| EPILOGUE |
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A medida que yo, Louis, crecía, me fui creando expectativas.
Expectativas de metas, personas, sueños y de la vida misma. Mientras pasamos de niños a adultos, los mayores nos hacen creer que el mundo se rige en negros y en blancos.
Que si no te casas antes de los treinta, jamás encontraras el verdadero amor.
Y que si te casas con tu primera pareja, por mucho que le ames, moriras sin haber experimentado más.
Que si tu sueños no incluyen hijos y matrimonio, estas deviado. Es la edad. Eres inmaduro. O sea, no sabes lo que quieres.
Que si una pareja pelea, esa relación ya jamás es la misma, porque se quieren menos.
Si no posees un cuerpo idóneo ante la moda y el estándar social, vales menos como persona.
Que si no sigues ciertas creencias de ciertas religiones, estas condenado y absuelto de un buen descanso tras la muerte.
Vivimos la vida basándonos tanto en opiniones ajenas y lo que es peor, contradictorias, que nos olvidamos de que el curso de nuestra vida no es un más ni un menos, sino una balanza.
Esta bien ser religioso, pero no esta bien discriminar a quién no cree y ser un fanatico de ella.
Este bien gozar tu sexualidad, pero no este bien exhibirse explícitamente.
Es completamente normal hablar de la gente; todos lo hacemos. Lo que no esta bien, es criticar sin razón y hacer el mal solo por envidia, o solo porque si.
Uno no debe tomar el cien por ciento de lo que la gente habla, de lo que se lee ni de lo que se escucha; Lo que se debe hacer, es escuchar y poner a consideración. Lo que a uno le sirve, no significa que igual te sirva a ti.
Todos somos distintos y a la vez iguales, y eso es algo que mucha gente jamás llega a comprender completamente.
Si alguien se corta el cabello porque su perro murió, no significa que tú debas hacer lo mismo.
Si alguien no ha perdonado a alguien por una gran pelea y aún le guarda rencor, no dicta que tú debas guardar rencor y no perdonar jamas.
Tú debes vivir tu vida y tú debes decidir a quien perdonas, a quien quieres y a quien alejas. Porque es tu vida y si la arruinas, tú cargas con la culpa. Ve por ti; lo que los demás puedan pensar y opinar no es relevante, y mucho menos importante.
Yo antes no lo entendía. Pero a medida que avance, a medida que me rodee de gente nueva, comprendi.
Con Harry, me descubrí a mi mismo pensando y razonando cosas que antes me creí incapaz de siquiera imaginar.
Me descubrí analítico y comprensivo, me proclamé amante y sentimental sin remedio. Encontre en mi sentimientos y pedazos de mi alma, escondidos muy dentro entre mis recuerdos; los malos tiempos, aún cuando dejaron malos recuerdos a su paso, no pudieron conmigo.
A pesar de todo, aquel muchacho preocupón y atento que pensé había muerto en mi adolescencia, sigue muy dentro de mi. Y Harry fue el único que pudo salvarle. Él único que pudo salvarme de mi mismo.
Con Harry hacia el amor. Y lo deshacía también.
Me encontraba, y también me perdia. Harry me hacia morir y vivir cada dia, con cada cosa, con cada experiencia. Cosas tan ordinarias como lavar los platos sucios o sacar la basura, resultaban bastante interesantes, solo por su simple presencia.
Y a medida que pasa el tiempo, me enseña que todo tiene un principio, un fin. Pero que también, tiene otro lado.
Un lado que, si te empeñas en descubrirlo, puede cambiar el curso de las cosas. Y en el proceso, puede cambiarte la vida.
Al final de todo, me he dado cuenta de que aunque la ficción en los libros y comedias románticas es buena, la realidad de la vida es aún mejor.
El calor de una risa con tus amigos, el disfrutar una cerveza fría en el verano, o el simple hecho de abrazar a quien quieres, es una sensación que nada, ni siquiera el más soñador, puede alcanzar sin vivir un poco.
Y ahora que estoy aquí, con este hermoso chico de ojos verdes frente a mi, mientras le pido ser mio eternamente, me doy cuenta de todo eso y mas.
Me doy cuenta, de que la vida, es b(el)la.
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