13- Apoyo necesario

Ace se quedó sin habla. - Estás de broma.

- Es un análisis preliminar, pero todos los resultados actuales conducen a eso.

- ¿Y qué hago ahora? ¿Prescindir del azúcar? ¿Relajarme?

- Es lo mejor que puedes hacer.

Ace ya se estaba agobiando. - ¿Y qué hay del trabajo? Tengo que volver en un par de días.

- La mayoría de diabéticos llevan una vida normal, así que eso no será un problema. Sin embargo, deberías llevar algo dulce encima para evitar una crisis hipoglucémica.

Ace suspiró frustrado. - Vale, ¿vas...a recetarme algo?

- No. Pero aún así no bajes la guardia.

El pecoso recogió a Luffy y salieron del hospital. Luffy notó que su hermano estaba algo distraído y era normal. Tan distraído que se chocó con alguien. - Oh...lo siento...

Aquella persona se giró. - Vaya...no esperaba volver a verte.

Ace frunció el ceño. — Créeme, yo tampoco, de hecho ojalá pudiera perderte de vista.

— Tu hermano es más educado.

— ¿De qué demonios lo conoces?

Ichiji levantó las manos. — Tranquilo. No le hecho nada, si es lo que piensas.

— ¿Y entonces?

— Está investigando un caso relacionado con mi familia.

Ace sintió un mareo. — Mierda…

— ¿Estás bien?

— No te importa. Vamos Luffy.

Ace siguió caminando junto con su hermano. Sin embargo empezó sentirse algo cansado. - ¿Ace?

El pecoso le sonrió. - Tranquilo, estoy bien.

- ¿Seguro? Podemos coger un taxi o…

- Estoy bien Luffy, de verdad. Vamos, se nos hace tarde.

Y continuaron su camino a casa. Ace no quería admitir sus debilidades delante de su hermano pequeño. Quería ser fuerte por él, y aunque sabe que puede defenderse solo, siente que es su deber como hermano mayor.

Cuando llegaron, escucharon el ruido de alguien cocinando. Al entrar se encontraron a su hermano preparando el almuerzo. Luffy se le echó encima sin pensárselo. - ¡¡SABO!!

- Hola Luffy, me alegro de verte.

- ¿Sabo? ¿Cuándo has llegado? Creí que estabas de viaje.

- Lo estaba, pero me han surgido temas que debo resolver aquí. Así que me voy a quedar aquí un buen tiempo.

Ace se sintió aliviado. Si Sabo se quedaba aquí, el podría tomarse un descanso de verdad. - Oye, Sabo, ¿puedo…hablar contigo?

- Por supuesto. Luffy, a tu cuarto.

- ¡¡NO SOY UN NIÑO!!

- Si te portas bien te doy el doble de carne esta noche.

Al monito se le iluminó la cara. - ¡¡HECHO!!

Y se fue a su cuarto. Sabo apagó la candela y tapó la sartén. - Bueno, ¿qué querías decirme?

- Hoy…he estado en el hospital.

El rubio se preocupó. - Dios santo, ¿Luffy está bien? ¿Le pasa algo?

- Él está bien. Yo no.

Sabo frunció el ceño. - ¿Qué quieres decir?

Ace empezó a sollozar. - Law me hizo unos análisis…dice que…joder…

Sabo colocó sus manos en los hombros del pelinegro. - Oye, tranquilo. Sea lo que sea, lo superaremos. Juntos.

- Dice que…es posible que tenga diabetes…

A Sabo se le cambió la cara. - Oh, Ace…lo siento mucho…¿qué…piensas hacer ahora?

Ace intentó quitarse las lágrimas. - No lo sé…ni siquiera sé si podré trabajar en condiciones. Todos me tratarían…diferente…como si fuera a…romperme…

- Y entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Dejar el trabajo? Pasaste noches en vela preparando la oposición.

- No lo sé…

- Ace, escúchame. Son tus amigos y compañeros de trabajo. Lo entenderán.

