El Festival De Las Oportunidades

7. ¿Dilucidar?

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— ¿Y qué otra banda te gusta? — La pregunta captó mi atención que estaba centrada en el poster de Arctic Monkeys que estaba pegado en la puerta de su habitación, me acerqué sentandome en la silla de su escritorio y sonreí antes de hablar.

— Escucho mucho a The Beatles y Lime Cordiale. Me gustan las bandas inglesas. — era absolutamente verdad, para mi resultaba muchísimo más atractivo en términos de estilo.

— Vaya, es lo mismo en mi caso. No digo que las bandas americanas no sean buenas, lo son, pero prefiero el rock inglés. — Lo dijo de esa manera y estuve tan de acuerdo.

— Lo sé, tiene un toque diferente. — Sonreí de nuevo sintiéndome fascinado por la manera natural en que nuestra conversación iba, miré de nuevo al rededor pensando en otra cosa qué decir que fuera importante y recordé el bello poema de Cortázar.

— Tu boca.

— ¿Cómo? — la risa de Hyungwon salió con un toque de desconcierto, él dejó de estar acostado en la alfombra y en su lugar se sentó mirándome y pidiéndome una explicación a la repentina interrupción.

— Lo que digo es que recordé el poema de Cortázar, Tu boca.

— increíble ¿Te gusta Cortázar? — asentí y un brillo en los ojos de Hyungwon destelló siendo evidente. — Eres de verdad increíble, Hoseok.

Y esa última frase me hizo dilucidar.

Levantándome de la silla me acerqué, su mirada me siguió esperando por lo que haría y sin perder el tiempo me agaché quedado justo frente a él, muy cerca de su rostro.— Me agrada la idea de intentar jugar a la guerra de miradas, cada que recuerdo el poema imagino haciendolo con la persona que me gusta. — Lo que dije era arriesgado, pero sincero. Lo miré fijamente intentando que sus ojos enormes dejaran de verme todo el rostro con tanta impresión como lo hacía en ese momento y busqué que simplemente se centraran en la acción. — Sólo así...

Levanté mi dedo para pasarlo por encima de sus labios gruesos, eran suaves al trazo y me perdí en ellos por el tiempo en que todo estuvo en silencio. — ¿Te gusta lo que ves, Hoseok? — mi mirada pasó de sus provocativos labios a sus ojos brillantes, bajé la mano, guardé la distancia y me senté mirando a algún rincón de la habitación; mi rostro se sentía caliente porque era consciente de lo que dije sin chistar.

— Sí.

Respondí sencillo.

No lo vi al rostro exactamente, sólo escuché una risita que me avergonzó porque sabía lo estúpida y rara que era mi confesión. Llevaba varios días pensando sobre ello, considerando oportunidades y hasta motivos por los cuales debía de hacerlo, todo porque ya no era normal lo que sentía y estaba seguro — segurisimo — de lo que ello significaba.

No te quedas noches enteras en vela pensando en quien no te interesa; la inquietud que en un principio era simple curiosidad, creció hasta que se convirtió en algo mucho más allá de una simple inquietud.

— Otra pregunta — Su voz sonaba emocionada. — ¿Estoy soñando? — me reí al escuchar la pregunta, mirandolo negué con la cabeza cualquier cosa igual.

Era real.

— Sólo sucedió. Ya no te veo como a un rival. — lo dije encogiendome de hombros, mis ojos lo observaron a detalle y mi corazón de nuevo latió emocionado. — Lo siento si tardé demasiado en aceptarlo. — Hyungwon negó con la cabeza optando por una pose badass, incluso en medio de una confesión mantenía un semblante tranquilo y carismático.

— Estoy feliz porque se cumplió, pensé que eran sólo tonterías y que no sucedería jamás. — fruncí el ceño y solté a reírme.

— ¿Tratas de decir que sabías lo que pasaría? — Hyungwon elevó la vista al cielo del lugar pensando, su cabello rojo se veía tan suave, que caía con ligereza.  Grabé cada detalle de manera íntima.

— Tal vez. — Eso eso fue sorpresivo, fue inesperado y extraño, así que seguí la conversación esperando entender a qué se refería exactamente.

