Capítulo 7: Amor.

Wukong estaba teniendo un gran problema, y es que en toda la noche solo podía pensar en cada palabra de la carta, sintiendo de manera permanente aquellos sentimientos tan nuevos. Aún era algo que no había experimentado antes, principalmente porque nunca se preocupó en esas cosas, sentía que no tenía el tiempo y nunca lo pensó.

¿Tener alguien especial? ¿Enamorarse? ¿Cortejar? ¿Casarse? ¿Tener hijos? ¿Una familia?

Todo eso era algo que el rey nunca había pensado, porque no había nadie que le interesara, aunque tampoco se había molestado en buscar relaciones o abandonar su montaña. Las únicas veces que salía era para causar un problema al emperador de jade o para visitar a DBK.

Claro, las dudas comenzaron cuando DBK invitó a Wukong a su boda, y el mono dorado solo podía pensar en el hecho de si algún día podría hacer eso, si podría tener a alguien especial, si de verdad era tan necesario. Pero PIF siempre fue alguien agradable, por lo que Wukong nunca sintió que una pareja debía de ser molesta.

Aunque claro, a veces se sentía realmente regañado por la mujer, incluso le llamaba amargada, ya que siempre en sus fiestas, terminaba quitándoles el alcohol cuando llegaban a comenzar a perder su cordura. 

Pero lo que hizo que estuviese pensando en eso, fue cada año, en esa época de cuando todos los monos en su reino tenían a alguien especial y los veía a todos juntos, siendo felices, riendo, con sus familias, siguiendo ese ciclo de vida, y ocasionaba que el rey sintiera... Algo.

Monos que mueren con alguien a su lado, pero se sienten felices y satisfechos de todas maneras.

Wukong nunca iba a morir, era realmente imposible para él. No necesitaba tener a alguien, pero a veces, miraba a su lado, un sitio vacío, solo un trono y un reino, no había nadie más, un gran palacio para nadie más que él. 

Todos se habían ido, todo se había perdido.

No necesitaba a nadie.

...

¿Pero qué haría cuando el último mono de Flower Fruit Mountain muera?

...

Por eso había decidido borrar sus nombres del libro de la vida y la muerte, pero de todas maneras había algo tan inquietante, porque ellos podían irse, podían dejarlo, todos tendrían a alguien menos él.

Así que decidió escuchar aquella propuesta de sus súbditos, sobre casarse, tener a alguien especial, pero no podía ser cualquier persona, debería ser fuerte, hermoso, perfecto para estar a su lado. Wukong se creaba todas estas expectativas porque creía que debía elegir bien, y estaba tan acostumbrado a no tratar con otros y conseguir todo lo que quería, que nunca pensó en si la otra persona estaría de acuerdo, así que solo hizo lo que deseaba.

Oh, pero entonces pudo verlo. 

Él era perfecto.

Mihou era hermoso, tan elegante y deslumbrante. Cuando finalmente le dijeron quién es, pensó que quizás era el destino.

El sol y la luna.

Seguramente estar juntos sería algo tan fácil, pero sucede que Wukong nunca ha intentado cortejar a alguien antes, tampoco ha tenido muchas interacciones románticas, así que no sabía cómo funcionaba. Él era el sol, poderoso y legendario, así que no debería haber problemas para que la luna aceptara estar con el, era tan simple como enviar propuestas de matrimonio y se casarían.

...

No fue así, ni un poco. 

Incluso cuando lo tuvo de frente y la luna lo insultó en la cara, Wukong seguía sintiendo tanto interés y gusto por Mihou. Porque nadie nunca se había atrevido a decirle que no, porque nadie nunca le decía que hacer, todos sucumbían ante sus deseos, pero parecía ser que la luna tenía los suyos propios, logrando que el rey simplemente se dejara llevar por cada palabra.

