𝟬𝟭𝟮 | forgiveness?

012. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗟𝗩𝗘 ──

── 𝖿𝗈𝗋𝗀𝗂𝗏𝖾𝗇𝖾𝗌𝗌? •˖* 📼 ☄️

EL 26 DE DICIEMBRE, me dormí hasta tarde...o eso pensaba hacer, claro, si Hermione no se pusiera a hacer ruido y no me dejara dormir. Así que me levante, me vestí y salí con ella a la sala común.

Yo pretendía irme cuando vi a Harry abajo, esperandonos junto con Ron, pero eso no paso. Le prometí a Hermione que sería madura con el tema, que solo...no hablare con Harry. Pero no puedo sacarlo de mi vida, porque hacerlo sería poner en una encrucijada a Hermione y Ron, no los haría elegir con quien irse.

Además, fue una pelea tonta, yo solo confundi todo. Así que solo necesito...tiempo.

Me senté lo más alejada posible de él, empecé a jugar con Sookie mientras nos contaban sobre la conversación que habían escuchado, aquella entre Madame Maxime y Hagrid, donde los chicos se enteraron que Hagrid es un semigigante. 

─ Bueno, era de imaginarse ─murmuré, viendo como Ron y Hermione me miraban con desconcierto, pues no había abierto la boca para decir nada en todo este tiempo ─. No podía ser un gigante puro, porque ellos miden al menos siete metros de altura...además, todo ese tema del desprecio a los gigantes, esos prejuicios...son parecido a los que tiene la gente contra los hombres lobo. 

─ Ella tiene razón ─me apoyó Hermione ─, tal vez por eso Hagrid no lo decía.

Harry solo asintió.

Como odio esto . . .







LLEGO EL PRIMER DÍA DEL SEGUNDO TRIMESTRE, había algo raro en el ambiente a decir verdad, o más bien en mi vida. Era raro estar sola, casi siempre estoy con Hermione, Ron y Harry, o con Theo.

Pero ahora no tenía a ninguno de los cuatro. No he hablado con ninguno ─a excepción de Hermione─, en todo este tiempo.

Me sentía mal, no lo voy a mentir, extraño la época en la que eramos niños y todos eramos inseparables, no había nada que nos separara, nada de esta horrible cosa llama amor.

Estaba caminando hacia mi siguiente clase, al menos hasta que pasos sospechosos acercandosé a mi me hicieron detener.

─ ¿Porque esta tan triste nuestra niña favorita? ─escuche que la voz de uno de los gemelos, y al girarme a verlos, descubri que se trataba de Fred.

Había aprendido a diferenciarlos, crecer con ellos tiene sus ventajas. 

─ ¿Tenemos que planear un asesinato? ─preguntó George en un tono cómico.

─ No, nada, estoy bien. ─asentí repetidas veces, para así asegurarme que ellos lo creyeran.

─ Eso no sono como "Estar bien" ─señalo Fred ─. Todo el mundo sabe lo que paso en el baile. Es eso, ¿verdad?

Yo solo asentí.

─ Bueno, Lala  ─George uso el tonto apodo que solían usar cuando era una pequeña niña. Él poso su mano por detrás de mi oreja, y sacó una paleta de ahí...─. Eso es un trabajo para paleta de cerezas, tu favorita. 

Yo la tome, sonriendo por aquello, pero casi de inmediato, fruncí el ceño.

─ No tiene nada, ¿verdad? 

─ ¿Por quien nos tomas? ─preguntó Fred totalmente indignado ─. Ahora ve a tu siguiente clase, y ya sabes, si necesitas paletas o esconder un cádaver, somos tus chicos de confianza.

─ ¿Y si necesito un abrazo? ─inquirí con un poco de temor.

─ Somos tus chicos de confianza. ─repitieron ambos al mismo tiempo que se acercaban a mi a rodearme en un fuerte abrazo.

Estuvimos así unos segundos, al menos hasta que nos dimos cuenta de la hora, y cada uno tuvo que empezar a caminar hacia su respectiva clase.