— ¿Y cómo? — la pregunta pareció interesarle lo suficiente porque me miró y sonrió complacido.

— Lo leí en el horóscopo. Decía que eras el indicado para mi, Hoseok, confío en ello.

Dios, sus bromas eran lo peor.

— Lo más tonto que he escuchado. — Hice que me reía y miré al rededor mientras él sonreía satisfecho de por sus palabras. Me levanté y caminé directamente a la colección de CDs que guardaba con tanto recelo. — Wow, esto es genial. — tomé uno de Queen que me estaba costando demasiado conseguir y lo revisé asombrado.

— Ese me lo dio mi tia que vive en Londres. Me dijo que lo encontró y de inmediato lo compró, lo empacó y lo envió.

— Tienes muchas suerte, Hyungwon. — lo miré, encontrando al instante en que lo hice que Hyungwon me veía intensamente y volví al CD sintiéndome de nuevo inquieto.

— ¿Suerte? Quizá. — musitó acercándose más. — Hace meses habría pensando que era todo lo contrario; tú ni siquiera sabías que existía y hoy estás aquí, Hoseok. No sé si es suerte o el destino tocando a mi puerta, pero lo único que quiero es tener la oportunidad de hacer feliz.

— Va-vaya, pensé que era al contrario. Creí que nunca te interesaría alguien normal como yo, no soy tan genial.

— ¿Qué te hizo pensar en algo así? — su forma de expresarlo prácticamente me mostró que lo que dije no tenía sentido para él, así que me encogí de hombros no sabiendo exactamente cómo explicarlo.

— No lo sé, apenas te conocí hace un par de meses. — Seguí viendo su colección de CDs tratando de que mis pensamientos estuvieran enfocados en ello, a mi lado Hyungwon también veía uno que otro álbum y hablaba de ellos contando alguna historia, soltando algún cumplido o simplemente aportando un grano al significativo silencio que nacía entre los dos y el cual llenabamos con fugaces miradas.

En general fue un agradable momento.

A pesar de que luego de mi confesión me dediqué a hablar de todo, menos acerca de profundizar sobre nada — no le dije sobre establecer una relación o algo parecido — Pareció ser que para ambos era suficiente con saber que nos correspondiamos mutuamente, sentía que sólo eso era suficiente para desarrollar algo en un futuro y fue conmovedor. Después de que su madre nos subiera bebidas y de hablar de un montón de historias de bandas, regresé a casa por fin, encerrado en mi habitación recordé cada detalle mínimo y notable captado, tomé mi libreta y describí en ella cada cosa que me había deslumbrado como en un principio.

Estaba condenado, con un infierno.

Hyungwon era en serio precioso, muy hermoso y diferente de cualquiera que hubiese visto antes; sus pestañas eran bastante largas, sus ojos oscuros grandes, muy bonitos, sus cejas estaban ordenadas y su nariz brillaba en la punta, su piel color caramelo era de porcelana y sus labios me tentaron tantísimas veces, que difícilmente me contuve de hacer lo que mi mente y cuerpo pedían a gritos y simplemente traté de actuar normal, como si cada una de sus facciones no hubiesen afectado hasta la última fibra de mi ser.

Así el encanto, uno puro que me hacía sonreír nada más recordaba cada momento vivido, se anidó en mi interior con un toque sutil y con una calidez que lo hacía increíble de sostener.

Sentado en mi escritorio cerré la libreta y pensé de nuevo en Hyungwon, en lo mucho que quería besarlo, es que a penas y tuve el valor suficiente para decirle de frente que me gustaban sin contar, claro, que había sido de la manera más Hoseok posible. Bien decía Jooheon que era un completo raro y un tonto, pero eso no le importó a Hyungwon porque su sonrisa siempre fue una sincera y por algún motivo sentí que eramos el uno para el otro.

Yo honesta e inocentemente lo creí.

◇◇◇


— ¡Hyungwon, sal ya!

— ¡No! ¡No voy a hacerlo! — Caminé rápido por el pasillo de camino al baño, llegando al mismo pude escuchar a Kihyun gritar, así que entré llamando la atención de Jooheon.

— ¿Qué sucedió? — Pregunté cerrando la puerta tras de mi; Kihyun soltó el aire agotado.

