Completo Y Complejo

5. Corresponde a una confesión.

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— ¿Hola?

Estaba junto a Dior en el aula dedicada al club de poseía, mis ojos fueron a dar a la puerta de manera inocente y justo ahí encontré lo impensable; yo de repente veía desde tan cerca a la belleza, a la inigualable belleza de Yoo Kihyun.

Ya lo dije antes, Kihyun era el hombre del que me enamoré una vez lo conocí, para mi él era maravilloso, un poco pequeño en proporciones, pero bastante atractivo y carismático; me gustaba porque era la clase de hombre que tenía ese tipo de atrayente sutil y llamativo, su sonrisa era hermosa, y además lo admiraba. Eran muchas las cosas que me gustaban de él, por lo que suponía estaba bastante enamorado.

— ¿Es el club de La Tristeza?

Permanecí solamente mirandolo a él, sentí un pellizco en mi brazo y vi a Dior totalmente ido en las nubes.

— Está hablándote, Hoseok ¿no le vas a responder?— Efectivamente Kihyun me veía con curiosidad, sus ojos estaban abiertos y buscaba dentro a alguien más.

— ¿Hola? Ustedes ahí ¿podrían ayudarme?

— Yo-yo-yo-yo

— ¡Kihyun, si viniste! — Por los siete infiernos. El entrometido de Hyungwon llegó al aula provocando que viera con mayor desazón la manera en que tomaba de los hombros a Kihyun y le sonreía; terminaba siendo complejo y muy molesto, porque lo que deseaba  en realidad, más que nada, era tener la oportunidad que tenía Hyungwon. — Sabía que no me abandonarías con todo esto.

— ¡Hyungwon! Aawwww! — Kihyun lo abrazó con un afecto incomparable, le dio un beso en la mejilla y Hyungwon le habló al oído sobre algo que ya no supe; mi vista fue al suelo en el momento en que los vi siendo íntimos y la mano de Dior acarició mi brazo confortandome; decir que era una absoluta mierda era poco. — ¿En serio? Debiste haberlo dicho antes, tonto.

— No quería ser demasiado evidente todavía.

— De verdad que eres un enorme tonto. — Kihyun entró con una sonrisa brillantísima, acomodó su morral en el hombro, se acercó a la mesa en la que nos encontrábamos y puso una mano sobre el escritorio. — Mucho gusto, soy Yoo Kihyun. — La otra mano estirada me hizo titubear de manera violenta, la miré ser tan preciosa, que dudé mil vidas en si tomarla o no era lo correcto; no lo hice sino hasta que él la sacudió una segunda vez para que aceptara de una buena vez el saludo.

— Lee Hoseok, soy-soy... Soy Lee Hoseok.

— Tienes un bonito nombre. — Su mano era muy suave, cálida y creo que me sonronjé mucho cuando lo escuché decir que mi nombre era bonito; algo de mi le parecía bonito a Kihyun.

El corazón me iba a mil de sólo ser consciente de ello.

Hyungwon aclaró la garganta antes de hablar. —Verás, Hoseok — ni siquiera lo miré, yo seguía en el mundo perfecto donde Kihyun dijo con esa hermosa voz que mi nombre era bonito; mi musa. — ¿Hoseok? Hoseok, Kihyun será parte de nuestro club de ahora en adelante, él se encargará de organizar los horarios de las reuniones y de los temas trimestrales. Hoseok ¿me estás escuchando?

— Lo hago porque lloraste mucho pidiéndome que lo hiciera. — Kihyun se  soltó de mi insistente agarre demasiado rápido, tan rápido que odié la lejanía repentina. Cruzandose brazos y apoyándose en el escritorio, lo vi desde atrás asombrado de la manera tranquila y relajada en que ambos se trataban, porque bien podían ser considerados muy buenos amigos, pero nunca una pareja.

— No lloré, claro que no lo hice. —  Los ojos de Hyungwon fueron a parar a la biblioteca en medio de la extraña discusión que sostenía con Kihyun y su expresión de asombro fue evidente; de la nada estalló en alegría. — ¡Increíble, es Shakespeare! Por Dios ¡esto es fenomenal!

