X: Trahison
17 años atrás...
Jinnie era una joven feliz y tranquila, con una buena vida, tan buena como el ser una princesa podría darle, Siempre sonriente y alegre, amable con todos. Algún día sería la gobernante de aquella ciudad, siendo hija mayor de la familia Kim, sin embargo debía casarse y su esposo sería su líder y gobernará sobre ella, eso, sí se casaba con un Alpha capaz de tomar el poder.
Al cumplir los 18 años llegó la celebración a la luna, y ella sería presentada a los prospectos perfectos para esposos, ese día sin ella saberlo renunciaría a su sonrisa siempre alegre. En aquella noche había conocido a un Alpha amable y sonriente, era un soldado y era de buena familia, seria aprobado por sus padres y ella parecía tan enamorada, parecía imposible enamorarse en una noche, pero ella había estado tan encantada con el joven Alpha.
Lastimosamente no toda felicidad dura siempre, el joven murió unos días después en batalla, su matrimonio cancelado y la oportunidad de ser feliz, pero, en su vida apareció un Alpha, era serio, dominante y al principio amable, era hijo de los emperadores de Seúl, los elegidos por los Dioses. Un Min.
Jackson había dejado escondidas sus intensiones de lado cuando conoció a Jinnie, se había mostrado amable, alegre y romántico, todo por obtener la mano de aquella Omega, había adoptado comportamientos ajenos a él.
Sin importar el luto o el dolor en el corazón de Jinnie, sus padres decidieron que debía casarse con aquel Alpha, por supuesto era un mejor prometido que cualquier otro. Así que, una gran boda se llevó a cabo y Jackson era feliz pero no por sus matrimonio, porque aquello era lo que menos le importaba, era feliz porque estando casado ser emperador sería más fácil.
Su hermano ya había sigo renegado por sus padres, estaba claro que no tenía las capacidades para ser el heredero.
Sin embargo, esa noche donde todos festejaban la boda, Yesung ardía en rabia y celos, conocía la avaricia de su hermano y sabía que sólo había concebido aquel matrimonio por conveniencia, así que tomando la decisión quizás más tonta, asesinó a sus padres y tomó el imperio, muchos se volvieron sus aliados, Jackson se mantuvo sin hacer nada al respecto y esperó el momento perfecto. Al poco tiempo descubrió que su esposa esperaba a un hijo y esa fue su señal para saber que su hermano ya había tenido su tiempo y debía derrocarlo.
Se alió con Alphas, Betas y Sorcières, les prometió cambios, los entrenó en secreto y cuando estuvo listo, lo hizo, atacó, su hermano no esperaba aquello, no supo defenderse muy bien y aún con las muertes y la lucha que dio, perdió aquella guerra, siendo desterrado del imperio y mandado a los más oscuros lugares que pudiesen haber.
Jackson se convirtió en emperador, pero el pueblo expresó su miedo a los Omegas fuertes, haciendo que les diera espalda y los desterrarse. Molestos los Sorcières buscaron ayuda sólo donde alguien alguna vez los podía ayudar. Yesung.
Los meses pasaron y al fin había llegado el día, el sol aún no había salido tras las montañas cuando en la oscuridad de la madrugada se podían oír los gritos de dolor de Jinnie. Todos en aquel palacio corrían de un lado a otro tratando de hacer algo para calmar el dolor de ella.
Estaba dando a luz a su hijo. Jackson solamente observaba, se sentía feliz y alegre, pero no era la felicidad que inundaría a cualquier hombre por la esperada llegada de su hijo, era porque sabía que aquello sólo le daría más poder. Su esposa gritaba y se aferraba a las sábanas, mientras el sudor recorría su frente, Jackson podía ver las pequeñas flamas que se hacían presentes en su cuerpo, era obvio que su animal quería cambiar y cuidar a Jinnie, ahorrarle el dolor que sentía, pero aquello podía ser peligroso.