— Es Hyungwon, no quiere salir del cubículo. Dice que no lo hará por nada del mundo viéndose así.

Yo no entendía qué quería decir.

— ¿Tan mal se ve? — lo pregunté exasperado. Eran las 10:30 de la mañana, se suponía que nuestro cafe debía estar abierto a los estudiantes de las otras escuelas a las 11 am, lo cual nos dejaba en una difícil desventaja pues no teníamos tiempo para casi nada.

— ¡Váyanse! ¡No saldré viéndome así de ridículo! — escuché el grito por parte de Hyungwon y Jooheon rodó los ojos.

— ¡Ey, Won!  Vamos, no es para tanto. Te veías bien y pienso que serás el centro de atracción.

Fruncí el ceño no estando de acuerdo con eso.

Tomando aire y soltandolo enseguida me puse a pensar en lo que debería hacer; tendría que hablar con Hyungwon y convencerlo, si no funcionaba entonces debíamos rendirnos y optar por usar ese uniforme de maid, antes de que fuera demasiado tarde.

— Hablaré con él. — Kihyun asintió, se acomodó la tiara y la falda, incluso se puso una peluca negra muy bonita; las mismas fueron idea de Dior, quien se dedicó a ir de compras junto a Changkyun el día anterior después de la escuela. Jooheon golpeó mi hombro deseandome suerte, y cuando los vi saliendo y cerrando la puerta, miré el cubículo donde se encontraba Hyungwon, me acerqué y toqué. — ¿Won?

— ¡Vete, Hoseok! ¡No voy a salir así!

— Vamos, Won, estamos sólo tú y yo. — se lo dejé en claro. Escuché que sorbía la nariz y tragué grueso al pensar en que estaría demasiado asustado al punto de llorar; hubo un silencio largo antes de escuchar que el seguro de la puerta era deshecho, la misma se abrió un poco y me atreví a terminar de abrirla empujandola y así ver de una vez lo que sucedía.

Groso error.

Mil infiernos, mis ojos se ampliaron a medida que mi pecho se inflaba de la impresión, mi boca se abrió y de la nada me di la vuelta con el alma prendida de un hilo; mis mejillas estaban seguramente rojas al igual que mis orejas, todo mi cuerpo estaba temblando y comencé a sudar frío.

Cubrí mi boca con la mano porque en cualquier momento tendría un ataque de pánico.

— ¿Ves? Me veo terrible, Hoseok. — Hyungwon soltó a llorar de nuevo; volteé a verlo para decirle que no, que era absolutamente todo lo contrario, pero verlo sentado ahí con esas medias negras altas, esa falda y esa peluca larga castaña, me hizo casi sangrar la nariz.

Me sentí el peor pervertido de la historia.

— Hy-hy-hy-hy

— ¿Qué? — Me quité el delantal rápidamente y lo estiré hacia Hyungwon intentando decirle que se cubriera, sus piernas estaban abiertas y su pose altamente masculina le quitaba delicadeza a su falda negra.

¡Era una injusticia hacia su falda, por el amor a Dios!

— Te-te ves bien, demasiado bien. Muy bien, más que bien. Súper bien.

— Hoseok... ¿Lo dices en serio o sólo quieres hacerme salir de este baño? No mientas.

— Oooohhhh, mi querido amigo, creeme que lo digo en serio. Si no fuera demasiado atrevido, ya te habría dicho lo mucho que eso me calienta. — Me cubrí la boca con la mano rápidamente al ser consciente de que mi pensamiento se materializó en palabras, me avergoncé muchísimo y fue peor cuando lo escuché reír.

— Con que si eres uno de esos pervertidos como dice Jooheon.

— ¡Claro que no! — Eso fue demasiado; podría ser que si me gustara un poco más que a los demás una que otra cosa extraña, pero eso no me hacía un loco pervertido por excelencia. — La cosa es que te ves perfecto, como siempre. Maldita sea, me pones de mal humor. — solté el aire mirandolo de frente, él tenía un leve sonrojo en el rostro y su nariz debido al llanto; sagrado cielo, que mis piernas flaquearon cuando se levantó acomodándose la ropa.

