Capítulo XL

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

¡Estás hermosa, Hinata! — exclamaron sus amigas al unísono, mientras la rodeaban y la apartaban de la multitud.

Arigatō 

Hace unos minutos habían pasado a la recepción, que se llevaría a cabo en el patio trasero del territorio del clan. Rodeados de bellas flores, frondosos árboles y un pasto verde, amigos y familiares compartían risas y buenos momentos cargados de felicidad. Cada cierto tiempo levantaban sus copas de sake para brindar por el joven matrimonio, deseando para ellos prosperidad y armonía.

Pareces cansada — apuntó Karin al notar su sonrisa algo forzada.

Sólo un poco —

Y no te culpo, aún recuerdo lo desgastada que terminé el día de la mía — agregó Sakura dándose aires, tenía una panza enorme con la que se le hacía difícil moverse.

Pero no te preocupes — esta vez fue el turno de Ino para hablar — El cansancio se irá esta noche, cuando tu esposo te afloje las tuercas 

¿Segura que las aflojará y no lo contrario? — añadió Temari provocando risas entre todas y relajando el ambiente.

Realmente estoy nerviosa — se sinceró con ellas, sonrojándose por la confesión de cómo se sentía  — No sé qué esperar de esta noche 

No tienes que estarlo. Tu esposo parece lo suficientemente capaz para saber qué hacer — la pelirroja la reconfortó con una cálida sonrisa, mientras recordaba lo torpe que había sido Sasuke la primera vez.

Karin-san — susurró agradecida. La verdad no eran muy cercanas, pero la mujer se había ganado el cariño de Hinata y lo mismo sucedía con ella.

Hablando de tu esposo. ¿Dónde está? — se animó a hablar la castaña por primera vez.

Está por allá... — 

Apuntó hacia donde había visto a Kakashi caminar junto a los Kages, pero se desconcertó al no verle. Paseó su mirada por todo el lugar, yendo de invitado en invitado hasta poder distinguir la cabellera plateada deslizarse lejos de la recepción junto a ¿una mujer?

¿Sucede algo? — preguntó Tenten al ver su expresión, captando la atención de las demás.

¿Q-Quién es ella? — miraron en la dirección que apuntaba, y sólo Sakura logró reconocerla, jadeando de sorpresa por verla.

¿La conoces, frente? — inquirió Ino al notar su reacción.

La pelirrosa se removió incómoda por ser el centro de atención de las miradas de sus amigas que esperaban una respuesta, en especial la temerosa de la hermosa novia. Por inercia desvió su rostro, haciendo contacto visual con su esposo quien también había visto lo mismo que ellas. Su cara lo decía todo, ambos pensaban lo mismo y se preguntaban qué demonios hacía esa mujer en la boda de su Sensei. 

Tomó un respiro antes de encarar a la peliazul, dispuesta a explicarle lo que sucedía sin poder evitar sentir un mal presentimiento por su futura acción. Sin duda, ocasionaría problemas.

"¿Qué está haciendo, Kakashi-sensei?" 

●●●●

Caminó lejos de la ceremonia lo suficiente para asegurarse que nadie los podía ver o escuchar, sólo entonces se permitió soltar la mano de su acompañante para marcar terreno por medio de ambos. Se colocó frente a ella con los brazos cruzados sobre su pecho, y recorrió su rostro de manera aburrida esperando que ella diera el primer paso para iniciar una conversación que no quería tener. Realmente le incomodaba su presencia, puesto que se hacía una idea del porqué de su visita.

¿Qué estás haciendo aquí, Hanare? — preguntó al fin, impaciente,  viendo que ella no tenía intención de empezar a hablar.

Sabes bien a qué he venido 

Sí, era tal como la recordaba. La misma Hanare de años atrás, la misma niña que había encontrado bajo aquel árbol, la misma espía que tuvo que vigilar a su llegada a la aldea, la misma mujer por la que había sentido una atracción innegable... la misma a la que estaba seguro le había borrado la memoria aquella vez cuando la dejó ir hasta su hogar, renunciando a cualquier sentimiento que albergaba su corazón.

Si lo supiera con certeza, no te habría preguntado — en sus ojos bailaba una mirada fría, que empezaba a descolocar a la mujer.

