Capítulo cuarenta y ocho: spectator
Miro a Gorka con recelo, pero él se limita a sonreír con satisfacción por la reacción que obtuvo de mí. El torneo de Eleanor no es una simple competencia, no se trata de festividades donde los participantes luchan por unas monedas de oro y solo sufren heridas menores. Aquí la vida está en juego y la muerte es una realidad ineludible. Ya hemos presenciado cómo un competidor perdió la vida en el primer evento, devorado por una gigantesca bestia mientras los espectadores solo observaban. Los próximos eventos no serán menos peligrosos ni menos mortales. Cada uno de ellos pondrá a prueba a los competidores de formas crueles. Estoy segura de que la carrera de elementos no será la excepción.
La tierra es un elemento noble y majestuoso, una representación sólida y estable de la naturaleza misma. Manipular el elemento implica establecer una conexión profunda con la tierra madre que implica sentirse enraizado y en equilibrio. Cada paso debe ser firme y sólido, para que el suelo responda a la voluntad del hechicero. La sensación de fortaleza y resistencia debe fluir a través de cada movimiento, evocando una presencia imponente y poderosa.
El agua, en contraste, es un elemento fluido y adaptable. Su naturaleza cambiante y en constante movimiento la convierte en una fuerza tanto delicada como poderosa. Al enfrentarse al elemento agua es necesario mantenerse en sintonía con su flujo continuo, siguiendo su ritmo y danzando con sus corrientes. Aquellos que tienen un control sobresaliente sobre sus emociones y una intuición afilada encontrarán en el agua un aliado leal. Puede ser calmante y tranquilizadora, como un suave arroyo que acaricia la piel, o bien poderosa y agitada, como un océano embravecido en plena tormenta.
El elemento aire posee una complejidad intrigante. Es invisible a nuestros ojos, pero omnipresente en todo momento. El aire representa la libertad, la comunicación y la claridad mental. Al enfrentarlo, se requiere una aproximación suave y ligera, como una brisa suave acariciando la piel. El aire puede ser refrescante y revitalizante, llenando los pulmones con su aliento fresco, pero también puede convertirse en un torbellino violento y despiadado, arrasando todo a su paso. Dominar el elemento implica encontrar el equilibrio entre su suavidad y su furia, aprovechando su fluidez para impulsarse con él.
Finalmente, el fuego, el elemento más agresivo, desafiante e imponente de todos. Representa la pasión, la energía y la transformación. Manipular el fuego es un verdadero desafío, ya que posee un poder incalculable y una naturaleza inestable. Puede ser un aliado ardiente y luminoso, brindando luz en medio de la oscuridad y un calor reconfortante en las noches frías. Sin embargo, si se sale de control, el fuego puede convertirse en una fuerza destructiva y avasalladora. Solo aquellos que logran dominar su intensidad y canalizar su poder con sabiduría pueden manejarlo de manera segura y aprovechar todo su potencial.
Aprendí a contener el fuego gracias a Rómulo. Después del incidente en la biblioteca de Northbay dijo que era importante que lo hiciera. Durante nuestras lecciones resulté con algunas quemaduras aun cuando el príncipe estaba a mi lado. Me explicó lo inestable que resulta el elemento e hizo para mí algunas demostraciones de cómo utilizarlo. Lo recuerdo hábil, con movimientos hipnotizantes. Si tuviera su magia, no temería un solo segundo por su vida. Al final, la descripción del fuego es muy parecida a cómo describiría al príncipe con un extraño. Conoce su naturaleza y cómo enfrentarla, pero en esta situación solo me queda esperar que funcione nuestro plan.
Los majestuosos árboles sobre los que los invitados fuimos ubicados, bordean un camino. Rómulo, Izán, Acy, Thiago, Piero y Jorel se encuentran a una distancia de aproximadamente un kilómetro, destacando en el horizonte. A pesar de la lejanía, puedo percibir en ellos una confusión compartida con la de los demás invitados. El sendero que se extiende ante ellos parece un lienzo en blanco, sin obstáculos visibles en su camino. Los murmullos comienzan a hacerse presentes, todos saben que no será tan simple como correr hasta la meta.
