Cada Día De La Semana

Sábado.

Finales de Noviembre y principios de Diciembre; aquellos días siempre resultaban ser los más fríos a su parecer. En medio de un silencio absurdo se acomodó alrededor del cuello una gruesa bufanda color caramelo, se miró al espejo a detalle, acomodó el cabello negro que escurría por su rostro y notó que el abrigo café que había escogido ese día lo hacía ver bastante bien, era diferente.

Quizá eso serviría.

Antes de salir miró a través de la ventana la noche oscura, más oscura que el carbón, y ahí de pie rodeado de un gran  silencio se puso a divagar entre las opciones que tendría si lo hacía tan valientemente como se lo propuso; era un poco más complicado que eso. Miró su mesa de trabajo, los diferentes bocetos, colores y demás, estuvo haciendo eso por al menos unos cuatro minutos en los que simplemente se dedicó a considerar una que otra cosa que pudiera hacerlo arrepentir de salir de casa, pero al final llegó a la conclusión de que no lo sabría si no se arriesgaba.

Sólo debía hacerlo.

Aunque arriesgarse le causara un temor inexplicable tomó el telefóno, la cartera y las llaves del auto, listo por fin tomó rumbo a la reunión de estudiantes que se llevaría a cabo esa misma noche.

◇◇◇

Hyungwon sonrió de manera brillante al verse rodeado de sus antiguos compañeros de escuela que reían y reían emocionados, los observaba atento ser tan felices como en esa época, y fue tan grande el sentimiento, que inmediato la nostalgia lo encontró. Le gustaban mucho sus días de juventud, los apreciaba mucho, pero seguramente le habrían gustado mucho más si hubiese podido decirle todo lo que sentía a Mark, su amigo más cercano durante ese tiempo.

En ese entonces no era muy bueno relacionándose con nadie que no conociese, sin embargo Mark logró hacer que aquellos días se volvieran divertidos y dignos de vivir; incluso la bandita que le regaló cuando se lastimó la rodilla durante una excursión de escuela, Hyungwon nunca la usó y la guardaba como un tesoro inigualable, era su mayor objeto de valor y el símbolo de un profundo amor que había permanecido vigente a través de esos años.

Mirando nuevamente a la puerta se preguntó en qué momento aparecería, en medio de su intranquilidad revisó la hora en su reloj dándose cuenta de que eran las 9:45 pm y aún no habían señales de él, prácticamente estaban todos a excepción de Mark.

— Oigan ¿Y Mark? — La pregunta fue hecha por SinBi, la ex presidenta de la clase quién solía siempre tomar la palabra en todas las ocasiones; Hyungwon la miró y luego a todos esperando por una respuesta, hasta que uno de sus compañeros llegó a su lado todo divertido.

— ¡No sé dónde pueda estar Mark, pero es una gran sorpresa tener aquí al gran Chae Hyungwon! Oí que ahora eres muy famoso en Internet, Won, es increíble que al menos uno de nosotros no se parte el lomo en una oficina.

— ¿Quién? ¿Hyungwon? — Otra de sus compañeras se interesó en el tema y  él sonrió evitando sentirse incómodo, lo hizo porque ciertamente estaba entre personas que le conocían de años y quería compartir bien con ellos.

— ¿No lo sabías? Hyungwon es quien creó Amor de Otoño, dicen que harán un drama online de su trabajo el próximo año.

— ¡Amo ese manhwa! — Exclamó la castaña bastante asombrada y encantada, ella se acercó mucho más y Hyungwon rio abiertamente. — ¿Cómo se te ocurrió algo tan romántico? Es sensacional. — No era demasiado difícil para él, pensó, distinguía someramente lo que era el amor y le gustaba plasmarlo en cada uno de sus trabajos; de hecho, su último proyecto era prácticamente una confesión, una hecha a su amigo de escuela. Mientras hablaba de manera pausada explicando el proceso de dibujar y planear cada aspecto de la historia, la presencia de Mark inundó el lugar completo.

Era encantador y muy abradador.

Mark era como el sol brillante de medio día que le hacía contraste a la personalidad de Hyungwon, la cual era similar a la luna. Sus ojos no pudieron evitar verlo al instante en el que pisó el lugar, pero con ello la extrañeza y la incertidumbre vinieron también.

Mark llegó de la mano de una muy linda muchacha, ella tenía el cabello negro largo, sedoso, una sonrisa cálida dibujada en un rostro pequeño y su mano delicada se entrelazaba con la del hombre que por mucho tiempo tuvo como prospecto de pareja, ejemplo e inspiración. Sí, sus miradas se encontraron, los ojos de Hyungwon miraron fijamente los de Mark hallando en ellos una enorme felicidad

Así que sonrió por mera cortesía.

— Hyungwon, es increíble verte aquí junto a los demás. Creí que no vendrías. — Mark se acercó junto a ella, la mirada del pelinegro alto se posó en ambos y nuevamente viajó a alguna esquina del lugar, porque le costaba mantenerse sereno o tan siquiera no expresar la gran sorpresa que era ver a la persona que quería junto a alguien más.

—Mark, estás aquí. — Su voz siempre fue calmada, quedada y bastante masculina. Su amigo sonrió brillantemente apenas lo escuchó y tan sólo eso hizo vibrar su corazón.

— Amigo, te ves muy bien como siempre. Mira, quiero presentarte a Jaemin. Jaemin, te presento a Hyungwon; es mi amigo y es famoso.

— Por favor, Mark. — El delgado sonrió con amabilidad recibiendo la mano de la mujer, era delicada y muy hermosa también. — Mucho gusto, Chae Hyungwon.

— Es un placer. Escucho mucho de usted por parte de Mark. Es como si fuera su fan número uno. — Además de hermosa era carismática y agraciada; en esos pocos minutos Hyungwon sintió era vencido por una enorme montaña de simpatía que no podría superar jamás.

Y eso dolió más que nada.

— Y Hyungwon... — El mencionado miró a Mark de nuevo, salvo que esta vez lo sintió tan imposible... Tan lejano. — Él es mi hermano menor, Hoseok. — Estuvo realmente sorprendido de ver a un hombre de cabello negro de unos ochenta kilos y alta musculatura, salir de detrás de la pareja con la mano en alto y una extraña sonrisa que llamó su atención momentánea.

— ¡Hi! — Fue mucho más animado de lo que habría podido aceptar de alguien a quien realmente no conocía y de quien no había escuchado jamás; Hyungwon medio sonrió aturdido por la repentina sorpresa, se levantó rápidamente e hizo una corta reverencia.

— Mucho gusto, Chae Hyungwon. — Fue extremadamente cortés hacia él, su expresión fue una adecuada para el momento y esperó por el saludo de su parte.

