𝟬𝟱𝟰 | an unbreakable team
054. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗜𝗙𝗧𝗬- 𝗙𝗢𝗨𝗥 ──
❛ 𝖺𝗇 𝗎𝗇𝖻𝗋𝖾𝖺𝗄𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗍𝖾𝖺𝗆 ❜
( Denle mucho amor al cap <3)
[capitulo sin editar, Lucy del futuro se encargará]
Luego del abrazo, ambos coincidieron que era mejor volver a enfermería. Al entrar, los dos avanzaron derecho hasta llegar a la última cama, donde se encontraba Bill Weasley. Milan se colocó entre Ron y Hermione, ya que los dos así lo pidieron. Desde su posición vio a personas como: Ginny, Remus, Tonks (y ahora Harry). Ella no había venido a ver a Bill, porque cuando quiso hacerlo, la profesora Mcgonagall la envió a por Harry.
─ ¿Cómo te encuentras?
─ ¿Como se encuentran?
Hermione terminó corrigiendo a Ron, dirigiéndose tanto a Harry como a Milan. A este primero no lo habían visto desde la mañana, y con respecto a la chica Lupin, ella había estado en todas partes y en ninguna a la vez, incluso Ginny asegura verla en Gryffindor, calmando a los niños de primero y segundo que estaban asustados por lo que paso.
─ Estoy bien.
─ Bien ─contesto Harry ─ ¿Cómo está Bill?
Nadie contestó. Harry miró por encima del hombro de Hermione, y vio una cara irreconocible sobre la almohada; Bill tenía tantos cortes y magulladuras que costaba mucho identificarlo. La señora Pomfrey le aplicaba en las heridas un ungüento verde de olor penetrante.
Sin pensarlo, aquello lo hizo estremecer, le recordaba mucho al momento en que encontró a Milan tirada en el suelo, con los rasguños en la cara, brazos y cuello. En este momento no sabía de quien había sido peor el ataque. Aunque Potter no era él único que sintió aquella sensación extraña, tanto Remus como Tonks parecían tener también aquel "deja vú".
Milan, quien había sido la principal afectada en su propio accidente, parecía aceptarlo. Claro, claro que esto le recordaba aquel día, pero de alguna manera esa ya había sido una página que había pasado.
─ Las mordeduras de hombre lobo son incurables ─murmuró la rubia ─. No creo que Bill se convierta, Greyback no estaba transformado...y él me salvó.
─ Y tú me salvaste a mi. ─Ginny la interrumpió, colocándose a su lado.
Era cierto que ellas jamás habían sido tan cercanas, incluso habían tenido discusiones y roces en varios oportunidades. Sin embargo, también era cierto que Milan había estado en cada recuerdo de Ginny desde que ella tiene memoria: navidades, cumpleaños, días normales.
─ Hemos crecimos juntas, Mily, eres como mi hermana. Bill siente lo mismo. ─termino de decir la pelirroja.
─ Milan, sin ofender, cuando te pasó lo tuyo no tenías a Dumbledore cerca ─añadió Ron, buscando con la mirada al director ─. ¿Dónde está? Bill peleó contra esos maníacos bajo las órdenes de Dumbledore, asíque el director está en deuda con él, no puede dejarlo en la estacada...
─ Dumbledore murió. ─confesó Milan.
─ ¡No! ─Lupin, atónito, miró a Harry con la esperanza de que éste lodesmintiera, pero al ver que se quedaba callado, se desplomó en una silla, al lado dela cama de Bill, y se tapó la cara con ambas manos.
Milan no dudó en avanzar hacia su padre. Pasó uno de sus brazos por la espalda de su progenitor y dejó palmaditas, en un intento de reconfortarlo.
Era la primera vez que Harry lo veía derrumbarse; como tuvo la impresión de queinterrumpía algo íntimo, se dio la vuelta y miró a Ron, con el que intercambió unasilenciosa mirada que confirmaba las palabras de Milan.
─ ¿Cómo ha muerto? ─susurró Tonks ─. ¿Qué ha sucedido?
