💌 11. Se suponía que no acabaría mal 💌

Rodo está exhausto; después de una hora intentando de todo, finalmente logra que Fede se duerma. Desde su encuentro con Bel en la fábrica, había temido que algo así sucediera; por mucho que odie admitirlo, conoce demasiado bien a su hermano.

Frustrado y sabiendo que no podrá dormir el resto de la noche, decide ir a la cocina; tal vez un bocadillo ayude, suponiendo que haya algo en el refrigerador.

Al pasar frente al cuarto de Gianni, se asoma, encontrándose al pequeño robot recostado en la cama, abrazando una almohada, con lo que supone es baba saliendo de su boca y conectado a la toma de corriente. Sonríe un poco, incapaz de permanecer molesto con él por más tiempo.

¿Conoces esa sensación de encontrar tu comida favorita al abrir el refrigerador? Pues para Rodo es todo lo contrario. Puede amar mucho a su abejita trabajadora, pero necesitan tener una larga charla sobre lo que significa canasta básica: pasteles, gelatinas, helado,...si, a Rodo no le sorprendería encontrar šakotis ahí adentro.

—Cereal entonces. —dice para si Rodo sacando la leche fría

Estar en silencio nunca ha sido su fuerte, razón por la que prefiere que se queden en su departamento donde los vecinos no son más ruidosos porque no tienen más horas al día. Aquí, en cambio, parece que la civilización desapareció, dejándoles en ese silencio en el que no puede ignorar sus pensamientos.

Cuando golpear el borde del tazón de cereal no es suficiente para acallar sus ideas, decide que es momento de recurrir al mejor amigo del hombre: el celular.

Odia esa cosa, por lo que incluso él se sorprende de su nivel de aburrimiento; comienza a ver que tiene, despreciando cada juego que ha instalado durante sus últimos ataques de aburrimiento y decidiendo que no le entusiasma ver los mismos videos de siempre.

Con medio tazón terminado y unas ganas de arrojar lejos el bendito aparato, termina entrando a la aplicación de llamadas. Sin nada que hacer, baja y observa la cantidad de contactos agendados, de la mayoría no recuerda ni quienes son, aun así, parece saber exactamente donde esta lo que busca.

El tono de espera suena un par de segundos antes de que una voz somnolienta se escuche del otro lado.

—Rodmentor, son las dos de la mañana, ¿¡me quieres decir que carajos te pasa?!

—Yo,... —Rodo se detiene nervioso —lo siento, Minty, no lo pensé mucho.

Escucha un suspiro y algo de movimiento, antes de que la chica vuelva a hablar.

—Bien, ya me despertaste así que...—dice cansada Minty —¿qué ocurrió? Tu solo llamas cuando fue una mala semana o cuando hay emergencias de moda, y por tu bien espero que sea lo primero.

Rodo se ríe en voz baja, ¿en serio es tan predecible? Considerando todo el tiempo que la chica tuvo que aguantarlo, es probable que algún que otro patrón haya notado en su encantadora personalidad.

—Para tu suerte, —dice Rodo intentando sonar animado —es lo primero. —suspira y se recarga contra la mesa —¿Ya te enteraste del desastre que cause esta semana?

Minty suelta una risa burlona pero no dice nada, cosa que el demonio agradece. Tras no recibir respuesta, Rodo continua hablando esperando no despertar al par de dormilones.

—No pensé que Bel se molestaría tanto por un mensaje, y quien esta pagando los platos rotos es Fede. —dice molesto —No sé que se supone que debo hacer, ya intente disculparme y solo acabo involucrando a Gianni y yo...

—Alto ahí, —dice Minty —¿te molesta que tu hermanito este enojado contigo? ¿o te tiene mal lo que hace con tu amorcito?

El demonio no responde, esta cansado y su mente no es capaz de pensar algo coherente; se toma un momento para pensarlo, tal vez, si es lo suficientemente listo para resolver la interrogante podría dormir a gusto, y vaya que lo hará. No sabrán de él por una semana si lo consigue.

—Ambas. —responde derrotado el demonio —Quiero estar enojado con Belial por todo, desde lo que pasó con Eros nadie lo soporta, nadie quiere siquiera acercársele, —el coraje que tenía sale mientras más habla —¿crees que me agrada tenerle miedo a mi hermano? Antes no podía imaginar mi vida lejos de Bel, ahora no puedo hablar con él sin que me recuerde la mierda de hermano que soy.

Minty escucha pacientemente, o al menos Rodo espera que no se haya quedado dormida en medio de su momento de desahogo.

—¿Y el ángel? —pregunta Minty después de un tiempo

Rodo apoya la cabeza contra la mesa, ¿en serio va a quejarse de su pareja? Que desastre de novio es a veces.

—Fede es el amor de mi vida y sé que el piensa lo mismo pero no para de ponerse en peligro por mi bien. —dice sin levantar la cara de la mesa —Se supone que debo cuidarlo, pero ¿si no me deja?¿qué se supone que haga si sale herido? Cada que ve a Bel parece que esta acumulando puntos en su tarjeta de paciente frecuente con Asmodeus.

Las lágrimas comienzan a caer por su rostro y el demonio, molesto, intenta secarlas tan rápido como caen, sintiéndose tonto pues no hay nadie y Minty no parece estar de humor para burlarse de él. 

—Mira, el estado natural de tu hermano es estar de malas y hablar de más. —comenta Minty —Y tu angelito tiene más caracter del que quiero admitir, así que ¿hay motivos para preocuparse?

