| FINALE |
A/N: PLAAYLIST FUCK YEAH
I will follow you into the dark - Death Cab for Cutie
I'm Not Okay - My Chemical Romance
Half a Heart - One Direction
Love me Like You Do - Ellie Goulding.
*****************
La vida de Louis no había sido fácil.
Cuando era pequeño había visto a sus padres pelear y pelear sin cansancio. Pronto llegaron Charlotte y Felicite, y entonces las cosas cambiaron para el ojiazul: ya no era el niño indefenso que lloraba asustado por los gritos de sus padres o que vivía aterrorizado por las golpizas de su padre. Ahora era el hermano mayor que no le tenía miedo a nada, aquel que sacaba a sus hermanas al parque y les enseñaba a jugar videojuegos para que no tuvieran que escuchar las peleas por dinero que sus padres solian tener.
Cuando Louis cumplio los ocho años, su padre se fue. Aquel fue un periodo tranquilo en la vida de él y sus hermanas, más no para su madre, Johanna. Ella se matenia ocupada entre mantener la casa y trabajar hasta altas horas de la noche. Louis se independizó rápidamente: tras varias caídas, pequeñas cortadas y quemaduras, el pequeño se encargaba de cocinar y cuidar de sus hermanas, mientras Lottie y Felicitie hacían lo posible por ayudarle.
Luego de un tiempo, su madre volvió a casarse. Y aunque Louis desconfiaba de aquel hombre, no podía decir nada. De todos modos, a su madre no le importaba.
Y eventualmente, todo volvió al mismo círculo vicioso. Pero esta vez, su padrastro no solo se marchó, sino que también le robo a su madre. Los había dejado sin un centavo y encima, con dos integrantes nuevas en la familia, las gemelas. De ahí, las cosas se pusieron todavía mas duras. Louis apenas y asistia a la escuela; dado que su madre había caído en depresión y preferia que sus hermanas no perdiesen clases, el que se quedaba a mantener la casa y cuidar que su madre estuviese bien, era él. Debido a la situación económica, Louis muchas veces no contó con los materiales necesarios para sus clases, y se vio en la necesidad de compartir ropa con sus hermanas, tales como pantalones y alguna que otra camiseta.
Claro, que aquello trajo muchas burlas. Y eso, sumado con los años de burlas y sucesos humillantes a medida que crecia, habian vuelto a Louis inseguro, frio, improbable y muy, muy orgulloso. Añadamosle todavía el fanatismo religioso de su madre, que lo había orillado a ser todavía más retraido. Se había refugiado en si mismo por años, exhibiendo una imagen perfecta y en control, con un ego gigantesco. Habia vivido tanto tiempo tratando de que el mundo creyera aquella fachada, que ahora él mismo creía su ilusión.
¿Y ahora? ¿A dónde lo había conducido aquel orgullo? A la mitad de Moscú, una tierra fría y ajena, totalmente desconocida.
Se encontraba confundido, arrepentido y algo decaído. Pero no estaba solo.
Al principio el ojiazul había creido que emprendería aquel viaje por su cuenta, pero se dio cuenta de lo equivocado que había estado cuando Stand se presentó al aeropuerto y abordó aquel vuelo con él.
''No puedo dejarte ir solo'' le había dicho el pelinegro. ''Aunque seas un imbécil, sigues siendo mi mejor amigo.'' Y aunque Louis sabia que no se merecia a alguien como Stand preocupándose por él, no lo contradijo. Asi de egoísta era, o más bien, orgulloso.
Y ahora, ambos se encontraban en una de las salas de juntas de la empresa que les había llamado hasta allí, rodeados de inversionistas y empresarios rusos. El espacio se podía describir como pulcro y profesional, el color gris predominaba mucho, junto al azul. A diferencia de Inglaterra, las ventanas eran oscuras y la vista daba a paisajes abiertos cubiertos por la nieve, en vez de los altísimos edificios y las interminables luces de la ciudad.
Louis y Stand estaban allí para acordar el trato de la sucursal hotelera que se abriría allí. Hubo pocas dudas, y la mayoría estuvo de acuerdo con las cosas que Louis tenia para decir. Al final de la junta, cada uno de los presentes había comentado lo bien preparado y profesional que Louis era, y lo agradable y convincente que era Stand. Se los habían ganado, y ahora, tenían otro negocio más en la bolsa.
Luego de aquella reunión, algunos se retiraron y otros más habian salido juntos a comer. Stand había aceptado irse a comer con algunos inversionistas, pero todo aquello pasó a segundo plano cuando notó que había perdido de vista a Louis.
***
''Uhm, tengo un numero nuevo ¿Quién es?'' contestó Louis. Habia dejado sonar el celular por un buen rato, sin haber podido reconocer el numero.
''¡Feliz cumpleaños, enano de mierda!''
''¡Niall!'' exclamó Louis saltando de su asiento, con la sorpresa y repentina alegría recorriéndole el cuerpo. ''¿Cómo estas?''
''Estoy exhaust- ¡Theo deja de robar las muñecas de tu hermana!'' exclamó el rubio de repente, sobresaltando al ojiazul.
''¿Hermana?'' preguntó Louis, sorprendido.
''Oh si, tenemos otra niña. Te lo hubiese contado pero tu sabes, pinches números de teléfono que se cambian solos, ¿no?''
''Niall...'' comenzó a excusarse Louis.
''No, ni madre. No quiero escucharte. Estoy más que indignado, Tommo. Necesitarás env- ¡BAJENSE DE AHÍ PAR DE ENJENDROS!'' Louis escuchó a Niall suspirar y tirarse sobre algo blando. ''Juro por Dios que si estos niños no se tranquilizan voy a cometer homicidio.''
''¡Niall!''
''El dia en que tengas hijos, lo vas a entender'' se defendió el rubio. ''Son adorables y uno los adora con todo el alma, pero a veces el encanto se va y te das cuenta que en realidad son bolsas de mocos, popo y lágrimas.''
Louis rio brevemente. ''Bien, supongo que tienes razón. Cuando cuidaba a mis hermanas también llegue a odiarlas.''
''¿Lo ves? No soy un monstruo, solo quiero serenidad'' suspiró Niall.
Louis negó, observando el reloj. ''Hey, por allá ya es algo tarde. ¿Por qué no estas en el trabajo?''
Niall rió burlón. ''¿Qué carajo haré en un local cerrado? ¿Hacer guardia fuera?''
Louis alzó una ceja. ''¿Qué? ¿De que estas hablando?''
''Oh, mierda'' murmuró Niall. ''¿Nadie te lo dijo? Maison cerró.''
''¿Qué? ¿Cómo? ¡¿Por qué?!'' El ojiazul volvió a tomar asiento, dándose vuelta y encarando la ventana.
Niall exhaló con cansancio, como si no quisiera seguir la conversación. ''Harry se retiró, Louis. Fue por el mismo periodo de días en que tu te fuiste a Rusia'' habló el rubio. El otro lado de la línea cayó en silencio total, Niall no tuvo opción alguna, asi que continuó.
