12- Rescate agridulce
⚠️ Advertencia +18: Mención de sobredosis.⚠️
Law era uno de los médicos más prestigiosos del país. Adelantó un año en la carrera de medicina y ejerce de cirujano, médico de familia y, en ciertos casos, de forense. Hoy, estaba operando a una paciente de escoliosis. Estaba apoyado por un par de anestesistas, varias enfermeras y un ayudante. Terminó pronto. — Hemos acabado, buen trabajo a todos.
Todos aplaudieron. — Cerrad a la paciente y que sea trasladada a la UCI. Avisadme cuando despierte.
— Sí señor.
Law se retiró el equipamiento y salió del quirófano. Allí se encontró con los padres de la paciente. El hombre se acercó, aún nervioso. — ¡Doctor Trafalgar! ¿¡Y nuestra hija!? ¿¡Cómo está!?
Law calló un momento. — La cirugía ha sido un éxito. Su hija está ahora mismo en la UCI.
— ¿Podemos verla?
— De momento no. Hay que esperar que se pase un poco el efecto de la anestesia.
Law se marchó de allí mientras escuchaba a la familia alegrarse por aquella joven que estaba en cuidados intensivos. Ya casi era su hora del almuerzo, así que se fue a la cafetería a coger su almuerzo.
Realmente, no quería. La comida del hospital era horrible, sosa y casi insípida. Aún así, Law se acostumbró a esa bazofia. No tenía mucha hambre, así que dejó su bandeja y volvió al trabajo. Empezó a pasear por las plantas a revisar a sus pacientes cuando se le acercó una enfermera.
— ¡B-buenas tardes Dr. Trafalgar!
Law suspiró. — Leena, te he dicho que no es necesario las formalidades.
— Discúlpeme, no volverá a pasar.
Law siguió caminando, acompañado de la joven. — ¿Qué tal está el paciente de la 233?
La chica miró su portapapeles, todavía nerviosa. — Aún sigue algo conmocionado por los golpes, pero ya ha recuperado sus funciones motrices.
— Bien, iré a echarle un vistazo.
El cirujano se fue a la habitación y se encontró a un peliverde ya más recuperado. — ¿Cómo te encuentras?
— Mejor, pero aún me duelen las articulaciones.
Law anotó algo. — Bueno, eso no es grave, te recuperarás con algo de rehabilitación. En ese caso, voy a darte el alta médica.
Yonji se burló un poco. — ¿Tan pronto? Creí que estaría aquí unos meses más.
— ¿Quieres que te deje aquí enchufado a una bolsa de suero?
— Honestamente no.
— ¿Quieres que llame a alguien para que te recoja?
Yonji iba a contestar pero en ese momento sonó una alarma. — Disculpa.
Law fue corriendo y vio a varios enfermeros alrededor de una camilla con un chico inconsciente. — ¿Qué ha pasado?
— Posiblemente una sobredosis. Acaba de llegar acompañado de su hermano, está en la sala de espera.
El ojeroso salió de la habitación y se dirigió a la sala para buscar al hermano de aquel chico. Por alguna razón, tenía un mal presentimiento. Cuando entró, un chico pelinegro se le echó encima. — ¡Uf! ¿Pero qué-?
— ¡¡AYÚDAME TORAO!!
— ¿Luffy-ya?¿Qué haces aquí?
Luffy estaba llorando a mares. — ¡¡ES ACE!!
— ¿Qué le pasa ahora?
Luffy casi no podía respirar de la ansiedad que tenía. — Oye cálmate, ¿qué le ha pasado?
El monito sacó un botecito y se lo pasó a Law. Entonces se quedó mudo. — ¿Cuánto se ha tomado?
— ¡No lo sé! ¡Empezó a tomarlas hace tres días, y hoy lo notaba bastante adormilado! Se desmayó, le tomé el p-pulso y…
Law sintió que el agarre en su camisa se intensificaba. — N-no quiero…que se muera…N-no quiero…estar solo…
Fue entonces cuando el cirujano separó a Luffy de su uniforme. — Tranquilo, quédate aquí, ¿vale?
Luffy asintió. Law fue con paso decidido hacia la sala. — Yo me haré cargo de este paciente.
— Pero señor, tiene programada una cirugía pulmonar en cinco minutos.
— Que otro cirujano la tome, ahora fuera de aquí, yo me encargo. Shachi y Penguin, conmigo.
Law se puso los guantes. — Ace, ¿me oyes?
Shachi cogió el estetoscopio y lo colocó sobre el pecho de Ace. — Pulso débil.
— Respiración bilateral normal.
