💋Epílogo💋

Acomodando todo en su lugar
[Capitulo extenso]

Suspiro dejando salir el aire de mis pulmones, repito la acción unas cuantas veces más y por fin salgo de mi letargo.

Mi casa sigue como siempre luego de estos largos meses, no ha cambiado mucho realmente. Mamá me dejó afuera para prepararme, solo. Ella ya ha ido por los costado de la casa, y fue a ayudar a preparar lo que haga falta en la fiesta sorpresa que sé perfectamente que organizaron por mi alta en el hospital.

Bajo la cabeza viendo mis pies reposando en el pavimento, mis manos están apoyados en dos muletas.

Ya puedo caminar, pero aún está el riesgo que me caiga o tropieza por eso el doctor y mi madre, insistieron en que la usará. Y para que dejarán el tema por la paz, les dí el gusto.

Escucho algo más de alboroto probiniente de el patio trasero de mi hogar, y por fin me arriesgo a ver qué este mi familia pero, que no esté mi chica.

No la dejaron verme desde ese día en el sala de recuperación...

Trato de mantener contacto por cartas que le daba a las enfermeras y estás, me entregaban. Tengo cada uno de estas, pero unas semanas antes de que me dieran el alta, dejaron de llegar. Eso me preocupo, y ella ya no recibe mis mensajes ni llamadas.

Suspiro llegando con dificultad a mi patio trasero, creo que no se esperaban que entrara por dónde ingreso mi mamá, sino más bien por la puerta que conecta la cocina al jardín.

Papá está debajo de una de las bocinas del sistema de sonido que compro hace unos años, en una rebaja en el viernes negro. Mamá y mi hermanita tratan de quitarle el aparato, pero nomás no pueden. Y al verme dejan de intentar liberarlo para mirarme en sopresa.

—¿Sorpresa?—, dice papá aún abajo de la bocina.

—No era necesario tanto alboroto por mi alta. —Dejo las muletas recargadas en la pared de la casa. Llegó hasta ellos y les ayudo a quitarle eso de encía.—¿Estás bien, pa?

—Si hijo, muchas gracias. —Esta un poco sin aliento, y algo sudado pero me sonríe para que me tranquilice. —Es bueno tenerte de vuelta, no sabes lo tedioso que es lidiar con esta dos.

—¡Papá!

—¡Cariño!

Le reclaman a mi padre, pero al poco rato todos reímos. Miro a mi alrededor, prepararon una barbacoa para mí llegada. Veo un asador, mesa con un pastel, ensalada, papás horneadas, y más platillos típicos de un día de carnes asadas.

—¿Tienes hambre?—, Lu toma mi brazo y me lleva a rastras hasta la mesa donde hay platos para que comamos.

—¿Cuál es la prisa?—, le pregunto haciendo que se detenga.

—Ninguna...—nos detenemos enfrente de la mesa, comienza a balancearse en sus pies, de sus talones hasta la punta de los dedos.

—No quieres que me forcé ¿verdad?—, conozco perfectamente a mi hermana, y por ello no le quitó el gusto de cuidarme y me siento en la silla. —Ya, ¿Felíz?

Está asiente dándome una amplia sonrisa complacida. Se va corriendo dónde papá y parece querer ayudarle a cocinar las hamburguesas.

Por fin algo que no sea bajo en grasa, sin azúcar y sin sal...

Mamá está acomodando la mesa y quiero ayudarle pero, ella me dice que ni lo intente que yo soy el consentido por este día. Tuerzo mi boca en una sonrisa mal hecha, y le dejo por esta vez hacer de las suyas. Porque aparte de mi, ella también debería reposar acaba de salir de una fuerte ráfaga de mamá suerte.

—¡Hola hola!—, la risa y un golpe en mi brazo me hacen percatarme de mi mejor amigo. —Es bueno verte entero, Rick.

—Lo mismo digo, —chocamos los cinco y luego juntamos nuestros puños para hacer ese extraño movimiento de dedos al alejarse, es nuestro saludo de mejores amigos. —¿Has tenido contacto o sabido algo de Claytin?