''Dijo que ya no se sentía como el mismo, que ya no podía seguir allí. Se fue de viaje a quien sabe donde, y regresó hace unos cuantos meses.''
Louis mantenía los ojos bien abiertos y la quijada desencajada, victima de la sorpresa. No podía creerlo; todo aquello había ocurrido hace un año. Y él, ni enterado estaba.
Suspiró. ''¿Y los demás?''
''Pues, Ángel y Christopher están bien; Chris encontró trabajo en un club que abrieron hace un par de meses. Liam ha mejorado mucho en su manejo de la ira y ya no bebe. Y Zayn, bueno, sigue siendo Zayn.''
''Me alegra escuchar que todos están bien'' replicó Louis. ''¿Y que tal tu y Josh?''
Escuchó a Niall suspirar con alivio. ''Las cosas van bien. Josh y yo tenemos a otra nena como ya te dije, su nombre es Bea y es la cosa mas adorable del puto mundo.''
''Me alegra saber que tu familia esta bien, Ni'' recordó Louis.
Niall sonrió. ''Si, una mujer nos ha prestado su vientre. Creimos que seria un niño pero resulto ser una beba. ¿Y adivina a quien se parece?''
''Ya me lo imagino'' alcanzó a decir Louis.
''¡A mi, obviamente!'' interrumpió Niall.
Louis rio, realmente feliz por su amigo. Ambos chicos continuaron su plática.
''Oye Niall'' interrumpió el ojiazul, luego de un rato.
''¿Qué pasa?''
El ojiazul contempló su presente. ¿Ser sincero por primera vez en un año le iba a traer más mal que bien? Era poco probable.
Además, era Niall. Y si alguien se merecia su honestidad, era Niall.
''Lamento no haber llamado'' soltó el ojiazul.
***
Stand deambuló por casi todo aquel piso, sin lograr encontrar a Louis. Estaba a punto de darse por vencido y marcharse pero entonces recordó un último lugar en donde el ojiazul podría estar.
Y en efecto, Stand sonrió para si mismo al abrir la puerta de la oficina de su amigo y encontrarlo sentado en su escritorio, dándole la espalda.
''A veces creo que te tomas esa expresión de ''se un lobo solitario'', un tanto muy en serio, Louis'' habló el pelinegro.
Louis soltó una risilla, dando media vuelta en su silla para encarar a su amigo.
''¿Qué haces aquí solo?''
''Pensando, para variar''
Stand sonrió, parándose a su lado y colocando un brazo en el respaldo acolchado de la silla. Ambos contemplaron la vista, en calmo silencio.
''Niall llamó'' habló Louis pasados unos minutos. Stand apartó la vista de la ventana y observó el lenguaje corporal de su amigo.
''¿Oh, si? ¿Y que tal?''
Louis tragó saliva. Suspiró mientras se pasaba una mano por el cabello y después la dejó deambular de forma sutilmente errática por la tela del pantalón de su traje. ''Me ha contado que Maison cerró.''
''Es una pena''
''Lo sabias'' dijo Louis. No era una interrogante. Era una afirmación.
''Por supuesto'' respondió Stand, sonriendo a medio lado.
El ojiazul sintió sus nervios crisparse. ''¿Y cómo por qué no me lo dijiste?''
''El simple hecho de haberte involucrado demasiado con el club y quienes lo sostenían, te hizo huir hasta Moscú. ¿Para que te mantendría al tanto de lo que pasa y deja de pasar allí? ¿A dónde irias esta vez? ¿Cuánto orgullo serías capaz de producir para bloquear tus emociones?''
El pelinegro respondió calmo, sin ver a Louis a los ojos. Louis en cambio, examinaba cada detalle del rostro de Stand. Y cuando este conectó la mirada con la suya, le hizo dar un ligero tumbo.
''Estás preocupado'' habló Stand, con tono condescendiente.
Sabía que Louis odiaba aquel tono. Y haría lo que fuese necesario para llevarlo a su límite y obligarlo a enfrentar la situación.
Habia pasado un año convenciéndose a si mismo de que debía dejar que Louis forjase su destino, a pesar de sus pobres decisiones. Pero ahora que veía el resultado, (el cual ni siquiera existía, pues todo seguía igual de acabado), sabia que aquel no era el método correcto.
¿Cuántas veces hemos sido testigos de personas, almas, que viven unidas como si estuviesen predestinadas a ello? Pero entonces llega algo, o alguien, y esas almas se separan. Se enojan, se repelen. Se secan, pierden vida. Y nadie hace nada por regarlas, por alegrarlas y devolverles la vitalidad.
Simplemente se quedan mirando.
Stand no estaba dispuesto a quedarse mirando.
''No es verdad'' respondió Louis. Stand sonrió al notar la ligera molestia en su voz.
''Si que lo estas, estas preocupado y molesto.''
''Tu n-''
''¿No que? '' Interrumpió Stand. ''¿No te conozco?'' rio. ''Por favor.''
Louis exhaló nasalmente, molesto. ''No estoy ni molesto ni preocupado. Simplemente la noticia me ha caído de sorpresa.''
''¿Por qué? ¿Qué no te importaba ya?'' Stand estaba dispuesto a picar al ojiazul hasta que le tirara el usual zarpaso.
Louis dio la vuelta, encarando al pelinegro. ''Eso es irrelevante. Como sea... lo que trataba de decirte era que Niall llamó y por eso tardé.''
Stand se alejó, sonriendo. ''Ajá.''
''¿Qué?''
''¿Te contó que Harry se metió en problemas verdad?'' dijo Stand, ahora de espaldas a su amigo mientras observaba la oficina.
Louis sintió que el nudo en su estomago que aquella conversación con Niall había dejado, se apretaba de forma dolorosa.
''Salió a protestar por la igualdad junto con algunos chicos más, ya que algunas iglesias están montando una campaña homofóbica y la comunidad esta respondiendo. Los han apedreado y linchado. Varios estuvieron en el hospital por días. Harry se ha ganado el odio del clero más influyente de la ciudad. Muchos fanáticos religiosos acudían a Maison a esperarle para gritarle y tratar de agredirlo. Los chicos y yo lo hemos estado cuidando pero tu sabes que mierda tiene en la cabeza ese tipo de gente y sabes bien de lo que son capaces.''
Louis recordó las palabras de Niall. Recordó la preocupación e impotencia que había sentido hace unos minutos, y que parecían no querer dejarle el pecho.
''Me lo ha contado'' admitió Louis.
Stand rio. ''¿Y por que la cara larga, Loueh? Si nadie de allí te importó cuando te fuiste. ¿Por qué ahora? ¿Por qué te preocupa ahora que ya pasó, que la expectativa que Harry tenia de ti se esfumó?''
Louis se levantó de la silla, enfurecido de repente. Stand se mordió el labio para no reir: le encantaba manipular a Louis para que se diera cuenta de lo imbécil que era a veces; que el ojiazul fuese tan explosivo era un punto a favor.