─ Lo mató Snape ─declaró Harry ─. Yo estaba delante, lo vi con mis propiosojos. Dumbledore y yo fuimos directamente a la torre de Astronomía porque ahíhabía aparecido la Marca. Él no se encontraba bien, estaba muy débil, pero creo quesospechó que nos habían tendido una trampa cuando oyó pasos que subían por laescalera. Entonces me inmovilizó; yo no podía hacer nada, y además llevaba puesta lacapa invisible. Luego Malfoy abrió la puerta y lo desarmó. ─Hermione se tapó laboca con la mano y Ron soltó un gemido. A Luna le temblaban los labios─. Llegaronmás mortífagos, y entonces Snape... Snape... lo mató. Con la Avada Kedavra. ─Harry no pudo continuar.
─ ¡Chist! ¡Escuche!
La enfermera, con los ojos como platos, tragó saliva y se tapó la boca con lamano. Fuera, en la oscuridad, un fénix cantaba de un modo que Harry no había oídonunca: era un triste lamento de una belleza sobrecogedora. Y el muchacho sintió,como ya le había ocurrido anteriormente al oír cantar esa ave, que la música estabadentro de él y no fuera: lo que resonaba por los jardines y entraba por las ventanas delcastillo era su propio dolor convertido, mediante magia, en música.
Milan no tenía ganas de derrumbarse en estos momento, incluso cuando Dumbledore era más que un director para ella. Su padre y Harry la necesitaban bien, no los iba a dejar dolor. Estaba tan ensimismada en aquella idea, que había sido la única que no había entrado en aquel trance provocado por el canto del fénix.
─ Molly y Arthur están en camino ─anunció la profesora Mcgonagall, y rompió el hechizo de la música:todos volvieron en sí de golpe, como si salieran de un trance, y, abandonando susposiciones, miraron de nuevo a Bill, o se frotaron los ojos, o movieron la cabeza ─.¿Qué ha pasado, Harry? Según Hagrid, estabas con el profesor Dumbledore cuando...cuando ha sucedido. Nos ha dicho que el profesor Snape ha participado en...
─ Snape mató a Dumbledore ─dijo Harry.
La profesora lo miró fijamente y se tambaleó como si fuera a desmayarse. La señora Pomfrey, que ya se había serenado un poco, se adelantó e hizo aparecer unasilla que colocó detrás de la profesora McGonagall.
─ Snape ─repitió ésta con un hilo de voz, y se dejó caer en la silla ─. Todos nospreguntábamos... Pero él confiaba... En todo momento confió... ¡Snape!... Nopuedo creerlo...
─ Snape era un experto oclumántico ─intervino Lupin con una voz más ásperade lo habitual ─. Eso ya lo sabíamos
─ ¡Pero Dumbledore nos juró que estaba en nuestro bando! ─susurró Tonks ─.Siempre pensé que el director sabía algo sobre Snape que nosotros ignorábamos...
─ Sí, siempre insinuó que tenía un motivo irrefutable para confiar en él ─musitóMcGonagall mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo con ribete de telaescocesa─. Claro, con el historial que tenía Snape... es lógico que la gente se hicierapreguntas. Pero Dumbledore me aseguró de manera muy explícita que elarrepentimiento de Snape era absolutamente sincero... ¡No quería oír ni una palabracontra él!
─Me encantaría saber qué le contó Snape para convencerlo ─terció Tonks
─ Yo lo sé ─dijo Harry, y todos se quedaron mirándolo ─. Snape le proporcionóa Voldemort la información que provocó que éste emprendiera la búsqueda de mispadres. Pero Snape le dijo a Dumbledore que no se había dado cuenta de lo que habíahecho, que se arrepentía profundamente de haberlo dicho y que lamentaba que mispadres hubieran muerto.
─ ¿Y se lo creyó? ─se extrañó Lupin─. ¿Dumbledore se creyó que Snapelamentaba que James hubiera muerto? Pero si lo odiaba...
─ Y tampoco creía que mi madre valiera un pimiento ─añadió Harry ─, porqueella era hija de muggles... La llamaba «sangre sucia».
Los adultos empezaron a echarse la culpa entre sí, intentando encontrar sentido a lo ocurrido. La mayoría de ellos confiaba en Severus Snape (de alguna manera u otra), y enterarse de todo esto solo traía más dudas a sus mentes.
─ Todavía no me explico cómo pudieroncolarse los mortífagos...─murmuró la profesora McGonagall.
