14

Shinjuro, aún encolerado por el "lenguaje" de su hijo, arruga la carta entre sus manos por el enojo de no protegerlo como debía, las ganas de llorar se le acumulan en sus ojos más no derrama ni una lágrima para mantener su postura.

Senjuro, por su parte, recoge la carta que su padre había dejado caer al suelo, al tomarla corrobora lo que su padre había mencionado.

Espantado, solo abraza aquel papel hecho de arroz, imaginando los horribles escenarios que, seguramente, el feroz Emperador le ha hecho pasar.

—¡No podemos quedarnos aquí, majestad! —grita el nuevo Capitán, hijo del ahora retirado Tengen Kowa, Tengen Uzui.

—¡Apoyo a favor de Tengen-san! —exclama el nuevo Estratega del reino, Iguro Obanai.

La sala comenzó a llenarse de gritos proporcionados por la desesperación y cólera del asunto, al ser nuevos en sus puestos, la falta de control emocional es amortiguada por la reina.

—Silencio, por favor. —su voz, si bien era apacible también denotaba autoridad y firmeza.

Como resultado ante su petición, todos guardaron sus críticas para otra ocasión, una donde no se hallaran planificando el rescate de su hijo.

—Entiendo y comparto su desesperación por el asunto, pero no podemos simplemente entregarnos a las emociones incorrectas, nos harán cometer locuras que, en un futuro, lamentaremos con deshonra.

Tengen e Iguro fueron los que más tomaron enserio las palabras de su reina, ya que fueron ellos los que alentaron al resto a levantar la voz.

—¡Si, majestad! —respondieron al unísono.

Entonces, una chica de apariencia delicada alzó su mano para tomar la palabra, la reina, quien había tomado el completo control de los presentes, incluso de su marido, le dio la palabra.

—Mis altezas, si me dejan opinar, considero que lo primordial ante el caso sea la petición del divorcio. —dijo la actual Consejera real, Mitsuri Kanroji —Aunque, deberíamos aclarar que, con la separación, el acuerdo de paz siga en procedencia.

—No lo creo. —contestó deprisa el rey —Soyama es un hombre de palabra, todo lo que dicta se cumple, sus órdenes son obedecidas y sus caprichos son regla. Se negará rotundamente.

—Es posible que incluso la sola mención de ello haga que jamás podamos ver a Kyojuro. —agregó Iguro.

Senjuro, que había permanecido callado, se puso de pie bruscamente, abrazó la carta con mas fuerza y miró fijamente a sus progenitores.

—Debemos lograr que me devuelva a mi hermano, estamos ignorando todos los castigos que posiblemente debe aguantar por ser un Solariano, el pueblo lo rechazará, los soldados se burlarán y, estoy seguro que el mismo Emperador lo usa como alguna muñeca que restriega en el suelo para hacerle ver su poco valor. ¡Tenemos que recuperar a Kyojuro!

Con solo ver el actuar de su más joven heredero, supieron que él aún no tenía lugar en la conversación, sin mencionar que, lo estaban estresando con un asunto que aún no le competía.

—Makio, llévatelo. —dijo la reina luego de un largo silencio.

—¡Madre, padre!

Gritó el joven príncipe mientras su niñera de confianza lo tomaba en brazos y lo llevaba fuera de la sala, no fue hasta que sus gritos dejaron de escucharse cuando todos recobraron la compostura.

Shinjuro, al ver el daño provocado por la situación, no pudo más y se dejó caer en su cojín, enredó sus manos en su cabellera por la frustración, nuevamente Soyama le estaba arrebatando la sanidad y la cordura por ver a su más pequeño hijo sucumbiendo al odio.

Porque era más transparente de lo que aparentaba, Senjuro no mostraba emociones depresivas o tristes, sus ojos estaban completamente cegados por el odio. Su característico brillo inocente había sido reemplazado por ansia del daño y la venganza.

Y, ahora, no iba a perdonarse jamás, primero entregaba sin ninguna duda a su más amado hijo a las zarpas demoníacas del Imperio Lunar, seguido de que estaba incluyendo a su atesorado retoño a una calamidad adulta.

—Ve con el, Ruka. Te necesita.

Su tono de voz, a pesar de escucharse apagado, transmitía todo el cansancio que ha debido aguantar por lo sucedido, pero quién más necesitaba apoyo era el pequeño Senjuro. Él, como rey, podía soportar la presión que desglozan decisiones como la que tomará, Senjuro no.

Aún no.

Ruka, se levantó suavemente y se encaminó hasta el tatami, para luego, desaparecer así como los sonidos de sus elegantes zapatos al caminar por la madera.

—Volviendo al tema, mi rey —interrumpe Tengen —, si gusta, podemos vigilar el castillo contrario y planear algunas rutas de escape para recuperar al Príncipe.

Entonces, tras lo mencionado por el Capitán, toda la sala recobró sus esperanzas. El brillo y su espíritu ardiente que caracteriza al Reino comenzó a nacer, ya que, Kyojuro se había llevado todo de ellos con él.

—Podemos infiltrarnos y crear nuestras propias rutas, tomará un poco de tiempo, pero será muy seguro si pasamos bajo el castillo. —continuó Iguro.

—Cavaremos un túnel, y así, llegaremos muy rápido hasta la habitación de su majestad Rengoku. —dijo Mitsuri con emoción.

—No. —interrumpió Shinazugawa Sanemi, actual Coronel de las fuerzas militares de la corona. —Lo que debemos hacer es buscar métodos para llevarnos la gloria y la dignidad de majestad Rengoku con nosotros.

—¿A qué se refiere, Coronel? —preguntó Shinjuro.

—Para recuperar el honor del Príncipe, así como el honor de nuestro pueblo y corona que cargaba en sus espaldas, debemos asesinar al Emperador Soyama.

La mitad de la sala sonrió de acuerdo, más que, la otra, solo frunció el ceño en contra. Incluido el rey.

—Es muy arriesgado.

—Lo sé, mi alteza, no obstante, es la única forma de recuperar lo que perdimos, así como ajusticiar a nuestros caídos, logrando que su sacrificio no fuera en vano, ya que, sus cuerpos y espíritus han sido insultados por la derrota y, ahora, por la entrega de nuestro amado Príncipe.

El rey cerró los puños entendiendo el concepto, si no podía recuperar a su hijo y honor pidiendo formalmente la ruptura del matrimonio, entonces tomaría todas las cartas que tuviera a su ventaja para avanzar.

Recuperó su recta figura, frunció el ceño y dijo:

—Coronel, Capitán, Estratega —los mencionados bajaron la cabeza en señal de respeto —, recuperen a mi hijo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top