La figura imponente de Eleanor se yergue desde su asiento y se acerca al extremo del palco más elevado en el recinto. Ocupó estratégicamente el lugar más cercano a la línea de meta, manteniendo cerca a los invitados más importantes, entre ellos nosotros. Un brillo radiante comienza a tomar forma en sus manos, una manifestación del poder que posee. Con destreza, da rienda suelta a su magia, creando un espectáculo efímero pero deslumbrante. Con movimientos elegantes, genera arcoíris, juega con el reflejo del sol y da vida a figuras etéreas que parecen danzar sobre el público. Sin embargo, el asombroso despliegue es apenas un atisbo de su verdadero potencial.
la percepción del mundo que tenemos se basa en la luz que rebota en los cosas que nos rodean. Esta luz puede emanar de los propios objetos o reflejarse en ellos, y es la responsable de dar forma y significado a nuestro entorno. Controlar la luz es, en esencia, controlar cómo el mundo percibe su entorno. Eleanor demuestra su maestría al redirigirla, desvelando así la ilusión detrás del sendero aparentemente despejado. Lo que antes parecía una ruta libre se convierte en una trampa mortal, con obstáculos ocultos y desafíos.
La sorpresa y la admiración se manifiestan de manera audible en cada uno de los invitados al recordar por qué la dama de Eastliberi es la regente del reino más prospero de todo el continente. Además de su destreza en la política, es una hechicera excepcional, capaz de realizar proezas que asombran a propios y extraños. Los aplausos y ovaciones hacia ella comienzan a resonar, los cuales recibe con humildad y característica elegancia.
—¿Tú puedes hacer eso? —indaga Gorka con genuina curiosidad mientras yo me encojo de hombros.
—Es... magia muy avanzada. —Limito mi respuesta, pues nunca pierde la oportunidad de compararme con ella.
—Eso es un no —afirma, dirigiéndome una mirada burlona sin detener sus aplausos.
El ambiente es pura festividad, impregnado por la asombrosa exhibición de magia y el entusiasmo desbordante que anuncia el inicio de la carrera. Hay cuatro caminos esperando a los competidores, uno para cada elemento al que enfrentan y del cuál, al mismo tiempo, son aliados. En primera instancia, se presenta el sendero del agua, seguido de cerca por el camino de la tierra, luego el del aire y, por último, el del fuego.
Jorel y Piero observan frente a ellos como el agua cobra vida. Se forman remolinos y corrientes traicioneras que deben cruzar. El camino en sí se estrecha y ensancha, a veces tan angosto que solo un mago puede pasar a la vez. Gracias a la altura puedo observar que la profundidad no es el único desafío, pues hay Nereidas y tritones danzando en las olas. Las doncellas acuáticas, de largas melenas y encantadoras voces, cantan para distraer a los competidores y hacerlos perder el control. Los guerreros marinos, mitad humanos mitad peces, preparan sus lanzas para desafiar a los magos en combate.
Frente a Acy y Thiago se extiende el sendero de tierra. La superficie que antes se veía lisa ahora muestra una topografía accidentada y llena de trampas. Grandes zanjas y abismos aparecen, como si el mismo suelo se tornara en contra de los dos hombres. Puentes estrechos sin estabilidad esperan a ser cruzados hasta un terreno que se eleva en crestas afiladas y después se hunde en depresiones profundas, creando un entorno irregular y traicionero. Por si el camino no fuera lo suficientemente desafiante, criaturas mágicas alusivas al elemento emergen de entre las grietas. Golems, seres colosales de roca, caminan lentamente por el sendero, bloqueando el paso de los competidores con su imponente presencia. Hombres de barro, seres más pequeños, pero igual de peligrosos, surgen de los charcos esperando para emboscar a los magos. En el cielo, se alzan gárgolas que amenazan con lanzar rocas desde las alturas.
