| QUARENTE TROIS |
El olor de sangre y enfermedad sobrepasaba el ya desvanecido olor del antiséptico en aquel hospital.
Los gemidos y quejidos de agonía ahogaban cualquier sonido que no mostrase desesperación o perdición.
Josh se encontraba en un rincón apartado del inmenso y abarrotado hospital, sepultado en el mar de lamentos y olores de muerte que abarcaban cada centímetro de la deteriorada estructura. Una cantidad exagerada de camillas ocupaba todo el espacio vital del hospital. No existía rincón libre de enfermos o de cadáveres en camillas; era imposible caminar sin tropezar con alguna de esas dos cosas.
Por más que el personal médico se esforzaba por atender a todos y cada uno, existían pacientes que aún no recibían la atención que requerían, y por eso, sucumbían a la muerte. Josh se encontraba rodeado de personas moribundas y uno que otro cadáver, lo cual lo hacía mantenerse en un estado que variaba entre el pánico y la agonía.
No podía hacer mucho salvo tratar de comunicarse con los doctores por medio de señas; casi nadie hablaba inglés, además de que no le prestaban atención pues no sufría de nada más grave que una sutura medio infectada.
Josh había tratado de vagar por el hospital varias veces, pero los enfermeros siempre lo hacían volver a su camilla, sin permitirle salir o siquiera hablar. Y a pesar de encontrarse en un ambiente y situación tan deprimente, el castaño no se rendía. Es más, aprovechaba su silencio forzado para urdir un plan.
Por eso, aquel día en el que los doctores y personal cumplían con su labor en la hora más atareada del día, Josh salió corriendo.
Corrió, lejos, muy lejos. Siguió la tierra y el pavimento que sus pies tocaban a medida que avanzaba, impulsado por su instinto de supervivencia y sus ganas de volver a casa.
No paró, a pesar del dolor punzante en su cabeza, a pesar de su visión borrosa y el sentimiento de opresión en su pecho al no poder respirar bien. Colapsó dentro de un pequeño supermercado, falto de aire y a punto de desmayarse.
Aun cuando el dueño del lugar trataba de ayudarle, Josh no entendía nada de lo que le decía, pues no hablaba su idioma.
Josh alcanzó a balbucear un par de veces algo sobre la embajada de Inglaterra, y algo sobre su hogar.
Y entonces, cayó inconsciente.
* * *
¿Cuánto tiempo había pasado?
¿Cuándo había sido la última vez que los chicos supieron algo de Harry, o de Louis?
Lo único que sabían era que Harry se presentaba a dos o tres ensayos antes de cada show, de ahí en más, nadie sabía dónde se encontraba.
Sam parecía ser ahora mascota de Niall y Christina, pues era allí donde pasaba el tiempo en el que Harry no se encontraba en su loft.
Louis, bueno, él y los negocios volvieron a ser uno solo.
Liam y los chicos no podían hacer nada más que ver como la vida que conocían iba poco a poco, desapareciendo. Y por más que quisieran ayudar a sus amigos, era casi imposible: cada quien lidiaba con su propia carga.
Liam se mantenía a cargo del club, además de asistir a su sesión semanal de control de ira y de atender sus citas con su psicólogo.
Zayn se ocupaba de su novio, de si mismo. Trataba de que los fantasmas del pasado no le alcanzaran. De nuevo.
Christopher y Ángel continuaban su vida.
Niall concentraba su tiempo y energía en localizar a Josh, además de criar clandestinamente a Theo.
Stand ni siquiera tenía tiempo de moverse antes de que Louis le cargase otra cantidad inhumana de trabajo.
Todos se encontraban tan centrados en sus propios problemas, tan sumergidos en su día a día, que no recordaban quien se encontraba en el hospital, esperando el fin. Ni tampoco parecían recordar que para cierto chico de ojos verdes y sonrisa perdida, aquello era el final del mundo.
Pero la vida es algo muy curioso, ¿no es así?
A veces te hace creer que el universo esta en tu contra, pero entonces hace algo drástico, algo que tal vez te duela o te moleste. Pero solo después de que pasa el tiempo, te das cuenta de que aquello era vital para que algo bueno entrase en tu vida. Te hace notar que las cosas tienen su razón y que tal vez no solo sean mera coincidencia.
