Capítulo 12

Se sentía extraño poder bailar de esta manera con Lucas, si estuviera sobrio ni loco lo haría con tanta gente viéndonos. Lo que hace el alcohol y una gran fiesta. Aunque no me disgustaba en lo absoluto, poder ser cariñoso en público era liberador.

Miré a mí alrededor y pude ver a los chicos en el mismo plan que nosotros. Casi todos bailaban en pareja y se pegaban más de lo usual. Pude ver a Lucy mirarme molesta, voltee la mirada, sonreí y me concentré solo en el chico frente a mí.

— ¿Quieres que vayamos a otro lugar? —preguntó de repente Lucas, mientras me miraba con una sonrisa traviesa.

Solté una pequeña risita y asentí.

Tomó mi mano y nos alejamos de la pista de baile. No me fijé si alguien nos había visto, aunque en este momento poco me importaba.

—No podemos entrar a la casa, sería muy arriesgado. —Lucas me miró y asintió pensando.

—Diremos que te sientes un poco mal y que te acompañaré al baño.

No me dio tiempo a protestar, me jaló hacia el interior de la casa.

Extrañamente no había nadie, al menos no en la sala. ¿Habrán salido?

Subimos lentamente las escaleras, tratando de no hacer ruido.

Entramos en la primera habitación que vimos, solo había una cama individual y un armario que estaba vacío, así que supuse que habíamos encontrado el cuarto de invitados, por suerte.

Al momento de entrar, tropecé y casi me voy de boca si no es porque Lucas me sostuvo de la cintura a tiempo. Empecé a reírme de la situación, no sé por qué, pero me resultaba sumamente graciosa.

—No te rías tanto, no sabemos si realmente no hay nadie en casa

Asentí tratando de parar de reír.

Lucas soltó una pequeña risita al ver mi estado y me empujó a la cama individual que se hallaba pegada a la pared. Se subió encima de mí.

— ¡Feliz cumpleaños, querido Eli! —Reveló una hermosa sonrisa y empezó a dejar pequeños besos por todo mi rostro, provocándome cosquillas.

El nivel de mi risa aumentó, hasta que sus labios tomaron los míos y de mi boca escapó un jadeo al sentir como su lengua entraba suavemente.

Coloqué mis manos en su cabello y tiré un poco de él, lamió mi labio inferior y chupó despacio, tomándose el tiempo para recorrer mi boca.

Traté de seguirle el ritmo como pude. Sus manos empezaron a recorrerme por completo, dejando suaves caricias allá donde sus dedos tocaban mi piel. Me removí bajo sus brazos, ansioso y a la vez nervioso, estaba llegando más lejos de lo usual.

Solté un pequeño gemido en sus labios al sentir su toque en mi trasero, y como sus manos apretaban un poco. Normalmente no nos tocábamos de esta forma, pero hoy se sentía correcto, hoy no quería que sus manos ni sus labios se apartaran.

Nuestros jadeos resonaban en la habitación, mientras mis manos empezaban a recorrer su cuerpo, hasta que le quité la camisa que llevaba, soltando los botones rápidamente.

Lucas rio suavemente cuando la tiré a algún lado de la habitación, toqué su pecho suavemente, en respuesta se pegó más a mí, hundiéndome más en el colchón y volvió a besarme.

Di un respingo cuando sentí sus manos en el cierre de mi pantalón.

Lucas buscó mi mirada como esperando mi aprobación y no hice más que asentir, sintiendo mi cuerpo temblar levemente. Esto se estaba saliendo de control.

Bajó mi cierre rápidamente y me tocó por sobre la tela con cuidado. Un gemido salió de mi boca al sentir su toque, Lucas sonrió divertido y empezó a masajear lentamente, se inclinó de nuevo y siguió con el beso.

Fascinado por todas las sensaciones, traté de no pensar en el hecho de que probablemente mañana me arrepentiría un poquito, pero ahora podía mandar todo a la mierda y disfrutar.

