Capítulo 8
Taichi se había levantado de buen humor desayuno ligero a eso de las ocho pues el mensaje de Matt sólo decía que pasaría temprano, sin una hora específica; así que era mejor prevenir. Y mientras daba cuenta de un tazón de fruta, los ojos más hermosos sobre la tierra parecían seguirlo en cualquier movimiento que hiciera.
Ella estaba esperando, porque sabía, como solo ellos podían saber cuando se trataba del otro, que algo había pasado.
-¿Y bien? -dijo al fin dejando de lado la taza de café al tiempo en que dejaba que su agraciado cuerpo terminara recargado por completo en el respaldo de las silla del comedor.
Taichi sonrió, luego se mordió los labios, pero al final decidió que era mejor confesar todo por las buenas. Así que en los siguientes veinte minutos relato su encuentro con Matt en la cafetería, el como habían congeniado de inmediato y los mensajes de texto que se enviaban hasta llegar al momento actual en que pensaba salir con él.
-Se escucha genial, pero... -y Kari detuvo cualquier cosa que fuera decir, porque en verdad no le correspondía poner en evidencia los sentimientos de cierto norteamericano que seguro no estab enterado de esta cita. -Espero que te diviertas hermano.
Después de agradecer por el desayuno se dispuso a buscar alguna nuda de ropa cómoda por si los planes de su nuevo amigo incluían caminatas o actividades vigorosas. Estaba muy ansioso de saber que tenia planeado.
Estaba en eso cuando el timbre de la entrada se hizo oír, Tai miró el reloj que marcaba ya las 8:37 am. Con un suspiro se resignó a abrir la puerta y solicitar un par de minutos para terminar de arreglarse.
Grande fue su sorpresa cuando en la entrada no se encontró a Matt, sino a Michael. Su desconcierto debió notarse en gran medida porque de inmediato el rubio intento aligerar el ambiente con un comentario gracioso.
Uno que no fue recibido como pensó, en su lugar Tai dijo, -no habíamos quedado de vernos hoy o ¿sí? -en su gesto se podía ver claramente que buscaba recordar por su cuenta si tenían planes.
-No, en realidad no. Pero pensé que... ya que es tu primer día libre de entrenamiento, nosotros tal vez podríamos... tal vez te gustaría hacer algo.
Taichi se mordió el labio inferior conteniendo un grito de ternura. Michael estaba en su puerta vestido de manera casual, pantalón de vestir gris claro y suéter blanco tejido, sus hermosos risos dorados habían sido atados para que permanecieran fuera de su rostro y la cereza del pastel era ese arrebolado sonrojo de sus mejillas que de apoco se iba extendiendo hasta alcanzar el cuello. Casi era un pecado negarse. Pero la cuestión era que Taichi ya tenía planes y no podía sólo cancelarle a Ishida. Aunque...
-Mike...
Yamato Ishida era un manojo de nervios. Se había levantado excesivamente temprano, repasado cerca de dos a tres veces todo su guardarropa en busca de un outfit ideal, el cual a pesar de haber hecho mil combinaciones nunca apareció. Por lo que asumiendo que verse medianamente sexy sería suficiente terminó por colocarse un pantalón negro a juego con una camisa guinda que sin duda acentuaban la palidez de su piel.
Con cartera, celular y llaves en la mano se dispuso a salir.
Por el puro fin de la comodidad, Yamato había insistido, casi suplicado, para que su padre le prestara el auto. Su hermano se había estado divirtiendo a su expensa debido a eso; que si buscaba impresionar a Tai; siendo honestos, la verdad era que sí. Quería dejarle el recuerdo de una increíble primera cita.
Con una sonrisa de oreja a oreja Matt condujo por las calles con el corazón acelerado, había tenido a buen recaudo buscar la ruta más rápida para cada uno de los destinos dentro de su itinerario, así que se sentía confiado de que todo iría según lo planeado.
Con emoción se estaciono frente al edificio departamental, bajo del auto y subió a las prisas al segundo piso hasta la puerta que indicada. Tomó un respiro y tocó el timbre... una chica tan bonita y delicada como una flor de cerezo le abrió la puerta. "Entonces esta es la preciosa hermana de Tai" pensó, pues tras escuchar de ella era imposible no encajar cada alabanza con esta niña bajita y de estructura fina que asemejaba una muñequita.
Ella lo miró por escasos dos segundos antes de que su semblante pasara de uno relajado a un entrecejo fruncido por la molestia que casi de inmediato busco disimular.
-Tú debes ser Ishida-san -dijo con un tono que a Matt le sonó forzadamente cordial. -Espera un segundo -y la puerta se cerro frente a sus narices.
La chica podría ser muy hermosa, pero sus modales dejaban mucho que desear consideró Matt resoplando agraviado.
Hikari apenas cerrar la puerta torció la boca, algo en ese hombre le ponía los pelos de punta. Yamato Ishida no le gustaba, lo quería lejos, muy lejos de su hermano.
-¿Kari? -y Tai tenía un bendito sexto sentido que daba miedo.
-Ishida-san está fuera -anuncio dando media vuelta para irse, porque si se quedaba seguro que terminaría diciendo o haciendo hago contra ese sujeto.
