26

Supe que Andrómeda tuvo una hija, lo supe unos meses antes de ir a Azkaban. No hubo sorpresa, de hecho lo esperaba y yo pensaba que al ganar la primera guerra le pediría su perdón a mí "señor" para que mi hermana regresara a la comunidad mágica siendo una Black y con su hija mestiza al lado de ella.

Al menos eso tenía pensado en los momentos más "calmos" de esa época. Nunca tome en cuenta que diría ella o su hija, pero... Solo, no sé.

Por lo que ver a mi sobrina frente mío es algo duro de tragar y entender. No solo esta ese sentimiento familiar y ajeno de querer hablar con ella, de abrazarla como una tía normal como las he visto en televisión. Pero no es lo mismo.

Esas tías no están en casa porque se fueron a estudiar lejos o a "encontrarse" No porque hayan sido (soy) criminales de guerra.

Es tan idéntica y distinta, puedo decir que tiene la misma mirada familiar. Una mirada que dice: "NO" Su cabello cambia de blanco a violeta casi que como un anuncio, sus ojos color marrón (filosos como una Black) no dejaban de verme pues siento me analiza de arriba a abajo.

Hermione se sienta al lado de ella en la habitación del hotel en espera de que algo explote (hasta donde sé, el acompañante de "Tonks" está charlando con Potter y la comadreja)

-¿Tonks?- pregunta Hermione viendo como esta chica se aferra a la silla y acerca su rostro a la cama en donde trato de sentarme recta de la manera en la que mi madre me mostró una única vez.

-¿Si?- dice lentamente al mismo tiempo que su cara comienza a cambiar a la mía de una forma que hasta llego a darme escalofríos. Solo que en lugar de ver a la antigua Bellatrix de Grimmauld Place aparece la de ahora, una copia de Andrómeda -Mi madre hablo de sus hermanas en pocas ocasiones-

-No la culpo- digo perdiendo las palabras pues la cara regresa a la de ella, solo que ahora su cabello es una combinación de azul con mechas verdes.

-Era verdad- susurra -La orden creía que solo eran tonterías y que tenían a Bellatrix bajo Imperio, mamá pensó lo mismo-

-¿Y tú qué piensas?- pregunto con algo de dignidad y altivez.

-Que mamá es idéntica a ti... Es como verla, solo que cuando tiene un mal día o no ha dormido Ya sabes, como si estuviera loca y fuera una perra mala... Más mala... No le digan que dije eso-

Una tímida sonrisa se forma en mis labios pues es como si viera a una Andrómeda mucho más joven bromeando a mi lado después de robarle al elfo doméstico algo de la cocina (Lo cual siempre me pregunto del uso de esa palabra, si al final éramos sus amas)

La puerta del cuarto se abre y entran los faltantes. El acompañante de Tonks parecía estar riendo... Al menos hasta que me vio.

-¿De qué hablaban?- dice Tonks levantándose de golpe y dándole un besó en la mejilla. Me mira y sonríe -Es mi esposo-

El cuarto explota de felicitaciones como de apretones de manos, el esposo está rojo y puedo jurar casi que tembloroso. Tonks suspira, parece guarda aire y me señala.

-Nymphadora Tonks, puedes decirme Tonks o Dora, pero jamás y lo digo en serio ¡Jamás! Me llames por mi nombre- extiende el brazo en espera de un apretón y me le quedo viendo -¿No respondes?-

-... Soy Bellatrix... Lestrange, o puede que Black aún no lo sé- la chica me sonríe con fuerza y su cabello cambia a uno rosa chicloso.

-Mi tía Bella- sisea cerca de mi cara -¡Bien!- grita de un salto recargándose en el escritorio de la habitación -Aclarado todo esto, deben saber que las cosas están jodidas-

-Tonks- llama el esposo.

-Remus- canta burlona. Me mira, luego a Potter y la sonrisa desaparece al instante -Hay malas noticias por todas partes-

Un sentir de pesadez golpea a todos en el lugar pues admito que con el simple hecho de ver un cielo despejado o a Muggles haciendo su vida normal es un muy buen catalizador para olvidar la guerra que ocurre en segundo plano... ¿Funcionará de esa manera para los Muggles? Hablan de paz y prosperidad, pero incluso en estos tiempos de "paz" hay guerras ocurriendo en segundo plano que sin importar las noticias el niño Muggle disfruta de una tarde al acabar sus deberes en lugar de preocuparse por lo que pase. ¿Eso en que nos convierte? Supongo que es la primera vez que siento lo que tanto decía Harry cuando escuchábamos la radio.