Cuando su mano se coló dentro de mi bóxer algo hizo clic en mi cabeza y el sonido de la fiesta se hizo presente. Me había olvidado por completo de ella y justo en ese momento pude percatarme que la música ya no se escuchaba, siendo reemplazada por unos gritos.

¡Mierda!

—Lucas, espera. ¿Escuchas eso?

Este frunció el ceño y se quedó quieto escuchando.

— ¡Eres una hija de puta!

Ambos dimos un respingo, sorprendidos. No reconocí la voz, pero tenía un mal presentimiento.

—Debemos bajar —dije muy a mi pesar, no quería que nos detuviéramos.

Asintió algo frustrado, me besó por última vez y se levantó. Me acomodé la ropa mientras él se colocaba rápidamente su camisa.

Bajamos las escaleras lo más rápido que pudimos hasta llegar a la fiesta. ¿Dónde estaban todos los adultos?

Pudimos ver el panorama y no entendí nada.

Justo en el centro del patio, donde era la pista de baile, estaban casi todos los invitados amontonados, no podía ver qué sucedía.

—Allá está Cinthya. Vamos a preguntarle qué coño está pasando —Asentí y seguí a Lucas.

—Chicos, ¿dónde estaban? Los estuve buscando, Dylan y Lucy empezaron a gritarse como locos, Rachel trató de detenerlos, pero Lucy la empujó y se lastimó un brazo. Nadie se ha querido meter, tienen que hacer algo ya —contó Cinthya mirándonos nerviosa.

Lucas asintió y se abrió paso en la multitud, yo lo seguí con dificultad, Cinthya también nos seguía tratando de abrirse paso.

— ¡Estoy harta! ¡Tu hermano es un imbécil! —gritaba Lucy, su cabello estaba desordenado y su cara estaba roja de la furia.

— ¡Mi hermano te amaba y tú lo traicionaste! —gritó Dylan de vuelta con los puños apretados fuertemente.

—Por favor, él no me amaba, solo se acostumbró tanto a mi presencia que no podía estar lejos de mí. No quería seguir así, por eso lo abandoné, esa relación no me traería ningún beneficio a futuro

— ¡¿Cómo te atreves?! —Pude ver cómo Dylan rechinaba los dientes—. ¡¿Tienes idea de lo mucho que sufrió cuando te fuiste?! No tenías ningún derecho a lastimarlo de esa forma, y si ya no lo querías podías habérselo dicho de otra forma... ¡No siéndole infiel en su propia casa!

—Él no lo hubiera entendido... —respondió la chica en voz baja, para luego cruzarse de brazos y mirar a Dylan con desagrado —. A todo esto, ¿a ti en que te afecta? Ya eso pasó, y ya estoy cansada que te la vivas reclamándome, supéralo y que él también lo haga

Pude ver con horror cómo Dylan se le iba a ir encima, pero Lucas lo detuvo a tiempo.

— ¡SUÉLTAME, MALDITA SEA!

— ¡NO! Te calmas, ¿en qué estás pensando? —le reclamó el pelinegro mientras lo sujetaba por los hombros con fuerza —. No puedes golpearla por muy furioso que estés. ¡Vamos! Ya fue suficiente con este escándalo, este no es el lugar ni el momento para esto —el chico pareció reaccionar y asintió despacio.

Respiró profundo y una vez que se hubo calmado, volteó a mirarme avergonzado: —Lo siento

—Está bien, ya pasó —le contesté, tratando de restarle importancia al asunto.

Lucas se lo llevó hacia la casa, alejándolo de las hermanas y de las miradas curiosas de los invitados.

En ese momento Rachel se acercó a Lucy con un rostro que hasta a mí me dio miedo.

—Tú y yo tenemos que hablar seriamente, iremos a casa y me explicarás todo lo que acabo de oír

— ¡Oh, por favor! ¿Tú también, Rachel? Olviden ese maldito asunto de una vez.