— Está bien. — sonó decidido y sorbio la nariz. — Pensé que era ridículo, pero si te gusta a ti está bien para mi. — saliendo me entregó el delantal y se vio en el espejo; me quedé sin aire una vez pasó por mi lado. — Esto es terrible. Haré que Jooheon pague por esto y no me importa si es tu mejor amigo, romperé su nariz.

— ¿De verdad saldrás así? — Mis cejas se juntaron a la hora en que consideré con calma, que no sería apropiado dejarlo ir vestido de esa manera si Hyungwon realmente se veía tan bien así.

— Acabas de decir que me veo bien. — su mirada se encontró con la mía a través del espejo y luego se giró viéndome directamente, yo me desinflé asintiendo.

— Sí, lo hice. — Colocandome el delantal me apuñalé setecientas veces la tráquea por haber dicho con tanto fervor lo que pensaba, porque con ello hice que Hyungwon se motivara a mostrar al mundo su cuerpo en ese traje que despertaba los deseos más impuros de la vida. Resignado comencé a ir a la salida, Hyungwon me tomó del brazo y buscó mi rostro.

— ¿Qué pasa, Hoseok? — solté un suspiro y negué con la cabeza.

— Nada.

— Vamos, es claro que algo sucede.

Con eso dejé salir lo que pensaba, de nuevo.

— Que otros hombres estarán allá fuera, Hyungwon. Mirate, te ves demasiado provocativo con ese traje de maid y si yo fui capaz de verlo ¿te imaginas el resto? Seguro estarán muy emocionados de poder verte así; no me gusta para nada la idea.

— Pero si yo sólo tengo ojos para ti, Hoseok, para mi es suficiente con que un sólo hombre me mire y ese eres tú. No me importa nadie más. — Totalmente tentado lo miré fijamente a los ojos, mi pecho comenzó a llenarse de ese impulso desmedido que  me robaba hasta el aire y fui bajando por su rostro hasta sus labios, la fuerza con la que deseaba besarlo era descomunal.

— Está-está bien... — toqué su peluca, jugué con un mechón y mordí mi labio dejando ver lo que realmente sentía, me avergonzadaba pero estaba bien si era sincero. — te veré afuera.

— s-sí...

◇◇◇


— Hola, bienvenida.

— Oh, por Dios. Es tan atractivo, tan atractivo. — Perfecto, las chicas que entraban de visita al café estaban bastante emocionadas, mientras que a mi me dolía la mandíbula de tanto sonreír y sonreír;  traté de mantenerme firme, pero ya comenzaba a sentirme agotado. El café era todo un éxito y quién lo estaba disfrutando completamente era Jooheon que amaba estar rodeado de mujeres, sin importar que Dior estuviera viéndolo a la distancia como si en cualquier momento fuera a fulminarlo.

— ¿Cansado? — Mi atención se centró en Changkyun, él se veía muy bien con su cabello negro estilizado y con el traje de mayordomo que le quedaba perfecto. Sonreí y negué con la cabeza dándole la bienvenida a una pareja, tenían el uniforme de la escuela vecina y supuse que estábamos teniendo suerte en atraer a los visitantes.

— Chang, dile a Dior que puede descansar.

— Claro...

— ¡Yo se lo diré! — Jooheon levantó la mano, despidiéndose del par de chicas que atendía caminó hacia el lugar donde  se preparaban las bebidas y Changkyun lo siguió con la mirada.

— a Jooheon hyung parece gustarle mucho noona.

Lo dijo de repente; debía sorprenderme, pero era imposible.

— ¿También lo notas? — Él asintió e hizo una reverencia recibiendo un grupo de chicos que lo chocaron al entrar, al ver eso me molesté porque ni siquiera se preocuparon en disculparse.

— Ey, ustedes ahí. — los llamé y mi voz prácticamente mostró la molestia que sentía, uno de ellos se giró y miró a todos lados haciéndose el inocente.

— Hoseok hyung, déjalo. No es necesario molestarse en hablar con esos tipos. — Changkyun no quería meterse en líos, pero había sido igualmente injusto y grosero. Miré a los sujetos y me acerqué.

