Jeff The Killer: Cicatrices de corrupción (parte 2)

Historia escrita originalmente por BanningK

           

Capítulo 2: Visitas de muerte

Varias horas después, Lane fue despertado por una conmoción afuera de su habitación. La luz apagada que entraba por la ventana le hizo saber a Lane que era tarde en la noche. De repente hubo un fuerte ruido seguido de lo que él pensó que eran simples gritos. El tono de gemido sonaba como si perteneciera a su madre. Lane se levantó de la cama y apoyó la oreja en la puerta. Ahora estaba seguro de que la voz pertenecía a su madre. Al principio no reaccionó. A lo largo de los años desde que su marido se fue, ella había caído en ataques de depresión y no era tan raro que de repente comenzara a llorar sin una aparente provocación. El sonido chocante, sin embargo, era algo nuevo. Había sido demasiado fuerte como para ser un simple plato cayendo y rompiéndose o un cuadro cayéndose de la pared.

Lentamente, Lane abrió la puerta del dormitorio y ahora podía escuchar mejor a su madre. Ella no solo lloraba suavemente, sino que sonaba como si estuviera rogando.

—Por favor.... Por favor, no nos hagas daño... por favor, solo vete...

Lane miró alrededor de su habitación en busca de algo, cualquier cosa, que pudiera usar para defenderse. Sin embargo, había oscurecido afuera, y no quería arriesgarse a encender la luz de su habitación y alertar a quien estuviera aterrorizando a su madre de que él estaba allí. Él no tenía un celular o un teléfono fijo en su habitación, y como no veía nada que pudiera usar en defensa propia, sus únicas opciones eran permanecer oculto o salir a ver qué ocurría. Probablemente podría haberse parado en su puerta y debatir esto toda la noche, pero de repente su madre gritó, transformando el tono tímido en el que había estado pronunciando sus súplicas, a un sonido lleno de terror y pánico.

—¡¡No!! ¡¡Por favor, no!!— la voz de Nancy llevó a Lane.

Lane salió de su habitación y entró en el oscuro pasillo de su casa. La poca luz que aún entraba por las ventanas era un naranja apagado que solo el crepúsculo tardío podía producir. La casa era pequeña y, a pocos pasos, sabía que podía ver la sala de estar. Sin dejar de mirar a su alrededor en busca de algún medio de defensa propia, los ojos de Lane se posaron en el pequeño soporte de madera que estaba en el pasillo de su casa. Era un soporte para celular que nunca se había usado para un celular, ya que el único conector ubicado en la sala de estar contenía un pequeño estante debajo de su base. A veces su madre guardaba sus pocos instrumentos de costura allí. Sabía que había agujas e hilo, pero ahora oraba porque las afiladas tijeras de costura se hallaran allí. Se le vinieron a la mente porque desde que era pequeño siempre le recordaron a Lane que eran peligrosas, afiladas como cuchillos. Cada vez que las tocaba, por lo que podía recordar, Nancy sentía que era su deber recordarle que tuviera cuidado.

De la forma más silenciosa posible, Lane abrió el cajón, sintiendo un grado de gratitud por lo silenciosamente que se deslizaba el estante. Mirando hacia abajo vio que las largas tijeras estaban, de hecho, en el cajón. Teniendo cuidado de no emitir ningún sonido, las sacó y, con un tembloroso suspiro de nervios, una vez más comenzó a moverse hacia el sonido de súplica de su madre.

Lane, lentamente se asomó a la habitación, sus ojos se volvieron enormes y su corazón se congeló ante la vista que tenía ante él. Su madre, acurrucada en el sofá, empujada hacia atrás hasta el respaldo del asiento, estaba levantando las manos en un gesto de súplica. Ella estaba llorando fuerte. Sin embargo, esto no fue lo que sacó a Lane de su antiguo estado de temor cauteloso y lo llevó a un nuevo estado de pánico paralizante, él había visto a su madre desmoronarse y llorar muchas veces, especialmente durante el primer año que se fue su padre. No, era la fuente del horror de su madre lo que hizo que Lane se paralizara en ese lugar.

Estaba cerca de los 1.82 metros de altura, estaba vestido con ropas desiguales y tenía un largo y sucio cabello negro que ocultaba parcialmente un lado de su cara y tenía un largo cuchillo de cocina agarrado en su mano. Inclinaba la cabeza de un lado a otro, casi como si fuera un animal curioso tratando de averiguar cuál era el mejor lugar para atacar a su presa. El intruso cambiaba de posición en el sofá cada pocos segundos, como si intentara atormentar aún más a Nancy, como si tratara de mantenerla insegura de cuándo y de dónde la apuñalaría. Lane se arriesgó a dar otro paso más cerca, y de repente el intruso macabro lo miró.