─Yo sí ─dijo Harry, y explicó brevemente lo de los dos armarios evanescentes yel pasillo secreto que formaban─. O sea que entraron por la Sala de los Menesteres.─Casi sin proponérselo, miró a Ron, Milan y Hermione, que estaban anonadados.
─ Lo estropee todo ─soltó Milan, lamentándose por lo ocurrido, sin embargo, no dejaba de ver la cama de Neville, esperaba que en este tiempo llegara alguien a parte de Hazel, pero eso no sucedió ─. Hicimos loque nos ordenaste: abrimos el mapa del merodeador y al no localizar a Malfoypensamos que estaría en la Sala de los Menesteres, de modo que Ginny, Ron, Neville y yofuimos a hacer guardia en el pasillo... Pero Malfoy se nos escapó.
─ Me encargó yo. ─le aseguró Ron, cuando se dió cuenta de lo que pretendía Milan.
Ella agradeció y se fue hasta donde los Longbottom, dejando a su mejor amigo explicando lo sucedido.
─ ¿El se encuentra bien? ─preguntó Milan en un murmullo, luego de ver el estado de Bill.
Hazel subió la mirada y el rostro se le iluminó al verla ─ Milan, hola sí, él está bien, gracias, ¿tu estas bien?
─ Eso creo, es duro ver así a Bill luego de lo mío...y bueno, Harry y mi papá estan devastados por lo de Dumbledore. ─dijo, agachando la mirada y observando sus botas.
La chica asintió, haciéndose a un lado para que Milan se sentará junto a ella. ─ Sí, lo escuche, es una terrible noticia lo del director... creí que este año sería más normal.
─ No creo en los años normales, no más...y lo que nos espera luego de eso. ─suspiro.
─ Sí, aunque la vida no es normal ─encogió sus hombros ─. Sabes, tenemos suerte de estar con vida todavía.
─ Literalmente la poción de la suerte ─Milan soltó una risilla ─. Espero Neville se recupere pronto, me aleje un poco de él todo este año, pero seguíamos siendo amigos.
Aquello hizo sonreír a la chica ─ Gracias, Milan, si estuviera despierto seguro nos diría que estamos siendo algo sentimentales sin él. Me alegra que te tenga este último año. Ahora que me iré a la vida de adulto junto a Cedric es muy raro para mi dejarlo solo, él dice que estará bien y que lo cuidara cuando salgan a Hogsmeade.
─ Espera, espera ─repitió Milan, dejando de apreciar su botas para mirar a Hazel ─. Nos los veo un tiempo y ya te volviste a casar con Cedric, ¿de cuando me perdí?
La chica rió ─ Sí te refieres a que volvimos, no, pero estoy comenzando a considerar esa opción. ¿Crees que... después de lo que pasó sea bueno volver? Ilumíname.
─ Solo sé, que el amor triunfa ─soltó Milan, esbozando una sonrisa de lado ─. Harry y yo vencimos a mi madre...o algo así. Ya estamos bien, solo queda que tu y Cedric hablen como adultos, y se casen, yo seré la madrina.
─ Sí me lo propone te aviso. ─le responde y ambas se mantienen calladas cuando el chico del que hablan se adentra a la enfermería.
─ Invocamos al innombrable.
El castaño frunce el ceño pero va directo a saludar a ambas ─ ¿Estaban hablando de mi? Milan, espero que sean cosas buenas.
─ Solo habla de la invitación de tu boda con Hazel. Yo las haré. ─dijo Milan, haciendo quedar a Cedric atónito, y que Hazel le tirara un zape nada disimulado.
Hazel se aclaró la garganta ruidosamente ─ En realidad solo nos peguntábamos dónde podrías estar.
El chico decidió seguirle la corriente ─ Ah, sí, estaba ayudando a limpiar el pasillo, se rompieron muchas ventanas con la batalla. Me aseguraba de que ninguno de los nuestros haya... ya saben, muerto.
─ Afortunadamente no tuvimos bajas...saben a qué me refiero ─murmuró Milan, volviendo a sus botas.
Hazel nota aquello y le preocupa la reacción de su amiga, aunque no sea nada fuera de lo normal para la situación que están viviendo. La castaña se encarga de analizarla con la sola mirada, aparta el cabello de Milan que le cubría el rostro y se da cuenta de la presencia de unas cuantas cicatrices que le cruzan el rostro e incluso los brazos.
