¿salqmr? ; uno
No puedo dormir. Llevo semanas sin conciliar el sueño por culpa de los pensamientos que me atormentan a todas horas. Especialmente en la noche, donde lo único que se escucha es la respiración leve de Yoongi a mi lado y el del aire acondicionado. Parece que mi mente adora revivir y recordar los malos ratos cada que cierro los ojos. Incluso cuando los tengo abiertos. Las palabras hirientes, mis peores vergüenzas, mis humillaciones; todo lo recuerdo y por ende, me arrepiento.
"Debí contestar esto" "No debí hacer esa cara" "¿Por qué tuve que llorar?" Son frases que repito ilimitadamente, depende el recuerdo. Hay días en los que me siento en la regadera para llorar a escondidas de mí, de mi lado orgulloso. Otros en los que me rasguño el pecho y la cabeza del coraje que termino quitando mi propia carne por debajo de mis uñas. A veces miro hacia el balcón por horas fantaseando con saltar, y hasta en varias ocasiones, cada que lavaba un cuchillo en el fregadero, me repetía la palabra "apuñálate" hasta el cansancio y me llamaba "cobarde" cada que terminaba la tarea ilesa.
Creo que necesito ayuda, pero creo que también todo eso es normal. Que es solamente mi subconsciente jugándome una mala pasada, como siempre. Sé que no soy capaz de hacerle daño a nadie. Menos a mí.
La alarma de Yoongi suena, lo cual indica que son las cinco de la mañana y que llevo más de cuarenta y ocho horas sin dormir. Igual que todos los días, Yoongi no parece querer levantarse y lo tengo que hacer yo. No sé como le hacía para despertarse cuando vivía solo, pero desde que nos mudamos juntos parece que la alarma la pone para mi. Para que yo me levante y lo despierte con cariños.
Como siempre, acaricio su cabello, pero lo único que consigo es que se aferre a mi pijama a la par que suelta un jadeo por lo bajo. Lo llamo por su nombre mediante susurros y ahora acaricio su cara con la yema de los dedos. Le digo que es hora, y se sienta en la cama con los ojos hinchados. Me murmura algo inaudible y después de darme un beso en la frente va al baño para tomar una ducha.
Mi vida ha cambiado mucho desde que conocí a Yoongi, más desde el momento en que apoyó una rodilla en el piso y me pidió ser su esposa en aquel restaurante caro. No habíamos hablado de matrimonio, de hijos, o siquiera de nuestro futuro. Solíamos vivir al día y de la nada, de un día para otro, me pidió matrimonio frente a más de cincuenta personas y dando un discurso con palabras que nunca esperé que salieran de su boca, incluyendo el primer "te amo". Dije que sí, pero no sé muy bien la razón. Lo amo, sí, ¿pero realmente me veo casada? No tuve tiempo de meditarlo siquiera.
¿Dije que sí por la presión? ¿Para qué mi madre me dejara en paz por no estar comprometida o casada a diferencia de las hijas de sus amigas? ¿Fue porque la gente me miraba? ¿Dije sí porque en el fondo sí me quiero casar con él? Espero que sea esa última, porque no quiero saber que puedo o que cometí un error.
Creo que el hecho de que estoy meditando mucho la razón de mi compromiso es una clara señal de que algo no está bien, pero supongo que también es algo normal. La idea de tener una familia no causa nada en mí. No me desagrada, pero tampoco me gusta. Recuerdo cuando estaba en la universidad, y en los primeros semestres tenía una compañera llamada Kimsu. Siempre que tocaban el tema de la familia en reuniones que hacíamos cada cierto tiempo, ella decía con una enorme sonrisa que quería ser mamá. Se paraba del piso y acunaba su vientre frente al espejo, supongo que imaginándose a sí misma embarazada. Cada que hablaba de nombres que tenía planeados, o nos enseñaba fotos en su celular de cosas para bebé, sus ojos brillaban.
Aún entre las sábanas, acuné mi vientre como ella solía hacer, pero no sentí nada. Estaba segura que mis ojos no brillaban y no sentí un hormigueo o emoción. No me importa ser madre, no importa tener hijos.
Por más raro que parezca, nunca me he sentado a hablar con él sobre lo que sigue. Si quiere hijos o no. Si quiere un perro o un gato. Y para el colmo, casi no vemos nada de la boda porque nuestras madres son unas controladoras y ni Yoongi ni yo queremos lidiar con eso. Preferimos que ellas se pongan de acuerdo a su manera y solo nos encargamos de lo estrictamente necesario.
