🏍️6🏍️
Mi respiración era muy acelerada y errática, el aire que entraba por mi nariz y boca quemaban mi garganta y pulmones. Mis piernas ya no podían correr y aun así, seguía corriendo dando los últimos esfuerzos.
Nos faltaba un gol, y a ellos de igual manera para, que uno de los dos equipos ganará la Coca cola.
Marco y yo estábamos dando todo de nuestra parte haciendo jugadas. Quitandonos a medios y defensas, haciendo de delanteros, medios y defensas. Subíamos y bajábamos en la cancha. Estábamos soportando empujones, jalones de camiseta, golpes en las espinillas, pisotones, todo tipo de maltrato y mula.
Estaba al otro lado de la cancha en una esquina, preparando el pase largo. No necesite mucha aceleración ni tomar velocidad retrocediendo. Solo corrí con fuerza unos cuantos pasos y tire elevando en el aire el balón. El cual bajo mi mejor amigo con el pecho, hizo el túnel al defensa central y tiro a gol.
El ovoide iba con dirección al ángulo de la portería, mira expectante, para solo ver que el portero salvaba esa tiro al ángulo. Algo que era casi imposible.
¿Cómo logró eso?
El portero lanzó con sus manos el balón por encima de su cabeza, mire el objeto volar por encima de nuestras cabezas. Nadie salto ni fue a bajar el balón, solo miraban como se dirigía a las gradas.
Justo donde seguían hablando y observando Claytin y Luz.
Entonces sentí un impulso de detener esa balón, corrí con la poca energía que me quedaba, aceleré el paso lo más que pude.
El balón seguía bajando y avanzando a gran velocidad, no faltaba mucho para dar de golpe en la cara de Monriokova.
En el último instante, atravesé mi cuerpo en ese espacio entre ella y el objeto. Logrando que me diera a mi en la cara y no a ella.
Caí contra las gradas, y el dolor en mi rostro y espalda se extendió con rapidez. Grite de dolor y agonía.
Mis piernas ya no daban para más, y mi respiración era una gran combinación de velocidades y sentimientos. Hoy había dado todo de mi, física y emocionalmente. Estaba cansado y devastado.
Trate de levantarme, los demás llegaron a gran velocidad hacía mi. Mire a mi izquierda, ahí estába la dueña de esos hermosísimos ojos azul mar. Preguntando por mi, si ¿Me encontraba bien?, ¿Si me dolía?
Cerré mis párpados por el dolor muscular.
-Estoy bien, lo que de verdad me importa es, ¿Si tú lo estas?
Mi pregunta la confundió.
-Claro que lo estoy, te interpusiste entre ese balón y yo.
Sonreí aun sin abrir mis párpados.
-Eso era lo que quería escuchar.
-¿Estás loco?-Cuestiona con diversión y preocupación.
-Solo por ti-dije sin pensarlo mucho.
Oh oh
Sentí un calor expandirse por mi frente.
-No vuelvas a hacer eso, con el favor de antes ya fue mucho.
Abrí mi ojos y ahí estaba ella, mirándome muy cerca con su frente pegada a la mía.
Con esa brillo de antes.
-Lo seguiré asiendo, cariño.
-Que necio eres,-sonrió de esa manera tan única como solo ella sabe sonreír y, se separo de mi frente para depositar un dulce beso tronador en esta.
-Lo saque de mi mamá.
-Comprobaré eso cuando la conozca.-Volvió a juntar nuestras frentes y me miró por mucho rato.
Logrando hechizar mi corazón.
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