Oh, era cierto. Este último periodo de tiempo Hazel no se había enterado de los más mínimo de la situación de Milan. Había escuchado los rumores que corrían por ahí, incluso el diario, pero siempre imagino que eran mentiras.
─ Creo que yo me he perdido de más ─dijo ─ ¿Qué más pasó en vacaciones que ustedes dos no me han dicho?
La joven mira a Cedric y a Milan en busca de respuestas.
─ Cedric, yo digo que te aparezcas al otro lado del mundo, y llévame contigo. ─soltó la rubia, mirando a su fiel compañero, quien fue uno de los primeros en enterarse de su condición.
Cedric negó ─ Uh, no me veas a mi, Hazel me da miedo.
─ No, ninguno va a ningún lado ─los detuvo Hazel ─. Quiero respuestas, no más secretos o los entierro juntos.
Milan intercambio miradas con Cedric, y este último decidió hablar primero.
─ Bueno. Yo lo sabía, pero ella me dijo que no le contara a nadie.
La chica Lupin miro a Cedric con los ojos muy abiertos ─. Claro, déjame todo a mi ─giró a ver a Hazel ─. Digamos que la madre de alguien la ofreció como regalo a cierto hombre lobo. Afortunadamente no estaba completamente transformado...pero quedan las secuelas.
Claro que Milan quería contarlo, pero decirlo tan serio significaría ponerse triste, y es lo último que necesita ahora.
Hazel sacudió la cabeza, tratando de procesar aquello ─ Entonces... Espera, tengo muchas preguntas. Entonces ¿eres una clase de mujer lobo ahora? Ugh, eso sonó terrible, ¿que clase de secuelas?
─ Tu comes carne cocina, yo la como cruda ─señaló, imaginando por un segundo un gran filete al rojo vivo ─. Y las noches de luna llena, no me transformo, pero si siento todo al mil, lloro mucho, pero eso es por que me duele el cuerpo. Todo esto sin convertirme como mi padre. ─se encogió de hombros.
Se quedó asombrada unos segundos, tratando de adivinar como reaccionar.
─ Lamento que te pasara eso, supongo que es un gran cambio para ti ─ respondió, aunque en realidad no sabía qué más decir y se le notaba en la expresión.
─ Se ve ruda con las cicatrices. Yo la veo y no quiero meterme con ella. ─señaló Cedric, tratando de mejorar el ambiente.
─ Si, no es tan malo ─dijo Milan, aunque odiaba cada noche de luna llena ─. Entiendo un poco más a papá desde entonces.
─ Si ambos lo dicen...
Cuando las puertas de la enfermería se vuelven a abrir, los señores Weasley acompañados de Fleur se unen a la escena. Milan, quien se había apartado de los Longbottom, ahora estaba en medio de Tonks y Remus.
─ Molly, Arthur ─ salto la profesora McGonagall, cuando ambos adultos miraban a su hijo ─. Lo siento tanto...
Todos se hicieron a un lado para dejarlos pasar, incluso se mantuvieron en silencio para que ellos pudiesen llevarse el tiempo de procesar la noticia, y cómo esto podría afectar a su futuro.
─ Bill...─murmuró la señora weasley, dejando un cálido beso sobre la frente ensangrentada de Bill.
─¿Dicen que Greyback lo atacó? ─preguntó el Sr Weasley a la Profesora McGonagall ─ ¿Pero no se había transformado? Así que ¿Qué significa eso? ¿Qué le pasará a Bill?
─No sabemos aún ─le respondió la profesora.
Las miradas se fueron hacia Remus y Milan para buscar respuestas, todo el pequeño grupo sabía que ellos podrían tener las respuestas.
─ Habrá probablemente una contaminación. ─le responde Lupin.
─ Si Greyback no estaba transformado, terminara como yo ─añadió Milan, estremeciéndose un poco mientras sentía la mano se su padre darle un poco de valor, dejando golpecitos en su espalda ─. Créame, señora Weasley, Bill estará bien. Tendrá personas que lo apoyen.
─Gracias ─le respondió Molly ─. A ambos.
En ese momento la señora Weasley tomó el ungüento de Madame Pomfrey, mientras se dirigían nuevamente a la profesora McGonagall.
