𝟬𝟯𝟳 | with love mom, dear daughter, sorry dad

037. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗜𝗥𝗧𝗬-𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡──

── 𝗐𝗂𝗍𝗁 𝗅𝗈𝗏𝖾 𝗆𝗈𝗆, 𝖽𝖾𝖺𝗋 𝖽𝖺𝗎𝗀𝗁𝗍𝖾𝗋, 𝗌𝗈𝗋𝗋𝗒 𝖽𝖺𝖽 •˖* 📼 ☄️

(Les actualizo desde detrás de velo, aquí les saludo a Sirius, mientras, ustedes comenten y voten, los quiero mucho <3)

[es el ultimo cap del acto, así que denle amor, mucho amor...¡O les jalare las patas!]

─ Debiste permitir que te curaran el tobillo con magia, Milan, mira, estas llorando de dolor. ─mencionó Ginny.

En realidad no lloraba por dolor físico precisamente.

Hace ya días habíamos llegado luego de aquel trágico episodio en el Ministerio de Misterios. Madame Pomfrey me ofreció curarme con un hechizo el hueso roto, pero yo estaba demasiado asustada como para que alguien me apuntará con una varita, incluso si eso era para curarme.

Y al conocerme desde hace mucho, dijo que podía vendarme y darme una poción que hiciera que me parara el dolor, y que gradualmente el hueso se curara, será como en nueve días. Si, es un poco tardado, pero esa es mi mejor opción por ahora.

Hermione tuvo que quedarse en enfermería, al igual que Ron, así que no los veía demasiado, solo cuando los visitaba y demás.

─ Y no se si sepas, pero Harry no puede subir aquí, y quiere saber cómo estás.

─ ¿Q-quiere verme? ─pregunté entre sollozos.

─ Claro que quiere verte, mujer ─soltó indignada ─. Quiere saber sobre ti, porque cuando fue a enfermería a ver al resto, tú ya no estabas.

No había hablado con él desde...eso. Según se, había estado ocupado teniendo conversaciones con Dumbledore y Hagrid, y no me molesta, lo entiendo.

Pero me causa confusión saber que si quiere verme...porque mi madre mató a la única persona en el mundo que le quedaba, a quien más amaba.

─ ¿Me puedes ayudar? ─inquirí.

─ La pregunta ofende, eres como mi hermana mayor, ¿como no te voy a ayudar? 

Yo sonreí de lado, mientras la pelirroja me ayudaba a levantar de la cama, tomando mis muletas, solo para despues pasar su mano por mi cintura, y así comenzar a salir de la habitación sirviéndome de soporte, de igual manera para bajar las escaleras, camino a la sala común, donde Harry estaba esperando.

─ Me iré a clases, Mily ─anuncio Ginny, viendo la hora en el reloj de la sala.

Ella se fue, dejándonos a los dos completamente solos, pues eran las diez de la mañana, y aun no terminaba el ciclo escolar. Nosotros no teníamos que ir a clases, porque teníamos permitido faltar a clases. La menor de los Weasley no, pero había venido a verme, además de pasar antes a enfermería a ver al resto.

Me senté con cuidado en el sofá junto a él, y la verdad no sabía que decir, y por lo visto Harry tampoco, pues ambos estuvimos en silencio por un buen rato.

─ Pensé que te podían curar con magia. ─murmuró de pronto, y con un poco de preocupación.

─ Me da miedo que me apunten con una varita. ─respondí, enfocando mi vista en la chimenea apagada, al menos hasta que sentí su mano tomar la mía.

Levanté mi vista, viendo a Harry acercarse a mi.

─ Quería pasar tiempo contigo ─soltó mientras me miraba ─. Eres...la única que me entiende...o al menos eso quiero pensar, Milan. Cuando tenía compañía, me entraban ganas de marcharme, y cuando estaba solo, echaba de menos la compañía...tu compañía.

─ Creí que no querías...no querías....

─ ¿Verte?

─ No, es decir ─paré mi hablar, dándome cuenta que si confesaba mis miedos, lo iba a preocupar aún más, y ya tiene demasiado en su cabeza ─. No quería que me vieras con el yeso, es blanco, no combina con mi estilo.

Lo escuché soltar una risilla. ─ Ya hable con Dumbledore sobre la profecía, y con Hagrid. Ahora quiero distraerme de eso...y se que estas mal, pero tal vez tomar un poco de aire ayudará con tu recuperación.

No pude negarme, ya mucho daño le han hecho como para que se quede aquí y siga pensando en lo que perdió, si puedo ayudarlo un poco a distraerte, ignoraría lo que me pasa a mi. 

─ ¿Puede ser a los jardines?

─ Claro, y a esta hora deben estar vacíos. 

Tal vez aquellos malos pensamientos que atacaban mi mente se esfumarían con este paseo. Necesito que lo hagan, porque me conozco, si sigo así...terminaré muy mal. Así que ahora me ignorare a mi estando con Harry.