— Vaya, eso fue espontáneo... — el comentario de Dior me hizo verla y luego a Hyungwon que revisaba los libros con una emoción incomparable; de verdad que supo ser espontáneo, muy real y eso me hizo pensar en que quizá le gustaba mucho lo que veía. Yo no me imaginaba a Hyungwon teniendo idea sobre algo de literatura y viéndolo estar tan feliz por los libros que logré conseguir fue... Sólo fue diferente.

— Ama la poesía y la literatura en general. Es una ratón de biblioteca aunque no lo crean. — Fue el turno de Kihyun para hablar, su voz reafirmaba la emoción de Hyungwon y mirándome continuó. — Sus favoritos son Shakespeare, Borges y Cortázar; es como un niño en preescolar cuando tiene alguno de sus libros en las manos. — Una bella risa complementó el comentario, mientras yo pensaba que era increíble que en serio Hyungwon amara así de tanto la literatura, en especial la poesía.

Pero entonces

¿Para qué me habría propuesto ser vicepresidente del club si él ya sabía lo suficiente de Literatura?

Fue una de las tantas preguntas que a mi vino.

— Wow, eso es inesperado. — Dior sonó verdaderamente asombrada — resulta que Hoseok también ama un montón la poesía, incluso se encargó él mismo de traer todo el material de literatura. También ama un montón a Cortázar

— ¿En serio? — Con asombro Kihyun me miró y yo estaba más mudo que una piedra; en realidad sus ojos mostraban una sorpresa superficial y su rostro una sonrisa comprensiva. — Son muy parecidos. — lanzó sonando calculador, pero fue algo que no percibí porque me fue imposible luchar contra la repentina ola de fastidio.

Imposible.

Fue lo que en un principio.

◇◇◇


Me encontraba trotando en la pista de atletismo. Los últimos días estuvieron llenos de trabajos, producto de las diferentes actividades del consejo y el club que comenzaban a surtir su efecto de agotamiento; cansado bostecé mientras movía las piernas por mera inercia, Dior fue afortunada al presentar una excusa para no hacer deporte y se suponía que Jooheon no volvería a la escuela sino hasta la semana entrante. Bostezando de nuevo di un paso más, mi cuerpo se sentía cansado, pero de todas las clases esa era la que más me costaba mantener con notas altas; no era especialista en hacer deporte realmente.

El ambiente al rededor era el típico de todos los días, los chicos en la cancha reían mientras entrenaban y los regulares corríamos siguiendo las indicaciones del profesor que nos animaba a continuar, la tarde estaba bastante fresca y en general se respiraba la paz.

Sintiéndome así, pensé en Kihyun.

Como vicepresidente del Club de la Tristeza, me resultaba maravilloso tener a mi musa conmigo trabajando codo a codo, estaba muy feliz de poder verlo así de cerca y era incluso vergonzosa la manera en que por momentos no podía apartar la vista de él, de hecho, era Dior quien muchas de esas veces me golpeaba por debajo de la mesa para que reaccionara; no podía controlarlo realmente, era como si mis sentimientos fluyeran y ya, no había nada más en mi mente a parte de Hyungwon.

Sí, Hyungwon.

Tenía lo suficientemente claro que era el novio de Kihyun, incluso se podría decir que la relación entre ambos era bastante sólida y hasta... Bonita. No era que  estuviera de repente considerando rendirme o algo así, no, pero me fue un poco difícil considerar mi plan inicial luego de saber cómo eran el uno con el otro.

Amaba a Kihyun muchísimo, pero comencé también a considerar a Hyungwon como un buen rival; uno digno de respeto.

¿Una explicación?

Podría decir que algunas cosillas las tomé demasiado a la ligera y por eso ahora pensaba de esta forma, porque pasé de ser absurdamente desconfiado a creer que  Hyungwon no mentía o hacía uso de artilugios para convencer al resto del mundo de ser alguien que no era, lo que sucedía es que en realidad Hyungwon era muchísimo más amable y sensible de lo que podría haber imaginado nunca.

¿Carismático?

Al principio no lo habría aceptado con tanta facilidad, pero lo cierto es que su sonrisa y su manera calida de ser le sentaba muy bien a su rostro, además adoptó muy bien la costumbre de llevarme a la escuela todas las mañanas; ya prácticamente estaba acostumbrado a escuchar el timbre de mi casa a las 7:15 de la mañana, y aunque nuestras conversaciones terminaban por ser simples, aún así disfrutaba de manera fortuita las charlas básicas que se generaban al rededor de cualquier tema sobre literatura o música que se nos ocurriera.