Primero tuvimos Herbología, y no podíamos ver nada del exterior, ya que una gruesa capa de nieve cubría el colegio. Con este clima tenía muchas ganas que llegue la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Por supuesto, tambien tenía ganas de ver a Hagrid, hace tiempo no lo hacia, desde el baile, y eso ya fue hace mucho.

─ Date prisa, Lupin ─me reprendio...la maestra, era una bruja anciana de pelo gris y muy corto ─. Ya hace cinco minutos que sonó la campana.

─ Disculpe,  no quiero sonar grosera, pero, ¿quien es usted? ─le pregunte ─ ¿Y el profesor Hagrid?

─ Soy la profesora Grubbly-Plank ─me respondio con estusiasmo─, la sustituta temporal de el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas. 

─ ¿Y puedo saber donde esta Hagrid? ─interroge.

─ Vaya, el profesor si que es muy querido por aquí, tres chicos hace poco me preguntaron lo mismo ─conto─. Bueno, él está indispuesto.

De pronto, oí la risa apenas audible de Draco y de los demás Slytherin...incluyendo a Theodore. Todos ellos parecian contentos por el cambio de maestro.

Afortunadamente será temporal, ¿no?

La maestra nos empezó a guiar hacia el otro lado del potrero, donde estaban los caballos de Beauxbatons, protegiendose del frío. 

Avanzamos un poco más, viendo como en un fuerte árbol, estaba atado un unicornio grande y muy hermoso.

Mis ojos se iluminaron, y sonreí sin pensarlo, escuchando como mis compañeras exclamaban cosas por el asombro al ver a tan hermoso animal.

Este era de un blanco muy brillante, tenía los cascos dorados y en la cabeza tenía un largo y hermoso cuerno.

─ ¡Los chicos para atrás! ─ordenó la maestra ─. Los unicornios prefieren el toque femenino. Las chicas pasen adelante.

Me coloque junto a Hermione, empezando a observar al unicornio, incluso acariciarlo por turnos. 

Estaba tan feliz, pero retrocedí un poco para dejar que mis demás compañeras acariciaran al al animal. Es ahí donde escuche aquella discusión.

─ ¿Qué quieres decir con eso de «todos odiamos a Hagrid»? ─Harry le espetó a Malfoy─. ¿Qué son todas estas mentiras acerca de que a ése, le dio un terrible mordisco un gusarajo? ¡Ni siquiera tienen dientes! ─se refería a Crabbe, y la mentira que este había dicho.

─ Bien ─escuche decir a Draco mientras yo me acercaba poco a poco ─, creo que esto debería poner fin a la carrera docente de ese zoquete. ¿Ah que si, Theodore? Como lo hicimos con el  profesor hombre lobo del año pasad...

Antes que Draco pudiera terminar de hablar, mi puño se estaba estampando en la cara del Slytherin.

Y al darme cuenta que no fue lo suficientemente fuerte como hubiera querido, me dispuse a propiciarle otro, sin embargo, Theodore salio de entre sus amigos, tomandome del brazo y evitando que mi puño estampara la cara de su amigo.

Lo mire con un poco de recelo, se que no había teniedo que ver en que mi padre se fuera, pero lo sabía, ahora se que él sabía, y no se le había ocurrido decirme.

─ ¿Estan atendiendo por ahí? ─la voz de la profesora llego hasta nosotros ─ ¡Lupin! ¡Ven aquí adelante!

─ Milan. ─llamó Theo.

─ Hablaremos en la tarde, ¿si? ─dije, para luego irme con las demás chicas, viendo de reojo como Harry hacia que el periodico que tenía en manos temblara, tenía la mirada perdida.

Y Merlin sabe que quise ir donde él, calmarlo así como él lo hace con mis ataques.

Pero mi orgullo es más grande.

Luego de aquella clase, nos ibamos hacia el Gran comedor para el almuerzo.

