𝟬𝟭𝟰 | I can't save us

014. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗜𝗥𝗙𝗢𝗨𝗥 ──

── 𝖨 𝖼𝖺𝗇'𝗍 𝗌𝖺𝗏𝖾 𝗎𝗌•˖* 📼 ☄️

Harry caminaba a mi lado, muy a mi lado a decir verdad. Tío Canuto nos había dicho que nos cuidemos entre nosotros, y que estemeos alertar. Al parecer, el se lo estaba tomando muy enserio, además, quería animarme un poco, así que había pasado su brazo por mis hombros mientras bajabamos la colina, la cual consistía en un largo trayecto.

Pero, simplemente el tacto humano me hacia sentir mucho mejor, además de las palabras que tío Sirius me dio, sobre que no me debe importar lo que digan las personas, y que no me deje llevar por un articulo en dicha revista.

Claro, no solo se ocupo de mi triste predicamento, si no que luego nos conto sobre Crouch y demás cosas, tambien de los mortifagos y así, pero sinceramente me quede en la parte que nos conto sobre...la mujer que me dio la vida y luego decidio abandonarme.

Si, eso es.

─ ¿Quieres hablar? ─me preguntó luego de un rato de solo mirarme bajo el manto del atardecer ─. Tambien puedes decir que no, solo podemos estar en silencio.

Relami mis labios, mientras nos separabamos poco a poco para así poder pasar por la cerca y así volvernos al camino que nos llevar a Hogsmeade. 

Crucé por las maderas, y luego esperé a que Harry haga lo mismo.

─ Encerraron a esa señora un año despues que nuestro tío entro a Azkaban...ella me había abandonado apenas nací. Basicamente no me importa ahora donde este o que le pasara. Solo quiero averiguar como Rita se entero de aquello, porque no es que "Mi madre" vaya por el mundo diciendo que soy su hija, alguien más lo debe saber, a parte de ti y papá, y ninguno de ustedes me haría algo como eso.

─ ¿Estas bien? ─me preguntó, ignorando lo que antes dije.

─ Si, lo estoy.

─ ¿Lo estas? empezó a cuestionarme.

─ Hey ─lo acusé con él dedo, sabiendo a donde llevaba todo esto ─. No hagas lo mismo que yo hago contigo.

─ Aprendí de la mejor ─sonrió, para casi de inmediato suspirar, cambiando su expresión a una de preocupación ─. Esta bien no estar bien.

Seguí caminando, y Harry solo seguía mis pasos, mientras estabamos en completo silencio. 

Al final, luego de mucha caminata, logramos pasar por él pueblo y regresar al castillo. Nosotros subimos las escaleras hacia nuestra sala común, ahora si tenía cabeza para no caerme por el movimiento de los escalones.

─ Ire a dormir, tú deberías ir a cenar. ─le dije, pero el saltó de inmediato.

─ Vienes conmigo.

─ Obligame...

Apenas termine decir eso, se acercó rápidamente a mi y me atrapo, ¡Si! ¡Como lo oyen!

─ ¡Hey, Harry! ─chillé, revolviendome en sus brazos mientras era arrastrada por él ─ ¡Basta!

─ Tú dijiste que te obligue. ─se excusó.

Un tramo despues, tuve que prometer que no huiría si él me soltaba. Llegando al gran comendor, tambien fui obligada a comer, pero al menos pase un buen rato.


















┌────── ∘°✾°∘ ─────┐
Milan intentara llevar una vida normal luego de aquel articulo
 publicado. Tendra que soportar
las burlas de sus compañeros, y el temor de otros muchos. 
Una traición es revelada, haciendo que una relación
de largos tres años termine.
└────── °∘✾∘° ─────┘


















Nuestro cuerpo siempre es honesto, porque cuando tenemos dolor fisico, no podemos evitar llorar. Pero nuestro corazón suele ser muy mentiroso, este se mantiene en silencio incluso cuando nos duele. Sin embargo, despues, cuando estamos a solas, finalmente llora y gime como un perro herido.

