Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

— Mmmh~ Sa-Sasuke-kun~ — se sintió congelarse en su lugar. ¿Acaso había escuchado bien?

Miró a la diosa inmaculada que tenía por esposa, aún inmerso en confusión, debía ser su imaginación la que le estaba jugando una mala pasada. Reaccionó de forma automática, sin ser consciente realmente de lo que había salido de su boca, concentrado en la mirada asustada de la peliazul frente a él. 

— Hinata... — la llamó — Repite lo que acabas de decir — habló entonces, asimilando lo que ella había dicho. Se separó de su cuerpo unos centímetros, mientras aún esperaba por su respuesta.

— Y-Yo... b-bueno y-yo... — la vio removerse incómoda ante su penetrante mirada.

— ¿Tú qué, Hinata? — preguntó un tanto brusco, pasando una de sus manos por su cabello para volver a fijar su mirada en ella — ¿Tú qué? — la instó a hablar sin conseguirlo.

— ... —

— Muy bien — se irguió marcando distancia entre los dos.

Estaba que se lo llevaban los mil demonios, había esperado aquella noche especial por años. Ser uno al fin con la mujer que amaba, adentrarse en ella y hacerla sentirse deseada, convertirla en mujer para él. Pero esta iba y mencionaba a otra justo en la cúspide de su deseo, y nada más y nada menos que Sasuke, el discípulo que le había dado más de un quebradero de cabeza, incluso con ella misma.

"Ahhhh, esto es pura mierda" suspiró a la par que colocaba las bragas femeninas donde estaban antes. La observó al completo con la intención de hablar, pero su desnudez lo distraía así que la cubrió con una de las mantas. ¡Por kami-sama, su mujer era puro pecado!

—¿K-Kakashi? — habló al verlo colocarse nuevas y ligeras prendas sobre su cuerpo.

— ¿Ahora si recuerdas mi nombre? — le dijo más dolido que sarcástico.

— Y-Yo... — se la veía afligida, tanto que bajó su cabeza avergonzada — Gomen nasai —

— Mejor no digas nada — levantó su mano interrumpiendo su hablar, para después colocar la típica máscara sobre su rostro — Saldré a caminar. No me esperes — besó su frente de forma fugaz y se alejó de ella tan rápido, como si quemara su contacto.

Ella por su parte no se atrevió a añadir nada más, sabía que era su culpa el hecho de que todo el ambiente se echara a perder, y lo lamentaba profundamente. Lo vio acercarse al Shōji con la intención de salir, pero antes volvió su cabeza para mirarla sobre su hombro con algo de desdén.

— Y Hinata... — llamó su nombre, y se estremeció — Un consejo. Cuando esté entre tus piernas, abre bien los ojos para que te asegures de quién es el hombre que te proclamará suya — hubo una pausa incómoda llena de tensión, donde los ojos negros y profundos la retaban con intensidad.

— Serás tú quien venga a mí la próxima vez —entendió perfectamente a qué se refería, no la tocaría a menos que ella rogara por ello.

Y se fue sin más, dejándola sola, al borde de las lágrimas y llena de arrepentimiento.

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"Si no llegas a tiempo, no te guardaré de cenar.  -Karin" leyó para sus adentros la nota que había recibido del halcón de su esposa. Suspiró sin poder evitarlo, esa mujer iba a acabar con él, pero decidido a hacerle caso se desperezó y se colocó sobre sus pies con la intención de bajar la colina.

Había dejado su hogar para hacer una visita nocturna a Sakura, justo cuando Naruto no estaba, o eso creía él. Le preguntó directamente sobre su presunto embarazo, y si bien intentó no involucrar a la Hyūga más de lo debido, le fue imposible no mencionar la información que ésta le había contado.

— Eso no fue lo que escuché — le mencionó con mirada de reproche — Así que no intentes negarlo —

— No sé de qué me hablas — había respondido ella, aún sentada en el sofá de la sala principal.

— ¿Negarás que hubo un hijo antes del que ahora llevas en tu vientre? —

— No es tu problema, Sasuke-kun — retó, pero lo cierto era que estaba hecha un manojo de nervios.