Básicamente comenzaba a considerar a Hyungwon como un excelente rival, uno que me generaba mayor deseo de aprender sobre él... y de vencer, por supuesto.

Así que metalmente me detuve a pensar si en realidad aquello podría ser; le declaré al principio la guerra frontal, era una guerra que — viéndolo bien — parecía ya perdida porque no podía de ninguna manera combatir contra una fuerte personalidad deslumbrante y casi perfecta como era la de Hyungwon; era inclusive más complicado que eso.

Chaqueé la lengua aún trotando.

Miré al cielo preguntándome en qué momento había dejado que me impregnara de esa manera, hasta hacerme sentir que no podría yo ser capaz de vencerlo por unas cuantas sonrisas de más, era curioso porque se suponía debía luchar incansablemente contra ello y sin embargo no se me hacía ya hostigante o cansino tenerlo cerca; yo simplemente terminaba por sentir una leve envidia, porque a pesar de todo y de repente, él comenzó a sentirse inalcanzable para mi... Por alguna razón lo era.

El mismo sentimiento de envidia se tornó especialmente triste y eso terminaba por ser hasta extraño.

— ¡Ahí está Hyungwon!

Al escuchar aquello giré mi cabeza un poco demasiado rápido buscando donde estaría y lo último que supe es que caía de la manera más vergonzosa posible...

Yo literalmente caí de la manera más vergonzosa posible.

◇◇◇


— Me duele todo.

— Eso te sucede por estar corriendo y tener la mente en las nubes. — Dior me pasó una bolsa con hielo, así que tomé mi derecho como ciudadano de un país democrático y me quejé de manera ruidosa mientras me retorcía en la camilla; estabamos en la enfermería de la escuela, la misma era un lugar tranquilo donde se podía descansar... y vaya que necesitaba descansar.

— No sé lo que sucedió allá atrás, esto es una maldita broma. — Me quejé por cuenta nueva poniendo la bolsa en mi cabeza adolorida, cerré los ojos buscando que el dolor cesara y  escuché a Dior caminar de la silla a algún otro lugar.

— Agradece que Hyungwon te trajo amablemente a la enfermería; estaba muy asustado. — Abriendo el cajón, Dior soltó a reírse. — Hubieras visto su cara cuando se abrió paso entre todos nosotros, a cada momento él preguntaba si estarías bien y me pidió que no te dejara solo ni por un segundo; dijo que vendría por ti en cuanto terminaran las clases.

—¿Vendrá? — me senté realmente rápido en la camilla y busqué por todas las paredes hasta que di con el reloj; eran las 4:40 pm, faltaban veinte minutos para el término de la jornada y yo seguía ahí tirado como si todo el maldito equipo de fútbol me hubiese pasado por encima.

— Imagino que no tardará en llegar, se veía muy interesado en saber cómo te encontrabas.

— Pasame un espejo. — dejé la bolsa a un lado olvidada y me dediqué apurarme; no tenía tiempo. — Vamos, Dior, no seas lenta.

— Tranquilo, ya voy. — Ella corrió a su bolso y regresó en tiempo récord, tomandolo rápidamente revisé que todo estuviera bien y... pues sí, nada estaba bien. Tenía un horrible hematoma en mi frente que dolió una vez me fijé en el y mi rostro era una mierda debido a las ojeras.

Por los siete infiernos.

— Oh. por. Dios. — Traté de tocar el hematoma, pero dolió muchísimo más al intentarlo; todo dolía. Quería arrancar a llorar, incluso cuando sabía que era estúpido hacerlo por un simple golpe, yo sentía que en cualquier momento lo haría sin ningún motivo real.

Sólo quería llorar.

— No te preocupes, eso desaparecerá mañana. — dijo ella tan campante.

No, no quería que desapareciera al día siguiente, ¡lo quería ahora!

— Hyungwon vendrá en menos de diez minutos, Dior. — mi voz sonó temblorosa y gagosa.