─¿Y Dumbledore?— inquirió el señor Weasley ─. Minerva, ¿Es cierto... está realmente...?
La profesora asintió y no había necesidad de repetirlo porque la noticia se estaba corriendo por el castillo demasiado rápido.
El ambiente se había vuelto tan tenso no sólo por Bill, si no por aquella noticia que parecía totalmente imposible. Y antes de que alguno pudiese moverse, los sollozos de la Señora weasley se hacen presentes, dejando a todos en sus lugares. Arthur murmura un par de cosas para consolarla pero nada sirve.
─ Por supuesto ─sollozó la señora Weasley, respondiendo algo que Arthur le murmuraba ─. No importa como se vea, no es r-realmente importante... pero era un muchacho muy guapo... siempre tan guapo... y él iba a casarse.
─ ¿Y qué quiegue decig con eso? ─atacó Fleur de forma inmediata.
Es tan rápida su reacción que deja a varios atónitos. Milan se aparta de su padre para caminar hasta Hazel, sacando de su bolsillo una buena porción de chocolate, porque ambas saben que esto terminara en un espectáculo.
─ No preguntes de donde lo saque ─murmuró ─. Hacen falta palomitas.
─ Creo que traigo unas en mi mochila. ─le dijo de la misma manera. Ambas se giran hacia la pelea frente a ellas.
─ Bueno... solo que...
─ ¿Usted piensa que Bill ya no va a quegueg casagse conmigo ─le interrumpió Fleur ─¿Usted piensa que pog esas mogdidas ya no me amagá?
La señora Weasley niega de inmediato —No, eso no es lo que yo...
─ Pogque él lo hagá ─dijo Fleur alzándose en toda su estatura y echando atrás su largo cabello plateado. ─ Tomagá más que un hombge lobo paga que Bill deje de amagme.
─ Bien, sí, estoy segura, pero pienso que quizás dado como-como el...-
─ ¿Usted piensa que yo no queguia casagme con el? O quizás ¿Usted lo espega?— Dijo Fleur con las fosas nasales dilatadas —¿Qué me importa como se vea? Yo soy bonita lo suficiente paga nosotgos dos, cgeo. ¡Todas esas magcas muestgan que mi esposo es bravo! Y yo hague eso.
Gritó por último, dejando la enfermería en total silencio. Entonces empujó a la señora Weasley para arrebatarle el ungüento y hacer lo mismo que ella hace unos segundos.
Nadie dijo nada.
─No sabia que Fleur podía asustarme tanto ─murmuró Hazel a Milan.
─ Y yo que la veía como la tierna chica que me trajo un te cuando me enferme.
─Nuestra tía abuela Muriel ─añadió la Sra Weasley después de una larga pausa, pues nadie más que Harry y Cedric habían escuchado a ambas chicas ─ tiene una muy hermosa tiara, hecha por los duendes, estoy segura que podría persuadirla para que te la preste para la boda. Ella está muy encariñada con Bill, tú sabes, y quedaría encantador con tu pelo.
─ Ggacias ─dijo Fleur rígidamente ─. Estoy seguga que segá adogable.
─ ¿Lo ves? ─dijo entonces una agresiva voz. Tonks fulminaba con la mirada aLupin ─. ¡Fleur sigue queriendo casarse con él, aunque lo hayan mordido! ¡A ella nole importa!
─ ¡Bien! ─chilló Milan con entusiasmo, sonriendo de oreja a oreja porque esto es lo que esperaba desde la primera vez que vio a su padre con Tonks ─ ¡Por fin!
─Es diferente ─replicó Lupin moviendo apenas los labios y poniéndose tenso, fulminando a su hija con la mirada ─.Bill no será un hombre lobo completo. Son dos casos totalmente...
─¡Pero a mí tampoco me importa! ¡No me importa! ─gritó Tonks agarrando aLupin por la pechera de la túnica y zarandeándolo ─. Te lo he dicho un millón deveces, Milan te lo dijo un millón de veces.
─ Y se lo diré un millón de veces más. ─añadió la chica, chocando las palmas con Tonks como si todo esto fuera una victoria.
─ Y yo le he dicho a ti un millón de veces. Milan, no pasara ─replicó Lupin con la vista clavada enel suelo para no mirarla─. Y Tonks, ya te dije que soy demasiado mayor para ti, demasiado pobre,demasiado peligroso...
