𝟬𝟮𝟵 | midnight kiss

029. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬 𝗡𝗜𝗡𝗘 ──

── 𝗆𝗂𝖽𝗇𝗂𝗀𝗁𝗍 𝗄𝗂𝗌𝗌 •˖* 📼 ☄️

(Ahora tengo una obseción por describir todo, espero que les guste mi narración <3)

Me encuentro sentada en uno de los acogedores sillones de la sala común de Gryffindor, con mi cuaderno de dibujo apoyado en las piernas. La medianoche se cierne sobre Hogwarts, y afuera las gotas de llovizna golpean suavemente las ventanas, creando un ambiente que adoro mucho.

Solo una pequeña lámpara de mesa ilumina el rincón en el que estoy, brindando un resplandor tenue pero reconfortante.

Mis lápices de colores y hojas de papel esparcidos a mi alrededor dan cuenta de la pasión que siento por el arte, una pasión que suelo tener justo a estas horas, donde nadie esta hablando o algo que pueda interrumpirme, pues sala común está tranquila, ya que la mayoría de los estudiantes están descansando en sus dormitorios, pero yo encuentro en la noche y la lluvia una inspiración especial para mis creaciones.

Concentrada en mi dibujo, intento capturar la esencia de un paisaje que vi durante el día, donde las montañas y los árboles se combinaban en una danza natural. Cada trazo en el papel es una expresión de mi imaginación y mi amor por el arte. Los minutos pasan volando mientras mi lápiz se mueve con fluidez y pasión sobre la hoja.

Justo cuando estoy a punto de terminar mi obra, una figura aparece de entre las escaleras, corriendo a toda prisa, rápidamente vi que se trataba de Neville.

─ ¿Que sucede? ─le pregunté, dejando mis cosas de lado, levantandome a una velocidad increíble para tomarlo del brazo y así evitar que siga su rumbo.

─ H-harry esta muy enfermo, delira y creo que tiene fiebre. ¡Debo ir por la profesora McGonagall. ─contestó, hablando muy pero muy rápido, incluso batalle para entender que quería decir.

Mordí mi labió inferior ─ Voy yo. 

Decidí esto, porque a Neville lo vi muy alterado, buscar de esa manera a la maestra solo sería un problema. 

Fuí a buscarla, contantele lo que sabía de una manera tranquila, pero aún así, apresurandola un poco para así llegar más rápido al lugar.

─ ¿Estabas en el dormitorio de hombres? ─me preguntó, un poco indignada.

─ Yo estaba en la sala común, Neville me conto, estaba nervioso para ir con ustedes, así que yo vine, pero vamos, Harry esta mal. ─conteste, subiendo con ella hacia el dormitorio de los chicos.

Al momento en que entre, vi a Harry, estaba en un muy mal estado, me recordaba un poco a cuando de despierta de sus pesadillas. Él sudaba, lucía intranquilo, y le decía algo a Ron con desespero mientras sus manos temblaban.

De pronto, al sentir nuestra presencia, se dirigió a la profesora, y dijo:

─ Es el padre de Ron ─comenzó a contar, y yo planeaba quedarme solo en la puerta, pero el con un gesto pidió que tomara su mano, así que eso hice ─. Lo ha atacado una serpiente y está grave.Lo he visto todo.

No lograba entender nada de lo que él decia, ¿como era posible eso?

En los terrenos de Hogwarts no se puede aparecer, es más, él no sabe como hacerlo, así que no sería posible que el viera como el señor Weasley fue atacado.

─ ¿Qué quieres decir con eso de que lo has visto? ─preguntó la profesora McGonagall juntando lasoscuras cejas.

─ No lo sé... Estaba durmiendo y de pronto estaba allí...

─ ¿Lo soñaste? ─pregunté confusa.

─ ¡No! ─gritó Harry, enojado, pero no conmigo, sonaba más como un grito de desesperación─ . Al principio estaba soñando, pero eraun sueño completamente diferente, una tontería... Y de pronto esa imagen lo ha interrumpido. Era real, nome lo he imaginado. El señor Weasley estaba dormido en el suelo y lo atacaba una serpiente inmensa,había mucha sangre, se desmayaba, alguien tiene que averiguar dónde está... 

