| DIXSEPT |
Harry condujo nuevamente hasta Glowing Puss, mordiéndose las uñas todo el camino hasta allí pues los nervios lo carcomían por dentro. Los abogados de Louis le seguían detrás, montados en una camioneta Tahoe negra.
Mientras estacionaba una calle antes de llegar al club, Harry meditaba la revelación que se había hecho a sí mismo hace unos momentos. Le gustaba Louis. Bueno, no se le podría decir gustar, en toda la extensión de la palabra pues solo era una pequeña atracción. Además, seria atracción física y estética, pues a duras penas sabía que Louis prefería el café solo con una cucharada de azúcar. Así que no tenía por qué sentirse nervioso de admitirse eso a sí mismo ni de siquiera pensar en cómo se vería Louis encima de él, en la cama de su apartamento. Bien Harry. Ahora solo divagas y terminas en sexo. Sí que te afecta no haber tenido sexo en seis meses.
Se obligó a dejar de pensar y volver a la realidad, poniendo la alarma a su auto y siguiendo a Louis y Niall que se encontraban delante con los ocho abogados y dos guardias de seguridad de la compañía de Louis detrás de ellos.
Derek adoptó una posición amenazante al verlos llegar y estuvo a punto de decir algo, pero las palabras sobraron cuando Louis retiró sus gafas de sol de su puente nasal y muy lentamente, las guardo al mismo tiempo en que volteaba con uno de sus abogados, quien le tendía la flamante orden de cateo. Derek empalideció todo lo que su blanca piel le permitió y les dejó el paso libre. Louis sonrió con arrogancia, y cabe decir que Niall y Harry también.
El grupo camino hacia el escenario una vez más, pero esta vez Robert se volvió a verlos antes de que estuvieran apropiadamente cerca.
''Les he dicho que me dejen tranquilo. ¿Cómo entraron? No pueden entrar sin una orden de-'' fue interrumpido por la insolente mano de Louis, quien le pegó la pulcra hoja a la nariz. La cara de Robert era un poema: pasando de la molestia, a la sorpresa y por ultimo al remordimiento.
''Bueno, así está la cosa: sigues mis órdenes y sales sin un rasguño o te resistes y sales sin nada'' sonrió Louis. Robert lo veía atemorizado.
''La utilería e-esta allá atrás, en el almacén'' tartamudeo el regordete hombre, señalando en dirección de sus palabras.
Louis sonrió aún más. ''Caballeros,'' llamó volteando a ver a sus abogados. ''Revisen y avísenles a los montacargas de la compañía que suban la utilería y las telas a la camioneta, partiremos de nuevo a la empresa'' comandó Louis, ajustándose el saco y levantando el mentón con gracia.
''Nadie se mete conmigo, Morrison. Nadie'' murmuró, dando media vuelta y tomando a Niall y Harry de los hombros. ''Vamos muchachos, regresemos a la empresa.''
Dicho esto, les hizo una seña a los guardias de seguridad, quienes avanzaron hasta Morrison y lo esposaron, para después recitarle sus derechos y encaminarlo hasta la parte trasera de la camioneta.
Louis sonrió realmente complacido mientras Harry encendía el auto. ''Problema resuelto, chicos'' dijo.
''Gracias'' dijo Harry sonriéndole, mostrándole esos hoyuelos que tanto le encantaban a Louis. ''Enserio, no sabes lo que significa para nosotros.''
''Si'' corroboró Niall. ''A otros clubs no les importaría, pero nosotros bueno... no tenemos muchos recursos y perder ese material hubiese sido una pérdida importante. Gracias por hacer esto.''
Louis sonrió de lado. ''Ya vendrán tiempos mejores chicos, se los aseguro.''
Y con esto, Harry arrancó rumbo a la compañía de Louis, listo para discutir el trato con Morrison.
''¿Pero cómo que quieres que te pague doce millones de libras? Ningún puto club gay genera esa cantidad de dinero. Ese dinero solo sería posible si comenzara a vender maldita cocaína'' se quejó por enésima vez Morrison, golpeando la mesa de la sala de juntas.