Hermione toma el bolso que siempre lleva y veo mete el brazo quejándose y maldiciendo.

-Hay Dementores por todas partes, ahora son una plaga como nunca se pensó-

-¿Qué tan malo es?- hablo finalmente.

-¿Qué tan malo? Hay Dementores en lugares Muggles y no hablo de pueblos o fincas, son ciudades. Los mortifagos han comenzado a raptar Muggles en plena luz del día. A lo que me ha dicho un informante que tengo en el ministerio, el ministerio de estados unidos está mandando preguntas de todo tipo, el profeta y ministro ocultan lo que pueden, pero...-

-No es suficiente- dice Potter -¿A qué han venido? Es obvio que no nos esperaban-

-Oh. Buscamos a una bruja, Grace Hooler-

Harry y yo apartamos la mirada, la comadreja rasca su brazo con incomodidad y Hermione se aleja con el frasco en donde guardamos el Horrocruxe.

-¿La conocen?- pregunta Tonks con un sonido lleno de esperanza.

-Lo hicimos- respondo -Se la llevaron, no hay que hacer ya. Lo siento-

La sonrisa de Tonks se apaga de poco en poco como lo hizo la de Andy la última vez que la vi, justamente cuando ella pensó que estaría de su lado en el momento en el que la ayude a empacar... Solo para que a la hora de la verdad bajara la cabeza sin darle la mano que le prometí dar al enterarme de que se iría de casa con el Muggle. En ese entonces solo pensé que era rebeldía de su parte, que solo tendría una aventura y regresaría. No lo hizo, y nunca más me dirigió la palabra al grado de pedir cambiar de habitación en Hogwarts.

Claramente mi mayor error, y ahora veo de nuevo esa mirada solo por no tener la valentía y la estupidez de un Gryffindor.

-Bien, yo...- resguarda las palabras, toma aire y lo deja salir y el cabello una vez rosa chicle paso a ser azul rey -Bueno, no es momento de llorar. ¿Qué les parece si vamos a casa? Está lejos, pero tenemos un traslador- me mira y regresa la sonrisa -Podrías ver a mamá-

-Yo...-

-Debemos ir a Escocia- interrumpe Hermione con el guardapelo y un frasco nuevo -¿Quién?-

Tomo ambas cosas y los sello poniendo toda mi magia sobre esto. Al momento el cristal se vuelve negro. Remus da un paso hacia delante y se le queda viendo con intriga, lo señala con su varita y me mira.

-¿Es?-

-Algo para ganar la guerra- dice Potter ocultando una vez más el frasco -Dumbledore nos dejó una tarea, así que no podemos desviarnos mucho. Tenemos que ir a Escocia lo antes posible, pero lo de Grace...-

-Usen un traslador- chilla Tonks con una sonrisa -Tengo un contacto, fuera de la ciudad está el que nos llevara a casa. Vienen con nosotros, pasan un día o dos en lo que mi contacto da luz verde y pueden continuar. No les voy a endulzar todo, pero si quieren llegar a Escocia esta no es la manera-

El trio de Gryffindor parece pensar las palabras y la verdad es que lo que mi... Sobrina... Propone no es mala idea.

¿Cuánto pasará para que un mortifago nos descubra? Se supone que cambiamos algo de nuestra apariencia para no destacar, pero una bruja desconocida supo quien era Potter y ahora la hija de Andrómeda está sonriéndome sentada en el escritorio como si nos conociéramos de toda la vida.

¿Qué hago siquiera? Esta "misión" no es mía para empezar, lo que se me pidió acabo apenas Grimmauld Place se convirtió en meras cenizas junto a la persona que posiblemente haya y sea la más importante de mi mala vida hasta el momento. Porque, siendo honesta. Por más que vele por este trio de idiotas. Mi destino está sellado. Solo espera Azkaban o el exilio, pero... ¿Por qué, por qué cuando Hermione mira el techo mientras piensa hace que una línea de felicidad se dibuje en mi cara? ¿Es eso, solo un momento de la Bella de 15 años? Tan soñadora, tan estúpida.

-Iremos- dice Potter con firmeza -Como dices, solo es tiempo antes de que nos persigan de nuevo-

Tonks se emociona tanto que su cabello cambia en múltiples colores, la comadreja se ve incómodo al igual que yo ante tal despegue de emoción ajena. Hermione se sienta a mi lado viendo a Tonks saltar, junta nuestras piernas en un leve choque y susurra:

-¿Nerviosa?-

-Me quiero morir. ¿Qué se supone que diga?-

-No lo sé, pero el momento llegará Bella-

Los ojos cariñosos de Hermione hacen que el mal trago del drenado de mi magia se sienta lejano como mis preocupaciones.