Nos quedamos en silencio, mientras la profesora solo lo miraba.

Yo le creía a Harry, supongo que tuvo una visión o algo así ahora que lo pienso, lo que significa que el señor Arthur esta herido. 

Afortundamente recorde que la maestra es miembro de la Orden, lo que quiere decir que podra ayudar a Harry, o al menos sabe que estaba pasando.

─. ¡Ni estoymintiendo ni me he vuelto loco! ─insistió Harry a voz en grito ─. ¡Le digo que lo he visto todo! 

─ Te creo, Potter ─dijo la profesora McGonagall, cortante─. Ponte la bata. Vamos a ver al director. 







UN POCO MÁS DE UN DÍA HA PASADO DESDE LOS ÚLTIMOS SUCESOS, y como era de esperarse, al no ser de la la familia, ni él que tuvo las visión, la profesora McGonagall me pidió pacientemente que me quede tranquila a que termine oficialmente el trimestre para así poder irnos.

Así que le termine por contar todo lo que vi a mi mejor amiga esa misma noche, y luego simplemente nos quedamos charlando sobre vacaciones.

Yo le dije que esta vez en mi caso sería diferente, pues no veo muy posible que pase navidad con papá, por el tema de la orden y así, en todo caso, siempre podría irme con los Weasley, aunque no creo que ellos tampoco pasen una feliz navidad como tal.

Ella me contó que iba a esquiar con sus padre, me conto como iba todo el rollo de aquel deporte, y yo la escuche emocionada, siempre tuve fascinación por todas las cosas que hacen los muggles.

Al final, Hermione decidió que escribiría a sus padres, y que con una pequeña mentirita piadosa, diría que tiene que estudiar, para así quedarse con nosotros en navidad.

Nos subimos al tren, comimos unos cuantos dulces, y cuando menos lo esperamos, ya habíamos llegado a la estación de destino. Al bajar, papá nos esperaba a ambas, para así llevarnos a Grimmauld Place.

Al entrar, vi que todo estaba como de costumbre. 

Una parte de mi quiso ir de inmediato a buscar a Harry, pero supe que debería ir con los Weasley, así que mientras mi padre y tío Canuto calmabana a la mamá de esté último, que comenzó a gritar que: Ya llego el hombre lobo y su hija mestiza, yo me fuí hacia donde estabam los demás.

Ginny fué la primera que corrió al verme, así que la envolví entre mis brazos, ella en definitiva se encontraba mejor, y más animada que la última vez que la vi, pues esa noche, lucía muy asustada cuando la llamaron a ella y a sus hermanos al despacho de Dumbledore.

La pequeña pelirroja a la que le pintaba el pelo de azul, este año había crecido un montón, pero al crecer con todos los Weasley, termine viendola como mi hermana menor, así que eso sera, un pequeña para mi, no importa que pronto ella me rebase en altura.

─ ¿Como estas?

─ Ahora estoy mejor, fuimos a visitar a mi padre.

─ ¿Comó se encuentra el señor Arthur?

─ Mi papá esta bien ─murmuró, con una ligera sonrisilla cuando coloque mi mano en su cabello solo para despeinarlo un poco ─. Felizmente viniste, ya te extrañaba.

─ Fue solo un día, Gin-gin. ─dije en aquel tono gracioso.

Luego me fuí hasta los gemelos, que tuvieron que agacharse un poco para poder corresponder al gesto, es más parece que ellos me abrazaron a mi, pero la intención es lo que cuenta, ¿verdad?

Finalmente fuí hasta Ron, quien acepto gustoso el abrazo.

─ Al menos ya no estas pálido. ─mencione, separandome del gesto.

Pero ahí lo vi mirarme con preocupación, así que fruncí el ceño, pensando lo peor.

─ Creo que deberías ir a ver a Harry.

─ ¿Porque crees que yo debería ver a Harry? ─le inquirí a Ron.

─ Porque él esta actuando raro, desde que llegamos del hospital, el anda por los rincones, casi no ha comido, y nos evita. Además que él es tu novi...─antes que termine de hablar, le tiré un codazo en las costillas, y cubría rápidamente su boca, afortundamente lo hice rápido, pues mi papá y mis dos tíos se acercaron.