─ Ha sido buena la clase, ¿verdad, Milan? ─me pregunto Hermione ─. Yo no sabía ni la mitad de las cosas que la profesora Grubbly-Plank nos ha dicho sobre los unicornios.

─ Bueno...no preste atención a lo que dijo, pero parece ser una buena...

─ ¡Mira esto! ─sobresalte ante el tono que Harry había usado. Él coloco el articulo de El Profeta en mis manos ─. Lo siento...pero mira eso.

Hermione y yo a medida que ibamos leyendo el articulo ibamos abriendo la boca en señal de indignación.

─ Esta noche ─nos miro a ambas ─. Despues de adivinación. Iremos a decirle que queremos que vuelva...¿usted quieren que vuelva?

─ Yo... bueno, no voy a fingir que no me haya gustado este agradable cambio, tener por una vez una clase de Cuidado de Criaturas Mágicas como dios manda...¡pero quiero que vuelva Hagrid, por supuesto que sí! ─se apresuró a añadir Hermione.

Harry al ver que yo no respondía, giro hacia mi:

─ M-Milan...¿tú?

─ Quiero que regrese, obviamente. Pero no puedo ir con ustedes.

─ Milan, ya hablamos de esto. ─me regaño Hermione.

─ No es por él, ¿si? ─solté molesta porque pensara que soy así de inmadura para no ir a ayudar a Hagrid solo porque Harry y yo no nos hablamos ─. Tengo que hablar con alguien a esas horas. Pero diganle a Hagrid que quiero que regrese. B-bye.







TIEMPO HABÍA PASADO, ya era veintiuno de enero. Las cosas no se estaban arreglando, no con Harry, ni tampoco con Theo al parecer, esta muy distante conmigo, tal vez sea un problema con sus padres, no me sorprendería a decir verdad, algo parecido pareció en segundo año.

Lo regañaron por juntarse con una mestiza, y tuvimos que separarnos un tiempo.

Estaba en la sala común de Gryffindor, hace muy poco estaba conversando con Neville, pero nuestra charla termino porque dijo que tenía que alimentar a sus plantas, así que nos despedimos y dije que nos podíamos ver en la cena sin problemas.

Subí a mi habitación cuando encontre la sala común muy ruidosa, y no me podía concentrar en mi dibujo.

Pero algo me hizo fruncir el ceño. Era Sookie, quien me miro como si me retara, y luego empezó a correr, pasando por mi lado con unas cuantas paletas de colores, las cuales Hazel me había regalado.

─ Ya vas a ver hija de la...cierto, es mi hija.

Corrí detrás de ella, y no me cuenta que subi al cuarto de chicos hasta que vi a Lee Jordan pasar.

Si ya estoy aquí, me ire con mi mascota.

─ ¡Milan! ─chillo Ron, viendome pasar a su habitación ─. Que bueno verte por aquí...

─ Solo vine por mi mascota. ─le di una pequeña sonrisa, mirando a todos lados cuando ya no encontre a Sookie.

─ ¡Ron! ─escuche que llamo la voz de Harry, saliendo desde el fondo de la habitación, justo detrás del baúl de Seamus ─ ¿Tu trajiste a la mascota de Mila...

Hice todo lo posible para no hacer contacto visual con Harry, solo me acerque y tome a Sookie, quien pudo jurar que empezó a fruncirme en ceño ─si es que eso era posible─, incluso tiro de la manga de Harry cuando intente llevarmela, me miraba a mi, y luego a él. Hasta que finalmente desistio de lo que sea que intentaba hacer.

Estaba a punto de irme, cuando Harry empezó a hablar:

─ M-Milan...¿podrías darme el mapa del merodeador?

Yo solo asentí, yendome por fin del lugar.







ESTABA YENDO CON MI AMIGA A HACER TAREA, ahí, en uno de los salones vacios del primer piso.

─ Milan, Sookie tiene más ropa de tú ─señalo Parvati, que caminaba a mi lado, señalando el pequeño abrigo nuevo que ahora portaba mi mascota ─. Y tiene más estilo que tu.

