32

Tonks nos llevó hacia un pequeño parque cuando el reloj marco la una de la mañana. Andrómeda se despidió con cariño, Ted nos deseó lo mejor y un tosco asentimiento fue dado por Lupin.

Con latas de comida, ropa y diferentes legumbres nos preparamos para llegar hacia donde fue el entierro de Dumbledore y en donde espero finalmente haya respuesta sobre el símbolo de las reliquias de la muerte en diferentes partes del regalo.

Al lado de unos columpios un tenis estaba esperando a ser activado, Tonks se despidió y nos hizo prometer llamar:

"No sabes el miedo que te tenía"- le dijo a Bella "Pero es un milagro que hayamos podido ser familia en estos días"

Bella abrazó con fuerza a Tonks antes de acercarse al tenis, una vez nos despedimos Tonks miro su reloj y grito:

"¡Mierda, es cierto, los levara a Edimburgo!" Eso fue lo último que escuchamos antes de que una fuerza nos tomara de la camisa y nos lanzara con fuerza a un vacío que cambiaba de colores de forma constante. Los gritos de todos parecían lejanos y al mismo tiempo parecían taladrar mis oídos.

Al abrir los ojos caí en un callejón frío y húmedo. Mientras me levantaba Harry choco contra una desconcertada Bella y Ron con un contenedor de basura.

-Nos pudo decir- dice Ron con dolor -Que no nos pudo mover tanto-

-Puede que hayan cambiado todo a último momento- Harry señala el cielo nocturno en donde una calavera que se traga a una serpiente se oculta entre la oscuridad y las nubes de lo que fue o será lluvia -¿Tía?-

-Tal vez vengan por alguien. No podrían saber que estamos aquí, Tonks lo dijo-

-Ella consiguió esto de un duende mafioso. Eso dijiste- digo quedando todos en silencio -¿Bella?-

-Mierda...-

Una cadena de rayos rojos hicieron explotar el contenedor al lado de Ron. Harry salió a dar la cara atacando recibiendo gritos e insultos varios, salimos del callejón mientas que estelas de humo caían en picada sobre nosotros. Formamos un círculo lanzando todo hechizo que viniera a nuestra mente, y eso lo note cuando un mortigafo se estrelló contra una ventana envuelto en fuego.

Sirenas a la lejanía nos recordando que ahora los aurores podrían llegar, pero la misma Tonks nos dijo que ahora son peligrosos y si Andrómeda cree que las cosas se repiten...

-¡Corran!- grita Harry jalando a Ron el cual hizo desaparecer a un extraño que recibió un Reducto a su costado. 

El ataque es continuo, chispas vuelan y chocan contra las casas de roca negra y vieja de las calles. Bella (al ser la más experimentada) Se detiene, hace un extraño movimiento de manos y caderas que levanta la calle cuyos pedazos son lanzados con una fuerza mortal que hace callar a más de un mortigafo.

Bella nos sigue con su cara llena de sudor y parpadeando cientos de veces en un segundo, en su rostro lo único que puedo ver es miedo. Justo antes de que diga algo o que siquiera lleguemos a la esquina, dos patrullas nos cortan el paso. Salen con armas en mano con las intensiones bastante claras.

-¿¡Quienes son!?- grita uno de ellos.

-Nosotros... Nosotros- tartamudea Bella que ve asustada a Harry.

-¡Escuchamos explosiones!- dice Ron -Unas personas estaban lanzando cosas, salimos corriendo pensando que atacarían la calle-

-Miren chicos, nosotros-

Un avada choca contra el oficial, los disparos comienzan de una sola persona dejándonos vía libre para escapar. Corremos, corremos sin importar seguir escuchando las maldiciones y como el sonido de más sirenas se acercan por montones. La calavera comienza a borrarse en el cielo al mismo tiempo en el que Bella se esconde en otro callejón, se recarga en la pared y cuando me acerco grita.