''¡No estoy preocupado, carajo!''
Stand se dio la vuelta y le alzó la ceja. ''¿No?''
Louis le vio a los ojos y comprendio las intenciones de su amigo. Dejó salir un sonido ahogado, de frustración y resignación, mientras se tiraba del cabello y bufaba.
''Estoy preocupado.''
''Estás preocupado'' corroboró Stand. ''¿Por qué estas preocupado?'''
''Estoy preocupado por el estúpido mocoso que siempre se mete en problemas'' soltó Louis de sopetón, tomándose el tabique nasal entre los dedos para tratar de aliviarse la jaqueca repentina.
Stand se metió las manos en los bolsillos, mientras sonreía y caminaba hacia Louis con aire petulante. ''¿Sabes? Me resulta bastante entretenido verte aquí, en otro país. Trajeado y con tu ego y orgullo abarcando cada centímetro de esta oficina y pretendiendo ser el típico empresario imbécil y narcisista. Pero toda esa faramalla no es siquiera un pequeño impedimento para que tu verdadero yo te haga sentir.''
''¿Qué me hace sentir? ¿Debilidad? ¿Me prueba que me equivoque y que la culpa la tengo yo y no los demás?'' habló Louis, enojado. ''La cagué. ¡La cagué horrible, Stand! Y no lo puedo deshacer, mierda.''
Stand asintió, solemne de repente. ''Metiste la pata hasta el fondo, Louis. Pero eso no significa que no puedas sacarla. Requerirá que pierdas tu zapato, pero serás libre.''
''No entendí tu puta metáfora Stand, no estoy para tus momentos de Neruda. Ve al grano.''
''Va a requerir que te metas el orgullo y el ego por el culo y que vayas corriendo como el mismo Diablo hasta Londres y le digas a Harry que la cagaste, que eres un idiota y que te perdone.''
''No voy a hacer eso'' dijo Louis frunciendo el ceño, ganándose una inmediata mirada de incredulidad y reproche de Stand.
''¡Louis!''
''¡No, Stand! Hay algo que me impide seguir, lo sé y se que lo sabes. ¡Pero Harry no lo es!''
''¿Sabes que? Tienes razón'' cedió Stand. ''No es Harry quien te impide seguir.''
Louis lo vio con atención.
''Eres tú, Louis. Tu eres quien te impide seguir'' Stand manoteaba, expresando su frustración. ''Tu solito te metes el pie, tu solo te convences de que refugiarte en tu orgullo es mejor que enfrentar lo que sientes.''
''No trates de darme un maldito psicoanálisis barato, Stand...''
''Solo te dejo en claro que no vas a ser más fuerte o más débil solo por mostrarte sentimental.'' Habiendo dicho eso, Stand se dio la vuelta y salió de allí, dejando al ojiazul con la palabra en la boca.
Louis dejó salir una mezcla entre suspiro y bufido, mientras se dejaba caer nuevamente en su silla.
Su cabeza era un enredo contradictorio. ¿Deberia quedarse ahí e ignorar todo lo que se había despertado en él, debería dejar que la indiferencia lo amargara?
¿O debería arriesgarse y regresar a Londres con la cola entre las patas, dispuesto a aceptar sus errores?
Louis dio una rápida mirada al paisaje nevado fuera de su ventana. Pensó en los meses olvidados, los kilómetros que le separaban de sus recuerdos y de sus viejos amigos. Pensó en la cantidad de fuerza que le tomó no llamarles pidiendo disculpas, en lo mucho que luchó por no mostrarse vulnerable frente a nadie. ¿De que le había servido? ¿Qué se había evitado?
El ojiazul giró la silla, observando fijamente el teléfono sobre su escritorio. Alargó la mano y pronto se detuvo.
''No'' se dijo. Pero pensó, ¿Qué tal si Harry le perdonaba? ¿Y si todo era como antes?
Tomó el teléfono y lo bajó en el mismo instante. ''No.''
Luchaba por no dejarse llevar, por no permitir que su autocontrol se esfumara; Louis no apartaba la vista del aparato.
''Mierda'' murmuró, rendido, mientras marcaba rápidamente el numero de Stand.
''¿Louis?'' respondió su amigo.
''Stand, arreglame un vuelo de urgencia a Londres'' exclamó Louis, presa de la incertidumbre.
Stand rio con ganas. ''En seguida''
''Ugh'' se quejó el ojiazul. ''Apurate antes de que me arrepienta.''
Lo iba a hacer. Realmente lo iba a hacer.
* * *
''¡¿Cómo que postergado?!''
''Lo lamento señor, pero las fuertes nevadas nos impiden tener en circulación los vuelos, en especial los que van hacia Londres'' le contestó la dependiente, con su fuerte acento irlandés.
Louis se encontraba en Irlanda, después de haber hecho un viaje de 4 horas en el jet que Stand le había conseguido. Y se suponía debía tomar un vuelo hacia Londres apenas aterrizara el Jet en dicha tierra, pero las nevadas propias de la temporada estaban empeorando y ahora, nadie parecía poder llegar a su destino.
''¿Y cuanto tengo que esperar?'' preguntó Louis, acongojado.
''De 4 horas a un dia entero. La verdad no sabría darle un tiempo exacto porque mire, mire por las ventanas. Esa tormenta parece imposible.''
Louis agradeció con calma a la mujer y se volvió hacia la sala de espera. Tomó asiento junto a unos niños pequeños que jugueteaban cerca de allí.
Louis alzó la vista hacia los multiples cristales que exhibían el exterior nevado. ''Tal vez esto es una señal'' pensó, ''Tal vez no debo ir.''
Tomó su celular entre sus manos, dispuesto a llamar a Stand y decirle que había cambiado de opinión y que regresaría a Rusia apenas la tormenta pasara.
Se encontró a si mismo observando el aparato por varios minutos, pero sin hacer nunca un movimiento o algo para llamar a su amigo. Seguía dudando, ¡seguía cuestionándose!
Los minutos pasaron, la tormenta iba en descenso y las personas esperaban ansiosas por retomar sus vuelos. Louis había ido a conseguirse un café mientras reunia fuerzas para llamar a Stand.
Justo el barista se encontraba entregándole su café con crema cuando uno de los empleados subió el volumen de la radio. Louis no pudo evitar el temblor de su mano cuando le entregó el dinero al barista.
La canción sonando era Lovers Who Undercover, de Crystal Castles. La misma canción que había sonado en Wide Eyes cuando Louis sintió celos de aquel chico con el que Harry se había besuqueado.
Los recuerdos y las emociones reprimidas pronto comenzaron a brotar a borbotones dentro de su pecho, como una arteria dañada que salpica sangre al ser cortada. Las memorias iban dejando caer su impacto en la mente del ojiazul, que se sintió prontamente abrumado y nostálgico por el pasado que el mismo se había encargado de dañar.