— Lee Hoseok, Hoseok Lee, Wonho. — Comentó como si nada — Tú puedes llamarme como quieras ¿me puedo sentar ahí? — Señaló un muy angosto espacio que quedaba entre él y su otro compañero de escuela que veía todo con atención, Hyungwon lo miró extrañado y no entendió realmente a lo que quería llegar; prácticamente tendría que levantarse y cambiarse de lugar.

— Bueno...

— No te preocupes, toma mi lugar. — Su amigo se levantó saludando a la pareja recién llegada y todos los demás los rodearon igual, ya que intentaban averiguar más sobre ellos. Hoseok se sentó a su lado, efectivamente, mientras tanto Hyungwon permaneció ahí mirando en dirección a Mark y luego a sus propias manos sintiendo el agujero de su pecho crecer.

Porque dolía mucho a pesar de todo.

¿Cuándo había pasado?

Muchos años pasaron ya. Quizá tuvo el valor de arriesgarse, sí, pero eso no significaba que podría salir victorioso y menos cuando su amigo era tan brillante y atractivo; por supuesto que no sería fácil y menos cuándo él siempre atraía la mirada de las mujeres más bellas.

¿Qué estaba esperando realmente?

— Una mierda ¿no? — Hyungwon frunció el ceño mirando al hombre a su lado; Hoseok vestía un hoddie gris, una gorra azul y unos vaqueros de igual color. Él era enorme, con una musculatura prominente y unos labios gruesos que encajaban bien con cada una de las facciones de su rostro, pero más de ahí no notó nada en especial.

Hoseok era un hombre más.

— ¿A qué te refieres? — Fue una pregunta muy simple, producto de aquél comentario hecho a la nada. Hoseok lo miró luciendo un poco más serio de lo que al principio en su lugar y luego se acomodó en el sillón pareciendo estar cómodo con la extraña conversación iniciada por él mismo.

— Es evidente que te gusta mi hermano. Sólo tienes que verte el rostro, parece que arrancarás a llorar en cualquier momento, pero Mark es muy tonto como para notarlo. — Hyungwon se quedó mirandolo en absoluto silencio por un tiempo prolongado y le vio levantar las cejas queriendo afirmar lo que decía, cuando tuvo suficiente dirigió su mirada de nuevo al hombre alto de cabello negro que seguía platicando junto a su novia y los demás; suspirando se corrió lejos de Hoseok.

No lo negó ni lo confirmó.

— Me gusta Jaemin desde hace muchos años. Ella es linda ¿No es así? Lástima, siempre estuvo enamorada de Mark, desde que eramos pequeños siempre fue así. Supongo que era cuestión de tiempo antes de que ella lograra conquistarlo. Te parece linda también ¿No? Es linda, hombre.

— Lo es. Es muy hermosa. — Hyungwon se las arregló para responderle a ese hombre que hablaba como si no le doliera el corazón, él sonreía todo el tiempo y resguardaba de vez en vez las manos dentro de los bolsillos de su hoddie.

Con el pasar del tiempo Hyungwon comenzó a sentir la creciente necesidad de abandonar el sitio, no estaba resultando agradable para él tener que tolerar ver a la persona que quería junto a alguien más. Se sentía sofocado y cada vez disfrutaba menos de estar ahí.

Soltando un nuevo suspiro tomó sus cosas.

—¿Te vas? — El hombre a su lado lo miró con tintes de asombro y Hyungwon asintió varias veces antes de levantarse.

— Buena suerte, Lee Hoseok. Fue un placer conocerte. — Dio un paso fuera del sillón, pero antes de poder dar el siguiente paso fue detenido por el fuerte hombre, quien se levantó también acercándose a su oído.

— No te vayas, por favor, te lo pido. No me dejes aquí. — El desespero en su voz fue evidente, casi pudo sentir lo rígido que se encontraba su cuerpo debido al hecho. — No quiero quedarme con ellos, de verdad no podría tolerarlo más si estoy solo. — Lo miró. Era evidente que Hoseok estaba herido e incómodo, lo comprendió porque apenas llevaba minutos de ver a Mark junto a esa chica y ya se sentía demasiado afectado. Mirándolo a los ojos lo pensó y luego se quitó las manos de encima.

— Lo siento, me tengo que ir. — Despidiéndose de todos, incluido Mark, Hyungwon salió del lugar. Pisó la acera del estacionamiento encontrándose con el frío ambiente de Diciembre, se acomodó la bufanda color caramelo y sorbio la nariz, calentandose las manos con su mismo aliento se vio los pies y los movió sintiendolos cálidos; prácticamente se sintió aliviado de no tener que soportarlo más.

De la nada a su mente vino la imagen de ese hombre, su mirada y su voz hecha casi un ruego.

Ah, ¿Qué había hecho?

Para Hyungwon fueron un par de horas, pero entonces ¿Cuánto tiempo habría tenido que soportar Lee Hoseok el ver a la persona que quería tanto saliendo con su hermano? Repitió muchas veces que sea linda, y lo era, pero quizá para alguien así no sería fácil admitirlo; es que sonaba sincero.

Mirando en silencio su auto estar estacionado junto al resto pensó en ello, en lo doloroso, lo dallino e insoportable que resultaba ser la simple imagen de algo igual; no, era demasiado para soportar. Quizá por terco o porque era demasiado buena persona, dio la vuelta en sus talones y regresó adentro, con la nariz roja y las manos congeladas caminó hasta llegar a donde estaba antes, encontrando que  Hoseok permanecía sentado junto a la pareja que hablaba muy contenta y riendo sin igual.

Sin pensarlo fue directo a él.

Fue tan fugaz y sorpresivo, que todos ahí dentro se quedaron sorprendidos de verlo regresar, algunos trataron de preguntarle lo que sucedía o si había olvidado algo, pero no les prestó real atención y simplemente siguió yendo hacia él; cuando lo tuvo en frente lo tomó de la mano sorprendiendolo al instante, a él y al resto de los que se encontraban aún compartiendo.

— Ven conmigo. — Le dijo levantandolo de donde estaba, los murmullos de todos fueron inevitables y ni siquiera se detuvo a analizar cuál habría sido la reacción de Mark al ver que salía del lugar junto a su hermano menor. Una vez llegaron al auto Hoseok ocupó el puesto del pasajero y Hyungwon tomó el volante totalmente decidido, estando ahí el más alto se conformó con tan sólo estar en el auto aclimatado, volvió a calentar sus manos con su aliento y tiritó debido al frío, lo hizo intentando no profundizar mucho en lo que había hecho en medio de un insensato impulso.

— Gracias... — El comentario de Hoseok le hizo verlo de reojo. El hombre de prominente musculatura prácticamente dijo eso con sincero alivio y enseguida se encogió de hombros. — De verdad gracias. Según mi horóscopo conoceré al amor de mi vida pronto, pero supongo que no olvidas a tu primer amor de la noche a la mañana ¿no? Vaya, hombre, si que duele.

Hyungwon no dijo nada ante ello y simplemente condujo de camino a casa en completo silencio.