— Acaba de golpear a uno de nuestros mayordomos, señor, le pido la próxima vez tenga un poco más de cuidado. — ellos portaban el uniforme de alguna otra escuela, los mismos rieron y continuaron entre charlas sin prestar más atención. Me sentí inconforme, pero Changkyun de nuevo me detuvo de intentar.

— Déjalo, sólo cuidemos que no hagan un alboroto mayor. — arreglandome la camisa los seguí con la mirada hasta que tomaron asiento en una de las mesas del centro y fue Hyungwon quien se acercó a atenderlos.

— No deberías dejar que las personas te molesten, Changkyun. Debes ser un poco más duro.

— No me gustan los problemas, los odio. — su excusa no era suficiente sin embargo.

— Pero a veces es mejor dejar claro lo que te disgusta a permitir que pasen por encima de ti todo el tiempo; eres una persona también y tienes derechos, sentimientos y mereces respeto. — se lo dije con seriedad para que lo entendiera, él asintió con la cabeza gacha y me sentí un tanto culpable de que quizá sintiera lo estaba presionando; no era así, sólo buscaba que lo entendiera y viera que nos importaba su bienestar de verdad.

— ¡Atrévete a tocarme otra vez y verás cómo te hago comer esta bandeja entera, pedazo de mierda!

No voy a mentir que escuchar esas palabras en la voz de Hyungwon me dejó totalmente perplejo, lo busqué con la mirada rápidamente y lo hallé discutiendo furibundo con los chicos de antes; de inmediato caminé hacia ellos, pero conmigo Jooheon y el resto también se pusieron en marcha.

— ¿Qué pasa? — Tomé a Hyungwon del brazo para que me mirara, pero su rostro estaba deformado de la molestia. Sus ojos echaban fuego.

— Que este maldito quiso aprovecharse y tocó el trasero. Ah, ¡pero yo mismo lo mato! — Hyungwon se soltó abalanzandose sobre el chico que se reía con suficiencia y  enseguida Kihyun lo tomó alejandolo.

— ¿¡Qué creen que hacen aquí!? ¡Váyanse de una maldita vez! — Kihyun gritó aún más enojado, mientras que Hyungwon seguía tratando de safarse y lanzaba mil insultos por segundo. Jooheon tomó a un par de ellos levantandolos de las silla y el responsable de todo simplemente se levantó sonriente como si no hubiese hecho nada.

— Deberías venir con nosotros, precioso. Tenemos el dinero y sé que te va a gustar. — Su asquerosa voz y las palabras me hicieron perder toda la razón, mientras apretaba los puños sentía que un fuego insoportable me quemaba cada rincón del cuerpo.

— ¿Quieres morir? ¡Largate de una maldita vez — Hyungwon se enfureció aún más, lanzó una patada intentado liberarse de Kihyun y soltó una nueva maldición.

— Yak!

Todos se detuvieron y me miraron sorprendidos; yo, ya no era yo.

— ¡Cómo te atreviste a tocarlo!

— ¿Hoseok? — Hyungwon abrió los ojos al máximo y yo comencé a correr hacia el idiota que me miraba como si todo fuera gracioso. Sinceramente, yo quería acabar con la existencia de ese idiota que pretendía burlarse de mi en mis narices.

◇◇◇


— ¿Por qué lo hiciste? — Volteé la cara totalmente molesto. Hyungwon tenía el ceño fruncido y se mantenía curandome el labio mientras me regañaba incansablemente.

Era una mierda.

El tipo me dio una paliza de muerte, si no hubiese sido por Jooheon y Kihyun, seguro este sería el momento en que no estaría contando ni el cuento. Me quejé de nuevo por el dolor y Hyungwon se detuvo una vez lo miré mostrándole que en serio dolía.

— No debiste hacerlo, Hoseok. ¿Qué si ese idiota te hubiese hecho algo peor? Seguramente lo habría matado a golpes, te lo juro. Maldito bastardo, pero me las va a pagar por haberte golpeado.

— El te tocó, Hyungwon. — me enojé de sólo recordarlo — ¿Cómo podría permitir que alguien así te hiciera algo tan bajo? No debí decirte que salieras en ese traje, sabía que era una mala idea.

