Capítulo XXV
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Dos años después...
Volver a casa luego de tanto tiempo era una sensación abrumadoramente satisfactoria para los tres ninjas que se encontraban en la entrada de la aldea, a punto de reunirse con aquellos que tanto extrañaron. Konoha se veía en buen estado, todo estaba un poco diferente a como lo recordaban, pero no demasiado como para perderse entre sus calles.
Su primera parada fue la torre del Hokage, Tsunade seguro estaba esperando por los adelantos que lograron. Luego de avisar su llegada, procedieron a irrumpir en el despacho, donde más de uno los esperaba.
— Bienvenidos de vuelta — mencionó la mujer, viéndolos detalladamente. Ambos jóvenes habían madurado, tanto en aspecto como en actitud. Kakashi en cambio seguía siendo el mismo, un hombre sereno y de buen ver.
— Me extrañaste ¿verdad Obāchan? — Tsunade sólo sonrió, había extrañado al pequeño revoltoso, quien ya no era tan pequeño.
— Bien, pueden empezar a decir qué encontraron. Los líderes de los clanes principales de Konoha han estado esperando su regreso —
Fijaron su vista alrededor de la habitación. Efectivamente, allí se encontraban los actuales líderes de los clanes principales. Ino líder del clan Yamanaka, Shikamaru líder del clan Nara, Chōza líder del clan Akimichi y por último Hanabi en compañía de Kō. Esto causó confusión, principalmente a Kakashi, pues no esperaba ver la joven Hyuga en esa reunión.
— El líder del clan Hyūga no está disponible — respondió Kō a la pregunta no formulada — Por tanto Hanabi-sama está aquí, y como aún es menor se me ha solicitado acompañarle —
— Terminemos con esto entonces — propuso Hanabi, aburrida de estar en el lugar.
Los Shinobis procedieron a darles, con lujo de detalles, las explicaciones que necesitaban. Habían encontrado algunas ruinas pertenecientes a antiguos moradores, que según ellos, tenían relación con Kaguya y sus hijos. Naruto se encargó de relatarles la historia que el sabio de los seis caminos, Ōtsutsuki Hagoromo, les había relatado a él y a Sasuke en la guerra. El peliplata resumió lo que ellos creían era de importancia, cabía la posibilidad de que hubieran más de ellos por ahí, en algún lugar. Puesto que encontraron cierta conexión entre estos y el clan Hyūga.
— ¿El clan Hyūga? — preguntó Ino, volteando a ver a Shikamaru y Hanabi.
— En efecto — dijo Kakashi — El hermano del sabio, Ōtsutsuki Hamura, era quien poseía el Byakugan al igual que la diosa conejo. Según las palabras de Naruto, Hagoromo apuntó que Hamura abandonó la tierra, y se encargó de resguardar la estatua de Gedō Mazō —
— Pero eso, ¿cómo se relaciona con nosotros? — quiso saber la pequeña, mientras la Hokage escuchaba la charla con atención.
— Pues... — apuntó el vengador — Tal parece que Hamura es la clave del vínculo entre ustedes y el Byakugan, pero aún no sabemos exactamente cómo —
— Tiene sentido... es problemático, pero tiene sentido — Shikamaru analizaba todo el asunto, y ni él comprendía la relación de los Hyūgas con los Ōtsutsukis.
El despacho quedó en un silencio sepulcral, cada uno de los allí presentes pensaba en toda la información compartida momentos antes, al menos unos más que otros.
— Si lo que dicen es cierto, entonces debemos estar preparados por si volvemos a tener algún conflicto con ellos. Pero... — señaló Tsunade levantando su dedo índice, captando la atención de todos — Cómo no representan un problema inmediato no alarmaremos al pueblo, la información será compartida con los demás Kages, obviando el hecho de que los Hyūgas pueden estar involucrados de alguna manera con ese clan — esto último lo dijo mirando a los ojiperlas, quienes estaban inquietos por todo el asunto, Kō mucho más que Hanabi por supuesto. Todos estuvieron de acuerdo, guardarían el secreto de todo lo expuesto, y tomarían ciertas precauciones.
— Una cosa más — antes de retirarse quería dar el nuevo anuncio — Hatake Kakashi, a partir de mañana serás el nuevo Hokage de la aldea escondida entre las hojas — dijo sorprendiendo al Hatake, si bien con anterioridad se lo habían propuesto, pensaba que todo era agua pasada.
— ¡¿EHHH?! — exclamó el rubio — ¿Kakashi-sensei el Hokage? — estaba indignado, le daban el honor a Kakashi, cuando el peliplata ni siquiera quería el puesto y él moría por cumplir ese sueño.
— Es Kakashi-sama para ti a partir de ahora, Baka — le corrigió Ino.
— Que fastidio — susurró Shikamaru, mientras Sasuke rodaba los ojos y los demás reían levemente.
— Aún eres joven e inmaduro, te falta poco para lograr serlo — le animó la mujer — Pero te falta —
— No es justo Obāchan, ¡no es justo, dattebayo! —
— Tranquilo — se le acercó el peliplata — Cuando estés listo, el puesto será todo tuyo —
Luego de eso, todos decidieron retirarse. Dejando al peliplata y a la Hokage a solas para hablar. Tenían un nombramiento y un festival que planear.
●●●●
Irse de misión sola no había sido una muy buena idea, pero gracias a Kami-sama, nada malo le había pasado. Se sentía culpable por dejar a su hermana encargándose de sus responsabilidades, pero el tiempo no corría a su favor y debía buscar una solución rápida a su problema. Y es que Hinata valientemente había vuelto al país del remolino a buscar respuestas a su única interrogante.
