Antesala de una Guerra.


Y continuamos.

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Al llegar a casa Steven se encontró con la puerta del templo abierta, dando hacía el cuarto de Amatista. Dentro notó que Perla y la morada para variar, discutían.

-¡Este cuarto es un chiquero!- lanzó la blanca.

-Si, ¡pero es MI chiquero!- contesto Amatista.

-¡Ya te he dicho que deberías ordenar tu cuarto!-

-¡No necesita ser ordenado tiene un sistema!!-

Ambas estaban a punto de seguir la discusión hasta que se percataron de que Steven estaba enfrente de ellas.

-Hola Steven, ¿como estas?- dijo Perla –¿te sientes bien? Te ves un tanto...colorado.

Y es que el chico estaba rojo como un tomate, la gema pálida se le acercó un poco preocupada pensando que tendría fiebre, así que puso su mano en la frente del chico para comprobar.

Amatista al ver esa acción volteó hacia otro lado con un rubor en sus mejillas y dirigiéndose a Perla le dijo.

-así no es como se toma la temperatura- Se acercó al chico, se chupó el dedo meñique y lo metió en el oído izquierdo del joven.

-¡¡Oye!! ¡¡Eso es desagradable!!- exclamó Steven, Amatista le sacó la lengua y se echó a correr con el chico detrás.

-¡Mi venganza será terrible!- gritó mientras corría detrás de la morada. Sintiéndose un poco mejor de que las gemas hubieran dejado de discutir.

Perla hizo un gesto de fastidio y procedió a salir de la habitación.

Una vez que Amatista notó que la blanca había salido. Se detuvo de golpe para encarar al chico, el cual sorprendido se impactó con la gema morada quien lo recibía con los brazos abierto. Chocaron y dieron varias vueltas entre las montañas de chatarra.

Cuando se detuvieron, ella estaba arriba de él en un profundo beso que Amatista hizo aún más apasionado tomando la cabeza del chico. Los labios de Steven le parecían deliciosos, suaves, su sabor embriagante. La morada suspiro mientras lo besaba.

El chico estaba descolocado, ¡dos besos en un día! ¿Qué estaba pasando Sr. García?

Luego, el cerebro se le nublo al sentir la lengua de la gema y su cuerpo moviéndose ligeramente sobre él. Otra vez atrapado en un movimiento de caderas.

Se separaron y ambos se miraron a los ojos con leves y un poco de jadeos.

Luego Amatista le dijo.

-Te vi besar a Rubí-Steven abrió la boca para decir algo. Amatista le puso el dedo en la boca en señal de que no hablara más.

-Lo único que sé es que si ya te llegó "esa" edad, no me quiero quedar fuera- y le sonrió traviesamente.

-Eso fue un acciden...- el chico se detuvo cuando la morada se acercó lentamente a él para besar su cuello.

-papa- pensó el chico mientras cerraba los ojos -creo que hoy perderé la inocencia-

Alguien gritó desde algún lugar.

-¡Amatista! ¿Donde éstas?!- Era Garnet.

-Demonios- murmuró la morada con molestia y decidió ir a ver qué era lo que quería Garnet.

-¿y que pasa G?-dijo la gema morada con indiferencia-

-¡Sabes perfectamente lo que pasa! no quiero que te acerques a Steven con esas intenciones-exclamo la fusion con molestia en su voz.

-¿Asi? crees que por que Ruby ya lo beso él te pertenece, te equivocas el no es tuyo-dijo la gema purpura con mucha molestia-

Garnet se enfureció.

-No te permito que supongas esas cosas- dijo bastante molesta la escarlata que a la vez presentaba signos de no sostener bien su fusión.

Ambas se encararon y parecían dispuestas a batallar.

Sin embargo decidieron relajarse cuando Steven, quien había observaba todo, se acercó a ellas.

-Por favor no vayan a pelear, saben cuánto daño me hacer verlas lastimarse por favor no lo hagan.-

Ambas suspiraron agotadas y abrazaron al chico.

-No peleraremos Steven, te lo prometemos. ¿Verdad Amatista?- y volteó a ver a la susodicha quien con cara de pocos amigos le contesto.

-Si...no pelearemos.-

La tarde transcurrió sin más inconvenientes. Amatista estuvo con Steven toda la tarde pero no intentó nada más ya que sentía la estricta vigilancia de la gema escarlata.

-Él sabe muy bien- pensaba Amatista mientras miraba al chico a cierta distancia. –Yo solo quería hacerle una broma pero algo pasó. Yo no iba a...a meter mi lengua. ¡jamas lo hubiera pensado! Pero...ese sabor...-

-¡Amatista!- se escucho el grito de Perla -en que piensas que no me escuchas.-

La purpura se sonrojo un poco –en nada P- y se retiró a su cuarto.

Perla le extraño la actuación de la morada y se dirigió a Garnet -¿Sabes tú que pasa?-

-no tengo ni idea- respondió la escarlata para luego retirarse a su cuarto.

-mmm...algo muy raro está pasando aquí. Y lo voy a averiguar-

Después de tan extraño día Steven subió a su habitación. El chico ya estaba muy cansado por lo vivido; besos, peleas y...¿celos?

Dos de sus amigas se comportaban extrañas.

Por sobre todo, el joven se cuestionaba que era lo que sentía.