Yo intentaba mostrarme fuerte, que nadie me vea derrotada, aunque cada comentario que hacian diferentes alumnos, me hacian querer hacerme bolita en un rincón.

Pero, ¿Somos mujeres o gallinas?

Así que de lo más tranquila fui a desayunar, y para rematar, había venido sola, puesto que se supone que mis amigos deben estar ya en el Gran Comedor desayunando.

─ Tan tierna y santurrona que se veía ─escuche soltar a una chica de Slytherin ─, resulto ser hija de un fugada de Azkaban...seguro ella sabe donde esta su mami.

Sigue caminando, Milan. No le hagas caso.

─ Ja, yo escuche que ella es hija de Mihrimah Ivannov, he escuchado hablar de ella, salió el el diario hace años, mato a muggles...

─ Si, ¿Y se acuerdan de su padre? ─inquirió otra con desprecio ─. Un maldito hombre lobo, afortunadamente lo despidieron. Yo le envie una carta a mi madre cuando me entere de aquello.

─ ¡Cierren la maldita boca! ─escuche gritar a Fred, apareciendo junto a mi, y colocando una de sus manos en mi hombro en señal de apoyo.

─ ¡Se meten con ella, se meten con nosotros! ─amenazó George, colocandosé a mi otro lado ─. Vamonos, Milan.

Camine junto a ellos, llegando al Gran Comedor, pero ahí el ambiente era el mismo. 

Pense que ya se hartarian de eso luego de unos días, pero al parecer no es así.

─ Saca el nombre ella de tu sucia boca ─escuche que Hermione le gritaba a Draco, mientras Ron agarraba a Harry de los brazos para que este no se abalancé contra el de Slytherin ─. Y tú, Nott, se ve que no querías tanto a Milan, ¿no?

─ Callate sangre sucia ─escuche bramar a Theodore, tomando a Draco del brazo ─. Vamonos, antes que ella o sus amigos nos peguen sus germenes, y me acabo de lavar las manos.

Me vio de reojo, vi que se sorprendió, pero siguió caminando junto con Malfoy hacia la salida del Gran Comedor.

Para este punto, la profesora Mcgonagall se había acercado a Harry, que a regañadientes se calmo.

─ No lo castigue ─pedí apenas llegue a su lado ─. Todo esto es mi culpa, ellos no merecen ningun castigo, si quiere sancionar a alguien que sea a mi.

─ Solo les restare diez puntos. ─me aseguró la profesora, pidiendo que me calme.

Yo asentí, y cuando ella se fué, me lancé a los brazos de Ron y Hermione.

─ Lo sentimos, Mily ─soltó Ron, correspondiendo a mi gesto, al igual que la castaña ─. No estabamos enojados contigo, ni queríamos dejar de ser tus amigos, perdona que se sintiera así.

─ No te estuvimos ignorando, estoy planenado algo contra Rita, estaba pensando en acelerar mis planes, y ahora con mucha más razón, ella no tenía derecho a decir todas esas cosas de ti. ─soltó Hermione, separandosé poco a poco del abrazo.

─ Pero todo eso es verdad...bueno ─me encogí de hombro, riendo, dandole algo de humor al asunto. No me juzguen por arreglar mis problemas con humor ─, todo menos que soy la novia de Harry.

─ ¿Como que no? ─se burlo Ron, siguiendome el juego, pero haciendo que Hermione le tirara un zape en el brazo.

Me senté con ellos a desayunar, y entre los cuatro ─porque Neville tambien se había unido─, me levantaron los ánimos, haciendome platica de cualquier cosa para despejar mi menté.

Desayune como nunca, comi demasiado, y me divertí. Pero antes que comiencé la siguiente clase, les dije que me apetecía caminar un rato, sola. 