Buscando algo de estabilidad, Louis volteó hacia todos lados. El rugir peculiar de un tren saliendo del andén le llamó la atención. Lo encontró a varios metros del aeropuerto, con muchas personas desesperadas por tomar un tren que los llevase al destino que los aviones no podían.
Louis apartó la mirada. No, ya no iria. Era demasiado tarde, en Londres ya era medio dia y era obvio que todos estarían ocupados.
El ojiazul cerró los ojos, pasándose una mano por la cara. Era demasiado estrés. Demasiado estrés para nada.
Se mantuvo en silencio un momento, permitiéndose escuchar los anuncios del aeropuerto hasta que la música ambiental fue puesta de nuevo.
Y claro, claro que lo más apropiado seria poner Wonderwall de Oasis. La canción que Harry siempre cantaba cuando se duchaba.
''Mierda'' exclamó Louis exasperado. ¡Dios si que me odia!, pensó, mientras se abria paso por el aeropuerto y emprendia rumbo a la estación de trenes.
* * *
La lluvia gélida no ayudaba en nada. No derretia la densa nieve de días anteriores que cubria la ciudad británica.
Lo mejor era ir y venir a pie, pues el tráfico era un completo asco y cualquier medio de transporte a base de gasolina era prácticamente lo mismo que viajar en tortuga. Los habitantes de Londres se habrían paso en busca de fuentes de calor; café, ponche, un abrigo. Un beso. Lo que fuera.
Liam se encontraba en casa, discutiendo con unos cuantos inversionistas por teléfono. No era como que quisiera vender el local de Maison, pero tenía que hacerlo. El dinero se estaba agotando y si no hacia algo pronto, se iba a quedar en la calle.
''No, si. Entiendo que la fama del club fue algo exótica, pero usted puede remodelarlo como guste, a mi ya no me importa; Uh.... Lo ideal seria que contratara a todos los bailarines de la lista que le he proporcionado. No como bailarines, sino como meseros y otros puestos. Ellos...ellos saben hacer de todo.'' hablaba y hablaba, haciéndose trizas el corazón con cada palabra.
Por supuesto que le importaba, por supuesto que dolia que su preciado santuario fuese demolido y construido de nuevo. Le molestaba el hecho de que aquel encanto se iba a perder, para convertirlo en un estúpido bar de deportes.
Toda la historia que él y sus amigos habian formado, pasaría a ser un simple recuerdo.
''Oui bien sûr. Quoi que [Si, claro. Como sea]'' respondia Liam a las dudas del comprador, mientras encendia un cigarrillo.''
''Dijiste que lo habias dejado'' habló una voz delante de él.
Liam alzó la vista y el panorama que pudo apreciar le hizo dejar caer el cigarrillo encendido de entre los labios.
''¿Zayn?'' habló, a lo que el comprador respondió. ''Non non. Je ne parlais pas à vous [No, no. No le hablaba a usted]'' dijo el francés. ''¿Sabe algo? Le llamó mas tarde; ... ¿No va a comprar? Bien, no me importa. Va te faire voir [jodase].''
Zayn se cubrió la boca mientras reia discretamente por los insultos del francés. Liam colgó el teléfono con el ceño fruncido, volviéndose a ver al moreno.
''¿Hola?''
''Hola Liam'' sonrió apenas Zayn.
''Hola Zayn'' respondió Liam, nervioso, mientras se levantaba de donde estaba y apagaba el cigarrillo. ''¿Qué haces aquí?''
Zayn señaló la caja que llevaba entre manos con su mirada, Liam siguió aquel gesto y asintió. ''Oh, que idiota, no la vi. ¿Qué es eso?''
Zayn dejó escapar una risilla. ''Cosas que no necesito y que no se si tu querrás.''
El moreno colocó la caja cuidadosamente sobre la mesilla y permitió que Liam urgara a su antojo dentro de ella.
Ambos habian quedado en buenos términos desde la crisis de Zayn hace un año. Los dos continuaron sus sesiones con los grupos de apoyo, su psicólogo y aún mejor, consigo mismos. Ambos se habian perdonado por los sucesos trágicos de su vida. Zayn había aceptado que lo que le pasó, no fue su culpa. Fue un suceso oscuro, que nadie debería vivir jamás. Sin embargo, a pesar de haberlo vivido, se encuentra fuerte y firme, y no piensa dejarse pisotear por nadie; Y Liam, se perdonó por aquella noche en la que arruinó las cosas. Aceptó su problema y retomó su futuro.
Ambos estaban estables. Estaban bien. A pesar de todo estaban bien, y eso, significaba el mundo.
''Estas son todas nuestras cosas'' habló Liam, observando las fotos que habian sobrevivido a aquella noche, los recuerdos de sus viajes y de sus mejores tiempos. Todos en la punta de sus dedos, y sin embargo, tan lejos.
Zayn se acercó, tomó las cosas que Liam tenia entre las manos y las dejó sobre la mesa. ''Si quieres algo, solo tómalo. Con lo que quede estoy bien.''
Liam observó aquellas fotos; Recordó unas palabras de su madre: ''lo único eterno es el cambio'', ese ciclo interminable por el que pasa cada vida, desde el principio hasta su fin.
Se volvió a ver al moreno; cuantas cosas habian cambiado en un año, ¡incluso en meses, semanas! Zayn ya no era tan peligrosamente delgado, sus ojos tenían vida; todo él emanaba vida y serenidad. Liam volvió a embriagarse de aquellos encantos sutiles, ajenos a la vista cualquiera, que Zayn poseía. Como la forma de su rostro, lo resaltante de sus pomulos, los diminutos lunares que conocía tan bien.
''Liam'' llamó Zayn, consciente de ser observado.
El castaño volvió en si. Al ver la mirada curiosa de Zayn, la serenidad que había sentido se evaporó; en el se reflejo la desdicha propia, el interminable arrepentimiento y la incertidumbre de saber que Zayn no podría jamás perdonarle y él tal vez no sería capaz de volver a sentir lo que el moreno le había provocado por tantos años.
''Zayn, yo...'' comenzó, inseguro de hacia donde avanzaba con las palabras. ''Yo...quiero pedirte perdón'' exhaló, sin aliento. ''Quiero pedirte perdón por todo lo que te hice, por como te traté y por como me comporté contigo. Se que fui, y soy, de lo peor pero realmente-''
''Liam...''
''No'' interrumpió el castaño. ''Ver todas estas cosas juntas, recordar todo ese tiempo, verte ahora tan completo. Me doy cuenta de que tu mayor obstáculo fui yo y que mi mayor felicidad, fuiste tu. Y me siento tan ignorante, Zayn. Siento ese vacio y desespero en el pecho que uno siente cuando pierde algo importante, y que uno sabe que nada va a poder reemplazar.''
Esta vez, Zayn guardó silencio.
''Siento que he muerto, Zayn. Morí el dia en el que hice que te fueras.''
''¿Ya me dejas hablar?'' replicó el moreno, luego de un rato, con expresión divertida.
