>02<
Los sollozos no se dejaban de escuchar en aquella habitación en la que abundaba la oscuridad y reinaba la soledad, a excepción del chico moreno que se encontraba sentado en un pequeño rincón del lugar.
-¿Moriré aquí?... ¡No quiero!- dijo entre llantos el niño- ¡no quiero estar solo! ¡Por favor no me dejen!
-¡cállate bastardo!- los llantos y las lágrimas fueron detenidos por una patada que le había propinó él mayor que estaba de pie junto al débil cuerpo del joven- ¡eres un desperdicio! , ¿Qué es lo que creías? ¿Qué siempre te quisimos? ¡Solo eres un maldito error!- Dijo entre risas el robusto hombre- ¡ni siquiera eres mi hijo! Te encontramos en la calle, tu supuesta madre te recogió, pero como ella ya no está aquí, eres simplemente un estorbo, una decepción para todos.
-P-papá- musitó el menor a punto de vomitar por el fuerte golpe que había recibido.
-Escucha esto, Dazai-dijo el hombre agachándose al lado de él- hice un negocio con un amigo. Se llama Mori Ougai, él me dio dinero por ti, te irás mañana- el hombre se rió- al fin me pude librar de ti, te irás a trabajar a la Mafia, a ver si al fin te mueres de una vez.-el hombre se levantó haciendo caso omiso a los llamados de auxilio que Dazai ni siquiera lograba llegar susurrar.
-N-no, Pap-pá...-le respondió el niño a punto de cerrar lo ojos, cuando una cegadora luz apareció envolviendo todo el lugar. Se encontraba en un lado campo lleno de flores, La mayoría de estas eran blancas. Se veía realmente hermoso. Pero lo que le daba satisfacción era el no estar en ese lugar donde estaba hace menos de 5 minutos.
Ya no se encontraba en ese opaco y lúgubre cuarto en el que vivío sus mejores momentos y sus peores pesadillas. Ya no estaba allí.
Una cabellera blanca y unos preciosos ojos dorados lo miraban incesante. Sus rasgos eran finos y delicados. Una sonrisa se formó en los finos y rosados labios de la mujer que lo estaba mirando. No apartaba por nada su mirada del débil niño que estaba a escasos centímetros de ella.
-¿Dazai? ¡Dazai!- comentó la mujer alegre alzando al pequeño entre sus delicados brazos.
-¿M-mamá?- habló con la voz entrecortada.
-¡Dazai! ¡Vamos despierta! ¡Te estamos esperando!- dijo con una gran sonrisa antes de empezar a sacudirlo levemente.-¡Vamos Dazai! ¡Dazai!... - repentinamente mientras el pequeño y su madre estaban encerrados en su propio mundo, cada vez que la mujer decía su nombre todo el lugar empezaba a tornarse más y más oscuro, sin colores, y su voz, ni hablar de su voz, cada vez menos se escuchaba, iba desapareciendo poco a poco.
...
-¡Dazai! ¡Si no te despiertas, juro que llamaré al presidente!- habló un rubio ya harto del perezoso de su compañero.
-¿eh? Mmm ¿mami?-El castaño no termino de hablar ya que Kunikida lo había aventado hacia una pared- ¡Auch! ¡Eso no se hace!- gritó sobándose la parte trasera de la cabeza- ¡Eso era innecesario!
-ya deja de dormir. Se supone que teníamos una reunión hace media hora- suspiró el de gafas revisando su pequeña libreta- peeero, alguien que dormía como un princeso, que llamaba "mamá" a todo el mundo y balbuceaba estupideces, nos hizo perder esa reunión!
"¿fue todo un sueño? Se sintió tan real, No... No quiero regresar.." Pensó el castaño.
-No es nada Kunikida-kun, yo también te quiero~
-¿sabes qué? Mejor es que no hables y vayas a ayudar a Ranpo, le llegó un caso y al parecer tiene algunos problemas-le ordenó irritado kunikida dándose la vuelta para prepararse un té- los policías no lo dejan entrar a donde está el cadáver porque olvido su placa, por favor llévasela. Allá también está Atsushi-kun, haz lo que te digo sin ningún intento de suicidio de por medio, te lo ordeno y te lo ruego.
Al escuchar el nombre del más joven Dazai no pudo evitar que un sonrojo llegara a sus mejillas. Rápidamente se dirigió al escritorio de Ranpo para buscar su placa y salir de ahí los más rápido posible, pues no quería que su compañero lo viera en tal estado. Al encontrar la placa se despidió y salió dando un leve portazo.
En el momento en que salió Dazai se dio cuenta que sus emociones estaban hechas un desorden. No sabía por qué reaccionaba así últimamente. Ya habían pasado semanas del "incidente" del baño. El castaño no podía estar ni un solo segundo junto a su subordinado, siempre sacaba una excusa para alejarse de él. No quería estar con él. No podía estar con él. ¿Era vergüenza... O simplemente era orgullo porque Atsushi tampoco le hablaba? Era una de las muchas preguntas que pasaban por su mente.