-¡No, No, No!- repite enterrando sus uñas en su cabeza -No lo hice, no lo hice. No de nuevo; No, no, no, no-

-Bella- grita al sentir mi mano, salta y se arrastra a la oscuridad -Bella, soy yo, Hermione-

-Los mate, los mate. De nuevo, yo... yo... yo-

-Tranquila, Bella. Solo soy yo, mírame- pido acercando lentamente la mano. Bella se le queda viendo, parpadea un par de veces antes de saltar a mis brazos y romperse a llorar.

-Lo hice de nuevo. Solo hago eso, solo hago eso. Yo, yo... Solo sirvo para matar, solo hago eso. ¡No quiero hacer eso! No, no, no-

Beso la cabeza de Bella y la abrazo con más fuerza. Ella se aferra a mi espalda con tal desesperación que incluso siento sus uñas enterrarse en mi piel, pero no importa. No ahora. Las lágrimas humedecen mi blusa y un calor empieza en mi espalda al mismo tiempo en donde los llantos de Bella se convierten en gimoteo toscos y cortados sin sentido alguno.

-De nuevo. Yo, yo, yo. De nuevo; Otra vez y otra vez, y otra vez, y otra vez- repite con una rasposa voz. Harry se acerca apuntando a Bella con su varita y la hace dormir.

-Es lo mejor- dice mirando hacia la calle. Le pide a Ron lo acompañé dejándome sola un par de segundos, segundos en donde miro con pena y dolor a Bella. Para cuando reacciono escucho brevemente la alarma de un auto -Veamos- propone Harry ayudándome a cargar a Bella a la parte trasera de un auto algo chico, Ron está en el asiento del conductor mirando por todas partes. Una vez estamos listos acelera lo más a fondo que puede.

-¿El auto?- pregunto comenzando a acariciar la cabeza de Bella en un intento de ordenar mis pensamientos.

-Juro que si esto termina bien lo repondré-

-Yo no juro nada- bromea Ron regalándonos unas carcajadas. Pero estas terminan tan rápido como aparecieron, por el retrovisor Ron mira a Bella y sigue con el camino mientras escucho murmura cosas.

-¿Ron?- digo con un tono alto -Habla-

-... Tenemos a la mejor arma del señor oscuro y no puede matar a alguien sin que se vuelva loca-

-¿Qué te pasa?- acuso sin querer alzar de más la voz aunque la ira se filtra de mis cuerdas.

-¿Qué me pasa, quieres saber eso Hermione? Estamos, estamos... ¡Siempre pasa lo mismo! Cuando creemos que algo saldrá bien otra maldita cosa sucede. No me malinterpretes, me encariñe algo con Bellatrix, pero si será así siempre lo mejor es que se quede con su hermana-

-Ron- dice un severo Harry que no suelta su varita por nada del mundo.

-Nada de "Ron" Saben que es verdad. Harry, vamos a una guerra. ¡Una guerra!-

-¿Y desde cuándo eres un soldado Ronald?-

-¿Desde cuándo, Hermione? Oh, no lo sé. Puede que desde que mi casa ha sido incendiada. Puede que desde que Dumbledore nos dejó a nuestra suerte, ¡Desde ese momento! ¿Crees que quiero tener la opción de matar a personas? Dime-

-Yo...-

-¡Dime! Nadie quiere eso, NADIE. No solo Bellatrix, no solo tú o yo o Harry... Y ahora personas inocentes murieron por confiar una vez más... Ya estoy harto al igual que sé ustedes lo están-

El silencio reina en el auto, lo único que hace sonido es justo ese momento en donde Ron debe doblar o un carro contrario pasa a nuestro costado. El dolor de mi espalda finalmente comienza y es que puedo sentir el pequeño camino que la sangre deja en la misma. Trago el pequeño dolor mirando una vez más a Bella cuyas lágrimas comenzaron a secarse.

-No puede ser- anuncia Harry pidiéndole a Ron que pare con un dedo. Al parar sale del auto y se queda congelado unos segundos antes de voltear a vernos, dejo a Bella para seguir a Harry viendo con el mismo horror como una quimera de fuego maldito se alza por sobre las construcciones y cae en picada haciendo aún más grande el incendio.

-Vámonos- pide Ron volviendo al auto seguido por mí, un suspiro atrapado sale de mi garganta. Tembloroso, quejoso y lastimero -Harry- llama Ron.