El castaño le prestó toda su atención.
''Li, por el amor de Dios'' comenzó el moreno, comenzando a guardar las cosas en la caja mientras dejaba relucir una sonrisita socarrona.
''Acabo de darte un discurso de telenovela ¿y te estas riendo?'' se quejó Liam, segundos antes de que su cerebro registrará que Zayn le había llamado por su apodo.
''Que me ria no significa que no me haya importado'' dijo el moreno, dándose la vuelta y cruzándose de brazos. ''Pero allí tienes tu respuesta, Li. La vida no es una telenovela, tampoco un libro. Unas palabras que revuelvan unos cuantos sentimientos no harán que los errores y la duda desaparezcan.''
Liam bajó la mirada, sintiendo el dolor acojonarle el pecho. Zayn colocó ambas manos en sus hombros, haciendo que ambos conectaran miradas.
''Lo que hará que el perdón se encargue de los errores y las dudas, son las acciones y el compromiso que se le ponga a la situación. La confianza y la empatía'' habló Zayn, cercano al rostro del otro.
''La vida no es una telenovela ni tampoco un libro de valores, Zaynie'' habló Liam, sonriendo complice.
Zayn rio.
Liam rio con él.
Y entonces Liam pudo ver algo: en lo eterno no existe el cambio. El amor es para siempre, no importa si dura días -o siete años-, en el recuerdo, es eterno. En vida su amor ha desaparecido ya, pero, mirenle ahora.
Lo tiene delante.
Y cualquiera que sepa de ese encuentro, pondrá lo eterno en aquel amor de recuerdo.
* * *
Recién ha bajado Louis de su tren, camina impaciente y decidido por entre la gente dentro de la estación.
En su viaje, tuvo muchísimo tiempo para pensar, y para recordar. Que curiosa la vida, cuando nos dice lo poco que la conocemos realmente con pequeñas cosas como aquella canción que suena en el momento menos innesperado, y nos hace enfermar brevemente de nostalgia.
Louis se sentía atacado personalmente por la vida, e incluso por Dios mismo. Alrededor de las horas habian sonado canciones que solo le recordaban a Harry y a sus amigos. Incluso en un momento su billetera se había caído de su bolsillo y una foto había salido sin permiso.
Ah si, precisamente fue una foto que Harry tomó después del tiroteo de la empresa.
Que perra la vida, ¿no?
Louis estaba al límite de su paciencia gracias a esas pequeñas coincidencias que solo lo hacían rabiar un poco, por la vergüenza y la aceptación de sus culpas, claro. Entre eso, y el clima, Louis estaba a punto de actuar como un pequeño malcriado que se tira el piso a patalear.
Pensaba todo esto, mientras se encaminaba en taxi por aquel familiar camino que conocía como la palma de su mano. Toda una infancia y adolescencia yendo y viniendo por allí, no es de extrañar que aquel camino le inundara de memorias.
Louis no se encontraba en Londres. No aún. Tenía que resolver algo primero; algo que le involucraba a si mismo y a las personas que quería.
Una vez llegó a su destino, se sorprendió a si mismo sintiendo una repentina sensación de miedo y nerviosismo.
Hacia años que no se sentía tan vulnerable, tan inseguro.
Pero aquí estaba, frente a la casa de su madre, tocando el timbre y dispuesto a encararla.
Felicite fue quien abrió la puerta, saltándole encima apenas lo reconoció.
''¡Oh por dios! ¡Lottie, mamá! ¡Louis esta aquí!'' chilló la muchacha, loca de contento.
Louis sintió su estomago retorcerse en anticipación, al ser conducido hasta el comedor, donde su madre y el resto de sus hermanas se encontraban merendando.
''¡Pero que sorpresa!'' habló su madre, serena. Todas exclamaban y reian, felices de que Louis hubiese vuelto a casa después de tantos años. Louis recibió besos y abrazos por montón, antes de siquiera poder hablar.
''Te quedas a merendar'' dijo su madre en tono cuestionante, sacando un plato limpio y cubiertos para él; Louis sabia que había sonado como pregunta, pero no era una pregunta.
Sonrió. A pesar de todo, si que había extrañado a su madre. ''Claro, mamá. Pero tengo que hablar contigo después.''
Su madre asintió, dejando ver preocupación en su rostro.
Louis se mordió el labio, rogándole al cielo que su madre actuara igual de calmada que ahora cuando le dijera todo.
* * *
''¿Qué pasa, Louis? ¿De que querias hablarme?''
Louis y su madre se encontraban sentados en la sala, completamente solos. Las chicas se habian ido a la escuela y Lottie estaba fuera de casa.
Louis alzó la vista, esperando encontrar algún punto en blanco para concentrarse y juntar valor. Sin embargo, su vista fue a parar a un espejo ancho que su madre había tenido desde siempre en la sala. Se vio a si mismo enmarcado en el viejo vidrio de acabados victorianos; el impecable traje, el cabello bien peinado. Cuan perfecto se veía por fuera y oh, cuan imperfecto y dañado estaba por dentro.
Esperaba que las apariencias no influenciaran a su madre.
Louis tomó una mano de su madre entre las suyas, se permitió sentir su antes tersa piel, ahora con unas cuantas arrugas. El ojiazul se decidió por fin a hablar. Tomó una bocanada de aire y vio a su madre a los ojos.
''Mamá, soy gay.''
Johanna no dijo nada. El silencio incrementaba, igual que el nerviosismo de Louis.
''Se-se que lo ves más, por la iglesia y eso, mamá. Y se que de joven tu misma quisiste evitarme todo esto. Me llevaste a terapia, me metiste en una forma de religión que ni siquiera existe, mamá. Y durante todos estos años he vivido con la idea personal de alguien que no soy y...'' la voz de Louis se quebró. Sintió la mano de su madre sostener la suya. ''No puedo cambiar, mamá. Soy una persona, igual que Lottie, igual que Stand. Igual que tu. Soy una persona que no puede cambiar la forma en la que se siente y la forma en la que es. Y se que tal vez esta es la ultima vez que me dejarás entrar en tu casa porque va en contra de tus creencias. Pero lo entiendo, mamá. Solo quería decírtelo. Quería decirte que esto no se cambia, ni se puede reprimir durante mucho. Esto es algo que eres, algo que no te hace más ni menos persona.''
Johanna vio a Louis con detenimiento. El ojiazul se secó las pocas lágrimas que dejó salir.
''Creo que me iré ahora. Que van a pensar los vecinos de que permites que tu hijo sea algo tan asqu-''
Johanna le volteó la cara de un bofetón.
Louis se tomó la mejilla, más dolido por el significado de aquella acción que por la acción misma.
''¿A mi que carajo me importa lo que opinen los vecinos?''
Louis se volvió a ver a su madre, con los ojos bien abiertos. Johanna se encontraba viendo hacia el piso.
