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La primera vez que Chifuyu vio a Ryusei Satou fue porque quería demostrarle a Keisuke que podía contar con él y no molestarse por una pandilla. Quería darle a entender que podía contar con él y lo podía tener lealmente por siempre. Matsuno estaba seguro de que la lealtad que sentía por el mayor no se iría fácilmente. Es más, creía imposible que aquel sentimiento se fuera así como así. Baji lo impresionó desde el momento uno y supo que pertenecía a su lado.

Es por eso que se sintió muy celoso cuando Baji mencionó que ya tenía un vice capitán. ¡Pero ni se atrevió a ir a aquella reunión! Y Keisuke mencionaba que peleaban y demás. Además, Keisuke merecía lo mejor y si tenía una persona así como su mano derecha, no podría ser alguien que se quedara siempre.

Sin embargo, le dijo que no podía ver a nadie más como su mano derecha y estaba dispuesto a demostrarle lo contrario. Es más, Matsuno quería conocer a Satou con tal de ver que es lo que veía Baji en él. No obstante, como era una persona que no iba a las reuniones, no sabía cuando lo conocería. Es por eso que cuando un moreno con un tatuaje de serpiente y de la pandilla enemiga comenzó a fastidiarlo no se esperó que fuera el vice capitán de la primera división de Toman que solo estaba tomándole el pelo. ¡Que fastidioso era! Y lo peor es que dentro de si se sentía en deuda gracias a que habló con Keisuke, quedó dentro de la primera división. Le dolió mucho ver como aquel hombre que admiraba tanto se la pensó en sacarlo. Algo en sus ojos le dijo que lo haría, pero venía ese chico a decirle que le parecía interesante alguien tonto como él e inmediatamente le daba el visto bueno.

Aquello lo amargó de camino a casa y ahora no era Keisuke el que invadía sus pensamientos, sino que era un tipo que acababa de conocer y le hizo sentir un remolino de emociones en cuestión de unos minutos. Entendía que estuviera al lado de Keisuke por ser un buen peleador. ¿Pero qué más tenía aparte de ser divertido?

Oh.

Eso lo hizo dudar unos segundos. ¿A Keisule se le haría divertido la forma en que Satou molestaba a los demás? Por lo poco que vio, Satou era un chico despreocupado, distraído, que era bromista y se tomaba todo como un juego hasta que hubiera algo que debería tornarlo en alguien serio. Como cuando lo salvó de quién lo atacó por la espalda con un bate.

¡Mierda! ¿En serio por dos cosas debo de agradecerle?

Aquel pensamiento fue incómodo. Intentó pasar sus pensamientos en que podría hacer para que Keisuke lo viera a él y no a Ryusei. Funcionó hasta el lunes.

El día lunes, cuando seguía pensando en que hacer ya solo le quedaban dos opciones: Demostrarle a Keisuke su lealtad con el paso del tiempo o derrotar a aquel individuo de cabellos blancos con una mecha para enseñarle a Baji su punto, se terminó topando con Satou en la azotea de la escuela y eso era frustrante. ¿Cómo era posible que sus "amigos" no le comentaran que habían dos personas de la Toman ahí? ¡Si tenía toda la pinta de pandillero! Tenía un arete, un tatuaje de serpiente, el cabello blanco con mechitas oscuras. Era demasiado obvio.

Por el contrario de su pensamiento, el tampoco había visto nunca a ese chico por ahí. ¿Sería por qué se la pasaba durmiendo en la azotea? Cuando aquel chico continuó con su siesta, se sintió más fastidiado porque sabía que el universo conspiraba contra él. De seguro ahora se lo toparía seguido en la escuela por haberlo visto ahí. Y dicho y hecho, desde ese día era constante de que se cambiaba de lugar y se topaba con el mayor. Si iba al baño, el otro lo saludaba porque iba saliendo. Si iba al patio, estaba durmiendo bajo la sombra de un árbol. Si iba a la azotea, dormía ahí.

Eso lo estaba frustrando. A pesar de estar ahora en la Toman, no lograba hacer algún avance con Keisuke más que ir a las reuniones juntos por vivir en el mismo complejo de apartamentos.

La gota que derramó el vaso fue ver a Keisuke dedicarle sonrisas en las reuniones por las bromas de Satou. En su mente se arraigo el pensamiento de que nunca podría sacarle esas sonrisas al hombre que tanto admiraba. Solo lo vio sonreír cuando le ayudó con la ortografía de una carta.

Cuando terminó la reunión, no le importó que Keisuke se fuera a su motocicleta a esperarlo como se estaba haciendo costumbre, pasó a acercarse hacia Satou.

—¡Hey, Fuyu! ¿Vienes por más consejos de boxeo?

No fue más que un susurró cargado de una sonrisa burlona. Se sentía confidencial, como si se tratara de un secreto. Que así era, Satou en ningún momento lo acusó con Keisuke de pelearse con él. Sospechaba de que era porque él inició la pelea.

—No vengo por consejos. Quiero conocerte.

La sorpresa se pintó en el rostro del muchacho más alto que él hasta que le dedicó una sonrisa algo burlona. ¿Había dicho algo mal? No. La única manera de quitarse de encima a Satou era derrotándolo y demostrando que podría ser una mejor mano derecha y para eso necesitaba llevarse bien con él.

Recuerda, mantén cerca a tus amigos y aún más a tus enemigos.

—No lo pareciera con la cara que tienes~ Pero seamos amigos, Fuyu.

Satou le dedicó una sonrisa antes de palmear su hombro.

—¡Salgamos mañana! Te veré en el árcade nuevo a las 4 pm.

—Espera...

No le dio tiempo de replicarle a aquel muchacho porque se fue como si nada. Bueno, se la dejó fácil. Eso era preocupante. ¿Acaso Satou sabía lo que planeaba? Después de todo, cuando lo conoció se presentó como la futura mano derecha de Keisuke Baji. No se confiaría en nada que saliera de Satou.

Hablando de Baji...

—¿Qué te tomó tanto?

Replicó Keisuke cuando finalmente llegó a su lado. Ya lo estaba esperando en aquella moto y no dudo en sentarse y aferrarse a aquel asiento.

—Lo siento, Baji-San. Tenía algo que preguntar.

Desde su lugar no podía observar la reacción de Keisuke, pero este solo soltó un ruido de afirmación antes de arrancar la moto en dirección al complejo de apartamentos.

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