—No hermano, aunque le mandé mensajes solo me deja en visto por Instagram y Messenger, pero por Whatsapp nada, ni si quiera le llegan mis mensajes ni tiene foto de perfil. —Toma asiento a mi lado, mamá llega con dos platos, saluda a Marco, este le da un abrazo para luego dejar la comida enfrente de nosotros.

—Gracias, ma. —Besa mi frente y revuelve mi cabello.

—De nada, cariño. —Se aleja para ir y abrazar a su esposo por la espalda.

—Es lindo ver qué tus padres son una pareja entre mil—, miro a mi mejor amigo sin entender, él ve mi duda en su comentario y me explica. —Si viejo, de los pocos que aún mantienen su matrimonio intacto y se aman aún. Muchos ya no son nada, y están divorciados.

Sonrío de lado, sintiendome feliz por ellos.

—Quiero algo así para mi—, con un tenedor juego con las verduras hervidas en mi plato. —Pero la candidata perfecta desapareció.

—No creo que allá desaparecido, —regreso mi mirada a el castaño y está ve algo detrás de mi.

Me giro un poco sobre la silla de plástico y la veo detrás de mi. Asomándose por la esquina de la casa, se percata que la vi se esconde detrás de la pared. Sonrío de forma inevitable, miro a Marco y asiento para que me cubra. Me ensaña el pulgar y yo salgo disparado a su encuentro.

Troto y frunzo el ceño un poco por la molestia en mi espalda baja, aún me duele porque sigo recuperándome. Cuando llegó el pasillo que conecta con el patio de enfrente, ella a comenzado a alejarse. Está por llegar a la acera, dónde una moto que desconozco la espera.

—¡Claytin!—, gritó unos metros cerca de ella, corrí pero tuve que detenerme porque aún no puedo abusar como me gustaría de mi movilidad. —¡Espera por favor, no te vayas!

En un último esfuerzo me coloco frente a la motocicleta, deteniendo su andar.

—¡¿Estás loco?!—, grita sacándose el casco con dientes, es mío, lo reconocería dónde sea.

—Solo por ti, —me quitó de enfrente del vehículo, agitado y algo cansado. —¿Porque me evitas?

—¿No es obvio?—. Deja el casco en el asiento y desmonta su moto roja, es linda y una clásica.

Tiene buen gusto...

—¿De verdad botaras todo a la basura por una suegra a la que no le agradas?—, mi respiración ya no es tan descontrolada.

—No solo es tu madre, Richard. —Suena muy bien mi nombre completo en sus labios, pero si usa ese tono serio que delimita un: no somos más que conocidos, no me gusta del todo. —Aparte de que tienes que enfrentar a mi abuelo, que mi madre te acepte y, creo que toda la escuela te traerá problemas por andar conmigo. También está el asunto que no soy suficientemente buena para ti.

—¿Quien decidió que no eres suficiente para mi?—, tomo sus manos entre las mías, las miro y no son como las que vi en todo el tiempo que no me atreví a hablarle.

Son naturales y sin nada de pintura. Unas uñas que verías en una chica que no trata de impresionar a nadie, su vida de vedad ha comenzado a tomar forma, ya no tiene que arreglarse para lo que ameritaba su trabajo, solo está siento ella.

Tiene puesto un vestido pegado al cuerpo negro sencillo, medias negras, unas botas negras pesadas, y un suéter azul cielo tejido que deja al descubierto uno de sus hombros. Su cabello sigue igual de largo, solo con la excepción que se cortó el flequillo una verdad, le quede muy bien. Se ve más adorable, y me deja ver su cara.

Me encanta su estilo tan fresco

—Pero yo creí que tú...

—¿Que luego de una amenaza de muerte por parte de tu abuelo, que mi madre y la tuya no aceptan lo nuestro y los chismes de los de la universidad me harían no querer seguir contigo?—, me río luego de mi pregunta. —No, parece que no me conoces lo suficiente todavía.

