𝟬𝟯𝟵 | Good morning, miss Grey
039. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗜𝗥𝗧𝗬-𝗡𝗜𝗡𝗘──
── 𝖦𝗈𝗈𝖽 𝗆𝗈𝗋𝗇𝗂𝗇𝗀, 𝗆𝗂𝗌𝗌 𝖦𝗋𝖾𝗒 •˖* 📼 ☄️
(Milan y Ron siempre llegan a mi cocoro <3. No se olviden de comentar y votar, tqm)
Felicidades por las notas en tus TIMOS,
no eres tan tonta como creía.
Al parecer servirás demasiado.
Otra vez ella aparecía en mi vida para cambiarla. Cada célula de mi cuerpo se estremeció con cada una de sus palabras escritas en aquella nota. No entiendo porque luego de tanto por fin se interesó en mi. Desde que estoy en tercer año se escapó de Azkaban, casi a la par de tío Canuto, y durante todo ese tiempo, me ignoro.
Pero al parecer, ahora yo le sirvo para uno de sus sucios propósitos, y ni siquiera sé porque. De lo que uno que estoy segura, es que no se lo permitiré, y mi papá no lo permitirá.
Me protegerá, ¿verdad?
─ Milan ─llamó Ron, levantándose del sofá y viniendo hacia mi, al igual que Harry y Hermione, los tres rodeandome y mirándome con preocupación ─. Parece que viste a un muerto, ¿estás bien?
Como reflejo, guarde aquella nota en mi bolsillo.
Me levanté del suelo con ayuda de Harry, quien me ofreció su mano para levantarme. Y Hermione, que tiempo antes usaba los libros que sacó de mi baúl, dejo aquello de lado vino a pegar una mano en mi frente, verificando mi temperatura.
─ No tiene fiebre. ─soltó Hermione.
─ Pero esta pálida. ─señalo Ron.
─ Quizá son mis gripes de agosto. Estuvimos jugando quidditch hasta tarde en el jardín, debí cuidarme un poco más. ─murmuré, compartiendo una sonrisa con la señora Weasley.
Porque así éramos los cuatro desde que nos conocimos, nos cuidamos entre nosotros. Hermione siempre es la cabeza de la razón y prácticamente la madre del grupo; Ron se preocupa por la salud de todos, y nos intenta divertir cada que estamos tristes; Harry es un amor de persona, aún despues de todo lo que vivió.
Todos somos familia.
─ Cariño, si quieres ve a descansar un poco, te hará bien...─ofreció la señora Weasley, pero fue interrumpida.
─ Milan si quieges...te hago un gemedio muy bueno. Te lo llevage a la habitación en un gato, tu descansa...¡Te haga muy bien! ─soltó Fleur con amabilidad y asentí varias veces.
─ Nosotros la acompañamos.
─ Ron, puedo yo, no te preocupes ─seguí sonriendo, y luego mire a los demás─. No se preocupen, solo tomare una siesta y estaré más fresca que una lechuga.
Subí las escaleras, pensando en aquella mujer a cada paso que daba. Así que luego de cuestionarme muchas cosas durante aquel trayecto, termine llegando a la habitación que compartía con las chicas, y me deje caer en la cama cual pluma.
Estuve ahí un buen rato, sin poder dormir.
Fleur fue muy amable y cumplio su promesa, porque media hora despues, vino a mi habitación y dejó una taza de alguna bebida que olía delicioso, y como si ella fuera una madre, dejo un beso en mis mejillas y se fue para dejarme descansar.
─ Milan...─llamó Ron ─. Abajo ya estamos cenando.
─ Dile a la señora Molly que no tengo hambre, pero que gracias. ─balbucee.
─ Bueno, en ese caso me quedaré contigo.
─ Ve a comer.
─ Prefiero quedarme con una amiga ─dijo, sentándose en el borde de la cama ─. Si quieres decirme porque parecías un fantasma con la nota de Haley, estoy aquí. Pero, si no quieres decirmelo, tambien esta bien, podemos hablar de otra cosa...como de...¿cuantas veces te caeras de la escoba en los entrenamientos?
─ Ni que fuera Ron. ─bromee.
─ ¿Amiga o enemiga?
─ Puedo ser ambas. ─sonreí, animandome un poco.
De un momento al otro, el pelirrojo sin decirme nada, se levantó y salió de la habitación. En ese momento creí que se iría a cenar con los demás, así que tome la cobija y cubrí mis piernas por que hacía un poco de frió.
Tome la taza de la bebida que trajo Fleur y le di un trago a este, sintiendo un toque a limón, miel y menta.
─ ¡Lo encontré! ─exclamó Ron, entrando con una bolsa de tela a la habitación.
─ ¿Qué encontraste? ¿El amor?
─ No, boba ─se indignó, volviendo a sentarse en el borde de la cama, y abriendo aquella bolsa que trajo ─. ¿Te acuerdas cuando teníamos ocho?
─ Ron, apenas recuerdo lo que comí ayer.
Entrecerró los ojos, y dejó caer el contenido de lo que había traído, y cuando lo vi, me trasporte inmediatamente años atrás.
[...]
Se estaban acercando las navidades, y Remus con el dolor de su corazón había tenido que dejar a su pequeña hija con los Weasley, pues le había salido un trabajo muy bueno de último momento, y no podía rechazarlo, ya que ese dinero le servía para mantener a Milan. Él sabía que su hija necesitaba ropa nueva, había pegado el estirón de esta edad, y había dejado atrás casi toda su ropa.
El matrimonio Weasley siempre vió a Milan como una hija más, así que no veían inconveniente alguno en cuidarla ni en tenerla para las fiestas.
Así que hoy, Molly llevó a los niños a que la acompañaran mientras compraba algunas cosas que le hacían falta en casa para la cena de navidad, además de algunos ovillos de estambre para terminar el sueter de su marido.