◇◇◇


— ¿Y sabes dibujar dinosaurios? Amigo, espero que te gusten porque son seres increíbles. Si no sabes dibujar uno entonces estás diciéndole al mundo que  prácticamente no sabes absolutamente nada de nada.  ¿Sabías que son criaturas importantes, más importantes que el mismo presidente? Claro, en ese tiempo no existían divisiones sociales ni nada de eso, uiu uiu uiu! Los dinosaurios eran los dioses de todo el universo, fueron los reyes de este planeta y aún lo son, lo sé. — Hyungwon no respondió a nada de lo que Hoseok decía con tan evidente emoción, simplemente siguió dibujando mientras pensaba en su confesión fallida.

Había estado decidido, completamente decidido a decirle a Mark sobre su gusto que comenzó desde hacia años, pero nunca contó con nada igual; al final de cuentas nunca tuvo oportunidad, y, aunque se suponía debía aceptarlo, le estaba costando poder reconocer que su tiempo había pasado, que los diferentes momentos en los que quizá tuvo una veta de esperanza ya no estaban y que tendría que vivir con ello en su interior, quizá para siempre.

— ¿Qué haces? — Hoseok se asomó por un costado sonando muy curioso, cosa que hizo sentir a Hyungwon incómodo por quinta vez en menos de una hora. Lo había llevado a su apartamento para evitar que tuviera que aguantar el disgusto de ver a su primer amor siendo feliz con otro, pero ahora comenzaba a ver aquello como una verdadera molestia.

—¿No tienes otro lugar a dónde ir? — Su voz sonó demasiado grosera y distante, pero Hoseok no reaccionó ante ello y simplemente se encogió de hombros antes de responder.

— No. Si voy a casa seguro tendré que verlos. — Comentó y Hyungwon lo reconsideró; el hecho de echarlo de su casa, por supuesto. — Me gustaría volver a Japón, pero aquí me siento mucho mejor ya que no veía a hyung desde hace muchos años. Buuuh, en serio creí que ese tan anhelado amor de toda la vida sería el de Jaemin, pero parece que sólo guardé vagas esperanzas... Bueno, qué más se le puede hacer, hombre. La vida es así. — Hyungwon vio la hora en su reloj, eran pasadas las dos de la madrugada y a penas había hecho uno que otro bosquejo. Suspirando volvió a seguir dibujando con la esperanza de no ser interrumpido una vez más, sí, es cierto, consideró desde un principio que Hoseok era molesto, pero tampoco deseaba que tuviera que sufrir tal martirio; aunque él mismo fuera uno. — ¿Y desde hace cuanto tiempo estás enamorado de mi hermano? — Hyungwon no respondió a su pregunta, él sólo siguió centrado en lo que hacía. — Vaya, eres un hombre de pocas palabras ¿No? — Él comenzó a caminar por la casa viendo cada cosa que encontraba y comentándole sobre ello sin siquiera respirar. — Mark siempre dice que eres muy famoso en Internet ¿Te gusta mucho dibujar? ¿Qué es lo que te gusta más?  Espero que sean los dinosaurios, así podremos ser amigos. Me gustan los dinosaurios un montón ¿Qué te gusta a ti? ¿Me lo dirás?

Hyungwon tampoco respondió a eso, solamente se aisló medio escuchando al otro hombre dejar ir un rio de palabras que no le interesaban, y luego de un muy extenso tiempo de no escuchar ninguna otra pregunta despegó los ojos del boceto casi terminado, uno que estaba haciendo para el personaje de su próximo proyecto. Se levantó buscándolo con la mirada y no lo halló por ninguna parte de la sala, extrañado porque en ningún momento escuchó la puerta principal ser abierta, comenzó a ir hacia dentro esperando verlo en el pasillo, hasta que escuchó ruidos en su habitación.

Sin dudarlo entró.

Los ojos de Hyungwon vieron con asombro a Hoseok; él se había quitado el hoddie, estaba con el torso desnudo y dejaba ver lo tan fuerte y atlético que era.

Pero aquello no era lo importante.

— ¿Qué haces? — La expresión seria de Hyungwon no variaba demasiado. Era un hombre tranquilo y muy reservado, además sus emociones no solían estallar muy seguido, prácticamente era todo lo contrario a lo que parecía ser Hoseok.

— Iré a dormir, es demasiado tarde.

— Estás en mi casa, así que debiste decirme antes de tan siquiera atreverte a entrar en mi habitación. — Le regañó la falta de respeto, pero Hoseok soltó un suspiro pesado en contraposición.

— Te lo pregunté varias veces, pero no me escuchabas. No escuchas y tampoco hablas. Es horrible permanecer en silencio. — Hyungwon se detuvo a hacer cuentas y debía aceptar que se centró completamente en su trabajo. Miró al rededor, estaba ordenado y limpio, pero aún tenía que pensar en dónde podría ubicar a aquél enorme hombre; su sillón no era una opción, no odiaba a Hoseok tanto como para hacerlo pasar un infierno lo que quedaba de noche.

— Sólo escoge el lado que más te guste. — Le indicó sin mucho esfuerzo. — En el baño puedes encontrar lo que necesites y las cobijas están en el lado izquierdo del armario. — Dio la vuelta para volver a su trabajo y escuchó de nuevo a Hoseok.

— ¿Y qué lado te gusta más a ti? Yo tiendo a escoger siempre el lado derecho, ya sabes, creo en esto de la suerte y estas cosas misteriosas; además, siento que es el lado más tibio de la cama. Pero si a ti te gusta el lado derecho te lo puedo ceder, podemos conversarlo y llegar a un mutuo acuerdo, tal vez turnarnos o... Aunque ¿Sabes? Me causa un poco de incomodidad tener que compartir cama, como ves, ambos somos casi extraños y no es muy buena señal dormir con un extraño la primera noche, eso dice mucho de lo que será la relación a futuro ¿Has dormido con un extraño alguna vez? Wow pareciera que estás acostumbrado. No me malinterpretes, no te juzgo. Tú decide.

— Debo trabajar. Puedes dormir donde quieras.— Hyungwon no le dio importancia a nada de lo que decía Hoseok, simplemente lo dejó hablar cuánto quiso y cuando sintió que había terminado le indicó que hiciera lo que mejor le parecía. Dio la vuelta de nuevo y Hoseok intervino otra vez.

— ¡Ajá! Así que trabajar. — Viendo el reloj en su muñeca frunció los labios un par de veces. — ¿Sabías que aquellos hombres que no duermen tienden a sufrir de impotencia? Ñam ñam. Debes cuidar mejor tu indumentaria, vaquero. — Hyungwon se quedó mirándolo en silencio por unos cuantos segundos, antes de terminar de salir. Estando solo en el pasillo parpadeó varias veces y miró hacia el final del mismo.

Hoseok en serio era demasiado singular.

