"Muy bien, Loki. Ven adentro, te enseñaré tú habitación. No es mucho, pero es mejor de lo que tienes. Sígueme"

Loki estaba confundido, pero feliz de aquel gesto, y siguió al castaño bien vestido a bajar unas largas escaleras.

Largos segundos pasaron hasta que decidió hablar.

"Stark, no entiendo porqué me ayudas. Yo-"

El fuerte sonido de un portazo lo calló completamente. Se sobresaltó tanto que quedó en shock. Tony ni siquiera se había movido.

Ahora el Dios se había dado cuenta de que todo estaba muy oscuro y las paredes eran de piedra, un ambiente muy tenebroso, encerrado.

Una cárcel.

"¿Cuándo dije que te ayudaría?", la voz del humano era seria, incluso tétrica. "¿Sabes cuánto he esperado una oportunidad como esta?"

"¿Qué-...?"

"¡Viernes, atrapa y encierra!"

"Sí jefe"

"¡Espera, Stark!"

Tony chasqueó la lengua sonoramente, viendo con burla hacia un asustado pelinegro.

"Vas a pagar por toda la mierda que me hiciste pasar"

Loki entonces lo entendió. Entendía que le tuviera tanto rencor, pero ahora estaba indefenso.

No podía usar su magia y su delgado cuerpo era inútil para intentar salir de sus cadenas.

Estaba vulnerable, y eso al Stark le satisfacía.

"He querido hacer esto por mucho tiempo, ¿y creíste que te iba ayudar?"

Su voz era en susurros, pero Loki lo escuchaba muy cerca de su oído a pesar de tenerlo a un metro al frente.

Tony había sacado un cuchillo muy grande, y este brilló en reflejos rojos de forma innatural frente a la tenue luz que había.

El himno sólo sonreía.

Loki sólo podía apretar los dientes fuertemente intentando no llorar cundo el cuchillo se acercó a su torso.

"Tú, de verdad...

"Necesitas...

Sintió el ardor de la herida como si directamente lo apuñalara en vez de que fuera sólo un rasguño.

Algo lo agarró del hombro y lo agitó fuertemente.

"DESPIERTA"

Loki abrió los ojos de un sobresalto. Sus ojos llenos de lágrimas intentando enfocar con miedo de que le hicieran daño.

Sólo encontró unos ojos castaños preocupados observándolo.

"Dios, grandulón. Te venía a despertar porque Pep ya hizo la cena. Parecía que ibas a tener un ataque cardíaco mientras dormías. ¿Estás bien...?"

Sólo había sido una pesadilla.