Habían vuelto a la compañía, y Louis comenzó de inmediato la discusión de un trato con Morrison gracias a su cooperación. No denunciaría en su totalidad el robo a la policía, pero Morrison debía sufrir un castigo. Iba a caer, Louis se aseguraría de eso.
''Pues sugiero que empieces a buscar un dealer que quiera darte la primera venta por menos de cien libras'' dijo Niall, haciendo reír a Harry y a uno que otro abogado que se encontraba sentado a la mesa de caoba en la que se encontraban.
Allegra estaba en una esquina, de pie y quieta a la espera de una orden por parte de su jefe o de Stand, que se había unido a la junta. Hasta ella parpadeó con un destello de diversión por los comentarios que el rubio había estado haciendo la última hora.
''¿Cien libras? No entiendo tu chiste estúpido, discúlpame'' gruñó Morrison, claramente molesto.
''Cien libras es lo único que te quedara después de esto si no cooperas. Y créeme, cien libras seria lo máximo'' aclaró Niall, acomodándose en su silla.
''En primer lugar, ¿Por qué decidió robar la utilería?''
Morrison no contesto, y en cambio, volvió los ojos a la ventana, observando las áreas verdes de la compañía.
Alguien suspiro y Louis permaneció en la misma posición de hace una hora: un codo sobre la mesa con la barbilla apoyada en su puño, con una expresión de concentración. Solo parpadeó y sonrió un poco ante la cobardía de Robert.
''Bueno señores, creo que tenemos una decisión. Se acusa a Robert Morgan Morrison de robo a propiedad ajena y violencia contra los propietarios más evasión a la justicia. Se denunciara el caso ante las autoridades y, como la corte pedirá que demandemos una compensación, el local denominado Glowing Puss pasará a formar parte de la compañía Tomlinson Incorporated, que se encargara de cerrar el negocio y convertirlo en un nuevo puesto de servicio. ¿Alguna pregunta, duda o aclaración?'' dijo el abogado en jefe, volteando hacia todos sus colegas.
Todos negaron y mientras el barullo crecía, Morrison se alteró.
''¿Cómo? ¡No pueden hacer eso!'' comenzó a decir.
''Claro que podemos'' habló por fin Louis. ''Verás, hablé contigo. Te ofrecí un trato en el cual no cooperaste. Hablé por teléfono. Y te aclare dos cosas: que nadie se metía conmigo y que te iba a hundir. ¿Y adivina qué? Eso estoy haciendo'' dijo Louis, sonriendo y colocando un brazo en cada reposador de la silla en la que estaba, moviendo la misma de un lado a otro con deleite.
Morrison parpadeó un par de veces y suspiro. Volteó a ver a Louis con los ojos llorosos.
''Robé las cosas porque quería ser como ustedes. Quería tener lo que Maison de Poupées tiene. Todo el mundo estaba tan fascinado con los espectáculos que ya casi nadie venía a ver mis shows. Y no solo yo, muchos clubes gay y hasta clubes nocturnos quieren saber qué es lo que hace a Maison tan especial. Estamos perdiendo clientela y es gracias a ustedes. No sabía qué hacer, ¡iba a quebrar!'' soltó de repente Morrison, atropellando las palabras mientras se cubría el rostro con las manos.
Niall y Harry lo miraron por unos segundos para después bajar la vista al suelo con tristeza. La mierda pasa. Y una tragedia, por más pequeña que sea, nos daña. Morrison vivía su propia tragedia mientras ellos estaban iniciando el mejor momento de sus vidas. Que ignorantes podemos ser a veces, mientras disfrutamos de nuestros propios placeres.
Pero como dicen, el fin no justifica los medios.
''Bien, no te demandaré. Ni te quitare el local'' suspiró Louis. Morrison alzó la vista, alegre de repente.
''Pero,'' continuó Louis ''Cerrarás por todo un mes.''
''Pero-''
''Tómalo o déjalo'' interrumpió bruscamente Louis.