Harry sujeta con fuerza su varita, da un paso al frente. Pero se detiene...

Se encoge antes de volver al auto. Pasa sus manos en su rostro y asiente reanudando una vez más el camino.

.......

Ron dejó de conducir a la hora de hacerlo pues el sueño le estaba comenzando a ganar. Mientras él y Harry comenzaban a poner el campamento yo me dedicaba a iniciar con las barreras con la esperanza de tener un sueño por lo menos largo. En teoría deberíamos estar a una o dos horas del Lago Loch.

Con ayuda de Harry llevamos a Bella a un catre, Ron se sentó en la mesa del "comedor" mirando en total silencio su varita.

Una vez más salgo seguida de los chicos para terminar los escudos cuando una leve luz azulada se acerca a toda velocidad. Las varitas apuntan al destello el cual se detiene de golpe frente a los tres al mismo tiempo en el que un relinchido se presenta al igual que el Patronus.

-Ginny- susurra Harry acercándose a este. El gran caballo resopla y acerca su hocico a la mano de Harry la cual lo traspasa -¿Qué hace?-

Como si el patronus supiera de nuestra confusión se aleja lo suficiente, abre el hocico y empieza a hablar Ginny.

"¡Harry!, escuchamos que mandaron a Mortifagos a Edimburgo. Las cosas en Hogwarts no van nada bien. Nos enseñan los imperdonables y a las casas las tratan como sirvientes. Menos a los malditos Slytherins... Pero eso no importa. Lo que quiero decir es" Durante el mensaje se escucha que Ginny maldice a alguien y que se queja antes de que una voz totalmente inesperada hable por ella "Escucha Potter" habla Pansy.

-¿Pansy?- pregunto al patronus incrédula o esperando lo peor.

"Todo por aquí esta patas arriba. Las clases son una mierda al igual que lo que sucede. Escuchar Crucio en toda esquina. La mayoría de los de mi casa finalmente nos dimos cuenta hacía que infierno nos va a mandar el señor oscuro y tratamos que los demás en las otras casas traten de sobrevivir. ¡No vengas a la escuela! Es un suicidio; Mortifagos, Dementores, Aurores e incluso algunas criaturas del bosque patrullan el lugar... Mira. Esto no lo saben muchos, pero si se ocultan entre Muggles lo deben saber. Mi madre me contó que grupos de mortigafos están... Cazando a Muggles como si fueran animales, por pura y oscura diversión. Mientras que el señor oscuro parece que cada día pierde más la cabeza. Así que lo repito. ¡NO VENGAS A HOGWARTS!"

El patronus termina el mensaje, se acerca a Harry para recibir una caricia antes de desaparecer.

Harry camina hacia el auto para recargarse en este. Cierra los ojos, suelta su varita y comienza a patear la puerta trasera con profundos gritos de ira. Trato de acercarme, pero Ron me detiene y niega.

Harry sigue pateando la puerta con cada vez más fuerza detrás de cada golpe e insulto. Poco a poco los golpes se detienen, Harry se sienta en el pasto para comenzar a sollozar.

-Harry- habla finalmente Ron.

-Todo esto es mi culpa... Desde que llegue solo han pasado cosas malas, piénsenlo y ese cuarto año. ¡Ese jodido cuarto año! Si no me hubieran obligado a estar en los juegos Él no habría vuelto, tendríamos tiempos-

-Vamos amigo-

-¡Tienes razón, Ron!- grita Harry haciendo retroceder a Ron cuando las ventanas delanteras del auto estallaron -¡Estoy harto al igual que tú, que Hermione, que Bellatrix, que todos! Harto, harto de que debamos pasar por esto. Gente que no sabe lo que ocurre fue asesinada con nuestro paso y ahora esto. ¡Nos cazan! ¿¡Qué les pasa a los magos!?-

-No lo sé amigo. No lo sé... Sé que hace poco dije todo eso, pero ahora más que nada debemos seguir... ¿Verdad?- pregunta viéndome con miedo en sus ojos.

-Si- respondo caminando hacia Harry, me siento a su lado y lo abrazo con fuerza. Ron se une al poco -Debemos... Seguir... Seguir-


......


