|☪ Cᴀᴘ. 095 ☪| ᴇʟᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴠᴇsᴛɪᴅᴏ ✔
M. Jules Hee
—J, es hora de levantarse —Aquella melodiosa voz me despertó de mis dulces sueños.
Tomé mi teléfono y ví la hora, nueve y media de la mañana, agarré la almohada que tenía a mi lado y la puse en mi rostro, no quería levantarme, tenía mucho sueño como para hacerlo y a todas éstas, ¿En dónde estaba Jung Kook?
—J, las chicas y yo estamos listas —Avisó y cerré los ojos con fuerza, no quería levantarme temprano y menos, después de aquella intensa noche de pasión.
—Jenn, es sábado —Dije sin moverme de la cama, además, mi hijo tampoco me facilitaba las cosas.
Segundos después de no escucharla hablar muy cerca de mí, me preparé mentalmente para seguir durmiendo a gusto.
—J. —Sentí un peso en mi cama— Iremos a ver vestidos de novia, mejor dicho, iremos por tu vestido de novia porque el que te compró Jung Kook obviamente no te queda, bella. —Quité la almohada de mi rostro, dejando que el sol que entraba por mi ventana invadiera mi espacio personal, impactando en mis ojos— Vamos, J. No manejé toda la mañana para verte dormir —Al enfocar mi vista, ví a mi mejor amiga con una cara de súplica, junto a un lindo puchero, ¿Cómo ella había llegado hasta aquí?
—¿En serio estás aquí o eres un holograma? Quizás, sigo dormida aún —Me senté en la cama y ella se acercó a mí despacio.
—Soy yo, J ¿O acaso pensabas ir por tu vestido sin mí? —Alzó una ceja fingiendo enojo.
—No, claro que no... Creo que ni pensaba ir por él —Admití, pensando en cuál sería el plan después de que Jung Kook pidiera mi mano.
—¿Qué estás diciendo? Te vas a casar con el hombre más hermoso que mis ojos hayan visto ¿Y no irás a por un hermoso de novia? —Jennifer se veía furiosa y no sabía si era por mi falta de sentirme hermosa el día de mi boda o porque no la haya involucrado anteriormente.
—No, principalmente, porque estoy gigante —Me excusé.
—¿Y crees que no hay vestidos para embarazadas? —Soltó una risotada— Créeme, no te has esforzado tanto para tener semejante hombre a tu lado como para casarte con un cutre vestido —Ella tenía razón, pero tenía otro pequeño a quien atender, él necesitaba de mí un cien porciento.
—Pero Jenn...
Se alejó de mí y me señaló con un semblante serio, a veces daba miedo mi mejor amiga.
—Tienes diez minutos para cambiarte, salir de tu habitación y desayunar... Agradezco enormemente de que tu príncipe sepa cocinar, te está preparando un desayuno nutritivo —Alzó las cejas con picardía, sabía que se estaba comiendo a mi prometido con la mirada, pero también sabía que ella era incapaz de acercarse a él en plan sexual o romántico.
Salió de mi habitación sin previo aviso y desapareció, dejándome unos contados minutos para estar lista.
Me paré de la cama y caminé hacia el baño, me daría una ducha rápida, cepillaría mis dientes y me vestiría con lo primero que encontrara, unos blue jeans grandes para mi comodidad, una blusa blanca con un lindo escote en "V" y por último, unas sandalias marrones fáciles de quitar y volver a poner, que son mis favoritas.
Al estar lista, el perfume que me había regalado mi mejor amiga no podía faltar en mí, parecía que tenía una gran colección de ellos, simplemente, amaba oler diferente cada día y lo mejor era que este embarazo me colaboraba, no todo me daba náuseas.
[☪]
—¿Qué tal este? —Negaron con la cabeza.
Era rojo y me gustaba lo nuevo, lo jamás visto.
—No me gusta, es muy rojo —Comentó Sook mirándome de arriba hacia abajo.
—Pareces una cereza —Comentó Jenn.
—No sean exageradas... Sólo se ve... —Ambas miraron con cierto enojo a Hara— Bueno, tal vez un poco gorda.
El escuchar que parecía una cereza o que estaba gorda no era grato, aunque ya sabía que conllevaba estar embarazada porque no era mi primer bebé, pero aún me afectaba.
Estaba muy sensible.
Me desanimé un poco, no quería seguir probandome vestido tras vestido y verme gorda con cada uno de ellos. Seguí con la prueba de varios vestidos, comenzaba a agotarme, los pies me dolían y la espalda también, sentía que llevaba horas aquí y solo habían pasado más de 45 minutos. Parecía una eternidad. Ninguno me representaba.
—¡Basta, estoy cansada de ver vestidos que no te favorecen! —Jenn se alteró al ver mi rostro poco reluciente— ¿Por qué no ponerte transparencias y escote? ¿Acaso crees que te verás vulgar o poco deseada por tener un hermoso vientre? ¡Al carajo los demás, la que debe lucirse ese día eres tú y que te valga mierda lo que digan los demás! —Su voz y ánimo me hizo reevaluar la situación porque tenía razón.
Se levantó del asiento orgullosa y dispuesta a encontrar aquel vestido que sí era para mí.
—También estoy cansada de ver su rostro triste, es una boda, no un funeral —Apoyo Sook con una sonrisa y se levantó también del asiento.
—¡Opino que... El dinero no importa, busquemos uno costoso! —Hara eufórica se levantó del gran sofá lujoso y con una sonrisa se unió a mis amigas.