Morrison suspiro. ''De acuerdo, tienes un trato..''
Y asi, Louis se levantó de la silla y sonrió satisfecho mientras le daba la mano a Morrison, cerrando el trato.
''Vayamos al club'' dijo, volteándose hacia Harry y Niall.
Los chicos se pusieron de pie y caminaron a la salida. Mientras Louis se volvía a pedirle a Allegra que se encargará de todo mientras no estaba.
Mañana sería la mejor noche que Niall pudiese pedir.
Habían pasado la noche ensayando, y por primera vez, los bailarines consiguieron sus propios atuendos, lo cual, ayudó a notar la importancia que Niall tenía en el club y en sus vidas. Liam ya había hecho las reservaciones en un club gay de la ciudad, e incluso había llevado a las chicas para que ensayaran la coreografía un poco. Josh había ensayado con el pastel que Liam y Zayn habían estado haciendo desde hace tres días. Todo estaba listo.
Ahora mismo, Niall había llegado y se encontraba con Louis y Liam, bebiendo y charlando en el área vip del club, mientras los chicos se preparaban para salir.
''¿Ya están listos?'' preguntó Joseph, volviéndose a ver a los demás bailarines. Algunos le daban los últimos retoques a su maquillaje mientras otros solo hablaban entre ellos y ocasionalmente se acomodaban el vestuario y la peluca o peinado.
''Si, al parecer'' dijo Harry, poniéndose un poco más de mascara para pestañas en las pestañas postizas.
''Bien, vamos ya. ¡Vamos todos!'' ordenó Zayn, ajustándose la bata, idéntica a la de Harry.
El equipo de bailarines se colocó al pie de las escaleras para ascender al escenario, y esa fue la señal para el DJ de cambiar la música.
''Y ahora, como regalo principal del festejado, recibamos a.... ¡Las bailarinas de Maison de Poupées! ¡Feliz cumpleaños Niall!'' anunció, antes de darle inicio a Can't Remember to Forget You de Rihanna y Shakira.
Las chicas ya se encontraban en el escenario cuando la música comenzó, y Niall se atragantó en su bebida cuando Kitty y Mirage se quitaron los anteojos de sol que llevaban y comenzaban con el impecable playback.
''I left a note, on my bedpost...said not to repeat, yesterday's mistakes'' cantó Kitty, caminando sensualmente mientras hacia de Shakira. Durante toda su parte, fue despojándose lentamente de la bata, elevando los silbidos y gritos de emoción del público. Niall estaba riendo demasiado ante el detalle que sus amigos habían tenido.
''I go back again, fall off the train.. land on his bed, repeat.. yesterday's mistakes!'' cantó Mirage, despojándose de la bata un poco más rápido.
Los presentes en el club observan la gran coreografía que se ejecutaba detrás, pero nadie podía dejar de ver al dueto que se llevaba a cabo en el frente del escenario. La piel lechosa de la chica más alta y pelirroja, contrastando con la piel morena de la chica delgada y pelinegra. Ambas provocándose, provocando. Moviéndose seductoramente, atrayendo más y más al público.
Llegó un momento en el que las chicas parecían estar tratando de causar una erección al festejado, pues se ponían de cuclillas, mordían sus labios y se movían irradiando sexualidad pura.
Entonces, Mirage comenzó a bailar muy cerca de Kitty, y ambas comenzaron a provocarse la una a la otra, terminando en un impactante y técnicamente, beso lésbico.
''Genial, es mi cumpleaños y a las pasivas se les ocurre dar su show lésbico'' bufó Niall entre risas. ''Ah, los amo chicos.''
Louis estaba impactado. No podía creer que aquellas dos se habían besado, y después, habían continuado con el show como si nada. Los espectadores del club gritaban y alababan como locos.
E incluso, Louis se sonrojo al notar que su pantalón comenzaba a apretar. Ni él podía creer que aquella actuación por parte de Kitty y Mirage le hubiese excitado.