Los gemelos iban adelante, jugando con Ginny, bueno, más lo que hacían era divertirse con ella, pues estaban tomando su mano y haciendo que ella saltara lo más alto que pudiera, así durante todo el camino. Pareciera que la harían volar en cualquier momento.
Bill, Charlie y Percy se habían quedado en casa, decían que se aburrirían menos ahí.
Atrás de Molly, se encontraban Milan y Ron, los dos niños estaban más que encantados que los demás los ignoraran, porque estaban divirtiéndose jugando a guerra de pulgares mientras comentaban sobre las extrañas decoraciones de navidad que ponían las tiendas por navidad.
Sin embargo, de un momento al otro, Ron soltó a Milan, dejando de jugar y quedándose embobado mirando las vitrinas de una tienda que vendía juguetes para pequeños magos.
─ ¿Qué sucede? ─preguntó.
─ Mira ese muñeco ─señaló el pelirrojo ─, podría jugar con él todos los días.
Él de inmediato corrió hacia su madre, y le preguntó si podría comprarle aquello. A lo que Molly Weasley dijo que no, a pesar que su hijo insistió un par de veces más.
Milan hizo una muequita, y sacó la pequeña bolsa con dinero que su padre le había dado para que se compre algo que necesitara. Por su puesto, que a la menor no le alcanzaba para comprar aquel juguete que su amigo quería tanto, así que tan solo fue hasta él y le comenzó a contar malos chistes, en un intento que olvide aquello.
Unas horas después, y ya en la madriguera, Ron seguía decaído por no tener aquel muñeco que en ese momento deseaba. Así que, la más pequeña de la familia Lupin, en un intento de animar a su amigo, comenzó a recolectar todo lo necesario para la idea que se le había ocurrido.
Una vez tenía todo listo, fue a por su amigo y lo llevó al jardín.
─ ¿Qué hacemos aquí? ─inquirió Ron.
─ No creo que deberíamos comprar aquel feo muñeco ya hecho, cuando podemos divertirnos haciéndolo. ─sonrió ella, extendiendo su brazos y señalando todo lo que había conseguido.
Al pelirrojo aquello no le pareció una buena idea, y estuvo a punto de irse, sin embargo, Milan le pidió que al menos se quedara a acompañarla, a lo que él accedió.
Durante todo ese tiempo, Ron solo se quedó mirándola, triste aún porque no obtuvo lo que quería, pero, luego de un par de minutos, y viendo la felicidad de Milan al cortar y pegar telas y demás, terminó tomando unas tijeras y uniéndose a ella.
─ Viste, es más divertido hacerlo. ─ella movió sus hombros, satisfecha por que se cumplió su cometido.
─ Eres la única amiga que necesito. ─murmuró Ron.
─ Y tu el unico amigo que necesito.
[...]
Parpadee un par de veces, tomando ambos muñecos entre mis manos. Sonreía al recordar aquel día.
─ No pensé que aún lo guardabas. ─balbucee.
─ Tengo eso y las fotos de ti cayéndote de un árbol. ─soltó una risilla.
Luego de eso nos quedamos en silencio, mientras yo seguía admirando los muñecos que habíamos hecho con ocho años. Eran buenos momentos en los que solo nos preocupábamos por divertirnos.
─ Siento que te estás estás guardando cosas, más desde que Sirius murió, y se que te lo haces por no entristecer más a Harry o a tu padre, pero puedes hablarlo conmigo, seré una tumba.
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HABÍAMOS VENIDO A COMPRAR LOS ÚTILES. La verdad es que yo no sabía qué hacer, no podía simplemente incendiar todo el baúl ese y desaparecer todo lo que mandó aquella mujer, para despues comprarme cosas nuevas con el dinero que papá me envió, eso sería muy raro.
Así que dije que quería acompañarlos, y así vine.
─ No sé si vamos a caber todos ahí dentro ─observó Hagrid tras detenerse delante de la tienda de Madame Malkin y mirar por el escaparate ─. Si les parece bien, me quedaré vigilando aquí.
Nosotros asentimos.
Los señores Weasley mientras fueron a comprar los libros de texto para todos, nos habían dejado al cuidado de Hagrid, con quien nos encontramos al llegar aquí.
Bueno, luego de asegurarle a Hagrid que saldríamos rápido, los cuatro entramos a la tienda, que a primera vista, parecía estar vacía, sin embargo, tan pronto como dimos unos pasos más, oímos una voz conocida detrás de unos percheros que tenían túnicas de gala.
─...no soy ningún niño, por si no te habías dado cuenta, madre. Soy perfectamente capaz de hacer las compras por mi cuenta.
─Mira, querido, tu madre tiene razón; en los tiempos que corren no es conveniente pasear solo porahí, no tiene nada que ver con la edad...
─ ¡Quiere hacer el favor de mirar dónde clava el alfiler!
Giré sobre mis talones, encontrándome con un chico de piel pálida y cabello platinado, que ahora salía desde detrás de aquel perchero. Él llevaba puesto una elegante túnica de color verde oscuro, y una reluciente hilera de alfileres.
─ Si te preguntas por qué huele mal, madre, es que acaba de entrar una sangre sucia ─anunció Draco Malfoy, viendo a Hermione.
─ ¡No hay ninguna necesidad de emplear ese lenguaje! ─lo reprendió Madame Malkin saliendo de detrás del perchero a toda prisa, con una cinta métrica ─. ¡Y tampoco quiero ver varitas en mi tienda! ─se apresuró a añadir.
─ Dejenlo, no vale la pena. ─murmuré, adelantándome unos pasos para evitar que tanto Harry como Ron saquen sus varitas.
De pronto, vi a la madre de Draco hacerle una seña a este, una que no entendí, pero hizo que su hijo avanzara en mi dirección, quedándose a escasos centimetros míos, aligerando su mirada. Sus ojos grises me analizaron por unos segundos.