''Ese bofetón te lo di por decir todas esas tonterías'' habló Johanna. ''¿Qué mi hijo es algo asqueroso? ¿Acaso eres drogadicto, pedófilo, un violador?''
''Pero mamá yo-''
Johanna le soltó un coscorrón. ''Y eso es por creer que no lo se. Louis, se lo que eres. Lo supe desde que eras un niño.''
Esta vez Louis fue quien guardó silencio.
''Todas esas religiones, todas esas creencias. Todo fue por reprimir mis emociones cuando aquellos pedazos de basura nos abandonaron. Me sentía débil, y pensé que si me enfocaba en algo, podría ser más fuerte y no tendría que hacerlos pasar por todo otra vez'' la mujer alzó la vista, Louis entendió. Cuando su padre se fue, su madre se había deprimido severamente.
Y para evitar aletargarse nuevamente, se había inmerso en el fanatismo religioso. Unas por otras.
'Lo que sea con tal de no verse débil' pensó Louis, sintiendo aquello muy dentro.
Johanna tomó las manos de su hijo, agachándose sobre sus rodillas para verle. ''Si despreciara a mi hijo por ser quién es y amar a quien él quiera, no lo amaría. Solo amaría la idea que tengo de él.''
Louis sintió sus ojos llenarse de lagrimas, mientras su madre seguía hablando.
''Louis, cuando se ama a una persona uno la acepta como es. No se le deja ir ni por el más minimo defecto, porque se supone que la quieres, y es importante. Eres importante, ¿me escuchaste? Y se...'' Johanna comenzó a llorar. ''No soy perfecta, Louis. Ninguna madre ni persona lo es. Se que cometí muchos errores y que te di mil motivos para odiarme, pero algo debo haber hecho bien, porque estas aquí, en casa después de tantos años. Y viniste hasta aquí para decirme algo que yo ya sabia, pero que se sintió igual de especial.''
Louis no pudo más. Comenzó a llorar y atrajó a su madre hasta su cuerpo, envolviéndole en un abrazo lleno de necesidad.
''Tu sexualidad no te define, Louis'' habló ella. ''Ni tampoco lo hace la gente ni lo que tengan para decirte. Tu mismo eres quien te define'' dijo Johanna, acariciando el cabello de su bebé.
* * *
Louis había partido apenas termino de llorar. Habia salido del closet con su familia, y todo había salido bien. El ojiazul había pensado lo peor, pero se había llevado una muy grata sorpresa.
Pero la racha de buena suerte se acabo apenas bajo del taxi en Londres.
En primera, porqué aquellas dos horas de camino le habian costado bastante.
Y en segunda, porqué Londres estaba inmerso en una fuerte lluvia.
''Oh, ¡por la puta mierda!'' gritó, pataleando y salpicando agua de un charco en su traje.
Genial.
Louis bufó, saliendo del sitio de taxis y adentrándose en la lluvia. Se encontraba en el centro de la ciudad. Los lofts quedaban a unos cuantos kilómetros.
Con todo el dolor de su corazón (y de su billetera), volvió por donde había venido y tomó otro taxi.
Pero oh, ¡sorpresa! El tráfico estaba imposiblemente lento. Demoró más de media hora en alcanzar la calle del condominio de lofts en donde Harry vivía.
Su desesperación crecia a cada segundo, y el nuevo sentimiento de nerviosismo parecía no querer abandonarlo. Ya se había resignado. Ni siquiera trataría de esconderlo.
Cuando el taxista alcanzó el lugar, Louis prácticamente le lanzó el billete y entró corriendo al edificio, subiendo las escaleras sin detenerse siquiera a tomar aire.
Pronto se encontró frente a la puerta del loft de Harry. Que nervios.
No se hizo esperar mucho más y tocó un par de veces, pero nadie respondió. Tocó muchas veces más, pero nada. Pronto los nervios se convirtieron en preocupación.
''¡A la mierda pues!'' exclamó, harto. ¡Esto, esto era lo que se ganaba por venir hasta aca! ¡Él tenia razón! ¡Pero ya veria Stand cuando volviera!
''Me lleva la que me trajo'' rabió el ojiazul, dando un puntapié en la puerta, la cual se abrió de una sola. Louis se quedó quieto un momento.
El loft estaba vacio. No había absolutamente nada. Ni muebles, ni cortinas, platos, plantas, Sam. Nada. Vacio. Solo quedaba el colchón.
Louis se adentró al hogar, tratando de adivinar que pudo haber pasado. A medida que se acercaba, notó una gran mancha roja en una de las esquinas del colchón. El corazón comenzó a latirle como loco, el aire comenzó a faltarle, las manos le-
''¿Louis?'' llamó una voz familiar.
Louis se volvió a ver a la dueña de la voz. ''Amanda... ¿q-qué paso aquí? ¿Cuándo fue que...?'' Louis observó a su alrededor, indicándole a su amiga a que se referia.
Amanda se adentró en el loft hasta estar delante de Louis, el color de su cara parecía haberse drenado. ''Oh Louis, sucedió hace varios meses.''
Louis sintió que el corazón le había dejado de latir. ¿Qué estaba pasando? ¿Eso era real?
La visita a su madre le había librado del tapón emocional que tantos años había portado, asi que sin siquiera poder impedirlo, comenzó a llorar.
Amanda se sentó junto a él y le abrazó. ''Oh, ¿por qué lloras, Louis? Se mudó a unos cuantos kilómetros, no se fue a México.''
Louis paró en seco. ''¿Qué? ¿Mudar? ¿Qué? Yo, crei que...'' volteó a ver la gran mancha.
Amanda vio a lo que se referia. ''OHHHHHH, oh, ya'' exclamó, rompiendo a reir. ''Eso es vino, fue mi culpa'' se mordió el labio para no reir mientras le sostenia la mirada a Louis, quien le dio su peculiar cara de pocos amigos.
''Ohhhh, tu creiste que Harry había... ¡Oh dios, no!'' la rubia no pudo evitar reir más. ''Se mudó al oeste de la ciudad. Si quieres puedo llevarte.''
Louis suspiró, negando con la cabeza y alzando la vista al cielo en un silencioso ''No se porque me sorprende.''
* * *
''Bueno, no esta y por lo que vi, ya se va'' habló Amanda, detrás del volante.
Harry no estaba en su casa. Ella y Louis habian vuelto al auto, desanimados. La lluvia impactaba contra los parabrisas del auto, mientras ambos chicos veian desganados hacia el exterior.
''¿Irse? ¿A dónde?''
''Creo que volverá a Italia a resolver unas deudas de su madre y su hermana, y a firmar el papeleo para que las procesen en la cárcel.''
''¡¿Por qué me trajiste aquí si sabias que se iria? ¡Podriamos ir al aeropuerto!'' exclamó Louis. ''¡Arranca, vamos! ¡Debe estar ahí, los vuelos no salen en una tormenta como esta!''
''¡Se supone que se iba mañana, Louis!'' gritó Amanda encendiendo el auto. ''Dios santo, aflójate el brassiere.''
