𝟬𝟱𝟲 | What else do you want to take away, Mom?
056. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗜𝗙𝗧𝗬- 𝗦𝗜𝗫 ──
❛ 𝖶𝗁𝖺𝗍 𝖾𝗅𝗌𝖾 𝖽𝗈 𝗒𝗈𝗎 𝗐𝖺𝗇𝗍 𝗍𝗈 𝗍𝖺𝗄𝖾 𝖺𝗐𝖺𝗒, 𝖬𝗈𝗆? ❜
Un rayo rojo impactó contra el pecho de Milan, dejándola paralizada por un par de segundos. Por un segundo creyó que no sería tan terrible, pero de pronto todo su cuerpo comenzó a estremecerse, y cada célula de su cuerpo parecía retorcerse de dolor. Ella no había sentido nada parecido, ni cuando había sido mordida por Greyback.
Terminó cayendo al suelo cuando sus piernas comenzaron a fallar, y sujeto su estómago con fuerza como si esto pudiera aminorar el efecto de la maldición. Incluso se retorció sobre la hierba húmeda, pero nada parecía funcionar.
Cedric al escuchar los chillidos de su amiga, giró sobre sus talones y corrió para regresar donde ella (él se encontraba lejos). Sin pensarlo dos veces levantó su varita y uso varios hechizos para disparar hacia los mortifagos que aún quedaban, incluyendo a Grey.
Especialmente a Grey.
Finalmente, cuando estaba lo suficientemente cerca de Milan, la tomo en brazos y comenzó a correr. La rubia miro por el hombro de Cedric como los mortifagos se estaban acercando, así que tomó su propia varita y apuntó a una edificación cercana, haciendo colapsar sobre aquellos mortigafos, dandoles tiempo de escapar.
Aquel hechizo fue lo último que Cedric escucho a Milan decir. Luego de eso la chica se había convertido en una muerta en en vida. Su mirada estaba perdida y parecía no poder pronunciar palabra alguna.
(...)
Cedric solo había dejado a Milan cuando la chica prácticamente se lanzó de sus brazos para querer estar de pie.
Ambos llegaron a la casa de miembro de la orden que les designaron, y usaron el traslador para llegar a la casa de los Weasley. Al caer sobre el pastizal, siguieron avanzando. Remus Lupin, quien esperaba a su hija y al joven Diggory (la última pareja en llegar), ni siquiera tuvo el corazón para interrogar a los dos jóvenes que aparecían en medio de la noche.
Cedric Diggory. Agotado, y con cortes en los brazos y la ropa sucia. Claramente había luchado a capa y espada, al parecer les había tocado la parte fea de la pelea. Aunque a decir verdad, a todos les había tocado una lucha muy dura contra los mortifagos, que no se tocarón el corazón ni al ver jóvenes frente a ellos.
Por otro lado estaba Milan, quien caminaba como si todo su cuerpo le pesara. Su mirada parecía apagada, y parecía no poder enfocarse a algo. Su ropa estaba desgarrada en la parte del abdomen.
Remus corrió hacia Milan y la envolvió en un abrazó que ella no correspondió. No porque no quisiera, si no porque no tenía las fuerzas para hacerlo. Mientras tanto, Ron, Hermione y Harry, se quedaron viendo a la cuarta integrante de su cuarteto en esas condiciones.
─ ¿Qué le pasó? ─preguntó Hermione.
─ Su madre...ella le lanzó un crucio.
Remus, que guiaba a su hija hacia el interior de la casa, se detuvo por unos segundos. Esto había llegado a su límite, aquella mujer estaba destruyendo a una niña feliz, radiante, amable. Algún día podrá vengar todo lo que le pasó a su hija, pero ahora necesita estar con ella.
─ Cedric, la trajiste viva, gracias. ─respondió Remus, comenzando a llevarla dentro.
─ Ella luchó bien, señor. ─responder Cedric.
Era extraño ver a alguien que sufrió aquella maldición que no estuviera llorando o lamentándose por eso, pero a diferencia de cuando apenas recibió el impacto, ahora Milan estaba muy quieta, muy callada. De hecho no había hablando en todo el trayecto a excepción de aquel hechizo que lanzó.