Espero que en verdad no hable de nada sobre lo que paso, no quiero sacar el tema de...de mi madre, se que eventualmente lo hará.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









ESTABA CAMINANDO POR LOS PASILLOS, porque a pesar de llevar unos días ya con muletas y el yeso, aun seguía sin aprender a caminar más de tres pasos sin morirme. De todas maneras, no pienso quedarme en mi habitación simplemente existiendo, así que salí a pasear.

Hermione y Ron aún estaban en enfermería, Luna está...en sus propias cosas, Neville no quiere hablar mucho y bueno, Harry se la pasa en los rincones o en la cabaña de Hagrid, creo que luego de nuestro último paseo, no hemos cruzado palabra alguna, más que: buenos días.

Pero no le estoy echando la culpa o algo por el estilo, todos manejamos los traumas y dolor de manera distinta, así que no le pienso insistir nada, además, no es que yo quiera hablar mucho.

─ ¡Tengan más cuidado con la invalida! ─chillé de pronto, intentando mantener el equilibrio.

Creo que me metí mucho en mis pensamientos, que no me di cuenta que estaba a punto de chocar con alguien. Y yo estaba a tres segundos de asesinar a alguien, pero me di cuenta que solo se trata de Hazel, quien salía de uno de los salones.

─ ¡Ah, te vas a caer! ─exclamó la castaña.

─ ¡No me había dado cuenta! ─solté con un poco de mala gana, pues me había levantado así.

Creo que por eso tampoco fui a visitar a los demás a enfermería, ni le acepte esa conversación a Theo, ni la cajita de dulces que me envía Jordan.

Hazel soltó una risilla ─ ¿Desayunaste payaso, Milan?

─ No desayune nada, es lo peor ─confesé ─. ¿Sabes la tortura que es bajar las escaleras movibles con esto? ─señale las muletas ─. Se supone que aún me faltan un par de días.

─¿Por qué no pediste ayuda? ¿Qué hay de Harry? Si me dices que no te quiso ayudar ahora mismo lo dejó en muletas también.

Yo suspire. ─ Mi situación con Harry ahora es complicada, casi no hablamos. Y bueno, Hermione y Ron están en enfermería. Pero...ahora no sigamos hablando de mí, ¿como estas?

─ Bien, acabo de hablar con el profesor Flitwick por mi examen que reprobe e intentó recuperar, pero fuera de que quiero llorar de la felicidad ahora mismo todo bien.

─ Uh ─sonreí de lado ─. Eso está muy bien, seguro todo saldrá como lo esperas, y si no, torturamos a alguien para cambiar tu nota.

─ ¿Puedo hacer una lista? ─bromeo ella ─. Pero gracias, ¡Ah! Antes de que lo olvide, los padres de Cedric le harán una fiesta en su casa por su graduación y realmente quiere que vengas, no te lo ha dicho porque está muy ocupado asegurándose de dejar todo en orden antes de irse, así que sería grandioso que vinieras.

Hice una mueca de lado, pues aún no sabía con quién estaría este verano, pero supongo que lo más probable es ir donde mi abuelo.

─ Claro que iré, es decir, es Cedric. Solo te pido permiso a mi abuelo, pero prometo que haré todo para estar ahí.

─ Está bien, dile que no habrá alcohol y mis suegros estarán ahí.

─ ¡Tiene que haber alcohol, o mi abuelo no me dejara ir! ─solté con falsa indignación, aunque era un poco de verdad, mi abuelo es divertido, al menos conmigo.

Sonrió ─ ¿Quieres que me arresten? Pero si no te deja dime y voy por ti.

─ Que Cedric no se ponga celoso, eh.

Hazel negó ─ No te preocupes, no es celoso, al menos no contigo.

Asentí repetidas veces, y antes de cambiar de tema de conversación, me acorde a donde iba antes de chocarme con ella.

─ ¿Te acuerdas que te dije que no desayune? Pues, tampoco almorcé, pero ahora tengo hambre y ya será la cena, ¿me acompañas?

─ Claro, ¿Necesitas ayuda? ─Hazel señalo mis muletas─. Pero si me tiras primero me río.

─ Puedo avanzar sola, nomas en los escalones cerca del comedor ─sonreí, pues ya van dos veces que casi me caigo ─. Y gracias, por preocuparte por mi.

─ No me agradezcas.

Nosotras comenzamos a avanzar por el pasillo, entre todos los compañeros, que se dirigían a cenar tambien, pues ya era la hora.

─ Por cierto ─murmuro, mirando con complicidad a la castaña ─. ¿qué fue eso en la oficina de Umbridge? Lo hiciste muy bien, mujer.

─ ¿Qué cosa? ─hizo una pausa para intentar acordarse y entonces lo hizo ─ ¡Ah, sí! No fue nada, en mi anterior escuela llevaba clases de teatro, tomé todos los cursos posibles, creí que eso podría distraerla mientras ustedes buscaban alguna salida, sacarla del castillo y deshacernos de ella.

─ Yo hablaba de como me coqueteaste con guiños, pero está bien. ─comencé a bromear, mientras intentaba reprimir una risilla, no me había divertido desde...desde eso.