─ ¡Hey! ─reí ante el comentario ─. Aunque es verdad, yo me visto como vagabundo, ¡Pero es cómodo!

Ella y yo conversabamos muy amenamente, al menos hasta que Harry vino hacia nosotros, y le pidio amablemente a Parvati que nos dejara a solas. A primeras, la chica no quiso irse, sin embargo, cuando lo dije que lo hiciera, recien se fue, no sin antes decirme que estara cerca por si algo pasa.

Rodé los ojos y termine por asentir ante su pedido.

─ ¿Qué quieres? ─le pregunté cruzandome de brazos, él estaba muy nervioso.

─ E-em...se que me porte como un completo idiota...y ahor....¡Mas tarde! ─se corrigió ─. Iré al baño de prefectos para descubrir el enigma de huevo y...

─ ¿Yo que tengo que ver en todo eso? ─entrecerre los ojos ─. No soy prefecta, ni soy amiga de prefectos...bueno, de Cedric si, pero tendrías que hablar con Hazel si quieres un favor, o de frente ir con Cedric, seguro te ayudara. Que tengas buena tarde, Harry Potter.

Iba a girar sobre mis talones, pero él volvió a hablar.

─ Se que estas enojada...

Estaba triste, ya no tanto enojada.

─...pero...no es lo mismo practicar para esta prueba sin ti, no es lo mismo caminar por Hogwarts sin ti ─sacudió su cabeza, para luego pasar sus manos por el cabello ─...Aprecio la compañia de mis amigos, pero Hermione es muy estricta y Ron es un distraído.

No Milan, no caigas . . . 

─ Sea lo que sea no puedo ayudarte ─respondí ─. Tengo una cita en la tarde y debo ponerme al día en mis deberes.

─ Esta bien. ─termino por aceptar, empezando a irse con los animos por los suelos.

─ Pero puedo practicar contigo toda la noche. 

Perdoname Merlin, caí . . .






FUI HASTA LAS MAZMORRAS, al pie de la entrada de la sala común de Slytherin, esperando pacientemente a que uno de ellos saliera, o entrara, cualquiera de los dos me servia.

Hace rato un chico de un grado mayor de esta casa paso, y le pedí que de favor buscara a Theodore Nott, pero me ignoro completamente.

─ Pansy ─llamé cuando la vi ─. Merlin escucho mis suplicas, te quería pedir un...

─ Oh, niña ─soltó con una sonrisa arrogante en rostro, acercandosé a mi peligrosamente, quedando a escasos centimetros de mi ─. Así como tu cuidas a los tuyos, nosotros cuidamos a los nuestros. Ya golpeaste a Malfoy, ahora, no vengas a buscar a Nott luego que medio colegio te escucho pelear con Potter sobre sus líos amorosos.

─ N-no hay nada de líos amorosos entre Harry y yo ─aseguré, tratando que mi voz saliera con seguridad, pero no fue así, me daba miedo ─, lo prometo...

─ Si, eso quedo claro luego de lo que dijo Potter ─se encogió de hombros, cambiando su semblante de amenazante, a...a su semblante normal ─. ¿Llamo a Nott?

─ Y-yo...si...

─ No soy un lechuza, Lupin.

─ Pero tu pregunta...

─ ¿Porque no me lo dijiste antes? ─preguntó rodando los ojos ─. Ya regreso.

La vi irse, dejandome atrás totalmente confundida. 

Espere fuera por largos minutos, incluso me senté para esperar al chico Slytherin, puesto que mis pies empezaron a doler. 

Debo de dejar de usar estas botas, aunque ahora mismo son las unicas que me quedan.

Luego de aproximadamente cinco minutos más, estuve dispuesta a irme, pero afortundamente Theo salio desde dentro de su sala común.

─ Si viniste a hablar sobre lo que dijo Draco, yo no tuve nada que ver. Solo lo sabía, lo siento pero no te puedo contar todo lo que hacen mis amigos...