Yo los mire a los tres como si no pasara nada.

─ ¿Harry es tu que...? ─interrogó papá, mientras yo soltaba lentamente a Ron, amenzandolo con la mirada.

─ Harry es su....amigo ─Ron intento salvar esto, así que me limite a sonreír inocentemente ─. Si, eso, ellos son los mejores amigos del mundo mundial. 

─ Ah, eso es muy bueno ─murmuro Sirius ─. Como Remus y yo. 

─ Si, así ─asentí ─. Por cierto ─mire a todos lados ─. ¿Donde esta mi mejor amigo del mundo mundial?

Me dirigí hacia las escaleras, pero ahí, los chicos me dieron un alcancé.

─  Hazlo salir de aquella habitación en la que se esconde ─señalo Ron ─. No quiere hablar con nadie, no mira a nadie, no hace nada con nadie. 

─ Nos preocupa. ─añadió Ginny.

─ Iré a verlo ─asentí cuando me señalaron la habitación de la mamá de Sirius, que ahora usan como lugar para que Buckbeak viva ─. Y dile que mamá le dejo comida en su habitación.

─ Claro, iré.

Me despedí brevemente de todos, y al final fuí hacia esa habitación, no dudando en tocar ni un segundo, pues ahora me preocupaba mucho lo que le pasaba a Harry.

─ Toc, toc, hablaba la mejor amiga del mundo mundial de Harry.

No obtuve respuesta, así que entre sin llamar, aunque ya había anunciado segundos atras mi llegada. 

Con algo de temor entre a la habitación, lo vi sentado en un rincón apartado, con la mirada perdida en el vacío, y su rostro reflejaba tristeza, y eso afligía mi corazón.

Con paso firme pero suave, me aproximé y me arrodillé frente a él. Sin decir una palabra, simplemente abrí mis brazos y le ofrecí un abrazo cálido y acogedor.

Lo vi levantar la mirada, por fin dandose cuenta de mi presencia, así que de inmediato salto a mis brazos. Mis manos comenzaron a acariciar su cabello con ternura, mientras mi mente solo quería saber el porque de su actitud, pues nuestros amigos no me dieron un panorama claro sobre esto.

Estuvimos en silenció por un buen rato, hasta que nos sepramos del acto. Me cruce de piernas frente a él, y comencé a hacerme una coleta baja.

─ Al menos tu si lograr mirarme. ─murmuro.

─ Harry...─balbucee ─. Debes decirme que pasa, somos una pareja, ¿no? Se supone que no estamos para el otro solo en momentos felices.

─ Lo sé.

─ Puedes confiar en mi, no te juzgaré por nada.

─ Nadie quiere quedarse en una misma habitación conmigo, pero es de esperarse...yo tampoco quisiera estar conmigo desde que oí lo que dijo Moody.

─ No des por hecho que nadie quiere estar contigo por eso, Harry.

─ Yo soy el arma, Milan.

─ Claro que no. ─negué, él no podía ser el arma.

"Potter ve cosas desde el interior de la serpiente deQuien-vosotros-sabéis. Evidentemente, el chico no se da cuenta de lo que eso significa, pero si Quien-vosotros-saben está poseyéndolo..." Eso dijo, Milan ─soltó molesto ─. Y si quieres odiarme, esta bien, si quieres terminar conmigo, lo comprendere, creeme...

Aquello me hizo sentir un poco triste, y lo único que hice fue mirarlo a los ojos, colocando mi mano encima de la suya.

─ No puedo odiarte cuando se que ya te odias lo suficiente. ─murmuré.

Nos quedamos en silencio otro bien rato, al menos hasta que me levante del suelo, y extendí mi mano pora que él la tomara.

─ Anda, vamos, la señora Weasley te dejo comida en su habitación, y comeras, porque ya se que no haz comido. ─regañe, esperando que tomara mi mano para así poder tirar de él hasta la habitación que comparte con Ron.

Al llegar al lugar, Harry soltó mi mano al darse cuenta que lo traje a una especie de emboscada.