A regañadientes aceptaron, tambien los gemelos intentaron seguirme, pero se los prohibí, hacia que ahora me encontraba caminando por los pasillos, haciendome mis habituales dos coletas rápidas con listones rojos a juego con mi uniforme de casa.







DECIDI FALTAR A MI ÚLTIMA CLASE e ir a mi rincón mágico del bosque, bueno, yo le llamo así. Es una zona del bosque lo suficientemente alejada les bullicio, pero no tanto para quedar en completo silencio y sentirme perdida. 

Es un buen lugar.

Con un movimiento de varita, desempaqué mis cosas y las ordene para que así se me haga más cómodo.

Basicamente era un pequeño mantel con mis pinturas y pinceles, que cada año mi colección se hacia más grande. Tambien ordene un par de lienzos en un pequeño caballete, e inicie con mi misión.

Ayer había hecho un boceto de lo que quería, así que solo me hacia falta pintar.

Se trataba de un gran perro negro, un ciervo y un lobo. Que no se note que soy mega fan de mis tíos y padre.

En fin, saqué las pinturas y comencé a entrar en mi mundo del arte, use pinceles y oleo para poder hacer esto un tanto realista, creo que esta quedando bien. 

Luego de un rato, y cuando estuve a punto de pararme para buscar el tubo de pintura negra que había rodado, pegue un brinquito cuando alguien apareció frente a mi.

─ ¡Espantas! 

─ Lo siento ─soltó Cedric un tanto apenado, sentandosé en el mantel, frente a mi ─. Te estaba buscando, vi como tus amigos te defendieron en el Gran Comedor...y la noticia...quería saber como estar, es todo.

─ Estoy bien. ─asentí repetidas veces.

─ No tienes que mentirme, no te voy a juzgar.

─ Bueno ─murmuré, dejando mi lienzo de lado y tomando otro ─, se siente extraño, todo el mundo pensaba que mi madre había muerto. Al menos eso le dije a mis amigos. Y ahora que todo el mundo sepa...es raro. Te contaría más, pero Rita pudo meterse en mi tubo de pintura, así que, espero que comprendas.

─ Tranquila, siempre podemos hablar en código morse...¿que haces?

Oh, ¿que hacia yo?

Bueno, aplaste mis pinturas y me embarre los dedos con diferentes colores, y empecé a pintar algo en un lienzo, no lo sé, era divertido. Aunque parezco niña pequeña.

─ Anda, intentalo, es terapeutico. ─animé, con una sonrisa

Cedric me daba confianza, y al parecer se preocupa por mi, es un buen chico.

─ No...

─ Vamos, ¡es divertido! ─exclamé, empujando con mi codo un lienzo limpio ─. Si no lo haces, te lanzare pintura, y hare que se meta a tus oídos

─ ¡Okey! ─levanto sus manos en forma de rendición.

El tomo varias pinturas empezando a hacer algo en su lienzo. Y así, ambos comenzamos a conversar de cosa banales, historias divertidas con nuestros amigos, anecdotas en Hogwarts, vacaciónes con nuestros padre y así.

Luego de un rato, el levanto su lienzo.

─ Adivina, es muy fácil lo que pinte, me quedo igual ─aseguró muy orgulloso, mostrandome su lienzo ─. No te tardaras ni diez segundos en adivinarlo.

Yo fruncí el ceño, inclinando mi cabeza hacia un lado, en un intento de darle forma a aquellas manchas.

─ E-es algo muy bonito, C. ─sonreí.

─ ¿No lo pillas?

Yo negué con pena, y el me miró totalmente indignado.

─ Es un gato, ¿no lo ves? ─empezó a señalar ─. Esto son sus ojos, sus patitas, su cola...

─ Oh, claro, que boba soy, ¿cómo no lo vi antes?  ─solté con diversión ─ ¡Como no vi antes que esas manchas moradas eran un gato!

─ No sabes de arte. 

Ambos nos miramos y nos reímos a carcajadas, y él termino aceptando que su dibujo no era muy bueno.