◇◇◇

Martes.

El delgado hombre de cabello negro bajó las compras del auto, su aliento se hacía visible por la baja temperatura y agradeció llevar puesta una chaqueta térmica o sino habría muerto congelado. Cerrando la cajuela se dedicó a ir por el estacionamiento hasta que alcanzó el ascensor, entrando marcó el número de su piso y se dedicó a ver los números cambiar, hasta que los mismos le indicaron haber alcanzado el séptimo piso. Salió buscando las llaves en su bolsillo, más al levantar la vista se encontró con que Hoseok estaba justo frente a su apartamento; Hyungwon se quedó quieto en el pasillo y luego de lanzar un suspiro continuó caminando de manera pausada, en eso él levantó la vista y sonrió poniendo su mano arriba como saludo.

— ¡Hyungwon! Rawww  ¿Cómo va todo? Espero que bien. Yo también estoy bien. He venido a visitarte y a ver cómo estás. Hyungwon amigo ¿Sabías que el índice de hombres solteros muertos aumenta en navidad? ¡Increíblemente triste! — Él mismo se sorprendió de sus propias palabras, Hyungwon se quedó  frente a él analizándolo con cuidado y tratando de comprender por qué razón se encontraba ahí.

No quiso preguntar; sus ojos se lo decían todo.

Abrió la puerta en silencio, entrando se deshizo de los zapatos y continuó hasta girar a verlo en el momento en que no lo escuchó más. — Entra y cierra la puerta, por favor.

— Uuuuf, gracias a Dios eres una buena persona. No sabría a dónde más ir con este frío si me hubieses cerrado la puerta en la cara, es bueno que seas un tipo con conciencia — Escuchó la puerta cerrarse y a Hoseok seguir hablando sin parar. — Y ya sabes que no hay muchos sujetos conscientes por estos días, la mayoría tienden a enfrascarse en sus miserables vidas e ignoran a los demás. Pero tú no eres así, tú tienes un alma bondadosa. Eres muy buena persona. — Si pudiera creerlo lo haría, pero lo últimos días lo único que hizo con perfecta sincronía fue desear que Mark dejara a esa mujer con la que había aparecido en la reunión de escuela. Hyungwon soltó un pesado suspiro poniendo la bolsa de compras sobre el mesón de la cocina, y enseguida se dedicó a quitarse la chaqueta y luego la bufanda. — He creado un nuevo videojuego que seguramente revolucionará todo el mundo de las consolas. — Hoseok rio y saltó en su sitio — Yes! — Lo vio celebrar algo que no supo, le restó importancia de inmediato y volvió la vista a la cocina. — Mi conferencia estuvo estupenda, los suscriptores del canal estaban locos por saber los avances que había tenido respecto al diseño de la interface, y creeme, los personajes están geniales; pero decidí cambiar al personaje principal a última hora... — Sinceramente Hyungwon no quería escucharlo, su charla lo envió a la quinta dimensión y simplemente se dispuso a desempacar las cosas en silencio. — El personaje principal se llamará Hyungwon y- ¡Oh! Espera ¡Serás tú!

El hombre alto volteó a verlo incrédulo y por primera vez se encontraba realmente interesado por las palabras de Hoseok.— ¿Qué tratas de decir?

—Bueno, no es como si fuera a crearte exactamente como eres ahora, no. Ven te muestro. — Hoseok sacó de su morral una tablet y corrió rápido hacia el más alto que permanecía en la cocina. — Tendrás una hermosa armadura con refuerzos de plata y diamante ¿Ves esto? Tu cabello original es algo fluffy y — Hoseok se acercó demasiado olfateando su cabello, así que Hyungwon se alejó evitando siguiera haciendolo. — Ummhh~ Melocoton, mi favorito. La cosa es que el personaje principal tiene el cabello largo y un cuerpo entrenado para manejar una  espada súper pesada llamada Zelta. Ooowww, Lo siento. No es nada personal, pero a los jugadores no les gusta los héroes flacuchos sin gracia. — Hoseok lo miró con pesar y juró que debía ofenderse, más la manera en que estaba desconcertado se lo impidió. — Pero no te preocupes, las personas amarán a tu personaje y la historia detrás de él. De verdad será cool, lo prometo.

— ¿Dices que tú lo diseñaste? — Lo preguntó viendo al personaje que se movía en la pantalla, la animación era demasiado buena y los detalles... Bien, no era él en realidad, pero guardaba varios rasgos y eso lo sorprendió.

— Claro. Lo hice porque me salvaste esa noche de una situación terrible con mi excrush, no todos los héroes tienen capa y espada ¿Sabes? Algunos simplemente hacen cosas buenas sin pensarlo; como los dinosaurios o los loros. Los loros son buenos para hacer de compañía a ancianos y pobres almas solitarias, deberías conseguirte uno. ¿No tienes hambre? Uy, yo sí y mucha ¿qué hay para cenar? — Sin nada más qué decir Hyungwon dio la vuelta en silencio pensando en una que otra cosa que se le había quedado en la cabeza. Le habría encantado ser un héroe real, pero resultaba que seguía siendo el mismo Hyungwon que falló en declararse y quien tenía la tonta esperanza de tener alguna otra oportunidad.

Era sólo un codicioso egoísta más.

◇◇◇

Lunes.

— Hyungwon ¿Sabías que la velocidad máxima a la que viajan las sensaciones eróticas a través de la piel hacia el cerebro, es de 230 kilómetros por hora? —  El nombrado dejó de dibujar y miró al hombre que permanecía sentado en la sala construyendo una estructura enorme de lego.

— ¿Y cómo sabes eso? —Terminando de poner otra pieza en su lugar Hoseok levantó la vista notando que Hyungwon lo veía con atención, el hombre de cabello negro y prominente musculatura sonrió alegre levantándose de donde estaba, caminó hacia él y se apoyó en la mesa de trabajo que estaba llena de lápices, colores y un montón de cosas coloridas más.

Él por fin lo había visto con genuino interés.

—Todo lo que leo se queda en mi cabeza de inmediato y esta tarde que abriste la puerta lo recordé de repente. Por cierto ¿qué tipo de personalidad eres? Si me lo preguntas, siento que podrías ser un INFP ¿no te parece interesante? Son el tipo de personalidad que no se comunica demasiado bien con los demás — Hoseok se echo a reír por sí solo — ¡Como tú! — Exclamó y Hyungwon volvió a su trabajo en silencio. Tomando el lápiz gráfico comenzó a trazar líneas, hasta que sintió que se lo quitaban de las manos causando que el mismo pintara una línea gruesa negra en todo el boceto; sin dudar lo cuestionó con una mirada dura. — Deberías descansar. Los INFP tienden a amar estar encerrados en su casa, creen que nadie los entiende y prefieren encerrarse en ellos mismos porque se sienten unos raros ¿Sabías que las siglas significan "Intuitivo" "Introvertido" "Sensible" y "Prospector"? Sí, efectivamente son raros y poco comunes, ya que sólo el 4% de la población tiene este tipo de personalidad. Wow, no puedo creer que estoy frente a alguien así ¿Debe ser suerte? O ¿Quizá son más comunes de lo que dicen? Vaya, leeré más sobre eso porque me gustaría entender qué te hace ser tan...