Hasta que, los gritos se habían detenido y Jinnie había dejado de llorar, Jackson vio a las Omegas que ayudaron en el parto tomar el pequeño ser en sus manos, habían cortado el cordón en su ombligo y el bebé sólo gimoteaba un poco. — se ha desmayado su esposa — dijo una de ellas, pero Jackson la ignoró y tomó al bebé en sus manos, la marca de una águila de fuego estaba en su brazo diminuto, y el dulce olor se hacía presente en la habitación.
Inmediatamente la alegría que había sentido se había convertido en rabia e ira, no podía estar sucediendo aquello, era una abominación, no podía pasarle a él, se suponía que su familia era bendecida y no tendrían que haber demonios en ella. — Es un bebé muerto — anunció a todos en la habitación — si alguno de ustedes menciona algo diferente, entonces morirá y su familia también — dicho eso tomó una sabana y envolvió a la bebé, y salió de allí con ella en brazos.
Todo parecía un castigo, todo parecía una broma de los Dioses, sus pies se movían lo más rápido que podían, al llegar a las caballerizas tomó a uno de las caballos y lo hizo andar, yendo lo más lejos y rápido posible, la bebé en sus brazos lloraba por el frío, pero no le importó, sólo siguió su camino, podía sentir sus dientes hacerse grandes y su piel se sentía escamosa, su serpiente quería salir, al igual que él estaba furioso.
Cuando el muro de espinas se alzó frente a él, supo que había llegado, bajó del caballo y aún con la bebé en brazos atravesó el horrible camino, la zarza lo rozaba en algunas partes, pero aquello no era importante, la oscuridad reinaba en aquel lugar, pequeñas cada dañadas y desaliñadas eran lo único allí, el silencio sólo molestado por los grillos era lo único que se oía, dejó a la bebé en una esquina, y se fue, nunca más sabría de ella y ella nunca sabría a donde pertenecía. Pero en aquella oscuridad un par de ojos veían las acciones de Jackson, ojos que se volvieron rojos, la sonrisa dibujada en el rostro de Yesung era digna de alabarse, nunca en su vida había creído ser tan feliz y dichoso como la oportunidad que le estaba dando su hermano.
La mañana siguiente el llanto de la pérdida por creer que su hijo había nacido muerto inundó el corazón de Jinnie, haciendo que se volviese fría y distante, su carácter se había hecho agrio y nadie parecía querer estar cerca de ella, no a menos que fuese estrictamente necesario. La sensación de vacío y perdida siempre la había acompañado.
Ahora, veía que todo había sido un vil engaño y veía como su hija era amenazada de muerte, no lo había resistido y había dejado salir su espíritu, pero sintió como la espada la atravesaba. Sintió el dolor agonizante, al menos había visto el rostro de su bebé, hubiese deseado más, pero no había podido.
Rusien se convirtió en su águila y voló hasta uno de los techos en el palacio, desde allí observó al hombre que la había criado y al que la había abandonado, ninguno de ellos merecía vivir, ninguno de ellos era digno de cuidar al pueblo.
Ella sabía que los demás aliados de Yesung llegarían pronto y tomarían todo, destruirían todo a su paso y los Dioses se alejarían, ese había sido el plan de Yesung, hacer que los Dioses se olvidaran de aquel pueblo y cuando murieran en el abandono, él seguiría tomando otras ciudades con su ejército. Era un egoísta ambicioso, quería ver morir a los que habían sido parte de su caída, quería verlos sufrir por no haber permitido que él hubiese gobernado años atrás.
Rusien observó a los soldados llegando, eran los soldados de las montañas, entre ellos buscó al soldado que había luchado con ella, pero no estaba allí, probablemente había sido descubierto y asesinado, era una pena, pero así era el mundo.
Yesung mantenía a Jackson atado y observaba a los soldados llegando, pronto no serían nada.
— Nada de esto tiene sentido sabes, sólo destruirás la nación. Pero eso es todo, si tan sólo quisieras el trono — dijo Jackson
— El miedo es mejor que cualquier cosa. Cuando haya destruido este lugar y no quede nada, los demás reinos van a temblar y yo dominare sobre ellos y cuando lo haya hecho, entonces ese día los Dioses vendrán y los tomaré, tomaré también su poder — se rió, Jackson observaba a su hermano y oía su tonto plan
— Ellos te mataran al sólo verte, tú plan es muy estúpido, ¿qué pasará con los Omegas que manipula? — los Dioses perdonarían lo que Yesung planeaba hacer
— No temo morir, y ellos morirán con el resto, — respondió simplemente y siguió observando, la oscuridad estaba empezando a cubrir a la ciudad, el festival sería pronto y cuando todos sintieran que eran felices, dejarían de serlo.