— ¿Y? — Cruzandose de brazos ella movió la mandíbula como una llama, estaba masticando goma de mascar en tanto jugaba con su cabello mirándome. — ¿Hoseok?

— ¿Qué? — Luché por no gritar, simplemente me mantenía viendo la horrible bola roja en mi frente y revisé rápidamente mi ropa deportiva; el short corto blanco que llevaba puesto estaba un poco sucio y la camiseta igual, a este paso me volvería loco.

— ¿Por qué te preocupa tanto que Hyungwon te vea así? — Esa pregunta era estúpida; por supuesto que no quería que me viera de esta manera ¿qué sería de mi si Hyungwon descubriera que no era competencia en apariencia? ¡Claro que debía preocuparme!

¡Él siempre estaba perfecto!

— Dior, por favor. Si Hyungwon me viera en este estado, seguramente se burlaría y me echaría en cara el hecho de que Kihyun jamás se fijaría en alguien que tenga un horrible hematoma en su frente. Me veo ridículo y mi ropa es un asco.

— Ah... — Ella se soltó de brazos mirando al rededor y luego se acercó acomodando mi cabello; una palabra más y soltaba a llorar seguramente. — Si es así, entonces no hay nada que se pueda hacer. Hyungwon realmente parece querer ser cercano a ti, por lo que no deberías preocuparte demasiado por nada igual.

— ¿A mi? ¿Por qué? — Era ridículo — Acepto que se ha ganado mi respeto como digno oponente, pero ¿cercano? No somos "amigos" sólo, no sé ¿conocidos? Es raro — mi corazón latió ferozmente y miré a todos lados sintiéndome nervioso.

¿Por qué querría Hyungwon ser cercano a mi?

Resultaba incómodo el pensamiento.

— Pero él siempre está en busca de tu aprobación, incluso el día en que te enojaste conmigo y me dejaste atrás en el aula, Hyungwon vino a mi y me pidió que te entendiera porque era algo bastante difícil de afrontar para ti — Dior rió — como si ya no supiera que eres el rey del drama.

—¿Cómo podría Hyungwon saber lo que siento? Sólo exageró demasiado, te dejaste convencer, fuiste y le dijiste dónde me encontraba. Traidora.

— Bueno, tú no fuiste una epitome de la amabilidad. Y no le dije dónde te encontrabas ¿estás loco? Ni siquiera tuve tiempo de responderle nada porque salió tras de ti como un rayo.

Oh...

— Lo siento. — me disculpé siendo consciente de que había hecho mal, ella tomó mi mano y sonrió.

— La cosa es que siento que a Hyungwon le importas de verdad, Hoseok, así que deja de cerrarte a una simple posibilidad y comienza a ver un poco más allá... Quizá Kihyun no es la persona que estás buscando.

— Es mi primer amor, Dior.

— Pero un primer amor también puede ser uno imposible e incluso incorrecto. Sé que Kihyun sale con Hyungwon, pero hasta tú has dudado de lo que esos dos tienen en realidad ¿o no?

Me quedé pensando en lo que decía Dior, y mientras pensaba escuchamos el toque de la puerta y finalmente la misma ser abierta; Hyungwon apareció del otro lado lanzando una sonrisa deslumbrante que me hizo sentír nervioso y desubicado.

— Hola ¿Te encuentras bien? — Su rostro lleno de preocupación fue muy evidente, lo vi acercase de un par de zancadas y me miró la frente. — Por Dios, se ve terrible. — Sentí vergüenza así que agaché la cabeza ocultando mi frente de la vista, me sentía avergonzado de que Hyungwon fuera quien estuviera viéndome en el estado en que me encontraba.

— No es nada. — Sólo quería que se rindiera y se fuera, que no le importara.

— Deberíamos ir al hospital, hyung. Haremos que te revisen y que todo esté bien, lo prometo. — él comenzó de inmediato a buscar mis cosas, pero Dior fue rápida en intervenir primero.

— No creo que sea necesario, Won. — Me miró y luego él — Ya la enfermera lo valoró y dijo que sufrió un leve golpe, supongo que ha descansado lo suficiente, así que solamente deberá tomar un par de analgésicos para el dolor de cabeza; este chico es más duro que un roble.