— Hoseok... — Hyungwon lo detuvo de hablar en el momento en que lo vio necesario. — Estoy agotado, deberías ir a tu casa de una vez.

— ¿Agotado? — Hoseok se interesó aún más y el hombre delgado supo que había cometido el error más grande de su vida al decir esas palabras. Soltando un suspiro se cubrió el rostro con ambas manos pensando en cómo se lo quitaría de encima ahora. — Déjame ayudarte con esto. Para el contenido de mi canal aprendí a hacer masajes corporales de relajación, son muy efectivos si te sientes agotado por un laaaaaargo día de trabajo. Te aseguro que una vez recibas uno sentirás que estás como en el cielo. — Sus manos fuertes fueron a dar a su nuca, Hyungwon se habría negado por completo de no ser que lo sintió reconfortante al instante; la manera en que sentía la manos moverse por su cuello hasta bajar a sus hombros y parte de su espalda alta, era algo que pensó debió haber buscando desde hace un buen tiempo. Cerró los ojos permitiendo que el otro hombre siguiera dándole un buen masaje, se sumergió en ello, hasta que pequeños jadeos y leves ruiditos de satisfacción se escaparon de su boca; Hyungwon estaba disfrutando lo suficiente, sí, más unos gruesos y suaves labios se posaron en su piel, los mismos dieron un par de profundos besos antes de que pudiera saber qué sucedía exactamente y lanzara un codazo al aire que impactó en todo el rostro de Hoseok.

— ¿¡Qué haces!? — Su voz siempre tranquila sonó muy molesta; lo estaba y mucho. Se frotó la parte de la nuca en que aún los besos se sentían como el fuego y su mirada dura decía lo muy poco de acuerdo que estaba con que el otro hubiese cruzado los límites de su extraña amistad.

— Duele... — Hoseok se cubría el rostro con ambas manos. Hyungwon no era consciente de dónde lo había golpeado, pero si de qué tan fuerte fue el impacto; aún así no retrocedió en mostrar su molestia.

— Vete, por favor. — Hoseok siguió quejándose hasta que descubrió su rostro. Evidentemente tenía el pómulo derecho rojo y el mismo comenzaba a hincharse, razón por la que sintió una leve culpa y vergüenza por haber actuado de manera exagerada; pero eso no cambiaba el hecho que las acciones de Hoseok también habían sido incorrectas.

— Sólo quería probar mi teoría. Se supone que debes sentir placer, no golpear mi rostro. Ayayay. — Se volvió a quejar volviéndose a tocar el pómulo ya hinchado. — Quizá es porque eres un INFP que no logras sentir nada o quizá porque no duermes comienzas a sufrir de impotencia sexual, o... Bueno, no hay razón para que no hayas sentido nada ¿Eres asexual?

— No me gustas, eso es todo. — Esta vez se vio en la obligación de explicarle de qué iba su reacción, todo porque Hoseok solía saltar a conclusiones mucho más rápido de lo que hablaba.

— Ooohh, eso tiene sentido. — Él asintió satisfecho con la respuesta. Sentándose en su silla de trabajo miró todo al rededor. — Olvidé que te gusta Mark hyung, quizá si lo hace él funcione muchísimo mejor. Me gusta este color ¿me lo puedo quedar?

Hyungwon suspiró cansado.— Quedatelo. — dando la vuelta fue en busca del botiquín a su habitación y una vez tuvo la pequeña caja en sus manos se miró en el espejo; Hyungwon estaba con las mejillas levemente sonrojadas y los labios le temblaron al recordar lo tan suaves que habían sido los de Hoseok contra su piel.

Apartando el pensamiento salió.

— ¿Vas a curarme? Vaya, hombre. Si que tienes un buen corazón. — Hoseok se acomodó y cerró los ojos esperando por Hyungwon, el silencio del apartamento predominaba y su suave respiración se pudo escuchar claramente. El alto de cabello negro se puso frente a él e inocentemente se inclinó para ver el pómulo de Hoseok que estaba rojo, lo observó atento, y en medio de ello sus ojos viajaron por sus facciones que eran atractivas.

Era estúpido, o quizá no, pero sin siquiera pensarlo sus ojos fueron a dar a los rosados labios de él; recordando la manera en que Hoseok había besado su nuca se quedó viéndolo hipnotizado sin saber por qué, la sensación estaba siendo bastante persistente y su cuerpo comenzó a sentir los efectos de ello. De forma natural apartó la vista de sus labios y descubrió con asombro que Hoseok lo estaba viendo, él cerró de nuevo los ojos pretendiendo que no lo había descubierto, pero la vergüenza de ser atrapado ya estaba. Hyungwon aclaró la garganta buscando distraer la incómoda situación, no estaba siendo demasiado consciente en ese instante y sinceramente no supo cómo explicar su corto momento de poca lucidez; buscó la pomada con las manos temblorosas esperando calmarse pronto, pero la sola presencia de Hoseok le comenzaba a asfixiar.

—Lo siento. — Murmuró para los dos que estaban ahí en intimidad, lo hizo con toda la vergüenza que le provocaba el haberlo golpeado y después observado de una manera que no era debida.

— ¿Esto? — Hoseok se señaló el pómulo aún con los ojos cerrados e hizo un gesto con la misma mano restándole importancia. — Nah, no es nada; Voy a sobrevivir. Eso sí, no podré hacer ningún video para mi canal por estos días. Jijijiji mis suscriptores estarán preguntándome por qué no subo nada, pero no te preocupes, un buen Youtuber se hace esperar. — Hyungwon se interesó por lo que decía Hoseok con tanta emoción, aplicó la pomada con extrema suavidad y debía en serio doler porque él cerró los ojos con más fuerza de la normal. Deteniéndose observó el área afectada y luego sus labios... De nuevo.

— Tú...Mmmm... ¿Qué es lo que haces? — Lo preguntó sintiéndose aturdido. Volvió a intentar frotar algo más de pomada en las partes que faltaban, pero Hoseok se movió antes de que pudiera hacerlo.

— Estoy seguro de que te lo dije varias veces, Hyungwon, incluso ahora acabo de decirtelo. Tontito, soy diseñador de videojuegos y suelo subir videos en mi canal de YouTube todo el tiempo, también tengo mi propia marca de ropa deportiva. No me gustan los trabajos convencionales, esos de oficina o los bomberos ¿Policías? Oh no, tampoco me gusta enseñar o practicar fútbol. — Hoseok arrugó la nariz negando con la cabeza y eso le hizo gracia a Hyungwon quien soltó a reírse. — ¿Uh?