Por eso, cuando Louis necesitó una última firma de Liam para concretar el papeleo, ni siquiera le sorprendió.
Es más, lo consideró como una señal.
Tal vez era una oportunidad para ver a Harry y por fin pedirle perdón.
Si, leyeron bien: perdón. ¿Por qué? ¿Todavía te lo preguntas?
Contrario a lo que muchos pudiesen pensar, Louis había estado meditando bastante los últimos días. Sus arranques impulsivos de ira lo habían hecho ser autoconsciente de lo mucho que la había cagado. Claro, tenía sus razones y en algunas cosas, la culpa era de Harry. Pero aun así, había dicho y hecho muchas cosas que aquel chico no se merecía.
Pero todo ese arrepentimiento lo había conllevado a ser consciente de otra cosa: por más que trató, no pudo olvidar. No pudo odiar, ni sentir rencor.
No podía reprimir a Harry de su vida, como antes había hecho con aquellos que le habían roto el corazón. No podía cortar aquella rosa llena de vida que Harry representaba en el jardín de su corazón.
Louis había leído bastante en aquel tiempo, tratando de sacar aquella situación de su mente (y fallando rotundamente). Se encontró con una frase que decía <<Su corazón era un jardín secreto, y los muros eran demasiado altos>>. Cuánta razón encontraba en ella. Se identificaba con aquella frase: podría decirse que su propio corazón era un jardín secreto al cual, después de tantas decepciones, él había encerrado entre muros demasiado altos, pero que a pesar de sus esfuerzos por protegerse y a pesar de evitar que nueva vida floreciese dentro de él, ocurrió.
Harry había sido aquella flor silvestre que había conseguido florecer dentro de su pecho; dentro de su jardín secreto de muros imposibles.
Pero, ¿Qué pasaría cuando tuviese a su flor de frente? ¿La apreciaría? ¿Podría perdonarla por herirle con aquellas espinas que formaban parte de ella? ¿O simplemente la cortaría con aquella daga afilada que tenía por lengua?
Louis se encontraba perdido en si, como un marinero se encuentra varado en el medio de un océano inquieto; necesitaba tener a su flor de frente para asi, tomar una decisión.
¿Perdón, u olvido?
* * *
Cuando Louis aparcó en Maison de Poupées, supo que algo andaba mal.
Ni siquiera necesitaba entrar para saber que los chicos no se encontraban en buena condición; parecía bizarro, pero era tan densa la situación, que pareciese como si el club emanara una vibra negativa.
El ambiente era pesado, y Louis lo notó apenas cruzó la puerta. Aun cuando los bailarines se encontraban en pleno ensayo, no necesitó mirar dos veces para notar que Harry no se encontraba allí. No sentía la presencia del chico, y el espacio no estaba tan animado como solía estarlo siempre que el rizado estaba encima del escenario.
Liam apartó la vista de los bailarines, encontrando miradas con el ojiazul. El francés parecía sorprendido de verle allí.
''¡Oh mon Dieu! [Oh mi Dios!]'' Exclamó Liam, avanzando hasta él. ''Pero si es Louis Tomlinson.''
''Eh-''
''¿Recuerdas mi nombre o también lo olvidaste?''
''Es bueno verte, Liam'' habló Louis, algo indignado por el toque de sarcasmo y reproche en las palabras del francés. ''Sé que no he visitado en un tiempo pero, he estado muy ocupado en el trabajo.''
''Ya lo creo'' respondió Liam, para nada convencido con las mentiras de Louis.
En eso, Zayn emergió de bambalinas, cargando unos cuantos trajes que parecían nuevos.
''Oh, dios'' jadeó, sorprendido. ''Louis, cuanto tiempo sin verte por acá.''
Louis no pudo evitar rodar los ojos esta vez. ''Solo han sido un par de semanas.''
''Ha pasado casi un mes'' acusó Zayn, con un dejo evidente de molestia en su voz. La realidad golpeó a Louis, mientras se encogía de hombros y fingia indiferencia.