Él era hermoso, único, imposible de tener, así es como todos hablaban de la luna, y aún cuando estaban casados, Mihou parecía tan difícil de atrapar, siempre diciendo lo que pensaba, sabiendo perfectamente lo que quiere y exigiéndolo. Era un dolor de cabeza, pero Wukong cumplió cada petición, en especial cuando el mono albino descubrió los oscuros miedos del rey. 

Al principio, Mihou era como un trofeo, su más valioso tesoro. Pero luego, se convirtió en algo diferente, algo que ni el rey estaba seguro. Al principio era curiosidad, interés, pero luego de esta primera carta que recibió de la luna, era mucho más que eso, un sentimiento nuevo, desconocido y que hacía que el rostro se pintara de rojo. 

Incluso sus cartas eran perfectas.

...

¿Era esto a lo que llamaban amor?

—Entonces... ¿Me estás diciendo que crees que te enamoraste de tu esposo?—Preguntó DBK, queriendo entender la gran estupidez que su amigo le estaba contando.

—Si.—Respondió Wukong.

El rey había decidido salir de su reino, visitando al día siguiente a su buen amigo en busca de respuestas. Ahora ambos estaban en la sala, tomando algo de vino mientras hablaban.

—Es lo normal, ¿No?—Respondió DBK.

—¡Lo se! Pero... Supongamos que tengo un amigo que... Se casó sin saber que le gustaba esa persona, solo fijándose en su apariencia, y sin que la otra persona esté de acuerdo, como si lo hubiesen forzado, entonces... ¿Es posible que le guste esa persona?—

—¿Te casaste con la luna sin su consentimiento?—DBK se sobresaltó ante esa información.

—¡Le sucedió a un amigo, no a mi!—

—¡Soy tu único amigo, imbécil! ¡Al menos trata de mentir mejor!—

—Cierto, entonces, uhm... ¿Fue muy malo?—

—Mira, siempre he sabido que eres un idiota, ¿Pero esto? Es otro nivel.—

—¡No es tan malo como crees!—

—¡Acabas de decirme que lo forzaste a casarse contigo!—

—¡No lo hice yo! Fue el emperador de jade, para ser precisos.—

—¿Y ESO LO HACE MEJOR?—

Wukong abrió la boca para responder, pero entonces se dio cuenta del tipo de estupidez que había dicho.

—Okay, quizás si es algo malo... Cuando lo digo en voz alta suena terrible.—

—¡No importa como lo digas, es terrible! ¿En qué pensabas?—

—¡Cuando lo vi en una pintura me gustó, es todo! Entonces se lo pedí al emperador de jade y-—

—¿SE LO PEDISTE COMO SI FUESE UN MALDITO REGALO?—DBK no podía creer lo que estaba escuchando.

—...Bueno, si lo dices así...—

—Mira, no sé cómo la luna permitió que esto pasara, pero...—

—De hecho... El emperador de jade le colocó un collar para que no pudiera usar sus poderes, entonces por eso lo permitió.—

DBK le dio una mirada asesina al mono, quien simplemente cerró la boca dándose cuenta que cada cosa que decía lo hacía quedar peor. 

—Déjame entender... Entonces, ¿Le dijiste al emperador de jade que lo querías y el te lo dio como si fuese un regalo?—

—En resumen, si.—

—¿Y por qué cuando fuimos parecía tan tranquilo?—

—Pasaron algunas cosas... Digamos que hablamos y ahora nos entendemos un poco mejor. Dijo que... Se quedaría si lo cortejaba correctamente.—

—¿Y ahora crees que te enamoraste?—

—Bueno, desde el inicio me parecía interesante. Y luego de leer una carta que me escribió creo que... Creo que de hecho, si me gusta él.—

—Eres un auténtico imbécil, y si mi esposa te escucha te va a matar.—

—Lo se, ¡Pero antes de eso puedo arreglarlo! ¿No?—

—¿Te has disculpado por todo lo que le hiciste?—

Wukong iba a responder, totalmente seguro, pero entonces se dio cuenta que, de hecho, no, no se disculpó.