─ Creí que ya teníamos algo serio, Milan, tendré que decirle a Harry y a Ced.

─ Harry seguro me regala con moño y todo, no te preocupes. Por otro lado, quizá debemos mandar al otro lado a Cedric, para tener nuestra relación prohibida.

─ Hmm, me parece interesante tu oferta, la hablaré con mi abogado mágico y te informo.

Entramos de lo más felices al Gran Comedor, estábamos riendo sin miedo al qué dirán, y nos divertiamos con nuestras propias caras. De pronto, vimos como Cedric de acerco, y en ese momento, intentabamos calmarnos para que nos deje de ver como locas.

─¿Qué me mandaran a donde? ─nos preguntó, mientras yo intentaba dejar de reír.

Hazel negó ─ No es nada, cielito.

─ A mi me decías cielito hace rato. ─refunfuñe con falso enojo.

Cedric giró a verme ─ ¿Dijiste algo?

─ Sí ─asentí, mirando a todos lados buscando una excusa ─. ¡Ah, sí!, yo dije: Hola, Cedric, ¿como estas?

─ Estoy bien, yo debería preguntarte eso, ¿Por qué las muletas? Creí que estabas mejor. ─señaló.

─ Dile eso a Poppy, que no piensa lo mismo ─respondí, para evitar la conversación de que me da miedo que me apunten con una varita ─. Creo que las conservaré, son mi nuevo estilo.

Él asintió ─ Están a la moda, por cierto, mis padres harán una fiesta por mi graduación, tienes que venir.

─ Que raro ─fruncí el ceño ─. Hazel me prohibió ir, dice que me odias.

La castaña la miró indignada ─ ¡Pero si hasta te dije que podría ir por ti!

─ No me acuerdo. ─se hizo a la desentendida, mirando hacia otro lado.

─ ¿Quieres que te deje otra semana en muletas? ─alzó ambas cejas, cruzándose de brazos frente a ella.

─ A ver, te reto.

Cedric nos miró a ambas, aun sin comprender si todo esto se trataba de una simple broma o no. Dudaba demasiado, y más cuando Hazel doblo las mangas de su blusa, como si de verdad fuéramos a pelear, mientras, yo en un intento de continuar con el acto, me acomode en pose de pelea.

─ Sostén mis muletas ─le pedí a Cedric.

El castaño apenas logró sostener una muleta que más tarde tuvo que regresarme antes que yo  cayera al suelo.

─ Ya veras, ya veras. ─Hazel se tomó el cabello en una coleta.

─ N-no estarán hablando en serio, ¿o si? ─preguntó Cedric

─ Si quieres apuesta con todos aquí sobre quien gana, la invalida, o la loca....digo....Hazel, si, si. ─solté.

La castaña se quedó quieta en su lugar ─ No, la verdad ya me dio flojera pelear, mejor hay que comer.

Yo asentí, dispuesta a sentarme con ellos y convivir, pero pude ver como Harry comenzaba a llamarme desde la mesa de Gryffindor, y...aun no había logrado resolver mis propios problemas, ni sabía aún cómo actuar, así que para no verme grosera, e incluso sintiendo un poco culpable por lo que pasó.

─ Bueno ─le sonreí a ambos ─. Me gustaría seguir respirando su amor, pero mi novio ya llego a la mesa de Gryffindor, y pienso molestarlo un poco.

Me giré sobre mi misma, comenzando a avanzar.

─ ¡Se me cuidan!








━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









─ Estarán de broma ─refunfuñe desde el pie de las escaleras que daba a la lechucería ─. Creo que comenzare a matar a niños de primero, ya no les pienso ayudar más en sus tareas. Merlin, así me pagan.

─ No mates a nadie, es ilegal.

─ ¡Ilegal es lo que me hicieron!

Gire a ver a Theo, quien era la persona que había llegado. Era la segunda vez que hablábamos desde lo que pasó en el Ministerio de Misterios, y eso que este encuentro de ahora no fue premeditado, porque la primera charla que el me pidió, la rechacé, aludiendo que estaba muy enferma para hablar.

─ Esos niños me dijeron muy amables: Milan, te llego una carta, es arriba ─comencé a contarle ─. ¡Y se fueron! ¡¿Cómo esperan que yo suba?!

─ Yo voy por ella, deja tus instintos asesinos. ─se ofreció.

Yo asentí, comenzando a apoyarme en la pared viendo como él subía los escalones a toda prisa, y no mucho despues, volvía a mi lado, con un sobre negro en la mano.

─ Es extraño ─murmuré, frunciendo el ceño y tomando la carta, examinandola rápidamente ─. No es de mi padre.

Lo sabía de inmediato, porque esta no tenía el típico sobre, ni es un simple pergamino enrollado. Parecía ser un papel especial incluso, tenía el sello de una forma que no podía reconocer, era una extraña combinación, pero tenía un millón de detalles.

En fin, al ver que no había remitente fuera de la carta, no me quedó más que abrirla, y encontrarme dentro con un pergamino, y una letra muy parecida a la mía, si me preguntan.