— ¿Es así? — Hyungwon se sentó en la camilla justo a mi lado, desde su posición me miró y me sentí peor que presionado; quería decirle que se detuviera de hacerlo, pero tampoco podía hablar porque creía que mi voz se quebraría en cualquier momento y sonaría estúpido. — Lamento que te hayas hecho daño, debí prevenirlo.

— ¿De qué hablas? No me empujaste o nada parecido. Simplemente tropecé.

— igualmente lo siento mucho, hyung, prometo cuidarte mejor la próxima vez. — Dior aclaró la garganta, tomando sus cosas sonrió y comenzó a lanzar excusas demasiado disparatadas.

— Debo irme, los dejaré aquí conversando. No se preocupen por mi, ya me voy. — Mis ojos mostraron la tragedia de lo que era una traición, la que se hacía llamar mi mejor amiga me dejó solo sin siquiera dudarlo un momento y una vez cerró la puerta Hyungwon se acercó muchísimo más; me quería morir.

— hyung ¿estás seguro de que te encuentras bien? — La pregunta estaba de más. Me sentía terrible, molido, pero más avergonzado; no sabía cómo en los cielos me liberaría de esto.

— Estoy bien, no te preocupes. Lamento no haber asistido al club hoy.

— Por favor...— lo susurró y soltó un suspiro pesado. — Por supuesto que el club no es más importante que tu salud, realmente no me importa nada si no estás bien. Eres lo más importante. — lo miré a los ojos por varios segundos en los que me perdí en su mirada, la misma estaba llena de un afecto profundo que sólo había logrado percibir en un tipo de persona.

De manera inesperada Hyungwon me recordó demasiado a Dior.

El amor es extraño, ya lo he dicho un montón de veces, razón por la cual en diferentes ocasiones me preguntaba qué era eso tan sustancial que pasábamos por alto y que no alcanzabamos a entender; bueno, aunque fuera casi imposible de comprender algo de lo que encerraba tal secreto, este sentimiento al menos era perceptible y de alguna forma había logrado notarlo en él.

— Hyungwon ¿Puede ser que yo te guste?— La  pregunta se desprendió de mis labios con una fuerza voluble, las palabras sólo se escurrieron sin poderlo evitar, mis ojos lo analizaron y él agachó la mirada seguramente avergonzado; en seguida asintió.

Nunca me sentí tan confundido como cuando lo escuché hablar.

— Sí... — murmuró — Hoseok, yo te amo.

— Pero... ¿Y Kihyun? — no comprendía qué era lo que sucedía, negué con la mano inmediatamente y me alejé de él. — Lo siento, no-no puedo corresponderte como esperas. — un nuevo suspiro salió de sus gruesos labios, él se levantó encogiendose de hombros y me miró.

— Lo sé perfectamente. — su voz sonó resignada, la sonrisa que  me mostró — una triste — me hizo sentir culpable sin siquiera esperarlo. — no esperaba que te dieras cuenta tan rápido... Eso me tomó por sorpresa.

— Lo siento...

— ¿Por qué? — me sentía avergonzado, me retraje y evité verlo más al rostro. — No hay nada de qué preocuparse, Hoseok, sabía desde un principio que era imposible. Bien ¿te llevo a casa?

Asentí sutilmente sintiéndome tremendamente incómodo, Hyungwon no había cambiado su actitud cálida, se mantenía siendo él y eso aumentaba mi inquietud; una que un principio no debía de estar ahí.

◇◇◇


— ¿Amor, dinero o fama?

La pregunta de Dior me puso a pensar. Tirado en la plancha de su terraza comí de la bolsa de frituras que compartíamos, era fin de semana y decidí ir a casa de mi amiga sólo para distraer mis pensamientos que últimamente estaban tan dispersos.

— ¿Amor?  — respondí y escuché un sutil bufido a mi lado.

— Somos personas muy simples. — Fue el turno de Dior para comer del paquete de frituras, mirando el cielo oscuro estuve de acuerdo con lo que decía.

Porque lo eramos.

— Es sólo nuestra percepción del mundo. — comenté — crecimos creyendo que el amor lo puede todo ¿no? Es difícil cambiar ya eso.

— Me pregunto si realmente no cambiará... El amor es impredecible, pero también lo es el odio. — suspiró y giré a verla, estaba pálida, así que acomodé su cabello. — Jooheon me preguntó por qué he estado evitando sus llamadas y también por qué no he ido a visitarlo a su casa.