¿Alguna vez has experimentado lo relativo del tiempo? Me refiero, algunas veces es tan eterno y otras, tan rápido. Dejas de hablar con una persona por un tiempo y cuando menos te lo esperas, han pasado años. Mandas un mensaje, y sientes que esperas horas por una respuesta pero la realidad es, que han pasado unos minutos.
¿Lo has vivido?
Louis había pasado tanto tiempo reviviendo sus recuerdos de la última vez que vio a Harry, que para él, había pasado apenas unos días. Pero no: había dejado solo a Harry.
Y su mente no podía decidirse entre sentir pena por el muchacho o no importarle un carajo.
Pero, se encontraba en algún punto intermedio entre esos dos.
''Vaya, vaya. ¡Pero si es nada más y nada menos que el hombre con más tacto en todo Londres!'' exclamó una voz de acento irlandés.
Louis se volvió a ver a Niall, que avanzaba con paso decidido hasta ellos. ''Aunque su pequeño festival de reproches me hace un tanto de gracia, no estoy aquí con fines amistosos'' respondió.
Y era la verdad: el único interés de Louis era Harry. No le importaba lo que tuviese para decir nadie más que no fuese el chico de ojos verdes. ¿Por qué? Simple:
No quería que le recordasen todo lo que debía aclarar con el chico; no quería que le dijeran lo que ya sabía.
Pero sobretodo, no quería ser autoconsciente una vez más de que por más que quería al chico, tenía un problema con su manía de guardarle secreto. ¿Por qué? Porque así funcionaba Louis, y no había nada de malo en ello.
O al menos, así lo veía él.
''Necesito que me firmes unos cuantos papeles. Luego de eso no me vuelven a ver'' expresó, avanzando hasta una mesa y desplegando los papeles que cargaba.
Los chicos intercambiaron miradas, más ofendidos que sorprendidos por el comportamiento del castano.
Liam tomó el bolígrafo que el ojiazul le ofrecida y se dispuso a firmar lo que se le pedía.
Zayn no se contuvo más y habló. ''Louis, ¿tienes alguna idea de donde puede estar Harry?''
''¿Y yo porque tendría que saber dónde está?'' respondió, sin tacto.
''Se suponía que no iba a saberlo, Zayn'' reprendió Niall, rodando los ojos. ''Dios mío, te entra por un oído y te sale por el otro.''
Zayn se encogió de hombros. ''Creo que era nuestra última esperanza.''
Louis frunció el ceño. ''¿Ustedes no lo ven todos los días?''
''Lleva más de cinco días sin asistir a los ensayos'' intervino Liam. ''Amanda tampoco sabe dónde está; dice que ni siquiera ha ido a su loft.''
''Claro que esto tu no lo sabes porque te interesas más por juzgar que por entender, pero Harry ha tenido bastantes problemas en la vida y no podemos sino pensar en lo peor'' habló Niall, observando a Louis con rencor.
''¿Estas insinuando que se suicidó y que yo tuve algo que ver?'' el ojiazul se ofendió, pero no por la acusación, sino por la verdad que había en ella. Él había sido muy duro con Harry, y si el chico se encontraba mal, sus palabras pudieron ser las gotas que derramaron el vaso.
''No lo sé, ¿tú hablas solo porque tienes boca? ¿Sin detenerte a pensar en el estado emocional de una persona?'' para este punto, Niall estaba casi gritando.
Louis guardó silencio mientras le daba una mirada de reproche.
''Calma ahí'' intervino Zayn, situándose entre ambos. ''No sabemos dónde está Harry'' posó su mirada ámbar en Louis. ''No sabemos en donde duerme, si está comiendo o si está muerto. Louis, ya hemos pensado en todo, pero no tenemos idea de donde pueda estar. Por eso te lo he preguntado.''
Louis sonrió con arrogancia. ''¿No se supone que son sus amigos? Ustedes deberían saber más que nadie, donde puede estar.''
''Creo que de toda esta situación, eso es lo que más nos duele'' habló Liam, bajando la mirada. ''Todos nos centramos tanto en nuestros asuntos, que olvidamos que alguien nos necesitaba. Y todos tenemos la creciente culpa carcomiéndonos la mente, diciéndonos que tal vez, nuestro amigo está en problemas porque no estuvimos allí para él.''
