II. Dèsir

Hace diecinueve años, una mujer Alpha se enamoró de un hombre Alpha, pero su amor no debía ser, puesto que las relaciones entre Alphas, ya sea entre sexo opuesto o mismo sexo, estaban prohibidas y mal vistas. Pero el corazón sabe lo que quieres, y ambos jóvenes estaban enamorados. Ella no era una guerrera, trabajaba en el palacio del emperador como guardia de la emperatriz, él era un soldado de las guerras. Desde el día que se habían visto sus corazones sabían que se pertenecían, y es que el universo puede ser muy cruel a veces, ella por primera vez deseaba con todo su corazón haber nacido omega, tal vez sería más fácil. Por primera vez deseaba ser diferente.

Pero sin importar sus estatus ellos siguieron viéndose, escondidos de los demás, se profesaban y confesaba su amor cada vez que podían. Pero siempre con el temor de que sus actos fueran sentenciados por los Dioses.

Hasta que un día decidieron huir, irse muy lejos donde las palabras crueles de los demás no los alcanzaran, donde podrían ser felices o eso esperaban. La Alpha tenía una hermana Omega, era una mujer joven y estaba felizmente casada con un beta. Vivían en un pueblo a las afueras de las ciudades grandes del reino. Donde vivían algunos humanos viejos.

Ellos fueron bienvenidos allí, todo parecía feliz y bueno, nadie los miraba mal, las personas eran amables, pero un día la Alpha deseó poder completar su felicidad con un hijo, su hermana estaba embarazada y ella deseaba también poder estarlo. Pero por más que lo intentaran su útero no estaba hecho para dar vida en su interior, cada noche lloraba y rogaba a los cielos, a los Dioses a quien fuera que la escuchara y le diera la oportunidad de tener un hijo. Que le diera la felicidad que tanto anhelaba su corazón, su alma lo pedía a gritos.

El Dios de Luna había oído sus súplicas y en una cato de "bondad" se había apiadado de su pobre alma, pero como todo, habrían consecuencias de aquel deseo. Una Alpha no debía concebir, pero Luna se lo concedió y esa misma Luna sería testigo de las consecuencias por remover la magia antigua que prohibía a las Alphas tener hijos.

Una noche donde ambos Alpha, hombre y mujer se entregaron al amor una vez más con la esperanza en su unión, y esa noche había sido diferente, pues una vida había empezado a formarse en el que era un útero estéril de una Alpha, ella había sido bendecida o maldecida y guardaba en su interior una criatura.

Las primeras semanas antes de descubrir que había sido escuchada todo parecía normal, hasta que los síntomas habían empezado y la mujer Alpha empezó a sentirse enferma, su amado y su hermana se habían preocupado demasiado, pues se suponía que los Alphas no se enfermaban nunca, no eran inmortales, pero su resistencia a las enfermedades del antiguo mundo, eran demasiado fuertes.

En aquella aldea vivían algunos de los poco humanos que aún existían, pues a pesar de las nuevas razas algunos siguieron reproduciéndose, pero poco lo habían dejado de hacer y los que existían eran muy mayores. Uno de los ancianos tenían conocimientos médicos y le informó a la Alpha que estaba en cinta, lo cual suponía era imposible. El deseo se había cumplido e iba dar a luz a una vida. Podría cumplir su sueño, pero los sueños no duran para siempre, siempre hay un momento donde despiertas.

Durante los meses de gestación, ella fue escondida de los demás, el humano que había hecho aquel descubrimiento había decidido guardar el secreto. Sin embargo, aún no lograban explicar cómo aquello era siquiera posible, ella nunca les dijo que había rogado a todos los Dioses y espíritus que le concedieran aquello que más deseaba. Ni siquiera a su amado. Era un milagro.

Al quinto mes, había tenido un sueño. Un sueño donde veía la figura grande de un lobo, tenía el pelo tan negro como la noche y algunas partes eran rojas, tan rojas como la sangre, el lobo aullaba a la luna, los ojos del lobos eran dorados como el oro, era enorme y feroz, en el sueño el lobo estaba encima de una roca enorme y debajo de él, viéndolo habían varias figuras de hombres y mujeres con animales espirituales que se arrodillaban ante él. El lobo aullaba más fuerte y la sombra de unas alas como las de una Águila aparecían sobre él.

Durante los últimos meses de embarazo había tenido el mismo sueño. Además de un mal presentimiento en su interior, podía sentir como algo terrible pasaría, temía que su vida acabara en el momento que diese a luz, algo en su corazón le decía que no viviría el tiempo suficiente para disfrutar de su regalo de los Dioses. Algo en su interior le gritaba que las conclusiones de aquel deseo y de la piedad de la Luna, serían grandes.

