CAPITULO 36- SOLAMENTE ÉL.


NARRA LUCIA.

Llegué a casa, Calum, me volvió a transportar hasta su cuarto en brazos, como su princesa. La casa estaba tranquila, nada más llegar todos los presentes se fueron a sus cuartos, las chicas estaban cuidando a los gemelos que pese a la hora que era, aún seguían despiertos, pero yo no quería ver a nadie, ni siquiera a mis bebés y mucho menos a Daniel, no ahora, tenía claro que lo iba a perdonar, que el no me había hecho nada y mucho menos y lo íbamos a arreglar, que era un malentendido que casi me vale una desgracia pero me iba a costar mirarlo a la cara me sentía sucia, después de una larga ducha, mientras unos tranquilizantes chorros de agua me recorrían todo mi cuerpo,  me metí en el cuarto con mi hermano y mi mejor amiga, Daniel había estado un rato largo insistiendo sobre verme, pero después de una gran bronca con mi hermano en la que se gritaron de todo, desistió, mientras yo escuchaba desde el cuarto de baño sin querer salir, con demasiado miedo de salir y que Daniel se pudiese enfadar conmigo, porque no podía meterme en medio uno era mi novio, o el que esperaba  que lo seguiría siendo después de todo esto. 

Justo después, me acosté junto a Calum y Ariadna en la misma cama, necesitaba protección, necesitaba dormir abrazada a alguien, que me dijesen que todo había pasado y que ese hombre nunca volverá, estar en la cama junto a ellos dos, no es la situación que yo más deseo, pero no quiero dormir sola, pero mi mente solo tenía un pensamiento, él, solo él, porque era el unico que pintaba de colores mi vida, porque era mi ilusión de cada día, porque con solo rozarme ya mi cuerpo tatuaba sus caricias como recuerdo de vida, porque estaba perdidamente enamorada de él. 

Calum, no acepta ahora que esté con Daniel, cree que es el culpable de todo lo ocurrido y cree que me la volverá a jugar, le he intentado explicar, que era yo la culpable, que todo había sido un malentendido y que amaba a Daniel sobre todas las cosas, pero tampoco quiero que le partan su preciosa carita, mi hermano tenía la intención de darle un puñetazo nada más verlo, cuando entró en casa, parecía un pitbull dispuesto a morderlo, menos mal que no estaba por allí, su rostro me daba pánico, no me atrevía ni siquiera a mirarlo a la cara, estaba aterrada. Ariadna pareció calmarlo nada más verlo e impidió que lo siguiera buscando mientras que casi a empujones lo metió en el cuarto, para evitar un reencuentro más fuerte cuando Daniel apareciese por la puerta, porque sino, no sé que hubiese pasad, pero fue poco tiempo porque después le gritó de todo.

 Intenté tranquilizarme mientras mi hermano me acariciaba mi pelo, pero unos llantos provenientes del cuarto de al lado me sacaron del estado de tranquilidad que estaba hace unos segundos, había conseguido evadirme, llevaba ya un rato sollozando, pero ahora habían aumentado de volumen, ese era Martin, no tenía dudas, solo por su llanto o su forma de balbucear los reconocía, suspiré y me cambié de postura intentando volver a un estado de tranquilidad, pero ahora me fue imposible, entre el llanto desconsolado de mi bebé y algunos pequeños flashbacks que me atormentaban en la oscuridad, haciéndome revivir lo ocurrido hace escasos minutos, hacían que no pudiese estar en un estado de paz y tranquilidad que justamente ahora deseaba. Mi mente volvía a pensar una y otra vez en él, y lo bien que estaríamos los dos acurrucaditos en nuestra cama, mientras me susurraba cosas bonitas en mis oídos, mi cuerpo estaba en la habitación de mi hermano pero mi mente deseaba estar con Daniel.

- Calum, está llorando, no deja de llorar – dije acomodándome en la cama de mi hermano, refiriéndome a los llantos que escuchaba del cuarto de al lado, mis bebés llevaban más de media hora llorando, podía escuchar como Daniel les movía la cuna pero no terminaba de calmarlos-

- Déjalo... está su padre para cuidarlo, pero si ese cabrón no es capaz ni de cuidarte a ti, como van a cuidar a esas dos criaturitas pequeñas – mi hermano me abrazó, mientras lo escuchaba gruñir ,  Ariadna suspiró, estábamos los tres en la misma, menos mal que era grande- por su culpa casi te... Lucía, Daniel, tenía que haberlo evitado – estaba enfadado con su amigo demasiado, y yo no podía más, estaba desolada, era como si de un brazo me tirase mi hermano y por el otro mi novio, no sabía con quien ir-

- Calum no... me dan mucha pena, no puedo verlos llorar, son como mis hijos, y verlos berrear de tal forma... ¿tendrán fiebre? ¿estarán malitos? Seguro que no se ha percatado en eso, quiero verlo, los duermo y me vengo - en mi cara se formó una mueca de pena pensando en todo lo ocurrido y suspiré-

- Lucía, tú no quieres ver a los niños, lo quieres ver a él –asentí con mi cabeza, quería perdonarlo, quería dormir abrazada a su pecho, necesitaba estar como siempre junto a él, me levanté de la cama pese a los gestos de descontento de Calum y aún arriesgándome a que mi hermano se enfadase me levanté para ir a ver que les pasaba- Lucía, ya hablas mañana con él... sino llega a ser por la discusión nada de esto hubiese ocurrido – Calum intentó evitar que me levantara pero yo lo evité- no te merece, te la volverá a jugar antes de que te des cuenta, joder es mi amigo, lo conozco, Daniel es un mujeriego y los mujeriegos no cambian....