Louis observó al grupo de gente frente a él.
No les debía nada ya. No necesitaba ayudarlos. No quería, de hecho. Quería reprimir sus sentimientos hacia cualquier persona involucrada en los últimos meses de su vida.
Pero el sentimiento de opresión en su pecho al pensar siquiera en Harry muerto, solo o lentamente desfalleciendo, le dio la respuesta que había estado buscando durante tantos días.
Aún le importaba. Demasiado, para su pesar.
''¿No estaba Garrett en el hospital?'' preguntó, dando una respuesta al grupo de amigos.
* * *
El monitor electrocardiográfico mostraba un pulso débil y apenas estable.
Garrett mantenía la mirada perdida en el papel tapiz del techo de aquel frio hospital, mientras esperaba a que Harry volviese a la habitación.
Sabía que mentirle a Harry estaba mal. Pero anunciarle su muerte hubiese sido peor; Ya de por sí, la reacción del chico a la situación era bastante triste.
Harry no se separaba de él para nada. Le cuidaba todo el día y le ayudaba en cuanto podía, prácticamente vivía en el hospital desde que Garrett había ingresado.
Y el hombre no era tonto. Sabía que su estado de salud no era lo único que le estaba afectando al rizado, y por más que había tratado de hacerle hablar, Harry nunca decía nada. Es más, últimamente el chico permanecía en un estado ausente, de semblante pálido y mirada vacía.
Y por más que Garrett había intentado hacer que el menor hablase, era inútil. Aunque no hacía mucha falta, pues Garrett sabía que se trataba seguramente de algo relacionado a Louis.
Ah, la perspectiva. Algo tan inofensivo como peligroso al mismo tiempo. Podía guiar la ideología de una persona a la conformidad...o a la perdición misma.
Como dicen por ahí, cada historia tiene dos versiones. Y estaba solo en uno mismo estar dispuesto a escuchar ambos relatos.
Y aunque el instinto de Garrett sabía que tanto Harry como Louis eran culpables, no se atrevía a intervenir. Debía dejar que Harry se equivocara y aprendiese Además claro, de que sabía que Louis y Harry eran más que amantes.
Eran almas destinadas; no había pelea o desacuerdo lo suficientemente grande como para superar el cariño que se tenían.
Por eso, cuando Garrett vio que Harry entraba a la habitación y sintió aquella sensación de sofoco que había estado sentido incrementarse conforme los días pasaban, no tuvo miedo.
Nunca lo tuvo realmente, pues la muerte no contaba como uno de sus miedos. Estaba tranquilo, porque sabía que Harry iba a estar bien.
Él siempre había escuchado a lo largo de su vida, que quien sufre en una muerte, son todos aquellos que el muerto deja atrás; pues el difunto solo muere y cae en su descanso eterno, mientras su familia y amigos lloran su muerte y enfrentan el duelo.
Pero ahora que se encontraba cara a cara con la única cosa que todo ser humano tiene asegurado, se sentía relajado. Había cumplido con su labor: había disfrutado cada parte de su vida, y le había dado lo mejor a todos aquellos que había aceptado como sus hijos. Y lo mejor de todo: le había dado a Harry el coraje para creer en sí mismo y lo había hecho creer como persona y como interprete. Y aquello, le brindaba a Garrett la última partícula de tranquilidad que necesitaba para al fin descansar.
''Pensé que seguías durmiendo'' interrumpió el rizado entre sus pensamientos, haciéndolo volver a la realidad.
Garrett sonrió y negó al mismo tiempo. ''He despertado hace un rato ya. ¿Por qué tardaste tanto?''
''Fui a almorzar'' respondió Harry, sonriendo apenas mientras le tomaba la mano con delicadeza. ''¿Cómo te sientes?''
''Tranquilo'' sonrió Garrett. ''¿Sabes algo? Hoy he amanecido bastante bien. Algo sofocado, pero me siento con muchas fuerzas. Podríamos salir a caminar más tarde, ¿Qué te parece?''
Harry sonrió. ''Me parece bien.''