— ¿Y qué le dijiste? — curioso la miré.

— Le dije que estaba ocupada con todo sobre el nuevo club y la presidencia de la escuela... Sólo excusas.

— ¿Y lo creyó?

— No sé, Jooheon es demasiado observador. Supongo que habrá descubierto que le oculto algo y por eso la insistencia.

— Imposible — Jooheon podía ser bastante hábil para unas cosas, pero no creía que supiera sobre nada. — Sólo estás paranoica.

— ¿Y si ya lo sabe? — Me puse a pensar en ello. Había hablado con él y no lo parecía, esa tampoco era una opción posible; simplemente Dior comenzaba a sentirse demasiado presionada, creía que era así porque sus padres aún no sabían y el peso de eso quizá comenzaba a hacerla sentir como que en cualquier momento todo se derrumbaría.

Girandome y quedando sobre mi estómago le hablé seriamente.

— Dior, tienes que calmarte ¿sí? Estuve con Jooheon y hasta el momento sólo piensa que Park quiere molestarte y nada más, así que debes seguir actuando normal hasta que sea el momento de-de decirle la verdad. Lo haremos juntos, él... él debería entender.

— Pero... ¿pero y si no lo hace, Hoseok? Seguramente cuando se lo diga estará demasiado decepcionado de mi, ya no querrá verme nunca más y me dejará. — ella supo comenzar a llorar de nuevo, mi pecho comenzaba a doler de sólo pensar en lo duro que debía de ser para Dior sobrellevar todo, ni siquiera lograba dimensionar.

— Si no lo hace, entonces lo golpearé hasta que lo entienda. Lo haré — riendo entre lágrimas Dior golpeó mi hombro.

— Si no fueras gay te besaría.

— Si no fuera gay te rechazaría con mucho gusto.

— Idiota.

— Fea.

No lo era en realidad y ella lo sabía perfectamente.

— Quién sea que se gane tu corazón de verdad será una persona muy afortunada, Hoseok, eres alguien maravilloso. Gracias por apoyarme.

— Ojalá Kihyun se diera cuenta de eso. — El pesar de mis palabras sonaba ficticio, no se sentía real; los últimos días comenzaba a darle más vueltas de las necesarias a mi amor por él e incluso me sentía inseguro de lo que sentía y por qué lo sentía.

Me cuestionaba demasiado las cosas respecto a Kihyun últimamente y tenía claro el por qué.

— Hyungwon parece darse cuenta de eso y más. Todo el tiempo está viendote.

Mis ojos se abrieron enormes — ¿lo hace?

— Claro, ya ni siquiera se esfuerza en ocultarlo ante nadie. Él-sólo te mira y hasta suspira. Lo he notado incluso dedicandote su poesía, aunque lea para todos en el club. — Parpadeé varias veces, me acosté de nuevo mirando el cielo oscuro y algo en mi pecho se sintió cálido.

— E-estás delirando. — Traté de ocultar la semilla de incertidumbre, la curiosidad que ya no se sentía como una curiosidad y la leve inquietud que crecía con el paso del tiempo y las acciones. — Hyungwon está saliendo con Kihyun ¿no es así? Vamos...

— Pues a Kihyun no parece importarle demasiado eso, es más, a veces siento que lo anima a hacerlo. Todo el tiempo le está diciendo que es un tonto ¿por qué será? — Dior me miró y tragué con dificultad mientras un silencio intenso ensordeció mis sentidos. — Creo- no, estoy segura de que le gustas a Hyungwon — no quería escucharlo de nuevo, mi corazón latió con fuerza al recordar sus palabras. — Hoseok, quizá él siempre estuvo enamorado de ti...

Cerré los ojos cubriendo enseguida mi rostro, todo porque me sentía temeroso sin ningún motivo.

— Lo sé... — se lo confesé — Hyungwon me lo dijo... Dijo que me amaba...

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Buenas mañanas, mis personas favoritas.
Aquí les he traído un capítulo nuevo de esta interesante historia, espero que la disfruten bastante y nada, nos veremos en la siguiente actualización.

Muchas gracias a todas
Recuerden que las adoro un montón!
❤️❤️❤️❤️

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