—¡No quiero que sigan lastimándose! —responde molesto Rodo —No soporto tener que elegir siempre entre las personas que más me importan.

—Auch. —dice Minty riendo —Así que solo soy tu consejera de media noche, esta bien, entendí.

Rodo se ríe un poco, secando su mejilla y permitiéndose respirar un momento.

—Sabes lo que quiero decir.—agrega el demonio

Un silencio se instala entre ambos, no es incomodo ni tan insoportable como lo había sido antes. Llorar es liberador, garantizado por Rodmentor.

—Tu sabes que no eres Superman, ¿cierto?—dice Minty burlándose —No puedes resolver los problemas de otros, es más, ni siquiera has resuelto los tuyos.

—¿Se supone que debería sentirme mejor? —se queja Rodo haciendo un puchero

—Si me dejarás terminar, tal vez. —se ríe la chica —Esta bien que no seas salvavidas de nadie. Probablemente jamás los podrás tener en la misma habitación sin que quieran matarse entre si, su relación termino tan mal que me sorprendería si vuelven a querer verse aunque sea en fotografía.

—Pensé que nuestra relación había sido igual de mala, ¿porqué sigues contestando mis llamadas en plena madrugada? —dice Rodo sorprendido

—Nosotros le pusimos un alto a tiempo, —dice Minty—claro que dolió separarse, pero ¡ey! Ninguno acabo en el hospital.

Rodo evita reírse, sabiendo que incluso con el tono juguetón de la chica, ambos saben que las cosas pudieron ser peor.

—Rodmentor, nunca más lo volveré a decir así que escucha con atención. —dice Minty con seriedad —No eres ni de lejos el peor novio que he tenido.

El demonio sonríe con tristeza, inseguro de que eso sea cierto.

—Pero nuestra relación siempre se baso en alimentar nuestras inseguridades, —continua diciendo la chica y Rodo puede imaginársela sonriendo melancólica mientras habla —y terminar fue lo mejor que pudo pasarnos, a los dos.

—Has estado ensayando eso, ¿cierto?—pregunta Rodo entre risas y lágrimas

—Como no tienes idea. —se ríe Minty —Pero es verdad, sigo creyendo que pudimos terminar peor que Bel y Cupido, así que me alegra que sigas siendo el mismo idiota que decidió alejarse antes de llegar a eso.

—Gracias, Minty. —dice sinceramente Rodo —Extrañaba estas charlas contigo.

—Nada de gracias, cariño. —responde Minty —Me debes una, estas sesiones de terapia no son gratis, menos si interrumpes mi sueño reparador de belleza.

Riéndose, Rodo se despide y cuelga antes de que la chica decida ponerle precio a su consulta. Si bien no tuvo la respuesta a todos sus problemas, mínimo se siente mejor después de desahogarse.

Su teléfono empieza a sonar y casi lo arroja en su cereal para callarlo, ¡¿quién es tan inconsciente para llamar a esas horas?! 

Mira la pantalla, encontrándose con el nombre del único de sus hermanos que no parece querer que muera de estrés.

—¡Asmodeus! —dice animado Rodo —¿Noche de ardiente pasión o que te tiene despierto a estas horas?

Deja de lado sus bromas al escuchar, al otro lado, un llanto que Rodo no había oído en años.

—¿Deus? —pregunta preocupado el demonio

Mientras más tiempo pasa sin obtener una respuesta del otro, Rodo empieza a agradecer haber estado despierto a estas horas, de otra forma no hubiera sido capaz de salir de la cama.

—No te muevas, —dice Rodo —voy para allá.

Sin esperar más, Rodmentor cruza su portal hacia el hogar de Asmodeus. Contrario a lo que esperaba, la enorme casa del demonio de la lujuria apenas tiene algo dentro, ya ni se diga algo del lujo: paredes sin pintar, sin cuadros o adornos, apenas uno que otro mueble y las cortinas cerradas, dejan en tinieblas el apagado interior que parece competir con la bola deprimida que es el demonio acurrucado en el suelo.

—Ey, ¿qué ocurre, hermanito? —se acerca Rodo hablando en voz baja —¿Estás herido?

Asmodeus niega con la cabeza, encogiéndose más y luciendo tan pequeño que el corazón de Rodo se parte al verle. Una de sus pequeñas esferas flotantes se acerca a él, la oveja, quien con lagrimas en los ojos guía su mirada hacia su par en manos del demonio. El toro luce tan frágil que Rodo duda que siquiera este vivo.

—¿Qué pasó? —pregunta preocupado —¡Por favor, Asmodeus, di algo!

—No pude salvarlo, Rodo, llegue tarde y él...—el balbuceo de Asmodeus confunde más a Rodo

—¿Salvar? —pregunta angustiado —¿Vee esta bien?

—Vee, ¿cómo se lo voy a decir?...—dice Asmodeus llorando —¿Cómo le voy a decir que Eros...que él?

Rodo suspira, comprendiendo lo que ocurre, ¿cómo no lo pensó? Tratando de ser lo más gentil que puede, acerca el rostro de su hermano hacia su hombro y tararea un poco para calmarlo. Intentar bloquear a Belial de la mente del otro, de la misma manera que lo hizo con su abejita.

—No digas nada, —dice Rodo cuando nota que Asmodeus se ha calmado —todo estará bien.

Si, realmente no es el salvador de nadie pero, como demonio de la obsesión, debe cuidar lo que es importante para él y si para ello debe alejarse de Bel, le pondrá fin ahora, antes de que siga lastimando a su rota familia.

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