Las chicas dieron las gracias después de terminar y entonces, la melodía de Lean On Me, comenzó a sonar y todos los empleados de Maison, comenzaron a cantar.
Todos bajaron del escenario mientras Kitty y las chicas corrían a sacar un enorme pastel de la parte trasera del club, y lo llevaban sobre una plataforma, rodando hasta quedar frente a Niall.
Las chicas aplaudían al ritmo y los chicos chasqueaban los dedos, cantando para Niall, quien tenía los ojos llorosos.
''So just call on me brother, when you need a hand
We all need somebody to lean on
I just might have a problem that you'd understand
We all need somebody to lean on
Lean on me, when you're not strong
And I'll be your friend
I'll help you carry on
For it won't be long
'Til I'm gonna need
Somebody to lean on!'' Niall sonreía, viendo a sus amigos, empleados e incluso a Louis y Liam, cantándole junto a los demás.
Cuando la canción terminó, Josh saltó del pastel y Sexy Back de Justin Timberlake comenzó.
De ahí en más, todo fue genial: Josh le hizo un caliente lap dance/ strip tease a Niall, quien lo observaba embelesado. Incluso algunos clientes del club nocturno desearon ser Niall por esa noche. Además de eso, Zayn trajo el pastel verdadero (un pastel de tres pisos de chocolate negro con betún de vainilla y con vestidos maniquíes y réplicas de Kitty, Mirage, Regina y las Poupées. Todas hechas con fondant), en donde sumergieron la cara de Niall al momento de la famosa mordida, ganándose varias maldiciones de parte del irlandés. Luego de eso, Niall pasó a abrir sus regalos. En su mayoría dinero a excepción de Louis y Harry. Louis le había regalado un nuevo suplemento de telas y una máquina para coser lentejuelas, mientras que Harry le regalo un cuaderno de recortes con fotos de ambos, tanto en los shows pasados como en la vida cotidiana. Niall los abrazó a ambos.
Y ahora, ahora todos estaban borrachos y estaban bailando. Harry había tenido la grandiosa idea de despedirse maquillado como Kitty y con un gran abrigo encima, huyendo como loco hasta su departamento a darse una ducha rápida y arreglarse propiamente para ir al club. Cuando llegó, los regalos apenas estaban siendo abiertos.
Y ahora, estaba sentado, conversando con sus compañeras mientras Louis charlaba con Stand y Liam en una mesa. Niall, Josh, Christopher, Joseph, Zayn y algunos bailarines más se encontraban en la pista, moviéndose como locos al ritmo de la música electro. Zayn no tardó mucho en raptar a Liam de su asiento y llevarlo a bailar con él.
Una ronda, dos rondas, tres rondas. Seis rondas de shots variados fueron las que los miembros de Maison ordenaron. Eran las cuatro de la mañana y todos estaban completamente borrachos. Louis y Harry se habían unido al grupo y ahora todos bailaban en un círculo, mientras uno a uno (o a veces en parejas) se acercaban al centro de este y comenzaban a bailar, causando los aplausos de animación por parte de los demás.
Louis observaba como Christopher y algún otro chico se frotaban uno contra el otro en el centro del círculo, con las piernas abiertas y flexionadas mientras sus torsos colisionaban, se alejaban y volvían a tocarse al ritmo de la música. Estaba tan borracho, que su sentido común y su consciencia estaban apagados. Solo podía pensar en que Harry se veía ardiente como el infierno mismo en esos skinny jeans azules y esa camisa negra de algodón, tan apegada a su anatomía, con las mangas dobladas hasta los codos y su cabello rulado despeinado y al mismo tiempo peinado.
Louis se muerde el labio, meditando si debería acercarse a bailar o no, mientras Harry finje bailar con una amiga y pretende no sentir la quemante mirada de Louis fijándose en su cuerpo.