─ Es...abstracto. ─aseguré.

─ Si, claro ─empezó a limpiarse las manos de pintura con un rápido hechizo, al igual que lo hice yo ─. Hey, Milan.

─ ¿Si? ─pregunté, mientras me levantaba del suelo y usaba mi varita para volver a empacar todo en mi pequeña cajita.

─ Si necesitas algo, y esta a mi alcancé, puedes pedirmelo ─me ofreció ─. Y si necesitas conversar con alguien, tambien estoy yo. Además, si necesitas un hombro en el cual llorar, mira ─señalo sus hombros ─, yo tengo dos.

Yo sonreí con amabilidad, eso era un tierno gesto de su parte. ─ Gracias.







─ No dormí nada anoche, no me juzgues. ─murmuré.

─ No es eso, tranquila, sigue ahí. ─me aseguró Harry, dejando palmaditas en mi cabello.

Ah, si, yo estaba con mi cabeza apoyada en su hombro, toda la noche había tenido ideas raras pasando por mi mente, escenarios ficticios que yo misma cree sobre mi quiridisima madre, como, ¿que hubiera pasado si no me hubiera abandonado?

Probablemente hubiera sido un desastre. Pero mi cerebro nunca dejo de pensar en barbaridades, al menos hasta que al rededor de las cuatro de la mañana lo obligue a apagarse, asegurando que papá era suficiente, así que me dormi, pensando en todos los buenos momentos que pase al lado de Remus Lupin, mi único, mejor y gran papá.

Bueno, el punto es que no dormi bien, lo que ocasiono que tenga mucho sueño.

─ Se ven tan lindo juntos. ─escuche murmurar a Ron.

─ Tengo sueño, y el es buen colchón ─solté, aún apoyada en el hombro del azabache, estando con los ojos cerrados ─. No se como hare para estar de pie en la clase de Hagrid.

─ Te hubieras quedado en tu habitación y llegabas a la siguiente clase. ─comentó Harry.

─ No debería faltar, luego se va a atrasar. 

─ Hermione, no es para tanto ─aseguró Ron, para luego suspirar ─. Percy aún no ha respondido.

Si, habiamos enviado una carta preguntandole a Percy sobre sihabía visto a Crouch recientemente, tal y como nos sugirió tío Sirius, que por cierto, ahora debemos llamarle hocicos cuando hablemos en público.

─ No, no es eso ─levante mi mirada cuando Hermione dijo eso,  en ese momento me di cuenta que las lechuzas habían llegado y dejado los recados ─. Me he suscrito al profeta: ya estos harta de enterarme de las cosas por los de Slytherin.

─ Hey, mira ─señale una lechuza que bajaba hasta ella ─, parece que estas de suerte.

Yo por mi parte, recibi dos paquetes. Uno solo se trataba de una nota, y él otro era una carta pegada a un gran paquete de chocolates. No tuve que ver la etiqueta que decía de quien se trataba, obviamente era papá.

─ Pero no trae ningún periódico ─comentó mi mejor amiga decepcionada ─. Es... 

Para su asombro, la lechuza gris se posó delante de su plato, seguida de cerca porcuatro lechuzas comunes, una parda y un cárabo. 

Que raro se esta tornando todo esto.

─ ¿Cuántos ejemplares has pedido? ─inquiró ─. Según yo solo te dan un ejemplar, no creo que tú pidieras mil. ─exagere, mientras veía a las lechuzas peleandosé entre si para ver quien dejaba primero el encargo.

─ ¿Qué demonios...? ─exclamó Hermione, que cogió la carta de la lechuza gris,la abrió y comenzó a leerla ─. Pero ¡bueno! ¡Hay que ver! ─farfulló, poniéndosecolorada. 

─ ¿Qué pasa? ─inquirió Ron, tan confundido como yo.

─ Es... ¡ah, qué ridículo...! 