Hoseok lo vio reír de manera tan natural, que se impregnó completamente; el hombre de fuerte cuerpo sonrió devuelta y se perdió en ese hermoso sonido que llenaba las paredes de ese frío y silencioso lugar.

◇◇◇

Jueves.

Hoseok caminó por la sala de un lado a otro sin detenerse ni una sola vez. Hyungwon, quién dibujó un par de líneas antes de tomar una pausa, dirigió su mirada a él que parecía estar pensando en algo demasiado enorme; se veía muy preocupado.

Suspiró por sexta vez sin entender qué sucedía, igualmente tampoco le preguntó.

Esa tarde Hoseok llegó abrigado de pies a cabeza cubriéndose del frío, ni siquiera lo saludó apropiadamente sino que entró histérico diciendo cosas incomprensibles, él sólo soltaba, y soltaba palabras mientras se dispuso a caminar de un lado a otro; tal y como seguía haciendo. Volvíendo a la pantalla se fijó en que ya había avanzado lo suficiente ese día, razón por la cual se levantó acercándose a él. — Hoseok... — el nombrado se detuvo de dar vueltas y lo miró fijamente, Hyungwon buscó por su rostro para saber qué iba mal, pero lo único que podía ver en él era una preocupación que no sería fácil de definir si no se arriesgaba a preguntar. — ¿Qué te sucede?

— ¿Sabías que el amor es como una droga? Las personas enamoradas pueden sentir los mismos efectos de cualquier adicto. Interesante ¿No? — Al no entender qué tenía eso que ver con que quisiera crear un hoyo en su sala de tanto caminar por ella, Hyungwon simplemente asintió aceptando lo que sea que eso significara y se dirigió a la cocina a calentar agua para que al menos tomara algo, y no sólo se dedicara a andar y andar.

— Me gustas mucho, jaja. — Comentó de repente— He consultado el tarot hoy porque ya son demasiado repetitivos, ya sabes, los sueños contigo y esas cosas. Obvio no puedo decirte que tipo de sueños, pero son esos que te hacen despertar muy duro y muy mojado; en fin, la cosa es que le pregunté a la madame que lee las cartas sobre lo que podría suceder y ella me ha dicho que si te decía podrías rechazarme o quizá terminarías saliendo conmigo. La verdad no supimos porque las cartas eran confusas y habían muchos obstáculos y cosas así. Pagué 120 dólares.

— ¿Pagaste 120 dólares por algo que pudiste resolver fácilmente si me lo preguntabas a mi directamente? — Hyungwon frunció el ceño sin entender. — ¿Por qué harías eso?

— Necesitaba estar más o menos seguro de que funcionaría, pero ¡he quedado peor que antes! ¿Te gusto o no? No puedo descifrarlo, es complicado ¡y creo que me estoy volviendo loco! — Como si nada se sentó en el suelo pensando, Hyungwon se quedó mirandolo por un tiempo mientras él seguía haciendo un montón de suposiciones innecesarias.

— Déjame pensarlo. — Dijo el pelinegro alto mientras daba la vuelta para continuar con su camino. — Lo pensaré y luego te daré una respuesta. — Y Hoseok lo siguió con la mirada hasta que alcanzó la cocina; sonrió con el rostro prácticamente rojo como un tomate.

◇◇◇

Miércoles.

— Quizá si cambias un poco el estilo del personaje secundario harás que los lectores se fijen más en principal. No sé, siento que llama mucho la atención ¿no crees? Deberíamos trabajar en centrar la atención en la historia de Jim y Scarlett, y no en su rival.

— Lo sé, pero hasta ahora me gusta como está quedando. Es decir, podemos intentarlo ¿no? — Hyungwon miró a su editor esperando por la respuesta, él analizó la pantalla por varios segundos en silencio y soltó un suspiro pesado antes que nada.

— Lo siento, Hyungwon, pero ¿Quién es el sujeto que no ha dejado de verme ni una sola vez? — Changkyun, como se llamaba su editor, giró poniendo como punto de referencia a Hoseok; él había puesto una silla en toda la mitad de la sala y fingía estar haciendo algo en su tablet. Hoseok levantó la vista y miró a ambos hombres pretendiendo que no entendía de lo que estaban hablando.

— No te preocupes por él, es... Es un amigo. — Hyungwon regresó a la pantalla intentando convencer a Changkyun de que se centraran en el diseño, pero lo cierto es que su mente también dio vueltas en lo que había prometido pensar hace una semana, y que, aunque le dedicaba buen tiempo a considerar, todavía le era muy difícil determinar o tomar una decisión.

No le gustaba arriesgarse.

Hoseok era atractivo, eso no cambia duda, pero Hyungwon todavía sentía que esperaba por una oportunidad para estar con Mark y eso lo hacía sentir confundido; sintiéndose así no quería dar un paso que a futuro sería incierto y quizá demasiado duro para él si llegara a darse cuenta de que no estaba siendo sincero con sus sentimientos. Hoseok parecía ser una persona muy noble y dulce, así que no quería lastimarlo de ningún modo.

No merecía nada igual.

— ¿Sabian que la envidia y los celos son dos cosas diferentes? Mientras que la envidia es el deseo de tener algo que otro tiene, los celos son sobre perder algo que se tiene a manos de algún aparecido. Asombroso, siempre hay una palabra para cada sentimiento; el lenguaje es basto y también significativo.

— ¿Estás queriendo decir que... ¿Qué quieres decir? — Changkyun falló en no hacerle caso, él de inmediato se giró mirándolo otra vez y se acercó con los brazos cruzados. — ¿Y es necesario sentarse en medio de la sala? Puedes, no sé, hacerte al lado de Hyungwon si es que te apetece, pero no ahí. Me pones nervioso y arruinas mi trabajo.

— Vaya, Vaya... — Hoseok se levantó asintiendo la cabeza a algo que Changkyun no comprendió. — ¿Sabías que la mayoría de las consultas debido a déficit de atención en adultos es porque durante niños ignoraron su condición real? Es un factor importante, pero muchos adultos no le dan importancia. — Hoseok miró a Hyungwon — Si me vas a cambiar que no sea por este. — Hoseok dijo lo que quiso y se fue a la habitación luego de eso.

Changkyun se quedó atónito sin poder decir nada. Hyungwon pudo notar toda su incertidumbre e impacto, así que soltando un suspiro se levantó en silencio, fue a la cocina y llenó un vaso con agua el cual le dio a su editor para que se tranquilizara, porque sabía lo que vendría después de eso. — ¡Maldito infeliz, me las va a pagar! ¡Trabajo más de 14 horas seguidas, ni siquiera duermo! ¿¡Cómo se atreve!? — puso el grito en el cielo con su voz profunda y Hyungwon se encogió de la impresión porque odiaba los ruidos fuertes.