Es entonces cuando Dear Boy de Aviici comienza, y es como si Dios les estuviese diciendo ''Por el amor del cielo, ¡Bailen de una vez!'' porque Louis pierde la timidez y Harry decide que devolverle la mirada a Louis no va a matarlo. Y es entonces cuando la mirada zafiro se cruza con la esmeralda y sus sonrisas se corresponden. Entonces los labios finos de Louis se mueven, y preguntan si Harry quisiera bailar. Harry asiente y ambos caminan cerca del centro de la pista, apretujados entre los invitados mientras el ritmo electro los hace moverse cada vez más cerca. Y entonces Dios parece querer arrancarse el cabello y decide que una chica debe empujar a Harry con el codo hacia delante, catapultando el cuerpo de Harry contra el de Louis, haciendo que ambos torsos choquen, y entonces, la noche de verdad comienza.
La música es atronadora, los sentidos se agudizan sin necesidad de drogas pues el amor y la atracción en el ambiente ya son lo suficientemente dopantes. Los cuerpos se acercan y comienzan a bailar. Harry levanta los brazos por encima de su cabeza y sonríe, mostrándole los hoyuelos en sus mejillas a Louis, volviéndole loco una vez más. Y si, Harry admite que Louis le gusta. Le gusta de gustar. Entonces Louis sonríe, sus ojos se achinan y su sonrisa se arruga de las esquinas. Harry baja los brazos y coloca una mano sobre el pecho de Louis. La sonrisa desaparece y sus labios color sandia están semiabiertos, a la espera de quien sabe quién. Y tal vez es un empuje divino, tal vez Louis este loco o simplemente el alcohol saca la sinceridad de las personas. Porque Louis es sincero consigo mismo por primera vez en un mes y se admite a si mismo que quiere besar al chico que tiene delante. A este hermoso, tierno, torpe y vergonzoso chico con labios rosados rellenos y la mirada más preciosa que ha visto en su vida. No existe la razón, ni el por qué, ni el prejuicio en este momento. Ahora solo existe el momento. Y si, Louis decide que realmente quiere besar a Harry.
Y lo hace.
Se inclina hacia delante y lentamente sube, atrayendo la atención de Harry, quien baja el mentón un poco y acoge el dulce beso que Louis desliza en su boca. Louis lo besa desde abajo, de puntitas y con una mano en la mejilla lechosa de Harry. Los labios finos de Louis reposan en los labios rellenos de Harry, y pareciere que sus labios fuesen piezas de rompecabezas, fabricadas especialmente para encajar juntas. Louis no cree en el destino, y Harry no cree en el amor predestinado.
Pobres ilusos, ni siquiera se imaginaban.
Louis besa por unos segundos más a Harry, y decide que es lo mejor que ha experimentado, después del nacimiento de sus hermanas. Harry hace que esta sensación rara y abrumante se desate por su pecho, esto que se siente como un enjambre de abejas atacando su corazón. O tal vez solo se siente gracioso por todo el tequila que ha tomado.
Por fin se separan y se sostienen la mirada por unos segundos. Harry decide que no va a dejar esto asi, pues ha esperado un buen mes para este momento, que no cree que este pasando.
Toma la mano de Louis y entran al piso de arriba, en donde, entre la masa de cuerpos bailando, se encuentran sillones para sentarse y charlar en las esquinas del espacio.
Que lastima que él y Louis no harán ninguna de las dos cosas. Harry sienta a Louis en su regazo y le toma la cara entre sus grandes manos para besarlo por segunda vez en la noche. El deseo, el alcohol y su propio egoísmo le ciegan mientras besa a Louis con ímpetu, toqueteándole el pecho. Louis decide que se tiene que ser un total imbécil si se tiene a un chico tan atractivo como Harry besándote y no le toqueteas. Y entonces la mano de Louis baja hacia la pierna de Harry, y Harry para el beso. En vez de seguir, se arrastra con todo y Louis hacia la pared, recarga la espalda en la pared y coloca a Louis a horcajadas encima de él, reanudando el beso. La mano de Louis toquetea las piernas de Harry mientras el otro chico deja vagar sus dedos por el pecho del mayor, acariciando la carne a través de la camisa blanca de lino. Los besos son acompañados de jadeos de asombro a causa de la energía de los labios del otro, del sonrojo por la actividad que están llevando a cabo en sus cuerpos y de inminentes suspiros por parte del chico de cabellos rizados. Louis cree que los dulces suspiros que dejan salir los labios rosados del chico debajo de él son realmente tiernos. Y entre caricias, jadeos, besos y suspiros, el pene de Louis decide que también quiere participar.