Vine porque pude recordarte Kakashi... — acortó un poco la distancia entre ellos — A nosotros —

¿Nosotros? ¿Acaso hubo un nosotros alguna vez? — espetó sin gracia por la estupidez que escuchaba.

Estoy seguro que lo hubo, no intentes negarlo Hatake —

Tu y yo no llegamos a ser nada, Hanare — despeinó su pelo, empezaba a estresarse — Es cierto, me gustaste pero lo nuestro no podía ser —

Pero ahora podemos, ahora no hay nada que se pueda interponer entre nosotros — se atrevió a posar una de sus manos sobre el pecho masculino — ¿Me dirás que ya no sientes nada? —

No negó inmediatamente al ver la vulnerabilidad que desprendía la de ojos ámbar, trató de serenarse para no ser muy duro con ella, se concentró tanto en buscar las palabras adecuadas que bajó su guardia. Momento que ella aprovechó para trata de estampar sus labios con los de él, dejándolo petrificado y sorprendido por su descaro.

Mientras tanto, cierta peliazul corría por el pasillo en dirección al jardín, con las ilusiones rotas y las esperanzas destruidas. Pensando si se había enamorado de un hombre cuyo corazón pertenecía a alguien más.

●●●●

¡Buen viaje!

¡Vivan los novios! —

Esas y otras cosas eran dichas por sus amigos y familiares a la par que partían hacia el hotel del que disfrutarían los próximos tres días. Era poco para una luna de miel, pero como Hokage Kakashi no podía darse el lujo de alejarse de la aldea mucho tiempo, más en las condiciones que se encontraba el mundo ninja y las cinco naciones. Así que se quedarían en una maravillosa posada a unos minutos de la aldea, con aguas termales y un ambiente lo suficientemente relajado y tranquilo, reservado únicamente para los dos.

¿Cómo te sientes? — se acercó a su mujer para sostenerla de la cintura, mientras la carreta avanzaba sobre el suelo irregular.

E-Estoy bien — trató de sonreír, pero salió algo más parecido a una mueca de incomodidad.

Estaba segura que él había notado un cambio en su actitud, era bastante obvio, pero el peligris parecía estar ignorando ese hecho a propósito. El ambiente entre ellos era tenso, incómodo hasta para respirar, al menos así lo sentía. Kakashi mientras tanto sólo le dirigía miradas difíciles de descifrar.

 — Llegamos 

La ayudó a bajar y luego de despedirse del cochero entraron a la posada agarrados de la mano. Allí estaba todo listo, sólo fueron atendidos por la chica de recepción, quien les indicó la habitación que ambos ocuparían además de otorgarles algunos boletos en un sobre, lo que suponía eran los servicios de la estancia.  Sin esperar un momento más, su ahora esposo tiró de ella con prisa, sin dejarla siquiera apreciar lo bello del pequeño hotel. Cruzaron el umbral y se encontraron con varias escaleras, antes de darse cuenta, Kakashi iba con ella en volandas saltando escalones de dos en dos.

¿K-Kakashi? — preguntó nerviosa al entender las intenciones de él.

No debemos esperar más, ¿cierto? — la intensidad de su mirada la dejó muda, en los ojos de aquel hombre bailaba un deseo intenso, y saber que era por ella sólo la hizo sonrojarse.

Cuando estuvieron frente al cuarto, con maestría deslizó el Shōji e inmediatamente empezó a repartir besos por su rostro y labios, entregando una silente invitación. No supo cuando había retirado la máscara de su rostro, pero podía decir que era condenadamente sexy bañado sólo por la luz de la luna y las velas en plena oscuridad. 

Con los sentidos nublados, y olvidándose por un momento de lo que planeaba preguntarle, se dejó llevar por las caricias del mayor, hecha un manojo de nervios. Lo primero en caer fue su Kimono, con delicadeza quitó cada prenda de su cuerpo, rozando su cálido aliento con la piel sensible que dejaba al descubierto. Sin decir una palabra la recostó sobre el futón y se colocó a su lado, prodigándole con besos y caricias las cuales buscaban tranquilizarla. ¡Estaba temblando!, de miedo, expectativa y deseo.