Cuando desperté fue en la tienda.

Mire por todas partes en espera de algún indicio que me sacara de las peores dudas. "Mastique" sobre la saliva sintiendo un amargo sabor casi que a cobre, escupo esperando ver sangre, pero solo fue un sabor traído por falta de agua.

Paso mis manos por una pegajosa cara antes de levantarme del catre y caminar hacia la "sala" En ella los tres estaban desayunando de las latas que Andrómeda nos dio ante de partir. Ellos me miran en espera de algo, ¿De qué? ... Quisiera no saber. Me siento al lado de Hermione la cual me sonríe.

-Yo... yo...- trato de buscar palabras que puedan describir lo que ocurrió ayer por la noche. Recuerdo haberlos asesinado, pero el que sucedió después de eso es lo que me preocupa -Yo...-

-No debes explicar nada, Bellatrix- dice Harry pasándome una taza de humeante café -Pero debemos decir cosas-

-¿Qué paso?-

-Luego de qué... Té... Durmiera- responde con el rostro rojo de la pena -Nos robamos un auto. Íbamos saliendo de la ciudad cuando los mortigafos usaron fuego maldito sobre la policía, cuando estuvimos a salvo un patronus de una... amiga... Nos alertó que Hogwarts es una fortaleza y que Él y sus seguidores están desatados-

-Incluso cazan a Muggles- escupe la comadreja.

-... En la primera guerra escuché cosas así- digo para consternación de todos -Mi esposo... exesposo- digo mirando a Hermione la cual volteo la mirada ante el rojo de su rostro -Él y otros más hacían ese tipo de cosas, yo por mi parte era más de "cazas" solitarias. Pero escuchaba historias de Malfoy. Lo que sea que le hagan ahora a esas personas espero sea rápido-

-Siento que las cosas empeoraran- susurra Hermione con pavor en su voz.

-Lo hará. Paso antes, volverá a pasar... Esperen, el lago está cerca de Hogwarts, ¿No?-

-Tenemos un plan- presume la comadreja -Rodearemos por mucho los territorios de la escuela y entraremos por el agua. El lago esta a una o dos horas, así que tendremos todo el día para rodear. Las carreteras Muggles pasan lo suficientemente cerca como para hacer eso-

-No es mala idea-

-Lo sé, fue mi idea- presume con una sonrisa.

-Ahora es mala-

Las risas siguieron en el desayuno improvisado de casi medio día. A la una de la tarde comenzamos a levantar las cosas y a desarmar los escudos de Hermione, mientras hacíamos todas estas tareas había bromas como carcajadas. Pero con eso esa tensión seguía en el aire, una que nos acompañó en un silencioso viaje en donde solo tomaba con fuerza la mano de Hermione.

Esperaba que las carreteras tuvieran una gran cantidad de autos vecinos, al ser una principal eso sería lo lógico. Pero los pocos carros que veíamos eran de personas descansando de un largo viaje lo cual solo hacía que los nervios fueran peores y que todos tuviéramos las varitas en nuestras manos.

Cuando la tarde comenzaba iniciamos a rodear la circunferencia del lago alejándonos lo más posible de Hogwarts y lo que más nos dejara el auto que a medio camino fue dejado pues no podría soportar pasar entre tanta roca y yerba. El sol comenzaba a ponerse para cuando paramos lo suficientemente lejos que ni un dementor nos podría ver, cosa que casi sucede un par de veces en donde nos tuvimos que esconder en la capa de Harry o saltar a cualquier árbol o matojo cercano.

Derribamos un pequeño árbol que con esfuerzo de los cuatro paso a ser una balsa lo suficientemente grande e iniciamos el camino.

La noche llego y con ello el frío que se veía apenas eclipsado por el esfuerzo muscular pues la magia está fuera de plática en esta situación más allá de lo estrictamente necesario.

-Ya casi- anuncia con cansancio la comadreja al ver la isla acercándose lentamente.

-Vamos a profanar una tumba- bromeo una vez en tierra -Quiero su sombrero, si lo tiene-

-¿Por qué lo quieres?- pregunta la comadreja.

