Cuando No Es Lo Que Debería Ser

3. Lo que es un futuro.
01 de Marzo del 2030

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Sentado en el tren me dediqué a ver los diferentes paisajes que cambiaban ligeramente con el correr de los kilómetros, el día estaba nublado y sentía el cuerpo entumido; creo que llevaba dos o tres días sin dormir, la verdad no lo recordaba muy bien, quizá porque luego de un tiempo se hacía demasiado difícil determinar si el tiempo pasaba o no.

Hoy resultaba mucho más difícil que nunca.

Mirando a través de la ventana me detuve a recordar el tiempo en que no me importaban muchas cosas — entre esas el mismo pasar del tiempo — por supuesto, era joven y no tenía que preocuparme por nada como pagar cuentas o cumplir un horario estricto de trabajo. Hoy, por ejemplo, había logrado obtener el permiso para ir a verlo, a diario la oficina era un lugar agotador y sólo en estos lapsos de momentos obtenía un poco de paz; tan sólo un poco.

Detallando cada paisaje, una especie de voz en off inunda mi entorno haciendo que mi mirada se quedé perdida simplemente escuchando la interesante conversación superpuesta que me agrada; es la voz de Hoseok.

Es mi imaginación, claro, porque al final, de todo lo que pudiera venir a mi memoria, lo más precioso que podría recordar era Hoseok.

Él siempre fue una persona con pensamientos muy especiales, constantemente le encantaba guiarse por lo que sentía y siempre fue gentil, una opinión suya ayudaba a todos a su al rededor a solucionar cualquier cosa que estuviese sucediendo, todos lo amaban por lo que era y significativa; incluso si Hoseok no era muy diestro en cuestiones físicas, él siempre estaría dispuesto a poner la mano en el fuego por quien sea que lo necesitara. Era una de sus más grades virtudes.

Hoseok era honesto, siempre decía lo que sentía cuando lo sentía, y aunque se avergonzaba mucho de ciertas cosas que soltaba al azar, también solía confesar de manera voluntaria una que otra cosa que estuviera deseando; eran momentos especiales e íntimos que compartíamos cuando estábamos solos, porque a pesar de todo siempre fue muy reservado en ello. Lo admiro, como hombre y como persona admiro todo lo que él era y la manera en que llenaba cada uno de mis sentidos con su maravillosa presencia.

Durante nuestro trabajo en EL Club de la Tristeza, los momentos que compartimos juntos fueron los más memorables, los más cálidos y agradables que pudimos vivir — yo creo que para todos los miembros es así — el Club De La Tristeza fue el lugar donde nuestra historia comenzó, donde — Junto a Hoseok — crecimos, dode experimentamos cosas que ninguno de los que conformabamos el grupo sabiamos podríamos llegar a experimentar; fueron momentos valiosos que nos hicieron crecer como peesonas, pero también como familia.

Sería un mentiroso si digo que no extraño estar en ese tiempo cuando era infinitamente feliz, los días pasaban mucho más suaves, las preocupaciones eran mínimas, pero sobre todo, tenía la oportunidad de tenerlo a mi lado. Lo extraño a muerte, cada parte de mi cuerpo extrañaba a Lee Hoseok, a ese hombre excepcional que me mostró el camino y que me enseñó lo que era ser amado de tan invaluable manera, me siento absolutamente devastado de pensar que a diario tengo que despertarme siendo consciente de que ya no está a mi lado y me frustraba que muchos de los que me rodeaban, dijeran constantemente de superar algo que ciertamente era imposible de hacer.

¿Quién podría en tal situación?

Yo amo a Hoseok con toda el alma, no me imaginaba entregándole a nadie todo lo que a él le di y que le perteneció hasta el último momento; cada aliento, palabra, caricia y cada parte de mi ser estaba totalmente lleno de él, y aunque mil veces el mundo dijera que no, yo estaba más que seguro que lograría regresar todo a la normalidad.

En esa tarde del día viernes me bajé del tren con ese particular pensamiento rondandome la mente, con eso y con las últimas palabras que le dije antes de que se marchara; no era lo debido, fue tonto e inmaduro haber actuado como un niño y sé que si hubiese sido más comprensivo o si hubiera arrancado el problema de raíz, entonces seguramente nada de eso habría sucedido, a lo mejor estaría junto a mi o tan siquiera entre nosotros, sonriendo como solía sonreír y mostrando cada uno de esos bellos aspectos que yo tanto amo.