Rusien oyó aquella conversación y se mantuvo escondida, esa noche sería el fin de todo ella moriría también, al igual que aquellas personas en su pueblo. Ahora lo sabía, no habría un lugar para ella ni para los Omegas que tanto lucharon por el cruel Alpha.
Jimin se detuvo en las puertas de la ciudad, en la entrada había dos soldados y arqueros arriba de los muros, lo vieron con curiosidad y apuntaron sus flechas hacia él.
— Necesito hablar con el general Min — dijo a los soldados y uno de ellos respondió
— ¿ Por qué? — preguntó, mientras aún apuntaba con su flecha
— Es importante, dígale que Park Jimin está aquí — sabía que se arriesgaba a morir, pero no podía dejar que el reino cayera
— Espera allí, no te muevas o morirás — sólo asintió y espero al Beta que corrió dentro de la ciudad
Jimin sentía en su pecho que algo iba a suceder esa noche, no sabía si los enemigos ya estaban dentro, pero sabía que nada iría bien desde ese momento, pronto oyó la voz del general Min, su lobo en alerta desde su interior levantó la cabeza.
— Te advertí no volver a aparecer frente a mí — gruñó el General
— Lo sé — Jimin bajó su cabeza, pero siguió hablando — sé que el enemigo está aquí, ellos huyeron antes, la niña con ellos dijo que mataría al emperador
— El emperador está protegido y nosotros sabremos defendernos — dijo el General Min
— No, no saben — la voz de Rusien irrumpió justo frente a todos los soldados, que sacaron sus espadas al verla — bajen sus espadas, no planeo atacar a nadie, un ejército más grande viene en camino, el emperador está bajo el control de Yesung — advirtió ella, los soldados habían bajado las espadas y sólo la veían — él tiene razón, ya están llegando —señaló a Jimin
— ¡Señor! — llegó un soldado joven corriendo y gritando — se encendió fuego en el cielo, la señal de invasores cruzando los límites, son muchos señor — la voz del soldado era asustada
— Señor, debe reunir a los soldados que pueda, para proteger la ciudad — dijo Jimin
— Mi deber es con el emperador — dijo el General Min
— No, yo iré, si me permite señor iré, pero usted guíe a las tropas y no deje qué invadan — la voz de Jimin era firme aún cuando él no era el líder su voz no titubeaba
— Yo iré con Jimin, si el emperador muere tu deber será con el sucesor — dicho eso Jimin, Yoongi y Rusien se encaminaron al palacio
El general Min ordenó a cada soldado que iniciara a cada persona en el pueblo que debían esconderse y quedarse allí hasta que todo pasara, los demás habían sido dejados preparando las armas ora su defensa. Muchos soldados subieron al techo de los muros y apuntaron con sus flechas hacia afuera de los muros. Los demás soldados, prepararon las catapultas, el fuego, los demás soldados tomaron sus espadas y escudos, ellos sabían la formación sí se daba una guerra, pero tenían miedo, para muchos allí esa era quizás la primera vez en mucho tiempo que tenían miedo de perder de esa guerra. Min Yooyin estaba asustado, no deseaba admitirlo, pero lo estaba.
Yoongi observó a Rusien cambiar a su forma animal y volar hacia los tejados, definitivamente ella era Min, se parecía a Jinnie y también a Soyaa, su madre, a excepción del color de cabello, que el de ella era negro, se preguntaba si sus tíos sabían, si ellos tenían alguna idea o si ella lo sabía.
Luego dirigió su vista a Jimin, él había sabido desde un principio que Jimin no era lo que decía ser, lo había sabido en el lago, esa noche había logrado ver el lobo en su espalda y había sentido el suave aroma de su piel, casi imperceptible, pero lo había sentido.