─ Vine a ver como estabas. Te note raro estas semanas.

─ Si...ya sabes...el mismo maldito problema de siempre. Mis padres y su estatus de sangre, incluso ya estan buscandome chicas de buena familia. De hecho, fui a una cena con una de ellas, y dejame decirte, que era muy aburrida.

Yo no pude evitar reír.

─ ¿Sabias que hay más de una clase de tenedores?

─Si que naciste en la familia equivocada, Ty. ─asegure entre risas, él me miro raro por algunos segundos, pero luego de echo a reír conmigo.

─ Mi padre se puede ir muy por...─se abstuvo de decir una mala palabra ─. No te preocupes, seguiremos siendo amigos...

¿amigos? . . . 







─ Lo siento, Theo, debo irme, prometí ayudar a alguien...en algo. ─murmuré con pena, percatandome de la hora, me había demorado mucho haciendo la tarea de pociones con Nott, y me había olvidado que le prometí a Harry ayudarlo.

─ Oh, bueno, nos vemos mañana, Milan.

Fruncí el ceño.

¿Ya no soy Mills?

Sacudí mi cabeza, solo hacia una tormenta en un vaso de agua. Me despedí con las manos, y luego me apresure a caminar hacia mi sala común, para luego irme con Harry a donde sea que quiera practicar.

─ ¿Hermione y Ron tambien iran? ─le pregunté cuando vi ambos mencionados junto a él  ─. Es decir, no me molesta, pero pense que habías dicho que ellos eran...

Harry cubrió mi boca con su mano, y yo rápidamente lo aparte.

─ Nosotros...solo queríamos ver que no se maten, y que esto no empeore ─señalo Hermione ─ ¡Esto es tan malo como cuando Ron y Harry se pelearon!

─ ¿Así lo sintieron? ─Ron se estremecio, sacudiendose ante la idea ─. Les debo una disculpa, chicas. Ahora...¡Porfavor, arreglen sus diferencias! ¡Estan demoronando esa familia! ¿Qué será de mi? ¿O de Hermione? ¡Piensen en los niños! 

─ Ambos se deben un disculpa. Hagan las pases ─nos ordeno Hermione, interrumpiendo el dramatismo de Ron ─. Incluso Sookie esta sufriendo por esto.

─ No usen a mi hija como excusa ─señale ─. Harry y yo no hablaremos...no como antes, solo lo estoy ayudando a practicar, solo eso. Nada más ─giré a verlo ─. ¿Nos vamos?

─ Claro...adiós, chicos. ─murmuró Harry.

Salí detrás de él, viendolo con la mirada perdida, probablemente debe estar muy estresado con el enigma del huevo.

Salimos de la sala común, quedando junto al cuadro de entrada.

─ Bien ─giré a verlo ─. Vamos a la biblioteca a tomar un par de libros, y luego nos vamos a un salon a practicar, ¿bien? ─inquirí.

─ ¿Y los prefectos? ¿Los profesores?

─ De los prefectos ya me encargue. ─dije en un tono macabro.

─ E-explicate.

─ Ah, si, Cedric estara haciendo rondas por la zona en la que nosotros estaremos...aunque creo que el tambien esta practicando, pero nos salvara de los prefectos ─aseguré, no haciendo chistes, ni usando mi calida sonrisa. Esto lo estoy haciendo más como un compromiso, un favor hacia él. Si no fuera por Hermione o Ron, yo no lo hubiera ni visto ─. Y por los profesores, te diría que usemos el mapa del merodeador, pero se lo prestaste a Moody. Así que ahí entra mi hija adorada. 

Saqué a Sookie desde dentro de mi chaqueta, le ofrecí uno de mis brazaletes de oro el cual abrazo como si su vida dependiera de ello.

─ Este es tu pago por vigilar nuestros alrededores.

─ Vaya, pensaste en todo. ─soltó, para luego colocarse sobre el la capa de invisibilidad.

Yo me quede esperando que la ponga sobre mi, como siempr elo hace cada vez que hacemos este tipo de aventuras.