No fue una simple lástima como muchos pueden decir por ahí, fue un error, uno grave que no podría perdonarme jamás porque era completamente consciente que fue mi culpa, que incluso cuando pude haberlo remediado no lo hice y simplemente dejé atrás todo hasta que lo perdí; es por eso que luego de muchos años aún insistía en encontrar la forma de revirtir todo, de encontrar la oportunidad adecuada para acceder a ese momento en que todo sucedió y volver todo a mi favor.

Sin embargo...

¿Qué podía hacer?

Yo sólo era un simple hombre, un triste más enamorado de un inalcanzable, entregado en cuerpo y alma a alguien que era indeleble en mi memoria y que no pertenecía a este planeta... Un alguien que constantemente juraba que ni Dios ni nadie me iba a quitar la oportunidad de volver a estar con él.

Yo sólo era Hyungwon...

◇◇◇


"[...] Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más olvido,
¿quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa,
y del alto de libros que nos trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigilia, cuadrifonte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando el ocaso, ante la luz, dispersa,
quieras decir inolvidables cosas..."

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Me detuve de leer para ver a mi costado, me sentí frío, pero no tenía nada que ver con que el día estuviera igual, sino que me hizo falta su voz. Mirando al rededor cerré el libro para observar el lindo lugar que habían escogido su familia, Jooheon y Dior, el mismo estaba rodeado de árboles y se veía bastante acogedor; era como le gustaban los lugares, Hoseok no solía ser lúgubre, al contrario, le encantaban los sitios iluminados y naturales, y es por eso que constantemente me decía que amaba el aula que escogimos para ubicar el Club de poesía.

Mirando las flores frescas sobre la tumba supuse que alguien había venido antes que yo; tal vez Jooheon... O quizá él.

A mi edad aún no alcanzaba a comprender muchas cosas, simplemente dilucidaba ciertas maneras en que sucedían las mismas y actuaba conforme lo que iba comprendiendo, era una forma simple de proceder que aprendí de Dior; ella es una mujer muy especial y fuerte que me enseñó la manera adecuada de tratar a Hoseok, incluso de comprenderlo.

Aún después de todo lo que sucedió ella intentó enseñarme el cómo.

Cuando los conocí yo era prácticamente el chico nuevo, un muchacho distraído y alegre que no habría esperado nunca enamorarme de mi vecino, Hoseok. Recuerdo haberlo torpemente observado por meses antes de siquiera tener la oportunidad de acercarme a él, y a pesar de que se podría decir que fue iniciativa propia, la verdad era que fue un algo inesperado lo que provocó que todo comenzara y tuviera así al fin la oportunidad de hablarle, de acercarme y de comprobar lo tan divino que era él.

Sonreí al recordar sus palabras.

"Termina con él, yo lo vi primero"

Él estaba furioso, muy molesto porque se encontraba enamorado de mi mejor amigo Kihyun y cuando lo escuché decir aquello me sentí verdaderamente impotente, quise rendirme más de una vez pensando que definitivamente me había enamorado de un imposible, hasta que ambos fundamos El Club de la Tristeza. Fue su idea en un principio, coincidimos en que, aunque fuéramos rivales en el amor — un concepto creado sólo en su cabeza — Aún así podríamos trabajar juntos en un proyecto que involucrara lo que amábamos tanto; la literatura.

Así crecimos.

Aunque al principio eramos sólo los dos, el club fue creciendo a medida de que el tiempo pasó; primero se unió la secretaria del consejo, Dior, quien era amiga cercana de Hoseok y con eso Jooheon se unió, eventualmente Kihyun tuvo curiosidad, quedándose definitivamente como miembro oficial y finalmente terminamos aceptando a dos últimos miembros; Changkyun y Hyunwoo, el estudiante transferido que buscaba entrar a la escuela artes y de quien ciertamente no hablaba, más por rencor que cualquier otra cosa.

Eramos un team completo, eramos 7 contra el mundo y no comprendí qué nos sucedió. El amor sólo resultaba aterrador ante mis ojos.

Soltando el aire en un languido suspiro me tiré en el césped, mirando el cielo levanté el brazo y extendí la mano viendo entre los dedos el cielo plenamente gris, observaba las densas nubes preguntándome por los gestos que habría hecho Hoseok si hubiera visto el cd de QUEEN que siempre quiso tener; busqué mucho tiempo por él, pero al fin lo traje para su cumpleaños. Era tarde, lo sé, pero aún quería imaginarme su sonrisa, su emoción al hablar, su manera...