La solemne habitación cayó en un silencio expectante; Garrett observaba con detalle a Harry, tratando de memorizar cada detalle y acabado del apuesto chico que él había visto madurar a lo largo de los años, mientras Harry, se lamentaba internamente por el deceso inminente del hombre que creyó en él desde el principio.
''Garrett, ¿tú crees que alguien con un pasado como el mío, se merezca una mala vida? ¿Lamentarse por las cosas malas calificaría como hacerse la victima?''
Allí estaba; el meollo del asunto, aquello por lo que Harry no dormía ni comía bien.
''Creo,'' comenzó Garrett, ''Que todos cometemos errores, Harry. Somos humanos, lo cual es sinónimo de imperfecto. ¿Fuiste una persona superficial y egoísta en algún momento de tu vida? Puede ser, pero ¿Qué eres ahora? ¿Eres una mejor persona, aceptaste y redimiste tus errores?'' Garrett pausó, observando la mirada vulnerable en el rostro de Harry. ''Lo que importa ahora es el presente, Harry. El pasado, ya pasó.''
Harry asimilaba las palabras que Garrett le decía, tratando de hacerlas pasar por un ancla al cual aferrarse, en su desesperación por mantenerse a flote. Pero aun cuando tenía la mente y alma centradas en tratar de levantarse a sí mismo, eso no hacia menos para él el hecho de que Garrett parecía falto de aire, como si se le dificultara respirar.
Pero no dijo nada, no quería alterarlo.
El silencio tomó el espacio por segunda vez, pero no pasó mucho tiempo antes de que Garrett hablara nuevamente.
''Harry... Harry, pequeño, podrías ¿podrías cantarme esa canción? Ya sabes, la que te enseñe cuando eras chico. Esa que me gusta muchísimo'' pidió Garrett, sintiendo un dolor sofocante en su estómago.
Sabía que era hora.
Y Harry lo sabía también.
Garrett siempre había dicho que quería que aquella canción fuese cantada tras su muerte; era una tarea que el específicamente le había pedido a Harry cumplir.
''Garrett...'' lloriqueó Harry, apretándole la mano y sintiendo las lágrimas picar detrás de sus ojos.
''Siempre me gustó tu voz, pequeño'' sonrió Garrett, antes de que el monitor electrocardiográfico comenzará a emitir un sonido de alerta; el ritmo cardiaco de Garrett decrecía.
Harry volteó a ver el aparato, después a Garrett: estaba pálido, con los labios partidos, ojeras bajo sus bonitos ojos. Su apariencia expresaba muerte, desamparo, un fin que pedía a gritos ser alcanzado.
La respiración de Garrett podría ser confundida con pequeños y delicados susurros, Harry no pudo contener las lágrimas mucho tiempo más.
''Oh, cariño. No llores'' consoló Garrett, acariciando la mano del menor, sintiendo su piel joven y nívea, libre de arrugas contra la suya, tan tosca y envejecida. Sonreía mientras hablaba, como lo había hecho toda su vida. ''Es un ciclo cerrándose, cariño. Cuando una puerta se cierra, se abren muchas más. Es la vida, mi amor. Es natural.''
Harry sollozó, aferrándose ahora al brazo del mayor. ''No, Gaz. No puedes irte, ¡no puedes dejarme solo! Tengo miedo.''
Garrett le observó con cuidado, mientras el menor hablaba. ''Tengo miedo de que te vayas, tengo miedo de quedarme solo. No quiero despertar un día y enfrentarme a un problema en el que necesite de tu consejo y entonces darme cuenta de que ya no estas, y que no vas a volver. No quiero aceptar el hecho de que no me llamaras más en navidad y en mi cumpleaños; no quiero pensar en que será mi vida ahora que no estarás. ¿Quién me va a confortar si algo sale mal? ¿Quién me dirá si lo estoy haciendo bien?''
Garrett suspiró. ''¿Sabes cuál es mi mayor miedo, Harry?'' habló, tomando el mentón del menor y obligándolo a sostenerle la mirada. ''Mi mayo miedo es partir sin saber que estas tranquilo.''