─ ¿Puedo? ─me preguntó y asentí.

¿porque me pedía permiso? 
nunca lo hacia . . .

Paso la capa de invisibilidad sobre mi, y todo el trayecto hasta la biblioteca cuido de no tocarme o verme.

Al final terminamos llegando a la biblioteca, donde empecé a tomar libros que nos podrían servir, para luego dirigirnos a una de las aulas del lado sur de la escuela, donde nos pusimos a investigar y practicar uno que otro hechizo que le podría resultar útil.

Todo bajo el odioso manto de incomodidad. ¿Porque nos tiene que pasar esto?

Bueno, ya lo se.

el problema soy yo . . . 







CADA VEZ FALTABA MENOS PARA LA SEGUNDA PRUEBA, la semana se paso practicamente volando, tanto que apenas faltaban tres días, y aún no lograba encontrar nada útil para que Harry pudiera utilizar en el lago.

Porque si, su prueba tendría que ver con sirenas y el lago negro.

Me dije a mi misma que no me importaría, que ya ayude a Harry una noche y con eso sería suficiente para no sentirme mal por no ayudarlo, pero no fue así. Algo dentro mío me obligo a seguir brindandole ayuda. Porque se que si le llega a pasar algo, o llega a morir en este Torneo, nunca me perdonaría por no ayudarlo. Solo quería dormir por las noches sin sentirme culpable.

En fin, creo que he leído más libros en esta semana que en toda mi vida, y mi habilidad para la lectura rápida se ha incrementado.

He visto una y mil cosas que nos puedan servir, pero cuando intentaba hacerlas, para luego darselas a Harry, no las encontraba funcional, o requerían muchos ingredientes y tiempo de preparación, el cual ya no teniamos.

Incluso pense en mandarle una carta a mi padre, y así pedirle un consejo, pero al final solo termine escribiendo una sobre como me la había pasado en estas semanas, claro, ignorando las partes de mi pelea con Harry y demás, lo último que quiero es un sermon de mi padre diciendo que lo hablemos y dialoguemos.

Así que aquí me tenían a mi, con más libros que cama, con más ojeras que cara y con más deberes que paletas de dulce...si, los gemelos me traen una cada día, dicen que es por prevencion, para que así no este triste.

─ No quiero llegar a cuarto año. ─escuche que soltó Livvie, quien se sentó frente a mi, y antes que sea cubierta por mi pila de libros, la vi de reojo mirarme con horror.

─ ¿Podemos tener el honor de ver tu rostro? ─preguntó Ginny en un tono de burla ─. Porque ahora mismo solo estoy viendo libros y a una persona con cero ganas de peinarse.

─ Muy graciosas. ─solté, apartando los libros que tenía frente a mi.

─ ¿Les dejaron tanta tarea? ─inquirió Liv  con preocupación ─. ¿Algo que podamos hacer?

─ No ─negué con una amigable sonrisa ─, esto no es tarea ─suspire ─. Estoy ayudando a Harry con la siguiente prueba...

─ ¡Pero Harry te grito en el baile! ─chillo Ginny.

─ Si, es más, ¿donde está él? ─Livvie miro a todos lado, buscando a Harry con la mirada ─. Le daré un buen golpe en la cara por gritarte.

─ Nada de golpes ─pedí, desatando mis coletas y volviendomelas a hacer ─. Solo lo estoy ayudando porque...

─ Tienes un gran corazón y amas incluso a tus enemigos, lo sabemos ─asintió repetidas veces la pelirroja ─. Pero debes dormir, comer, pareces un fantasma.

─ Exageradas. ─espeté.

─ ¿Quieres que te traigamos un espejo? ─se burlo la ravenclaw, siendo precedida por las risas de Ginny.

─ Nunca más las vuelvo a ayudarlas con sus tareas. ─señale, y ambas quedaron petrificadas.

Cesaron las risas y por el contrario, se pusieron rectas en el asiento.