Cada día lo amo más, Hoseok es una imagen inamovible en mi mente que me hace sentir cálido unas veces y profundamente abrumado en otras; aunque esa misma imagen me tenía estancado en un tiempo en el que todo era mejor y se detenía en un momento que nunca pedí vivir, aún así no me importaba rememorar cada uno de esos pequeños detalles y situaciones como un bucle interminable.

Claro que al final llegaba siempre a la típica pregunta "¿por qué a mí?'

Era muy sencillo.

Lo dije, fui inmaduro para ver las razones de Hoseok, no quise comprender y mucho menos aceptar algo que quizá era más sencillo y en su lugar me dejé llevar por el resentimiento y los celos, unos que nacían del hecho de ser consciente que podía perderlo en cualquier momento a manos de Hyunwoo.

Pero al final ¿de qué me sirvió mostrar mi tan profunda inquietud y molestia?

Constantemente cosas raras pasan en el amor y por no comprender algo tan sencillo fue que lo lleve a ello, lo empujé hasta el límite, lo provoqué, y aunque sabía que podría estar equivocado, aún así continúe deseando con rencor cosas que jamás debieron ser deseadas, lo hice hasta que obtuve lo que menos esperé obtener. Sintiéndome vacío rodé en el césped creando un ruido sordo de las húmedas hojas en el suelo y estiré la mano hacia un lado sintiendome patético de querer tocar un inalcanzable.

Los deseos pueden ser peligrosos si no se tiene claro lo que se desea con tanta fuerza.

Sí...

Ahí tirado en el cementerio me pregunté qué diablos estaba yo haciendo al sentir arrepentimiento, si era tan simple como que yo era el culpable de mi misma miseria...

◇◇◇


Entré al pequeño restaurante con prisa, mirando por encima de las personas encontré a quién esperaba ver ese día, me dirigí a él a paso ligero y sonrió una vez estuve cerca.

— Changkyun ¿cuánto tiempo?

— ey, Hyungwon — Él se levantó dándome la mano y abrazándome, le correspondí dando un par de palmadas en su espalda y me senté detallandolo con asombro.

Changkyun parecía tan brillante y diferente.

— Te ves muy bien ¿Qué cuentas? — tomando asiento Changkyun asintió bebiendo de su café que había pedido con antelación y asintió antes de hablar.

— Lo normal. Claro, las cosas en la universidad están más difíciles hoy día porque cada vez es más complicado obtener apoyo para el área de investigación, pero lo estoy manejando mejor de lo que se podría esperar.

— Lo supongo — Lo dije porque en serio lo suponía. Tenía en cuenta que Changkyun había escogido ser físico como profesión y eso era algo que respetaba, aunque no entendiera demasiado sobre el tema.

— ¿Y qué tal tú? — La pregunta debía de tener una respuesta obvia de algún modo; frunciendo los labios moví la cabeza e hice algunos gestos con la mano prácticamente diciendo nada. — Debería suponer que no tan bien. — bebió de nuevo de su café y miró hacia algún otro lugar.

— Hoy es su cumpleaños. — Changkyun abrió los ojos, bajó la taza lentamente y sonreí intentando que no se sintiera incómodo por nada de lo que había dicho sin ningún tipo de tacto. — No te preocupes, no tienes por qué hacer esa cara.

— Lo olvidé, lo siento ¿Cómo te encuentras?— Encogiendome de hombros me acomodé en la silla, miré hacia el techo y aparté el cabello que caía por mi rostro intentado ser fuerte, lo intentaba con todas mis fuerzas pero me era imposible.

— Lo extraño demasiado.... — Solté un sollozo sin poderme contener más, ni siquiera cubrí mi rostro porque ya no me era necesario esconder lo que sentía, la fuerte aflicción simplemente me encontraba y me dejaba en el suelo cada vez con más frecuencia; yo solamente deseaba enormemente que por azares del destino él regresara, que sólo fuera una horrible pesadilla y no la cruel realidad.

Lloraba por cada uno de los momentos que llegaban a mi mente y que extrañaba como un demente, en mis manos aún estaba viva la sensación de tocar su piel y su aroma lo tenía grabado en la memoria, el sentimiento efímero e intenso que se generó años atrás aún permanecía conmigo, como si Hoseok nunca hubiera dejado este mundo y yo solamente lo quería devuelta junto a mi... y si no era para mi sino para otro, entonces no importaba porque solamente lo quería de regreso.

