🏍️5🏍️
Mi frente estaba cubierta por gotas gruesas de sudor, estaba llena de estas.
Mis piernas seguían avanzando una enfrente de otra, el aire que entraba por mi nariz no tardaba en volver a salir. Sentía que en cualquier momento mis rodillas cederían. Dejándome sin fuerzas.
Aun me faltaban dos vueltas más, cada vez que pasaba por las gradas miraba la espalda de esa hermosa chica.
Por fin había tenido mi primer acercamiento, y ella había estaba muy cerca, demasiado de rozar mis labios con los suyos. Esos tan torneados y rosa.
Había mantenido la compostura, sin demostrar que el solo hecho de mirarme era un sueño hecho realidad. Después que salí del vestidor, solté un suspiro de anhelo, estaba en estado envelezado. Podía sentir la sensación de volar, era algo increíble lo que esa chica lograba provocar en mi.
Pude hacerla reír, eso era algo sensacional. Eso solo significaba que tenía la suficiente gracia para hacerla carcajear. Podía desembocar sentimientos que provocaban un brillo en sus preciosos fanales.
Volví a recorrer el área de las gradas dónde ella se encontraba, estaba dialogando con su única amiga, la cual era lo opuesta a ella. Tenía un poco de kilos de más, imperfecciones en sus regordetas mejillas, era de un color muy negro y profundo, su cabello era muy risada y castaño. Sus ojos eran de un gris muy fuerte. Parecían dos zafiros. El tono de sus iris y su piel quemada lograban resaltar y llamar mucho la atención.
Luz era una gran chica, inteligente y amantes de los libros, se le conocía como el ratón de biblioteca. Había tenido el placer de conocerla gracias que trabaje en un equipo para un proyecto. Era creativa y muy amable.
No creo que Luz se junte con ella por interés...
Dudaba demasiado que una chica tan buena se juntara con Claytin si fuera mala persona.
Como si tuviera un tercer ojo en la nuca. Volteo a ver sobre sus hombros, y mi mirada se enredo con la suya, logrando acelerar más mi corazón, si es que esa fuera posible.
Suspiré de encanto, su sonrisa coqueta era un manjar que quería comer no sólo con mis pupilas, sino con mi boca. Sonreí abiertamente, logrando mostrar mis dientes.
Ella por lo consiguiente, río con coquetería, y entendí que mi dentadura no era de las mejores. Aparte la mirada con rapidez y deje de sonreír, escondiendo mis dientes con hierro en ella con la parte trasera de mi palma.
Solo faltan dos semanas para deshacerme de estas herramientas en mis dientes, pero yo deseaba poder arrancarmelos.
Odiaba tenerlos, eran una molestia el solo hecho de la tarea de limpiarlos, no poder comer ciertos alimentos porque se quedaban atorados o tiraban unos cuantos de los braquets, era frustrante.
Con el tiempo había agarrado paciencia y me acostumbre a mis rutinas de no comer ciertas cosas y lavarlos con mucha meticulosidad.
Pero lo peor era que arruinaba una linda sonrisa
Un silbataso por parte del maestro logro arrastrarme a la realidad.
-Bien, hagan equipos para un partido de fútbol.- Ordenó a lo cual yo busque a Marco con la mirada y lo encontré.
Él me regaló una sonrisa de complicidad, me acerqué a él y choque los cinco.
-¿Listo?-. Preguntó con un rostro lleno de euforia.
-Más que listo.
Sin mucha pérdida de tiempo los demás integrantes se unieron con nosotros, éramos los mejores jugadores. Así que no fue difícil crear un equipo.
Otro silbataso del profesor dio inicio al partido, Marco me paso el balón para quitarme a delanteros y medios. En lo que era bueno es asiendo trucos y túneles.
En un pase largo le envié el balón, el cual bajo con el pecho. Se quitó a el único defensa y tiro a gol.
El primer gol se hizo en menos de unos minutos gracias a nosotros. Comenzó a celebrar a lo cual yo me acerqué junto a él y, celebramos con nuestro baile de la victoria.
El partido siguió igual, aveces yo era el que tiraba a gol, otras yo era el pase para dar a gol. Ellos llevaban 2 goles y nosotros 5.
-¿Qué les parece si hacemos esto más interesante?- Cuestionó Marco a todos en la cancha. Prosiguió hablando ya que nadie respondió de forma negativa,-¿reta de coca?
Eso logro que todos los rostros de los demás se llenará de energía, todos gritaron un armonioso 'si'.
El partido volvió a empezar, ahora era el marcador a cero. Después de ello todos jugaban de una manera más seria, se vieron barridas y chilenas.
Parece una minimundial
Pero yo no quería ganar una simple bebida de azúcar y colorantes artificiales. Yo deseaba impresionar a cierta chica que me rondaba la cabeza día y noche.
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