—¿Y que pasará con tu relación con tu mamá? Parecen muy cercanos, no quisiera que por mi discutan o no vuelva a ser lo mismo...

—No tienes porque preocuparte por eso, de todas formas ella no puede evitar que yo elija a quien querer, y tendrá que aceptarlo si me quiere ver feliz, —me encofo de hombros restándole importancia, lo cierto es que si, podría esto quebrantar un poco mi actual relación con mi amada madre, pero ella debe entender que yo debo decidir con quién hacer mi vida. —¿Entonces todo bien?

—No lo sé...—, me regresa el apretón de manos y re acerca acortando el espacio entre ambos, su perfume ha cambiado huele diferente pero es delicioso, queda con su nueva yo. —¿Tu que crees?

—Que tu nuevo estilo me encanta y que extrañaba mucho verte. —Le doy una vuelta tomando una de sus manos a la altura de su cabeza.

Ella ríe y queda atrapada entre mis brazos, dándome la espalda. Beso su mejilla y sonrió sintiéndome completó.

—¿Porque viniste?—, indago liberandole de mi abrazo, y arrastrándola a la fiesta.

—Quería darte un regalo, y devolverte tu casco. —Busca en los bolsillo de su suéter y saca una cajita negra aterciopelada.

—¿Vas a proponerme matrimonio?—, cuestiono sorprendido, consiguiendo un codazo de su parte en mis costillas, —auch, no maltrate la mercancía.

—Es mía, puedo tratarla rudo si quiero. —Me toma por el cuello y me planta un beso rápido y rudo en los labios. —Y no, el anillo me lo tienes que poner tu.

—¿Eso significa que quieres ser una Weldons?

—Deja de ser engreído h abre tu obsequio, —llegamos a el patio y me extiende la cagita.

La tomo para abrirla pero mi mamá llega hasta a nosotros dispuesta a interrumpir el momento y, de paso correr a Claytin.

—Ahora no, estoy abriendo mi regalo. —Alzo la palma de mi mano enfrente de su celo fruncido.

Destapó la cagita y ahí veo una cadena con un dragón en un círculo, con el detalle de su iris ser rojo con un rubí. Es el símbolo de la ira, de Marcus.

—Queria que tuvieras algo que te hiciera recordarlo siempre. —Atrae mi atención y está, jugando con sus dedos nerviosa—, no es la gran... Cosa, lo siento no... Soy bu-buena con los obsequios yo... Ya sabes...

Tomo su mano dándole un apretón, conectamos miradas y bajo sus atentos iris zafiros depósito un beso en sus nudillos. Prendiendo sus mejillas en un intenso tono bermellón que la hace ver preciosa.

—Me encanta, gracias. —El carraspeo de mi mamá nos hace salir de nuestra burbuja. La miro decidido a enfrentarla. —No se irá, ella se queda y no solo me refiero a la fiesta.

—¿Como te atreves a desafiarme, Richard?

—Querida...—, mi papá aparece a su espalda y deja caer sus dos manos en sus hombros. —Me da gusto volver a verte, Claytin. ¿Como sigue tu madre?

—Esta muy bien, mejorando. Dentro de poco la operarán, y si todo sale bien podría volver a caminar. —Una sonrisa amable se plasma en los labios de mi chica.

¿Desde cuando se conocen?

—Me alegra oír eso, —mira a su esposa, y ella sigue algo sorprendida y disgustada por su actitud. —Vamos querida, deja a tu hijo vivir su vida. Además ¿te recuerdo que nuestro amor también fue prohibido y con barreras?

Mi mamá se eriza entre los brazos de papá sonrojandose.

—¡Esta bien!—, se rinde, mirándonos a ambos, o creo que solo a Clay. —Si le rompes el corazón, o le haces daño yo te lo regresaré fusicamen multiplicado por 10.

—Cuidare bien de Rick, de eso no tenga dudas—, sonríe aterrada tratando de mantenerse serena.

