tener nada para solucionar el inútil sentimiento de tristeza y  aturdimiento.

Al llegar apagué las luces del auto para no despertar a mamá en caso tal de que estuviera durmiendo, quité el cinturón y revisé el mensaje que Kihyun envió justo antes de llegar; en el decía que era una lástima que me hubiese ido, pero yo no podía estar menos de acuerdo, porque me sentía seguro que de haber aceptado quedarme, a lo mejor ese era el momento en que habría salido corriendo o algo peor.

Le respondí prometiendole que la próxima vez lo llevaría a comer afuera para compensar y sonreí cuando recibí como respuesta un tonto sticker con los pulgares hacia arriba; quise despedirme antes de entrar a casa, pero mi teléfono se apagó de manera inesperada, intenté encenderlo sin conseguir nada a cambio y levanté la cabeza notando que las luces de las calles se habían apagado también.

— Perfecto. — Suspiré agotado. Estaba preparado para salir, cuando escuché a alguien abrir la puerta de al lado, mi ceño se frunció y solté la puerta para ver quién diablos había entrado.

Era estúpido hasta la médula.

El sujeto era tan alto como yo y cuando cerró la puerta me sentí vulnerable, porque por esos días se hicieron muy populares los casos de estudiantes que estaban siendo acosados por extrañas personas, y quizá era mi momento de experimentar tal disgusto y quién sabía qué más esperar.

— ¿Quién es usted? — El traje negro que llevaba puesto no parecía de broma, era un tipo muy bien arreglado y su peinado también estaba bien hecho. Intenté ver su rostro y el corazón me mandó una fuerte corazonada.

— Hyungwon, necesito que mantengas la calma y escuches muy bien lo que voy a decirte. — La inesperada situación quería volverme loco por completo, mis ojos y mis oídos no podían estar funcionando bien de ninguna manera; parecía tan ilógico, que lo único que pensé, fue en haber tomado algo extraño en casa de Kihyun.

— Qué...

— Es sobre Hoseok, Hyungwon, necesito que escuches cada cosa que voy a decirte y evites que suceda.

Yo a esa altura no entendía absolutamente nada.

Ese día del viernes fue el más aburrido posible, todo me resultó monótono de manera absurda y ni hablar que la fiesta que Kihyun organizó tan amablemente me hizo desear nunca haber salido de casa, ahora resultaba que frente a mi estaba un extraño sujeto que no conocía de nada, intentando jugar conmigo y diciéndome un montón de cosas que no me importaban

¡Diablos! que lo que trato de decir es que su disfraz era demasiado bueno, eso es lo que trato de decir; el extraño sujeto era mi viva imagen con unos cuantisimos años más.

— Ya está bueno, no es gracioso. Baje por favor o llamaré a la policía por estar acosando a un adolescente. Se lo advierto, sólo tengo que hacer una llamada.

— Sé que debe ser demasiado difícil para ti, pero en serio necesito que te calmes y escuches lo que tengo para decirte, Hyungwon. Por favor... — su desesperación fue demasiado evidente en cada una de las palabras que mencionó, pero yo aún no paraba de pensar que todo era cuento sin gracia.

— Listo, llamaré a la policía. — levanté el telefóno olvidando que minutos antes había quedado muerto y el tipo a mi lado bajó mi brazo aferrándose a el.

— Hyungwon, por favor, no tengo tanto tiempo. No sé qué tanto podré permanecer aquí. — comentó — Esto es demasiado importante. — fruncí el ceño porque el disfraz era tan bueno; mi curiosidad fue más grande que el miedo y toqué su rostro haciendo que el se detuviera de hablar.

— Santos cielos ¿Cuánto te pagó Kihyun para darme este susto de muerte? Se ha pasado esta vez. — Yo supuse que había sido él que quería darme algún tipo de escarmiento o susto quién sabe por qué razón, más el negó con la cabeza cualquier cosa igual.

— Hyungwon, soy tú pero del futuro. Vengo del año 2045 y quiero que me ayudes a salvar la vida de Hoseok.

Cada cosa que decía era un sinsentido del tamaño de una montaña, pero cuando me dijo eso del futuro me dejó prácticamente helado y sin nada en la cabeza.

Estaba en blanco.

— ¿Qué?

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Hola, mis personas favoritas.
Espero que les haya gustado mucho el Cap y que lo hayan disfrutado.

Tengo que aclarar que al parecer hay un error en la aplicación y está mostrando los capítulos de manera desordenada, los últimos capítulos que he publicado y su orden son:

Soluciones Arriesgadas
Festival de las oportunidades
Contraste
Recoge la correspondencia
Y el último este, Saltos.

Gracias por acompañarme hasta aquí, nos leemos en próximas actualizaciones!

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