Jimin subió a los tejados y Yoongi fue detrás de él, a lo largo podía verse a Jackson atado y Yesung a su lado, contemplando, miraba desde lo alto la multitud que se abría paso a fuera de la ciudad. Yoongi vio a los enemigos, estaban llegando a toda velocidad y no sólo en su forma humana, sino en forma animal, corrían unos al lado del otro.
Jimin corrió más rápido y se escondió detrás de una viga en el tejado, sacó su espada con suma lentitud y la extendió hacia enfrente.
— Le pediré que detenga su absurdo plan — dijo él y Yesung se volvió hacia él, observándolo de pies a cabeza, a los ojos de cualquiera Jimin era sólo un joven omega como ningún otro, pero no era sólo eso
— Intenta detenerme — le retó Yesung y Jimin fue hacia él, las espadas empezaron a chocar entre ellas y Jimin atacó con toda la fuerza que podía, Yesung podía sentir que aquel con quien peleaba era fuerte, en espíritu, alma y corazón.
Yoongi salió de su escondite y fue a desatar al emperador Jackson, el hombre no mostraba ninguna emoción en su rostro, sino hasta que vio a Rusien allí de pie, sosteniendo una espada en su mano.
— Apártate — le dijo a Yoongi, sin apartar la mirada dirigida a Jackson
— Engañaste a Jimin — dijo Yoongi y sacó su espada listo para atacar, pero antes de pudiera hacer algo ella usó sus dones y Yoongi se quedó paralizado sin poder moverse, su cuerpo se sentía pesado
— No lo he engañado, al Omega, pero el emperador debe morir — gruñó ella
— Soy tu padre, no me puedes asesinar e y no tienes ninguna oportunidad contra mí, bruja— se burló Jackson haciendo que los ojos de Yoongi se abrieran de par en par, él éramos consciente de lo que pasaba a su alrededor, pero no podía mover ni un centímetro de su cuerpo
— Eso lo veremos, padre — Rusien se lanzó contra Jackson, que esquivó el golpe, ella no se rendiría, no había hecho nada para salvar a su madre y él la había desechado cuando a penas era una recién nacida.
La risa de Jackson sólo hizo a que Rusien sintiera la rabia hervir dentro de ella, haciendo que atacara más fuerte al hombre que le había dado la vida. Jackson solo sonreía divertido am ver el odio e su hija en su rostro. Realmente a él nunca le había importado menos su esposa o su hija, a la que había abandonado, todo se trataba del poder, de ser el emperador y gobernar sobre los demás.
Min Yooyin observaba a sus soldados prepararse, afuera de los muros de la ciudad todos parecía tan oscuro y a lo lejos se observaba la enorme nube de personas y animales que se avecinaba, tenían todo listo, él sabía que sería difícil y temía dejar en manos de un Omega el destino de la nación, pero debía tener fe.
Los habitantes del pueblo se habían refugiado, muchos soldados habían ayudado y algunos de ellos temían fuese el ultimo día de sus vidas, temían no volver a ver sus familias o sus parejas, Yooyin era uno de ellos, su mente sólo podía pensar en que tal vez debía haberse despedido de su hijo y su esposa.
Pronto las paredes del muro que protegían la ciudad temblaron ante el primer ataque del enemigo Y los soldados se replegaron, las flechas fueron disparadas, muchos de los Alfas se había fusionado con sus animales espirituales, el General Min observó que no había muchos Omegas en la armada enemiga y eso lo alivió, pero le preocupaba dónde estarían.
Quizás ellos harían un emboscada, rugió el león dentro de él, los soldados del imperios seguían disparando flechas y pronto el General ordenó lanzar las catapultas con bolas de fuego. El fuego fue lanzado y muchos aullidos y latidos llenaron el aire, la imagen del humo y el olor de la sangre inundaba fuera de los muros, era una imagen que nadie deseaba ver, cuerpo se serían sobre la tierra.