Mamá y papá nos dejan, y por fin puedo volver a girarme para acercar a mi novia y besarla como nunca la había besado.

Guardando en mi memoria ese recuerdo que le daría inicio a nuestra historia de amor.




~

—No crees que es demasiado. —Estiro el cuello de la camisa que me está cortan de a poco el aire.

—Es una cena, en un restaurante donde tienes que hacer reservaciones. Así que no, no estoy exagerando—Termina de hacer el nudo a la corbata negra y sonríe complacida. —Te ves perfecto.

—No tanto como tú. —Le doy la vuelta y le abrazó por la espalda, recargando mi mentón en su hombro.

Esta usando un vestido negro neón pegado, que resalta sus curvas, y está abierto en el costado izquierdo, exponiendo parte de su muslo. Es escotado en forma de corazón, resaltando el valle de sus senos. Es lo suficientemente largo para ser decente y lo suficientemente corto para que le haga ver como una puta reina.

—Bien, es hora de partir. —Toma su cárdigan aún siguen las temporadas de frío, estamos a días de las festividades navideñas.

La sigo, dirigiéndonos a mi motocicleta pero, me toma del brazo deteniendome. La miro y está niega.

—¿Qué pasa?

—No iremos en Ryze. —Me guía hasta un taxi que acaba de aparcar al lado de la acera. —Podrías manchas el pantalón de las pantorrillas y se arrugara de tu retaguardia. Y quiero que todo siga luciendo firme allá atrás.

—Esta bien, está bien. —Rio ante su poca vergüenza para referirse a mi cuerpo y nos adentramos a el auto.

Claytin le dice que nos lleve a el restauren Budert. Es un prestigioso restaurante de etiqueta 4 estrellas. No tardamos en llegar y estoy por pagar cuando la castaña me detiene, y dice que ya ha pagado. La miro algo inconforme pero me besa rápidamente alejando el sentimiento.

Entramos y un señor nos recibe, mi novia dice el nombre de su padre y este nos dice que lo sigamos para llevarnos a nuestra mesa. Es una que está en el medio de todo, el lugar es sorprendente. Todo está lleno de detalles, cristales, color dorado y blanco.

En definitiva me alegro de haber dejado que Claytin se encargará de mi atuendo, porque yo no podría arreglarme tanto para un cena en este lugar.

En la mesa están tres personas esperandonos.

Uno es un adolescente que aunque intente con su cabello cubrír sus orejas, puede ver perfectamente sus audífonos inalámbricos sobre salir. A su lado está una señora en silla de ruedas, es hermosa y tiene rasgos muy parecidos –por no decir idénticos– a los de Clay. Tiene un despampanante cabello negro arreglado en un moño alto, algo suelto. Su maquillaje es deslumbrante y cargado pero le queda demasiado bien para ser tan pesado. Hace que todo en ella diga:

Si, así es, me veo fabulosa y aunque intentes maquillarte parecido solo te verás como un payaso de circo.

Su vestido es rojo carmín, con detalles de holanes al rededor de sus brazos, tiene accesorios que sí estoy seguro, podrían ser auténticos diamantes y rubíes, no las baratijas que mi hermana usa.

Esta señora impone respeto solo con verla...

Y a su costado está el que sería el señor Monriokova, ya lo conozco es un hombre de negocios que siempre viste bien y está no es la excepción. Su traje debe ser más caro que el que yo traigo puesto, y eso que el mío es un Boggie Milano, rentado. Por supuesto, pero sigue siendo caro usarlo.

—Lamentamos el retraso, había mucho tráfico. —Nos miran esperando algo de mi parte, no me he ni sentado y siento que ese mujer me está juzgando solo por estar ahí.

—Es un gusto por fin poder conocerla, señora Monriokova. —Hago una leve reverencia, esperando que ella extienda su mano como me dijo Claytin que lo haría. Me tiende está, la tomo y depósito un beso en sus nudillos. —Luce esplandida está noche.

—Lo se. —Su voz es fría y sería, mucho más que la que puede tornarse la de Claytin cuando está molesta. —Tomen asiento, no queremos alargar esto. —Desliza su mano de la mía.