Dazai a pasos lentos se fue a la parte de atrás de la agencia. Ese lugar era un simple callejón, pero él solo iba allá en los momentos en los que necesitaba desahogarse y liberar todos los problemas que hacían de su mente un alboroto.
Cuando llegó, no pudo evitar recargar su espalda a una de las paredes del solitario lugar. Los nervios se fueron, las sonrisas se esfumaron y sus buenos momentos se desaparecieron. En ese instante era una versión más tóxica y podrida que cuando estaba en la port mafia. sin embargo, había una sola emoción que no dejaba de rodearlo, era la tristeza.
La soledad y la oscuridad abarcaban sus lamentos. Ya no existía nada más que dolor en ese pequeño y destrozado corazón. No había lugar para el optimismo de poder tener un mejor vida. ¿Por qué sus amargas memorias no dejaban de perseguirlo?
-Mamá, ¿por qué yo? ¿Por qué tuve que pasar por todos esto? ¿Seré capaz de abrir mi corazón a alguien? Y si lo hiciera... ¿Cómo asegurarme de que no terminará de dañarlo?- El castaño dijo mientras se dejaba caer en el suelo y escondía su rostro con cus brazos y rodillas- S-si no te hubieras ido nada de esto estuviera pasando... Papá no me hubiera odiado... Ni vendido como un objeto... No estaría así.. N-no quiero estar así.- susurró alterado Dazai.
El moreno termino de hablar secándose la pequeña lagrima que se escapaba bajando por sus mejillas. Sus ojos se veían más vacíos de lo normal, opacos, sin emoción alguna. Como si no hubiera pasado nada, Dazai se levantó y se fue a buscar la dirección que le había dado Kunikida para que fuera en donde estaba Ranpo y Atsushi.
Olvidando todo lo que había nombrado antes, la única preocupación que tenía Dazai en ese instante era el estar junto a Atsushi, desde ese día no ha podido actuar como antes, se siente extraño cuando está con él, no sabe que es lo que le pasa, y tal vez tampoco lo quiere saber.
A lo lejos, el castaño observó una multitud de policías y civiles observando el cadáver. Apresuró el paso para observar más de cerca y vio como Ranpo estaba peleando con un Policía para que lo dejara entrar, junto a él estaba un nervioso Atsushi tratando de calmarlo para que las cosas no pasarán a mayores.
"Ranpo es un tonto... No, más bien un idiota" pensó el castaño pasando entre la gente para acercárseles.
-Pero no más que tú, Osamu-le contestó Ranpo guiñándole un ojo a Dazai, adivinando sus pensamientos.
-No me esperaba menos de ti, Ranpo- se rió el castaño.-Hola... Atsushi-kun.- al decir esto Dazai agacho levemente su cabeza.
-A-ah, Dazai-san.. Hola...- Respondió Atsushi haciendo el mismo gesto que el mayor, a diferencia de que, estaba un poco sonrojado.
Dazai revisó en uno de los bolsillos de su gabardina para entregarle su placa a Ranpo y salir de allí lo más rápido posible, pero una gran parte de él quería quedarse y pasar un rato allí, él no sabía por qué, si era por algo... O más bien por alguien.
-La próxima vez no seas tan descuidado, Ranpo- comentó algo irritado Dazai- porque créeme que no voy a volver a hacer esto.- dijo señalándolo- déjame decirte que antes de que Kunikida-kun me despertara estaba soñando con una bella dama con la cual yo podía tener mi preciado suicidio doble, ¡pero no! tuve que venir a traerte esto.
-Ya, ya, lo siento, te lo recompensaré -contestó ignorando todo lo que había dicho - ¡ahora! Atsushi-kun, podré resolver el caso y saldremos de una vez, si quieres también puedes venir, Dazai.
-ja ja, no, gracias, volveré a soñar con esa bella mujer- el castaño se volteó para irse ignorando sus deseos de quedarse, hasta que sintió un tirón en uno de los desamarrados cinturones que colgaban de su gabardina marrón.
-Vamos, quédate -Dijo Ranpo mientras se colocaba sus gafas- después de todo esto, Atsushi-kun y yo iremos a tomar un café y en mi caso comer algo que sea Dulce- dijo Ranpo sin soltar el cinturón- No seas aguafiestas.
El mayor ignoro todo lo que había dicho Ranpo, para centrar su atención en la idea de qué es lo que pasaría si Atsushi y Ranpo fueran solos a un lugar, sin nadie de la agencia. Esa idea revolvió violentamente el estómago de Dazai, no sabía por qué se sentía así,era una mezcla de rabia e incomodidad, simplemente no quería que esos dos estuvieran juntos, después de todo el era su superior y podía ir si el deseaba.
-iré, pero solo porque puedo, no es que quiera...y además, pagarás mi café.-dijo el ruloso apartando la mano de Ranpo de su cinturón.