Ese fue el momento en el que Lane se encontró atrapado profundamente entre la incredulidad y el asombro. La cara que lo miraba desde el otro lado de su sala era demasiado icónica para confundirla. Por un lado, un ojo casi cuerdo se fijó en él. Se formó una sonrisa al darse cuenta de que había atrapado a Lane con miedo. Sin embargo, al otro lado de su cara, eso era algo fabricado en los tapices del infierno. El ojo no era más que un bulbo blanco lechoso. Lane sintió que se asimilaba al ojo de una criatura monstruosa de la Fosa de las Marianas. Desde la boca hasta el ojo había una cicatriz larga pero aún bastante pronunciada. La cicatriz se detenía brevemente en el ojo vacío, pero comenzaba de nuevo sobre la ceja, subiendo por la frente y sobre el cuero cabelludo.

Lane, lentamente, levantó las tijeras hasta su pecho, ahora agarrandolas con ambas manos. Comprensiblemente, Lane no pudo superar el impacto de encontrar a uno de los asesinos en serie más infames de la década en su sala de estar.


Extraído del capítulo 7: Negación y verdad-El destino de mi hermano.

Lo que solía mantenerme despierto en la noche con mayor frecuencia, lo que más me arrepentía y me dolía era el hecho de haberme quedado dormido durante la despedida de Jeff. Sólo lo recuerdo vagamente ahora, mi hermano me despertó y me dijo que ahora estaba libre. Recuerdo que me sentía molesto porque, bueno, ¿a quién le gusta que lo despierten en medio de la noche? Recuerdo que me dijo que me amaba y que yo era su mejor amigo. Recuerdo haber dicho algo como: "También te quiero, déjame volver a dormir..." o algo parecido. Cuando me desperté a la mañana siguiente, me levanté y comencé mi rutina normal. No fue hasta que estaba caminando por las escaleras hacia la cocina que me di cuenta de que la casa estaba demasiado tranquila. Nuestra madre siempre tenía la televisión encendida en la sala durante el día. Eran casi las 10:00 de la mañana y la casa estaba en silencio. Paso una hora hasta que finalmente decidí abrir la puerta de la habitación de mis padres.

El resto de esa semana sigue siendo un borrón en mi mente. Recuerdo que llegó la policía, que sacaron a mis padres envueltos en sábanas blancas. Yo estaba seguro de que Jeff había sido secuestrado por el asesino de nuestros padres. Por supuesto que yo recordaba cuando me despertó y me dio sus despedidas crípticas, pero cuando se trata de tu hermano, tu familia, una persona en la que confías y con la que has pasado casi toda una vida, no es muy fácil aceptar que es un asesino.

Sin embargo, una vez que ocurrió el asesinato de Williamson, una vez que los periódicos le etiquetaron como Jeff The Killer, bueno, para ese entonces era prácticamente imposible de negarlo. Una vez que Monica Davenport lanzó Jeff Tapes, bueno, la negación era todo lo que me quedaba. Después de los asesinatos de Keith y Troy, bueno, eso fue todo. Los meses pasaron a ser años, y muy pronto Jeff estaba comenzando a ser olvidado. Para entonces me habían mudado de Louisiana. Tenía familia en Texas, una tía y un tío. Fueron muy compasivos, entendieron por lo que pasé y me dejaron pasar casi todo el año curándome de lo ocurrido. Todavía recuerdo haber estado sentado en la cama en Texas, sintiendo lágrimas deslizarse por mis ojos. Mi mayor temor era que quizás Jeff estaba tratando de encontrarme; que necesitaba ayuda. Me lo imaginé aún oculto en Mandeville, preguntándose donde estaba, esperándome para que pudiéramos escapar juntos. Ese tipo de pensamientos me mantuvieron despierto durante la mayor parte de ese año.

A veces me llegaba una carta allí en Houston. No había dirección de remitente por lo general. Me emocionaba tanto cuando la abría, convencido de que Jeff había encontrado la manera de escribirme, de hacerme saber que estaba vivo. Pero cuando descubría que solo se trataba de un correo basura, mi corazón se hundía y sentía que el arrepentimiento volvía a aparecer. Lamento no haber despertado y no haber hablado con Jeff la noche en que se fue. Como mínimo, al menos me hubiera gustado decirle adiós...


—Jeff The Killer...— Lane susurró, todavía sosteniendo las tijeras.

Jeff miró a Nancy; su cara quedó atrapada en una retorcida máscara de locura, y condujo el cuchillo hacia su pecho.

—Ve a dor.... MIERDA ... ¡MIERDA!— Gritó Jeff, soltando repentinamente el cuchillo y dejándolo caer al sofá.

Lane miró por encima y vio que su madre había golpeado con su rodilla directamente en la ingle de su atacante. Jeff se tambaleó contra la pared, agarrando su entrepierna mientras trataba de amenazar a Nancy y Lane. Lo que el intruso no tuvo en cuenta fue que Nancy Dermott pasó la mayor parte de su vida adulta casada con un oficial de policía. Su esposo la había arrastrado a todos los cursos de defensa personal que podía pagarle y durante todos sus años de entrenamiento, siempre le repitieron lo mismo a Nancy: "Siempre ataca las partes blandas; Los ojos, los testículos y la garganta".