Pasa medía hora sin que pueda realmente retener información de todos guardando y comiendo una última vez en el hotel. Iremos en el auto hacia el traslador y por mi pedido ocultaremos el auto en algún lugar con la esperanza de conservarlo.

-¿Listos?- pregunta Remus en el asiento del conductor aliviando a la comadreja.

Todos damos el visto bueno haciendo que el auto arranque, pero, un sentir tan familiar y enfermizo me hizo sujetar con fuerza el brazo de Hermione al grado de hacerla quejarse.

-¿Bella?- pregunta con un quejido.

El cielo despejado se llena de nubes grises; la temperatura baja, los cristales se cubren de una delgada capa de hielo quebradizo, la gente sale sin entender como un día brillante se convierte en una ventisca y que la temperatura bajara lo suficiente que te deja ver el aliento.

-No, no, no- repito soltando a Hermione, llevo mis manos a mi cabeza y cierro los ojos con fuerza -Váyanse, váyanse, váyanse- suplico con voz cortada.

-Bella- habla Hermione bajando mis manos con lentitud, abro mis borrosos ojos gracias a las lágrimas y ella solo me mira. Sonríe con pena y limpia uno de mis ojos -Estarás bien, ¿Si? Estamos nosotros-

-Ellos, ellos-

-Tranquila- susurra abrazándome. Una ola de calor cubre mi cuerpo alejando el sentimiento de... Ellos. Sujeto con fuerza a Hermione con la intensión de que esto jamás termine, me podría volver adicta a esta sensación más pronto que tarde. Pero no todo puede seguir como me gustaría, pues cuando abro los ojos de nuevo para poder apreciar a Hermione veo a Potter fuera del auto con su varita en mano.

-¡No!- grito cuando una luz cegadora parece explotar, un ciervo eleva sus astas y ondas de haces blancos pulsan hacia el cielo con una fuerza que nunca antes fui testigo. Él me mostró diferentes tipos de artes oscuras, hizo ver fáciles hechizos de necromancia que podrían tomar más de dos vidas el dominar y hechizos simples llevados a ser armas mortales. Pero este... Poder, esto que hace que los dementores del cielo huyan y que los muggles se queden quieto mirando las ondas del ciervo. El cielo nublado se despeja, el calor regresa mientras que ellos se alejan tan rápido como puedan -Vaya...- solo eso puedo decir. Los mortifagos habíamos escuchado la historia de como Harry Potter había conjurado un patronus con una fuerza nunca vista, los mismos aurores se encargaron de hacernos saber este dato con la vaga idea de asustarnos y de decir: "Los Dementores no funcionarán con Potter cerca"

¡Todos nos reímos! ¿Cómo no hacerlo? Se supone solo es un niño, no más mayor que mi sobrino.

Pero esto... Esto es diferente y ahora entiendo la razón de que Él quiera matar al chico.

-Que lindo- dice Tonks -... ¡Ahora sube al auto idiota!-

El medallón que siempre llevo conmigo se siente pesado y la marca arde, arde lo suficiente como para que grite, pero no soy la única que lo hace pues Harry se sujeta la frente como si su cabeza fuera a explotar.

Miro por el espejo trasero como dos calaveras se forman en el cielo y formaciones de humo negro caen en picada. Harry me mira asustado entrando al auto en el momento en el que una parte del hotel explota ante lo que creo es una bombarda maxima.

Remus acelera entrando en calle mientras que humos se acercan al auto, pero Tonks, la comadreja y Harry disparan hechizos desde las ventanas haciendo que mortifagos se estrellen contra autos o casas haciendo volar madera y metal con sus golpes mágicos.

Una parte de la calle se alza haciéndonos gritar a Harry y a mí. El humo se disipa mientras que mi brazo arde al punto de querer arrancarlo con mis dientes como un simple animal. Estelas negras se pavonean y unen para formarlo a... Él... es Él.

Sus ojos rojos y vacíos nos miran directo, su piel pálida casi que quebradiza, una boca partida que se asemeja al hocico de una serpiente y unas líneas delgadas y finas que son los orificios de su carente nariz. Lo recuerdo antes de que fuera... Esto, el joven que ahora no es más ¿Cómo pude ser tan ciega? Esto ya no es humano, no lo roza ni con las yemas de los dedos.

-¡Avada Kedravra!- grita alzando su varita, pero en un movimiento rápido Hermione usa Leviosa en una roca que intercepta el hechizo.

El auto se mueve una vez más solo que ahora Tonks y la comadreja lanzan hechizos no solo a mortifagos, sino a diferentes tipos de cosas para bloquear su vista.