Louis rodó los ojos.
El tráfico estaba imposible. La lluvia parecía hacerse cada vez más densa y el Sol poco a poco comenzaba a ponerse.
''Jesúuuuuuus de Veracruuuuzzz'' suspiró Amanda, dejando caer la cabeza sobre el claxon.
Louis observaba todo con cara de culo. Ya estaba más que harto de todo. Solo quería ver a Harry y terminar aquello de una buena vez.
''¡El trafico avanza!'' gritó él de repente, recuperando brío. Amanda se puso en marcha y prontó encontró una calle por donde cortar camino. Ambos sentían la expectación crecer a medida que avanzaban.
Entonces, el auto de Amanda comenzó a hacer ruidos porque estaba emocionado también.
''¿Qué es eso?'' preguntó Louis, preocupado.
''Oh, es el motor. Lo hace tooodo el tiempo, relaja la raja Loueh, que ya casi alcanzamos el centro de la ciudad.''
Louis le dio una mirada. ''Hablo en serio, se escucha mal.''
Amanda negó, continuando el camino. Louis comenzó a sentir como el auto perdía velocidad hasta quedarse completamente varado.
El interior del auto cayó en el silencio total. Amanda y Louis permanecieron viendo hacia el frente.
''Te dije que se escuchaba mal'' comenzó Louis, monótono.
''Los cables debieron mojarse'' habló Amanda, con el mismo tono.
''¿Cuánto debes esperar?''
''Unas cuatro horas.''
''¿Hay que empujar?'' Louis alzó las cejas.
''Yep'' Amanda botó la ''p'' mientras se quitaba el cinturón de seguridad.
''Mierda'' habló Louis, echando la cabeza hacia atrás.
* * *
Amanda y Louis estaban hechos sopa para el momento en que alcanzaron una de las calles principales.
''¿Cómo es posible que no haya un teléfono por aquí? ¡ES LONDRES, CARAJO!'' gritó Louis.
''Louis callate'' habló Amanda. La rubia observó el cielo. ''Louis, es casi de noche.''
El ojiazul se volvió a ver a la rubia. Sabia a que se referia. Pero no pensaba dejarla sola.
''No. Primero te ayudare y después iré a buscarlo'' dijo, mientras seguía empujando.
Amanda corrió hasta el asiento del piloto y frenó, haciendo que Louis se diera de bruces contra la cola del auto. ''¡Hey!'' se quejó.
''Louis, la vida se te acabará si continuas dejando todo para después. Harry no es para después'' habló muy segura, cruzándose de brazos.
Louis alzó la vista, dejando que las gotas resbalaran por su rostro y las nuevas le empaparan las facciones. Observó el cielo. Amanda tenía razón.
Corrió hasta ella y le dio un beso en la frente, antes de salir corriendo hacia el aeropuerto.
Esquivaba gente, cosas. Corria y corria sin detenerse, y ni el mismo sabia como. Sabía que no tenía una condición asi de resistente y que debió parar por aire hace ya buen rato.
Pero tal vez era la adrenalina, o las simples ganas de ver al chico que amaba lo que lo mantenían consciente. No le importaba estar empapado, no le importaba haber perdido un zapato en su carrera. Todo valdría la pena cuando le viera.
Se encontraba a varias cuadras lejos del aeropuerto, cuando el sonido de su celular lo detuvo. El corazón le golpeaba el pecho como loco, en cualquier momento podría salírsele.
Ignoró el sentimiento de sofoco que sentía y contestó. ''¿Hola?''
''Mandy me dijo que estas buscando a Harry. No esta en el aeropuerto. Llamé, y aún no se ha registrado. Louis, no se donde esta.''
Louis exhaló, sintiendo el cansancio de aquella loca e imposible carrera comenzando a hacerle efecto. Volteó a su alrededor, buscando algo que tal vez pudiera devolverle algo de estabilidad.
Cuando sus ojos dieron con las luces neón que se distinguían a lo lejos, consiguió respirar.
''Yo si.''
* * *
''Si yo fuese un Harry, querría despedirme de todos...y de todo'' pensó, deteniendo su correr al encontrarse frente al local de Maison. Y aquel mismo pensamiento se le había presentado al ver las luces de neón mientras hablaba con Niall.
Harry era un sentimental sin remedio, y en aquel momento, eso era una ventaja para Louis.
El cartel neón se encontraba encendido. ¿Por qué? Si había cerrado hace meses.
Louis sabía por qué. O más bien, por quién.
''Vamos Harry, hazme el favor de encontrarte aquí. Me he cansado de jugar a ¿Dónde esta Harry? toda la tarde'' habló en voz alta, metiéndose en el estacionamiento.
Corrió hasta la puerta de servicio, encontrándola abierta. Entró con sigilo, tratando con todas sus fuerzas de ocultar sus jadeos. Se mantuvo en silencio, entre bambalinas, mientras se deshacía del saco de su traje. Entre menos mojado mejor.
Una baja pero consciente música podía escucharse en el club. Las pequeñas luces al pie del escenario se encontraban encendidas.
''You're the cure, you're the pain, you're the only thing I wanna touch...''
Louis reconoció a Ellie Goulding sonando por los altavoces. Alguien subió el volumen de la música, y Louis corrió hasta la primera pierna del escenario, ocultándose tras el telón.
Su corazón se encogió. Allí estaba Harry, actuando por última vez a un público que no estaba allí.
La melodía, aquella letra, los movimientos corporales de Harry, ¡simplemente Harry!... todos juntos, conmovieron al empresario.
Justo como la primera vez que lo vio.
''I let you set the pace, cuz' I'm not thinking straight. My head's spinning around I can't see clear no more... What are you waiting for?''
Louis sintió escalofrios recorrerle el cuerpo mientras observaba la gracia y el dolor con el que Harry bailaba. Sabia que dejar todo esto le dolia. Y a Louis también le dolia, pues esto él mismo lo había causado.
El ojiazul sentía la letra, sentía la música. Su cerebro le hizo recordar cada palabra, cada beso, cada momento con Harry. Todo a lo que él mismo había renunciado por no saberle aceptar.
Su madre tenía razón. Si quieres a alguien, no le dejas ir ni por el más minimo defecto, porque si les quieres, los aceptas tal y como son. Con pasados tormentosos, chistes horrendos, risa de pato y sonrisa del gato de Cheschire.
Louis aceptaba a Harry. Lo había aceptado desde siempre. A quien no aceptaba, era a si mismo. Pero fue más fácil culpar y lastimar al chico que amaba en lugar de encarar sus miedos.
El empresario ahora se sentía personalmente atacado por la letra de aquella canción que Ellie cantaba. ''¿Qué estas esperando? Amame como tu lo haces, tócame como tu lo haces.''
Louis dejó su escondite tras el telón y se paró unos cuantos metros detrás de Harry, quien continuaba bailando, ajeno a todo. Mientras le veía, Louis apreció su belleza, la forma tan suya de simplemente ser. Se dio cuenta de que de nada sirvió haber hecho de su corazón un jardín secreto de muros altos.