— ¿Ah no? — colocó su brazo tras el respaldo donde estaba apoyada y acercó sus rostros — ¿Quieres saber si tu esposo piensa lo mismo cuando se entere? —

Después de aquello recordaba que la pelirrosa se había quedado muda, y luego de unas palabras más, donde Sakura perdió los nervios y lo echó entre gritos y lágrimas, decidió entonces dar por finalizada la conversación entre ellos. Ahora sólo quedaba sopesar si sería una buena idea contarle o no a Naruto toda la situación.

"¿Reaccionaría bien al enterarse del gran secreto?" era una pregunta que llevaba ya mucho tiempo bailando en su mente.

— ¡SASUKE! — su nombre gritado al aire lo sacó de sus cavilaciones, concentrándose entonces en el hombre que venía hacia él con determinación y furia.

"Ahh... excelente" pensó de forma sarcástica, no iba a ser una reunión grata, algo en su cara se lo decía.

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"— Mmmh~ Sa-Sasuke-kun~ —" escuchar esa frase una y otra vez en su mente lo tenía de los cojones. La herida dio paso a la ira, necesitaba descargar su frustración con algo o con alguien... y qué mejor si fuera ese alguien del que estaba seguro disfrutaría golpear.

"Eres un adulto Kakashi, debes tranquilizarte" le aconsejaba su subconsciente, pero de verdad no sabía qué hacer con sus emociones, se sentía traicionado, no sólo por ella sino también por el pelinegro, quien le había impulsado a seguir sus sentimientos aún sabiendo que Hinata lo deseaba como hombre.

Caer en cuenta de ello hizo que golpeara el tronco que estaba más cerca, provocando que las aves que descansaban en él salieran disparadas. Sólo entonces se dio cuenta que se había acercado mucho más de lo que quería a los alrededores de la villa.

"Será mejor volver" seguro su esposita ya estaría dormida para esta altura de la noche. Justo cuando iniciaba su camino de regreso, un estruendo captó su atención, así que se apresuró a echar un vistazo, más al reconocer la voz de cierto ninja cabeza hueca.

— ¡Rasengan! — el impacto en el suelo hizo tambalear al pelinegro, que aún no captaba de qué iba todo eso.

— Espero que tengas una buena excusa para esta estupidez, Dobe — sin perder su semblante, se dirigió a su amigo que parecía echar chispas de lo molesto que estaba.

— Teme... maldito infeliz —

Se abalanzó hacia él una nueva vez, golpes y patadas eran lanzadas, siendo asestadas pocas de ellas por parte de ambos. Llevaban poco más de veinte minutos en lo mismo, y aún Naruto no daba las razones de su atolondrado comportamiento. 

"Já, como si eso fuera sorpresa" pensó el pelinegro, Naruto era un estúpido después de todo.

— ¡! — se dió cuenta de la presencia del peliplata, y pensó por un breve momento que estaba salvado — Que bueno que estás aquí Kakashi —

— ¿Kakashi-sensei? — se sentía en él una vibra diferente.

— Habla con este tonto, hazlo entrar en razón — bajó su guardia, si su Sensei estaba presente no habría ningún problema.

— ... —

 — Aunque... creí que a estas alturas estarías muy ocupado estando entre las piernas de la Hyūga — agregó recordando su reciente boda — ¿Qué? ¿Problemas en el paraíso? — usó el tono burlón con el que solía burlarse de él.

— Deberías aprender a callarte, Sasuke — sorprendiendo a ambos, una luz púrpura iluminó su brazo derecho — ¡Shinden! —

— ¡AHHHH! — el amarillo no desperdició la oportunidad de atacarlo también — Voy a matarte. ¡TEMEE! —

— Eso si no lo hago yo primero —

"¿Pero qué cojones?" se cuestionó mientras se esforzaba para esquivarlos a ambos y sus golpes mortales, a la misma vez se preguntaba qué había hecho para merecer semejante asalto.

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Oficialmente quedan 2 caps para terminar esta historia más el epílogo. 

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