─ Buen día, señorita Grey. ─dijo, para despues dejar un beso en mi mejilla.
Parpadee varias veces, confundida por lo que acababa de pasar. Giré por reflejo a ver a Harry, y tuve que tomar su mano para que bajara la varita y no atacara al rubio.
No lo hacía por Draco, lo hacia por mi novio, no quería que lo castigaran por usar magia.
─ ¡Bah, como si te atrevieras a hacer magia fuera del colegio! ─se burló Malfoy─. ¿Quién te ha puesto el ojo morado, Granger? Me gustaría enviarle flores.
─ ¡Basta ya! ─ordenó Madame Malkin, y miró a sus espaldas en busca de ayuda ─. Por favor,señora...
La madre de Draco la miró con aire despreocupado.
─ Guarden las varitas ─le exigió con frialdad a Harry ─. Si vuelven a atacar a mi hijo, me encargaré de que sea lo último que lo hagan..
─¿Lo dice en serio? ─la desafió Harry. Avanzó un paso y miró con fijeza a la mujer cuyo arrogante rostro ─. ¿Qué piensa hacer? ¿Pedirles a algunos mortífagos amigos suyos que nos liquiden
─ Chicos, no deberían acusar... Es peligroso decir cosas así...¡Y bajen sus varias!
Pero Harry no la bajó, y la señora Malfoy esbozó una desagradable sonrisa.
─ Veo que ser el preferido de Dumbledore te ha dado una falsa sensación de seguridad, Harry Potter.Pero él no estará siempre a tu lado para protegerte.
─ ¡Ostras! ─exclamó Harry, mirando alrededor─. ¡Ahora no lo veo por aquí! ¿Por qué no lo intenta? ¡Quizá le encuentren una celda doble en Azkaban y pueda ir a hacerle compañía al fracasado de su marido!
Draco, furioso, se abalanzó sobre Harry, pero tropezó con el dobladillo de la túnica. Ron soltó una carcajada, y yo le tire un zape para que no siguiera, eso solo los enfurecería a ellos.
─¡No te atrevas a hablarle así a mi madre, Potter! ─gruñó.
─ No pasa nada, hijo ─intervino la mujer, poniéndole una mano de delgados y blancos dedos en el hombro para sujetarlo ─. Creo que Potter se reunirá con su querido Sirius antes de que yo vaya a hacer compañía a Lucius.
Madame Malkin titubeó un momento y decidió comportarse como si no pasara nada, con la esperanza de que realmente no llegara a pasar nada. Se inclinó hacia Draco, que todavía miraba con odio a Harry, y dijo:
─ Me parece que tendríamos que acortar la manga izquierda un poquito más, querido. Déjame...
─¡Ay! ─chilló Draco, y le dio un golpe brusco en la mano ─. ¡Cuidado con los alfileres, señora!Madre, creo que no quiero esta túnica...
Se quitó la prenda por la cabeza y la arrojó al suelo, a los pies de Madame Malkin.
─ Tienes razón, hijo ─coincidió Narcisa, y le lanzó una mirada de profundo desprecio a Hermione─, ahora veo la clase de gentuza que compra aquí. Será mejor que vayamos a Twilfitt y Tatting, y tu deberías hacer lo mismo, Milan.
Madre e hijo abandonaron con aire decidido la tienda y, al salir, Draco se aseguró de tropezar con Ron y darle tan fuerte como pudo.
─ ¿Porque de pronto es amable conmigo? ─inquirí confundida, y Hermione tan solo negó, sin entender tampoco es porque de la actitud de Malfoy.
Se supone yo siempre fue la "Maldita mestiza" "Hija del licántropo", siempre me odio, y tan solo me soportaba cuando salía con Theodore.
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AL PARECER LO QUE NECESITABA, era un dosis de la creatividad y locura de los gemelos. El local que tenían era algo deslumbrante, nada comparado con los soso negocios de los lados.
Es escaparate de la izquierda, estaba lleno de artículos novedosos, artículos que giraban, reventaban, destellaban y explotaban, haciéndome reír por los graciosos que se veían.
Y cuando me gire al ver en de la derecha, me encontré con un gran cartel morado, que con letras amarillas brillantes decían.
¿Por qué le inquieta El-que-no-debe-ser-nombrado?
¡Debería preocuparle
LORD KAKADURA,
la epidemia de estreñimiento que arrasa el país!
Estalle en risas, e incluso cuando escuche a la señora Weasley desaprobar el cartel, no pude contenerme.
En ese momento no importó separarme del grupo, siendo la primera en entrar a la tienda de los gemelos, la cual estaba abarrotada de personas, lo que me dificultaba dirigirme hacia ellos, pero me las arregle para abrirme paso entre el mar de clientes.
─ ¡Fred, George! ─chillé, saltando a sus brazos.
Ambos se las arreglaron para no perder el equilibrio conmigo encima, y como ya era una costumbre, ambos con sus manos despeinaron mi cabello, el cual ahora me llegaba más abajo de los hombros.
─ ¿Cómo estás? ─preguntó Fred, mientras íbamos hacia Harry, Hermione y Ron.
─ No mejor que ustedes, Merlin, que bien les va, soy hermana orgullosa. ─sonreí.
Ellos dos se alegraron, y en verdad, de todo corazón yo deseaba que siguieran así, me parece muy admirable que lucharán por esto, y hagan lo que les gusta, sin miedo a nada.
Algún día el mundo también conocerá mi nombre.
─...¡Caramba, esto es magia muy avanzada! ─escuchamos comentar a Hermione, que miraba a Harry de reojo.
─¿Cómo estás, Harry? ─los gemelos y mi novio se estrecharon la mano ─. ¿Y a ti qué te ha pasado en el ojo, Hermione?
─ Ha sido ese telescopio zurrador que encontré en su habitación. ─contestó ella, frunciendo el ceño y estremeciéndome como si volviera a recibir el golpe.