Mientras él asimilaba esta traición, yo me fuí a sentar entre los gemelos, que me habían hecho un campito entre ellos.

─ ¿Como te encuentras? ─le pregunté.

─ Bien. ─respondió fríamente, sin mirarme.

─ Ni yo fuí tan dramatica, pero bueno, Harry ─lo miré, pero él seguía sin posar su vista en mi, así que impacientemente solté seriamente un: ─ Harry Potter.

Aquello lo hizo girar de inmediato a mirarme, incluso sentí que tuvo algo de miedo.

─  Bien, ahora que podemos tener una conversación civilizada, dime, ¿porque has estado ignorando a todos desde que volvieron de San Mungo?

El abrió la boca, totalmente indignado, mirando a todos como si fueran los más grandes traidores.

─ Genial, le dijimos a Milan que suavice todo, y ahora pasa esto. ─refunfuño Ron desde la cama, rodando los ojos.

─ ¿Porque te escondes de ellos? ─pregunté ─. Se que Ron a veces cae mal, pero no es para tanto. ─bromee.

─ No ayudas. ─murmuro Ron, cruzandosé de brazos.

─ Entonces han estado hablando de mi a mis espaldas ─gruño Harry ─. Bueno, la verdad ya me estoy acostumbrando a eso.

Ahora entiendo la definición de mal humor a la que se referían todos.

─ Queríamos hablar contigo, Harry ─ dijo Ginny ─, pero como desde que llegamos no has hecho másque esconderte... 

─ No quería que nadie hablara conmigo ─admitió él, que cada vez se sentía más molesto. 

─ Pues ésa es una postura muy estúpida ─replicó Ginny con enojo, haciendo que todos la miremos por el vocabulario, pero viendo que todos hemos cambiado el último verano, ya no me sorprende ─, dado que yo soy la únicapersona que conoces que ha estado poseída por Quien-tú-sabes, y por lo tanto puedo explicarte lo que sesiente.

Harry se quedó callado, asimilando el impacto de aquellas palabras. 

─ No me acordaba de eso ─se excusó el azabache.

─ Pues tienes suerte ─dijo Ginny fríamente. 

─ Lo siento ─se disculpó Harry con sinceridad─. Entonces... ¿crees que estoy poseído? 

─ A ver, ¿recuerdas todo lo que has hecho? ─le preguntó Ginny ─. ¿O hay largos periodos en blancode los que no recuerdas nada?Harry se exprimió el cerebro. 

─ No ─contestó tras una pausa. 

─ Entonces Quien-tú-sabes no te ha poseído nunca. ─deduje, dejando caer mis manos sobre mis muslos.

─ Ella tiene razón, porque cuando meposeyó a mí, no recordaba lo que había hecho durante horas seguidas. De pronto me encontraba en unsitio y no tenía ni la más remota idea de cómo había llegado hasta allí.

El ambiente se aligero un poco, y Harry no lucía enojado, y es más, se acercó al plato de comida que había dejado la señora Weasley, y comío un bocado, antes que todos comenzaramos a reír al escuchar a tío Sirius cantar: Hacia Belén va un hipogrifo







─ ¡Levantate, es navidad! ─me dijo Hermione, moviendome y despertandome de mi hermosos sueño reparador.

─ Necesito dormir para mantenerme bonita. ─murmuré entre sueños, girando y envolvienme entre sabanas.

─ Milan...

─ ¿Sabes que quiero de navidad? ─inquirí, y sin esperar algo de su parte, dije ─. Que me dejen dormir las setenta horas del día, gracias.

Hubo un largo silencio.

─ El día no tienen setenta horas.

─ ¿Haz ido a planeta Milan? ¿No? ─pregunté, obligandome a levantarme antes que Hermione me tire agua o algo por el estilo ─. En ese bello planeta, las noches duran setenta horas.

Iba a seguir contandole sobre la politica en el planeta Milan, y como ahí todos son felices como lombrices, pero me detuve al ver todos los regalos que tenía este año.

Vi el monton de Hermione, y ella tenía tambien muchos obsequios, los cuales ya había empezado a abrir, así que yo hice lo mismo.