Harry siente el pantalón de Louis apretarse sobre su muslo y tras un largo beso en el que Louis me mordisquea los labios, sus skinny jeans comienzan a estorbarle.
Harry decide que tiene que desacelerar un poco. Cualquier movimiento brusco podría devolverle el sentido a Louis y recordarle a Louis que a él no le gusta hacerlo con hombres.
Que patético se encuentra a sí mismo, mendigando amor imposible a un chico que posiblemente no recuerde nada en la mañana.
Pero lo peor era, que no quería parar.
Así que Harry decide que los besos de Louis son suficientes para calmar su dolor y lo besa, le muerde los labios y lame el labio inferior de Louis. Louis decide que esto es perfecto y que Harry es perfecto y succiona el labio inferior de Harry mientras lentamente introduce su lengua en la boca de Harry y los besos se intensifican. Sus caderas, por instinto, se mueven. Sus entrepiernas se frotan la una con la otra, arrancando roncos suspiros de Louis. Llega un momento en el que ambos se llevan al borde, Louis gruñe y Harry chilla. Entonces ambos paran y jadean sobre la cara del otro, se sonríen y con simplemente mirarse, acuerdan que deben terminar esto más tarde.
Y por más tarde, se refieren en unos minutos, en casa de alguno, en la cama.
Louis toma a Harry de la mano y caminan hasta la entrada. Ambos salen a la calle y Harry extiende un brazo llamando a un taxi, el cual aparece en una esquina y anuncia su respuesta con un bocinazo. Louis se ríe y besa la mejilla de Harry, quien se voltea y le muerde la nariz. Entre risas, suben a la parte trasera del taxi. Louis balbucea su dirección y el taxista arranca. Las luces de la ciudad iluminan a ratos las ventanillas. Louis está a la izquierda de Harry, mirando por la ventana. Harry baja la mirada hasta sus manos y hace caminar dos dedos por todo el muslo de Louis, hasta llegar a su mano, lentamente toqueteándola. Louis pasa su mirada hasta la mano de Harry, que asemeja un par de piernas pateando su mano. Sonríe y alza la vista a Harry, quien ríe como un tonto. Louis se contagia de la repentina alegría del ebrio a su lado y de pronto también está riendo. La risa de Harry se desvanece para quedarse con la boca entre abierta una vez más, y una mirada cuestionante, mientras lentamente, hace caminar los dos dedos hacia la entrepierna de Louis. Louis jadea y cierra los ojos mientras deja caer la cabeza hacia atrás. Harry presiona sus dedos con leve fuerza, causando que el ceño de Louis se frunza unos centímetros y su boca forme un círculo. Harry hace que sus dedos suban y bajen lentamente, juntos, sobre la superficie sensible debajo del pantalón de Louis. Louis retira la mano de Harry con lentitud, y abre los ojos, encontrando sus zafiros con las esmeraldas en la mirada del rizado. Louis se acerca y besa la nariz de Harry, dejando resbalar sus labios hasta la boca de Harry, para después tomarla entre los labios de la suya. Harry lleva una mano a la mejilla de Louis y él encuentra refugio una vez más en Harry. Coloca una pierna a cada lado de Harry y se sienta a horcajadas encima de él, mientras lo besa y ocasionalmente frota su entrepierna con la del menor, cobrando una silenciosa venganza.
Louis reconoce la iluminación de su vecindario y lentamente se baja de Harry, dejándolo jadeante. Se ríe como tonto unos segundos, hasta que el taxista se detiene. Ambos bajan y Harry le toma entre sus brazos. Louis consigue sacar un billete de su cartera y se lo da al taxista. No sabe ni siquiera de que valor era el billete pero consigue que el taxista se vaya y los deje por fin solos.