-¿Viste como vestía? Lo siento, pero era difícil no notarlo y más cuando le daba la luz del sol-

-Era malo para los ojos en su oficina- sigue Harry con una risa nerviosa. A cada mínimo paso nos acercábamos al mausoleo de Dumbledore, bastante sencillo considerando el tipo de persona estrafalaria que era en vida. Hermione saca el pensadero, busca agua del lago y lo deja recargado en unas rocas cercanas, Harry mira la tumba en completo silencio en lo que creo es un pedido y disculpa silenciosa -Hagamos esto-

-No lo reviviré- digo mirando a Harry esperando tome las cosas con mayor calma -Solo hurgaré en su mente, solo eso-

-Hazlo, si-

Lentamente abrimos al ataúd de roca con ayuda de magia básica, Ron y Hermione nos cubren ante el posible ataque de Mortifagos, Dementores o Aurores... O mejor dicho toda la comunidad mágica. Una vez tenemos de frente al cadáver aun sin descomposición Harry grita:

-¡No esta!- todos corremos en espera de no ver a Dumbledore, pero está ahí con lo que parece ser una sonrisa apacible -Su varita, no esta, la varita de Dumbledore-

Miro a Hermione la cual rápidamente busca su libro, da vuelta por toda la cripta contando en voz alta un total de tres.

-Las reliquias- murmulla desconcertada -La varita de saúco, el manto de invisibilidad y la piedra de la resurrección-

-Hermione, ¿Qué dices?- pregunta Harry.

-Dumbledore dejo muchas páginas marcadas con el símbolo de las reliquias de la muerte y esa historia viene en el libro, ¿Y sí... Dumbledore tenía la varita?-

-¿Pero quién la tendría ahora?-

-Yo puedo responder eso. Señor Potter- la voz de Snape hace que Harry rápidamente ataque. Severus desvía el ataque de Harry para que los nuestros siguieran sin miedo a la llegada de Dementores. Severus... Vuela... Hacia la arboleda que explota de seguidos ataques de Harry. No es hasta que la comadreja paraliza a Severus que nos acercamos. Harry lo levanta de la camisa y apunta su varita en su cuello.

-¡Harry!- grito sin dejar de mirar a todas partes en espera de ataques.

-¡Lo traicionaste maldita rata, él confió en ti, pidió por ti!- Harry ejerce fuerza en el cuello del paralizado Severus el cual comienza a sudar.

-Harry no quieres hacer esto- digo tratando de quitar su mano del lugar.

-¿¡Cómo sabes eso!?-

-¡Porque lo sé! No quieres manchar tus manos así. No quieres niño-

-¡Lo mato, nos traicionó!-

-¿¡Y la respuesta es matarlo!? Sé lo que hablo, muchas personas encontraron su final en mis manos Harry. No quieres hacer esto-

Harry mira directo a mis ojos y es que veo las lágrimas en sus verdes ojos. Extiendo la mano hacia su varita y ambos bajamos lentamente esta sin dejar de mirarnos, una vez fuera de peligro lo abrazo con fuerza alejándolo de Severus.

-No quieres hacer esto y no quiero debas hacerlo. No tú, ustedes. Son niños-

Mientras acaricio la espalda de Harry veo que Hermione se acerca a Severus. Este tose un par de veces haciéndome notar que su cabeza es lo único sin estar paralizado.

-¿Qué haces aquí?- pregunto dejando ir a Harry que limpia sus lágrimas.

-Una muestra de afecto formidable, Bellatrix. Así que los rumores son cierto, estas con Potter-

-Lo hago- digo apuntando mi varita a su ojo haciendo que los cierre -Habla-

-... ¿Qué hacen en este lugar?-

-Nosotros hacemos las preguntas anciano- dice Ron regalándome una risa.

-Venimos a forzar un recuerdo a Dumbledore. ¿Quieres ver ese tipo de magia o está fuera de tus tubos de ensayo?- bromeo recibiendo un gruñido.

-Saquen parte de mis recuerdos. Si es sobre los Horrocruxes deben saber todo-

La reacción de todos fue la misma que tuve, desconcertados acerco mi varita a la cabeza de Severus de la cual fluye sin esfuerzo alguno el hilo de pensamiento. Hermione busca una lata vacía en su bolsa en donde ponemos este.

