Capítulo 12: Templo eclipse.
Una boda era un motivo de celebración, y claro que eso hicieron. La feliz pareja finalmente estaba unida en un matrimonio que ambos desearon, al menos Mihou creía fielmente que tenía todo lo que podría desear, como por ejemplo, un atento esposo.
—¿Necesitas algo?—Wukong volvió a preguntar por decima vez aquella mañana.
—Absolutamente nada, cariño.—Respondió Mihou, acariciando la mejilla del rey.
El salvaje y grosero Monkey King había sido completamente domado. El macaco se encontraba sentado en el trono de Wukong, con el rey arrodillado con el mentón apoyado en las rodillas de su luna, mirándole con admiración. La cola de Wukong se movía con emoción por la sola imagen de Mihou sentado en su trono, tantas ideas llegaban a su cabeza, estaba tan feliz de que sea suyo, de nadie más.
Su amada luna.
—¿Estás seguro que no prefieres sentarte aquí?—Preguntó Mihou.
—No, me gusta verte en mi trono.—Sonrió más, coqueto.—Es tu trono también, mi luna.—Wukong se levanto, besando la frente de su esposo.
Si, su esposo, suyo y de nadie más.
—Sunshine.—Llamó la atención Mihou.—¿Me acompañas al templo?—
—Por supuesto, Moonlight.—Wukong le ofreció su mano cortésmente.—Permítame guiarle.—
La luna rio suavemente antes de aceptar la mano del rey, siguiendo sus pasos a aquel templo que tenían, el templo eclipse.
Habían pasado un par de meses desde la boda, algunas cosas sucedieron, como por ejemplo que el templo de Mihou se ha abandonado, pero eso es para un reemplazo, un nuevo lugar donde tanto el sol como la luna son adorados: El templo eclipse.
Era un precioso lugar donde todos pasaban a dejar ofrendas valiosas, y eso era lo que más le gustaba a Mihou, por eso se había decidido hacer ese sitio. Nadie se molestó con esta unión, en especial porque nadie quería enfrentarse a la ira del sol. De cualquier manera, la mejor pareja para la luna era Wukong, pues nadie nunca fue aceptado como digna opción para ser el amante de Mihou.
Wukong consiguió ser amado por la luna.
Los días eran tranquilos, pero tras su visita al templo, parecían ansiosos en prepararse, al menos Mihou, quien se miraba al espejo en su nuevo cuarto, donde ahora dormía con su esposo. Sucede que aquella tarde tendrían una visita, PIF y su esposo vendrían a verlos, algo que era habitual, en especial luego de que se casaron formalmente, digamos que Tieshan no confiaba en que Wukong hiciera bien su trabajo de esposo.
—¿Crees que se va a quejar?—Preguntó Wukong, quien estaba sentado en la cama viendo a su luna.
—Bueno, tu sabes como es ella, siempre se queja.—Respondió con cierta diversión Mihou.
—Quisiera que confiara un poco más en mi.—
—No la puedes culpar, Sunshine. Sabes que no comenzamos muy bien.—
—Lo sé, pero pensé que podría ser diferente, quizás una segunda oportunidad.—
—Ya veremos, no puede ser tan malo.—
Ante la preocupación clara en el rostro de Wukong, Mihou se acercó para besarlo en la frente.
—Todo estará bien, cariño.—Dijo suavemente la luna, quería cuidar a su sol, hacerlo sentirse tranquilo a pesar de todo.
Al fin y al cabo solo era una visita de amigos, no podía ser tan malo.
Un tiempo después, ambas parejas estaban sentadas en una gran mesa llena de comida, los monos se encargaron de prepararlo para su visita la tarde de hoy, y para suerte de la mayoría, no era pelo.
—Entonces, ¿Es cierto que te trata bien?—Preguntó Tieshan.
—Muy bien, Tieshan. Me trata como todo un rey.—Respondió sonriente Mihou.
Al lado de la luna estaba su pareja, y abajo de la mesa ambos estaban con las colas entrelazadas, recientemente Mihou lo agarró de la mano, quería transmitirle paz a su esposo.
—Esperemos que sea cierto. ¡Ahora finalmente tengo a alguien con quien hablar sobre DBK! Las relaciones son complicadas...—Dijo PIF.
—Pensé que lo habías domado.—Respondió riendo Mihou.
—Lo hice, pero digamos que a veces vuelve a sus inicios. Te pasarán muchas cosas así, créeme.—
—¡Hey! No hables tan mal de mi.—Se quejó Wukong.
—Es difícil no hacerlo.—Dijo Tieshan, riendo.—Eres un desastre, Wukong. Contagiaste a mi esposo, por tu culpa solía ser terrible.—
—¡El ya era un desastre!—Se excusó Wukong.
—¡No es cierto!—Respondió DBK
—¡Si lo es!—
—Basta, ambos son un desastre.—Declaró PIF, palabras que fueron tomadas como santas, pues nadie las negó ni un poco, y es que nadie se atrevía a callarla.
...
Pasaron el rato entre risas y pequeñas discusiones tontas, eso fue hasta que la noche fue llegando, DBK y Wukong si lograron emborracharse un poco, aunque Tieshan no probó ni un poco de alcohol.
—Bueno, será hora de irnos.—Dijo PIF, sonriéndole a Mihou.