— Hoseok, estoy seguro de que tu caballerocidad es infinita y te lo agradezco mucho ¿ok? Pero yo puedo defenderme solo; si arriesgarte por mi significa que saldrás lastimado en cualquier momento, entonces no lo hagas, no intervengas por mi.

— ¿Y ver como te lastiman a ti mientras me escondo? — me crucé de brazos apartando la mirada aún negandome a aceptar tal idea tan estúpida, Hyungwon soltó el aire y aún así no cedí ni un poco. — No es justo, ¡yo quiero que estés bien también!

— Te amo mucho — mis brazos prácticamente cayeron a los lados cuando lo escuché decir eso, impresionado por la manera espontánea en que lo dijo lo miré profundamente y él sonrió tomando mi mano besándola con devoción. — Te amo un montón, Hoseok. Incluso si ciencia cierta no sé lo que sucederá mañana, si algo te llegara a pasar yo no lo podría resistir; estoy seguro de ello.

— No digas eso. — Algo en sus palabras me hizo sentir intranquilo en el interior; Hyungwon aún tenía puesto el traje de maid, su peluca estaba desordenada y su mirada llena de preocupación me deshubicó.

Mirando a todos lados en su rostro y casi sin pesar atrapé sus labios, la emoción una vez lo sostuve de la nuca fue indescriptible, sus labios eran incluso más suaves al tacto y su respiración chocó contra mi mejilla haciendome sentir cosquillas en el vientre.

Me moví diestro a pesar de que sólo había besado un par de veces, el mismo sentimiento me motivaba y me llevaba a moverme buscando probar más de Hyungwon, nuestras lenguas coalicionaron y el fuego producto de la emoción me llevó a sentirme más apasionado que nunca, ni siquiera viendo mi serie favorita sentí tanta emoción y fervor como sentía con cada caricia por parte de Hyungwon.

Me separé viéndolo a los ojos, los tenía brillantes y estaba sonrojado, sus labios se tornaron rojos y volví a besarlo atrayendolo más cerca de mi, quité su peluca porque adoraba más su cabello rojo que era tan sedoso y brillante; mi lengua se hundió en su boca incansablemente y lo besé hasta nuestros pulmones se saturaron.

— Estaba muerto por hacer eso hace mucho tiempo — Lo susurré sobre sus labios, los detallé y nuevamente los rocé con los mios, nuestras respiraciones chocaban y Hyungwon cerró los ojos totalmente entregado; eso me llenó el corazón.

De repente una risa abrupta se escuchó.

— Cállate, Idiota. Nos van a descubrir. — Regresé al mundo de los mortales de golpe, Hyungwon abrió los ojos y busqué con la mirada el lugar de dónde provenían las voces, lo hice hasta que vi la cabezota de Jooheon asomándose por la mesa del profesor.

— Salgan de ahí, idiotas. — Hyungwon soltó a reírse y se cubrió el rostro.

— ¿Viste? Te dije que debías guardar silencio. Nos atraparon. — cómo si nada Dior se levantó, mientras Kihyun, Jooheon y Changkyun salían dándose con el mundo; todos tres cayeron al suelo entre carcajadas. — "¡Oh, Hyungwon, mi dulce Hyungwon! — ahí estaba Dior; ella seguro me molestaría todo el resto del año por esto, así que me sonrojé de la sola vergüenza.

— ¡Cállate, Dior!

— Felicidades a ambos, son una pareja perfecta. — Kihyun aplaudió y Jooheon lo miró sin entender nada.

— Deberías estar molesto con Hoseok, por si no has notado te robó a Hyungwon. — Kihyun abrió los ojos y fingió un enojo que nunca estuvo ahí.

— Es cierto ¡Hoseok malo!

— Wow, nunca pensé que a Hoseok hyung le gustara Hyungwon hyung, igualmente felicidades — todos miramos a Changkyun y soltamos a reír porque en serio había sido inesperado.

Pero igual me sentía feliz.

◇◇◇

Estaba en la plaza esperando por Hyungwon, no habían muchas personas transitando por ese lugar, pero el ambiente agradable. Miré en mi reloj la hora notando que faltaban aún algunos minutos para las seis y pensé en tener un poco más de paciencia, pues igualmente llegué más temprano de lo acordado.