— Te comprendo. — Changkyun apretó fuertemente mi brazo reconfortandome, las lágrimas salían por sí solas mientras trataba de controlar la fuerte desolación que quería volverme loco. — A todos nos afectó la muerte de Hoseok hyung, jamás pensamos que sucedería de esa manera.

— Fue mi culpa. — Lo dije. Era algo que todos pensaban, pero que nadie decía a viva voz y lo aceptaba; aceptaba la culpa.

— No lo es. — Changkyun sonó serio al decirlo, pero ¿cómo no sería culpa mía? Seguramente fingía no creerlo de ese modo o quizá él era el único que no me guardaba rencor por haber sido el último que vio a Hoseok con vida; no aceptar que yo tenía la culpa de todo esto era simplemente un alivio más, pero no había nada más grande en este mundo que mi deseo por remediarlo. — hyung, jamás podríamos haber imaginado que pasaría algo igual ¡era imposible! Es- es algo que se escapa de nuestras manos.

— Si tan sólo no le hubiera dicho lo que le dije, él seguramente no habría salido de la casa esa tarde, Changkyun. Fui un tonto inmaduro que no fue capaz de manejar la situación y simplemente lo dejé ir.

— Y si así fuera ¿qué? Hyungwon hyung, eres una persona con sentimientos también y sin importar qué, tú también sientes... No puedes condenarte a vivir toda una vida de martirio por algo que ni siquiera hiciste; Hoseok hyung no habría querido nunca que estuvieras así, que nadie estuviera así... Su ida nos afectó a todos.

— Algo debe haber, Changkyun. No puedo simplemente aceptar que se marchó como si la misma idea fuera cualquier simple cosa, no puedo vivir si él. Me estoy muriendo lentamente...

Changkyun soltó el aire, tomando la taza de café se quedó pensando por varios segundos antes de beber de ella.

— Seria bueno si tan sólo pudiéramos viajar en el tiempo. — Lo comentó de repente — No voy a mentirte, lo he considerado un par de veces, no sólo por ti sino por todos, y puede que incluso haya investigado una qué otra cosa.

— ¿A qué te refieres? — Fruncido el ceño se lo pregunté y él simplemente se encogió de hombros; Changkyun había cambiado demasiado. Durante la escuela solía ser tímido y distraído, incluso sus pensamientos eran totalmente diferentes.

— A que quizá podamos evitarlo, a eso me refiero...


◇◇◇

15 de enero del 2045
....

— "Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños, querido Hyungwonnie, feliz cumpleaños a ti." — Los aplausos desmedidos por parte de Kihyun me ensordecieron, así que cerré un ojo pensando que en cualquier momento me rompería los tímpanos; no comprendía a qué se debía tanta emoción, si era un simple día más. — Tienes que apagar las velas y pedir un deseo.

Un deseo...

Me quedé mirando la llama de la vela por un tiempo indeterminado. Los primeros años en que perdí a Hoseok solía pedir con loco desenfreno el deseo de despertar y volver a verlo entre nosotros, pero con los años ese deseo y esperanza fueron muriendo hasta que quedó lo que era yo hoy día.

Los deseos primeros que se hacen con fuerza, ya no pueden ser deshechos de ninguna manera.

— ¿No pedirás tú deseo? — Escuché a Kihyun de nuevo y regresé de mis pensamientos; sin nada en mente apagué las velas y sonreí agradeciéndole.

Él apareció de la nada con una pequeña torta y una vela, el invierno estaba fuerte y me sorprendía que hubiese viajado sólo para seguir una loca tradición que ya se le hacía costumbre.

— ¿Por qué sigues haciendo esto? — Lo miré y Kihyun tomó asiento en la mesa, justo en frente de mi.

— Porque sí — Respondió y miró el pastel. Dirigiendo mi mirada a él vi el humo de la vela elavarse e irse disipando en volteretas. — Te lo prometí, eres como mi hermano y te quiero mucho.

— Yo también lo hago. — Lo miré sonriendo y  levantándome tomé un cuchillo para partir un trozo de pastel. — ¿Y los otros? — Lo pregunté por cortesía, pero sabía perfectamente que Changkyun se encontraba en Estados Unidos dando conferencias, Jooheon y Dior jamás querrían verme, y encontrarme con Hyunwoo no era tan siquiera una opción.