- Calum lo quiero ¿vale? – me levanté de la cama, encendiendo la luz- Me da igual lo que me ha haya hecho o lo que sea, me da igual Mar y me da igual todo... quiero estar a su lado, él no tuvo la culpa, la que salí de casa fui yo, y cambiará, claro que cambiará – sentencié abandonando la habitación escuchando un resoplido de mi hermano-

- Déjala, Calum – pude escuchar a Ariadna como intentaba tranquilizarlo-

Abandoné la habitación de mi hermano adentrándome en el poco pasillo que nos separaban, tomé un poco de aire, mientras que escuchaba como Daniel siseaba algo, jugueteé un segundo con mis manos y mi cerebro mandó a mis pies la orden de andar el poco trecho que me separaba del cuarto de Daniel para encontrarme una estampa algo peculiar, me apoyé en el marco para presenciarla mejor, mientras veía y escuchaba aquella imagen única, Ethan estaba en su cunita pero Martín no, efectivamente era Martin el que lloraba, había acertado.

- Te voy a comprar unas bragas de cascabeles, de cascabeles pa cuando tu te agaches que suene suene – canturreaba Daniel al oído de Martin con voz ronca y quebrada, había llorado lo notaba, mientras lo sostenía en brazos meciéndolo y dándole toquecitos en el culo para que este durmiese, desde luego que era una nana muy especial, en mi cara se formó una sonrisa, mientras miraba la tierna imagen, de un papá desesperado-

- Daniel, creo yo que si le cantas eso al niño lo invitas a irse a la feria de Sevilla, pero jamás a dormir – Daniel levantó su cabeza quedándose su mirada fija en mi mientras le seguía dando toquecitos al niño-

- Princesa, mi princesa –susurró lanzando una sonrisa al verme- ¿ya no estás enfadada? –preguntó arqueando sus cejas- Martín estaba muy nervioso, no he logrado calmarlo, no se duerme, le he cantado de todo, y con lo único que se calmaba era con esto, estaba dispuesto a irme fuera con él a ver si dando un paseo –terminó de hablar- creía que me ibas a dejar, he sido un –pero no lo dejé continuar-

- Está todo olvidado, Daniel esta noche no ha pasado nada – di los pocos pasos que no separaban y me senté en nuestra cama, arrebatándole de sus brazos a Martín el que al verme me sonrió-

- Princesa, creía que me ibas a dejar – una lagrima asomó por su mejilla- si te hubiese pasado algo no me lo hubiese perdonado en la vida – me acarició mi cara y se mojó sus labios, estaba nervioso, lo iba a dejar hablar, no era agradable para mí todo esto pero, él necesitaba expresarse y desahogarse- mi princesa... eres lo mejor que me ha pasado, no me vuelvas a dejar, no te vuelvas a ir así de noche, ya me ha explicado Jesús todo lo que ha pasado, necesitaba hablar contigo pero Calum no me dejó acceder a ti, casi me da algo cuando me enteré de lo que casi te hace ese malnacido... -se contuvo sus lagrimas y puso un gesto de rabia, puso su cabeza en mi pecho mientras yo sostenía a Martin que desde mi llegada parecía haberse tranquilizado y ya estaba casi dormido- te amo princesa – le di un sonoro beso en sus labios- tu hermano me odia... y es normal, no me he portado bien, si no te hubiese dicho eso, no te hubieses ido y... - pero le tapé la boca con mi mano-

- Tú no tienes culpa de nada, mi hermano te perdonará, y te creo, a ti y tu historia – le acaricié su pelo- te amo Daniel Oviedo, te amo... y me da igual todo lo demás.

- Princesa lo he estado pensando y quiero que nos casemos, ya... quiero casarme y¿aceptas? – me cogió de improviso su pregunta, el empezó a acariciarme la mejilla mientras yo solo asentí con la cabeza- 

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QUE NO ES EL MEJOR CAPITULO PERO NO HE ESTADO MUY BIEN ESTOS ULTIMOS DIAS... PERDON ... muchas gracias por todo, y sobre todo a jdomsogni y a andresjd el siguiente capitulo será mucho mejor, de verdad, no estoy de todo conforme con este capitulo, lo siento, ni en escritura y creo que he mezclado mucho no sé... 

os recomiendo que os paseis por las novelas de @LauryJD estan fenomenal y muchas gracias, por tus votos y coments tia

¿QUE os va pareciendo la novela? ¿cambiariais algo???? que mono dani pidiendo que se case con ella no?????  y cantandole la sevillana de los cascabeles al niño.... todo esto y mucho mas en proximos episodios que va a estar mejor ya veras---- por cierto el final esta cerca muy cercaaaaaaaaaaaa y me vais a querer matar con el final.... ¿de la primera temporada???

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