Le pasó la carta a Harry, que vio que no estaba escrita a mano, sino compuesta apartir de letras que parecían recortadas de El Profeta, me acerque más al azabache para así lograr ver el contenido de la carta, que decía esto:

 eRes una ChicA malVAdA. HaRRy PottEr se merEce alGo MejoR quE tú.vUelve a tU sitIO, mUggle. 

─ Un día yo soy la novia secreta, y al otro siguen molestando a Hermione, quien las entiende. ─me burlé.

─¡Son todas por el estilo! ─soltó Hermione desesperada, abriendo una carta trasotra ─. «Harry Potter puede llegar mucho más lejos que la gente como tú...» «Temereces que te escalden en aceite hirviendo...» ¡Ay! 

La excuche chillar, pero no esas de desesperación, era de dolor. Acababa de abrir un último sobre, y un liquido espeso y raro salió de este, derramandosé en sus manos, que empezaron a llenarse de granos amarillos.

─ ¡Pus de bubotubérculo sin diluir! ─dijo Ron, cogiendo con cautela el sobre yoliéndolo

Me levante de mi lugar casi al instante, colocandome junto a Hermione, y llevandola directo a enfermería. Donde cuando me asegure de que estaba mejor, regrese a mi siguiente clase, pues Poppy me a hacerlo.

Tome la nota que había cogido antes de irme con la castaña y la leí:

Mills, debemos hablar.
Mañana a medianoche, en la
el salón de pociones.







HERMIONE ESTABA MEJOR DE LAS MANOS, aunque seguía teniendo vendas. A mi tambien me llegaron unos anonimos, especificamente, vociferadores. 

Las personas hablaban de un triangulo amoroso entre Hermione-Harry-Milan.

Era muy extraño pensar en eso, puesto que los tres habíamos sido amigos desde pequeños, es muy raro.

─ Ya me case de ser tu novia. ─refunfuñe, y mire a Harry, esperando a que se riera, pero no fue así.

El palideció al instante.

─ Era un broma, perdon, manejo esto con humor. ─me excusé, y el asintió.

─ No te preocupes, al menos ya no estas triste. ─me sonrió, mientras nos dirigíamos a nuestra próxima clase con Moody.

Quien nos usaba de conejillos de indias en cada lección que daba.







BUSQUE CON LA MIRADA A CEDRIC, encontrandolo leyendo unos libros en el patio. Estaba solo, gracias a Merlin.

─ Hola. ─saludé, sentandome a su lado.

El levantó su vista y correspondió mi saludo, agitando su mano y devolviendome la sonrisa.

─ ¿Te acuerdas que dijiste si quería algo y estaba dentro de tus posibilidades me lo podías dar o ayudar? ─inquirí, recordando lo que me dijo ayer en la mañana.

─ Si...lo recuerdo...─entrecerro los ojos ─. Dime de que se trata.

─ Oh, bueno, alguien me envio una nota ─emepcé a explicar ─, quiere que nos reunamos hoy a las doce en el salón de pociones que esta en las mazmorras.

─ Okey, ¿y quieres que alguien fuerte y musculoso este contigo para defenderte?

─ Deja de alucinar ─reí, haciendo que él tambien lo haga ─. Yo quería pedirte que me cubras con el prefecto de Gryffindor, el maldito me odia, además, la profesora Minnie le dijo que si me ve por los pasillos una vez más, estare castigada.

─ ¿Y la capa de invisivilidad de Harry? ─me preguntó, para luego abrir su boca en asombro y acusarme con el dedo ─ ¡No me digas que ya se volvieron a pelear!

─ No ─negue de inmediato ─. Pero Harry no puede saber de este encuentro, si le pido su capa, querrá seguirme, y eso terminaría mal.

─ Sal a las 11:45, exacto, convencere al prefecto de Gryffindor de cambiar de caminos, para que vea un panorama diferente, y yo estare cerca del salón de pociones por si pasa algo.