—Ha sido todo un placer verlos.—Dijo la luna.
—Oh, cierto, olvidé contarles la razón por la que vinimos...—Tieshan rio suavemente.—Estoy embarazada.—
—¿Embarazada? ¡Felicidades!—Mihou sonrió, feliz por su amiga.
—Y lo decía para que lo pienses también, querido Mihou. Quién sabe, podemos hacer que nuestros hijos se conozcan.—
—Bueno, un hijo... Siento que es muy pronto.—Respondió la luna.
—¡Si! Aún estamos en... Luna de miel y esas cosas.—Agregó Wukong.
—Nunca es tarde para cambiar de opinión.—PIF se despidió con la mano.—Nos vemos.—
La pareja de monos pronto se quedó sola, pensando en aquellas palabas. Si, quizás se tomen un tiempo antes de dar un paso como ese.
Luego de aquella reunión, la pareja de monos se volvió mucho más cariñosa, siempre buscando compartir pequeños besos, caricias y toques delicados. Habían decidido hablar un poco, pensando sobre lo dicho por PIF, tener un cachorro no sonaba nada mal, pero sonaba complicado.
Había pasado un año, y quizás fue el tiempo suficiente donde la pareja sintió que era el momento y estaban listos. Mihou deseaba aquel cachorro, pero no sabía cómo conseguirlo exactamente, sería complicado.
Pero si la luna lo quería, el sol se lo iba a dar.
...
Wukong hizo una pequeña visita al reino celestial, una visita al emperador de jade era suficiente para conseguir lo que sea que deseara, no importaba si no era algo que el emperador podría darle, con una pequeña amenaza era suficiente para que le cumpla su deseo.
Y así fue, nada muy difícil.
...
Aquella tarde, Mihou estaba regresando a casa luego de visitar a Tieshan, quien estaba con el capricho de ir a verle, así que ayudó un poco a DBK para que pudiese "descansar" un poco. Al llegar a casa planeaba tener algo de paz, una tarde y noche tranquila, pero Wukong tuvo otros planes.
—¡Bienvenido a casa!—Dijo Wukong, saliendo a abrazar a Mihou, cargándolo en brazos mientras daba vueltas, parecía tan feliz.
—Oh, gracias.—Mihou sonrió, conmovido.—Estás muy dulce... ¿En qué problema te metiste?—
—Tengo una sorpresa.—Ronroneó Wukong, besando en la mejilla a Mihou.—Cierra los ojos.—
La luna no quería confiar en sus palabras, pero aún así cerró los ojos, siendo llevado en brazos por el rey. Reconocer el camino era fácil, estaban yendo a su cuarto, luego, fue puesto en el suelo para mantenerse de pie por su cuenta.
—Abre los ojos.—Susurró cerca de sus orejas.
Al abrir los ojos, Mihou pudo ver que en su cama, había un nido mal hecho, con ropa de ambos, y en este, había una especie de piedra redonda.
—¿Qué es?...—Preguntó la luna.—Ni siquiera sabes hacer un nido.—Rio suavemente Mihou, acercándose a la piedra.
—La pregunta correcta es: ¿Qué será?—Dijo sonriendo Wukong, acercándose también.—Será un pequeño y precioso mono de piedra.—
—No tiene forma.—
—La tendrá, una vez que lo toquemos juntos y juntemos nuestros poderes, eso es lo que me dijeron.—
Los ojos de la luna se iluminaron de emoción, sentándose en la cama mientras apreciaba la roca, parece que el sueño de ser padres si era algo que podrían tener, sonrió más por aquella simple idea de poder tener una familia, algo que nunca pensó que sería capaz de tener.
En especial con alguien como el sol.
—¿Listo?—La voz de Wukong hizo a Mihou reaccionar, quien simplemente sonrió más.
—Lo estoy.—Mihou lo abrazó fuertemente.—Gracias...—
—Oh, no, gracias a ti.—Ronroneó el rey.—Me hiciste tan feliz.
El macaco rio alegremente, acariciando el rostro de su esposo.
—Estoy feliz de haberte rechazado tres veces.—Dijo la luna.
—Y yo de haberte insistido cuatro veces.—
Ambos se agarraron de las manos, y con las otras manos libres, tocaron la piedra, la cual comenzó a brillar hasta finalmente romperse, dejando a la vista un pequeño mono, su pelaje oscuro y ojos dorados.
Mihou fue el primero en cargarlo en brazos, su sonrisa no se desvanecía ni un poco, amaba tanto a su pequeño, su preciado niño, el cachorro que tuvo con su pareja.
—¿Cómo quieres llamarle?—Preguntó Wukong, recostando su cabeza en el hombro de la luna, acercando su mano al pequeño, quien hacia pequeños gorjeos.
La luna lo pensó, entrelazando su cola con la del rey, apegándose más a el mientras apreciaba al pequeño mono en sus brazos.
Este era el inicio de su vida junto al sol y su pequeña estrella.
No había necesidad de sacrificios.
—Qi Xiaotian.—Respondió Mihou.—Se llamará Qi Xiaotian.—
—Me gusta.—Respondió Wukong, sonriendo mucho más.—Nuestro pequeño Xiaotian.—
Este solo era el inicio, aún habría más, tendrían el tiempo suficiente, por ahora, solo quedaba disfrutar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top