Ace le agarró los brazos al rubio. - Sabo, por favor…no vuelvas a irte… es demasiada presión para mí…

Sabo le abrazó fuerte. - Tranquilo. No volveré a irme. Lo superaremos.

[•••]

Sanji estaba concentrado escribiendo una receta en la pizarra. Al principio estaba escéptico sobre el dar clases de cocina, pero pensar en que podría legar su ideología de no desperdiciar comida, lo animó un poco. Eso y que podría construir una relación estable con Zoro. - Vale…la pasta. En la cocina italiana, la pasta es el plato más común. Hoy, tendréis que preparar una receta de pasta.

Un alumno levantó la mano. - ¿Sí señor Dillon?

- ¿Puede ser cualquier tipo de pasta?

- Sí, puede ser cualquier tipo, aunque sólo tengo un par de condiciones. Está prohibido desperdiciar comida y bajo ningún concepto podréis cambiar vuestra receta, a no ser que sea imprescindible. Tenéis hasta el final de clase para terminar. Vamos, a cocinar.

Y todos se pusieron manos a la obra. Sanji salió un momento del aula para relajarse. - Ahh…esto está siendo más duro de lo que imaginaba…

- ¡Señor Kuroashi!

Sanji giró la cabeza. Era el director de la escuela de cocina. - Veo que sus alumnos trabajan sin descanso.

- Sí, bueno…esos chicos tienen bastante potencial, sobre todo el del pelo rojo.

- ¿Se refiere a Tajio?

- Sí. Ese chico parece esforzarse más que los demás. Es cómo…si tuviera una fuerte ambición.

El hombre miró por la ventana del aula. - Sí, él siempre ha sido así. Dice que quiere ser el mejor cocinero del mundo. Igual que todos aquí.

Sanji dirigió su mirada hacia los alumnos que seguían cocinando sin parar. - Creo que tengo una idea si me lo permite.

El rubio le propuso algo bastante atractivo al director. Ofrecer prácticas para los que obtuvieran las mejores notas. Estuvo un rato charlando sobre el procedimiento y el director aceptó. Sanji miró la hora y se dio cuenta de que ya casi acababa la clase. Volvió a entrar en el aula.

- Bien chicos, os quedan cinco minutos, tenéis que ir terminando.

Los alumnos empezaron a poner los últimos detalles en sus platos hasta que Sanji dio unos aplausos. - Bien muchachos, se acabó el tiempo, utensilios en la mesa.

Sanji empezó a pasearse y catar los platos de cada alumno. Cuando acabó volvió a su pupitre y los miró a todos. - Bueno, estoy realmente impresionado. Kaylie, tu idea de hacer tallarines rellenos fue muy buena, pero intenta controlar la cantidad de pimienta y sal.

La chica sonrió. - Bien, todos estáis aprobados…

Todos celebraron. - Menos Ray.

El mencionado se sorprendió. - ¿Qué? ¡Sí mi plato era perfecto!

- Exacto, es perfecto. Para ser de un restaurante.

El chico se tensó. - He visto a un chico que salía de aquí con un envase de un restaurante italiano.

- ¿Y? ¿Qué va a hacer? Que sepa que mi padre es policía y le puedo acusar de conducta poco profesional.

Sanji se le acercó. - Si esperas obtener buenos resultados tirando de la reputación de tu padre, será mejor que abandones mi clase.

- ¿No me ha oído? Mi padre-

- Si tu padre no está de acuerdo con mi decisión, estaré encantado de reunirme con él.

El chico se molestó y salió. Sanji suspiró pesadamente. - Bueno…eso es todo por hoy. Recogedlo todo antes de iros.

Sanji salió del aula. Había sido una de las clases más duras que ha dado, así que no tardó en salir del edificio. Se puso en camino al Baratie, con suerte podría distraerse cocinando para satisfacer a los clientes.

No podía dejar de pensar en los momentos íntimos que pasó con Zoro. Resultó ser bastante cariñoso a pesar de la cara de delincuente que tenía. Pero sólo pensar en él le hacía sentir mariposas en el estómago. No tardó mucho en llegar al restaurante.