Querida hija;

No soy un mounstro sin corazón como piensas, o como te hicieron pensar. De otra manera hubiera escrito el mismo día que mate al idiota de Black. Yo pienso en tú y en lo que sentirías, así que dejé que pasara un tiempo.

Tu destino está marcado, pero puede cambiar si vienes conmigo y sirves al señor Tenebroso, ya ésas en la edad, Milan. Podríamos convivir más, madre-hija, tener experiencias inolvidable y yo podría olvidar que eres mestiza y perteneces a Gryffindor, ah...y sobre todo, que tienes a Potter como noviecito tuyo. Si, yo se todo sobre ti.

De hecho nos podrías servir muy bien de este lado, tambien tengo entendido que eres una de las mejores brujas de tu generación.

Como sea, se que eres inteligente, y sabrás escoger. Solo no olvides que sabré donde te lleva el estúpido de Remus. No podrás huir de mi, y no te sientas segura ni en Hogwarts, ire por ti, cariño, esperame cambiada. Puedo ir en cualquier momento.

De hecho nos podrías servir muy bien de este lado, tambien tengo entendido que eres una de las mejores brujas de tu generación.

Con amor, mamá.


Mis manos comenzaban a temblar sin control alguno, no podía hacer que pare, era imposible. Mire a todos lados con paranoia y sentía que el aire comenzaba a faltarme. Ni siquiera podía mantener el equilibrio, mis muletas cayeron al suelo, y sentí que yo lo haría con ellas.

─ Y-yo...yo no...

─ Te tengo ─escuche a murmurar a Theo, que me atrapaba entre brazos ─. No te dejaría caer, Mills.

No sabía que hacer, o qué pensar sobre la carta. Quería tener a papá ahora mismo, aunque si me pongo a analizar la situación general, es un peligro para el tambien...no puedo hablar de esto con Harry, justamente para protegerlo; por otro lado Hermione y Ron no lo entenderían.

─ ¿Quieres que te lleve a algún lugar? ─me preguntó ─. ¿Con tus amigos? No me importaría llevarte a la sala de Gryffindor.

─ Solo quiero hablar con alguien...alguien que me entienda. ─levante mi vista, conectandola con la de él.

─ ¿C-conmigo?

Yo asentí, queriendo mover mis piernas e ir caminando, pero estas parecían no funcionar, así que deje que Theo me llevara a donde se le ocurriera para conversar, además, agradecía de alguna manera la cena ya hubiera terminado, y que no había mucha gente ahora en los pasillos.

Reconocí que estábamos yendo hacia el salón de pociones, y que al llegar, él sabía que estaría abierto, pues simplemente con su pie abrió la puerta y entró conmigo, dejándome con cuidado encima de una mesa, donde me acomode, viendo como él se sentaba en la silla junto, de tal manera que quedamos uno enfrente del otro.

─ Mi mamá dijo que quiere que me una a ella y al señor tenebroso. ─murmuré, mirando el cielo por las grandes ventanas del salón.

─ Mis papás quieren lo mismo para mi ─comentó ─. Dicen que "estoy en la edad", y que debo dejar de ser un cobarde. A diferencia de mi, tu tienes a tu padre, él profesor Lupin no creo que lo permita.

─ No sé por cuánto tiempo. ─balbucee.

De pronto solté una risilla, aunque creo que era más por nerviosismo que por otra cosa.

─ Nos parecemos más de lo que imaginamos ─solté, para luego levantar mi mirada y verlo ─. Oh, sí, creo que le lanze un hechizo y un buen golpe a tu padre.

─ Vaya, buenas noticias. ─sonrió.

No me malinterpreten, quiero demasiado a Harry, más de lo que alguien puede querer a alguien. quiero a todos, y a mis amigos en general...pero hablar de esto con ellos, y-yo, yo no podría. Y Theodore en parte vive lo mismo que yo.

Tengo miedo de lo que ellos piensen de mí.

Además, tenía, mucho que pensar con respecto a mis próximos pasos. Siempre voy a querer el bien de los que amo, y si eso pueda significar alejarme de ellos, creo que podría soportarlo.

Creo . . .









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









ESTABA SENTADA EN EL VENTANAL DE LOS PASILLOS, la verdad era que había tenido mucho tiempo de pensar, y me ayudaba mucho que mis amigos sigan en enfermería. Mi único problema sería encontrarme con Harry, quien es el principal en mis pensamientos, pero creo que ya encontré una solución, al menos por ahora. 

Mientras seguía repasando como soy tan débil de corazón, que no pude ignorar a Harry y termine aceptando su cita en el campo de Quidditch, pintaba con mis marcadores el yeso blanco y aburrido que me quitarían mañana.

De un momento al otro, pegue un brinquito cuando dos sombras aparecieron frente a mi.

─ ¡Al menos avisen si van a espantar! ─chillé, acomodandome mejor.

Hazel levantó con cuidado mi yeso, y lo coloco con suavidad sobre sus piernas.