Ni ella comprendía el porque con un solo vistazo a la cara de Ishida ya lo repelía, es decir ella intentaba no ser prejuiciosa o etiquetar a las personas, era partidaria, igual a su hermano de permitir que la gente mostrara primero su esencia antes tildarlos. Pero Ishida era un caso excepcional, simplemente sentía un malestar en el pecho que le hacía desear correr lejos, no quería verlo, no quería escucharlo, y definitivamente no quería que se acercara a Tai.
Por suerte al menos hoy no sería así, y con ese consuelo se metió en su cuarto.
Cuando la puerta volvió a abrirse Matt creyó estar viendo al chico más hermoso del mundo y eso que modestamente vestía una sudadera negra, camisa blanca y un pantalón de mezclilla a juego con tenis azul rey. Tan simple que era imposible no resaltara la sencillez de su belleza.
-Matt -nombró Tai. El pequeño conejito furioso al menos había llamado a su hermano. -¿Quieres pasar? ¿Ya desayunaste? -preguntó solicito.
-De hecho, pensaba llevarte a tomar algo fuera. Si ya estas listo entonces...
-Lo estoy... -afirmó feliz, y antes de que Matt pudiera agregar algo más Tai hizo un ademan con la mano como invitando a quien sea que estaba a dentro. Esperaba fervientemente no se tratará de la florecita carnívora que tenía por hermana.
Y cuando vio de quien se trataba pensó que prefería mil veces al mini tigre.
-Matt, él es Mike, Mike, él es Matt el amigo que conocí en la cafetería.
Y el silencio entre los dos fue horrible. Matt quería gritar que de ninguna manera iba a llevar con ellos a ese sujeto, que era su cita y en una cita no cabía un tercero. Pero nuevamente caía en la realidad en donde Tai y él apenas se estaban conociendo y esta era una salida de amigos, nunca se menciono el romance y por lo tanto...
-Hola Mike -dijo por amabilidad obligada.
-Michael, solo mis amigos me llaman Mike, Matt -corrigió Mike porque detesto el gesto adusto del otro rubio al pronunciar el diminutivo. No entendía cómo fue que Tai hablaba tan bien del tipo, que de lejos se notaba era un creído y pedante. Además, por la forma en que Kari salió huyendo no era el único en pensar de esa forma.
-Ishida -increpó Matt deseando devolvérsela, porque si no iban a fingir cordialidad, entonces podía demostrar abiertamente que su presencia no era bien recibida.
Taichi que no era nada tonto de inmediato noto la tención entre ellos, era obvio que su plan de salir los tres juntos no iba a funcionar, así que era hora de decidir hacia quien se inclinaba. Miró a Mike y luego a Matt. Apretó las manos en puño porque no quería hacerlo. Anteponer uno a otro lo sentía incorrecto. Mike era su amigo, el más cercano, en quien podía confiar. Matt... aunque acababa de conocerlo, fue él quien accedió a esta salida, lo había hecho venir a su casa a recogerlo y planear el día, sería no sólo injusto sino ruin de su parte despedirlo sin más.
-Yo... -inicio tentativamente Tai sin saber que más alegar a continuación.
-Entonces, voy a que le hagan el chequeo a Marinlin y ¿te llamó en la noche? -dijo Michael comprendiendo el dilema y proporcionándole una salida fácil a Tai, porque en primer lugar fue quien se presento de improvisto.
-Sí, por supuesto -respondió Tai sintiéndose muy mal al verlo salir, por eso cuando Mike estuvo a un par de pasos del cubo de la escalera, gritó. -Mike -y corrió a alcanzarlo mientras le pedía en apenas un susurro que condujera con cuidado y si tenía algún problema le llamara.
Matt que presencio todo el cuadro apretó las manos con molestia e indignación; primero, al ver como el rostro de Taichi mostraba angustia, una que él mismo puso ahí al comportarse tan cortante con el tal Michael; segundo, porque cuando el lastre al fin se despidió la tristeza cubrió sus ojos y tercero; al ver como corría tras él a dar explicaciones o escusas, incluso tal vez prometiendo compensarlo, esto último lo deducía solo de la actitud de Tai y por el abrazo apretado que le regalo al otro rubio antes de regresar con él.
Su cita comenzó mal, muy mal.
La primera escala fue a una cafetería, obviamente pensando en la hora temprana, para su desilusión, Taichi no sólo ya había desayunado, sino que cuando miró la carta, el primer postre que llamo su atención fue...
-La tarta de manzana es la favorita de Mike -mencionó pinchando con el tenedor la suave corteza apenas fue puesta frente a él. -Es originario de USA. Y cuando llegó aquí esta asustado. Creo que cualquiera estaría asustado al tener que mudarse al otro lado del mundo.
Bien, Matt no estaba para nada complacido de escuchar todo eso. Quería conocer a Tai, pero al parecer lo único que logaría era saber más de Michael. Y tal vez su rostro mostro un poco el disgusto por el comentario, pues Taichi cambio rápidamente de tema.