Entró y notó que había bastantes clientes. Sanji entró en la cocina. - Hola chicos.

- ¡Sanji! ¡Hombre, creí que te quedarías en casa unos días!

- Necesitaba distraerme. Ha sido una clase bastante intensa.

- Aquí lo tenemos controlado de momento, pero ve a echar un vistazo a las mesas a ver si alguien necesita algo.

Sanji sonrió. Cuando salió al comedor empezó a pasearse por las mesas. Escuchó la campanita de la puerta. Un hombre de pelo rosa acompañado de una mujer rubia bastante guapa. Sanji se dirigió a recibirles. - Buenas tardes, bienvenidos al Baratie.

Sanji les guió a una mesa libre. Por alguna razón, sintió que algo no iba bien. Aún así sacó una libreta para tomar nota. - ¿Qué va a tomar señor?

- Una copa de su mejor vino, por favor.

- Excelente, ¿y qué le sirvo a usted, bella dama?

La chica se rió. - Lo mismo.

Sanji terminó de anotar. - Estupendo, volveré con ustedes lo antes posible.

El rubio se fue a por una botella de vino tinto español. Era de lo mejor que tenían en la bodega. Sosteniendo la botella con un paño limpio, se acercó a la mesa y sirvió el vino. - ¿Están listos para pedir?

- Un momento. ¿Qué demonios es esto?

Sanji mantuvo la calma. - Lo que usted me ha pedido señor. Una botella de nuestro mejor vino.

El hombre señaló la botella de vino, bastante molesto. - Ese vino tiene pinta de ser barato. Y yo he pedido un vino de calidad.

Sanji respiró hondo. Quería demostrarle al viejo que ha madurado. - Caballero, como metre y souchef de este restaurante, le aseguro que este es nuestro mejor vino.

El hombre se burló. - ¿Tú, un metre? No me hagas reír, seguro que no tienes ni idea de vinos.

Sanji tenía que mantener la calma. - De acuerdo caballero, en ese caso, puedo cambiarle la bebida si así lo desea.

- Déjalo, ya que lo has traído, lo tomaré.

El rubio dejó la botella en la mesa y sacó su libreta. - Muy bien, ¿desean pedir ya?

- Sí, yo quiero los tagliatelle con salmón.

Sanji lo anotó. - Excelente elección señorita. ¿Y usted caballero?

El hombre estaba algo molesto. - El entrecot.

- De acuerdo, ¿cómo lo quiere?

- Al punto.

Sanji terminó de escribir. - Muy bien, enseguida les traigo su comida.

Sanji se volvió a la cocina. Ese hombre parecía querer causarle problemas, aunque él se dio cuenta nada más hacer ese brusco comentario sobre la elección del vino. - ¡Pedido! ¡Un tagliatelle con salmón y un entrecot al punto para la ocho!

- ¡Oído!

Sanji se fue a la parte de atrás y se encendió un cigarrillo. Le dio una calada y notó que no estaba solo. - ¿Ya te estás escaqueando, berenjenita?

- No viejo, sólo he salido a fumar. Hay un cliente que se ha quejado por la calidad del vino, y le había dado el más caro que había en la bodega.

Zeff suspiró. - Espero que no le hayas roto la mandíbula.

Sanji dio una calada. - Tranquilo viejo, no he hecho nada. De momento. Pero si sigue así…

- Sanji…

- ¡Ese idiota es un engreído! ¡Hace todo lo posible para sacarme de quicio y que lo pague con él! En cuanto lo haga nos denunciará y…

- Sanji.

El rubio le miró. - ¿Qué pasa?

- ¿Tiene el pelo rosa?

Sanji se extrañó. - Sí, ¿cómo lo sabes?

- No preguntes y sígueme.

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¡Por fin publico el capítulos trece! Han sido unas semanas bastante duras…pero aquí vengo con un nuevo capítulo.

Por cierto, he publicado una nueva historia ZoSan, por si queréis echarle un vistazo.

¡Nos vemos en otra actualización!✨

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