Jeff se lanzó repentinamente, intentando esquivar a Nancy y agarrar el cuchillo que había dejado caer durante la patada inicial. Lane todavía estaba congelado en su lugar. A pesar de toda la poesía oscura y las entradas en su diario que había hecho, en las que muchas de ellas detallaba las formas en que le gustaría vengarse de aquellos que no lo apreciaban (en su mayoría chicas de su escuela y maestros), ahora que finalmente tenía la oportunidad de apuñalar a alguien, descubrió que simplemente no podía hacerlo.

Jeff agarró el cuchillo, puso su mano alrededor de la empuñadura, pero nunca tuvo la oportunidad de blandirlo. En el preciso momento en que intentó torpemente girar la hoja, Nancy dejó caer la lámpara de su sala de estar sobre la cabeza de su atacante. Hubo un gruñido de dolor cuando Jeff cayó hacia el sofá. La lámpara se hizo añicos, pero antes de que Lane pudiera parpadear, su madre agarró la siguiente arma más cercana, un gran cenicero de cristal que estaba sobre su mesa en la sala. Levantó el objeto sobre su cabeza y con un grito de rabia lo estrelló sobre la cabeza del joven, quien momentos antes la tenía bajo lo que él creía que era un control completo.

—Oh Dios ... Lane, ¿estás bien?— Nancy le gritó a su hijo.

—Sí mamá.

Antes de que ella pudiera responder, Lane comenzó a acercarse al cuerpo inmóvil en el sofá de la sala.

—¡Atrás, Lane, él podría levantarse!

—Mamá... yo uhhh, no creo que se esté levantando... mira.— Lane señaló la sangre que se acumulaba debajo del cuerpo inmóvil en el sofá.


Extraído del documental de 2016 "Jeff Woods: The Killer Speaks" hecho por Monica Davenport:

Entrevista realizada con jóvenes locales de Mandeville que abordan el movimiento cultural conocido como Jeffs The Killers.

(Monica Davenport se dirige a la cámara mientras se encuentra fuera de una pequeña casa que parece estar en la parroquia rural de St. Tammany)

Monica: Estoy aquí en las afueras de Mandeville, donde un grupo de niños de secundaria se reúnen regularmente. ¿Cuál podría ser su propósito de reunirse? Bueno, se llaman a sí mismos los Jeffs The Killers, y lo ven como una especie de antihéroe, y muchos dicen que están esperando ansiosamente la oportunidad de conocerlo en persona.

(La escena corta a un montaje en el que aparecen varios adolescentes, muchos de ellos tienen cicatrices maquilladas artificialmente en el costado de sus caras, algunas tienen lentes de contacto que le dan a sus ojos izquierdos una blancura cosméticamente mejorada. Todos los adolescentes dan respuestas cortas, algunas solo una palabra, otras una frase corta, pero siempre el mismo mensaje)

"Jeff".

"Jeff Woods".

"¡Estamos aquí para adorar a Jeff The Killer!"

"¡The killer!"

"Te amamos Jeffrey Woods, te amamos".

Monica: ¿Por qué vienen aquí para adorar Jeffrey Woods? Es un asesino en serie, asesinó a sus padres; ¿Cómo encuentran un héroe en eso?

Chica 1: Jeff es como; Él le mostró al mundo que siempre puedes hacer algo para detener el abuso. Tantos de nosotros, hemos crecido lidiando con eso, y no podíamos hacer nada. Jeff, sin embargo, lo hizo.

Chico 1: Sí, Jeff Woods, sabes, era un buen tipo. Se esforzó por poner la otra mejilla y toda esa mierda que nos enseñan en la escuela. Hizo todo de la manera que nos enseñan a hacerlo. Toda la basura que nos dice la sociedad son los peldaños para ser una persona normal y feliz. Para la mayoría de nosotros...

Chica 2: (cortando a Chico 1) Para la mayoría de nosotros, si funciona, ¡genial! Llegas a ser una animadora o alguna de esas mierdas, puedes marchar en el desfile del Día del Trabajo. Woooh. Jeff, sin embargo, todas las mentiras que intentan decirnos para que seamos felices, bueno, él simplemente se hartó de ellas y decidió hacer las cosas a su manera.

Chico 2: No, olvida toda esa mierda. ¡Jeff The Killer está jodidamente enojado! La gente allá afuera, nos ven, nos ven caminando y piensan que somos fanáticos o piensan que somos débiles, pero Jeff The Killer le mostró al jodido mundo que solo puedes derrotar al abuso con violencia. ¡Pues adelante!

Monica: (Dirigiéndose al grupo en su conjunto) ¿Todos creen que Jeffrey Woods todavía podría estar vivo? Y si es así, ¿qué le dirían si tuvieran la oportunidad de verlo en persona?

Varias respuestas se gritan hacia la cámara:

"¡Cuelga a Randy Hayden por sus jodidas bolas!"

"¡Quema este pueblo!"

Monica: (Hablando directamente con un joven) Y tú, ¿qué le dirías a Jeff Woods?

Joven: Yo le diría que venga a pasar un rato con nosotros, que venga a mostrarnos cómo se las arregló para deshacerse de toda la mierda que lo sujeto durante todos esos años. Solo queremos ser libres como él.


Comentario:... Okey... por favor díganme que yo no era así cuando era un fanboy de Jeff 7.7

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