Él era, es y siempre será mi rival en el amor.

— Dior está bien, vive en Ulsan junto a su esposo. Creo que piensan tener otro niño

— Vaya — Me sorprendí. Dior quedó en embarazo por primera vez durante la escuela, fue un descubrimiento de alto impacto para todos ya que solamente ella y Hoseok lo sabían; ahora su hijo debía tener unos espléndidos 24 años.

— Lo sé, su primer hijo va a la universidad. Es bueno que esté decidiendo ahora.

— Es cierto. — Totalmente cierto. Volviendo a la mesa continue — ¿Y Jooheon? — Kihyun hizo un esfuerzo quizá recordando y me miró.

— En Inglaterra. — Dijo luego de que halló la luz, sus ojos se agradaron levemente y me señaló con el dedo — Hablé con él hace meses, está trabajando en una nueva sucursal de su tienda deportiva. Su esposa es realmente hermosa, se casó el año pasado.

No me sorprendió no saberlo, luego de todo lo sucedido Jooheon no quiso volver a verme nunca y menos Dior; ambos eran totalmente cercanos a Hoseok y yo prácticamente se los había arrebatado.

— ¿Cómo está el niño? — Oculté mi dolor permanente.

— Hyunwoo está con él. Lo dejé a cargo mientras venía a visitarte — Me sentí incómodo de escuchar ese nombre, pero aún así sonreí porque era la persona que mi mejor amigo amaba.

— Deberías traerlo la próxima vez, si todo sale bien quizá pueda conocerlo. — Hubo un silencio significativo en el que Kihyun dejó de sonreír y apoyar su codo sobre la mesa, y simplemente dejó caer el brazo entero; mirandome servir el plato con el pastel pensó en las palabras y de inmediato habló.

— ¿En serio lo harás? — No había que constatar nada más, fueron años enteros de investigación por parte de Changkyun y su equipo, y él al fin había dado con el secreto;  lo más grande y la única oportunidad que tenía para revirtir todo.

— Lo haré.

— Dios... — Lo vi sacando una cajetilla de su abrigo, él tomó un cigarrillo el cual encendió y comenzó a fumar en cuestión de segundos. Negando con la cabeza dejó ir el humo. — Es increíble que en serio vayas a viajar en el tiempo, suena...

— Imposible.

- Exacto. Changkyun es un puto genio.

Lo pensé y supuse que lo que haría le afectaría también.

— ¿Estás de acuerdo con lo que haré? — Él me miró fijamente por varios segundos y silencio fue lo que más predominó entre nosotros, su mirada luego fue a dar a algún rincón de la habitación en la que nos encontrabamos y luego asintió de manera quedada.

— Diablos sí — dijo sonando casi resignado, pero muy aliviado — Si pudiéramos hacer que Hoseok regrese todo sería mejor. — Lo afirmó y agaché la mirada — ¿Sabes? A-a veces tengo este pensamiento de que- que estoy ocupando un lugar que no me corresponde. Siento que estoy viviendo una vida que no es la mía, ese pensamiento no me deja dormir por las noches y me siento impotente...

— Lo siento...

— Maldición, no lo sientas. — Dando otra calada a su cigarrillo negó con la cabeza, su voz se rompió en variadas ocasiones, mientras hablaba; al final las lágrimas salieron de sus ojos — Haz todo lo que sea necesario para salvar a Hoseok, Hyungwon — comentó él — Tú y yo sabemos que no hay nada más importante; además, quizá sólo así podremos ver lo que realmente será de nuestro futuro ¿no? Tal vez podamos saber quién de los dos era el vencedor.

Eso era agridulce.

— Quizá no tengamos oportunidad y puede que si lo logremos los resultados no estén a nuestro favor. — comenté mi sentir y él asintió estando de acuerdo — Sólo te lo recordaba.

— Lo sé. — hizo una pausa y asintió agachando la mirada. — Lo sé.

Salvar a Hoseok era lo único en mente. Su bienestar era lo único importante y Kihyun lo comprendía.

— Viajaré hoy entonces...

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Hola, mis personas favoritas.
Aquí les dejo un nuevo capítulo de Sad Club, espero que les haya gustado, que lo hayan disfrutado y... Nos vemos en el siguiente capitulo!

Gracias ❤️

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