─ ¿Cómo te sientes ─le dijo ella ─. Antes que nada.

Cedric se sentó en el suelo junto a nosotros, y pude ver como sostenía entre sus manos la edición de algún diario.

─ Bien, creo. No lo sé, no duele, creo que mi pie desapareció ─me encogí de hombros, mirando con ceño fruncido a Cedric ─. ¿Es El Quisquilloso?

El chico negó ─. Es el Profeta, ¿ya lo leíste?

─ Regresa en que no debe ser nombrado. ─anunció Hazel con voz firme, mientras la veía secuestrar mis marcadores, para comenzar a dibujar una pequeña planta de caricatura en mi blanco yeso.

─ Hablan sobre Harry, cosas buenas, y nada sobre mi, lo que significa que soy libre. ─suspiro con alivio.

─ Al menos ahora no pintan a Harry como mentiroso, ¿verdad? ─pregunte con preocupación, porque ni me enteré que él estaba saliendo en el diario, aunque si me lo esperaba ─. Aun no leo la nota, trato de distraerme con otras cosas.

─ No, de hecho, ahora es: «El niño que sobrevivió»

─ Lo bueno es que aceptaron que ustedes saben volvió ─ la castaña se encogió de hombros ─. Quedaron como unos payasos.

De pronto, los tres nos quedamos en completo silencio cuando escuchamos los pasos del conserje Filch, que comenzaba a pasar por el pasillo en que estábamos. Compartimos miradas, y más cuando lo escuchamos hablar.

─ La profesora Umbridge era lo mejor que jamás le había pasado a Hogwarts... eso debería quedar claro...

Los murmullos del conserje se dieron vuelta junto con él, pero esperamos prudentemente antes de estallar en carcajadas.

─ Umbridge ni siquiera está en sus sentidos ahora mismo, ¿Cómo podría ser eso lo mejor? ─se preguntó ─. Si ella siguiera siendo la directora todos estaríamos loquitos.

─ Loquitos es poco ─añadí ─. ¿pero saben? Me cayó bien cuando estaba en enfermería, porque cada vez que yo hacía sonidos de pasos de caballos, comenzaba a decir bobadas y ruidos raros, fueron mis mejores días. ─termine de contar entre risas.

─ Creo que tiene un trauma muy evidente. ─aseguró Hazel, volviendo a su dibujo.

En un momento, los tres giramos a ver a un lado, encontrándonos con Harry, quien coloco sus dos manos sobre mis hombros.

─ Espero no les importe si me la robo. ─mencionó.

─Si, si me importa. ─le interrumpió Hazel, llevándose una mirada de Cedric.

─ Hay Milan para todos, no se peleen por mi amor. ─comenté con tranquilidad, comenzando a mover mis hombros juguetonamente.

─ Pues hoy solo hay Milan para mí ─recordó Harry, ayudando a levantarme ─. Prometí llevarte al campo de Quidditch.

─ Pero solo por hoy. Te la rento. ─señaló la chica Longbottom.

─ ¿Y yo soy invisible? ─se preguntó Cedric con indignación.

Hazel se giró un segundo a él ─ Cielito, ahora no.

─ Si, desde nuestro beso en la fiesta, tu eres el tercero en esta relación, Cedric. ─comenté, mientras me alejaba de ellos poco a poco.

─ ¿Y yo? ─se preguntó Harry.

─ ¿Alguien habló? ─bromee.

Harry tomo mi brazo con delicadeza, comenzando a llevarme muy lejos de ellos y los más rapido posible. 

─ ¡La quiero devuelta a las siete, Harry! ─le gritó Hazel.

─ ¿Las siete del próximo año? Lo tengo. ─aseguró mi novio.

─ Insisto, ¿Yo que soy? ─preguntó Cedric.

Comenzamos a alejarnos de la pareja, encaminandonos al campo de Quidditch. Y ver a Harry un poco más animado, me hacía sentir bien de alguna manera, aunque yo había tomado una decisión ya.

Me alejaría de él gradualmente, para no lastimarlo. Aprovecharé las vacaciones para eso, y el próximo curso ya veré, pero por ahora, solo...alejarme por su bien.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









EL TREN HABÍA PARADO, así que arrastrando mi baúl comencé a salir con los demás. Cuando el revisor nos dijo que ya podíamos atravesar la barrera mágicaque había entre el andén número nueve y el número diez, lo primero que hice al cruzar, fue correr hacia los brazos de Tonks, quien me recibió muy feliz, al menos ahora sabía que estaba bien.

Me quede con ella en lo que papá y los demás miembros de la orden conversaban con los tíos de Harry.

─ ¿Encerraste a Sookie en tu baúl? ─preguntó Tonks, quien ahora llevaba un alegre pelo de color violeta.

─ Puede ser ─murmuré con complicidad ─. Le gusta dormir entre mi ropa.

─ ¿No despediras de Harry, corazón? ─escuche preguntar a papá.

Vi al antes nombrado voltear a verme con su baúl en mano, mientras sus tíos me miraban impacientes, como si pidieran que si lo hago, que sea ya o me asesinarían.