—¿NO LO HICISTE?—DBK parecía cada vez más ofendido.

—Quizás no...—

—¡SUN WUKONG, TU, MALDITO IDIOTA!—

—¡Calma, amigo! ¡Por eso vine!—Wukong se levantó del sofá y se escondió detrás de este para evitar cualquier golpe de DBK. —Quiero... Algunos consejos.—

DBK suspiró con molestia mientras trataba de relajar el ceño fruncido, pasando una mano allí para aliviar la rabia.

—Bien, te ayudaré.—

—¿Entonces? ¿Qué debería hacer?—

—Primero, discúlpate con el por todo lo que le hiciste, dile que eres un idiota.—

—¡No soy un idiota!—

—¿No lo eres? ¿Si escuchaste TODO lo que me dijiste, cierto?—

—No es tan malo...—

—¡Lo es! ¿Al menos trataste de cortejarlo antes?—

Wukong miró a otro lado, una reacción que DBK conocía muy bien.

—Sun Wukong, maldita sea, ¿Qué hiciste?—

—...Yo... Le traje una vaca muerta, para cortejarlo.—

—¿Y CREÍSTE QUE ERA UNA BUENA IDEA?—

—¡Se supone que uno corteja mostrándole tu fuerza a tu pareja!—

—¡No de esa manera!—

—¡Al menos me pudieron advertir!—

—¡No entiendo cómo es posible que él pudiese tolerarte tanto!—

—¡Ya entendí! Ahora, dime qué puedo hacer.—

—Cortéjalo correctamente. Si las cartas funcionan, sigue con eso. Y no le lleves cadáveres, ¿Por qué no le das joyas? Algo que el hubiese mencionado que quisiera, solo dáselo.—

—Creo que... Tengo una idea.—

—Por lo que más quieras, discúlpate.— 

—Si, lo haré.—Respondió el mono.—Y... Sobre lo del amor... ¿Qué te gustó de tu esposa? ¿Por qué te casaste?—

—Eso...—DBK miró a otro lado.—Ella era perfecta para mi, eso es todo.—

—¿Te avergüenza decirlo?—

—¡Solo cierra la boca y vete!—

—¡Pero de verdad quiero saberlo! Yo solo... Quiero entender si de verdad me gusta.—

—Lo sabrás, no necesitas una explicación.—Respondió DBK, mirándole.—Simplemente lo sientes. La emoción, la felicidad, la satisfacción, una persona es capaz de hacerte sentir todo lo que pensaste que nunca sentirías... Casarse solo es la manera de dejar en claro que quieres a esa persona a tu lado toda la vida.—

Wukong pensó en aquellas palabras, amar a alguien sonaba tan complicado, pero a la vez tan maravilloso.

Quizás amaba a la luna.

Wukong había tardado un poco en regresar, esto debido a que había ido por el regalo que le traería a la luna. Cuando había regresado, los monos le dijeron al rey que la luna le había enviado una carta de regreso, cosa que llenó de emoción al sol, quien dejó el cofre que había traído en su cuarto mientras se encerraba para abrir la carta.


"Hoy saliste temprano del reino, lo que me dio el tiempo suficiente para pensar en hacer esta carta. Gracias por lo que escribiste, parece que de verdad estás mejorando mucho, lo cual me alegra. 

Cada carta escrita por ti es realmente hermosa, así que espero que sigas escribiendo, quizás con alguna logres ganarte mi amor.

Puedo decirte que en realidad, si soy capaz de oír tus latidos, y ha sido todo un deleite escucharlos cuando te pones nervioso, es tan lindo.

¿Así es como se oye el amor que me tienes, Peaches?

Esperaré tu próxima carta.

- Liu Er Mihou."


Si, esto definitivamente era como DBK lo había descrito. Tantos sentimientos que Wukong no podía describir, su cola simplemente se movía con emoción y sentía como toda su energía era reabastecida con simples palabras que lograron llenarlo con una extraña calidez. 