—No, porque me mentiste y le mentiste a nuestros padres al venir aquí. —Dicho esto la tomó de la muñeca y a pesar de las protestas de la rubia, salieron del patio, no sin antes dedicarme una pequeña sonrisa y pedirme disculpas por el alboroto.

Suspiré.

¡Qué desastre!

— ¡Muy bien, muy bien! Todos quiten esas caras largas, ya pasó todo y aún es de noche, así que todos olvidemos este pequeño incidente y sigamos con la fiesta —dijo Luis por un micrófono con una sonrisa.

Los murmullos cesaron y la gente, ya lo suficientemente ebria, olvidó lo sucedido apenas colocaron la música de nuevo y todos siguieron en lo suyo.

~Kevin~

¡Vaya alboroto!

Al escuchar a Luis me encogí de hombros y seguí bailando. A decir verdad, me sentía mareado, muy mareado, pero aun así quería bailar.

Cinthya se acercó y me ofreció un vaso de lo que parecía agua, sin pensarlo lo tomé todo de golpe para luego toser un poco.

—Bebe despacio, y no más alcohol para ti por esta noche. Estás muy ebrio —fruncí el ceño y negué rápidamente.

—Estoy bien —balbucee

—Sí, claro —respondió ella, rodando los ojos.

—Por cierto, tienes que enseñarme a bailar así —la miré sin entender —, me refiero a cuando hiciste de stripper. Más de uno quedo boquiabierto. Sobre todo Dylan, no dejaba de verte de una forma... hambrienta —Me miró pícara.

¿Dylan? ¿A mí? ¿Cuándo?

— ¿De qué hablas?

—Ay Kevin, cuando estabas haciendo tu baile sensual, su mirada decía "le voy a dar duro contra todo" o algo así. —Se encogió de hombros para luego reír como loca.

La miré sorprendido para luego fruncir el ceño.

¿Llamé la atención de Dylan?

Pero si apenas hablábamos entre nosotros. Y cuando lo hacíamos, yo era el que hablaba, él solo se quedaba mirándome de esa forma intensa, como si quisiera abrir mi cabeza y mirar dentro.

Bueno, igual no me molesta, no importa si es un chico. Desde los doce años tengo dudas sobre mi sexualidad, claro eso nadie lo sabía, aún no quería "salir del closet". Debido a mi confusión las chicas me dejaban, ya que no veían mucho interés de mi parte hacia ellas.

Hablando del rey de Roma... Lucas y Dylan regresaron a la fiesta, este último se veía más relajado, de repente sus ojos se encontraron con los míos y me sonrió.

Mis nervios afloraron, y mi nivel de ebriedad bajó rápidamente.

—Necesito más agua —le susurré a Cinthya, al ver que Dylan se acercaba a nosotros.

La chica se percató de esto y sonrió aún más.

—Seguro, ahora vuelvo

— ¡No! Espera...

Cinthya se escapó dando saltitos hacia la casa.

—Hola Kevin —saludó Dylan apenas llegó a mi lado —. Excelente baile, no conocía esos "talentos" tuyos —Me sonrió divertido.

Sentí mis mejillas calentarse al escucharlo. Yo no me sonrojo.

—La verdad, ni yo los conocía pero ya ves, el alcohol hace muchas cosas —le respondí, tratando de permanecer tranquilo.

El chico resopló, tratando de contener su risa.

— ¿Quieres bailar? —propuso de pronto.

— ¿Tú y yo?

—No veo a nadie más preguntándotelo. —Dudé un poco, pero después asentí. ¿Qué más daba?

Tomó mi mano y me llevó a la pista. Una vez allí comencé a moverme al ritmo de la música y él me imitó, después de unos minutos bailábamos muy pegados, demasiado, así que me separé un poco.

—Y dime, Kev — ¿Kev? Nadie me llamaba así, excepto mi madre y los chicos de vez en cuando—, ¿te gustan ambas cosas? ¿O aún tienes dudas? —Espera, ¿qué?