Milan se sentó en un sofá de la casa, acurrucándose contra los suaves cojines. Vio como Harry se acercó y pasó su mano con suavidad, dejando caricias en su rostro, pero no mostro reacción alguna.
Harry al ver que probablemente él no podía ayudarla ahora, se alejó para darle un momento a Remus con su hija.
─ Cariño ─murmuró ─. No puedo imaginar el dolor que sentiste, pero no puede...
Antes que pueda terminar de hablar, Milan se lanzó a los brazos de su padre, comenzando a llorar y llorar, soltando balbuceos inentendibles que oscilaban entre el odio a su madre y el dolor que sentía en ese momento.
Mientras Remus solo la abrazaba, con el corazón partido en dos por verla así.
(...)
Luego de un rato, y de revelar la muerte de ojo loca y otras cosas que habían pasado en el trayecto que hicieron para trasladar a Potter. Todos estaban brindada en honor al miembro de la orden que había fallecido, y Milan seguí sentada en aquel mueble.
Ella no había sido parte de la conversación, pero podía escuchar todo. Por eso ante las palabras de su padre, se levantó y lo tomo del brazo.
─ Tenemos trabajo. Puedo pedirle a Kingsley que...
─ Papá, no vayas. ─murmuró, y eran las primeras palabras entendibles que habían escuchado por parte de la rubia.
─ No te preocupes, Mily ─interrumpió Bill ─. Iré yo.
─ ¿Adónde? ─preguntaron Tonks y Fleur a la vez.
─ Pero ¿eso no puede...? —musitó la señora Weasley mirando suplicante a su hijo Bill.
─ ¿Esperar? No, madre, a menos que prefieras que se lo lleven losmortífagos.
─ Papá... ─llamó ella una vez más, y a pesar que Remus quería quedarse con su hija, solo se soltó del agarre y comenzó a caminar hacia la salida, acompañando a Bill.
Hermione tomó el brazo de Milan y tiró de ella, obligando a que se siente en una de las sillas, al igual que el resto, a excepción de Harry.
─ Yo también tengo que marcharme. ─anunció.
Diez pares de ojos se clavaron en él.
─ No, no ─negó Milan ─. No irás a ninguna parte.
─ No puedo quedarme aquí. ─El muchacho se frotó la frente; volvía asentir pinchazos en la cicatriz; no le dolía tanto desde hacía más de un año─. Mientras yo esté aquí, todos corren peligro. No quiero que...
─ ¡No seas tonto! ─saltó la señora Weasley─. El principal objetivo de esta noche era traerte aquí sano y salvo, y por suerte lo hemos logrado. Y como Fleur ha decidido casarse aquí en vez de en Francia, lo hemos organizado todo para estar juntos y vigilarte...
─ Si Voldemort descubre que estoy aquí...
─ No puede saberlo.
─ ¡No estoy preocupado por mí! ─protestó Harry.
─ Harry ─llamó Milan ─, si te vas de aquí, el esfuerzo que todos hicimos esta noche no valdrá la pena.
─ Sí, ¿qué me dices de mi oreja? ─intervino George incorporándose un poco.
─ A Ojoloco no le habría gustado que...
─ ¡YA LO SÉ! —bramó Harry.
Hubo un largo e incómodo silencio que por fin rompió la señora Weasley preguntándole con diplomacia:
─ ¿Dónde está Hedwig, Harry? Si quieres, podemos llevarla con Pigwidgeon y darle algo de comer ─ofreció, y luego miro a Milan ─. A Sookie también, tiene su lugar aquí, como siempre. ─añadió,
El estómago se le cerró a ambos chicos como un puño. Harry no era capaz de decir la verdad, y sólo bebió el resto del whiskey de fuego que le quedaba para no tener que responder. Mientras Milan se mordió el labio inferior, saliendo de la casa y dejándose caer de piernas cruzadas en el jardín, mirando el cielo estrellado.