El camino de aire es un despliegue de maravillas en constante movimiento. Izán lo observa con anticipación y cautela. El terreno es un vaivén de plataformas flotantes que se elevan y descienden con la brisa caprichosa. Mantener el equilibrio en medio de las cambiantes corriente es esencial si no quiere se arrojado fuera del camino. Además de los impredecibles remolinos y espirales de viento concentrado que se desplazan por el sendero y amenazan con arrastrarlo apenas se acerque, observo movimientos sutiles en las alturas que parecen tener vida propia. Cuando uno de ellos muestra su rostro por apenas unos segundo, me sorprendo.
Los Sylphs son seres ligeros y fascinantes, cuya apariencia refleja su conexión con el aire y la libertad. Tienen una figura esbelta, como si estuvieran formados por vientos danzantes y luz pura. Su cuerpo parece estar compuesto por una combinación de aire y energía, lo que les otorga una apariencia translúcida y casi iridiscente.
Finalmente, el camino de fuego es una exhibición ardiente de desafíos mortales. El sendero está construido sobre un lecho de brasas ardientes, con caminos de magma y rodeado de altas llamaradas que seguramente dificultarán la respiración de Rómulo. Las flamas crean intermitentes obstáculos que debe sortear con rapidez antes de quemarse o de quedarse sin oxigeno por el humo que lo envuelve. Puedo observar cómo los Fénix, majestuosas aves con plumaje brillante, emiten barreras de fuego temporales. Y, cuando parece que los obstáculos terminan, el dragón rojo que nos acompañó en el escape de la aldea de los Drakirians se alza para impedir que cruce la meta.
Eleanor da la señal y sus soldados, que cuidan el perímetro, elevan sus manos al cielo para disparar hacia él luces que estallan en un fuerte sonido que marca el inicio de la carrera. las reglas son simples: llegar a la meta e impedir que tus contrincantes avancen utilizando únicamente el elemento que se te fue asignado.
Izán es el primero en atacar al resto. Utilizando su poder, redirige las ráfagas de viento a sus costados. En el camino de fuego las llamas se alzan de manera violenta, en el de tierra los escombros entran en los ojos de los hombres y en el de agua las corrientes se vuelven demasiado violentas como para poder hundirse en ellas. Él, utilizando el viento, consigue elevarse hasta alcanzar los peldaños flotantes. Comienza con una notable ventaja.
Acy es el primero en seguirle el paso, aun cuando no se ha recuperado por completo. Grietas profundas comienzan a formarse en el suelo, manifestando la poderosa energía del elemento tierra en todo su esplendor. El suelo cobra vida con una fuerza indomable, de él surgen peldaños que se elevan agresivamente hasta alcanzar la misma altura que los palcos en donde nos encontramos. Cada escalón es una muestra imponente de ferocidad, desafiando a los competidores a mantener el equilibrio y la cautela en cada paso que dan. Thiago se apresura e intenta seguirlo.
Apenas se calma la violencia de las llamas, Rómulo lanza con fuerza al suelo uno de los pequeños sacos que Damián armó para él. Gracias al impacto, este se rompe y reacciona con el fuego hasta crear un escudo que aparta el calor y le permite adentrarse. Mi mirada se dirige a la dama de Eastliberi y de inmediato noto cómo su expresión cambia. Reconoce de inmediato el uso de alquimia tradicional.
Piero y Jorel son los últimos en avanzar. Deciden trabajar juntos para calmar las aguas y evitar ser arrastrados al fondo. Las corrientes y remolinos desafían su equilibrio, obligándolos a adaptarse rápidamente a las fuerza que los envuelve. Cada movimiento es crucial mientras luchan contra la presión y la resistencia del entorno.