Ambos entran a la recepción del elegante apartamento de Louis y caminan directo al ascensor, en donde se besan solo una vez. Al llegar al piso de Louis, ambos comienzan a besarse fervientemente otra vez.
Harry palmea los muslos de Louis dos veces seguidas, dándole permiso de subírsele encima y cargarle hasta la puerta. Louis accede y entre besos, se ríe y le dice a Harry que le baje, pues han llegado. Saca la tarjeta llave y lucha un poco con ella. Maldice al imbécil que sustituyo las llaves por tarjetas mientras Harry le abraza por detrás y le mordisquea el lóbulo de la oreja.
Consigue abrir la puerta entre risas y el espacio esta tenuemente iluminado. Ambos comienzan a besarse de nuevo y Louis es sorprendentemente hábil desabrochando la camisa de Harry. Harry es un poco más torpe, pero consigue lanzar lejos la camisa de Louis.
Patrañas. Las escenas de sexo en las películas y en los libros son una gran mentira, un cubetazo de agua helada en la vida real. La ropa no sale fácilmente, los besos no son libres de saliva y los gemidos no son siempre sexys. Lo que hace especial, emocionante y candente aquel momento, es el deseo de la pareja de estar más cerca o aún mejor, de sentir placer. Como cuando el pantalón de Harry no cooperaba y Louis comenzó a reír a carcajadas cuando Harry se tropezó tratando de quitárselo. O cuando Louis besó a Harry y jugueteo con su lengua, aquel hilo de saliva que apareció después de separarse hizo que Harry riera por un rato y molestara a Louis con eso. Y eran esas pequeñas cosas: la ropa demasiado apretada, la saliva, los olores y los gemidos desaliñados. Era todo eso lo que les tenía uno encima del otro, riendo a carcajadas entre besos. Eran esas incomodidades, aquellas vergüenzas los que los hacían sentir humanos y los hacían sentir mejor.
No eran actores porno, aquello no era nada perfecto. Eran personas, chicos atraídos el uno por el otro, deseosos de sentirse más allá de los besos y el tacto.
Las caderas de Louis friccionaban con las de Harry, con sus entrepiernas cubiertas por nada más que sus boxers. Harry mordía el pecho de Louis, bajando hasta su entrepierna, la cual beso y frotó hasta que la tela estuvo húmeda. Louis rodó sobre su espalda, cambiando posiciones. Ahora él estaba encima, haciendo gemir y jadear graciosamente a Harry mientras le proporcionaba placer.
El destino los unió, la atracción los acercó y el alcohol retiró las inseguridades. No estaban conscientes de lo que estaban haciendo, no del todo. Ni de sus consecuencias. Pero estaban. Y estaban haciendo lo que tanto se morían por hacer. Un placer que muchos desean pero pocos alcanzan.
Ambos alcanzaron el éxtasis y se derrumbaron en la cama, agotados.
Sin saber, que esta era la primera noche de muchas otras más.
No podía poner smut total puesto que Louis está confundido y Harry no puede obligarle a nada, estando borrachos o sobrios. Detesto los fics que a la primera borrachera tienen relaciones o que, al momento del sexo, sean unos profesionales. Vamos, Harry podrá no ser virgen pero sabe lo que se siente. Louis lo es en este aspecto. Ninguno de nosotros será un experto en sexo siendo virgen. Las películas y libros son solo eso: películas y libros. En la vida real no todos tienen aliento perfecto, no todos nos hacen llegar al orgasmo, la ropa no sale como mantequilla untada. (Además, seriously. Yo tardo décadas sacándome los pantalones skinny, imaginen a Harry, siento tan tonto como es. Esa es otra mentira tonta de los fics). Se trata de aceptar esa incomodidad y vergüenza, y verlas como algo gracioso. Somos humanos, y nos equivocamos, siempre lo haremos. Los errores llevan al éxito.
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