─ Nunca tengo la oportunidad de despedirme de las personas que amo ─murmuró para sí misma, dejando escapar pequeñas lágrimas ─. El cádaver de tío Canuto no tuvo un entierro digno porque cayó a través del arco...mi abuelo murió y nunca encontramos su cuerpo...y Sookie cayó desde el cielo en medio de la noche...
¿Que más que quieres quitar, mamá?
Los días siguiente pasaron con "normalidad". Dentro de lo que cabe.
Magos pertenecientes a la orden iban y venían a la Madriguera. Nadie le decía a los cuatro chicos más jóvenes que pasaba, aunque se las arreglaban para escuchar una que otra cosa entre paredes, o pasando rápidamente por la sala y lugares concurridos donde se llevaban aquellas charlas.
De todas formas, Hermione, Ron, Harry y Milan no podían hacer muchas cosas por su cuenta. Todo lo que hacían en el día era recibir órdenes de Molly Weasley para hacer tareas del hogar, o ayudar con cosas de la boda, porque al parecer eso los distraería del mal rato que pasaron con la muerte de Ojo loco.
Aunque la verdadera razón es que con la posible fuga de Harry, no querían que hiciera planes secretos con sus amigos, y mucho menos con su novia. Todos sabían que ellos lo seguirían hasta el final, y que secreteen por las esquinas, no era nada bueno.
─ ¿Llegue tarde? ─preguntó Milan, entrando a la habitación de Ron, encontrándose con los demás chicos de su cuarteto.
─ ¿Haley te lo envio? ─interrogó Hermione, secándose las lágrimas porque acababa de contar lo que había hecho con sus padres.
─ Si, ya me llego.
─ No las entiendo...
─ Ni yo, y eso que estuve al tanto de sus planes. ─añadió Ron.
Milan señaló el pequeño collar con un zafiro azul que tenía entre sus manos.
─ Tía Haley me ayudó a encantarlo desde el funeral de Dumbledore, tardo un montón. Pero es magia oscura, así que...debía de tardar. ─explica.
─ Seguimos sin entender. ─murmuraron los dos chicos, mientras Hermione tomaba el collar y lo analizaba minuciosamente.
─ No iba a poder ir con ustedes, porque aún tengo el chip del ministerio, ya que aún no soy mayor de edad, y faltan algunas semanas para mi cumpleaños. Pero en la antigüedad, existió un mago que logró evitar aquel rastreo.
─ Los padres de Haley eran mortifagos, ella encontró libros de magia oscura y ayudó a Milan. ─terminó de contar Hermione.
─ Ya lo probo y funciona, pero es muy difícil de hacer. Estuvo haciendo magia por un buen tiempo. Así que ahora lo usare, por si tenemos que huir.
─ Chicos ─Harry los miró a todos ─. No sabía que habían hecho...
─ ¿No sabías que Ron y yo somos perfectamente conscientes de lo que puede pasarnos si te acompañamos? Bueno, pues lo sabemos. Enséñale a Harry lo que has hecho, Ron.
─ No... acaba de comer.
─ ¡Enséñaselo! ¡Tiene que saberlo!
─ Está bien. Ven, Harry.
Ron mostró el ghoul de sí mismo. Una criatura de aspecto asqueroso que habían hecho Fred y George con ayuda del señor Weasley. Personas que estaban al tanto que tarde o temprano los chicos se irían a buscar Horrocrux, pero que al igual que Hermione, antes se aseguraban de dejar a darlo a sus respectivas familias.
Milan no tenía mucho que hacer. La única familia que tenía era Remus, Tonks y Haley. Sin embargo, los tres son magos a los que no podría esconder en una caja para que estén seguros, así que se limitó a ayudar a sus amigos con sus respectivos planes.
Ya despues una carta parlante les llegaran a los tres adultos de su vida, donde contará porque desapareció junto a sus amigos y novios.
Hermione y Ron unos minutos más tarde terminaron de explicar el plan, y Milan les mostro como ya tenía lista la bolsa sin fondo, donde había metido ropa para cambio y otras cosas que probablemente necesitarían.
─ Ahora regreso, me olvide de contarles algo. ─murmuró Milan, saliendo de la habitación, antes que le cuestionarán algo.