La siguiente parada fue el acuario en donde en más de una ocasión Matt intento tomarle de la mano, no lo logro, pero al menos después del primer comentario no había vuelto a mencionar al norteamericano y eso en si ya era muy bueno. Pasaron por los diferentes niveles, desde los tiburones, las medusas, y un colorido repertorio de peces que hicieron sonreír a Taichi, quien aseguro que esta era la primera vez que visitaba ese lugar.
Se encontraron con un grupo números de niños en el área de los moluscos, todos ellos parecían ir en grupitos de cinco y comentaban felizmente sobre lo que veían. Y Matt pudo notar con poco esfuerzo como Tai parecía seguirlos con la mirada hasta que la profesora los guio a otra sala. Al parecer al futbolista le gustaban los niños.
-¿Cuál es tu pez favorito? -cuestionó mirando muy detenidamente el movimiento ondulante de dos pulpos cuyos brazos se iban sujetando de apoco.
-No es un pez en sí, me gustan los pingüinos, específicamente los emperadores -respondió Matt serenamente disfrutando en gran medida la forma en que las expresiones, en especial los ojos de Taichi podían dar a conocer lo que sentía.
-¡Oh! A Mike y a mí nos fascinan los dragones azules, están tan chiquitos y bonitos. Su color es llamativo y creo que en realidad no pude ser llamado pez, sino molusco. Cuando supimos de ellos nos pasamos cerca de una semana intentando saber más, buscamos en internet y hasta los pusimos como fondo de pantalla en nuestros teléfonos. Fue raro cuando nuestros amigos se dieron cuenta que teníamos el mismo papel tapiz -y rio con suavidad y nostalgia. -Mi color favorito es el azul rey o eléctrico, así que no era raro que me aficionara a ellos, pero a...
Matt supo que aquella frase inconclusa tenía algo que ver con el norteamericano sí casi podía ver escrito en la frente de Tai un: extraño a Mike, que le hizo detestar más al sujeto.
Y una vez más Tai pareció notarlo y cerro la boca tragándose cualquier otra cosa que fuera a agregar.
-Hace un año mi hermana y yo visitamos las costas de Okinawa -dijo Tai y sus ojos estudiaron la reacción de Matt para ver si ese tema era seguro, ya había metido la pata por segunda vez en el día y no quería incomodarlo más. Después de ver que no reacciono negativamente continuo. -Mis abuelos se mudaron ahí debido al clima, es un lugar hermoso y se puede hacer todo tipo de deportes. Intente surfear. Lo único que puedo decir sobre eso es que, no es tan fácil como parece.
Salieron a eso de las tres y buscaron un lugar donde comer, Matt lo condujo sin problemas a un pequeño restaurante que tenía una buena variedad de comida en su menú.
-Esta es la segunda vez que entro a un restaurante. Por lo regular no suelo comer en sitios así. Izumi, un amigo me invito una vez a uno, todo estaba en francés y él tuvo que traducir todo para mi.
-¿Estudia en tu facultad o es parte del equipo?
-Ninguna de las dos. Conozco a Koushiro Izumi desde la escuela media, sin presumir, lo salve cuando un par de brabucones intentaron golpearlo. Izumi estudia Informática, programación o no se que cuántica. Es un genio a quien le gusta meterse con Mike y yo. El otro día simplemente fuimos a pedirle ayuda porque nos estaban pidiendo demostrar un fraude en una hoja de cálculo y...
Y ahí estaba otra vez, la cara agria de Yamato ante el nombre de Michael dicho con tanto cariño.
-Y debo estarte aburriendo con eso. Lo siento.
-¡Oh! No es eso...
-Matt, no importa, se que leyes uno es tema apasionante o impresionante. Nada como lo tuyo, eso seguro.
Matt no dijo nada, era mejor dejarlo así porque si seguía insistiendo en negarlo, ¿cómo justificaría su disgusto? Decirle a Taichi que bebía vinagre cada que pronunciaba el nombre del otro rubio no era ni remotamente una buena idea. Lo malo era que de apoco Yamato comenzaba a notar que estaba cortando sin darse cuenta los temas de conversación.
Para finalizar el día tenía previsto pasear tranquilamente por un parque que ofrecía un espectáculo nocturno de música en vivo.
-¿Tocas algún instrumento, o tienes algún favorito? -cuestionó Tai mirando con admiración a los hombres y mujeres que con seguridad exponían su talento.
-Cuando era niño mi padre me enseño a tocar la armónica, en secundaria me entusiasme con la guitarra y hasta llegue a tener una banda.
-¿Y luego? -preguntó Tai realmente interesado.
Matt encogió los hombros, -simplemente pensé que estaba bien como pasatiempo, pero no para dedicar mi vida a ello.
-¿Aun tienes tu guitarra?
-Sí.
-¡Oh! Es grandioso. A mi me gusta la música, pero soy un desastre, no tengo oído para armonizar, cuanto menos ritmo, Mii... -y arrastro la "i" -mi padre dice que si no eres bueno en algo practiques hasta serlo, pero estoy seguro todos a mi alrededor celebraron en grande cuando renuncie a ser musico.
Matt llevo de regreso a casa a Tai a eso de las diez y media.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top