─ ¿Te dije que hermosa estás hoy, Milan? ─alabó Ginny.

─ Si, en definitiva la ropa de vagabundo y esa camiseta volteada son tu estilo...

─ ¡¿Que?! ─abrí mis ojos de par en par, muy espatanda.







LA NOCHE PRECEDENTE A LA SEGUNDA PRUEBA, todo era un caos, las personas iban de un lado al otro, como si ellos fueran a participar.

─ Y...Milan, ¿Ya se perdonaron? ─preguntó Hermione, muy esperanzada que mi respuesta fuera si.

─ No, Herms. Tal vez eso no pase en un buen tiempo ─aseguré ─, no es justo que me sigan insistiendo en aquello.

─ Pero almenos ya no lo ignoras, ya se hablan...Ron y yo pensamos que...

─ Solo lo estamos tomando de manera razonable ─acepte ─. Le estoy brindado ayuda a un compañero.

─ Si tu lo dices. ─murmuro.

Seguimos caminando, con millones de libros en manos. Llegamos a la biblioteca para devolver unos cuantos, y luego nos sentamos junto a ellos. Bueno, termine sentandome junto a Harry, puesto que Hermione me gano el asiento que estaba al lado de Ron.

─ Bien, revise toda esa fila de libros ─solté, y los tres me miraron con sorpresa ─. ¿Que? Tenian pocas páginas.

─ Milan...─llamó Hermione ─. Cada uno de esos libros tiene alrededor de ochocientas páginas, y ahí hay como cincuenta libros.

─ Setenta y ocho, de hecho.

─ ¿Y los leiste en una semana? ─preguntó Ron con la boca abierta.

─ Tres días. ─corregí.

─ ¿Cómo? 

─ Hey, no pregunten por mis habitos de lectura, debemos buscar opciones para ayudarlo a él. ─señale a Harry, que por cierto, me estaba viendo desde hace rato.

Raro, muy raro.

─ Creo que es imposible ─declaró la voz de Ron desde el otro lado de la mesa donde nos encontrabamos ─. No hay nada. Nada. Lo que más se aproxima a lo que necesitamos es esteencantamiento desecador para drenar charcos y estanques, pero no es ni muchomenos lo bastante potente para desecar el lago. 

─ Tiene que haber alguna manera, debe de haber una manera.─murmure, mientras acercaba las páginas a la vela, para así poder ver mejor.

Y no me había dado cuenta que mi pierna temblaba hasta que sentí la mano de alguien puesta en esta.

─ Lo siento ─murmuro, mientras Hermione y Ron estaban buscando freneticamente algo en los libros ─. En verdad lo siento, Milan, tú me...

¿me...desagradas? ¿me...?

─ ¡Milan, Hermione! ─la voz de Fred de hizo presente, y no pude saber que quizo decir Harry finalmente.

─ ¿Si? ─pregunté, sintiendo como Harry retiraba su mano.

─ Venimos a buscarlos, McGonagall quiere que ustedes dos vayan a su despacho.

─ ¿Porque? ─preguntó Hermione, y yo mire a Fred buscando más explicaciones.

─ Ni idea, pero estaba muy seria, ¿que hicieron? ─preguntó George.

Hermione giro a verme con el ceño fruncido. 

─ ¡hey! ─levante mis manos en forma de inocencia ─. Yo no hice nada.

─ Si, claro. ─señalo Hermione, pero esta vez en tono de burla.

Nos levantamos de nuestros hacientos, y estuve dispuesta a irme con los gemelos y mejor amiga, pero fui detenida por Harry.

─ Milan...¿m-me perdonas?

Me relami los labios, lo único que dije ante de irme fue:

─ Más tarde en la sala común hablamos de esto con más calma, ¿si?

Claro, más tarde . . .





































───AUTHOR'S NOTE:

Holuu, soy yo, ¿les va gustando el fic?, espero sus opiniones.

En fin, no se olviden de votar y comentar 

palabras; 4165
─ With love, Lucy Rhee 🐝🌻

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