─ Adiós, Harry. ─agité mi mano a modo de saludo desde donde me encontraba.

Él solo correspondió al saludo y se fue, mientras los gemelos y el resto de personas de la orden presentes me miraban extrañados, sin embargo, no me pudieron peros o algo por el estilo.

─ Bueno ─habló la señora Weasley ─. Lupin, si quieres Milan es bienvenida en nuestra casa, puede que estés ocupado, la podemos cuidar. 

─ Gracias, Molly, un momento. ─pidió papá, girando a verme, mientras la mujer Weasley interrogaba a Ron y a Ginny, y claro, los gemelos pavoneaban su nueva ropa.

Por mi lado, simplemente comencé a jugar con mis manos.

─ ¿Quieres pasar el verano con los Weasley?

Me quedé en silencio, balanceándome sobre mis talones, ni siquiera se porque actuaba así. No se lo que quiero, simplemente desearía hacerme bolita en un rincón.

─ Vas a tener que hablar para decidir, jovencita. ─señalo papá.

─ Mandame a donde quieras, ¿si? ─dije entre dientes, sin mirarlo.

─ Esta niña me va a matar.

─ Milan, no le respondas así a tu padre. ─Tonks trato de arreglar la situación.

─ Bien, entonces iras con mi padre. ─ofreció.

Yo asentí, era lo mejor. Y no es que quisiera que mi abuelo este en peligro o algo por el estilo, pero hasta donde mi joven mente se acuerda, mi madre, o aquella mujer, nunca conoció a mis abuelos, por ende, tampoco su casa.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━






─ ¿Enserio no me hablaras, pequeña? ─preguntó papá, tratando de mantener la calma, cargando mi baúl mientras atravesábamos el jardín de la casa del abuelo.

La cual estaba en medio de un campo desierto, es un lugar enorme y muy colorido, pues mi abuelo no hace nada más en el día, y se ocupa mucho de las flores.

Me quede viendo las margaritas, mientras me sentaba en la banca de piedra junto a la fuente de agua al centro de todo.

─ Solo estoy triste, es todo. ─murmuré, cruzándome de piernas.

Lo vi dejar mi baúl y venir en mi dirección, para sentarse a mi lado.

─ Por tío Canuto, ¿verdad?

Yo asentí, mientras lágrimas comenzaban a caer por mis ojos sin pensarlo. Se que no había convivido mucho con él, no tanto como hubiera querido, pero cada palabra, cada minuto...todo fue significativo para mi.

─ En el colegio lloraba sola en mi habitación y de noche, no quería preocupar a nadie, menos Harry...

Sentí la mano de mi progenitor pasar por mi cabello.

─ También es sobre él.

─ Mamá mató a la única persona que le quedaba, papá ─solté entre sollozos ─ . ¿Y si Harry piensa que voy a ser como ella? Que voy a traicionarlo, que me haré mortifaga y matare a quienes él quiere.

─ Tu no eres así, y lo sabes, corazón ─me atrajo hacia el en un abrazo ─. Y el te conoce tanto que no pensara eso, te lo aseguro. No eres tu madre.

No dije nada más, no refute nada ni dije lo que en verdad pensaba. No le comente a papá que el miedo se hacía cada vez más grande, y que habías días en que pensaba que la oscuridad me consumiría, o que aquella mujer aparecería para llevarme y ponerme la marca.

Le ocultaba a papá que me había enviado notas, diciendo que me buscaría y encontraría, que yo no me puedo esconder de ella.

Yo no pretendía preocupar más a mi padre, tiene suficiente con la muerte de su mejor amigo, de su hermano, y con la responsabilidad por ser miembro de la orden.

─ Hablaré con el abuelo un momento antes de irme, ¿bien? ─dijo luego de un rato de solo estar abrazados ─. Oh, si, y que estés triste no significa que serás grosera con todos. Ni siquiera te despediste adecuadamente de los Weasley, que tanto te apoyaron desde que aprendiste a caminar.

─ ¿Y como me castigaras? ─inquirí.

─ Primero ─tomó su varita, apuntando a mi baúl, y con un hechizo... desapareciéndolo ─. No tendrás tus cosas.

─ ¡Sookie estaba dentro! ¡Y-y...aquí no tengo ropa! ─reclame.

─ Tienes ropa.

─ Si, pero mi ropa de aquí es la antigua, la de colores, flores y muchos sabores. 

Dije, recordando que aquí tenía solo mi anterior estilo, aquel que enterré y prometí nunca más usar.

─ Eso es parte del castigo.

Solo resoplé, mientras me secaba la casa con mis manos y caminaba hacia la puerta principal, con papá siguiéndome los pasos. Toque y segundos despues mi abuelo abrió, mirandome con una gran sonrisa y reclamando un abrazo mío.

─ Hola, abu. ─saludé, mientras me llenaba de amor.

─ ¿A qué debo el honor?

