3

Ryusei le ganó en casi todos los juegos.

Ellos habían quedado que el ganador de cada juego se quedaría los boletos. Incluso, Chifuyu había usado su dinero de la quincena para esto. Podría no comer en la escuela, no importaba. Estaba entretenido con Sato.

Terminó algo frustrado, Sato lograba que él se concentrara solo en él y ganarle a pesar de esforzarse todo el tiempo. Ahora, se encontraba comiendo una hamburguesa. Llevaba solo la mitad y estaba esperando al moreno quien lo dejo solo por ir al baño.

–Toma.

Ryusei llegó atrás de él, tomando su hombro antes de inclinarse para dejar al frente de él una canasta pequeña. Muy pequeña.

–¿Qué es esto?

–Un juego de tazas de té. Para que juegues con Ronaldinho.

Chifuyu estaba avergonzado. Él podía leer mangas, pero no tenía nada así en su habitación. A él le gustaban los aviones, no los juegos de porcelana.

Aunque, para su contradicción su pecho se sintió cálido de que Ryusei gastara los boletos que ganó en él. A excepción de su madre, nadie le daba regalos.

–¿Quién es Ronaldinho?

Preguntó, para desviar la atención de sus mejillas calientes. Sospechaba que Ryusei ya lo había notado porque tenía su cabeza apoyada en su hombro.

–El gato negro. Keisuke me dijo que compartimos gato los 3.

¿Qué? ¡Él lo había encontrado y adoptado! ¡¿Y cómo Baji-San sabía de Excalibur?! ¡No se lo dijo a él!

–Se llama Excalibur.

Era su bebito.

–Nombre más ridículo no pudiste ponerle. Pero, viene en tu sistema, cutie.

La mano de Ryusei paso a su cabello, empezando a despeinarlo.

–Por algo usas este peinado.

Chifuyu se puso a la defensiva y le dio un manotazo.

–¿Qué carajos tiene que ver mi cabello?

–Que tienes malos gustos. Aunque, cualquier peinado ridículo se te ve bien porque eres tierno.

El rubio no sabía si Ryusei solo quería molestarlo a él o era así con todos. Con Keisuke sí hacía uno que otros comentarios, la diferencia era que Ryusei era más serio con Baji.

–No voy a jugar con Tazas de té con Excalibur.

Cambio el tema.

–Vamos a tu casa después de esto. Quiero ver a mi hijo convivir con su otro papá.

–¡¿Cómo que su otro papá?! ¡Es mi bebé! ¡No tuyo!

–¡Shh! ¿Qué pensaría Ronaldinho de que sus papás se separen? Debemos ser una familia feliz.

Ryusei se alejó riendo cuando Chifuyu intentó golpearlo, sentándose frente a él para comer de su propia hamburguesa.

Se calmaron luego de unos momentos.

–Pero esas tazas son para ti. Ya te había visto antes en la azotea de la escuela leyendo un shojo.

Mierda. Pensó Chifuyu.

–Y pensé en ti. No hay más ciencia.

Ryusei era más amable de lo que creía.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top