Trago grueso, tomo la silla al lado del padre de Monriokova y la saco un poco para que ella tome asiento. Todo bajo la atenta mirada de la señora de iris verdes. Son unos traslúcidos ojos, con detalles miel que impactan con solo ver su tono.

Por fin Claytin toma asiento y procedo a sentarme a su lado. Ahora ella está justo enfrente de mi, su hijo a mi lado, y Claytin al otro costado de su padre. El ambiente es pesado y algo asfixiante.

El camarero llega y deposita enfrente de todos un menú cubierto en cuero rojo. Miro todo y lo que más llama mi atención son los precios.

Podría pagar la gasolina por 3 meses con lo que cuesta uno de estos platillos...

—A mi tráigame Sukiyaki de Wagyu, —Su mano hizo un gesto elegante con los dedos para llamar la atención del mesero. ¿Que acaba de pedir mi suegra? ¿Un que de que cosa?

—Yo quiero un Magret de pato y granada, por favor. —Mi novia dice eso con tanta fluidez que me descoloca, poniendome más nervioso.

—Para mi un Rodaballo con ajo negro, si no es mucha molestia y para tomar una cerveza negra. —El padre de Claytin cierra el menú y se lo tiende al mesero el cual lo toma como si nada, colocándolo debajo de su axila.

—Yo quiero una hamburguesa de lujo con doble ración de papas fritas con guacamole a una lado, sin picante. —El hermano de Claytin también le pasa el menú al muchacho y por fin siento alivio al ver, que alguien pide algo que conozco.

El mesero me mira esperando el pedido y no sé que carajo pedirme.

Joder esto está fuera de mi entendimiento...

—Ahm este... —miro a Claytin pidiendo ayuda y está tiene una cada de horror porque esto no lo estudiamos.

Porque si señores, ella me dió clases de etiqueta para poder estar hoy aquí. Pero se nos olvidó este pequeño detalle.

—Si no es mucha molestia puedo recomendarle el Rosbif, viene acompañado con Yorkshire pudding y con salsa Robert. —El mesero aparece darse cuenta que no tengo ni una puta idea de los platillos en el menú, y me tira una mano aliada.

Simio no mata simio...

Sonrío en mis adentro. Y lloro un poco, conmovido.

—Eso suena delicioso, —digo tratando de disimular. —Entonces tomaré tu recomendación.

—Excelente, ¿para tomar?—, mira a al padre de Claytin esperando su respuesta.

—Traenos la botella de vino más cara que tengas en la bodega, muchacho. —Una voz nos hace ver a la nueva persona que acaba de llegar.

Erick Monriokova

Ay no, ahora el que me quiere matar entra en escena

¡Ded [1]!—, la ojizafiro se levanta de su silla y abraza a su abuelo, este le regresa el gesto.

—¿Cómo está mi yagnenok [2]?—, la sostiene con una mano en su mejilla para que está la mire. —Te ves preciosa, como siempre.

Toma su mano y le hace dar una vuelta. Me levanto para saludarlo.

—Estoy bien, ded. Me alegro de que allás decidido venir.

—Lo que sea por mi yagnenok. —Sonrie para su nieta, y al notar mi presencia deja de enfocarla y su rostro se torna duro de nuevo.

—Es un placer volver a verlo, señor Monriokova. —Extiendo mi mano esperando que me acepte el apretón.

—Para mi no lo es, svoloch' [3]. —Un sonido de berrinche llama nuestra atención, y Claytin está haciendo un puchero en descontento por como me trata. No tengo idea de cómo me dijo pero, siento que no es nada amable. —Pero, solo porque haces feliz a mi nieta, me comportare. —Acepta mi mano y aprieta demasiado, tengo que tensar la mandíbula para no dejar salir ningún lamento de dolor de mi boca.

Cuando me suelta mi mano sigue palpitando.

Tomamos asiento y otro mesero trae una silla de más para poder colocarla entre la señora Monriokova y su nieto.