—No te entiendo. —Lo miré con el ceño fruncido. Él alzó una de sus cejas y acercó su rostro al mío.

—Me refiero a que si te gustan las chicas, si prefieres los chicos —apoyó una mano en mi hombro y susurró contra mi oído —, o si te gustan ambos. —sentí un escalofrío recorrerme entero y como los vellos de mi nuca se erizaron.

— ¿Pe-pero, qué...?

Me alejé de él avergonzado, sintiendo mi rostro caliente.

Visualicé a Cinthya junto a la mesa donde estaba el alcohol. La chica se percató de mi mirada y agitó una botella de agua, la dejó sobre la mesa y desapareció entre la gente que bailaba.

Camine hacia allí rápidamente y tomé la botella, la destapé y bebí más de la mitad. Solté un suspiro sintiéndome más tranquilo, y como los latidos de mi corazón aminoraban su velocidad.

—Oye, Kev. —Sentí un agarre en mi cintura y volteé alarmado. Dylan alzó sus manos en son de paz.

—Tranquilo, no te haré nada malo, a menos que tú quieras. —Lo miré mal—. Está bien, me callo. Solo quiero llevarme bien contigo, ¿ok? Me atraes, tu baile me encantó, es todo, ¿amigos? —Me extendió su mano.

—Está bien, pero no seas muy confianzudo —Le sonreí y estreché su mano —. Amigos

—Por ahora —susurró esto último casi inaudiblemente, lo miré levantando una ceja y suspiré. Jalé de él hacia la pista y seguimos bailando.

~Elián~

Las cosas se habían calmado por completo y yo me sentía molesto y a la vez nervioso: molesto porque, por culpa de Lucy y Dylan, Lucas y yo habíamos sido interrumpidos, y nervioso por lo lejos que casi llegamos.

Imágenes de lo que casi sucede hace un momento llenaron mi cabeza, haciendo que quisiera esconderme en algún rincón. Ni siquiera me había confesado y ya estaba tratando de llegar a segunda base.

Bueno, mi relación con Lucas nunca ha sido "normal".

— ¿Eli? ¿Estás bien?

Volteé y me encontré con los ojos verdes de Lucas.

—Estoy bien, algo mareado, es todo. —Él asintió y me abrazó por detrás, apoyando su barbilla en mi hombro.

— Que lástima que nos interrumpieron —susurró en mi oído, su respiración dándome cosquillas.

—S-s-sí... ¡Qué lástima!

Me giré quedando frente a él y lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho.

— ¿Qué hora es?

—Deben ser casi las 3 a.m., ¿por qué?

—Voy a acostarme, tengo sueño, no aguanto mucho. —Solté una pequeña risita—. ¿Vienes conmigo?

Lucas me miró pícaro, alzando ambas cejas de forma graciosa.

—A dormir... —recalqué estas palabras.

Soltó una pequeña carcajada, se encogió de hombros y asintió.

Visualicé a mis amigos y todos estaban ocupados. Chris conversaba con un par de chicos y parecía muy alegre, Dylan y Kevin estaban... ¿bailando?

Luis bebía con algunos chicos. Y Cinthya estaba junto a la mesa de postres, donde parecía haber estado la mayor parte de la noche, conversando con unas chicas. De pronto me miró y alcé mi mano en forma de despedida, ella asintió y correspondió mi gesto.

Tomé la mano de Lucas y nos adentramos en la casa.

Entramos en el mismo cuarto de antes, solo me quité mis zapatos y me lancé a la cama quedando del lado de la pared. Al rato, pude sentir a Lucas acostarse a mi lado, apoyó su frente en mi espalda y nos tapó a ambos con una sábana.

—Buenas noches, Eli. —Depositó un pequeño beso en mi cabeza.

—Buenas noches, Lucas.

Suspiré relajado y me acomodé mejor, quedándome dormido casi al instante.

Fue un buen cumpleaños, a pesar de todo.

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