─ ¡Ostras, no me acordaba! Toma...─Fred se sacó una tarrina del bolsillo y se la dio; Hermionedesenroscó la tapa con cautela y contempló la espesa pasta amarilla que contenía ─. Póntela en el ojo ydentro de una hora el cardenal habrá desaparecido.
─¿Seguro que es inofensivo?
─ Si, claro, Milan lo hizo para nosotros.
Yo me quede congelada en mi sitió, viendo a Hermione girar ante las palabras de George, abrió sus ojos de par en par y me señalo con el dedo.
─ ¡Tu sabías!
─ No, yo no sabía...¡ellos mienten! ─chille con terror, tomando a Ron como escudo, mientras veíamos a los gemelos se llevaban a Harry hacia otra zona.
Luego de eso, me pase un buen tiempo explicándole a Hermione que yo no tuve las intenciones de dejarle el ojo así, solo que no tenía los materiales necesarios para hacer el remedio casero que en el pasado, le enseñe a hacer a los gemelos.
En fin, Hermione y yo nos pasamos por toda la tienda, revisando cada artículo y discutiendo sobre su uso y la magia que emplearon para hacerlo. Yo por mi parte, metía todo lo que me parecía novedoso a una cajita sin fondo que los gemelos me habían dado, decían que meta todo lo que quiera, que era gratis, y era mi regalo de cumpleaños, que por cierto, es mañana.
Más tarde, nos terminamos reuniendo con Ginny, y un poco despues con Harry y los gemelos. Siendo estos últimos quienes comenzaron a interrogar a su hermana menor sobre sus actuales pretendientes y demás.
─ ¿Donde estará su madre? ─preguntó Harry, frunciendo el entrecejo, mientras Herms y yo nos acercábamos a él, para ver que era lo que veía.
En ese instante, logramos alcanzar a ver a Draco Malfoy ─por poco nos lo perdemos─. El rubio iba calles arriba, pero segundos despues, lo terminamos perdiendo de vista. Me sorprendía un poco que se fuera así, y sin su madre, considerando lo pegados que son.
─ Quizá la dejo comprando otras cosas, para ahorrar tiempo, no lo sé. ─balbucee.
─ Pero, ¿porqué haría eso? ─se extrañó Hermione.
Harry se quedó pensando por un breve periodo de tiempo, y antes que podamos decirle algo, estaba sacando su capa invisible de la mochila.
─ Rápido, Hermione, Ron, metanse de bajo de la capa. ─les ordenó.
─ Anda, Milan, vamos. ─llamó Ron.
─ No es necesario de venga. ─escuche murmurar a Harry.
─ Tonterías. ─Hermione tiró de mi y terminamos deslizandonos bajo la capa.
No se porque Harry quería que no vaya, pero ya me encontraba aquí en el manto de la invisibilidad. En fin, no quiero hacerme ideas; nosotros tan solo aprovechamos que todos estaban concentramos en otras cosas, tanto que ni Hagrid que estaba afuera nos noto.
Pero nos demoramos mucho, que terminamos perdiendo a Malfoy de vista.
─ Creo que es él. ─señalé al callejón Knockturn.
Harry asintió sin decir nada, solo comenzó a acelerar su paso, casi corriendo.
─ ¡Rápido o los perderemos! ─exclamó, por fin.
─ ¡Nos van a ver los pies! ─advirtió Hermione, angustiada, y era verdad, la capa nos ondeaba alrededor de los tobillos; habíamos crecido tanto que la capa no nos cubría por completo, bueno, al menos a ellos, yo era unos centimetros más bajita que Granger.
En fin , luego de correr y quedarnos sin aire, logramos ver como Draco entraba dentro de esta tienda rara llamaba Borgin y Burkes, donde se vende cosas siniestras, perturbadoras y extrañas.
─ Olaja escucharamos...
Ron no me dejo decir nada más, tan solo comenzó a rebuscar entre la caja que llevaba en manos, y de ahí sacó un par de orejas extensibles, con las cuales ya podríamos escuchar la conversación; así que juntamos cabezas y acercamos los oídos al extremo de las cuerdas.
Así que unos minutos despues, luego de escuchar toda conversación de Drao y el vendedor, lo único que me quedo es que él quiere comprar un objeto, y reparar otro, aunque no logramos ver de qué se trataban estos.
─ Ni una palabra a nadie, Borgin, y eso incluye a mi madre, ¿entendido?
─ Por supuesto, por supuesto. ─murmuró Borgin, y volvió a hacer una reverencia, otra vez.
La campanilla de la puerta sonó cuando Malfoy salió de la tienda, incluso pasó muy cerca de nosotros, pero afortunadamente no nos notó.
─ ¿De qué hablaban? ─susurró Ron, mientras se guardaba las orejas extensibles.
─ No lo sé ─dijo Harry, inclinando su cabeza de lado, señal de que intentaba encontrarle sentido a lo que escucho, sip, lo conozco más de lo que imagina ─. Malfoyquiere que le reparen algo... y que le guarden algo que hay en la tienda. ¿Vieron qué señalabacuando dijo «no olvide guardar bien ése»?
─ No, el armario lo tapaba.
─ Quédense aquí. ─susurró Hermione.
—¿Qué...?
─ No va a funcionar. ─señalé, sabiendo que paso por la mente de mi castaña amiga.
Cinco minutos despues, y cuando salió corriendo de la tienda, me dió la razón.
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─ ¿Me vas a hablar? ─pregunté, acomodandome la bufanda que la señora Weasley religiosamente me regalaba todos los años, bueno, en realidad mañana es mi cumpleaños, pero la encontré con las manos en la masa, y me las termino dando antes.
Pero vamos al punto. Desde que llegamos de comprar todos los útiles, Harry no me ha hablado, ni en el almuerzo. Lo cual me tiene preocupada, y creo que tiene que ver con Malfoy.