¿Cómo deshacerse del sello maldito que se le imponía a todo Hyūga de la rama secundaria?
Como nueva líder, debía hacer algo para unificar definitivamente a su clan. Y es que desde que Hyūga Hiashi había dejado la tierra de los vivos, el clan estaba pasando por momentos de crisis. Hanabi no podía tomar el puesto, era aún muy joven, por tanto Hinata había tenido que encargarse de liderar el clan. Pero a cambio, los viejos pertenecientes al consejo querían sellar a su hermana.
Los convenció de no hacerlo integrando a su Imōto en los asuntos del clan, con la excusa de que aún seguía en pie la decisión de que Hanabi fuera quien tomara la posición de su difunto Otō-san. También había integrado a Kō al consejo, todo para tener más tiempo de desvanecer el sello y encontrar una mejor manera de preservar su Dōjutsu seguro.
Caminó con dirección a su hogar, recién llegaba a la aldea luego de su fallida exploración. Se encontró a su hermana y a su cuidador afuera de las puertas del complejo, se les notaba algo preocupados.
— ¿Me voy por unos días y ya ha muerto alguien? — les preguntó — Porque no se me ocurre otra razón para llevar esas caras largas —
— ¡Onee-sama! — exclamó Hanabi corriendo de manera poco elegante al encuentro con su hermana mayor. Kō por su parte mantuvo el paso, mientras se acercaba con una sonrisa.
— Ohayō Hanabi-chan — dijo la peliazul mientras estrechaba a su hermana en un fuerte abrazo. Le había echado mucho de menos — Ohayō Kō-san —
— Okaeri nasai Hinata-nee — estaba muy feliz de verla sana y salva.
— Okaeri Hinata-sama — saludó Kō con una reverencia — Debería entrar y tomar un baño, tenemos que comunicarle lo que pasó en la reunión de hoy —
— ¿Acaso eso no puede esperar? — replicó la menor — Hinata-nee debe estar cansada, mira nada más lo sucio que está su traje —
— Gomen' Hanabi-sama, pero es importante que la líder del clan lo sepa — trató de tranquilizar a la castaña, sabía el aprecio que tenía por la peliazul, era lo único que le quedaba después de todo.
— Tranquila Hanabi, estoy bien — comentó al tiempo que deshacía el abrazo y acariciaba el cabello de la menor tiernamente — ¿Qué es eso tan importante que tienes que decir? —
— Los tres Shinobis que estaban de misión han vuelto a la aldea — le comunicó mientras abría las puertas del complejo invitándolas a pasar — Además, pronto nombraran un nuevo Hokage —
La joven abrió grandemente los ojos y sintió cómo su corazón se aceleraba al escuchar esas palabras. Si habían vuelto eso sólo significaba una cosa.
"Kakashi..." pensó sobresaltada. Tendría que volver a ver al hombre que no abandonaba sus pensamientos y enfrentar a Uzumaki Naruto después de lo que hizo...
●●●●
Luego de salir de la torre del Hokage pasó por Ichiraku ramen, el lugar se veía como nuevo, ahora contaba con una pequeña sección para comer fuera del local. Saludó a Ayame, quien se encontraba atendiendo a los clientes, y le pidió un ramen con extra puerco para llevar. Quería ir a casa lo antes posible.
Después de retirar su orden se dirigió a su pequeño departamento, al abrir lo encontró limpio y ordenado. Según recordaba lo había dejado vuelto un desastre, además de que esperaba encontrarlo lleno de suciedad por el tiempo que había estado fuera. Dejó sus comprar sobre la mesa y abrió su habitación, la cual se encontraba limpia al igual que el resto de la casa, y se encontró a su amada pelirosa recostada sobre su futón. Sonrió sin poder evitarlo, amaba a esa mujer con todo su corazón, tenía una sorpresa para ella, así que procedió a despertarla.
— ¿N-Naruto? — pronunció Sakura su nombre, tallando sus ojos para enfocarlo mejor.
— Hai Sakura-chan — le regaló una sonrisa. Sakura se precipitó a sus brazos en un abrazo desesperado.
— Te extrañe demasiado — le dijo mimosa — Okaeri nasai Anata —
— Tadaima — y por primera vez en mucho tiempo sentía su casa como un hogar.
La joven le acompañó a la sala, se sentaron a la mesa y compartieron lo que había comprado. Estaban felices de estar juntos de nuevo, aunque Sakura a veces sentía una punzada de culpabilidad. Naruto no podía enterarse de lo sucedido años atrás.
— Sakura-chan — llamó su atención el rubio, mientras tomaba una de sus manos y le prodigaba leves caricias — Quizá debí buscar un lugar más romántico, pero quiero preguntarte algo —
La joven no entendía a qué se refería. Ella estaba a gusto con él, en ese lugar, en ese momento. Lo notaba cada vez más nervioso, no sabía por qué pero ella también empezaba a sentirse igual.
— Sakura-chan yo... te amo — eso ella lo sabía muy bien, siempre había sido así — Y quisiera que estuvieras conmigo por siempre —
— N-Naruto, tú... — le dijo sorprendida, pero el rubio no le dejó terminar.
— ¿Quisieras ser mi esposa? — cuestionó mientras colocaba en su muñeca aquel amuleto con el símbolo de su clan, aquel que Hinata había encontrado.
— ¿Te gustaría convertirte en la señora Uzumaki? — y aunque la había tomado por sorpresa, la respuesta era más que clara.
~~~~~
Anata = cariño
(✿◡‿◡)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top