Muchos soldado empezaron a atar cuerdas en su cuerpo y ascendieron por el muro, iniciando una batalla cuerpo a cuerpo contra los que intentaban derrumbar más puertas, muchos soldados cayeron y varios enemigos lograron entrar, Yooyin mostró su espada y sintió a su león surgir, el enorme león con melena dorada se hizo presente a su lado, los ojos del General eran dorados al igual que los del león, ambos tomaron posición de pelea y fuego salió de la boca del enorme animal.
Yesung observó al Omega y sonrió, no tenía tiempo para aquello, así que atacó, pero Jimin se defendió aún más fuerte, Yesung podía sentir que el Omega no se rendiría así que, en un juego sucio, su lobo fue tras Yoongi y Rusien que luchaban contra Jackson, Jimin grito en advertencia y corrió hacia ellos, pero antes de que pudiese hacer nada un brillo rosa con morado levantó al lobo en el aire y lo inmovilizo, la mirada de Jimin fue hacia donde la magia venía. Un chico vestido de rosa pálido y cabello de un tono más oscuro se rosado extendía su mano, de él venía aquella magia.
— Detesto a los perros — dijo con molestia — sin ofenderte, ya que tu eres un lobo también — le sonrió a Jimin
— Pensé que toda tu familia estaba muerta — se burló Yesung observando al hermoso chico — parece que sólo lo pensé
— Supongo que este perro es suyo, Min Yesung — dijo el chico y como si de nada se tratase arrojó al animal lo más lejos posible, arrancando un grito de Yesung quien corrió lo más rápido posible a su animal herido
— Déjalo — dijo otra voz que salió de una de las columnas, era un chico alto, su cabello un poco largo y plateado, vestido de dorado — está herido, primero hay que lidiar con el emperador — dijo
— ¿Quiénes son ustedes? — preguntó Jimin
— Disculpa mi mal educación, él es Kim Namjoon, es el siguiente en la línea al trono y yo soy Kim Seokjin, su guardia real — se presentó e hizo una reverencia
— ¡No! — el grito de Yoongi trajo de vuelta a Jimin a la razón por la que estaba allí, él sostenía a Rusien en sus brazos mientras ella sangraba
— Haz algo, Jin — ordenó Namjoon y Jimin fue hacia Jackson atacándolo con toda la fuerza posible
El detestable Alpha gruñó fuerte y una enorme serpiente cobra se alzó en aquel tejado, el lobo de Jimin salió también a la superficie y Jimin se sorprendió al ver a un enorme dragón dorado allí, supuso que era de Namjoon, podía sentir a Rusien, ella estaba muriendo y Jackson debía pagar aquello.
Namjoon y Jimin atacaron a Jackson, quien era fuerte, pero no lo suficiente para no ser derrotado mientras que, el dragón y el lobo atacaban a la enorme serpiente.
Jackson sentía que su momento estaba llegando. Pero no se iría solo y cuando dio una patada en el estómago de Jimin fue contra Namjoon moviendo su espada a modo de cortarle la cabeza, pero antes de que aquello sucediera, una flecha, fue disparada en la serpiente la cual chillo de dolor y haciendo que Jackson cayera al suelo, Jimin se lanzó hacia él y Jackson intentó contenerlo, entonces otra flecha dorada atravesó a la serpiente y Namjoon aprovechó aquello para enterrar la espada en el corazón del emperador, la serpiente se prendió en fuego y comenzó a chillar, mientras que escamas llenaron el cuerpo se Jackson, hasta que cayó al suelo retorciéndose de dolor y así con su cuerpo inmóvil había muerto.
— ¡Jimin! — gritó Yoongi, había miedo en su voz
Y Jimin sintió el calor invadir su cuerpo, su mirada se traslado a su abdomen, una espada sobresalía de él y la sangre caía al suelo, sintió la sangre subir a su boca y vomitarla.
Yesung detrás de él sacó la espada y lamio la sangre del omega. Las piernas de Jimin perdieron fuerza y cayó incoado sosteniendo su estómago sangriento, sólo podía oír los gritos de Yoongi y los demás allí, sus ojos se cerraron a la vez que su cuerpo temblaba y podía sentir el dolor en su cuerpo.
Este capítulo también es largo, tiene unas 3400 palabras, espero les haya gustado y la historia les esté gustando. ❤️👉🏻👈🏻
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