─ ¡Gracias! ─chilló de pronto, viniendo a mi lado a dejarme un beso en las mejillas, se veía muy feliz, así que eso me dejaba satisfecha.

Le había regalado muchas cosas puestas en una cajita, dentro habían objetos como agendas de organización, nuevas plumas, boligrafos, pergaminos, tambien le puse ahí unos cuantos libros antiguos e útiles de mi amplia biblioteca familiar, y en un sobre, un retrato de ella y yo.

─ No puedo creer que me dieras libros. ─balbuceo, comenzando a ojearlos ─. Te amo, ¿lo sabes?

─ Lo sé. ─sonreí.

Por mi parte, primero abrí el regalo de papá, el cual consistía en el último tomo de la saga de libros que estoy leyendo, Merlin, aún no habían llegado aquí, ¿como lo hizo?

¡No lo sé, pero estoy muy feliz!

Tío Sirius me había regalado un pequeño libro, o eso creí antes de abrirlo, pues al hacerlo, me di cuenta que eran un albúm de fotos, donde los protagonistas eran ellos, papá, él, tía Haley, tía Marlene, tía James, tía Lily...en definitiva esto tenía que compartir con Harry.

Tome otro regalo, y vi que tambien era de tío Sirius, al parecer alguien esta emocionado con su pequeña sobrina hija de Remus.

Abrí la cajita y esta vez me encontre con un juego de anillos, muy mi estilo actual, lo cual me hacia ponerme más feliz de lo que ya estaba.

Seguí viendo mis demás regalos, el de los Weasley, el de tía Haley, el de Tonks, el de Bill, de todos.

Una vez acabe con los regalos, me di cuenta que faltaba el de Harry, pero no le tome mucha importancia, así que solo me cambie, me peine un poco y baje.

Me di cuenta que el cuartel de la orden del fenix había cambiado mucho, y ahora se que estaban haciendo tía Haley y Sirius toda la noche.

Era una fría y mágica noche de Navidad, y me encantaba que cada vez que veíamos por la ventana, veíamos nueve. 

Las luces destellaban con un brillo cálido y las paredes estaban adornadas con guirnaldas y decoraciones festivas. Me encontraba en una animada fiesta navideña, el ambiente estaba rodeado de risas y canciones y una amplia cantidad de platillos, contesía de la señora Weasley.

Todo el lugar estaba impregnado de esa inconfundible atmósfera de alegría y amor.

En un rincón del salón, justo al lado del árbol de Navidad adornado con brillantes esferas, vi un pequeño muérdago colgando del techo. Había oído decir que bajo esa mística planta se concedían deseos especiales durante la época navideña, o al menos eso me conto Hermione.

Con mucha curiosidad y con una chispa de ilusión en mi interior, me acerqué al muérdago. 

Estuve ahí por un largo rato, esperando que todos se sentaran en la mesa para así poder ir, y no estar esperando sentada, porque de esa manera, yo me aburro mucho.

No tarde mucho en encontrar a Harry.

─ El muérdago, símbolo del amor y la buena suerte ─murmuro, quedando frente a mi ─. Me lo dijo Hermione.

Mis ojos conectaron con los de él, quien sonreía, dando un paso hacia mi, quedando incluso más cerca de lo que estaba antes.

 Mi corazón latía con fuerza, pero había una extraña sensación de paz en mi interior, no podía estar más feliz, hace tan solo unos meses veía imposible la opción de estar con Harry, y ahora ambos estamos aquí, tan cerca el uno del otro.

Nuestros rostros quedaron a escasos centímetros de distancia, y entonces sentí su mano acariciar mi mejilla suavemente. El tiempo pareció detenerse, y solo existíamos nosotros dos bajo el brillo de las luces navideñas, incluso nos habíamos olvidado de lo que pasaba a nuestro alrededor.

─ Feliz navidad, Harry. 

─ Feliz navidad, Milan.

Entonces, él se inclinó ligeramente, y sus labios se posaron con dulzura sobre los míos. 

Fue un beso tierno y mágico que hizo que mi corazón se llenara de felicidad y emoción. Todo en mí se inundó de una cálida sensación que me envolvió por completo.