Mi vista regresa al camino de tierra al notar que Acy ha quedado atrapo en las arenas movedizas y Thiago ha tomado sorpresivamente la ventaja, quedando muy cerca de Izán. Cuando cree haber llegado a una zona segura, tentáculos de tierra emergen del suelo buscando alcanzar al competidor con una ferocidad insaciable. Se contorsionan y serpentean con agilidad, como si tuvieran consciencia propia, ansiosos por atrapar a su presas.
Thiago se encuentra claramente en aprietos. Su semblante refleja confusión y aturdimiento ante la ferocidad del entorno. Se talla frenéticamente los ojos, indicando que la tierra ha vuelto a entrar en ellos, dificultando su visión y su capacidad para calcular el siguiente movimiento de los peldaños que se elevan. A su vez, los tentáculos de tierra no le dan tregua, golpeándolo sin piedad. Me inquieta profundamente observar cómo comienza a perder la calma, pero sigue avanzando.
Izán, al ver que le pisa los talones, decide usar el viento para arrojar una piedra directamente a la cabeza de su oponente más cercano. El impacto lo hace sangrar y los tentáculos lo persiguen. Tambaleándose por el impacto, da un mal paso y se coloca justo en el camino por donde la tierra comienza a elevarse nuevamente. Ruego porque antes de que sea demasiado tarde el hombre convierta el peldaño en lodo para que este se colapse en sí mismo y le de una caída suave, pero está tan aturdido que no logra pensar en nada.
Es elevado con velocidad incluso por encima de nosotros, siendo arrojado en el aire que cobra fuerza gracias al mago a su lado. Se escucha un suspiro de sorpresa por parte de los invitados cuando empieza a caer aparentemente inconsciente. Quiero intervenir, pero Gorka detiene mis manos al notar mis intenciones. Su descenso dura apenas unos segundos hasta que su cabeza se estrella con fuerza contra el suelo. Su cráneo explota y sus extremidades se tuercen, dándome una imagen que permanecerá en mi memoria durante el resto de mi vida, al igual que el desgarrador grito de su madre al verlo. Mis ojos se inundan, pero obligo a no apartar la mirada. La frialdad detrás de este torneo me asquea.
—No tienes por qué ver —me dice Gorka cuando nota cómo limpio rápidamente un par de lágrimas que no puedo evitar que recorran mis mejillas—. En el torneo tu padre te obligaba, aquí puedes apartar la mirada.
—Pude haberlo salvado.
—Sí, y la reina te hubiera acusado de traición. —Tiene razón.
—No entiendo cómo pueden disfrutar esto. Es una cruel estupidez.
—Es una demostración de fuerza, Adalia. Es un honor participar en este tipo de eventos. Eres una dama, no lo entenderías.
—A la mierda con eso —escupo molesta. Mi esposo rodea los ojos, cansado de tonterías sentimentales. Lo miro con recelo —. Si algo le pasa a Rómulo, será por tu culpa.
—Espero que así sea.
Observo al príncipe de Northbey avanzar con dificultad entre el fuego. El humo nubla su visión y se cuela en sus pulmones, pero mantiene un paso firme administrando los sacos de magia. Noto que cojea, las llamas han alcanzado su pierna y su espalda. Hasta que salga del sendero, nadie puede atenderlo. Mi corazón comienza a acelerarse.
En el camino del agua, Piero y Jorel han conseguido llegar hasta donde están las nereidas. Estas criaturas, claramente más hábiles en el agua que los dos magos, avanzan con una ferocidad imponente. Son seres de una belleza cautivadora, con facciones delicadas y colas que deslumbran con sus brillantes colores que juegan con la luz. Piero, al percatarse de la amenaza, actúa rápidamente. Manipula las corrientes para que vayan en contra de las criaturas y estas no puedan alcanzarlo. Por desgracia, Jorel no es tan hábil como su compañero.