Un autobús escolar roza al auto, pero solo llega a chocar contra una casa derramándola por completo en gritos ajenos a los nuestros. ¿Por qué Él? De todos los días viene en el que no puedo ni defenderme siquiera, ¿Qué tipo de cruel broma es esta?

Miro por la ventana como otros grupos de mortifagos caen sobre los muggles y se divierte con ellos, los cazan al igual que animales, al igual que...

"Ratas"- pensé al recordar. En mi segundo año tuve una fugaz amistad con un chico de Hupplepuff, era brillante y gracioso. Cuando mi padre se enteró de que era un hijo de muggles, él me golpeo tan fuerte que el elfo doméstico de la casa intervino antes de que mi padre me matara. Con cada golpe repetía una única cosa que me dije antes de perder cordura, un mantra propio de la casa Black:"¡Ratas, solo son sucias y lamentables ratas!"

Pero ahora viéndolo de este lado. ¿Qué hago? ¿Por qué antes no dolía, por qué cierro los ojos con miedo al ver que un excompañero cae en picada sobre dos niños cuando antes lo hubiera alentado entre risas? ¿Por qué ahora los gritos son más sonoros?

-Bella- llama de nuevo Hermione apartando los gritos y sonidos externos -Bella, soy yo-

-¿Por qué?- pregunto llorando una vez más -¿Por qué era así?-

-Bella...-

-¡Hermione!- grita Ron.

Miro a mi derecha por la ventana del auto como los ojos rojos nos siguen en la estala humeante. Una sonrisa, torcida y aberrante nos saluda con todo y varita. Grito al momento en el que me ve, me aferro a Hermione con un temor que solo juraba tener a los Dementores, siquiera en los primeros días de aislamiento en Grimmauld Place me sentí igual a ahora que me vio directamente una vez más.

Dos colores chocan empujando el auto, la varita de Harry y la de Él tienen un choque de magia tan puro como ninguno otro visto desde los días de Grindelwald. Rojo contra verde, ambos sobreponiéndose al otro sin flaquear.

Otro choque nos empuja a nosotros y a Él, Remus acelera mientras Tonks mueve la varita en círculos. Veo a Harry, débil y con apenas la fuerza de mantenerse en este momento. Paramos y nos llevan a gritos tras un árbol.

No quiero ver más, no quiero voltear y mirar lo que ha pasado en la ciudad, pero... Pero.

Al hacerlo veo humo y escucho sirenas. Explosiones chicas en lugares lejanos y todo tipo de luces de colores iluminan el cielo gris que aún tiene a dos calaveras en el cielo. Riéndose de todos nosotros.

-Tía- escucho habla Tonks. Me sujeta del hombro y me lleva al traslador pues mis pies no responden, veo un tenis viejo y sucio antes de que una espiral nos lleve, nos arrastre y nos soltemos para caer en un jardín.

Desconcertada veo que es un patio trasero, uno que tiene un arenero, mesas y sillas en donde la familia se sienta para una tranquila tarde u hora del té. Tonks entra a la casa por una puerta corrediza adornada como un ventanal.

-¡¿Qué hiciste!?- grita Remus apuntándome con la varita -¿Cómo los llamaste?- exige.

-No, yo no- murmullo aun escuchando los gritos que alguna vez me dieron placer.

-¡Responde!-

-¡Ella no hizo nada!- ataca Harry con varita alzada, pero con el brazo temblando -Bellatrix no tiene magia y quien-tú-sabes la quiere muerta-

-Pero-

-Su patronus, debió ser eso- dice Ron -Sé que suena loco Lupin, pero es la verdad. Bellatrix esta de nuestro lado-

Remus me ve y parece no creer del todo las palabras, gruñe cuál perro y entra a la casa. El dúo de tontos le sigue dejándome a mí y a Hermione en el patio. Ella se acerca y me tiende la mano para ayudarme a levantar.

-¿Estás bien?-

-Hermione, no... No quiero, no ahora, por favor-

-Entiendo- acepta con una débil sonrisa. Me toma de la mano y me hace entrar en la casa en donde escucho Tonks grita todo tipo de maldiciones e insultos, si fuera otras circunstancias me daría risa, pero al ver a Andy de espaldas hace que jale el brazo de Hermione para regresar al patio.

Tonks se calla y nos mira, con la cabeza nos señala y Andy da media vuelta para verme.

Mi sobrina no mentía, es como verme en un espejo y más ahora. Solo que los rasgos afilados que tengo ella los tiene con un contorno redondo y cálido, calmados. Andy siempre fue la más sensata de todas nosotras, aunque siendo honesta no recuerdo mucho de aquellos "buenos" años.