◇◇◇

Domingo.

2 de la madrugada.

Cuando Hyungwon vio la hora en su reloj se dio cuenta de que debía parar de una vez; lo haría al menos por un par de horas. Se estiró en su silla bostezando y dio medio giro levantándose para descansar, llevaba un buen ritmo de trabajo y Changkyun le había dado su visto bueno, ya sólo le quedaba terminar los diferentes detalles los cuales serían hechos por su ayudante.

Yendo por el pasillo escuchó el ruido de la televisión, curioso abrió la puerta y se encontró con que Hoseok se había quedado dormido viendo alguna película; Hyungwon se quedó de pie en el umbral por varios minutos pensando en silencio, por alguna razón últimamente se sentía más acostumbrado a su presencia, sus charlas no eran exactamente lo que podría llamarse normales, pero debía aceptar que disfrutaba de escuchar cuanta cosa a Hoseok se le ocurriera y muchos de sus gestos los tenía ya grabados en la mente como algún tipo de cinta VHS.

Entrando se acercó a la cama viéndolo estar profundo en el lado derecho que tanto amaba, tomó el control apagando la tv y se dedicó a cambiarse en el baño; cuando estuvo listo entró entre las cobijas y apagó la lámpara que iluminaba la habitación de manera parcial.

Ya pensaría luego en ello...

O eso creyó.

Porque pasadas las tres de la madrugada abrió los ojos sorprendido de escuchar un claro gemido. Altamente impactado miró el techo y a la oscuridad que rodeaba a su habitación, intentó entender qué sucedía cuando otro gemido que le retumbó en la mente sonó aún más claro y fuerte; totalmente anonadado miró a su lado encontrando a Hoseok totalmente profundo, salvo que se removió entre las sábanas y de nuevo soltó otro gemido seguido de un clarisimo "Hyungwon"

El delgado de cabello negro se levantó apoyándose en sus codos totalmente incrédulo de lo que estaba presenciando, su rostro se sintió caliente de la vergüenza por tener que escuchar a Hoseok con esa voz que no era para nada apropiada; demasiado erotica como para ignorarla, así que se dispuso a moverlo. — Hoseok... — lo movió con fuerza moderada y el otro hombre de prominente musculatura abrió los ojos de apoco, ajustando su vista a la oscuridad lo buscó y sonrió cuando lo vio.

— Hyungwon, hombre, que bueno que decidiste dormir. No sabes lo perjudicial que es para tu salud privarte del sueño y más si es por trabajo ¿Sabías que esa es una de las razones por la que muchas parejas pasan por problemas en sus relaciones? Puede que lo deje pasar un par de veces, quizá tres, cuatro o cinco... Bueno seis o siete veces pueden ser, pero luego me voy a enfadar mucho ¿ok? — Hoseok se acomodó como un conejo entre las sábanas, se aferró a su cuerpo pegandose tanto, que pudo sentir algo duro contra su pierna. Mirando hacia el frente Hyungwon se acostó, su mirada que ahora recaía en el techo se quedó fija ahí mientras sentía a Hoseok, y una vez este se movió pegandose aún más, dio un saltito y dejó de respirar.

A la mañana siguiente Hyungwon se quedó dormido comiendo sus cereales, como tenía la cabeza apoyada en la mano, esta última cedió y lo hizo despertar al instante; sin saber lo que sucedía miró a todos lados y se encontró con la mirada extrañada de Hoseok. — ¿No dormiste anoche? — El más bajo negó con la cabeza llevándose una enorme cucharada de cereal a la  boca, masticó a medias y habló con los cachetes llenos — ¿Sabías que se muere más rápido por privarse del sueño que por no comer? Hyungwon, definitivamente debes dormir más. Tienes unas ojeras del tamaño de dos llantas y a ese paso tu piel se dañará; gracias a Dios te quiero mucho tal como eres, porque si no, estarías en problemas ¿Qué harás hoy? Vamos a comer algo, quiero ramen.

Hyungwon se quedó mirandolo estar tan fresco y tan feliz, que ni siquiera quiso decir nada.

◇◇◇

Viernes.

Hoseok se ofreció a cocinar; siendo que era poco diestro para a tarea se preocupó, pero lo dejó ser. Hyungwon se quedó sentado en su silla acostumbrada y de vez en cuando dirigía la mirada hacia la cocina buscando verlo.

Suspirando miró sus manos pensando, pensando en lo que debería hacer; debía tomar una decisión, una que seguramente cambiaría muchas cosas. No estaba muy seguro de arriesgarse y quizá esa era la razón por la cual tardaba tanto en decirse por algo, es decir, siempre tuvo en cuenta que quería estar con Mark, pero al ser este un imposible debía comenzar a ver a otros horizontes y ese horizonte resultaba ser Hoseok.

Un nuevo suspiro salió de sus labios muy suave e íntimo. Mientras escuchaba a Hoseok tararear alguna canción pensó en que en realidad era una persona solitaria que disfrutaba mucho del silencio y los momentos de paz que tenía mientras dibujaba, más sin embargo, desde que llevó a Hoseok esos momentos fueron reemplazados por un montón de cosas que eran diferentes, y que, aunque pensaría en algún momento que serían molestas, estas mismas ya las tomaba como normales y hasta divertidas. Con Mark pasó sus años de escuela, aprendió a amar con él, creció con él y de él sacó mucha de la tanta inspiración que tuvo para sus proyectos, su corazón recordó con nostalgia los días en los que solían estar juntos y hablar; las veces que él lo cuidaba y le hacia sentir tan bien.

Dirigiendo la mirada a una pequeña cajita roja que se encontraba sobre su escritorio la abrió y sacó de ella una bandita con figuras de tortugas que era tan antigua como preciosa. Su corazón se sintió cálido en ese entonces, recordaba haber sido muy, muy feliz y sentía que de no haber sido tan callado e inseguro, a lo mejor habría podido decirle algo sobre sus sentimientos a Mark, incluso si nunca hubiese tenido la oportunidad de estar con él, haberlo hecho le hubiese quitado un peso de encima.

— ¡Ay!

Escuchó a Hoseok quejarse y miró preocupado hacia dónde estaba, dejando la bandita sobre el escritorio corrió a ver lo que sucedía y se encontró con que había cortado su dedo; él lo apretaba y su rostro mostraba el leve sufrimiento debido al dolor. Sin decir nada corrió a la habitación buscando el botiquín, removió las cosas hasta que lo halló en el baño. Decidido a curar su dedo Hyungwon caminó con prisa por el pasillo, pasó por la cocina y no lo vio, luego miró la sala y finalmente lo halló de pie junto a su escritorio; el sentimiento de estupor una vez lo vio sonriente, mientras veía su dedo protegido por su preciada bandita fue terrible.