Pronto se encuentra atrapado junto con la criatura en una burbuja que ella ha creado. No es tonto, el hombre utiliza las vibraciones en el agua para resistir los efectos del canto de la nereida, pero solo logra enfurecerla. De las delicadas manos de ella, emergen garras afiladas que se apresuran a rasgar la piel de su presa, tiñendo de rojo la burbuja con su sangre.
Piero ya ha conseguido rebasar a su contrincante varios metros, pero al verlo en peligro se detiene. Consciente de que es el único que puede evitar una segunda muerte en el evento, se mueve con gracia y aprovecha la fuerza del agua a su alrededor. La corriente lo impulsa hacia Jorel, consiguiendo entrar a la fortaleza de la nereida junto con un torrente. El tinte rojizo se disuelve parcialmente, permitiéndonos ver nuevamente a Jorel luchando desesperadamente por liberarse de las garras de la criatura.
El mayor de los Barbow se apresura a lanzar un hechizo contra la mujer acuática, consiguiendo que deje de rasgar a su contrincante y dirigiéndose de inmediato a él. Piero trata de volver a lanzar un encantamiento en contra de ella, pero como ahora es consciente de la presencia de otro hombre en la burbuja, nada velozmente para esquivar cada uno de ellos. Ambos competidores comprenden que tratar de ser más rápidos que ella es una lucha que no vale la pena pelear.
Jorel, a pesar del dolor por sus heridas, no pierde el tiempo para devolverle el favor a Piero. Juntos consiguen atrapar a la nereida en un torbellino que no le permite nadar libremente. Cuando está lo suficientemente aturdida, manipulan la corriente para que esta los arroje fuera de la burbuja y puedan seguir su camino para enfrentar a los tritones.
Todos se aproximan a su último obstáculo, saboreando la victoria a pocos metros de ellos. Acy consiguió cruzar a los Golem sin ningún problema, solo tiene que acabar con los hombres de barro. Rómulo distrajo a los fénix sin contra tiempos, pero aún le queda el dragón. Por otro lado, Izán perdió su ventaja al encontrarse con los sylphs que impiden su paso y le dan una buena batalla en el aire.
Mi mirada se centra en Rómulo y siento cómo sus emociones me llenan. La conexión que creamos, la cual aún no controlamos, encuentra su camino en nuestra mente. Me golpea su agitación, su concentración y su adrenalina. Sé que ha perdido la concentración cuando se frena en seco y su mirada se posa en la mía. Al mirarlo, las sensaciones cobran intensidad al grado en que incluso percibo el ardor en su espalda por la quemadura, provocando que haga una mueca de dolor que llama la atención de Gorka.
—¿Estás ayudándolo? —me pregunta mi esposo al notar que bajo mi manga, en mi piel, se pinta el hilo dorado que nos delata. Afortunadamente, por la distancia y la ropa cubierta que Rómulo eligió, nadie notará la suya.
—¿Qué? No —contesto bajando la manga, pero el dolor en mi espalda no disminuye. Sin embargo, parece que a Rómulo lo ayuda a sobrellevar el suyo. Un efecto similar al hechizo que uso para los dolores de Valeska.
—Adalia —me reprende Gorka al notar que el príncipe de Northbey ha adquirido fuerza para esquivar los ataques del dragón.
—Lo que sea que hagas, detente. Si alguien te descubre van a acusarte de traición y te juro por todos los dioses que no te ayudaré.
Observo a Rómulo, ni siquiera haber compartido su dolor conmigo lo ayuda a enfrentar a la bestia que tiene la misión de convertirlo en cenizas. Necesita ayuda y la unión que hemos creado me obliga a dársela.
Hola, hola.
Ha pasado un tiempo, tuve un enorme bloqueo para crear la carrera de elementos, pero espero que la disfruten.
Nos leemos pronto.
—Nefelibata
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