─ No quiero pasar mi cumpleaños peleada con mi novio. No sería un "Feliz cumpleaños" ─solté, acercándome cada vez más a él, que estaba sentado en la cama de su habitación ─. Solo sería "Cumpleaños", osea, no feliz.
─ ¿Hablaste con Malfoy antes? ─me interrogó ─. Es decir, se que hablas con Theodore, y no te puedo decir de quien ser amigo, ¿pero Malfoy? ─soltó con desprecio ─. Te ha insultado toda la vida.
─ ¿Estas celoso?
─ No lo estoy. Solo que no me parece que Malfoy actuara así, y es decir...¿Señorita Grey?
─ Para empezar, estas enojado conmigo por algo que no hice yo, porque no le pedí a Draco que me saludara así, ni que me llamara por el apellido de mi madre, Harry.
Soltó un fuerte suspiro.
─ No lo sé, Milan.
─ Yo tampoco se que bicho le picó a Malfoy, pero ten por seguro que le tiraré un maleficio apenas pueda hacer magia. ─dije con un poco de humor, sentandome a su lado.
Espero no recibir nada más de mi madre.
Ambos nos quedamos viendonos por un rato, podría resultar extraño, pero nos gustaba hacer eso. De pronto, a Harry se le dibujó una leve sonrisa.
─ Tendrás un feliz cumpleaños ─me aseguró ─. Tienes razón, algo le pico Malfoy. No tengo porque desconfiar en ti, además no eres tu madre.
No lo soy . . .
─ La próxima vez hablemos, creo que es mejor a ignorarnos.
─ Tienes razón.
─ ¿Cuando no la tengo? ─inquirí, levantándome con aire juguetón de la cama.
Harry me imitó, y terminó levantándose. De pronto, una chispa de brillo apareció en la mirada de él, haciendo que mi corazón latiera a mil por horas. Con su mirada fija en mi, avanzo unos pasos para romper la barrera de la distancia entre nosotros.
Colocó una de sus manos en mi mejilla, y unió sus labios contra los míos, haciendo que una pequeña corriendo pasara por todo mi cuerpo. Cerré mis ojos, mientras continuaba el beso.
La presión de su labios contra los míos, y la pasión del momento, hizo que me empujara con poco, sintiendo como mi espalda chocó suavemente contra la pared.
Mis manos jugueteaban con su cabello, y tan solo nos detuvimos cuando sentíamos una tercera presencia aquí, bueno, y una cuarta también, pues nuestros dos amigos aparecieron en la habitación.
─ Nunca más los volveremos a cubrir. ─señalo Hermione algo molesta.
─ Casi te la comes, Harry, más respeto con la distinguida dama. ─bromeé Ron, a quien le hacía gracia todo esto.
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MI PAPÁ HABÍA VENIDO MUY TEMPRANO AL DÍA SIGUIENTE, es decir, por mi cumpleaños. Paso un buen rato conmigo y con los demás chicos, pero al final dijo que tenía una sorpresa para mi, y que me regresaba a la madriguera temprano.
Me pidió tomar su mano y que cerrara los ojos, así que eso hice. De pronto, sentí como el suelo que pisaba ya no era el césped de afuera de la casa Weasley, si no, volvía a sentir madera.
─ Puedes abrir los ojos. ─me dijo papá.
Efectivamente, estaba en otro sitió. Miré a todos lados, encontrándome con una gran mansión, o al menos eso parecía desde aquí, parecía estar abandonada, y ser muy antigua y vieja. Incluso tenía en las esquinas telarañas y en los muebles mucho polvo.
Sin embargo, no pude seguir analizando más el lugar, pues una cabellera rubia y aquella gran sonrisa llamaron mi atención. Corrí de inmediato a los brazos de tía Haley, dejando que esta me abrazara.
─ La última vez que te vi eras más chiquita ─ murmuró, tomando mi mano y haciendo que de una vuelta ─. Estas hermosa, y feliz cumpleaños.
─ Gracias.
Termine de bajar con ella las escaleras, y nos quedamos mirando lo que al parecer era una cuadro, cubierto de una gran sábana blanca.
─ ¿Qué es esto? ─pregunté extrañada ─. ¿Que es este lugar?
Ella colocó sus dos manos en la cintura, mirando con orgullo todo el sitió.
─ He dicho convertir la casa de mis padres en un refugio.
─ ¿Como? ¿Un refugio de lechuzas o algo así? ─ inquirí
─ Para jóvenes magos o brujas como tu que necesiten un hogar donde quedarse ─comenzó a contarme su proyecto ─. O que perdieran a sus padres, o simplemente necesitarán salir de su casa por problemas.
─ ¿Como se te ocurrió?
─ Sirius se escapó de su casa por su familia, se fue a la de los Potter, y lo acogieron. No todos tiene la misma suerte ─comentó ella ─. Y la propiedad de mis padres esta de adorno, porque yo duermo en donde la noche me atrape, así que prefiero convertir esto en algo que le sirva al mundo mágico.
─ Lo protegeremos con magia, pero por ahora nadie debe saber sobre esto. ─completó papá.
Yo asentí repetidas veces, y luego de insistencias de Haley, fuimos a recorrer en lugar, los tres grandes pisos de esta enorme mansión, la cual tenía habitaciónes espaciosas y con cosas muy antiguas, como libros, espejos, sofas, etc. Podría quedarme aquí a analizar cada una de esas cosas, no me aburriría, es como un museo.
─ Por cierto, yo no te envié ningún baúl. ─comentó tía Haley de la nada.
─ Si, jovencita, ya lo sabemos ─preguntó papá, cuando se dió cuenta que yo comenzaba a jugar con mi cabello, me conoce tan bien el viejito ─. ¿Algún día pensabas decirlo?
─ ¿Decir que? ─inquirí, fingiendo demencia.