─ ¿Podrías cuidar a Milan hasta el próximo curso escolar? ─anunció papá, mientras entrábamos y nos sentábamos en los sofás de la sala.

Mi abuelo no lo pensó mucho, y accedió de inmediato. Mientras, me pidieron que suba a mi habitación mientras hablaban de cosas de adultos, lo cual supongo que debe ser sobre mi, no tengo dudas. 

En fin, tan solo entre a la habitación, la cual tiene mi sello personal, o al menos el antiguo. Apenas entre me di cuenta que habían muchos colores por todas partes, lo bueno, es que aquí tengo todo para pintar. 

Cuanto con un armario lleno de lienzos, pinceles y pinturas.

[ . . . ]

Ya era de noche, y junto con eso, la tristeza.

Creo que mi padre aún no se ha ido, pues no vino a despedirse, y nunca lo haría sin decirme algo. Así que solo estaba acostada en el piso, viendo la imagen de tío Canuto, ahí...atravesando el velo.

Una y otra vez

Para cuando me di cuenta, estaba llorando sin control alguno. Solo que estaba vez, a diferencia de Hogwarts, papá había venido a mi rescate, supongo que su gen de padre lobo me escucho llorar y vino de inmediato.

Se sentó a mi lado, pero cuando creí que acariciaría mi cabello, como cuando era pequeña, tan solo dejó un paquete mal envuelto frente a mi.

Me senté y desenvolvió el paquete con confusión, mientras el me veía. 

Dentro había un pequeño espejo cuadrado queparecía viejo y estaba muy sucio. Lo acerque a mi cara y pude ver mi propio reflejo.

─ ¿Querías que viera que tan mal me veo mientras lloro? ─pregunté con burla, pero él me hizo entender que le diera la vuelta.

Detrás de eso, había una nota...firmada por tío canuto.

Esto es un espejo mágico; Harry tiene uno tambien, cortesía mía. Si necesitan hablar conmigo, o entre ustedes, solo deben mencionar el nombre de la persona con la que quieran hablar; así tú aparecerás en su espejo y yo o Harry podré hablar en el tuyo. James, Remus y yolos usábamos cuando cumplíamos un castigo separados, bueno, tu padre siempre nos hablaba desde la biblioteca, a él no lo castigaban.

─ Gracias ─murmuré, para luego levantar la mirada y verlo ─. Y lo siento, papá.

─ Estaremos bien, pequeña lobita.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









─ Abuelo, aun puedes retractarte y llevarme a comprar ropa. ─sonreí, mientras terminaba de maquillarme.

─ Tú papá me lo prohibió. No debo meterme en la forma en la que te educa.

─ Los abuelos están para consentir. ─dije mientras seguía observando al espejo.

Hice lo que pude para arreglarme e ir a la fiesta de Cedric. No encontre algo digno para ponerme entre la ropa que me había quedado desde la última vez que vine, pero es peor que nada. 

Un vestido amarillo adornado con algunas flores y zapatillas a juego, no era algo con lo que ahora último suelo vestir, pero no tengo nada más.

─ Pero estas hermosa, deberías vestir así más seguido.

─ Parezco una flor. ─hice un puchero, mirando a mi abuelo.

Los días aquí han sido asombroso. Me la paso pintando, siendo una con la naturaleza. Se sentía tan bien no saber sobre mi madre, lo que me confirmaba que esto era un lugar seguro que ella no conocía, así que estaba bien por mi.

No le he contestado las cartas a Hermione ni a Ron, así que probablemente yo muera cuando los vea, al igual que con Harry, quien me ha tratado de hablar a través del espejo que tío Canuto nos dejo. La primera vez me asusto verlo en el reflejo, pero luego simplemente lo guarde en el armario, no lo he tocado desde entonces.

La verdad es que tampoco iría a la fiesta, pero se lo prometí a Hazel y Cedric.

─ Creo que ya me iré ─anuncie, viendome por última vez en el espejo ─.  ¿Me veo bonita?

─ Claro que si, ahora anda, que tu abuelo quiere dormir.

─ Mi abuelo ya esta viejo. ─bromee, yendo hacia la chimenea, no sin antes tomar mi regalo.

─ ¡Jovencita...

No lo pude escuchar terminar la frase, por ya había usado los polvos flú para llegar a la casa de los Diggory.

Sentí como todo a mi alrededor se movía demasiado rápido, veía colores y figuras sin forma, hasta que finalmente, la velocidad se reducía, para finalmente encontrarme en la sala de la casa del señor Arthur, donde lo primero que vi, fue una escena un tanto...extraña.

─ Que Merlín me de terapia para quitarme esa imagen de mi mente. ─solté, saliendo de la chimenea mientras me cubría los ojos, pues cuando llegué, me encontré con Cedric y Hazel besándose en el sofá.

─ Oh, s-si...¡H-hola, Milan! ─saludó el castaño, levantándose de golpe, y acomodándose la ropa y el cabello.

─ Solo vinimos por los vasos...si, por eso. ─explicó Hazel, mientras yo negaba divertida y me acercaba a ellos.