Al besar a Rubí algo en él había nacido, una sensación agradable...quizá...¿un deseo? Y lo peor era que de igual manera se había sentido con Amatista. ¿Qué hubiera pasado si Garnet no llega?

-¿Qué hubiera pasado?- murmuró el joven

-Si Stivi, ¿Qué hubiera pasado?- dijo una voz.

-¡Amatista!- exclamó asustado el joven -¿Qué...que haces aquí?- ­Preguntó el Híbrido sorprendido al darse cuenta de que la gema morada estaba sentada a la orilla de la cama.

-¿Acaso no puedo estar con mi Steven Favorito?- ­

Steven sintió un súbito susto subiendo por su garganta. Más no era un miedo como el de las películas de terror; era más bien un nerviosismos ido a más por no saber que hacer frente a una mujer... Gema... Ustedes entienden.

-­A...amatista, no deberías estar aquí-

-Reláaajate big boy­- dijo la purpura mientras tranquilamente.

No se notaban segundas intenciones de parte de la gema,lo cual tranquilizo a Steven. ­

-La verdad estoy aquí por una duda que tengo- comentó Amatista.

-Una simple pregunta-

- ­y...¿que es?-­ preguntó el chico.

-Dime, ­¿cómo te sentiste...besando a Rubí?-

­El chico bajo un poco la mirada y se puso serio. Pensó un poco y contestó.

-Para serte sincero no lo sé bien. Fue un accidente en realidad, sin embargo, quiera o no, viene siendo mi primer beso de ese estilo­ y se sonrojó un poco

­Amatista hizo una mueca -y ella de entre todas se lo ganó-­ se cruzó de brazos -la que es más machita que yo- finalizó sintiéndose frustrada.

Steven la veía un tanto sorprendido, la expresión en las palabras de amatista denotaba algo que el joven no captaba. ¿Es que ellas estaban esperando o compitiendo para ver quien lo besaba primero? O solo era amatista?

-Perdón bro, continua, dime, ¿tú como te sientes?­- volvió a preguntar la peliblanca sacando al chico de sus conclusiones. ­

-Yo...fue raro. Yo caí sobre ella,

-¿Qué tan sobre ella?-

-Bueno, entre sus...bueno sus piernas-

-¿Se tocaron?- preguntó la morada haciendo una cara de curiosidad morbosa.

-¡Amatista!- exclamó el chico.

-Bueno, bueno, ya continua-

-El haber quedado entre sus piernas lo pensé después ya que mis ojos estaban clavados en los de ella y mis labios en sus labios. Y luego sucedió...­-

­-¿que sucedió Stivi?­- preguntó intrigada la púrpura. ­

El joven cuarzo se sonrojo y dijo tímidamente -ella abrió sus labios y pasó su lengua en...en mis labios... Toque su lengua con la mía...ella sabe cómo a pimienta suave

El chico se rasco la cabeza y cerró los ojos apenado.

-Y yo... ¿yo que sabor tengo Steven?­ dijo la morada con un sonrojo de gema (es decir de su color pero más fuerte)­

-tu sabes a chicle de uva- ­y le sonrió ampliamente.

Amatista hizo una enorme sonrisa por el cumplido y sin poder contenerse se lanzó sobre el chico y le conecto un beso a boca abierta recostándose sobre él.

-­mmmmh...pues aquí tienes todo el paquete de chicles...- dijo entre besos.

El joven temblaba, pero no de miedo...si no por su lucha interna. Entre detenerse o posar su mano en la zona lumbar de su amiga morada. Sentía ansiedad por volver a sentir la placentera sensación que dejan las pelvis al tocarse.

Como con Rubí.

Entonces Steven reaccionó. El joven la separó con dificultad (ya que peleaba contra sí mismo) pero a la vez con cariño. Ella le miró con unos ojos llenos de dulzura y ansiedad. Casi con lágrimas en los ojos.

-¿Es que acaso... ­no te gusta mi sabor Steven?-­

-No es eso, me encanta, de hecho-­ dijo el chico sorprendiéndose a sí mismo al pasar su lengua levemente, de abajo hacia arriba y solo una tortuosa vez, por los labios de la púrpura.

Amatista al sentir el contacto pegó un respingo y jaló aire sintiendo una oleada de calor en sus orejas y mejillas. ­

-Pero estoy confundido. Quiero pensar un poco sobre esto. ¿Está bien?-

Amatista estaba en las nubes.

-­ ­si...si Steven...lo... que tú digas­ –Definitivamente la morada estaba en shock ante el movimiento del muchacho.

Se levantó de la cama, se despidió y salió con cierta prisa hacia su cuarto.

En el corazón de Steven rondaban los fantasmas de la adolescencia y el despertar juvenil.

-­Mañana hablaré con papá. Él debe saber que me pasa. De pronto yo...quiero saber a qué saben todas las cristal gems-

Amatista estaba apoyada en la puerta de su cuarto tocando sus labios. El erótico movimiento de Steven la había sacudido.

-Se sintió genial- pensó.

A lo lejos una figura delgada la observaba. ­

Asíque ya comenzaron y me lo ocultaban.

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Que les parece? como la ven? comenten y serán bendecidos por Tlaloc. (es que en mi pueblo esta lloviendo, a ver si no se va la luz)

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