Harry dejó resbalar un par de lágrimas que rompieron el corazón de Garrett. ''No me interesa morir y dejar todo atrás, no me importa si dejo de sentir, de vivir o siquiera de ser yo mismo. Pero me da miedo, me da ¡pavor!...Pensar en que, cuando me vaya, tú estarás intranquilo y triste por mi culpa. Harry, tú debes estar tranquilo. Por mí.''
El hombre limpió las lágrimas del pálido rostro del menor. ''Tú fuiste quien me devolvió la vida cuando yo me sentía inservible, Harry. Tú llegaste, con tu juventud, tu talento y tu hambre por aprender; escuchaste, aceptaste, fuiste feliz y te superaste a ti mismo. Tú brillas con luz propia. Harry, no necesitas de nada ni nadie que te haga segundo para destacar entre la gente. Tú eres tu propia persona... y cuando tu familia mató a Nicolo, se llevó también todas aquellas cosas que en tu pasado te hicieron sentir menos persona. Pero eres Harry ahora, cariño.''
''Eres una mejor versión de ti mismo. Eres alguien grande, Harry. Y espero que algún día puedas darte cuenta del tamaño de tu grandeza; Pero primero tienes que darte cuenta de que tu pasado no define quien eres ahora. Que te quede muy claro, ¿sí?'' Garrett también lloraba ahora.
Harry sonrió entre lágrimas, contagiando a Garrett con su gesto.
''Entonces, ¿Qué dices, Harry? ¿Calmaras mi miedo?''
Era difícil para Harry, acceder y decir que si, estaba tranquilo con la muerte de Garrett. Era difícil para él.
Pero esto, no se trataba de él. Se trataba de Garrett; la persona que siempre lo quiso más que a su misma vida. Y si le dejaba morir intranquilo, no se lo perdonaría nunca.
''Si, papá. Lo haré'' dijo, aunque no fuese del todo verdad. Pero sabía que en un tiempo podría superar aquella gran perdida.
Pero ahora, Garrett seguía con él. Sus recuerdos, sus anécdotas, su risa y su corazón, seguían palpitantes. Llenos de vida. Y Harry lo iba a aprovechar.
Cuando el monitor incrementó el sonido de alarma, Harry no tuvo que volverse a ver la puerta para saber que el equipo de médicos ya se encontraba allí para asistir al enfermo. Pero al parecer, la escena no permitía que nadie interviniese.
''Cántame Harry'' susurró Garrett, tomando firme la mano del muchacho. ''Déjame ir...''
Harry se aclaró la garganta, tratando de que el nudo en ella se deshiciera, para poder cantar como se debía y complacer al hombre que representaba su vida entera.
''...Tu eres la tristeza de mis ojos,
Que lloran en silencio por tu amor.
Me miro en el espejo y veo en mi rostro,
El tiempo en que he sufrido por tu adiós...'' Harry bloqueó de su mente cualquier sonido que no fuese su voz. Por eso no necesito voltear a ver el monitor que indicaba que Garrett ya casi no respiraba. Y aun así, continuo.
''¡Obligo a que te olvide el pensamiento,
Pues siempre estoy pensando en el ayer!
Prefiero estar dormido que despierto,
De tanto que me duele que no estés...'' Pudo sentir la pérdida de fuerza en el agarre de la mano de Garrett en la suya.
''Como quisiera...que tú vivieras.
Que tus ojitos, jamás se hubieran, cerrado nunca. ¡Y estar mirándolos!
Amor eterno, e inolvidable.
Tarde o temprano, estaré contigo
Para seguir...amándonos'' Harry terminó susurrando, observando como Garrett le sonreía y le daba un último apretón, antes de exhalar una risa y dejar este mundo.
Harry observó el cuerpo de Garrett relajarse, después observó al equipo médico devolverle la mirada desde los pies de la cama. Al parecer si habían entrado.
Harry se volvió a ver a Garrett, quien parecía dormir. Tomó su mano aún tibia, pasando sus dedos por ella. Un silencio sepulcral, cargado de tristeza y solemnidad, invadió aquel espacio antes de que Harry se abrazara al cadáver de su padre, sollozando incontrolablemente.
Enfermeras y médicos se abalanzaron sobre él, ya esperando aquella reacción. Las autoridades médicas estaban tan concentradas en aquello que no pudieron evitar la entrada de cuatro chicos familiares al rizado.