—¿Que haría yo sin ustedes? —Pregunté alzando las comisuras de mis labios.
—Irías a un funeral por segunda vez. —Jenn comentó guiñándome uno de sus ojos, teniendo un gran objetivo en mente y era verme más bonita de lo que ya era— Disculpe, señorita, necesito un vestido pegado al cuerpo, tipo sirena y con escote de corazón, blanco con pedrería, por favor.
La chica que nos atendía desde hace más de una hora miró a Jenn atónita e intentó no soltar una carcajada delante de ella, podía verlo en su rostro.
—Discúlpeme, pero ella está gorda y ningún vestido le entrara, ni siquiera le quedará bien —Opinó alzando los hombros. Sus palabras eran fuertes y ciertamente, verdaderas.
—A tí no te pagan por opinar. Así que trae lo que mi amiga te pidió —Habló Sook al ver que yo no decía nada.
¿Desde cuándo me había vuelto tan inestable, tan vulnerable? Había dejado que alguien opinara sobre mi estado físico y sin embargo, no me defendí.
—Por favor, traiga a alguien más si usted no puede cumplir con su trabajo —Hara se posicionó a mi lado y acarició mi espalda con dulzura, dándome aquel soporte que necesitaba.
—Está bien, después no me digan que no se los advertí. —Se cruzó de brazos con molestia, apostaba que era por el tono que habían utilizado mis amigas al dirigirse a ella— Le puedo traer dos estilos, con mangas y sin ellas.
—Trae ambos para que veas cómo te equivocas —Jenn la retó con una sonrisa ladina en su rostro.
—Ahora vuelvo.
Salió por unos cortos segundos y la empleada tiempo después regresó con dos vestidos. Jenn me guiñó uno de sus ojos victoriosa y me hizo señas para que siguiera a la empleada hasta el cambiador. Cerré la puerta de la pequeña habitación para colocarme el primer vestido que había llamado mi atención y suspiré antes de pasarlo con cuidado por mi cuerpo. La chica entró y me ayudó a ajustarlo a mi cuerpo con sumo cuidado, no había espejo en el vestidor, así que la reacción que tendría junto a mis amigas sería genuina.
—¡No puede ser! —Chilló Hara al verme llegar hasta ellas.
Era ajustado y tenía una gran cola, pedrería y unas pequeñas transparencias a los costados de mi cuerpo. Seguí caminando hasta estar en frente del espejo y los sentimientos me invadieron, las ganas de llorar eran impresionantes.
—¿Te gusta? —Preguntó Jenn poniéndose a mi lado— Imagínate llegando a Jung Kook y que él se emocione tanto como lo estás tú ahora.
Podía visualizarlo, casi podía pensar que estaba sucediendo justo ahora y sentirlo de esa forma. Era mágico y maravilloso caminar hasta el hombre de tu vida.
—Me encanta.
—No creo que tengan con que pagarlo —Se burló la empleada nuevamente, ¿Qué no se cansaba?
—Deberían despedirte, ¿Que te hace pensar que no? —Sook alzó una ceja esperando su respuesta.
Mis amigas estaban a punto de golpear a la empleada, pero por su bien y permanencia en el país le aconsejaría que no.
—Sólo mírenla, ¿Dónde están los lujos en su vestir? En ninguna parte, ese vestido vale miles de dólares y está claro que no puede costearlo —Alzó los hombros creyendo que tenía razón, pero en esta ocasión no la tendría.
—Me lo llevo.
—Así se habla, nena —Jenn me miró victoriosa.
—Ya les dije que no pueden llevarse un vestido que no pueden pagar —Recordó con chocancia.
—Y ella dice que se lo lleva, ¿Acaso estas sorda? —Sook comenzaba a tener menos paciencia y el rojo que invadía su rostro era el comprobante.
Segundos después, un señor algo mayor entró a la habitación donde nos encontrabamos con una sonrisa en el rostro, vestía muy elegante como para trabajar aquí. Miró a su alrededor y la postura en la que todas estábamos.
—Señor Kane, le puede por favor explicar a estas señoritas que la novia no puede llevarse el vestido —Pidió la empleada acercándose al personaje con sigilo.
—¿De qué hablas, Martha? La señora Jeon puede llevarse ese vestido y cualquiera que desee. —Mantuvo su postura erguida y me extendió la mano con amabilidad— Es un honor y un placer tenerla aquí. —Besó mi mano con dulzura, mientras su empleada veía sorprendida la escena— Espero la hayan atendido como se lo merece o el líder de Corea del Sur nos hará trizas. —Comentó erizando mi piel, ¿Jung Kook tenía un trato con ellos?
—Gracias, todo ha estado de maravilla —Mentí con una sonrisa, aunque la cara del señor me hacía saber que reprendería a su empleada tarde o temprano.
—Lamento no ser yo quien la haya atendido, prometo que tendré el vestido confeccionado antes de lo esperado. —Me sonrió tiernamente— Gracias por preferirnos —Hizo una reverencia, ambos la hicieron dejándome quieta en mi lugar.
¿Qué estaba pasando aquí? Me hacían sentir como la Reina Isabel segunda.
[☪]
Holaaaa! No recordaba que este capítulo lo tenía listo desde hace un tiempo... Lo siento por dejar la historia aún sin terminar 😔
Gracias por leer ❤️
CUENTA REGRESIVA: 5
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top