─ No va a pasar nada ─aseguré ─. Y gracias. Merlin te dara suerte y te protegera en la tercera prueba.

eso espero . . .







YA ERA LA HORA INDICADA POR CEDRIC, así que colocandome la capucha de mi sudadera de dormir, y abrochandome mis botas, salí de la sala común, donde apenas cruce el cuadro de la Dama gorda, me encontre con Cedric.

─ Gracias por hacer esto.

─ Solo espero que no mates a nadie, ya te dije que no hago servicios de ocultar cádaveres. 

─ Mejor vamonos. ─sonreí.

Camiminamos hasta quedar cerca de las mazmorras, debía ir al salón de pociones; y todo el camino estuve callada y muy ansiosa, puesto que Theo ahora me citaba aquí, a media noche, se me hacia algo extraño.

─ Hare mis rondas, esté cerca. ─me aseguró Cedric y yo asentí repetidas veces ante sus palabras.

Me encamine hacia el salón en si, entre con un poco de miedo, no les voy a mentir, pero se trataba de Theo, es lo me hara nada.

Ingrese y rápidamente lo vi sentado frente al gran ventanal, haciendome recordar la vez que me castigaron y él vino conmigo aquí y me acompaño todas las noches.

─ Hola. ─salude, haciendo que él gire.

Una sonrisa se formo es su rostro, sin embargo, esta fue efimera.

─ ¿Que paso? ─inquirí, acercandome.

─ N-no podemos seguir siendo amigos. ─soltó sin más, haciendo que mi ceño de frunciera por aquello.

─ Anda, estamos solos, es por tus padres, ¿verdad? 

Él negó. ─ Vamos, Milan, tú eres mestiza, tú padre es hombre lobo. Bueno, tú madre es amiga de mis padres, pero eso no hace que nosotros podamos ser amigos.

─ Esa mujer no es mi madre...espera...¿has visto a Mihrimah? 

─ Eso no te incumbe.

─ ¿Porque me hablas así?

─ Tal vez tus amigos no lo sabían, pero yo siempre supe que tu madre estaba viva. Es un icono, ¿has visto cuantos muggles mato en el pasado?

Mis ojos empezaron a humedecerse.

─ Ah, ya va a llorar.

─ Callate, callate, no digas nada más, si no quieres que nos veamos, ya esta, pero no vengas a hacerme sentir como un estupida. ─solté con tristeza.

─ ¿Creiste que eramos amigos? ─me preguntó, para luego soltar una risa ─. Solo quería saber si la hija de una gran sangre pura era igual de capaz y asombrosa que ella, pero al parecer no es así.

─ No...tú...no...¡Theo!

Sentía que todo esto era mala broma, que cada palabra que había dicho ahora solo era un intento de alejarme por sus padres, pero estaba tan serio, y no daba indicios como otras veces en las que me dice cosas para alejarme, pero esto era hiriente.

Cada palabra que había dicho en el pasado era un completa mentira, se sentía así en estos moementos.

Las lágrimas salieron de mis ojos, pero no de tristeza, si no de enojo. Apreté mis puños y me quise aproximar a él, empecé a golpear su pecho, el se dejo por uno largos minutos, pero luego tomo mis rostro cuando escucho que alguien se aproximaba.

─ Te quiero mucho, Mills ─soltó, pero ya no le creía, ni una sola palabra ─. Algún día entenderas.

─ ¿¡COMO PUDISTE HACERME ESTO?! Yo era tu amiga... ¡THEODORE! ─ seguí golpeándolo, pero luego sentí que alguien tiro de mi, alejándome de ahí ─ ¡Tú eres un maldito mentiroso!

Forcejee entre los brazos de Cedric, quien me llevaba hacia afuera, y una vez lejos de ahí, me giro como pudo, pues seguía removiendome.

─ Calma, Milan...estoy aquí...─murmuro.

Y luego lo abracé.

Oh, Theo, como no lo descubri antes

Tal vez nos hubiera salvado . . .

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