Law pensó un momento. — Necesito una jeringuilla de adrenalina.
Penguin se la dió y Law la inyectó en el brazo derecho de Ace, con la esperanza de que despertara. — Vamos Ace, Luffy te está esperando. Está muy asustado, no le puedes hacer esto.
Pasaron unos quince minutos cuando se escuchó un ataque fuerte de tos. Ace se inclinó hacia un lado y echó todo el contenido del estómago. — Mierda…
Law suspiró de alivio. — Maldita sea Portgas…casi me da un ataque…
— ¿Qué…qué me ha pasado?
— Sobredosis. De modafinilo*.
— ¿De qué hablas?
El moreno sacó un bote. — Luffy me ha dado esto. ¿Cómo se te ocurre tomar medicación para la narcolepsia sin receta?
— No tomé tanto…el botecito sólo tenía dos pastillas…
— Tienes claros síntomas de sobredosis, así que no me mientas.
Ace gruñó. — Maldita sea Law, ya te he dicho que sólo había un par de pastillas.
Law suspiró. — Te voy a hacer una analítica y si todo está bien, te daré el alta.
Ace se relajó mientras el cirujano se marchaba. Poco después, Luffy apareció con la cabeza agachada. — Hey…
— ¿Estás…estás enfadado?
El pecoso suspiró. — Ven, anda…
Luffy se acercó y Ace apoyó su cabeza contra su pecho. — Hiciste lo que debías…no creí que fueras capaz de llamar a emergencias…
El monito aún seguía asustado. — E-estaba asustado…creí…c-creí que…
Se echó a llorar y Ace le acarició el pelo, intentando calmarlo. — Shhhh…ya pasó, ya pasó…
[•••]
Sanji estaba aún estaba hablando por teléfono. — ¿Y él está bien?…Entiendo. Vale…Gracias, me quedo más tranquilo. Adiós.
El rubio colgó. — ¿Quién era?
Sanji dejó el teléfono en la mesa enfrente del sofá. — Era Law. Iba a darle el alta a mi hermano, pero surgió un imprevisto.
El peliverde estaba en la casa de Sanji, para tener una tarde tranquila. — ¿Qué clase de imprevisto?
Sanji suspiró. — Parece que Ace llegó a urgencias con síntomas de sobredosis.
— Es horrible, ¿está bien?
— Sí, pero tienen que hacerle una analítica y dejarlo descansar.
El rubio se echó en el sofá junto a Zoro y se acurrucaron. — Últimamente están pasando muchas cosas…
— ¿Qué quieres decir?
Sanji se incorporó aún mirando al peliverde. — Hace unas semanas estaba trabajando tranquilamente en el restaurante y ahora…no sé…
Zoro lo agarró y los posicionó para que el rubio se apoyara en su pecho. — Piensas demasiado, ricitos. Deberías relajarte.
Sanji se sonrojó. — T-tengo…¡tengo que hacer la comida!
— De eso nada. Ya me he encargado de eso.
En ese momento llamaron a la puerta y ambos se miraron. — ¿Te importa?
Sanji se levantó bastante rápido y algo mareado mientras Zoro se dirigía a abrir la puerta. — Aquí tiene señor.
Zoro le pagó al chico y dejó la comida en la mesa. — ¿Qué llevas ahí?
El peliverde sonrió y sacó la comida de la bolsa. Venía en envases y parece que había mucha variedad: bolas de arroz variadas, tonkatsu, okonomiyaki, takoyaki y dos envases de fideos fritos con curry. Sanji se quedó impresionado. — ¿¡Es del 'Dragón Rojo'!? ¡Te habrá costado una pasta!
— Para nada, tenía guardados unos vales de descuento. Así que básicamente me ha salido todo a mitad de precio.
— Impresionante.
— Bueno, eso y que una vez les libré de una demanda.
Zoro se dio cuenta de que Sanji ya estaba devorando el tonkatsu. Zoro sonrió y empezó a comer también. Iba a ser un día tranquilo. Al menos para ellos.
[•••]
Ace ya había recuperado algo de energía y se sentó en la camilla. A su lado, Luffy aún seguía algo agobiado mientras esperaban a Law. Volvió pronto con unos papeles. Miró a ambos chicos. — Bueno Portgas, tenías razón. No era una sobredosis.
Ace suspiró. — Menos mal…
— Parece que fue un episodio de hipoglucemia.
— Oh…tendré que tener más cuidado.
Law suspiró. — Eso no es todo.
Ace y Luffy lo miraron extrañados. — Ace, siento mucho decirte esto, pero…los análisis indican principios de diabetes.
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