-¡¿qué?! ¡¿Por qué?!- gritó Ranpo abriendo sus ojos como platos al escuchar las palabras de Dazai.
-simple, no querrás que Fukuzawa se entere de que dejaste tu placa~ algo tan tonto para el mejor detective del mundo~ -se burló el castaño sin apartar su mirada de Ranpo- te podría castigar~
El mayor no pudo aguantar su risa al ver como la cara de Ranpo se había descompuesto totalmente al escuchar la última frase. Su rostro estaba Demasiado sonrojado.
-¡C-cállate, maldito!-Le respondió Ranpo enojado- eso... no te incumbe a ti.
Ranpo se fue rápidamente empujando a algunos policías de por medio, pues aún no había resuelto el caso. Fue algo sorprendente que Ranpo se haya visto afectado a palabras que no fueran las del presidente.
Mientras tanto, Dazai no pudo aguantar las carcajadas al ver en vivo y en directo la cara de Ranpo. Dazai sabía que el menor tenía sentimientos hacia Fukuzawa, ¿cómo se había enterado?, esa sin duda era la pregunta de la semana, o tal vez del año.
Dejando de lado las risas y las caracajadas, Dazai cayó en cuenta de que había quedado solo junto a su actual subordinado. Se sentía disgustado por la relación que tenía con el menor. Extrañaba todas los buenos momentos que pasaban juntos, todas la misiones a las que iban , quería que todo volviera a la normalidad.
Atsushi ni siquiera podía mirarlo, siempre que estaba con él recordaba ese embarazoso momento. El solo quería que la tierra lo tragara y lo escupiera en otro lugar que fuera lejos de donde estaba el mayor. Él en ese momento sentía lo mismo que Dazai. Quería volver a hablarle, quería dejar esa cobardía y poder decirle que lo extrañaba. Porque no era por orgullo, Era verguenza. Simplemente quería que todo fuera como lo era antes.
-Al diablo con esto...- susurró el castaño volteándose bruscamente para terminar cara a cara con el peliplateado.
El menor solo pudo sonrojarse y dar un paso hacia atrás por instinto, el cual ni sirvió de nada ya que Dazai lo tomo de la mano e hizo que quedara en el mismo lugar.
-No quiero actuar más así... Atsushi.-dijo con un semblante serio el castaño- ¿es que ya no... Volveremos a hablar?-termino de hablar el castaño con la voz ligeramente temblorosa.
-D-dazai-san... Yo...-musitó el menor cerrando los ojos bruscamente- ¡Tampoco quiero estar así contigo! P-porque... Tú eres una de las muy pocas personas que... Me han ayudado y apoyado... ¡Por favor, Dazai-san! Permítame ... Volver a hablar como antes con usted...- Atsushi comentó sonrojado.
-Atsushi... -Dijo Dazai para atrapar a Atsushi entre sus brazos- ¡sí! Como te extrañe... Atsushi-kun...
En ese momento a Atsushi le parecía raro que Dazai lo estuviera abrazando, y más él. Según lo que le habían contado sus compañeros de la agencia, cuando se desmayó el día en que se enteraron de que él era el tigre, en el primer día que conoció a los miembros de la agencia, cayó en los brazos de Dazai... Y pues Dazai simplemente lo soltó ya que supuestamente "no tenía ningún interés en los hombres", y eso hacía que Atsushi se sintiera más confundido.
-Dazai-san... ¿Usted no decía que no abrazaba a hombres?- inquirió Atsushi- ¿por qué me abraza a mí?
-Tú... Eres un caso muy diferente...-al decir esto Dazai escondió su cara en el cuello de Atsushi para que no notara su sonrojo- Además... Te puedo abrazar si quiero... Eres mi compañero y mi amigo.
Por una parte, Atsushi se sintió tan feliz que tal vez no podría mover si un solo músculo, pero por otra parte, Él sintió como algo dentro de su cuerpo se sentía roto. Él quería ser más que un solo compañero para el castaño. Quería que le tomara más cariño. No quería ser un simple subordinado. Definitivamente le demostraría que él es algo mucho más valioso, el problema era que no sabía cómo hacerlo, y tal vez no termine haciéndolo de la manera adecuada.
-¿Ya nos podemos ir?- dijo algo disgustado Ranpo- Estoy aquí hace más de media hora esperando a que acaben su numerito.
-Ya, ya... Cálmate, sin duda te pones insoportable si no está Fukuzawa...- le contestó con una sonrisa burlona Dazai.
-Malnacido... En vez de suicidio, va terminar siendo homicidio, maldito desperdicio de vendas- dijo Ranpo sonrojado.
Sin duda la situación era muy graciosa, debido a que Dazai era mucho más alto que Ranpo. Más que graciosa, era tierna. Atsushi los veía algo incomodo ya que sabía que calmar a Ranpo sería un gran problema.
Fin del cap nwn
No me siento satisfecha con esta kk :"u
Gracias por leer y votar<33 xd
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