—¿Qué puedo ofrecerle está noche, señor Monriokova?—, pregunta el mesero de antes.

—Traeme lo de siempre, hijo. —Dice sin mucha importancia, el chico asiente y se va dejándonos solos.

Por favor, no te vayas...

Con miedo miro como el mesero se aleja, y antes de desaparecer de mi vista me dice algo. Pero no deja salir su voz.

"Buena suerte"

Asiento en agradecimiento por su apoyo al leer el movimiento de sus labios.

—¿Y bien?—, el primero en cortar el pequeño silencio que cubrió a toda la mesa, es el señor del basto. —¿Cómo es que este tup-

—Abuelo...

—Papá...

—Aahh, está bien. —Suspira resignandose. —¿Cómo es que se conocieron?

—Pues... La verdad es una historia muy graciosa. —Comienza Claytin, y estoy deseando ver si les dirá a sus familiares que hablamos por primera vez en los vestidores de los chicos y nuestro tema de conversación fue el préstamo de unos calcetines. —Rick me salvó de un balonazo.

—¿Te salvó de un balonazo?—, repite eso el que, quiero creer es el hermano menor de Claytin. —Si que eres torpe, patas de pollo.

—¿Lo dice el que tiene brazos de espagueti?—, le regresa la jugada, mirándola triunfadora.

—¿Y como porqué te llamo la atención este muchacho para que ahora sea tu... No-novio?—, de verdad le cuesta a su abuelo contenerse.

—Pues...—miro a Claytin algo nerviosa, así que tomo su mano que está encima de la mesa, y le doy un apretón dándole todo mi apoyo. —Apesar de todos los rumores, y historias que se crearon desde que Evelyn contará sobre mi antiguo trabajo, Rick no dejo que eso plantará en él un modo de verme y pensar sobre mi. Me trató con mucho respeto, amabilidad y honestidad. Algo que no recibía desde que todo se supo, poco a poco el me hizo darme cuenta que merecía la felicidad que muchos me negaron, al tratarme como dejé que me tratarán. Y ahora, que ya salde mi deuda; puedo ser quien realmente soy, con todo y mis errores pero, ahora está en el pasado y tengo a alguien que me hace amarme con todo y mis defectos, que me hace querer ser mejor cada día.

—¿De verdad crees que me tragare esas cursilerías?—, el lindo sentimiento que plantó mi chica en la mesa se desvanece por las palabras de su madre.

—Cielo dej-

—No voy a permitir que cualquier chico ande con esta mujer. —Señala a Claytin con su dedo. —¿De verdad crees que alguien tan indecente que no supo respetarse podría amar a alguien si no sé amo a si misma?

Lanza esa pregunta al aire, me devato en si debo responderla o no.

Me armó de valor y digo:

—Si lo creo. —Miro a la chica a mi lado, tiene lágrimas retenidas en sus bellos ojos lapislázuli. —Porque ella safrico tanto por amor, lo que la movió fueron motivos muy importantes, otras personas hubieran sucumbido al ver cómo su hogar se caía a pedazos sin poder hacer algo al respecto. Pero ella—, nuestras manos se unen atraves de nuestros dedos cruzándose. —Ella se forzó a tomar una decisión difícil, para salvar a su familia. Se convirtió en una adulta, a tan temprana edad, sufrió muchas cosas en la universidad, además de claro seguir cumpliendo con sus responsabilidades como estudiante, se reprimió a si misma para no salir de fiesta, ir de compras con sus amigas, permitirse ir al cine o salir a comer. Lo dejo todo, y se puso al final de sus prioridades para cuidar de ustedes.

—¿Porqué no me dijiste nada?—, ahora es el señor Monriokova quien cuestiona a su hijo. —Te dije que si alguna vez llegabas a necesitar dinero yo podría ayudarte, Félix.