— Hyungwon, mira ¡encontré una bandita de totuguitas! Aawww son tan tiernas. Raw raw raw me gustan más los dinosaurios, pero no tengo nada contra las tortugas. ¿Sabías que existen desde hace más de 100 millones de años? Es fantástico, podría intentar tener una, salvo que no tengo idea de cómo criarla ohhoho debería hacerlo algún día. Así como pancho, mi hamster. Que en paz descanse.

— ¡Largate! — Estaba tan enfadado, que dejó caer el botiquín sólo para empujar a Hoseok fuera de su apartamento. En su rostro se podía ver el asombro debido a su actuar.

— Hyungwon ¿qué te pasa? ¿Por qué me tratas así? — Con lágrimas en los ojos y una fuerte impotencia Hyungwon siguió empujando al fuerte hombre hacia la salida, lanzaba golpes de los cuales el otro se protegía con los brazos, hasta que finalmente estuvo afuera. Pretendiendo volver a entrar Hoseok intentó hablarle, pero Hyungwon cerró la puerta con fuerza.

En medio de su soledad y sintiéndose así, se dejó caer en el suelo llorando, escuchó a Hoseok llamarlo y golpear para que le abriera, pero no lo hizo.

Ojalá y no sentirse tan herido.

◇◇◇

Sábado.

Silencio...

Su apartamento estaba en completo silencio y extrañamente lo sintió demasiado inusual. Por sexta vez Hyungwon dejó su lápiz gráfico a un lado mirando al rededor sin entender qué era lo que sucedía realmente con el. Se suponía que se había librado al fin de él, que por fin había logrado recuperar ese espacio lleno de paz que le fue arrebatado de la noche a la mañana y que por fin podría volver a estar solo con sus pensamientos, tener su propio tiempo y...

Sentía solo.

Ya no le agradaba, misteriosamente ya no disfrutaba de la soledad  y menos de los horribles y tortuosos silencios que se formaban a su alrededor; su sala estaba limpia y su habitación más fría de lo normal

¿Qué debería hacer?

Lo extrañaba mucho y lo peor es que no tenía el valor de ir a buscarlo y decirle que volviera, no quería arriesgarse al rechazo.

Tocando su corazón cerró los ojos intentando soportar el fuerte quebranto por el cual pasaba, a esa fecha ya no le parecía significativa la bandita, ni el mismo sentimiento que venía implícito en ella, como un fuerte torrente la tristeza lo abordó y en medio del profundo silencio su llanto se escuchó.

De verdad quería que volviera.

◇◇◇

Esa misma noche salió por algo de comer, caminó por el supermercado sin saber exactamente qué quería, pues no tenía la mente centrada en encontrar algo que pudiera cocinar, ni siquiera tenía apetito; al parecer había tomado el pretexto de comprar para librarse de su desolador hogar.

Soltando un suspiro se quedó de pie en el pasillo y escuchó a una mujer hablar de manera tierna, curioso por ello miró hacia la pareja que lucía bastante feliz, su corazón se sintió cálido y añoró mucho algo igual; de verdad lo quiso, lo deseó tanto que de nuevo creyó quebrarse. Siguió su camino comprando un par de paquetes de frituras y una soda, salió con la bolsa en la mano, acomodó su bufanda y se alegró un poco de haber usado guantes, su nariz estaba roja y el sombrero que guardaba bien las orejas del frío le permitía que las mismas se sintieran cálidas; curiosamente lo único frío era su corazón, ya no tenía esa motivación, ni esos momentos singulares que lo hacían sentirse bien, era demasiado ensombrecedor darse cuenta que por su incapacidad de comprender había perdido a alguien que lo hacía sentirse cálido y diferente.

Soltó otro desgarrador suspiro y su aliento mismo se vio reflejado, una lagrima recorrió su rostro, la removió con la mano que era cubierta por un guante negro de lana y siguió hasta llegar a su edificio. Entrando sorbió la nariz, subió las escaleras sin querer abordar el ascensor porque eso le daba mayor oportunidad y tiempo de estar fuera de su apartamento.

Contó cada escalón y cuando estuvo a punto de llegar se detuvo.

No quería volver, no quería estar ahí y constatar que había vuelto a ser el mismo solitario de siempre, se sentía hasta desgarrador y sombrío. Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y sábado, las semanas pasaron sin poder tener la oportunidad de volver a verlo y lo único que sentía era que lo quería, lo quería mucho, muchísimo, demasiado...

Pero como un tonto no pudo decidir y lo arruinó.

Subiendo los últimos escalones volvió a limpiar sus lágrimas y a sober la nariz, levantó la vista y como un espejismo lo vio ahí de pie; Hyungwon se detuvo de inmediato sin poder creerlo.  Vio al hombre de prominente musculatura jugar frente a su puerta y cuando por fin se dio cuenta de su presencia se puso erguido y miró a todos lados.— Ho-hola... — Él levantó la mano de manera nerviosa, su voz lo mostraba todo. Viendo a todos lados y luego agachando la mirada bajó la mano, jugó tratando de distraer los nervios y se movió inquieto. — Lo siento.... Traté de buscar banditas de tortugas, pero lo único que encontré fueron banditas de dinosaurios. Los dinosaurios son cool, son grandes, fuertes, con gran inteligencia como yo, jejeje.... Eehhh ¿Estás enojado? Verás, no quería molestarte, sólo quería dejar la caja e irme, pero quería tanto verte que terminé por esperar a que abríeras; resultaba que estabas afuera. Wuya yeeey...

Hyungwon había dejado de escucharlo hacia mucho. Soltando la bolsa que  traía en las manos arrancó a correr con los ojos nublados por las lágrimas, sin siquiera pensarlo se colgó en su cuello y lo besó; se aferró muy fuerte a él, movió sus labios sintiendo su corazón latir fuertemente y se derritió en el momento en que  los brazos de Hoseok le rodearon la cintura.

Se sentía como florecer.

— ¿Sabías que besar aumenta la esperanza de vida, si es a tu pareja a quien besas cada mañana? — Hyungwon rio y lo abrazó aún más fuerte sintiéndose cálido. Mirándole respondió.

— No, no sabía.

— Es interesante porque deseo mucho que seas tú a quien pueda besar el resto de mi vida, Hyungwon. De verdad lo siento, no volveré a molestarte.

Hyungwon negó con la cabeza — Perdón por ser egoísta y espero poder estar contigo cada día de la semana, Hoseok.

Gracias por existir.

____________________

Hola a mis personas favoritas.
Aquí traigo a ustedes una nueva versión de este interesante One Shot, que en realidad es una dedicación... A Lee Hoseok.

Como verán, Wonho es mi bias y sinceramente estoy tan feliz, tan feliz y tan agradecida de que esta navidad esté con nosotros, que mis lágrimas salen a veces sin pensarlo.

Espero que lo disfruten, que se diviertan y suerte. Gracias por leer, las quiero un montón.

💝💝💝💝

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top