Camino a Dumbledore y entierro con fuerza mi varita en su oreja, perforando la carne y clavándola con fuerza. Hermione se acerca y al ver esto solo pone cara de disgusto.

-Ayúdame a jalar. Mi magia se moverá por su mente hasta que encuentre lo que necesito, habrá tirones pues su mente reaccionara a la magia e impedirá al invasor-

-¿Cómo sabes eso?-

-Vi como Él hacia eso muchas veces. Le daba risa matar a un auror y buscar a la familia de este de esa forma...- tiramos y tiramos, pero nunca hubo resistencia como otras veces testigo fui. Una luz verdosa se asomó al poco en la oreja de Dumbledore al mismo tiempo en que una línea de sangre salía de su nariz -¿Cuánto duramos los magos antes de descomponernos?- pregunto con asco.

Un hilo verde brillante sale y lo expongo al público. Cae a la lata y se unen dejando un brillo pálido del verde anterior, echo los hilos de pensamiento al pensadero el cual reacciona al instante.

-Yo mirare- da un paso al frente Harry.

-Miraré contigo- aconseja Hermione, ambos asienten y se acercan al pensadero entrando en trance al poco.

Camino hacia Severus que ve con odio a Ron. Pateo el brazo de Severus antes de sentarme a su lado.

-¿Qué sabes?-

-Potter lo descubrirá todo. Él debe de hacerlo...-

-Claro- bromeo estirando mis piernas -Siempre supe eras una rata. Era fácil de verlo-

-Entre ratas nos conocemos. ¿No? Traicionaste al señor oscuro para unirte a Potter-

-Sí. ¿Qué digo? El niño necesitaba a una tia y para eso estoy yo... ¿Y Narcissa?-

-Dolida. Siente que es su culpa haber perdido a dos hermanas, y si te interesa Malfoy es una mascota para los mortigafos y tu sobrino a diferencia de tu cuñado se comporta como el hombre de casa para su madre. Aunque no deja de ser un niño al final-

-... Le jodimos la vida a muchos niños. ¿Verdad, Severus? Dime, ¿Desde cuándo eres un espía? Estamos en confianza. Porque yo recuerdo eras un asesino de primer nivel en nuestras filas, y pasaste a dar clases. Déjame decirte que eso es retorcido hasta para mí... Mis fantasmas me siguen, ¿Y a ti, cuantos muertos ves en las noches?-

No responde por un rato hasta que Hermione y Harry salen del trance. Mira al desconcertado chico por segundos.

-Los suficientes- susurra antes de que Hermione lance un hechizo incendiario hacia la tumba de Dumbledore.

-¡Hermione!- grito empujándola antes de otro ataque -¿Qué vieron?-

-¡Hijos de puta!- grita tratando de quitarme de ella -¡Tú lo sabías!- escupe a Severus -¡Siempre lo supiste, y vienes con esa mierda barata de su madre, ME DAS ASCO!-

-¿Harry?- pregunta Ron. Las manos del chico tiemblan antes de que las entierre en la tierra de la isla, me mira con un miedo tan profundo que suelto a Hermione y corro a abrazarlo una vez más.

-Soy un Horrocruxe- susurra contra mi pecho -Soy un Horrocruxe-

El mundo se viene abajo, no hay tierra, no hay donde sujetarme más que en el chico. Por segundos soy incapaz de escuchar, de sentir, de hablar.

Hermione corre a Severus y abofetea su cara con la fuerza necesaria como para dejarlo en la tierra. Golpe tras golpe antes de que Ron la detenga, ella grita y patalea y con cada intento de que Ron la deje escucho un debilitado: ¡Me das asco!

-Estaremos bien, Harry- prometo vacíamente -Encontraremos la forma. Lo prometo-

Harry se separa de mi pecho para mirarme, asiente y se levanta lentamente para encarar a Severus.

-Danos la espada- exige con dureza. Severus solo es capaz de verlo desde la tierra antes de asentir. Harry me mira con una sonrisa torcida antes de decir: -Sé cómo destruirlos-

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