Hasta que el día llegó y mientras la Alpha dormía, a la mitad de la noche un dolor atravesó su espalda y su vientre, el dolor era tan agudo y mortal, como si una espada atravesará sus vértebras y luego fuese retorcida en su interior, agua rodó por su piernas y supo que el momento había llegado, su fuente se había roto y estaba a punto de dar a luz, su amado no estaba, había sido reclutado para pelear como soldado del rey, reclutado para pelear en la guerra. Ella se retorcía gritando por el dolor de no tener a su amor junto a ella en ese momento y el dolor físico que sentía, su corazón se había agitado con miedo, el sudor cubría su rostro y cuerpo mientras trataba de mantenerse despierta. Podía sentirlo, el fin de su vida era ese momento, pero era el inicio de algo más, podía sentir que cada célula de su cuerpo lo gritaba.

La Omega hermana de la Alpha, estaba a su lado, la Alpha podía sentir que su hijo venía al mundo. Pero también podía sentir que la vida se iba de ella, sin embargo, sintió aún más dolor atravesar su alma cuando su alma se sintió helada, algo le había pasado a su pareja porque había sentido que le habían arrancado cada respiración de sus pulmones, había sentido el filo de la espada atravesar su corazón, había sentido el dolor y el grito de agonía, había sentido el último respiro de la persona que había dado su alma por ella. Gritó de dolor, su otra mitad se había ido, pronto se iría también ella, no tenía ninguna duda de aquello, su animal estaba en luto, estaba triste, cansado y con demasiado dolor. El humano que había descubierto su embarazo empezó a trabajar pidiéndole que pujara fuerte, ella lo hizo, pero la tristeza se abría cada vez más paso en ella, parecía calcinarla como fuego por dentro. Gritó y gritó hasta que sintió un poco de alivio. Aún dolía y un llanto suave inundó la habitación, su bebé había nacido, casi parecía poético, las lágrimas inundaron sus ojos, el viejo humano sostuvo el minúsculo cuerpo del bebé. Parecía tan frágil y pequeño para ese enorme mundo y deseaba cuidarle de todo mal, pero sabía que no podría ser así. Su alma se estaba ahogando y su animal se estaba muriendo.

El olor era dulce y sus pocos cabellos eran claros, tan claros como la luz del día, aparentemente un omega. - Es un bebé macho omega - dijo el humano, su piel rosada y algo brillante.

Ella sonrió y el bebé fue dejado en sus manos. Esa sería la única vez que lo vería, sería la única vez que podría ver su rostro, su deseo se había cumplido y había dado vida a un bebé. Pero había pagado un precio enorme por aquello, su compañero había muerto y nunca vería a su hijo - Se llamará Jimin - dijo, le daría su último aliento de vida a ese momento, le daría aquel nombre que era sinónimo de sabiduría y tal como en su sueño. Estaría más alto que el cielo. Ella se giró hacia su hermana y le sonrió - Cuídalo, que sea feliz y encuentre el amor y su misión en el mundo, que siga su corazón el sabrá donde llevarlo - pidió y allí, con el corazón divido en la tristeza y el más puro sentimiento de amor, cerró los ojos. Su alma se terminó de pagar y su animal se rindió ante la pérdida de su amada otra mitad.

El bebé recién nacido lloró aún más, sabía que había perdido algo importante en su vida, quizás no tenía conciencia para saberlo, pero su corazón sí, estaba de luto, había perdido a sus padres, el día que había llegado al mundo. La omega lo tomó en sus brazos y juró cuidarlo siempre, protegerlo como a la hija que ya tenía y ambos crecerían como hermanos, aunque nunca le ocultaría al bebé sobre su origen y quiénes habían sido sus padres.

Y así como su nombre lo decía, Jimin estaría más alto que el cielo, el sería diferente a los demás como él, su corazón y alma siempre serían puros.

Tenía una notita y me olvidé, dejen la pienso.

Nota: cuando digo Corea, me refiero a Corea en todaaaa la palabra, no del sur, sino que que todo, hagan de cuenta que acá no existe la del norte y por decirlo así, varios países no existen, pero no es relevante jajajaja

Nota 2: mija sabía cosas jajajaja

Nota 3: ya se me olvidó de nuevo lo que iba a poner. 😔 (caritat trishte)

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ESTABA SENTADA EN MI SILLA ESCRIBIENDO ESTO CUANDO ME CAYÓ UK ANIMAL ENCIMA Y ME ASUSTÉ Y CAI DE QLO AL PISO. 😩😩😩😩 (CARITAT DE SHUFRIMIENTOT) TRAIGANME UNA PRESIÓN QUE SE ME BAJÓ LA COCA

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