—Padre en ese entonces estaba todo el asunto del encuentro de mamá, no podía molestarte por-

—¿Molestarme?—, su tono tendia a tirar veneno. —¿Molestarme para que tratarán a Rosmarie? Sabes perfectamente que ella es de la familia, y la familia es primero. —Enfadado, quita la mirada de su hijo y ahora nos enfoca, —Claytin lamento mucho que allás tenido que pasar por esto, no tenía idea de la carga que estabas llevando en tu espalda, perdóname por no estar más al pendiente de ti y de tu hermano.

—No tienes que disculparte, Ded. —Sus lágrimas por fin se desbordan, saco del bolsillo interno de mi traje un pañuelo y se lo tiendo, ella lo toma y agradece con un movimiento de cabeza. —No sigan discutiendo, solo quiero que está noche todos puedan pasársela bien.

—¿Cómo puedo pasármela bien si la puta que tengo por hija ahora, tiene el descaro de querer presentarnos a su pareja cuando ya debe estar más revolcada que una perra en celo?—, no puedo evitarlo más, la miro con la sangre queriendo salirse de mis iris, estoy colérico por sus palabras. —¿Qué? ¿Tienes algo que decirme, Weldons?

—¿Y usted se hace llamar madre?—, Claytin me toma del brazo para detenerme. —¿Luego de todo lo que su hija hizo por ustedes así es como le agradece?

—No tengo nada que agradecerle, yo le di la vida, y después de todo. Estoy en esta condición por su cual, si quería remediarlo ayudándome, pudo buscar una forma más decente, no siendo una mama pollas.

—¡Rosmarie!—, su esposo la reprende pero está no parece importarle.

—No me interesa quien seas, ni como se conocieron, mucho menos si es que ya te la tiraste, —truena los dedos llamando a una persona que está a unas cuantas mesas, parece ser una enfermera. —Puedes cogertela las veces que quieras, esa mujer estar muerta para mí. Disfruten del resto de la cena. —La mujer se la lleva y todo el lugar parece haber prestado atención a nuestra discusión.

—¡Rosmarie!—, el padre de Claytin se levanta y va detrás de su mujer. —Disculpenos, por favor pidan lo que quieran va por mi cuenta.

—Sabia que esto acabaría mal, —dice su hermano, parece igual de afectado que su hermana, ella sigue tratando contener sus berreos y lágrimas. —Ded, ¿me puedo quedar a dormir contigo?. No quiero ir a casa hoy.

—Claro que si, Aurel. —Le sonríe, pero no es una sonrisa totalmente feliz, la comida llega y todos comenzamos a comer en silencio.

Pero tanto Claytin como yo, no tenemos nada de apetito y jugamos con el contenido de nuestro plato, más que llevarnos bocado a los labios.







~

Las vacaciones terminaron y con ello iniciamos los últimas semanas de la universidad. Estábamos a menos de dos meses para titularnos, seguramente yo trabajaría en una de las empresas en las que hice mis residencias o trabajo social. No será difícil, ya tenía varias propuestas.

Claytin estaba en las mismas, nos veíamos poco pero no era difícil encontrarnos en la biblioteca, almuerzo, o en los pasillos cuando cambiamos de clase.

Los rumores y que hablarán por lo bajo cuando caminábamos eran inevitables. Pero no nos importaba, a ninguno de los dos.

Estabamos comiendo en el patio de la escuela, en una mesa cerca de unos árboles que daban una muy buena sombra. Éramos Claytin, Marco y otros de sus amigos. La verdad era que, los amigos de mi chica ahora, se habían vuelto parte de mi círculo social.

Trajiste tantas cosas buenas a mi vida

—¡Vaya vaya!—, las risas y conversaciones desaparecieron de nuestra mesa, al ver cómo ese maldito volvía aparecer. —¿Aunque te allá engañado estás ahí abrazándola como si fuera una mojigata cuando es una total zorra?

—Largate James, nadie te va a dar el gusto de hacerle casos a tus palabras. —La morena de iris encandecentes alzó una mano por encima de la mesa, deteniendome porqué ya estaba levantándome para partirle la cara.

