Capítulo VI
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Se despertó agitado, siempre tenía la misma pesadilla desde hace años. Posó una mano sobre su pecho, tratando de calmar su respiración. Un olor a sangre inundó sus fosas nasales de repente. Se sentía sucio, tanto que empezaba a sentir vértigo.
Sin pensarlo demasiado fue al baño a tratar de limpiar sus desgracias. En su cabeza rondaban imágenes de su amiga y compañera de equipo siendo atravesada por sus manos, mientras sangre brotaba de sus labios y sus ojos se abrían de par en par con gran dolor. No lo podía soportar, era una tortura recurrente.
Lavó sus manos con tanta fuerza que empezaban a tornarse rojas, estaba teniendo un ataque de pánico, él, uno de los ninjas más temidos en el mundo Shinobi, quedaba reducido a nada cuando sentimientos de culpa y arrepentimiento lo embargaban. Se sentó sobre las frías baldosas, abriendo la regadera en el proceso. Llevó sus rodillas hasta su pecho, abrazándose a sí mismo, para luego depositar la cabeza sobre las mismas. El agua empezaba a correr por su cuerpo y debía obligarse a calmar su respiración.
Todo lo que él amaba terminaba por marchitarse. Su padre, Obito, Rin, Guy, Minato, Kushina. Todos ellos tenían en común dos cosas, el que fueron amados y apreciados por él abiertamente y el hecho de que estaban muertos. La vida no era justa, pero él debía lidiar con su dolor. Por la misma razón no se permitía amar intensamente, tenía miedo de que el destino le arrebatara a más personas.
Después de calmarse decidió hacer algo productivo. Tomó su equipo y salió de casa, no sin antes asegurarse que su libro Icha-Icha estaba donde debería. Caminó por las calles de la aldea con el mismo aire despreocupado de siempre, sin prisa y con cara de serenidad, como si el episodio vivido hace unos momentos en la soledad de su habitación no hubiera pasado.
Fijó su vista al frente y enfocó a una joven pelirosa que tenía problemas en mantener estables las cajas llenas de pergaminos e insumos que llevaba en manos, y no porque fueran pesados, es que eran demasiadas.
"No tengo nada mejor que hacer" suspiró "Ya que... puedo echarle una mano"
— Sakura, ¿necesitas ayuda? — preguntó mientras se acercaba y tomaba de las manos de la pelirosa tres de las seis cajas que cargaba.
— Eh... Kakashi-sensei, gracias — ambos caminaron en dirección al hospital. Sakura pasaba la mayor parte del tiempo que se encontraba en la aldea ayudando en ese lugar, era una excelente ninja médico.
Sus amigos estaban orgullosos de la tenacidad que había demostrado la pelirosa conforme pasaban los años, su Sensei no era la excepción, la había visto caer y levantarse, actuar de forma infantil para luego madurar. Solo esperaba que llegara el momento en que dejara de sufrir por Sasuke, su alumna poseía un amor insano por el pelinegro.
Si bien apreciaba al Uchiha, no significaba que le agradara demasiado el hecho de que ella siguiera enamorada de él después de todo lo que le había hecho en el pasado. Le parecía absurdo y masoquista de parte de la pelirosa seguir aferrándose a algo que al final siempre lograba herirla, tanto física como mental y emocionalmente.
Después de dejar las cosas en el hospital, Sakura le invitó a entrenar con los miembros del equipo siete, para revivir viejas memorias. Los chicos querían repetir el entrenamiento con los cascabeles. Kakashi al ver la cara de ilusión de la joven no pudo negarse, pero antes irían a comer, no podían entrenar con el estómago vacío.
Caminaron cerca de los campos de entrenamiento, a esas horas de la mañana no solía haber nadie por la zona, sin embargo se podía distinguir a la lejanía a una peliazul entrenando sin descanso. Mientras más cerca estaban podían apreciar mejor los movimientos realizados por la joven, se le notaba cansada. Hasta que decidió tomar un descanso bajo la sombra de un frondoso árbol.
Lo que no esperaban ninguno de los dos era ver aparecer a cierto rubio, y menos en el mismo lugar que aquella chica. A Kakashi le pareció curioso, se preguntaba cuál sería la razón de la presencia de Naruto en el lugar, el intrépido ninja no era conocido por ser madrugador no obstante allí se encontraba. Charlando de forma íntima con la joven Hyūga.
Sakura se sentía inquieta y nerviosa, el escenario que se desarrollaba frente a sus ojos no le estaba gustando nada. Pudo jurar que su corazón se detuvo un momento cuando vio que la chica, la cual estaba de espaldas a ellos, posaba sus manos en la mejilla de su compañero. Sería egoísta de su parte sentirse molesta, puesto que el rubio llevaba años tratando de ganar su amor mientras que ella perseguía a otra persona sin reparar en los sentimientos del chico. Incluso lo había alentado para que intentara sobrellevar una relación con la ojiperla, pero de sólo pensar que había seguido su consejo justo cuando empezaba a tener sentimientos encontrados le dolió.
Así que se dispuso a marcharse del lugar lo antes posible, justo cuando ambos jóvenes se separaban uno del otro. Kakashi interpretó la actitud de la ojiverde como un intento de darle privacidad al descerebrado de su estudiante, que tal parecía al fin se había dado cuenta de los sentimientos de la peliazul. Continuaron su camino hasta llegar donde un aburrido Sasuke los esperaba.
— Ya se habían tardado — soltó el Uchiha inmediatamente estuvieron frente a él — Aunque de ti no me sorprende, Kakashi — el mayor se limitó a sonreír discretamente.
— Bien podemos empezar a ordenar — comentó la pelirosa, mosqueada por la forma de Sasuke para con ellos.
— ¿Sin esperar al Dobe? —
— Ya vendrá, debe tener cosas que resolver — contestó el peliplata al ver que la chica no tenía las intenciones de hacerlo, y sin más procedieron a ordenar.
●●●●
Naruto se les unió minutos después, se le notaba bajo de ánimos pero luego de comer volvió a ser el mismo, casi...
Partieron los cuatro hasta el área de entrenamiento destinado para su antiguo equipo, iban en un ambiente de relativa tranquilidad. Se sentían en armonía, incluso Sasuke, quien a pesar de no decir una palabra en todo el camino, no llevaba su expresión de frialdad y arrogancia.
— Esto será bastante simple — empezó a decir Kakashi mientras sus alumnos tomaban posición — Ya conocen las reglas, así que saben lo que tiene que hacer — decía mientras amarraba ambos cascabeles a su correa.
— Esto es pan comido ¡Dattebayo! — exclamó, dispuesto a atacar a su Sensei. En un movimiento rápido Kakashi apareció tras de él.
— Tan impaciente y ruidoso como siempre, aún no he dicho que podían empezar — hecho que causó gracia a sus demás compañeros — Esta vez tengo otra condición — eso captó la atención de los tres ninjas — Nada de jutsus locos o peligrosos, lo haremos a la antigua — reconocía el poder de los tres, aunque eso no significaba que lo podían vencer tan fácil.
— ¿Acaso tiene miedo Sensei? —
— Eso debe ser "ttebayo —
— Hmph... —
— Ah... solo lo hago por puros sentimentalismos. Lo haremos de la manera divertida — alistó su ojo y tomó distancia de los demás miembros de su equipo — Si están listos, empecemos — musitó el peliplata, preparado para patear los jóvenes traseros de sus pupilos.
— ¡Shannarooo! —
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Estoy en modo nostalgia-sentimentalismo.
Por lo pronto seamos felices :) Nos leemos (✿◠‿◠)
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