─ Siempre he mantenido que has tomado una postura ridícula respecto a estetema, Remus ─intervino la señora Weasley asomando la cabeza por encima delhombro de Fleur mientras le daba unas palmaditas en la espalda a su futura nuera.
─ No he tomado ninguna postura ridícula ─se defendió Lupin ─. Tonks merece aalguien joven y sano.
─ Y tu estas sano. Me dijiste que yo estaba sana cuando me mordieron ─señaló, usando las palabras de su padre en su propia contra ─. Así que no te retractes ahora. Tonks es una gran mujer, y lo más importante: te quiere a ti.
─ Ahora no es momento para hablar de esto ─dijo Lupin esquivando todas lasmiradas, y añadió con abatimiento ─: Dumbledore ha muerto...
─Dumbledore se habría alegrado más que nadie de que hubiera un poco más deamor en el mundo. ─dijo la profesora McGonagall con tono cortante.
─ Me vere en la obligación de comprarle una poción de amor a Fred y a George. ─amenazó Milan, entrecerrando los ojos.
El funeral de Dumbledore se estaba llevando a cabo. Muchas personas, de todas partes habían venido a rendirle un último homenaje.
Hermione, Ron, Harry y Milan se habían sentado en la última fila para observar desde ahí. Habían visto cómo algunas personas había dado discursos, como las sirenas del lago habían cantado en honor a la memoria del director, y como incluso los centauros del bosque, a su forma, habían lanzado unas flechas.
Harry miró a sus amigos: Ron mantenía los ojos entornados, como si lodeslumbrara el sol; las lágrimas surcaban el rostro de Hermione, pero Milan estaba tranquila a comparación de hace un rato, cuando unas lágrimas escaparon de sus ojos al inicio del funeral.
Harry se dió cuando que Milan no lo detendría cuando le confesara lo que pensaba hacer luego de esto. Aceptaría lo que se viene porque no esperaba menos de él, pero incluso luego de que lucharon tanto por una relación estable, ahora las cosas habían cambiado. Estuvo a punto de decirle aquello a Milan, si no fuera porque desgraciadamente en su campo de visión había aparecido Rufus Scrimgeour, quien lo llamaba con un movimiento de mano.
Y luego de un lado, una charla, y una negativa de Potter, se había logrado escapar del hombre. Harry comprobó que Percy y el resto de ladelegación del ministerio lo esperaban. Ron ,Hermione y Milan corrían hacia Harry y se cruzaron con Scrimgeour. Harry se dio la vuelta ysiguió andando despacio, dándoles tiempo para que lo alcanzaran. Los tres sereunieron por fin bajo la sombra de un haya donde se habían sentado a veces entiempos más felices.
─ ¿Que quería el tonto de Scrimgeour? ─preguntó Milan con algo de enojo ─. No respeta ni la ceremonia.
─ Quería lo mismo que en navidad ─contestó Harry con desgana ─. Pretendíaque le pasara información confidencial sobre Dumbledore y que prestara mi cara y minombre para hacer propaganda del ministerio.
Ron pareció debatir un momento consigo mismo y luego giro a ver a alguien quien definitivamente le apoyaría: Milan.
─ ¡Dejame volver y pegarle un puñetazo a Percy!
─ ¡Seamos dos! ─la rubia le siguió.
─ No. ─repuso Hermione, tomando del brazo a ambos.
─ ¡Me quedaré muy descansado!
Harry rompió a reír. Hasta Hermione sonrió un poco, aunque la sonrisa se le borróde los labios cuando miró hacia el castillo.
─ No soporto la idea de no volver a Hogwarts, ¿Cómo pueden cerrar el colegio?
─ Si...escuche algo así de la boca de papá. ─murmuró Milan, quien consideraba la escuela como el único hogar que no le habían arrebatado.
Su casa, la casa de su abuelo. Todo aquello que una vez llamo hogar había sido destruido, y junto a ellos alguno de los recuerdos que guardaba en aquellos lugares.
─ A lo mejor no lo hacen —especuló Ron—. Aquí no corremos más peligro queen nuestras casas, ¿no? Ahora no estamos seguros en ningún sitio. Incluso diría queen Hogwarts estamos más protegidos, porque en ningún otro sitio hay tantos magospara defenderlo. ¿Tú qué opinas, Harry?