─ Molly contó que recibiste un baúl y dijiste que era de Haley. ─señalo mi progenitor.
Así que no tuve de otra.
─ No quería preocupar a nadie, es todo ─murmuré, sacando la nota de mi bolsillo, pues aún no había sido capaz de romperla ─. Estaba con esto....y ya no me compre nada con lo que me mandaste porque sería muy extraño para el resto verme comprar doble de todo.
Mi padre leyó la nota y luego que tambien Haley la viera, con magia la hizo desaparecer, haciendo que esta se quemara hasta reducirse a cenizas.
─ Cuando entres a Hogwarts, estarás bien, ella no podrá llegar a ti. ─aseguro papá, y Haley coincidió ─. Y se que Tonks estará en Hogsmeade para cuidar a Harry, pero podría informarnos si ve a Grey, de todas formas, también queremos tener un ojo sobre ella.
─ Parece que es mano derecha de Voldemort, como Lucius ─comentó papá al verme confundida ─. Ella vio algo en ti, aún no se que es.
─ Tal vez vio cómo luché en el ministerio, y le pareci buena para lo que sea que planea en el lado de los mortifagos. ─murmure.
Me quedé en silencio por un rato, viendo como los adultos se ponían a pensar en algo, al igual que yo, que me puse a repasar porque diablos me quería ahora, es así, como luego de unos minutos, una propuesta pasó por mi cabeza.
─ ¿Y si es por Harry? ─pregunté con miedo, y casi titubeando ─. Soy muy cercana a él y...
─ No creo que sea por eso, cariño ─señaló papá, tranquilizandome ─ ¿Algo más que quieras decirme?
Yo negué, pero aún sentí su mirada encima mío, así que podía adivinar que ya le habían contado algo sobre lo que pasó, y lo único que yo no le había comentado era mi encuentro con Malfoy.
─ Draco insulto a mis amigos, pero se comportó amable conmigo, y saludó con un beso en la mejilla y diciendo "señorita Grey"
Ambos adultos asintieron.
─ Debes contarnos todo lo que pase, ¿bien? ─señalo Haley.
─ Solo así podremos protegerte ─comentó papá ─. Sin secretos, Milan . . .
¿Podré cumplir?
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─ ¿Vienes con nosotros a buscar compartimientos? ─le preguntó Harry a Ginny.
─ No puedo, Harry, he quedado con Dean ─se disculpó ella con una sonrisa y se fue ─. Nos vemos luego.
─ Amor, me temo que yo también te abandono, sin embargo ─le dije un poco apena, acercándome a él para así besar sus labios rápidamente ─, vendré a por ti en un rato, no creo demorarme.
La verdad es que el simple hecho de recordar a Malfoy, me revolvía el estomagó, y quería saber porque, y como solo tengo a una persona que pueda ayudarme, decidí ir a buscarla.
Sin embargo, mi paso se vio interrumpido por aquel idiota de hufflepuff: Zacharias Smith.
─ No doy autógrafos. ─solté cuando el se me quedó viendo, y solo pretendí seguir avanzando.
─ Solo quería saber sobre que paso en el ministerio.
─ Y yo quiero saber como hacer rosa a un escarbato. ─contraataque.
─ Vamos, eramos amigos en la ED ─insistió, tomando mi mano para que yo no siga avanzando ─. Milan, vamos...
Sin poder contenerme más tiempo, saqué mi varita y conjuré el maleficio de mocomurciélagos, y pretendí irme de ahí sin dejar rastros, pero mi plan se esfumó al instante en que vi aquel adulto
─ Juro que hay una explicación. ─murmuré con miedo de que me castigara, supongo que este hombre es el profesor Slughorn.
Escondí mi varita, dando toquecitos al suelo con mis botas.
─ ¡Pero mirá esa habilidad, señorita...!
─ Lupin, Milan Lupin. ─sonreí, aun confundida por su felicitación.
─ Así que eres Milan Lupin.
─ Y usted el profesor Slughorn, ¿verdad?
Él asintió, pasando una de sus manos por mi hombro, avanzando e ignorando por completo a Zacharías.
─ Tienes talento, niña ─halago ─. Y me complacería que vinieras al compartimiento C en una una hora.
─ ¿No me castigará?
─ Claro que no. ─soltó, como si mi pregunta fuera algo muy loco.
Luego de eso, él se terminó yendo, y yo muy confundida, seguí con mi camino.
Sookie se escondió en mi chaqueta, y tan solo la deje acomodarse ahí mientras caminaba por los pasillos del tren, rogando por encontrarlo a él fuera de la zona de los alumnos de slytherin de sexto, porque si entro ahí, probablemente solo saldré llegó de tirar muchos maleficios.
─ ¿Qué buscas? ─alguien me preguntó.
─ Busco a...¡Theo! ─chillé, abrazandolo.
─ Hola a ti también. ─me devolvió el saludo, y segundos despues nos separamos.
Mire a todos lados, agradeciendo que no había tanta gente aquí.
─ Debo ir a una cosa rara ahora, pero, quería preguntarte algo...más bien, pedirte algo, para variar.
─ Claro, dime.
─ Es sobre Malfoy.
─ ¿Te hizo algo?
─ Bueno, se portó amable conmigo, eso es raro.
─ Ahora estoy yendo al vagón de los alumnos de sexto de mi casa, si quieres intento averiguar algo.
─ Te debo una.
─ Nada de eso, tengo suficiente con tu amistad, Mills.
Yo sonreí de lado. ─ Gracias.
No nos entretuvimos más, puesto que más alumnos comenzaron a venir. Así que una vez había hecho todo lo que pretendía hacer, tan solo me dedique a buscar a Harry de nuevo, sin embargo, no lo encontré.
Tal vez esta con Neville.
En fin, cansada de estar de pie, me metí a compartimiento vacío a dejar de ser una cabra loca y caminar por ahí.