Todos jadearon en amarga sorpresa al ver el cuerpo sin vida de Garrett sobre la cama de hospital y a Harry en medio de un ataque de histeria.
Louis fue el primero de todos en tratar de intervenir en aquello, siendo detenido por una enfermera.
''Señor, no se supone que ustedes deban estar aquí'' advirtió, tomándole del brazo.
''No entiende, vengo por él'' señaló Louis, justo antes de que Harry se liberara del agarre de los médicos, entre gritos y suplicas de que no le tocasen.
Louis no asimilaba nada de lo que estaba pasando; no podía envolver su mente en el hecho de que Garrett estaba muerto y Harry estaba demasiado alterado para siquiera ser contenido.
Pronto comenzaron los jadeos y quejos que indicaban que el ojiverde no podía respirar bien, y Niall lo tomó de los brazos, sacudiéndole con fuerza.
''Harry, respira. ¡Harry, reacciona, vamos! ¡Harry!'' exclamaba, sacudiendo al menor, quien parecía ahogarse aún más mientras se tiraba del cabello con fuerza.
''No...no. Déjame, él-l está muerto...él no puede...'' balbuceaba, observando fijamente el cuerpo inerte de su tutor.
''Vamos a sedarlo'' intervino un médico, sosteniendo una jeringuilla y apartando a Niall.
''¡No!'' exclamó Louis, avanzando hasta ellos. Liam y Zayn solo observaban todo con ojos como platos.
Era difícil que alguien reaccionara como se debía, con tanto caos ocurriendo tan rápido y con noticias tan densas como esas, cayendo como balde de agua fría.
Louis tomó a Harry de las manos, colocándose frente a frente con él; ojos azules, furiosos, colindando con los verdes, inmersos en tristeza.
Ambos chocando, comprendiéndose, reconfortándose.
''Harry, respira'' llamó Louis con fuerza. A pesar de la situación que francamente lo intimidaba y lo enojaba al mismo tiempo (debido al conflicto con Harry), el empresario se encontraba haciendo un esfuerzo para recordar que era lo que su madre solía hacer con su hermana Fizzy cada que la chica tenía un ataque de ansiedad.
''Bofetadas'' pensó Louis. ''Mamá siempre la abofeteaba cuando la cosa se ponía difícil. ¿Será la manera correcta?...Cuando te abofetean, tomas aire por la sorpresa'' razonó, un segundo antes de alzar una mano y abofetear a Harry.
Niall se impulsó hacia delante para golpear a Louis, pero Liam y Zayn le detuvieron, observando como el de ojos verdes inhalaba con brusquedad.
Tanto médicos como amigos observaron al par; Louis aumentó la fuerza de su agarre en los brazos de Harry, mientras buscaba la mirada del chico. En algún momento los ojos verdes chocaron con los azules, mientras Louis murmuraba un ''Harry, respira'' y el aludido, rompía a llorar, esta vez mucho más calmado.
Louis deslizó un brazo por debajo de las piernas de Harry, cargándole como a una novia y saliendo de allí, con la mirada de todos encima.
Los demás chicos se excusaron por él; Louis continuó su camino por los pasillos del hospital, con los sollozos y lloriqueos de Harry muy cerca de su oreja mientras avanzaba fuera de aquella institución sin mirar atrás. Miradas de sorpresa y lastima eran dirigidas al empresario cuando cruzó la sala de espera con el otro en brazos.
Cargar a Harry parecería una idea boba, fantasiosa y empalagosa para muchos pero, ¿cómo podría obligarle a caminar después de haber sufrido un ataque de histeria tan severo? Además de que no había tiempo para pedir una silla de ruedas ni nada alternativo a aquello; Louis había actuado por instinto.
A pesar de estar enojado con Harry, no deseaba que sufriese. Al menos, no tanto.
El ojiazul ingresó al auto de Niall, sentando a Harry a su lado y permitiendo que el menor llorase y se desahogara (incluso le dejó abrazarlo), mientras esperaban a que los demás llegasen.
Una vez que eso pasó, Niall los dejó en el loft de Harry.
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