─ Haré como que no vi nada, por mi bien mental ─medié, extendiéndole el regalo a Ced ─. Tomá, es mi regalo, espero que te guste.

─ ¿Que es?

─ Bueno, ya que insistes en que te lo cuente ─me encogí de hombros, viendo como él sacaba la pequeña cajita de la bolsita ─. Es un brazalete y una pintura tuya y de Hazel, creí que te gustaría.

Lo vi sonreír ante mi regalo, y luego con mucha emoción, me dió un gran abrazo. Tan solo para despues empujarme hacia el patio.

─ Afuera está la fiesta, vaya a disfrutar.

─ ¿Y ustedes irán por los vasos? ─pregunté, enarcando una ceja con burla.

─ ¡Milan! ─regañaron Hazel y Cedric al mismo tiempo.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━ 









LAS HORAS HABÍAN PASADO, y esta reunión era muy hermosa, los señores Diggory eran muy buenos anfitriones, pensaban en todos y en todo. Así que luego de comer, insistieron en dejar tiempo a solas a los jóvenes y disfrutar esta etapa, y sobre todo esta fiesta en honor a su hijo recién graduado.

Será difícil no tenerlo en la escuela, pero se que vienen tiempos mejores.

Yo estaba sentada en un lado mientras comía, viendo como el patio era iluminado por luces parpadeantes, y la musical fluía en el ambiente. Una melodía dulce y lenta, creando un ambiente agradable, sin embargo, los protagonistas de esto eran Hazel y Cedric, quienes estaban en el centro, siendo animados por los amigos de este último, quienes insistieron en que ellos sean la pareja que baile.

Ambos se notaban muy enamorados, moviéndose con gracia. Sus ojos se conectaban y destellaban pasión, aunque otra emoción que puedo notar, es melancolía, supongo que es porque no se verán tan seguido en la escuela, y tendrán que encontrar formas de alimentar su relación.

Podría decir que Cedric y Hazel son la pareja perfecta, incluso podría tomarlos como ejemplo.

En fin, antes de ponerme a rebuscar en mis pensamientos, ambos chicos giraron en mi dirección.

─ ¡Anden! ─insistió Hazel ─. ¡Si tú y Harry no vienen aquí a bailar, los obligaremos, y no por las buenas, eh!

No pude evitar aceptar la propuesta, y más cuando mi novio apareció frente a mi y me ofreció bailar, extendiendo su mano en mi dirección, con la palma hacia arriba.

─ ¿Bailas?

─ Bailo. ─sonreír de lado, uniendome a la pareja principal en lo que habíamos denominado como la pista de baile.

Pase mis brazos por los hombros de Harry, y sentí como sus manos fueron hacia mi cintura. Mi mirada de conectó de inmediato con la mía, y veía como cada vez más de los invitados comenzaban a unirse al baile, con pareja o no, o simplemente entre ellos como amigos.

Había intentado no hablar con él, como en lo que va del verano, pero era imposible, y más cuando se que lo extraño demasiado. Quiero besar y abrazarlo, decirle que es lo más preciado que tengo en el mundo, pero...hay cosas que me sobrepasan.

Acurruque mi cabeza entre su cuello, mientras la música suave seguía sonando.

─ Intente hablarte por el espejo que Sirius me dejo, en la nota dijo que tambien te dejo uno a ti...pero creo que no funciona. ─susurro Harry en mi oído.

─ Claro que funciona ─balbucee ─. Pero estaba ocupada, mi abuelo me usa de jardinera personal.

Mentí, pero tampoco quería hacerlo sentir mal. Y mi plan de dejarlo gradualmente, no servía, mi corazón de pollo no lo permitía, así que sigo en una encrucijada.

─ Pero si me llamas en las noches, estare para ti. ─ofrecí.

Me separe de él un poco, no tenía corazón para sumarle más dolor a su alma, no podía decirle que mi mamá me estuvo torturando por notas, ni que lo siento tanto por la muerte de Sirius. Así que ahora, con total sinceridad, le pienso decir que estaré para él, trataré de estarlo siempre, buscare una manera.

Soy inteligente, encontraré una forma.

─ ¿Siempre estarás para mi?

─ Siempre, Harry.











































[fin de la Orden del Fénix]







































▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝

Me siento rara dejandoles notas del más allá, espero que les gustara el capitulo, me esforze mucho en hacerlo.

Uff, llegamos al final de este acto, tengo muchas cosas para Milan en un futuro.

Si vieron que Mily estuvo muy indecisa con sus pensamientos, es normal, ella sigue evaluando qué puede hacer para no dañar a quienes ama <3, al menos algo tiene claro: estar siempre para Harry.

EN FIN, necesito que no sean lectores fantasmas, y comenten si les va gustando el fanfic, se que perdió un poco de apoyo, pero espero que en un futuro el fantasma de Lucy sea activo con las actualizaciones.

Con la otra autora de esta dúo, estamos viendo para tener días fijos de actualización, así que atentos ;D

▬ With love, Lucy Rhee (Potter)
palabras; 6126.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top