Aunque mi paz y tranquilidad no duró mucho, pues escuche un estruendo, acompañado de una queja.
─ ¡Por todo lo bueno en este mundo!
─ Huelo a agresividad, Hazel debe estar cerca. ─solté divertida, viendo a mi amiga sacudirse la ropa, pues había tropezado ─. Hola
La castaña sonrió ─Lo siento, se supone que nadie debía escucharme decir eso.
─ Tranquila ─salí a ver como estaba, y si necesitaba ayuda, pero ya estaba levantada ─. Solo se escucho hasta Durmstrang
De un momento al otro, escuché maullar a un gato, y me di cuenta que se trataba del animal que acompañaba a Hazel.
─ Uy sí, Milan, él es Pandora ─presentó ella ─. Pandora, ella es tu tía Milan
Abrí los ojos de par en par, esbozando una gran sonrisa al ver al pequeño gato gris y hermoso que tenía entre brazos.
─ Si se come a Sookie, le doy 1000 galeones ─intente negociar, y luego se acercó a darle caricias ─. Es muy hermoso, Hazel
─ Gracias, Neville me lo ha regalado estas vacaciones, creí que no sobreviviría el primer día.
─ Mujer de poca fe ─solté, imitando una voz chistosa ─. Pero bueno, ¿como estas?
Vi a Hazel tomar una gran bocanada de aire, y me puedo imaginar el porque de eso, ya en una carta me había contado lo que había pasado, y aunque no me explicó mucho sobre su separación con Cedric, no tuve corazón de preguntarle sobre detalles.
Tan solo le respondí con cosas divertidas que se me ocurrieron, en un intento de hacerla sonreír.
─ Bien ─se limitó a decir ─ ¿Y qué hay de ti?
Comencé a ver mis zapatos ─. Mejor...deberíamos hablar de otra cosa.
No es que estuviera mal, pero hay muchas cosas carcomiendo mi joven cabeza, y sinceramente no quería hablar mucho sobre eso.
La vi fruncir el ceño. ─ Entiendo, pasan demasiadas cosas ahora, ¿No lo crees? A veces pienso que no deberíamos estar aquí pasando esto siendo tan menores y eso que no te he contado lo que Emma se la ha pasado haciendo este verano
─ ¿Emma te dijo que hace? ─pregunté, y luego mire como paranoica a todos lados ─. Mi papá ni Tonks ni Haley me quieren decir de qué va todo esto ahora.
Bueno, no todo.
─ Sí, aunque bueno, no es no es necesario porque literalmente se planta como gnomo al suelo todo el día fuera de la casa con su varita. ─respondió ella, haciendo que ambas soltemos una leve risa.
En ese momento, creí que estaríamos más cómodas en asientos y no en medio de un pasillo.
─ ¿no quieres entrar a un compartimiento? ─le pregunté, aunque de inmediato recorde que quizá ella esté yendo para otro lado ─. Nos sentamos... A menos que tengas que ir a otro lado
─ Claro, vamos a dentro, debemos ponernos al tanto de los chismes y estoy segura de que Cho puede esperar más sin mi.
─ Quizá se ahorca con una varita de regaliz. ─bromee, entrando a donde antes estaba, con Hazel detrás de ella.
─ Ella tiene más ganas de vivir que yo, así que lo dudo. ─admitió ella, sentándose junto a mi en el compartimiento ─¿Y bueno, tienes chismes para mi?
La rubia se crucé de piernas, por fin notando con más detenimiento como Hazel había cambio. Parecía estar más chiquita de lo normal, y era claro que había bajado un poco de peso, además su cabello estaba desordenado.
Bueno, le reste importancia, tal vez le afectó mucho lo de Diggory.
─ No hice nada interesante este verano, solo con los Weasley, Harry me comió, y Malfoy me beso la mejilla. ─esto último hizo que ella se estremeciera ─,¿y... tu?
Hazel por poco se le cae su mascota al escuchar lo último. Por suerte los gatos caen de pie.
─ ¿Qué? ─soltó ─. De acuerdo, entiendo eso de Harry pero, ¿Qué? ─abrió los ojos tanto como pudo ─. Milan, ¿Estás con Harry y Malfoy? Milan ni siquiera pudo responder a eso cuando Hazel volvió a hablar ─. Dime la verdad.
─ ¡Que Merlín no te escuche! ─chillé con espanto ─. ¡No!, yo solo salgo con Harry, y espero seguir así...
Hice una pausa, rogando que mi relación con Harry no se vaya por el caño.
─ Y con respecto a Malfoy, no se porque se portó bien conmigo y me saludo, casi siempre me insulta y así.
La chica soltó una gran bocanada de aire, tomando su pecho con alivio.
─ Ay, por poco me voy al más allá ─admitió ─. Pero me alegro escuchar eso, creí que te referías a otra cosa con que Malfoy te beso, en fin, ¿Por qué su cambio de humor? ¿Es por Theodore o algo así?
─ ¿Crees que Theo lo envío a conquistarme por el o algo así? ─pregunté extrañada, porque no se me había ocurrido la posibilidad.
Encogió sus hombros ─ No, solo creí que le dio un zape para que se portara bien contigo.
─ Podría ser... Aunque su madre le hizo una seña... No lo se, muy extraño ─murmuré ─. Pero solo hablamos de mi, mejor hablemos de ti, ¿como llevas el tema del que-no-debe-ser-nombrado? Y no hablo de Voldemort
─ Bien, creo... ─ella formó una mueca ─. No lo se, cuando no me acuerdo me siento bien pero luego es... como si algo me hiciera falta y es cuando me quedo en cama todo el día pensando.
Era claro el tono de tristeza de Hazel al hablar, en su mirada ya no podía encontrar aquel brillo resplandeciente que había cada que hablaba de Cedric Diggory, parece que eso se desvaneció de la noche a la mañana.