─ Yo no pienso volver aunque el colegio siga abierto.
─ Y terminaras conmigo, ¿no? ─soltó Milan, sorprendiendo a Harry, así que continuo ─. Me estuviste viendo toda la ceremonia, no te animabas a decirme algo. Estas siendo heroé conmigo, y ya sabes como odio eso.
─ No estoy entendiendo. ─comentó Hermione.
─ Ira donde sus tíos, apuesto ─señalo Lupin, pues había escuchado a su novia en una ocasión, diciendo que a partir de ahora eso haría en vacaciones, ya que hay una especie de protección en aquella casa ─. Y luego a buscar horrocruxes.
Harry no tuvo otra que asentir, Milan lo conocía bien. ─ Eso es lo que Dumbledore quería que hiciera, por eso me locontó todo sobre ellos. Si él tenía razón, y estoy seguro de que así es, todavía quedancuatro. Debo encontrarlos y destruirlos, y luego he de ir en busca de la séptima partedel alma de Voldemort, la parte que todavía está en su cuerpo, y matarlo. Y si por elcamino me encuentro con Severus Snape ─añadió─, mejor para mí y peor para él
Hubo un largo silencio. La muchedumbre casi se había dispersado ya, mientrasque los rezagados rehuían la monumental figura de Grawp, que seguía abrazando aHagrid, cuyos aullidos de dolor todavía resonaban sobre las aguas del lago.
─ Milan, planeaba decirtelo a solas pero...
─ No acepto terminar contigo.
─ Voldemort te usará para llegar a mi. No quiero que te pase nada ─levantó la voz, y luego giró a ver a sus otros dos amigos ─. Ni a ustedes tampoco.
Hermione, Ron y Milan se miraron entre si y echaron una carcajada. Los tres habían hablado de esto cuando Harry no estaba. Algo así iba a decir el azabache, y ellos estaban dispuestos a no dejarlo solo.
─ Nos encontraremos allí, Harry ─dijo Ron una vez paro de reir.
─ ¿Dónde?
─ En casa de tus tíos, bobo ─respondió Milan ─. Y luego iremos contigo allá donde tú vayas. Solo avisaron para saber que ropa llevar, quiero verme bonita.
─ Ni hablar ─replicó Harry; no había previsto eso, creía que sus amigosentenderían que quería hacer solo aquel peligrosísimo viaje.
─ Una vez nos dijiste ─intervino Hermione ─ que teníamos tiempo paraecharnos atrás. Y ya lo ves, no lo hemos hecho.
─ Nos pegaremos a tu como chicle. ─añadió Milan.
─ Estaremos a tu lado pase lo que pase ─afirmó Ron ─. Pero, ¡eh!, antes quenada, incluso antes de ir al valle de Godric, tendrás que pasar por casa de mis padres.
─ ¿Por qué?
─ La boda de Bill y Fleur, ¿recuerdas?
Harry lo miró con asombro; la idea de que todavía pudiera existir algo tan normalcomo una boda parecía tan increíble como maravillosa.
─ Sí, eso no podemos perdérnoslo. ─dijo al fin.
Milan se acercó y plantó un beso en sus labios, y luego extendió su brazo para que Hermione y Ron se unieran al abrazo grupal que comenzaba a formarse entre los cuatro. Porque eso siempre serían: un equipo inquebrantable.
Harry se ánimo un poco al pensar que tendría un poco más de normalidad, empezando por este día. Aún restaba toda una tarde de espléndida paz que podría disfrutar con Hermione, Ron y Milan.
─ ¿Alguien más tiene hambre? ─preguntó la chica Lupin, sacando una pequeña bolsita.
Metió la mano ahí y sacó una gran caja que Ron reconoció de inmediato.
─ ¡Mamá te envio dulces!
─ Si, es que soy su hija favorita. ─ella le sacó la lengua, burlandose.
─ ¡No eres la hija favorita de mi madre! ─replicó el pelirrojo.
Hermione, en una actitud no muy típica de ella, mientras los dos chicos peleaban, se las arregló para arrebatarle la caja de dulces a Milan de las manos, comenzando a correr por el césped en un acto muy infantil.
Estas pequeñas cosas...tan mundanas, alegró el corazón de Harry Potter.
[end of vol three]
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