Nos separamos lentamente, y nuestras miradas se encontraron una vez más, al menos hasta que el carraspeo de unas cuantas gargantas nos hicieron sobresaltar.

Ambos giramos, encontrandonos con rodas las personas que vivían ahora en esta casa.

Mi rostro comenzó a sentirse caliente, y encima de nosotroso estaba la mirada de todos, en especial la de papá y la de Sirius.

Con todo lo que paso, no les habíamos contado, bueno...de la relación quie tenemos nosotros dos.

─ Diselo. ─murmuré, dandole un pequeño empujoncito a Harry.

─ Oh...si, c-claro...yo...─comenzó a balbucear, así que yo dí un paso al frente, dandome cuenta que no sería posible que el explicara todo esto.

─ Harry y yo estamos saliendo desde hace un tiempo, desde mi partido de Quidditch...el cual ahora que lo pienso tampoco les he dicho...bueno, entre al equipo, fue más algo muy rápido, y ya, eso es todo.

─ ¿Ustedes dos...? ─mi padre nos señalo a ambos.

─ Si, tío Moony, Milan y yo estamos saliendo. ─soltó Harry, sin pensarlo, sin premeditarlo, sin saber el eco que harían sus palabras en la mente de aquellos adultos.

Si la sala antes estaba en silencio sepulcral, ahora le habían subido un nivel ─si eso era humanamente posible─. Sirius y papá estaban completamente sorprendidos, ahora casi se van para el otro lado de la sopresa.

Papá tenía la boca abierta, sin aún poder creer que paso todo esto, sin creer las palabras de Harry, y supongo todo lo que dije antes.

Mientras por su lado, tío Canuto se encontraba con la manidibula muy abierta, incluso esta parecía a punto de caerse.

─ ¿Sorpresa? ─agité mis manos, en un intento de calmar el ambiente ─ ¿Estás bien, tío? ─pregunté al ver al hombre Black se esa manera.

─ Dejame procesarlo por un minuto más, Milan.

Cuando pense que esto se tornaría incomodo, sucedió todo lo contrario, y más, incluso cuando el "Grito de guerra" de tía Haley hizo estallar toda la alegría.

─ ¡Se los dije! ¡Yo lo sabía! ¡El pequeño James y la pequeña Lupin!

Aquel duo de fantastico de adultos, vinieron a abrazarnos, diciendo lo feliz que eran por esta noticia, además, cuando pense que ya iríamos a cenar para así ir a San Mungo y ver al señor Weasley, una caja fue traida hasta mi.

─ ¿No te soprendió no ver el regalo de Harry? ─me preguntó papá, y yo fruncí él ceño ─. En realidad es un regalo de los tres.

Señalo tambien a tío Canuto.

Yo miraba la caja, no sabía que podía contener dentro, que podían haber planeado para mi.

─ Anda, Milan. ─insistió Tonks desde atrás.

Yo tire de un lado del liston, para luego quitarle la tapa al regalo, abriendo mi boca de par en par al ver su contenido.

Lupin
24

─ Harry nos conto que estabas en el equipo de Quiddtich, así que nadie pudo pararnos a ir a mantar a hacer tu túnica...y...

Ppaá paro de hablar cuando metí mi mano a esta caja encantanda, que no tenía fondo al parecer, pues palmee algo que me hizo sonreir como loca.

─ Mi primera escoba...─balbucee, sacandola de la cajita de regalo.

─ Vi que te fácilitaba usar una Saeta de fuego, y bueno, creímos que era lo más indicado. ─murmuró Harry.

─ Merlin, soy tan afortunada. ─sonreír, no solo mirando a los tres que me hicieron el regalo, si no a todos los presentes.

Sin buscarlo, encontre una gran familia . . .





















▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝

¡Muchas cosas en un solo capitulo!

¿Tío Moony? Merlin, amo, amo, amo.

Espero que les guste.

Siento si me tarde en actualizar, pero estaba con una mano vendada y con examenes de la escuela encima, y soy ravenclaw, so, me puse a estudiar :)


▬ With love, Lucy Rhee (Lupin)
palabras; 3794.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top