—¿En qué piensas?
El cabello negro de Yoongi está empapado y solo lleva una toalla envuelta en su cadera. Me habla mientras entra a la habitación y escoge su ropa para ir a trabajar. Niego cuando sus ojos se enfocan en mí para que no me tome importancia y regreso a estar bajo la sábana negra satín, observando como después de ponerse unos bóxers apretados se ponía el pantalón negro y la camiseta sin abotonar.
Cierro los ojos para ya no ver nada más y fingir dormir. De hecho lo intento, pero aunque esté completamente agotada no logro conciliar el sueño. La primera vez que tuve problemas de insomnio fue hace siete meses, según lo que recuerdo. Le dije a Yoongi que no podía dormir y que quería visitar al médico, pero me dijo que no. Que las pastillas me volverían una adicta y no quería verme así. Por supuesto que sé que es mentira, la razón por la que no quiere que me vuelva adicta a los somníferos es porque no quiere lidiar conmigo. Yo tampoco lo querría.
Pero aunque tomara tés especiales, cenara ligero, dejara el café, apagara el teléfono y me acostara a la misma hora todos los días, siempre terminaba igual. Con los ojos cansados, enfocados en alguna parte de la habitación mientras Yoongi me abrazaba por la espalda.
El hecho de no dormir no lo considero un problema en realidad. Solo me hace estar más cansada y hasta débil, pero nada más.
Para cuando abro los ojos, Yoongi se está despidiendo de mí con el cubrebocas negro arremangado en su barbilla, con el aliento oliendo a café. Me da un beso en los labios, uno en la frente y un leve manotazo cariñoso en la cadera, donde se forma la curva hacia la cintura. Me dice que regresará lo más pronto posible y se va volando, seguramente porque se le está haciendo tarde.
A diferencia de mí, Yoongi tiene que salir a trabajar. Se ha quejado conmigo muchas veces porque sus jefes, por egoístas y tacaños, nunca pararon el negocio aunque el mundo atravesara por una pandemia a nivel mundial. Dónde yo trabajo es todo lo contrario, sigo recibiendo un poco menos de lo que era mi sueldo anterior, pero no trabajo. Para muchos —incluyendo Yoongi— mi situación es la mejor. Recibo dinero sin hacer nada, puedo estar haciendo nada todo el día; pero yo no lo veo así.
Diseñar casas, edificios y ponerme un casco para supervisar las obras era lo que más me gustaba. Una de mis partes favoritas del día. Ahora no tengo nada que hacer. Una enfermedad que no me ha dado me arrebató la libertad que tanto disfrutaba y ahora estoy aquí, buscando una excusa pequeña para salir aunque sea al supermercado porque ver las mismas paredes por tanto tiempo me carcome.
Pero hoy no tengo ganas de nada. No quiero comer, cambiarme, bañarme o siquiera levantarme. Siento como si mi cuerpo pesara una tonelada o como si estuviera pegado al colchón. Pero no puedo quedarme aquí. Yoongi me va a decir que necesito moverme y me dará una tarea aleatoria para hacer. La ultima vez me trajo un libro para colorear mandalas, pero me aburrí al intentar escoger el tercer color para el primer dibujo. Por desgracia, siempre he sido así; si no me gusta no lo hago.
Por fin, después de lo que parecen horas, me siento en la cama y veo que en el mueble bajo la televisión están las revistas de novia que mi suegra me mandó por envíos a domicilio. Tengo que escoger mi vestido, investigar que significan las flores para seleccionar las de mi ramo y seleccionar zapatos, accesorios y todas esas cosas incómodas que utilizaré una vez en mi vida.
No quiero. A pesar de que le pedí que lo seleccionara por mi, la señora Min insistió en que eso yo lo debía escoger, pero mejor se lo dejaré a Yoongi. Y si dice que no, entonces lo veré después, el día que tenga ganas. Incluso, siento que es demasiado pronto para pensar en esas cosas. Si ya está el salón pagado y ya casi tenemos a los invitados en la mesa que pensamos que es la mejor, entonces no le veo el caso el ver un vestido que usaré mucho después. Todo puede pasar en ese tiempo. Puedo subir o bajar de peso. O puedo morir o Yoongi puede morir. O me puede dejar, o me puede engañar. Dos años son mucho tiempo. Ni siquiera sabemos si la pandemia terminará para ese entonces. ¿Por qué tengo que escoger los tacones que me van a incomodar toda la noche? O el vestido que me va a apretar durante la ceremonia.