─ Esta bien no estar bien ─comente, y luego me encogí de hombros ─. Eso me dijo Ron cuando me vio triste este verano.
Sonreí, e intenté empatizar un poco con el dolor de ella.
─ Siempre podrás contar conmigo, ¿si?
─ Sí, pero no voy a llorar, eh. ─advirtió ella, haciéndome reír.
─ Deberíamos hablar de cosas menos tristes... ─sugerí ─. Como... Uhmmm, use vestidos coloridos todo el verano, fue un castigo de mi padre.
─¿De verdad? ¿Por qué te castigo? ─sorbió su nariz ─¿Qué hiciste, Milan?
─ ¡yo soy adorable! ─ se defendió la rubia, aunque de inmediato sintió la pesada mirada de Hazel encima de ella ─. Bien, digamos que me porte mal con Harry y con los demás el día que nos despedimos en la estación... Y porque no escuche a mi padre cuando me hablaba. Siento que solo me castigo para divertirse.
La castaña negó en desaprobación ─ Tienes que hacer caso a tu padre, Milan, ¿sabes lo que yo daría por tener uno?
Yo...no sabía cómo responder a eso.
─ Es broma ─soltó Hazel de pronto ─, ¡Pero si tienes que hacerle caso!
─ En mi defensa, entre a mi mundo, justo cuando el me hablo, yo no controlo eso.
─ Bueno, entonces pon atención ─regaño, dejando que Pandora se recostara entre ambas, mientras el gato gris restregaba su cabeza sobre mi mano, exigiendo que le hiciera mimos
─ Está bien, "mamá". Por cierto, si Pandora desaparece, yo me la robe.
─ Oye, oye, con Pandora no porque me muero ─la chica de inmediato tomó a su gato.
─ Cuando te descuides... ¡PUM! ─hice un extraño ruido, acompañado de un movimiento de mano, simulando una explosión ─. Me la robo, de todas formas Padma me ayudara a entrar a tu sala común.
Hazel entrecerró los ojos, aferrándose a su mascota ─ Consiguete el tuyo.
Justo en ese instante, la puerta del compartimiento se abrió de par en par, haciéndonos saltar del asiento cual gato...sin ofender a Pandora.
─ ¡Hazel! Aquí estás, pensé que te había dejado en la estación... ─la pelinegra giro a verme ─. Uh, hola, Milan.
─Hola ─devolví el saludo, moviendo su mano una y otra vez ─. Puedes llevarte a Hazel, yo me quedo con el gato. Buena oferta
La mencionada se levantó, tomando a su gato y asegurándose de tenerlo en brazos.
─ Ni lo pienses, Pan no está a la venta. ─ella negó una y otra vez.
─ Entonces tocará de la manera ilegal ─murmure, acomodandome en el asiento como si fuera a dormir una siesta ─. Debo dormir, esta carita bonita no se mantiene sola
Cho rió junto a Hazel, mientras la castaña se despedía de su amiga.─ Te veo en el gran comedor, Milan Potter .
─ ¿En qué momento te volviste buena en Adivinación?
─ Adiós, Milan. ─Cho se despidió con un ademán.
Me quede ahí por un largo rato, pues ahora mismo me daba mucha flojera ir a buscar a mi novio, y Hermione y Ron estaban en el vagón de prefectos, así que sin mucho que hacer, saqué a Sookie de mi chaqueta porque comenzaba a hacer calor y tome un libro que tenía.
Leí un par de páginas, al menos hasta que sentí como se abrió mi compartimiento.
─ No pensé que sería tan rápido. ─murmuré, viendo a Theo entrar.
─ De hecho, Draco me ignoró, estaba conversando con Pansy, y dijo que regrese luego ─comenzó a contar, tomando a mi escarbato entre manos y acariciándolo ─. Así que intente hablarlo con Zabini, puesto que él y Malfoy se hicieron cercanos, pero un niño de segundos le alcanzó una nota, y él se fue cuando la leyó.
─ ¿Una nota?
─ Si, no se que decía, por si te lo preguntas.
Yo asentí, todo esto era muy raro. En ese momento, sin embargo, deje el tema de Draco Malfoy de lado, y lo mire a él con preocupación, sintiéndome mal por pedirle favores sin preguntarle antes como se encontraba.
─ ¿Como están las cosas en tu casa?
Theo soltó un suspiro. ─ Dime loco, pero que mi papá este en Azkaban es lo mejor que me paso.
─ No estas loco, solo que tu papá es bueno...ya sabes ─solté, aguantandome de insultar a su padre ─. ¿Y tu madre?
─ Bueno...─levantó la manga de su chaqueta del lado izquierdo.
Y no saben el miedo que me invadió, pues Harry hace días, y luego de lo que paso con Draco, nos comentó la posibilidad que este tuviera la marca tenebrosa, pero lo descartamos porque era muy joven, sin embargo...
─ Creo que esta vez se paso de la raya. ─murmuró.
Mire su brazo, no encontrándome con la marca tenebrosa, si no con una gran corte mal curado, bueno, si lo habían hecho, pero pareciera que se lo hubieras sellado con fuego, pues estaba muy feo a decir verdad.
En ese momento pensé de inmediato en el refugió de tía Haley para jóvenes magos y brujas, pero no puede comentarle nada a Theo, pues así me lo había pedido papá.
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
No me dejen editando que no tengo autocontrol.
En finnn, ¿que tal les parecio el cap?
Hace tiempo no interactuamos.
Estoy mega emocionada por este volumen de Runaway, espero que ustedes también. Haré los capítulos con mucho amor, sudor y lágrimas, además, los invito a seguirme en mi cuenta de tiktok, donde me agarra la locura y subo 1000 edits del fic.
user: Mcdixonw
Por cierto, ¿Qué tal la relación de hermanos de Ron y Mily? ¿Les gusta?
▬ With love, Lucy Rhee (Potter)
▬ palabras; 7110.
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