Era sábado, tuve que ir a la escuela para una reunión del comité y luego de eso invité a Hyungwon a salir, me gustaba que ahora pudiéramos hacerlo sin que se sintiera demasiado extraño o incómodo e igual resultaba reconfortante porque me gustaba estar con él; cada segundo era realmente maravilloso.

Levantando la vista con una sonrisa dibujada en el rostro me encontré con una sobra enorme que prácticamente me llevó por delante, cerré los ojos debido al impacto y me moví desorientado; fijándome en quién demonios se trataba, encontré a un sujeto que prácticamente se colgaba de mi brazo.

— Lo siento ¿Te encuentras bien? — bueno, por bien espero que estuviera refiriéndose a que al menos no me arrancó la cabeza. Asentí y lo ayudé a estabilizarse.

— Casi me llevas por delante, deberías tener más cuidado. — se lo advertí y vi las hojas en el suelo. — Te ayudaré. — me agaché viendo que muchos de ellos eran dibujos y otros más diseños.

— Gracias, de verdad llevo prisa.

— Claro, eso veo. — levantando el último dibujo lo analicé, era el retrato de una mujer desnuda y se veía de muy buena calidad; eso me impresionó. — ¿eres dibujante o algo así? — se los pasé y el miró los bosquejos, sonriendo avergonzado luego.

— Sí. — respondió — tomo clases extracurriculares para intentar entrar a la escuela de artes.

— Increíble, es fascinante. Dibujas muy buen.

— Gracias — su mirada era una noble y su sonrisa también, era fácil de notar. — y lamento de nuevo haberme tropezado contigo. De verdad.

— No te preocupes. Ah, por cierto, soy Lee Hoseok. — Le extendí la mano y él sonrió tomándola muy agradecido. Sea quién fuera él, no me parecía una mala persona ni nada por el estilo.

— Son Hyunwoo, es un placer. Eres muy amable. ¿Eres estudiante de la alguna universidad?

— ¿Yo? — me reí por su pregunta. — No, voy a la escuela que queda a unas cuantas cuadras de aquí.

— Con que también eres estudiante, vaya, jamás lo habría imaginado. — Él se quedó pensando y de repente, cuando intuí que diría algo más, sentí que alguien se ponía en medio de los dos.

Era Hyungwon.

— Wow, me asustaste. — Fruncí el ceño una vez lo vi al rostro, no era uno que estuviera de buen semblante y me preocupé. — ¿Qué pasa, Hyungwon?

— Vamos al auto. — lo dijo muy serio y yo solté a reírme.

— Bien, sí. Pero antes quiero que conozcas a Hyunw...

— Vamos, ¡ya! — Hyungwon prácticamente me llevó a rastras y volteé a ver a Hyunwoo que nos quedó viendo totalmente sorprendido. Caminé siguiendo a Won, entré una vez el abrió la puerta, y cuando el subió, fue cuando sentí el enojo punzarme los sentidos.

— Hyungwon ¿qué fue eso? Fuiste un poco grosero hace un momento ¿sabes?

— No quiero que vuelvas a acercarte a él.

Su mandato sin sentido me hizo abrir los ojos sorprendido.

— ¿Cómo dices?

— Que no lo vuelvas a ver ¿me oyes?

— Pero... Hyungwon, pero si lo acabo de conocer. Ni siquiera sé nada de él, estás exagerando.

— Si no quieres verme perder la cabeza, Hoseok, más te vale que te mangas alejado de él. — Su seriedad me hizo preocupar, porque de nuevo sentía esa sombra extraña que nublaba sus acciones.

— ¿Qué pasa, Hyungwon? — se lo pregunté esperando que fuera sincero, me encontraba demasiado intranquilo hasta esd punto  — Dime que es lo que sucede contigo.

— Por favor, Hoseok, prometelo; promete que no te vas a acercar de nuevo a él.

A este paso seria yo quien perdería la cabeza y no él.

— Está- está bien, lo prometo.

— Gracias... De verdad... — dijo con alivio... en un murmullo íntimo y sincero que no comprendí.

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Hola, mis personas favoritas.
Espero que les haya gustado este capitulo, muchas gracias por apoyar constantemente y por sus palabras que son siempre tan valiosas.

Gracias, las adoro!

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