—No te metas vaca lechera. —Para su buena suerte no estaba con nosotros su novio, sino ya estaría contra el césped recibiendo una dosis de madrazos. —¿Vas a dejar que hable así de tu noviecita Weldons?

—Puedes decir lo que quieras, James. —Me levanté saliendo de los asientos, para encararlo a unos cuantos pasos. —No me interesa, cualquier cosa que salga de ese pequeño cerebro fundido que tienes, no cambiara el hecho de lo que siento por ella, y lo más importante. —Regrese para colocarme detrás de mi chica, —seguiremos juntos y eso es lo que te duele más de lo que tus vacías palabras pueden herirnos.

Pasó por un lado mi brazo por su espalda, para llegar a su barbilla y voltearle el rostro y besarle. Todos los que habían presta su atención a nuestra mesa por el alboroto que quiso crear James gritan en celebración.

—¿A que sabe?—, nuestra atención regresa a ese chico que no parece querer rendirse en jodernos. —Digo, como la última polla que saboreo es la mía, en estos momento debes estar saboreando mi semen.

—No lo creo amigo, —miro a Claytin pidiéndole permiso para lo que estoy apunto de decir, pero ella niega para que no me atraen a decir "eso". —Me encargue personalmente que esta boquita está cubierta por mi escencia.

Más risas y abucheos llenaron nuestro alrededor, y por fin pude ver cómo el idiota de James se largaba con el ceño fruncido.

—¿Que esas tienes? ¿Cuatro?—, me reprochó Clay avergonzada y algo molesta.

—24, y el empezó. —Rio abrazándola peroe empuja hacia atrás, fallando rotundamente por qué soy más fuerte. —Ven acá, ya no se enoje.

Cede ante mí y vuelvo a besarla, ríe entre nuestro beso y los chicos nos tiran exclamaciones de victoria y felicitaciones.

—¿Hay algo que este hombre no haga bien?—, lanza esa pregunta, felicitando a su mejor amiga.

—No, no la hay. —Le responde a Luz sin dejar de mirarme a los ojos, esos hermosos y despampanantes laureles aguamarina intensos.

—Te amo, —me acercó a su oreja y susurro logrando sacarle un saltito de sorpresa. —Y los rumores, nuestras familias ni el mismísimo Satanás podrá hacer que me separé de ti.

—¡Kyaaaa!—, ambas amigas gritan conmovidas.

Y así, fue como un par de rumores, me hicieron conquistar y decidirme a luchar por el amor de mi vida.



The End

~

Esto es el fiiiiin de la historia de estos dos locos, complicados y con muy mala suerte chicos. No saben cómo me encanta saber, que acabó el segundo libre en toda mi vida a mis 20 años.

Sé que no podría considerarse un libro o novela como tal, pero es un logro para mí, porque tengo un chingo de historias en borrador, y más de 30 de hecho y, apenas tengo 2 que finalizó y solo tengo que editar errores de ortografía, gramática, redacción y concordancia.

Muchas gracias por llegar hasta aquí, en unos días solo le daré publicar al primer especial porque, oigan, no todo puede ser de golpe.

Enserio muchas gracias, a los que estuvieran desde el inicio, y los que acaban de llegar y se terminaron muy rápido está historia. Se ganan un pedazo de mi corazón, en donde siempre vivirán.

Nos vemos en algún otro loco proyecto mío, gracias por seguirme, votar, comentar y sobre todo... Estar aquí leyendome, porque se llevan un pedasito de mi.

Esta historia está basada en mi actual relación de 5 años con mi novio. No pasaran cosas tan locas y descabelladas verá pero, la escencia de lo que es la relación de Claytin y Rick es la mía.

Espero ustedes algún día también encuentren a su Claytin o a su Rick.

Aquí dejo el significado de las palabras en ruso.

[1] Ded: Abuelo.

[2] Yagnenok: Corderita.

[3] Svoloch': Mal nacido.

Sin más, me despido.

Maleficent 🖤✨ y mamá pequitas 💚✨ ¡Fuera!

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