Parte 4

Los pitidos de lo reconocí como el sonido del Monitor Holter mientras mientras medía mis pulsaciones me hicieron darme cuenta a pesar de tener los ojos cerrados de que estaba en el hospital, por eso, fui abriendo los ojos, y cuando enfoqué a mis padres delante de mi no pude esperar a preguntar lo primero que se me vino a la mente.

—¿Mamá? ¿Papá? ¿Q-Qué pasó? —ante mi voz un poco debilitada para mi gusto, mi madre se acercó a mi como si la vida se le fuera en ello y sujetó mi mano.

Sus lágrimas no tardaron en aparecer, y no entendía ni recordaba absolutamente nada del motivo por el cuál estaba aquí. Por eso miré a mi padre en busca de una explicación que mi madre no podía darme debido al llanto.

—Tuviste un ataque de ansiedad severa, de nuevo y te desmayaste, la doctora estuvo chequeando tus exámenes y tienes un nivel medio de deshidratación y... Algunas sustancias que no deberían de estar en tu organismo como anfetamina, ¿intentaste suicidarte Joa? —ante la mirada dura y potente de mi padre no tuve más opción que girar el rostro sin negar ni aceptar mis acciones.

No es que quisiera suicidarme, es que necesitaba olvidarme de él un rato, no pensar tanto en él porque o sino me volvería loca, su puta llamada, esa maldita llamada de mierda que me había hecho había acabado por destruirme, era insoportable, era algo que no podía olvidar y sabía, muy en el fondo sabía y tenía la esperanza de que no sintiera esa despedida, ese alejamiento de esa manera, así, luego de decirme bebé, una despedita tan bonita como dolorosa.

Ni siquiera me había dejado hablar, apenas pude expresarme, y luego me cortó, y su voz, maldita sea su voz que se quedó pitando ese adiós en mi cabeza.

¿Y pretendían aún que estuviese bien? ¿Cómo lo soportaba? Woosuk esa bueno, era dulce, era un buen amigo, pero marido no era, ambos sabíamos que no lo éramos y agradecí en parte que me entendiera, que entendiera esto que siento por Jungkook a pesar de que me desprecie una y otra vez.

Mi madre me miró, sin esperarse ese contraataque de mi padre, y esperando a que dijera algo negativo a esa acusación, pero no llegó, y solo pude ver como Gisok y Woosuk se acercaban a mi camilla.

—¿Joa? ¿Intentaste suicidarte realmente? —mamá insistió al ver mi poco interés en responderle —¡Te estoy hablando Joa! —me gritó, y la miré con el entrecejo fruncido.

—¡¿Es que no lo entienden?! ¡¿Acaso me han escuchado alguna vez o preguntado que es lo que quiero o no?!, ¡no quiero estar casada con Woosuk, él tampoco conmigo! ¡Amo a otra persona, joder! —le grité con todo lo que tenía, sentándome para encararlos a los dos mientras mis lágrimas ya mojaban mis pestañas.

—¿Joa, qué dices? ¿Porqué dices esas cosas? —mi madre me miró con verdadera confusión.

—¡Para! ¡Mierda! ¡Ya paren! ¡¿Qué no me ven que estoy cansada de esta mierda de vida que siempre han querido que lleve?! ¡Todo es lo que ustedes digan, todo es lo que ustedes decidan! ¡¿Y yo?! ¡Qué carajos pinto yo en mi vida!, ya no lo soporto, no quiero —coloqué mis manos a los costados de mi cabeza para poder sobrellevar el dolor de cabeza que me producía todo esto.

—Joa...

—Vamos, cariño, dejemosla sola con Gisok —mencionó mi padre para llevarse a mi madre en lo que yo lloraba sin pudor alguno.

Aún así, no podía sentir más alivio que el que sentía ahora, después de tanto tiempo había hablado, así sin más.

—Joa, yo...

—Woosuk, vete, yo me quedo con ella —oí a mi mejor amiga hablarle a mi "esposo".

No supe lo que hizo, solo sentí sus pasos lejos y luego los de Gi acercándose hasta a mi para sentarse en la silla a mi lado y agarró una de mis manos, la miré y ella me sonrió.

—Gi...lo extraño, lo extraño tanto que no puedo, de verdad, y se despidió de mi, yo...yo no quiero perderlo, de verdad...no puedo... Perderlo —hablé atropelladamente en cada palabra.

La chica jaló de mi brazo y me abrazó, hundí mi rostro en el hueco de su cuello dejándome llevar en el llanto.

—Lo siento, Joa, verdaderamente lo siento —me consoló, y solo me dejó llorar.

(Cuatro años después)

—¿Tu padre no te a mandado ningún mensaje o te a llamado? —negué ante la pregunta de Jimin.

Gisok y Jimin habían venido a visitarme luego de que me dieran de alta después de otro ataque de ansiedad y pasara a vivir a un apartamento sola en Gangnam, mi apartamento, mi lugar, el que podría ser nuestro lugar si Jungkook estuviese conmigo. Los dos no se despegaban de las manos y no podía negar para mi interior de que me daban un poco de envidia, porque yo podría estar así con Jungkook, pero por gilipollas me habían pasado las cosas.

—No, mamá me envía mensajes preguntando como estoy o si estoy comiendo bien cada diez segundos, pero siempre termino dejándola en visto y le respondo en la noche con un: estoy bien, gracias, eso nada más ¿porqué la pregunta y el interés? —inquirí ante mi puesta negativa. Gisok y él se miraron cómplices y luego volvieron a mirarme, no entendía nada y con ese intercambio de miradas acababan de activar la vena de la curiosidad.

—Tu padre consiguió un puesto en el cuerpo de médicos del ejército de la APSN en Busan, Joa, donde está Jungkook —me quedé tan en shock que solo abrí mi boca sin emitir sonido alguno, como si me hubiese quedado sin voz y la garganta seca por completo, porque no lo podía creer.

—¿Joa, estás bien? —mi amiga colocó una de sus manos en mi muslo llamando mi atención, y una sonrisa sin premeditar se instaló en mi rostro.

—¿Eso quiere decir que voy a ver a Jungkook? —pregunté lo único y exclusivamente importante y de mi interés. Ambos me sonrieron al ver mi entusiasmo.

—Eso es lo que parece, Jungkook es capitán, y estoy seguro de que está allá y no se irá a ninguna parte —me respondió el rubio y mi respiración se aceleró de la emoción.

—¡Dios! ¡Gracias! —chillé emocionada de verdad, y me lancé a abrazarlos.

—Joa, por Dios, que nosotros no hemos hecho nada, todo lo hizo tu padre —me separé de ellos y miré a mi amiga.

—¿Y qué? Lo importante es que voy a ver a Jungkook, o no, lo mas importante es que voy a estar con él allí, cerca, y esta vez no podrá evitarme.

Por supuesto, con una oportunidad así, estaría más cerca y sin alternativas para alejarme de él.

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