-Bellatrix- dice dando un paso hacia mí.

-Andy- respondo con una voz tan apagada y lamentable que incluso ella abre los ojos. Mis piernas tiemblan y mis ojos arden, Hermione me suelta y salto a los brazos de mi hermana.

Por momentos los gritos desaparecen, Él deja de estar en mi mente y los dementores dejan de existir. Es como antes, cuando todo era perfecto, cuando lo más importante y difícil era no reprobar alguna clase.

-Ha pasado un tiempo- dice con un largo suspiro.

-Lo ha hecho- acepto sin querer alejarme de sus brazos -Lo ha hecho-

......

Bella y Andrómeda se encerraron en una habitación por más de una hora. Al salir ambas se estaban limpiando las lágrimas, pero se veían un poco mejor.

La madre de Tonks nos dejó estar con ella mientras que Harry se recomponía y Tonks conseguía un traslador. Pero eso fue en la tarde, cuando todos fuimos a dormir no dejaba de dar vueltas una y otra vez sobre la cama. Me levante y mire el reloj: 2:37 AM. Con cuidado rodeé a los chicos que dormían en el piso con un colchón de aire.

Me detuve en la entrada del cuarto de invitados, la casa de la madre de Tonks es de dos pisos más un sótano, por lo que nos pudimos acomodar lo suficientemente bien. Camine por el pasillo con todo el silencio que podía y me detuve al ver luz en la sala.

El sonido del televisor me relajo de mis pensamientos más oscuros haciéndome caminar con confianza dejándome ver a Bella sentada en el piso sin apartar la vista, haciéndome recordar esa noche en Grimmauld Place.

Ella me mira, sonríe y se mueve pidiéndome en silencio me siente a su lado.

-¿Qué miras?- digo viendo un señor con largo cabello platinado y un atuendo algo extravagante, aunque me recuerda a la moda de los magos.

-Doctor who- dice con una sonrisa -No es tan malo, y me hace recordar a Arlet... Hermione-

-¿Si?-

-Cuando todos esos mortifagos atacaron, cuando vi lo que le hicieron a los muggles... No me sentí bien, antes si, pero... ¿Por qué siquiera se sentía bien?-

-Bella. Has cambiado como nunca esperaste-

-Lo sé... Hermione-

-¿Si?-

-¿Si los ayudo a ganar, a derrotarlo, crees que todo lo que hice antes dejara de doler?-

-Eso no lo sé, Bella. Puede que no borre lo que hiciste, pero el que hoy te hayas sentido así quiere decir que quieres seguir, que aun con tus errores puedes mejorar y continuar-

-¿No es como escapar?-

-No cuando afrontas lo que eres y fuiste-

Bellatrix recarga su cabeza en mi hombro dejando por terminada nuestra conversación. Mi mano se arrastra hasta la suya y la acaricio con el dedo, ella misma las junta dejando un largo suspiro.

-¿Bella?-

-¿Si?-

Quiero decir mucho, quiero hacer mucho.

Me gustaría decirle que todo estará bien y que yo estaré ahí; que todo se resolverá, que todo acabara, que podrá regresar a casa.

Me gustaría abrazarla, acariciar su mejilla, besar su mejilla, sentir con las yemas de mis dedos sus labios y juntarlo de la forma más lenta y personal posible. Tomar su mano, besar su mano, cuidar de ella, luchar por ella.

Que ella sepa todo eso, que ella sepa que sin importar yo estaré ahí.

-¿Hermione?-

-Nada- respondo viendo de reojo sus oscuros ojos -¿De qué va el capítulo?-

Sonríe y comienza a contarme, en todo este tiempo no puedo dejar de verla, de desearla. Está mal, sé que lo hace, y aun así soy capaz de saltar al fuego con tal de solo ver esa marca en su cara, de verla tranquila, sonriente, sin fantasmas por los que llore y tema.

Ella sigue y sigue. Las dos de la mañana se convirtieron en las tres y las tres en las cuatro.

Bella y yo nos cambiamos al sillón, en cierta parte del capítulo escuché como dormía. En un movimiento tan Gryffindor (de valor y estupidez) La recosté en el sillón al lado mío abrazándola por detrás. Su débil respiración me hizo cerrar los ojos lentamente.

-Hermione- dice entre sueños.

-¿Si? Bella-

-Te quiero...-

La escucho roncar, duerme finalmente. Apago la televisión y la abrazo con más fuerza desde las caderas, pongo mis labios en su cabeza y la beso por sobre esta.

-Te amo- susurro en la oscuridad de lo que queda de noche.

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