Me senté para nada en la cama, porque me vuelvo a acostar. Cubro mi rostro con ambas manos y antes de poder intentar conciliar el sueño, mi celular suena. Miro el nombre de mi madre en la pantalla y me dan ganas de arrojar el teléfono para que se haga añicos en alguna parte de la habitación. Pero si lo hago, vendrá y no la quiero aquí. Entonces, después de varios segundos, contesto.
—Hol-
—¿Ya escogiste el vestido?
Ni un saludo, ni una pregunta, ni una muestra de cariño. Como siempre.
—No.
—¿Y qué esperas? Esa méndiga vieja me dijo que le pediste que te escogiera el vestido. Me lo restregó la cara, idiota. ¿Sabes como me sentí cuando yo, tu madre y la mujer que te parió, recibí una burla de la bruja de tu suegra? Si alguien te va a escoger el vestido, soy yo ¿Entendiste?
—Hazlo.
Cuelgo. Su voz, su cara furiosa, su semblante, su actitud, toda ella me estresa, más en estos días. Yoongi y yo no hacemos más que ignorar los conflictos de ellas dos por pura salud mental. No sé como pasaran seis horas en un evento sin matarse. Amo a mi madre, con todo mi corazón, pero cuando se trata de ser social, se convierte en otra persona. Le sigue diciendo a todos que sigo viviendo con ella y mi padre, porque si se enteran que vivo con Yoongi sin estar casada, asegura que todos y todas me tacharán de puta. No podría importarme menos.
Por mi, podría vivir en unión libre con Yoongi, pero no. A veces tengo la sospecha de que él pensaba lo mismo que yo, pero su familia lo presionó tanto que terminó pidiéndome matrimonio. Son solo ideas, pero las encuentro muy creíbles. También tengo miedo a mostrar demasiada indiferencia por la boda y que sienta que no quiero hacerlo o que no me interesa.
Honestamente no me interesa, pero no quiero que lo sepa.
Mi teléfono suena de nuevo, pero para mi sorpresa, ya es más del medio día. El nombre completo de Yoongi aparece en la pantalla. Presiono el botón verde.
—Quiero estar en casa.
Dijo apenas respondí. Probablemente está en la zona de fumadores en la azotea, con la espalda jorobada y una mano amasando su cuello. Suena harto y cansado, y no lo culpo. Trabajar de jefe de departamento tiene que ser agotador, más con gente a tu mando. Sé que lo dice con una leve envidia disfrazada, pero no creo conveniente quejarme de que ya no quiero estar encerrada viendo las mismas paredes una y otra vez.
—No falta mucho.
Digo sentada en la cama, mirando mis uñas rojas con el esmalte estropeado.
—Necesito hablar contigo llegando...
Un dolor leve me llena el pecho y me sienta el estómago. ¿Hice algo malo? ¿Dije algo grosero? Junto las cejas y trato de recordar todo.
¿Es por qué no quise tener sexo hace dos días? ¿Me va a dejar por aburrida? ¿Estoy siendo demasiado seca?
—...así que no hagas planes.
—No es como que tengo con quién hacerlos.
Respondo medio a la defensiva. Sabe que no salgo, pero si se aseguro de mencionar que no hiciera planes significa que es algo serio. Tal vez se arrepintió de pedirme matrimonio. Tal vez le aburrí, como dijo mi madre tantas veces.
—Porque quieres. Tus amigas siempre están hablando en los grupos y tú eres quien las ignora.
Aunque sé que no me está viendo, miro al teléfono con mala cara.
—Están haciendo fiestas en pandemia. No nos voy a arriesgar.
—Bueno, bueno. Creo que saldré a las cuatro, llevaré algo de comer.
Suena demasiado tranquilo. No sé que pensar. Igual y así es Yoongi, siempre tranquilo y pacífico, buenísimo para ocultar sus emociones. Tal vez y ahora solo siente asco al oír mi voz, pero finge estar como si nada porque no quiere asustarme o porque sabe que esa plática tan importante no puede hacerse por teléfono.
—Sobre lo que quieres hablar ¿es algo malo?
Se escuchan voces de fondo.
—Tengo que irme adiós.
Me cuelga. Y me deja peor.
Yoongi no me dijo que me ama. No sé si fue por la prisa o porque no lo quiere hacer, pero no lo dijo. Tal vez no quiere decirlo por lo que hablaremos cuando llegue. Pero creo que sé que será.
Me va a dejar.
Hola, hola. Solo quiero decir que si te sientes identificaste con el personaje principal, ve a terapia (es enserio). <3
¡Muchas gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top