Kakashi pasó sus brazos por su espalda desnuda, y cuando la sintió más receptiva procedió a descender sus besos, trazando un camino por su cuello, mordiendo el lóbulo de su oreja a su paso. Se entretuvo en su clavícula, mientras sus manos ascendían desde sus muslos para tomar el dobladillo de su camisón con la clara intención de quitárselo, y así lo hizo.

No tienes que ocultarte de mí, Hinata — susurró en su oído erizandole la piel.

Retiró las manos que cubrían sus senos y parte de su abdomen, allí donde tenía la inmensa cicatriz. Volvió a acercar su boca hasta su pecho, cubriendo con su mano lo que pudo de este para llevar el pezón a la boca con deleite. Chupó y mordisqueó con gentileza, hasta arrancar de ella suspiros que elevaron su ego varonil.

Mmmm~... — gimió extasiada. Su corazón bombeaba con rapidez, sus manos sudaban con anticipación y la calidez del hombre que amaba la rodeaba por entero.

Eres hermosa — aquella confesión salió como un suspiro lleno de devoción, mientras acariciaba aquel lugar donde había sido atravesada en aquella ocasión.

Lamió la zona, dejando un rastro de saliva por doquier. Besó sus labios una y otra vez hasta saberla dispuesta, llena de suspiros y con la mirada perdida. Ese fue su indicador, así que se acercó al elástico de sus bragas e inhaló su aroma, estaba toda mojada por él y aquello no hizo más que ponerlo más duro si era posible. Quitó la parte de arriba de su traje y dejó al descubierto su ancho y varonil torso, haciéndola mojar aún más por la fabulosa vista.

 — Espero que estés lista — mencionó sobre sus labios mientras su índice se presionaba sobre sus bragas, allí donde su botón estaba floreciendo, pidiendo por más.

Ka-Kakashi — estaba roja y muerta de vergüenza, pero aún así se frotó contra sus dedos por inercia. Llenando de orgullo al hombre frente a ella al ver su reacción por su simple toque — Hahhh~  

Complacido, intensificó sus movimientos, haciéndola arquear la espalda y tirar la cabeza hacia atrás, mientras su boca se encargaba de sus endurecidos pezones que gritaban por atención. Así le concedió su primer orgasmo, un fuego abrasador que creció desde su centro y que la hizo retorcerse entre los brazos de su ser amado. Su cuerpo sudoroso y agitado se sentía cansado pero más relajado que en toda su vida, se sentía volar, perdida en un mar de sensaciones nunca antes conocidas.

Aún temblaba cuando el peligris, quien se había despojado del resto de su vestimenta a excepción de su ropa anterior, se colocó entre sus piernas separándolas gentilmente. Tomó sus bragas y empezó a retirarlas de su cuerpo mientras frotaba su centro sin darle tregua.

E-Espera... — pero sus súplicas no fueron oídas, y se incorporó horrorizada cuando sintió sus labios sobre su monte de venus, dejando un beso húmedo plasmado allí, donde nadie la había tocado.

"Es indecoroso y aún está lo de esa mujer" pensó asustada por lo que pretendía hacer. Pero no podía luchar con las sensaciones.

Cuando él, extasiado por lo que veía se dispuso a hundir su húmeda lengua entre sus pliegues, con dolor en el corazón por lo que había visto y la ansiedad porque parara se le ocurrió hacer algo de lo que se lamentaría profundamente.

Mmmh~ Sa-Sasuke-kun~ — aprovechó un gemido para pronunciar el primer nombre que había venido a su mente, pasmando por completo las acciones de su esposo.

¿Qué fue lo que dijiste? — sin incorporarse, la miró aún con el rostro entre sus piernas, tensando mínimamente su agarre.

— ... — se tapó la boca horrorizada al darse cuenta de la gravedad de la situación al conectar miradas con él. Donde hubo un deseo ardiente y llameante hace unos momentos, ahora sólo quedaba la gélida desconfianza de un orgullo herido.

Hinata... — su voz grave la llamó, paralizando todos sus pensamientos y acciones — Repite lo que acabas de decir — su rostro se había endurecido, y el Sharingan yacía activo.

"Estoy en problemas"

~~~~~
Sólo diré esto:
- Kakashi: cagaste 😡🤬
- Sasuke: 👁👄👁?

Se viene señores :v. Nos leemos (✿◠‿◠)

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