Harry fue esa rosa que consiguió germinar en contra de cualquier pronóstico o deseo propio.
Harry había sido la rosa que había enraizado con más fuerza, aquella cuyas raíces le habían tocado el alma; y que, sin importar las heridas en su piel que sus espinas habían causado, Louis había permitido que Harry floreciera dentro de él.
Y amaba a su rosa.
Louis sonrió, dejando que la canción llegase a la parte culminante, cuando Ellie canta la nota más alta. Harry dejó caer su peso hacia un lado, estirando uno de sus brazos. Louis tomó su mano, tirando de él y haciendo que diese vueltas hasta terminar entre sus brazos, dándole la espalda.
''Love me like you do, love me, love me like you do'' Louis dejó reposar su nariz en la cabellera de Harry, abrazandole fuerte contra su cuerpo mientras balseaba lentamente con él.
Harry se encontraba aturdido por aquella sorpresa. Poco tardó su nariz en reconocer el perfume de aquel extraño. ''Louis'' exclamó, soltándose del abrazo. El ojiazul alcanzó a tomarle de la mano, acercándose a él.
La música llegó a su fin. Ambos se quedaron viendo a los ojos del otro por severos minutos.
''¿Qué haces aquí? ¿Cómo-cómo me encontraste?'' Harry se alejó, temeroso.
''Tenia que verte, Harry'' habló Louis.
''Estas todo mojado'' habló Harry acercándose un poco. ''¿Y porque andas por ahí solo con un zapato?''
''Es una larga historia'' jadeó Louis. ''Los vuelos a Londres no salían desde Irlanda, asi que tome un tren y luego la lluvia estaba imposible y el auto de Amanda se averió. Tenia que verte Harry, tenia que verte antes de que te fueras.''
''¿No tenias ganas de verme todo el año pasado? ¿Por qué ahora que intento avanzar Louis, por qué ahora que intento dejarte atrás?''
Louis observó a Harry cruzarse de brazos. Trató de regular su respiración. Tenía la boca seca; aquella carrera le estaba pasando la cuenta en el momento más inoportuno.
''Todo el año que pase en Rusia fue de maravilla. Las inversiones, los negocios, el dinero. Todo, Harry. Incluso la empresa creció, mi reputación aumento.''
El rizado frunció el ceño. ''¿Y entonces por qué volviste?''
''Permiteme terminar, Harold'' jadeó Louis. Se inclinó hacia delante, apoyando las manos en sus rodillas. ''Mierda, debo volver al gimnasio.''
Dejó pasar unos cuantos segundos para tomar aire y se irguió, dispuesto a continuar.
''Todo seria perfecto si no fuera por la ausencia de algo'' habló y se detuvo. Harry ni parpadeó.
''Tú'' continuó el empresario, acercándose. ''Cuando despierto en la mañana, siempre me encuentro esperando a que tus grandes manos me revuelvan el cabello. Me ha quedado grabado en la cabeza lo lindo que era despertar con alguien a mi lado. ¿Sabes? Siempre pensé que eso del compromiso a mi no se me daba. No sé, no me veía atado a alguien. Sentía que no seria libre.''
Harry lo vio con detenimiento, Louis se acercó más.
''Pero creo que todos pensamos que no estamos hechos para el amor, hasta que encontramos a alguien que nos haga creer lo opuesto'' dijo el ojiazul. ''Extrañé hacer cosas que juré jamás haría. Extrañé burlarme de ti por tu manía de llorar por todo. Me vi a mi mismo abrazando almohadas, recordando como se sentía reconfortarte cuando te sentías triste.''
Harry comenzó a llorar y Louis rio. Su amor no había cambiado para nada.
''Soy malo para muchas cosas, Hazz. Soy malo en expresar mis sentimientos, en decir lo que quiero decir realmente. Soy malo para explicar porque me comporto de la manera en que lo hago, y vaya que soy pésimo en reconocer lo que quiero y en conseguir la motivación para hacer algo. Soy horrendo en dar discursos románticos, como puedes ver'' Harry rio un poco ante lo ultimo.
''Esta es la vida real, lo sé. Y creo que de tanto ver comedias románticas y distintas películas del tema, hacen que se pierda la percepción de la realidad. Lo que hice estuvo mal. Gritarte, hacerte sentir mal, esta mal. Y no espero que nos besemos ni que terminemos juntos. Lo que espero es que me perdones, quiero vivir con el saber de que no me odias y de que eres feliz. De que no vas a dejar que palabras que no sentí al decirte, te afecten.''
''No te odio'' habló Harry. ''Solo estoy muy molesto y decepcionado de ti.''
Louis suspiró. ''Lo sé, y lo entiendo.''
Harry lloró aun más. ''Aún no entiendo como pudiste irte sin decírmelo.''
Louis se acercó, tomándole las manos. ''El orgullo es algo tan peligroso, Hazz. Deje que me consumiera, me deje llevar completamente y crei que si no te dejaba ver lo mucho que me importaba todo, las cosas se resolverían. Pero ni viajando por todo el mundo podría ocultar eso, me di cuenta de la mala forma.''
''Ambos tenemos la culpa, ¿si lo sabes, no?'' sollozó Harry.
''He viajado tanto, Hazz'' Louis le acarició la mejilla. ''He conocido a tanta gente, tantos lugares. Pero nada, ni nadie puede ocupar tu lugar. Nadie.''
''Viaje horas, a través de nevadas y lo que parece la peor tormenta en la historia de Londres. Y tuve tanto tiempo para pensar, tantos meses para caer en cuenta de que fui una mierda contigo. Pensé en todo lo que pasó, en todo lo que hice que pasara. Me di cuenta de que ambos estábamos equivocados, por eso he venido hasta aquí. Y por primera vez en mi vida, me he sentido inseguro. Porque no sabía si sería demasiado tarde.''
Harry abrazó con fuerza al ojiazul, sollozando. ''No lo es.''
Louis lo apretó contra si, tratando de memorizar para siempre el sentimiento del cuerpo de Harry contra el suyo.
Harry se separó de él, sonriendo y limpiándose las lagrimas.
''Tengo un vuelo que tomar.''
Louis asintió, metiéndose las manos en los bolsillos. ''Comprendo.''
''Fue un gusto verte'' murmuró Harry, tímidamente. ''Y escucharte también.''
Louis asintió, dejando que el rizado se alejara poco a poco.
Justo antes de que saliera, Louis gritó. ''¡Harry!''
El aludido se volvió a verle, enfundado ya en una de sus tantas bufandas.
''¿Me perdonarás?''
Harry sonrió. ''Tal vez'' ambos asintieron, sellando dicha promesa. Harry se despidió con la mano, abandonando Maison de Poupées.
''Tal vez....'' Pensó. ''Eso esta bien por mi'' respondió Louis, para nadie mas que para si mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top