Antes de ver a Mihou, le haría una carta.

La luna se encontraba en su cama, sentado mientras leía un libro que había encontrado en algún lugar del palacio. No era más que algo histórico, algo aburrido para cualquiera que no le interesaran los datos de ese tipo, pero Mihou era alguien con ese tipo de pasión por aprender más cosas.

Sus orejas se movieron al captar el sonido de la puerta abriéndose, dejando a la vista a Wukong, quien parecía llevar un cofre grande en una mano, dejándolo en el suelo tan pronto como entró, aparte de eso, dejó una carta en la mesa.

—No recuerdo pedir que me trajeran algo más.—Dijo Mihou, sonriendo curioso mientras miraba al rey y dejaba el libro a un lado.

—Es una ofrenda de cortejo.—Respondió el rey con orgullo.

—Espero que no sea un animal muerto.—

Mihou se levantó de la cama y se acercó hasta el cofre, abriéndolo para encontrarse con varios tesoros preciosos, incluyendo elíxires, píldoras y telas preciosas del reino celestial. El rostro de la luna parecía realmente sorprendido, sin creer nada de lo que estaba viendo.

—El emperador de jade me dijo un día que alguna vez quisiste saquear el reino celestial para conseguir estas cosas, y me parece que un día comentaste algo parecido.—

"Si, y era una broma." Fue lo único que pensó Mihou mientras revisaba cada cosa, era imposible, pero entonces, recordó que estaba casado con el maldito sol. 

—Y si hubiese dicho que... Quiero la corona del emperador de jade, ¿Qué hubieses hecho?—

—¿La quieres? Puedo traerla.—

—No.—Respondió rápidamente Mihou, dándose cuenta de lo peligroso que era esto. Parecía que no había limites para las cosas que se atrevería hacer el rey.—Estoy satisfecho con esto... Gracias, supongo.—

Wukong pareció feliz con esa respuesta, sonriendo.

—Me alegra escuchar eso.—El rey estaba listo para irse.—Por cierto, yo... Quería disculparme, por lo que te hice pasar, ya sabes. No fue nada agradable, te obligaron a casarte y todo eso...—

—¿Al fin te das cuenta de eso? Te tomó algo de tiempo.—

—Yo estuve... Pensando que no fue correcto nada de esto para ti, así que quiero compensártelo. Si algún día deseas algo... Solo pídemelo y lo haré.—

—Pasteles de luna.—

—¿Qué?—

—Quiero pasteles de luna.—

—Entonces los traeré.—

El rey le dio una pequeña reverencia antes de irse de allí, dejando solo a la luna, quien se acercó a la mesa para abrir la carta, pero antes de leerla, se fijó de que no hubiera nadie más. Cuando estuvo seguro de que estaba solo, sonrió con emoción mientras su cola se movía, delatando lo que sentía.


"Te debo tantas disculpas por todo lo que te hice pasar, lamento mucho lo que hice, definitivamente fue un mal inicio y entiendo si llegas a estar molesto conmigo, ni siquiera tuviste la oportunidad de decir algo sobre este matrimonio.

Aún así, no lamento esta unión, porque me siento tan feliz de estar contigo, quizás no de la forma correcta, pero prometo hacer lo que sea para ganarme tu perdón.

Solía acumular tesoros, pensando que lo tenía todo y no había nada más valioso, pero me equivoqué, porque te conocí a ti, y no importa que estés aquí, no eres mío, no puedo tenerte porque no eres un objeto.

Así que quédate a mi lado, prometo hacerte feliz y haré lo posible para ganarme tu amor.

- Monkey King.


Mihou se acostó en su cama mientras daba vueltas y seguía sin poder quitarse esa tonta sonrisa de la cara. 

—Ese idiota ni siquiera se ha dado cuenta...—Murmuró la luna mientras se llevaba la carta a los labios.—No tiene idea de que ya lo está ganando...—





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top