Después de un rato, y de huir de la señora Weasley, regreso con un par de libros.
─ Si, el crucio que me lanzó mi madre me dolió, la muerte de Sookie también ─comenzó a enumerar ─. Pero mi "fingido dolor" sirvió para que no me dieran tantas tareas del hogar, y pude leer esto que me traje de Hogwarts.
─ Al grano, Mily. ─pidió Ron.
─ Averigue sobre los horrocruxes...al menos algo.
Los tres chicos se quedaron boquiabiertos.
─ ¿Cómo? ─preguntó Harry ─. Creía que en la biblioteca no había ningún libro sobre Horrocruxes.
─ Si, es cierto. Dumbledore se los llevó todos, pero...no los destruyó. Así que con un poco de magia y muchas prueba y error con el hechizo accio, me trajeron estos bebes. ─señalo los libros que tenía en mano.
─ Me duele que no me avisar. ─murmuró Hermione.
─ Estabas ocupada, cariño. ─Milan le guiña un ojo.
─ Éste es el que da instrucciones explícitas de cómo hacer un Horrocrux: Los secretos de las artes más oscuras. Es un libro horrible,espantoso, lleno de magia maligna. Me gustaría saber cuándo lo retiró Dumbledore de la biblioteca. Si no lo hizo hasta que lo nombraron director del colegio, supongo que Voldemort sacó de aquí toda la información que necesitaba.
─ Pero si ya había leído el libro, ¿por qué tuvo que preguntarle a Slughorn cómo se hacía un Horrocrux? ─se extrañó Ron.
─Voldemort sólo acudió a Slughorn para averiguar qué podía pasar si dividía su alma en siete partes ─aclaró Harry ─. Dumbledore estaba convencido de que Ryddle ya sabía cómo hacer un Horrocrux cuando habló con Slughorn sobre ellos. Me parece que tienes razón, Milan: es muy probable que haya sacado de ahí la información.
Hermione le arrebato el libro de las manos a su amiga, y comenzó a leer como loca. Afortunadamente Milan se los había terminado de leer, así que no hubo problemas.
─ Es horrible como se fabrican...y es muy inestable dividir el alma en tantas partes. Con una ya es muy incierta.
─ ¿Y no hay ninguna forma de volver a juntar las partes? ─preguntó Ron.
─ Arrepintiéndote ─respondió Hermione antes que Milan. La castaña justo había notado que su amiga había señalado esa parte ─. Tienes que arrepentirte de verdad de lo que has hecho. Por lo visto, el dolor que sientes al hacerlo podría destruirte.
─ Cosa que Voldemort nunca hará. ─soltó Harry, rodando los ojos ─. ¿y como se destruyen?
─ Hace hincapié en lo potentes que han de ser los sortilegios que les hagan los magos tenebrosos. Por lo que he leído, deduzco que lo que Harry le hizo al diario de Ryddle es una de las pocas maneras verdaderamente infalibles de destruir un Horrocrux.
─ ¿Ah, sí? ¿Clavarle un colmillo de basilisco? ─preguntó Harry.
─ Pues menos mal que tenemos una gran provisión de colmillos de basilisco, ¿no? ─dijo Ron con sarcasmo─. Me preguntaba qué íbamos a hacer con ellos.
Milan le tiró un zape a Ron, y luego, cuando se calmó, junto a Hermione, siguieron explicando todo sobre los horrocruxes. Además, de ponerse a debatir de cómo terminarían con ellos, y por último, pero no menos importante: donde los encontrarían.
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
Se que aún les debo caps de maratón, pero no se si sepan: me lesione la mano.
Y escribir con una sola es MUY complicado, al menos para mi. So, apenas tenga caps lo subire, como ahora (intentaré terminarlos lo más rápido posible).
pdta: Este capitulo fue algo muy técnico, mucha info de los libros, no había mucho que hacer. si cortaba partes, la historia no tendría sentido, soo, espero que igual les guste y nos les aburra :(
¿opiniones?
pdta: sigue la boda de mi querida Fleur :D
▬ With love, Lucy Rhee (Potter)
▬ palabras; 2517.
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